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Yina Triviño
INTRODUCCION
La ética y la moral son dos cosas que van de la mano, siempre ha existido la
necesidad por parte del ser humano de saber qué es lo que está bien y lo que está mal,
sobre todo cuando se desenvuelve en una sociedad donde existen más individuos que son
capaces de juzgar de manera positiva o negativa dichas acciones.
Los términos ética y moral, son empleados generalmente como sinónimos, esto
responde a sus significados etimológicamente confluyentes, donde la palabra ética
procede del griego ethos que significa “el carácter, modo de ser”. Moral procede del latín
mos moris que significa también “carácter o modo de ser”. Dadas estas coincidencias no
resulta extraño el uso inapropiado que pudiera dársele en algunos textos, sin embargo, en
lo sucesivo será empleado el termino ética para hacer referencia a la filosofía moral y
moral para denotar los distintos códigos morales concretos; debido a que se trata de
perspectivas distintas acerca de la “reflexión moral”. Desde estas distinciones, la ética se
refiere a la disciplina filosófica que constituye una reflexión sobre los problemas
morales. Moral, es el conjunto de principios, normas y valores que cada generación
trasmite a la siguiente, en la confianza de que se trata de un buen legado de orientaciones
sobre el modo de comportarse para llevar una vida “buena” y “justa”.
Los conceptos de la ética y el moral re–surgen con ímpetu. La ética y la moral son el
remedio para esta sociedad desorientada y corrupta, es la creencia actual. Pero, ¿es claro el
concepto de la ética? ¿Los sujetos que apelan a ella como remedio para los males actuales
tienen claro a qué se refiere? ¿Cuál es el imaginario que gira en torno a este significante
casi tan antiguo como la humanidad misma? En este mismo orden de ideas, Lipovetsky
pregunta si el siglo xxi será ético o no será.
Hay un forcejeo de la cultura en la medida en que existe una oscilación entre extremos:
mayores sanciones versus mayores libertades. Prevalece una tensión entre posiciones
opuestas frente a diversos temas que se refieren a la forma de vivir: la sexualidad, la
libertad, el desarrollo de la personalidad, el respeto, los derechos desde una posición
individualista responsable y una irresponsable.
Dadas las grandes transformaciones puede decirse que la ética está de moda cuando los
grandes sumarios no son creíbles, los derechos pululan y se abren múltiples posibilidades
de decisión. Esta es pues la época de la ética donde es importante re–pensarla de una
manera novedosa, con las características de una sociedad posmoderna. Bien lo dice
Lipovetsky:
Ahí reside una de las razones del éxito de la ética: entra en estado de gracia en el momento
en que los grandes breviarios ideológicos no responden ya a las urgencias del momento. En
muchos aspectos este desplazamiento hacia la ética constituye una suerte para la
democracia, testimoniando una toma de conciencia creciente de nuestra responsabilidad
hacia el porvenir, un reforzamiento de los valores humanistas. La fe decayó y los breviarios
ideológicos no responden a las urgencias del momento.
La postura de algunos teóricos frente al momento actual hace referencia a una discusión
ética, a una postura ética que es re–pensar, re–plantear, re–significar estos conceptos que, a
pesar de estar de moda y ser actuales en todos los ámbitos, conducen a equívocos,
paradojas y malos entendidos. Lipovetsky propone desvelar la mutación de la historia con
relación a los acontecimientos e invenciones; desde esta perspectiva es fundamental pensar
la mutación de nuestros días con relación a las invenciones de la época y con ello a las
modificaciones en la visión del mundo, la ética y la moral en la actualidad.
Además de la razón como capacidad que interfiere en las acciones de los sujetos, también
se encuentran los sentimientos como un elemento importante a tener en cuenta cuando se
refiere a la ética, en muchas ocasiones es el sentimiento el que lleva a la acción más que la
razón. La ética y la moral de las épocas pasadas no responde a las necesidades actuales, los
sujetos posmodernos no son sujetos sin ética y sin moral, son sujetos con nuevas demandas
y nuevas posturas que es importante reconocer y con base en ello realizar propuestas
acordes a los requerimientos y las problemáticas actuales.
Es en esta misma vía desde donde deben replantearse los conceptos de ética y moral para
pensarlos al interior de la Universidad y para ello introducir los temas de reflexión
relevantes. Es importante tener en cuenta que para efectos del presente artículo se toman los
conceptos de ética y moral como sinónimos, dado que generalmente los sujetos hoy
resignifican, resemantizan y representan la ética y la moral de una manera indistinta.
Muchos fueron los temas a los que hicieron alusión los estudiantes que participaron en la
investigación realizada para optar por el título de Magíster en Estudios Humanísticos en la
Universidad EAFIT. El tema de la misma hace relación a la representación que los
estudiantes de la Universidad tienen sobre los conceptos de la ética y la moral en algunas de
sus prácticas cotidianas.
