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INDICE:
INTRODUCCIÓN.................................................................................................................05
PRIMERA SEMANA DE CUARESMA.........................................................................12
SEGUNDA SEMANA DE CUARESMA........................................................................25
TERCERA SEMANA DE CUARESMA........................................................................38
CUARTA SEMANA DE CUARESMA...........................................................................51
QUINTA SEMANA DE CUARESMA............................................................................64
SEMANA SANTA..................................................................................................................78
SOLEMNIDAD DENTRO DE LA CUARESMA......................................................89
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MEDITACIONES EN CUARESMA
INTRODUCCIÓN
Espero que cada página de este libro les brinde nuevas luces y les
acompañe en este camino que, aunque a veces puede ser duro, siempre
nos lleva a la vida. Que estos escritos sean un aporte de crecimiento
en la vida espiritual humana, familiar y profesional, y que cada día nos
acerquemos más a Cristo, el modelo perfecto de amor y sabiduría. Que la
Virgen María sea nuestra madre y amiga que nos aliente en este camino
de conversión.
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MEDITACIONES EN CUARESMA
MIÉRCOLES DE CENIZA
TU PADRE, QUE VE EN LO ESCONDIDO, TE RECOMPENSARÁ
(Mt 6, 1-6. 16-18)
La limosna no es solo dar dinero, sino dar nuestro tiempo, cariño y com-
prensión, dar lo mejor de nosotros mismos para que los demás disfruten
de las cualidades que Dios ha puesto en nosotros. Eso es vivir auténti-
camente el tiempo de Cuaresma, y creo que el Señor quiere darnos una
Cuaresma especial de gracia para que nuestro corazón se renueve y todo
aquello que nos sobra en la vida que no es cristiano o de Cristo, por la
gracia del Espíritu Santo, se destruya. Ojalá que este tiempo maravilloso
de conversión y cambio lo vivamos en lo más profundo y lo más íntimo
de nuestro corazón.
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MEDITACIONES EN CUARESMA
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MEDITACIONES EN CUARESMA
Jesús dice: “No he venido a llamar a los justos, los justos no me necesitan.
A los justos no les hace falta que yo muera en la cruz. He venido a llamar
a los pecadores”. Cuando nos ponemos en la orilla de los justos, de los
buenos, y nos creemos mejores que los demás, estamos apartando a
Cristo de nuestra vida. En primer lugar, porque compararse es un horror.
En segundo lugar, porque sin comparaciones, tenemos que reconocer
que nuestra vida, junto con muchas cosas buenas que Él nos ha regalado,
también tiene aspectos negativos: somos cobardes, débiles, a veces
tenemos inseguridades, envidia, ira, lujuria, pereza; son los pecados
capitales que todos tenemos. Pero necesitamos ser salvados de ellos.
Necesitamos un salvador. En la medida en que no reconozcamos que
necesitamos un salvador, que necesitamos a Jesucristo, nos pondremos
en la orilla de los justos y no podremos recibir su salvación. Ni ahora, ni
después. Aunque creamos que estamos yendo a misa y comulgando.
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MEDITACIONES EN CUARESMA
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PRIMERA SEMANA DE CUARESMA
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MEDITACIONES EN CUARESMA
CICLO A
JESÚS AYUNA CUARENTA DÍAS Y ES TENTADO
(Mt 4, 1-11)
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MEDITACIONES EN CUARESMA
Por eso, no está mal que seamos tentados, es necesario para que
nuestra libertad se ejercite y hagamos una opción por Dios. Pero en esa
tentación, acordémonos de nuestro Señor Jesucristo y pidámosle que nos
ayude, puesto que Él también la superó y que también nosotros sepamos
superarlas.
CICLO B
EL ESPÍRITU EMPUJÓ A JESÚS AL DESIERTO
(Mc 1, 12-15)
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MEDITACIONES EN CUARESMA
Por eso, pídele al Señor que te enseñe a ser honesto cuando seas tentado,
y di: “Señor, no me dejes caer en la tentación. La reconozco y sé que me
puedo equivocar. Ayúdame con tu Espíritu Santo”.
CICLO C
EL ESPÍRITU LO FUE LLEVANDO POR EL DESIERTO
(Lc 4, 1-13)
Jesús resolvió las tentaciones con la palabra de Dios. Cada vez que el
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MEDITACIONES EN CUARESMA
LUNES
CADA VEZ QUE LO HICISTEIS CON UNO DE ESTOS, MIS HERMANOS
MÁS PEQUEÑOS
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MEDITACIONES EN CUARESMA
tener clarísima, especialmente las personas que son muy visitadas por
enfermedades, disgustos o desconciertos. Encontrar a Jesús ahí, como lo
encontramos en la cruz, es una cosa preciosa de la fe.
En segundo lugar, cuando dice “cada vez que lo hicisteis con nuestros
hermanos, me lo hiciste a mí”, Jesús quiere vincular un premio, quiere
vincular la apertura de la vida eterna a nuestro esfuerzo y trabajo por
comprender, acompañar, dar de comer y asistir a las personas que están
siendo visitadas por el sufrimiento. “Tuve hambre y me diste de comer.
