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LA DOBLE MORAL DE LAS ORGANIZACIONES

Capítulo 1 - Puntos de partida

1.1. Introducción

Cuando hablamos de sistemas perversos, hacemos referencia a pautas de


relación y modelos de pensar.
Los sistemas perversos representan la practica de la inmoralidad y son la
manifestación de un orden destructivo. Lo perverso no es algo absoluto y no puede
decirse de una misma conducta que en cualquier lugar será siempre ilegal, destructiva o
egoísta. La perversidad es una definición que requiere ser contextualizada. No hay
organizaciones que sean perversas en si mismas. Lo invariable para cualquier situación
es la relación circular y la existencia de requerimientos contradictorios (Ej. ser juez y
parte en un mismo proceso).
La perversidad tiene su lógica su racionalidad destructiva, una relación de
fuerzas establecida, la moral de la hipocresía, los círculos viciosos que se fomentan en
un ambiente de complicidad e impunidad. Los sistemas perversos profundizan sus
desviaciones incapaces de tomar conciencia y corregirse por si solos. Desde el lugar de
los actores sociales ellos no admiten que un sus actos exista algo desviado o destructivo.
El vector de la perversidad se trata de un modelo conceptual que exhibe los
posibles puntos de ruptura en los comportamientos sociales, respecto del ideal de los
principios morales y la transparencia en las relaciones. Las diferencias criticas en el
proceso, se producen entre el pensar-decir (hipocresía y mentira), entre el decir-hacer
(falso discurso), entre el pensar-hacer (actos irracionales) o el decir cambiante, el doble
discurso. Se trata de explicar porque los participantes "no piensan lo que dicen que
hacen" en forma deliberada.
Los principios éticos se refieren entre otros a la justicia, la libertad, solidaridad.
La ética se refiere al deber ser que contiene en sí mismo la razón para actuar. Habla de
las reglas o principios que no requieren otra justificación que su solo enunciado, tienen
una fuerza justificante.
Para el enfoque heterónomo de la perversidad las normas morales de evaluación
se encuentran fuera de la organización, y son externas a la voluntad de los participantes.
No aceptamos el argumento de que cada situación es específica o relativa para
con ello justificar acciones que se oponen al margen ético y moral.
Desde el paradigma de la complejidad, el orden destructivo puede ser algo
normal. La perversidad no se exhibe como error o accidente, sino como un rasgo
recurrente en ciertas organizaciones.
No existen organizaciones perversas, sino ciertos procesos o situaciones que se
califican como destructivos cuando los miramos desde lo moral y lo ético. Es un
emergente de una relación en un medio determinado.
Desde el interior de la organización algunas desviaciones pueden considerarse
racionales. Ocurre cuando se las explica en el contexto de las ideologías, la figura del

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fundador, los mitos y otras creencias infundadas y solo destinadas a conservar lo
existente.
La visión de lo perverso es sincrónica. Aparece como una apreciación del
conjunto de fuerzas que están actuando en un momento determinado. No es posible
hablar de una involución o degeneración del sistema. Lo perverso no crece ni decae
durante un proceso. Es una evaluación en el marco del orden instituido.
Una de las desviaciones ideológicas más peligrosas en la explicación de las
organizaciones consiste en la indebida proyección del modelo de selección natural a las
realidades sociales. Otra es la estrategia del cambio cultural deliberado.
Las limitaciones propias del lenguaje también hacen posible las comunicaciones
perversas. Es el caso de la paradoja y los mensajes que contienen requerimientos
contradictorios.

