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EL VALOR DE UN ALMA

Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres (Mateo 4:19).

UNO DE LOS GOZOS MÁS GRANDES que podemos tener como cristianos es el de


llevar a alguien a Cristo.
¡Piénsalo! Tú y yo podemos ser los instrumentos de Dios en la salvación de otros.

¿Quién puede tener el privilegio de llevar a otros a Cristo?


¡Cualquier creyente! No es el deber de unas cuantas personas escogidas. Dios llama a cada
cristiano a testificar por Cristo, y cada cristiano puede ganar almas. El Señor Jesús dijo:

Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres (Mateo 4:19).


¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE aprender a ganar a otros para Cristo?
Debido al valor del alma humana.
¿Por qué es el alma humana de tanto valor?
Porque vivirá para siempre.
Tenemos un alma espiritual e inmortal.
Si hablamos de precio, debemos decir que el alma hecha por Dios “para” Dios vale más que el universo
entero.
Mt. 16:26 (60) Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y
perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
BNTV ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero pierdes tu propia
alma? ¿Hay algo que valga más que tu alma?

Cada persona que conoces tiene un alma que vivirá para siempre; ya sea en las bendiciones del
cielo o en las miserias del infierno.

La Biblia dice:
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo
no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él (Juan 3:36).
DIOS DA TANTO VALOR A LOS ALMAS DE LOS HOMBRES que envió a Su
Hijo para que muriera en la cruz a fin de que los hombres pudieran ser salvos.
Cuando comprendamos cuán preciosas son todas las personas para Dios, haremos todo lo posible
por ganarlas para Cristo.

Charles Thomas misionero anglicano escribió: «Dos pequeñas frases que oí un día, viajando a
lo largo del camino de la vida; trayendo convicción a mi corazón, y que de mi mente no saldría;
sólo una vida, que pronto pasará, sólo lo que se hace para Cristo durará.

Debemos ser exhortados respecto a la gran comisión y recibir la visión y aceptar la


responsabilidad.

Cada persona es responsable de la predicación del evangelio donde quiera que este.
Una iglesia pequeña puede hacer mucho para la obra misionera a través de su
contribución económica, cuando entiende el valor de un alma

(Mr. 12.41-44)

21 Levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las ofrendas. 2 Vio
también a una viuda muy pobre, que echaba allí dos blancas. 3 Y dijo: En verdad os digo, que esta
viuda pobre echó más que todos. 4 Porque todos aquellos echaron para las ofrendas de Dios de lo que
les sobra; mas esta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía.

Dios hace milagros en las finanzas cuando las invierte en la expansión del evangelio. 

Algunos dicen que Dios no mira el monto de la ofrenda, pero yo creo que, pero más la
disposición del corazón de la persona que ofrenda.

Ofrendar es un acto de adoración a Dios, en lo que ocurren grandes cosas


Este principio, revela tu corazón, y te pone en posición para recibir
Cuando ofrendas entras en el ciclo de libertad
Si estamos verdaderamente comprometidos con los propósitos de Dios y con la extensión de su
reino, entonces la parte económica es un aspecto que no debemos pasar por alto.
«Es posible dar sin amar, pero es imposible amar sin dar».
Cuando nuestro corazón se llena de misiones y evangelismo, cuando nuestro corazón obedece al llamado de
Dios: ORANDO, YENDO, DANDO para la obra Evangelistica y misionera, la vida cobra otro sentido.
Todo lo que ocurre a nuestro alrededor cobra otro valor, Estas haciendo algo para salvar almas
La vida adquiere un nuevo significado: PORQUE FUIMOS HECHOS CON UNA MISIÓN Y ESA MISIÓN
NOS SOSTIENE AÚN EN LOS MOMENTOS MÁS DIFÍCILES.

CONCLUSIÓN
¿Cuánto consideramos a los perdidos en nuestras oraciones?
¿Cuánto pensamos y planeamos en cómo ganar a los perdidos?
¿Cuántas de nuestras actividades y horarios están centrados en ganar a los perdidos?
¿Se ha convertido tu ocupación en tu vocación, o es tu vocación llegar a ser como Jesús y
ganar a los perdidos?
¿Cuándo entiendes el valor de un Alma?
 

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