Venid vosotros, benditos de mi Padre, heredad el Reino preparado para
vosotros desde la creación del mundo”. Porque tuve hambre y me diste
de comer, tuve sed y me diste de beber. Por tanto, la salvación y la vida
eterna están vinculadas a la caridad, pero una caridad preciosa que es la
caridad hecha por amor a Dios y por amor a los hombres.
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MEDITACIONES EN CUARESMA
MARTES
VOSOTROS ORAD ASÍ
(Mt 6, 7-15)
Dios nos querrá igual que cualquier madre querría a cualquier hijo, ya
sea con defectos o sin ellos, cariñoso o poco cariñoso. Eso sale solo del
corazón y por tanto, el amor de Dios es gratuito. No se puede comprar
ni hay que convencerlo de que necesitamos ser amados o de que somos
buenísimos, ya que Él nos conoce mejor que nosotros mismos y nos ama
por el mero hecho de existir.
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MEDITACIONES EN CUARESMA
MIÉRCOLES
A ESTA GENERACIÓN NO SE LE DARÁ MAS SIGNO QUE EL DE JONÁS
(Lc 11, 29-32)
Mucha gente le preguntaba a Jesús: “danos un signo, ¿por qué tenemos
que confiar en ti?” De hecho, todavía sigue pasando que las personas se
preguntan: “¿por qué los católicos? ¿Por qué Jesucristo es distinto? ¿Por
qué es mejor? Que nos dé una señal”. Curiosamente, Jesús dice lo mismo
que dijo hace 2000 años: “Esta generación pide un signo, pero está el
signo de Jonás. Porque así como Jonás estuvo en el vientre del cetáceo
tres días, así estará Jesucristo en el vientre de la tierra y resucitará”. Para
nosotros, la resurrección de Cristo de entre los muertos es esencial. Toda
la Cuaresma es un camino con Cristo hacia su cruz, pero no para terminar
en la cruz, sino para terminar en la resurrección.
Lo que define a un cristiano, lo que define a un creyente, es que creemos
que Jesucristo ha resucitado entre los muertos. Él es la única persona,
el único ser humano, a quien sabemos que le ocurrió la resurrección,
aunque también sabemos que la Virgen Santísima fue asunta al cielo en
cuerpo y alma. Por causa de Jesucristo, que estando realmente muerto,
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MEDITACIONES EN CUARESMA
San Pablo dijo años más tarde: “Si Jesús no ha resucitado, somos los
más necios de los hombres. Nuestra fe es buena, pero como Jesucristo
ha resucitado de entre los muertos, nos asocia a su resurrección. El signo
de Jonás, el signo de la resurrección, es tan esencial que si no crees que
Jesucristo vive ahora, que es un personaje del presente que interactúa
contigo, al que le puedes contar y que él te cuente, y vives una relación
de amor preciosísima con él que encuentras en el centro de tu ser, en la
Eucaristía, en los pobres, entonces no eres cristiano. Serás una persona
decente, buena, un conocedor del cristianismo, pero no un auténtico
discípulo de Jesús de Nazareth, porque si no, realmente hemos dado más
importancia a las opiniones del mundo y a las opiniones de la razón frente
a la propuesta de vida de Cristo. La señal de la resurrección es nuestra
identidad.”
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MEDITACIONES EN CUARESMA
JUEVES
TODO EL QUE PIDE RECIBE
(Mt 7, 7-12)
hacer nada, cuando una situación se nos va de las manos y nos damos
cuenta de que, humanamente hablando, no tenemos nada más, es
entonces cuando debemos dirigirnos a él.
Pregúntate cuánto pides por los demás, cuánto tiempo inviertes en ellos
en concreto, cuánto pides por tu hijo, por tu marido, por tu jefe, por esas
personas que te ponen tan nervioso/a. No digas “pido en general, rezo
por la gente”. ¿Cuánto tiempo dedicas a los que amas, no solo hablando
y escuchándolos, sino también en silencio, con Dios? Eso será un buen
termómetro para saber hasta qué punto estás dispuesto a gastar tu vida,
tu tiempo, tu existencia, en los que son importantes para ti.
VIERNES
VETE PRIMERO A RECONCILIARTE CON TU HERMANO
(Mt 5, 20-26)
Vivir reconciliado significa tener paz con uno mismo y con los demás.
Si alguien nos está pidiendo más amor, atención o un favor que no es
injusto, debemos hacer todo lo posible para satisfacer sus necesidades.
Si alguien nos pide algo que no es justo, debemos evaluar si es justo
antes de tomar una decisión. En general, debemos tener paz con nosotros
mismos y querer a los demás en nuestros corazones, incluso si nos han
hecho daño o nos han causado dolor.
SÁBADO
SED PERFECTOS COMO VUESTRO PADRE CELESTIAL
(Mt 5, 43-48)
La Virgen María nos ha enseñado que el cristiano, más que alguien que
tiene que hacer cosas, es alguien que tiene que recibir una gracia especial:
la voluntad del Espíritu Santo. Con esa gracia en nuestras manos y en
nuestros corazones, podremos llevar a término lo que el Señor nos pida.