1.2. El vector de perversidad.

Llamamos vector al signo metalingüístico que muestra las conexiones entre el


pensar, el decir y el hacer, tomados como objetos de nuestro acto de referencia. La
perversidad se instala por las incongruencias entre dichas fases de las practicas sociales.
Cuando no se dice, se oculta o deforma lo que se piensa, utilizamos el concepto
de hipocresía. Cuando se dice con intención de engañar usamos el de mentira. Cuando
se dice de diferentes maneras contradictorias lo que se piensa, utilizamos el de doble
discurso o doble mensaje. Cuando hay diferencias intencionales entre lo dicho y lo que
se piensa, hablamos de ideologías o promesas incumplidas.
Este signo es metalingüístico por el nivel de complejidad de los signos que lo
componen.
El vector destaca que la desviación es intencional, que ocurre en el nivel de lo
consciente de quienes lo promueven, que hay una voluntad de perversidad y que las
relaciones en la cual dicha voluntad se manifiesta configuran un vinculo social de
carácter habitual o recurrente.
Desde lo ético y lo moral estudiamos la perversidad en tres dominios de la
realidad organizacional: lo lingüístico. La intencionalidad o voluntad de los
participantes y las practicas sociales. Los procesos políticos y de poder sustentan y
otorgan permanencia a las relaciones entre estos dominios.
Las fases del vector donde se encuentran las desviaciones son tres: el pensar,
decir y hacer.
Cuando se califica ciertas situaciones como manifestaciones de la doble moral lo
hacemos desde lo considerado como el deber ser en su medio social más amplio. El
vector de la perversidad tiene significación en un contexto determinado y conocido por
sus participantes.
Los hechos perversos se articulan en círculos viciosos en que los efectos
realimentan las condiciones de origen. El vector marca una dirección pero la realidad
es la circularidad.
mentira hipocresía
por que hacen que dicen piensan

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NO LO QUE
por que piensan que dicen hacen
ideología doble discurso

Capitulo 2 - Etica de las organizaciones

2.1. La Etica social aplicada

La primera acepción de ética es descriptiva y utiliza metacriterios para explicar


el sentido de los vocablos y enunciados éticos. Estos metacriterios se usan para
distinguir lo bueno de lo malo, etc. Este enfoque desde la propia ética estudia el
significado de los valores y de los juicios de valor en el plano de lo simbólico, es decir,
que significan dichos principios para los individuos que coexisten en el sistema. Estas
líneas ideológicas llevan a la construcción de la identidad corporativa. La desviación
consiste en confundir una construcción social (valores) para tratarlos como si fuesen
algo impuesto, inevitable.
Una segunda orientación en el estudio de ética esta vinculado con los contenidos
normativos o restrictivo del comportamiento. Es el ámbito de la moral positiva, el deber
ser. (igualdad, libertad). Conceptos que sirven para definir las culturas socialmente
aceptadas. La desviación perversa consiste en la imposición de valores que los
miembros no reconocen como propios.
Por ultimo, esta la ética de las desigualdades, que es la ética aplicada en
situaciones o contextos específicos. (discriminación) La desviación tiene que ver con la
corrupción, hipocresía.
Diferentes tendencias respecto del alcance de las definiciones de la ética:
1)Mantener los valores como algo absoluto, sin considerar el contexto o las
consecuencias de su aplicación. La desviación consiste en ignorar las desviaciones
sociales y culturales, o las diferencias de poder entre los miembros.
2) El relativismo moral que reconoce límites culturales y se basa en las tradiciones, los
usos y las costumbres aceptados en un determinado lugar y momento histórico. Se
considera como desviación perversa la cambiante interpretación personal de los
códigos morales según la conveniencia de los participantes y las necesidades del
momento.
3)La conciencia moral como algo autónomo que permita valorar los actos como
correctos o incorrectos, con lo que es considerado como un hecho irracional. La moral
subordina a los dictámenes del poder social. La desviación perversa es pensar sólo en
términos de represión, vigilancia y castigo.
La ética social, se refiere a la existencia de metacriterios para la guía y la
evaluación de los comportamientos del hombre en sociedad. Criterios tales como la