Los estudiantes precisan la ética como normas, lineamientos, parámetros que dictan y
definen la mejor forma de actuar para lograr una conducta ideal cuya función es regular el
comportamiento. Su postura, apegada a la norma, hace que piensen la ética y la moral como
un modelo, su demanda es de patrones y fórmulas para cumplirlas, de recetas para
comportarse y con ello adecuarse a lo designado por el otro. Algunos de los jóvenes han
adoptado un modelo universal que aniquila la capacidad de juicio, se asumen los valores
universales únicos y con ello se corre el riesgo de la homogeneización, todos iguales, no
hay diferencias, no hay singularidad, generalmente cumplen el patrón trazado por la
sociedad, la ética se circunscribe a su cumplimiento. Se observa la ausencia de crítica y
reflexión, un débil ejercicio de la razón, lo que prevalece es el ejercicio ciego de copia
derivada de modelos externos, así mismo, la aprobación o no de las actuaciones viene del
exterior; la moral la estructura la sociedad, la cultura o la religión.
Los seres humanos de la misma manera que tenemos la necesidad de formar parte
de un círculo como lo es la sociedad, también necesitamos vivir en armonía.
Si bien es cierto que todas las costumbres del ser humano se aprende del el núcleo
familiar, quienes son nuestro padres los que forjan nuestra personalidad desde pequeños
y la manera de convivir y ser hacía con los demás, de igual manera, al crecer y
desarrollarnos nos desenvolvemos en otros círculos como lo es la escuela y las
amistades, con el paso de los años también en el trabajo, lo cual esto también no enseña a
comportarnos de cierta manera, claro que no se trata de fingir ser personas que no somos,
sino aprender de los demás y que sus enseñanzas y ejemplo tengan un impacto positivo
en nuestras vidas para poder vivir en una adecuada armonía.
Existen muchos principios que rigen la ética y la moral, sin embargo, existen
aquellos invaluables e indiscutibles que todo el ser humano debe poseer y así mismo
aplicar:
Integridad: El ser humano jamás debe atentar contra su persona a favor de los
intereses de alguien más o por conveniencia, debe ser un ser completo y en perfecto
equilibro para desarrollarse amenamente en la sociedad y de igual manera ser así en
el ámbito laboral
EL ser humano ante todo debe de ser digno, debe reconocer asimismo a sus
semejantes y como individuos y respetar ese principio donde se deposita el principio
de la calidad moral y humana en un sentido más sensible.
Dentro del ámbito laboral, este conjunto de normas se hace aún más latente, as las
circunstancias del medio en donde el ser humano no solo tiene que poner en práctica su
código ético y moral personal, sino que la práctica que desempeña lleva consigo
principios y normas que hay que respetar para no solo actuar correctamente, sino saber
que estamos obligados y en deber a dar un excelente servicio el cliente que atendemos.
Existen miles de situaciones que pueden poner en tela duda nuestro criterio y
podemos ser entonces seres éticos y morales, aunque faltemos en una o dos ocasiones
con una acción no tan ética ¿Es válido aplicar el concepto de que el fin justifica los
medios?
Hay que respetar el código de ética profesional al pie de la letra, aunque haya
circunstancias donde podamos entrar en conflicto, siempre nuestra obligación será
salvaguardar los intereses de los terceros que atendemos, formar una convivencia sana
dentro del ambiente laboral no solo para hacerlo mejor y más sociale sino eliminar las
envidias, respetar nuestros principios también para desempeñar de mejor manera nuestro
trabajo y tener una satisfacción.
Un caso actual que podemos utilizar como una falta de ética profesional y
tristemente a la dignidad de las personas, es el caso de la anestesióloga Mayte Rojas, la
cual subió a su Facebook, fotos de algunos pacientes en el quirófano con pies de página y
comentarios burlescos y sarcásticos, atentando a la integridad de los pacientes atendidos
en el hospital.
Este es un claro ejemplo de que a veces la falta de criterio y racionalismo puede
llevarnos a hacer faltas a la moral y ética profesional en este caso, poniendo en tela de
juicio nuestro razonamiento e inteligencia en nuestra vida profesional y personal.
No es un acto moral porque está traicionando, pero sin embargo se debe perdonar
y ahí es donde entra la ética a profesar, con esto doy a entender que la ética es un acto de
conducta guiada por la moral que a su vez está guiada por las costumbres y normas de
una sociedad.
CONCLUSION
Balmes nos da a entender de que el ser humano está en una sociedad dada por
reglas y que si no las tiene puede tener mucha más libertad, pero por esto se dejaría de
llamar criatura racional haciéndola en una condición inferior a los brutos y aún a los
seres inanimados, pero todas las personas del universo tienen un objetivo y si se quiere
llegar a ella se debe tener al menos una regla para poder constituir una moralidad.
Referente
Jaime Luciano Antonio1 Balmes y Urpiá: (Vich, Barcelona, 28 de agosto de 1810 - ibídem, 9
de julio de 1848), conocido habitualmente como Jaime Balmes, fue un filósofo, teólogo,
apologista, sociólogo y tratadista político español. Familiarizado con la doctrina de santo
Tomás de Aquino, Balmes es un filósofo original que no pertenece a ninguna escuela o
corriente en particular,2 al que Pío XII calificó como Príncipe de la Apologética moderna.
Webgrafía
Jaime L. Balmes, Libro Ética, editado por Juan Bautista Bergua