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bondad, justicia y la libertad. Considerando estos metacriterios como éticos en tanto son
conocidos y compartidos en la vida de las organizaciones y grupos sociales. Los
analizamos como condición para la existencia y continuidad de dichos sistemas.
También en el interior de la organización se construyen conjuntos de valores y
creencias que definen lo permitido y lo deseable para sus integrantes. En ellos
encontramos un ethos o sistema de valores congruentes compañía la misión
institucional.
A la vez, dichos establecimientos funcionan dentro de un marco. Las
consideraciones éticas y morales atraviesan las organizaciones y se proyectan sobre su
entorno con diferente grado de adhesión.
Lo inmoral se refiere al incumplimiento en la organización de los principios
cohesivos, del "deber ser" social, de los valores que sostienen y articulan la sociedad.
La ética social implica un conjunto de principios que trascienden a lo particular y
que permiten a las organizaciones sociales coexistir en un medio mas amplio, sin por
ello dejar lo que tienen de diversas y de autónomas.
La ética no es una simple decisión acerca de los criterios para la elección de
estrategias de comportamiento, sino que es un encuadre que define los valores en juego,
los mandatos sociales a considerar en la situación.
Conocer las razones de lo que está ocurriendo no significa que esas mimas
razones avalen lo que en el sistema se considera moralmente justo o correcto. El tema
de lo ético no se agota con el decir la verdad, sino en reconocer si hay opción o libertad
en ese decir y cuales son los efectos sobre los derechos de los demás.

2.2. Querer, poder y deber ser

En un determinado contexto histórico, social y cultural, ciertas actitudes,


creencias o juicios, son calificadas de morales porque son extensibles a las
organizaciones como integrantes de la sociedad y por su carácter imperativo. Sobre estas
proposiciones no se discute su verdad, sino si son valiosas o no valiosas. En el estudio
de la perversidad en las organizaciones sociales, hablaremos de la ético como las
razones del deber ser, de los mandatos que se autojustifican porque llevan las razones en
si mismos y no requieren ser demostrados para exigir (moralmente) su cumplimiento.
La ética se sitúa en la perspectiva del deber ser, en la visión de la función social
de las misiones y de los roles de la organización. Para ello la ética se basa en el
concepto de imperativos categóricos o universales.
Un imperativo categórico es un concepto a priori que explica un deber, una ley
moral.
El contenido de la perversidad, la desviación concreta la define el observador
externo. El formula una definición heterónoma, es decir, que confrontan la acción o
situación concreta con un principio, mandato o valor que a los efectos de su evaluación
toman como referencia de los justo, lo bueno, lo verdadero. La diferencia con los
actores de la perversidad es el encuadre o marco de referencia de la acción.

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La ética social aplicada se refiere a un conjunto de metaprincipios acerca de los
temas que los juicios morales deberían respetar.
En el plano de la ética social se discuten los criterios externos, aquellos que los
integrantes toman como referencia para dar validez moral a sus acciones o para definir
su sentido de la responsabilidad. Dado que no es factible ordenar lo moral en una
jerarquía de valores, el problema de la ética es el alcance, la prioridad, y coherenci
entre principios que afectan otros principios.
No se puede hablar de la perversidad como si se tratara de algo absoluto o
invariable, sino que cada situación necesita definirse por referencia a la ética, es decir,
los valores que van a hacerse prioritarios.

2.3. La ética autoritaria

Se ven 2 desviaciones en el plano de lo ético: el relativismo y el autoritarismo.


En el primero se observa un estado de confusión moral en la cual se admite en lo
cotidiano que los juicios de valor acerca de la responsabilidad social son asunto de
preferencia arbitraria. No existen afirmaciones objetivamente validas.
La ética autoritaria sostiene que las organizaciones son instrumentos sociales. La
búsqueda de sus metas justifica ejercer todo el poder necesario incluyendo el recurso a
lasa fuentes irracionales de la autoridad, como el temor, ansiedad e impotencia. Las
organizaciones con relaciones perversas le temen a la critica y buscan la sumisión
emocional de sus integrantes. Se establece el culto a la obediencia debida típica de
sistemas totalitarios.
Los códigos éticos requieren para su plenitud la libre adhesión de los actores
sociales, supone una voluntad de los actores de hacer el bien en libertad, no una
imposición.
En cambio, la moral la moral implica una contextualización y se refiere a
ciertos valores, usos y costumbres en la comunidad. A través de la moral, en las
organizaciones se busca la adhesión, pero a ciertos proyectos, credos o valores
específicos.
Frente a lo autoritario se encuentra la ética humanitaria. (defensa de la vida)

2.4. El ethos de la organización

El ethos de una institución no es lo deseable fijado desde la exterioridad sino algo que
se construye en lo interno, una representación que a la vez es modelo. Es el modelo de
organización que se define en el nivel del control intrínseco del sistema social para
orientar la conducta de sus integrantes. Este modelo no es una decisión de gobierno, es
lo que emerge y esta respaldado por las practicas cotidianas en la organización. Es un
rasgo cultural y no un diseño formal.
El ethos es sólo el nombre para un sistema de preferencias que los integrantes
tienen en cuenta como criterio para orientar sus acciones y como modelo para la
interacción cotidiana en el marco de la organización.

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El ethos de la organización no es un esquema rígido porque se realimenta con el
resultado de la experiencia. No estamos hablando de objetivos o metas, sino de rasgos
que identifican la organización, las premisas articuladoras que los integrantes aplican
sin ser replanteadas en lo cotidiano.
El concepto de catástrofe es aplicable a los procesos perversos cuando ellos
cuestionan o ponen en peligro estos valores de la organización con manifestaciones que
los contradicen.

2.5. La misión no cumplida

El sistema de valores y creencias tiene una función articuladora de los grupos y


organizaciones, sostiene la cohesividad en las acciones de sus integrantes. Dicha función
se ubica en el "metacontrol" del sistema. Es el nivel donde se formula el ethos
organizacional. El concepto de control en este metacontrol no implica vigilancia o
imposición.
El ethos es el modo de decir por el cual los integrantes interpretan y dan un
sentido compartido a sus relaciones con los otros, y el exterior de la organización.
La perversidad puede entenderse como una desviación que para el observador
afecta el ethos, el modelo de organización construido en el nivel de control del sistema.
Aparecen realidades contradictorias que impiden tener en claro cuales son las acciones
consideradas organizacionalmente legitimas.
Cuando el sistema admite las desviaciones, decimos que hay una redefinición de los
valores en el nivel de metacontrol. Aparecen valores y lógicas contradictorias (doble
discurso) que normalizan las acciones desviadas.
La perversidad esta presente por el uso de la estructura vigente, por la
intencionalidad, por los prejuicios, por la impunidad y por los refuerzos ambientales que
esta desviación recibe desde otras dirigencias políticas, sindicales, empresariales y
gubernamentales.

Capitulo 3 - Lo Moral, Inmoral y Amoral

3.1. Religión, Política y Moral

Se consideran acá la presencia y el sentido de lo moral en las actitudes religiosas.


Ellas establecen la virtud como el modo de lograr la salvación y la felicidad. Los temas
religiosos dominantes son la culpa, el pecado y la subordinación a los preceptos divinos.
La moral religiosa se acerca y aleja de la moral mundana.
Se ve la intolerancia como actitud perversa. Los directivos intolerantes presentan
su propia fe religiosa como si tuviera que ser valida para todos, por ser verdadera. El
rechazo se considera irracional.
En las organizaciones atravesadas por las creencias religiosas de sus integrantes,
la perversidad se presenta como una mutua desviación entre las llamadas leyes naturales
(divinas) respecto de los sistemas racionales basados en la racionalidad o recto juicio.

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Lo perverso es obligar a los integrantes a optar por las creencias religiosas
fijadas por la organización, cuando ellos no tienen razón o voluntad para hacerlo. La
creencia es parte de la libertad humana, una manifestación de la autonomía.

3.2. La moral relativa

Las normas éticas no pueden ser universales y aplicables a todas las situaciones.
No pueden existir valores como algo absoluto, ellos serán siempre relacionados con el
criterio del sujeto. No es posible llegar a principios normativos objetivamente validos, a
saber que es bueno y que es malo. Pero las normas y valores son básicos para la
cohesión de grupos y organizaciones.
Al analizar lo perverso en lo moral, se relaciona al sujeto con el suceso a través
del proceso de valoración , ubicando la situación en su contexto social. En el proceso de
valoración intervienen el modo de conocer la realidad, los factores cerrados de su
personalidad y experiencia.
El deseo de encumbrar lo relativo a la dimensión de un valor social es una
estrategia destructiva de los social. La estrategia se relaciona con la falta de ideología y
también con la anomia (falta de normas). Ésta es un concepto que se refiere a un estado
social caracterizado por el cambio arbitrario y por la incongruencia en los principios y
reglas que guían las acciones de los participantes.
El relativismo muestra un doble discurso. Por un lado se niega la ideología en
el sentido de evitar la crítica o el pensar en los fundamentos racionales de las prácticas
cotidianas. Pero además, se propone el ser pragmático, que es otra ideología que
propone el resultado como idea legítima.
Como actitud moral, el relativismo es un enfoque que otorga argumentos o
fundamentos a los razonamientos perversos. Son los discursos que sostienen que todo es
valido si cambian las circunstancias. El relativismo lleva a aceptar que cada uno tiene su
propio patrón de medida respecto de las acciones que afectan la organización.
Lo perverso es el cambio no explicitado de valores que sustentan la elección
para llegar a una situación que es la preferida antes del discurso.

3.3. Lo moral, lo inmoral y lo amoral

La moral es un conjunto de principios y reglas sociales acerca de los


comportamientos de los actores sociales, que son coherentes en el sentido de no
presentar contradicciones en sus definiciones. (es el deber ser)
Lo moral es el marco de referencia para afirmar que existe un comportamiento
desviado (perversidad).
La fragmentación y proliferación de preceptos es amoral.
Los comportamientos morales no son una opción para los actores, sino uno de
los atributos que permiten relacionarse dentro de la organización y con los integrantes
de otras instituciones del medio.
Los principios morales no son obtenidos inductivamente de la experiencia, sino
que son mandatos incondicionales (no relativos), principios a priori.

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Las reglas morales se hacen para enjuiciar actos y no para describirlos.
Contienen en si mismas una fuerza justificante.
Lo moral se refiere a las convenciones y creencias generales y no discutibles en
un medio social determinado, que guían las practicas cotidianas. Las acciones pueden
ser calificadas como virtuosas o viciosas, buenas o malas. Lo moral es una evaluación
que supera las conveniencias, los deseos y placeres individuales. En esta evaluación
están presentes los efectos sobre los demás.
En el plano de las organizaciones sociales, no todas las ideas, creencias y
valores son de carácter moral. Ej. competitividad.
En una organización lo moral es un factor de cohesión, pero no de uniformidad.
Es posible que existan diversas fuentes de preceptos o múltiples interpretaciones y
espacios internos donde los valores se aplicar con diferente intensidad.
Los preceptos morales son una construcción cultural.
Los valores que constituyen lo moral no están sujetos a las circunstancias del
momento y son válidos en lapsos prolongados.
El mismo razonamiento moral no puede tener justificación exterior a sí mismo,
no puede fundarse sólo en la conveniencia o el provecho personal, y lo correcto debe
hacerse en virtud de sí. Lo moral consiste en distinguir entre la noción de deber y las
inclinaciones personales, en reducir la libertad absoluta de opción.
Las desviaciones y lo inmoral tienen su propio sentido y coherencia (para
producir el mal) en cada contexto cuya sucesión constituye la historia de la
organización. Las perversidad es inmoral.
Un precepto moral no puede ser modificado de manera aislada por los miembros
de la organización.
Desviarse de lo moral significa la existencia de un conjunto de acciones que son
estructuradas y que producen daño a los demás componentes de un sistema social.
Lo amoral niega el deber ser, la responsabilidad social, los imperativos
categóricos, los mandamientos de los dioses y los dogmas de la religión. Los
sentimientos tienen razones que la propia razón desconoce.
Las personas se desentienden y consideran que su libertad esta más allá de los
deberes y obligaciones sociales. Los valores se consideran como componentes
culturales pasivos, se mantienen en el orden de lo simbólico.

3.5. La voluntad de lo perverso

Se refiere a la voluntad como el estado interno o la disposición para hacer algo.


En los actos perversos existe un previo conocimiento de los hechos, y motivos
personales que hacen que esta disposición se ponga en marcha. Lo perverso solo
requiere una conciencia de las partes acerca de la relación que comparten como actores
y víctimas. La voluntad es la presencia en dicha relación de motivos para pensar y
actuar, pero sin discutir sobre las razones mas profundas. Lo perverso no es accidental.
En lo perverso lo voluntario está presente, pero no como un acto individual sino
en el marco de una trama que lo mantiene.

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Lo perverso respecto de la víctima es la falta de alternativa, pero no lo
involuntario o desconocido, porque hay algo en el que lo mueve a quedarse.
Para mostrar los diferentes grados y sentidos de la participación en la relación
se habla de actores, víctimas, cómplices y testigos.
Algo puede ser voluntario, destructivo, y socialmente legítimo.

La vida es una lucha por prevalecer y no sobrevivir, llevando a la perversa


conclusión que el estar vivo implica estar dominando a otro. Esta es la desviación, por
lo inmoral, presente en el concepto de la "voluntad de poder".

Capitulo 4 - Las desviaciones perversas

4.1. Raíces de la desviación

La desviación consiste en que los actores consideran sus beneficios individuales


pero no aquellos efectos que actúan sobre el conjunto social.
Este pacto perverso es desigual y establece una red de obligaciones ajenas a los
principios y las leyes de los social. Lo perverso no es "algo", sino una distinción del
observador.
En el marco de las organizaciones, se estudia la existencia de acciones, procesos
y estructuras que en la realidad de la organización presentan desviaciones respecto de
los siguientes marcos de referencia:
- Lo instituido en forma de ideologías, valores de un medio sociocultural mas
amplio.
- La misión de la organización.
- Las normas y valores habituales de los grupos organizacionales.
- Las pautas religiosas o morales, propias de los grupos organizacionales.

Lo perverso se afirma o denuncia desde una observación ética y moral y desde


allí también puede calificarse como irracional, anormal o ilegitima en términos sociales.
También se confronta y define en los siguientes marcos de referencia: el lenguaje, lo
racional, el orden (misión), lo natural, lo normal y lo moral.

4.2. La metáfora de lo perverso

Se la utiliza como metáfora a lo perverso, en un sentido figurado y diferente del


que le es propio.
Lo perverso no es un suceso o evento de la naturaleza, sino que resulta de la
evaluación de un cierto modo de relación entre las acciones de personas como miembros
de una organización social. El marco de referencia, las normas o valores, son parte de la
definición de la perversidad. De manera que lo perverso cambia con el contexto de su
definición.

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Desde una perspectiva autónoma, no hay una transgresión sino una ampliación
de lo habitual, lo convencional, lo permitido.
En el plano de las acciones sociales la perversidad tiene una presencia
estructural, como una "variación", pero continuada. El autorrefuerzamiento de las
situaciones perversas permite distinguirlas como círculos viciosos.
En el estudio de perversidad se distinguen distintos niveles de análisis.
- Org. sociales cuyo medio social les reconoce funciones especificas. Hospital
- Marco normativo oficial, pautas culturales y relaciones en la organización.
- Procesos organizacionales relacionados con el abuso del poder. Amiguismo
- Cultura organizacional. (manipulación)
Lo perverso incluye relaciones destructivas que son establecidas en el nivel de lo
simbólico y cultural. En cuanto al lenguaje, se refiere a la utilización de signos y
producción de significados, con el fin de condicionar el comportamiento de los
receptores.

4.4. El orden destructivo

Si consideramos la función social de las organizaciones en su medio, decir que


sus acciones son perversas significa afirmar que por razones estructurales están
produciendo lo contrario a lo esperado.

Desde los procesos recurrentes que hacen al funcionamiento de la organización,


la perversidad significa una desviación en:
- Las relaciones de influencia
- Las comunicaciones que se estructuran para el engaño u ocultamiento
- En las regulaciones o controles
- En las actividades políticas.
Desde la perversidad, existe desorden cuando: la organización se ubica en una
situación fuera de lo moral o ético y cuando la organización permite la aparición y
subsistencia de relaciones injustas como también perjuicios a sus clientes.
Dichas instituciones se desnaturalizan como instituciones cuando las
confrontamos con la misión para la que fueron concebidas, o con su propia función
social.
Desde lo social, se considera como desorden el desplazamiento en los propósitos
fundacionales o la transformación de los medios en fines. Se encuentra en la perversidad
una coexistencia del orden y desorden.
Los procesos y relaciones perversas son parte del orden establecido cuando se los
explica desde la visión autónoma de sus ejecutores.

4.4. Acerca de lo anormal- normal

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