Por eso es tan importante cuando María dice “hágase en mí según tu
palabra”. Creo que el cristiano, más que amar, debe dejarse amar. Cuando
uno se ha dejado amar por Dios y se ha llenado de ese amor perfecto,
entonces intentará amar con ese amor que ya sucede en su corazón, y
tratará de repartirlo y regalarlo, y hacer con los demás lo que Dios ha
hecho con él. Nadie puede amar de verdad si no ha experimentado
previamente el amor de Dios en su vida.
Así es el amor del Padre por cada uno de nosotros. Estamos llamados
a la perfección de vida, pero no por las obras bien hechas ni por el
conocimiento completo, sino porque realmente hemos querido, hemos
deseado y hemos dejado que el amor del Padre llegue a nosotros, se
quede y, desde nosotros, llegue a los demás.
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SEGUNDA SEMANA DE CUARESMA
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MEDITACIONES EN CUARESMA
CICLO A
SU ROSTRO RESPLANDECÍA COMO EL SOL
(Mt 17, 1-9)
Efectivamente, esto es algo tan atrayente, tan importante que todo ser
humano, cuando lo saborea, cuando lo intuye, quiere más de eso. Los
místicos San Juan de la Cruz y Teresa de Jesús lo explicaban muy bien:
ese encuentro con el amor de Dios es impresionante. Cuando el Papa
Francisco dice que el cristianismo no se expande por coacción, sino por
atracción, se refiere a esto.
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MEDITACIONES EN CUARESMA
CICLO B
SE TRANSFIGURÓ DELANTE DE ELLOS
(Mc 9, 2-10)
CICLO C
MIENTRAS ORABA, EL ASPECTO DE SU ROSTRO CAMBIÓ
(Lc 9, 28b-36)
Es que da igual. No es que mi casa sea la más bonita, que eso también
da igual. La belleza exterior, al final, termina. La belleza que tanto te
preocupa, cuánta gente usa todo tipo de cosméticos, los hombres ahora
mismo también se cuidan y invierten dinero, tiempo, fuerzas y energías
para la belleza exterior. Pero para la belleza interior, no se dedica tanto
tiempo y creo que eso es lo que el Señor nos invita a pensar en este
segundo domingo de Cuaresma: “Me mostré con toda mi belleza a mis
íntimos. Ojalá que tú también quieras empaparte de esa belleza y hacer
la belleza de Cristo, la belleza del amor de Dios”.
Hay un salmo precioso que dice “de Jesús eres el más bello de los
hombres y en tus labios se derrama la gracia”. Que nosotros también de
algún modo busquemos esa belleza de Jesús, nos empapemos de esa
belleza de Cristo y por supuesto transmitamos esa belleza del amor de
Dios al mundo.
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MEDITACIONES EN CUARESMA
LUNES
PERDONAD, Y SERÉIS PERDONADO
(Lc 6, 36-38)
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MEDITACIONES EN CUARESMA
MARTES
ELLOS DICEN, PERO NO HACEN
(Mt 23, 1-12)
¡Claro! Es una lástima ver a personas que van por la vida dando lecciones
de moralidad a todo el mundo. Es triste ver a personas que a veces nos
metemos a corregir a todo el mundo, desde nuestra familia hasta los
políticos, médicos y jueces. A veces sentimos una especie de sensación
de que sabemos tanto, pero lo curioso es que luego nos quejamos de que
otros no lo están haciendo bien, pero nosotros tampoco lo hacemos.
Solo tienen autoridad para corregirnos o decirnos cosas aquellos que nos
quieren de verdad, los que buscan nuestro bien y lo han demostrado con
creces. Los fariseos decían que tenían que ir al templo, pero a lo mejor
no iban cuando nadie los veía. ¡Qué incongruencia! La coherencia es el
mejor argumento. Ellos deben saber que lo que pedimos, lo que decimos
que hagan, y lo que creemos que está bien, nos lo aplicamos primero en
nuestra vida. Entonces, cuando vean que realmente lo hacemos por amor
y porque les importamos, se lo pensarán más de una vez. Probablemente
dirán: “A lo mejor esto que me están pidiendo, si me lo dicen porque me
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MEDITACIONES EN CUARESMA
MIÉRCOLES
LO CONDENARÁN A MUERTE
(Mt 20, 17-28)
Jesús sabía perfectamente cuál era su destino. Él sabía que había venido
a morir por cada uno de nosotros. De hecho, en el discurso del buen
pastor, en un momento concreto, les dijo a sus discípulos: “Por eso
me ama el Padre, porque nadie me quita la vida sino que yo la entrego
libremente”. Ante esa frase del Señor, todos podríamos preguntarnos:
¿lo mismo sucede conmigo? ¿Me quitan la vida las circunstancias, los
acontecimientos, los disgustos, las enfermedades y los fracasos, o soy
capaz de introducir mi voluntad y decirle al Señor: “Señor, esto tan terrible,
esto tan doloroso, esto tan difícil, esta enfermedad que estoy pasando o
este disgusto familiar, te lo ofrezco con mi libertad. No puedo ofrecerte
grandes virtudes, ni que haga las cosas muy bien, porque sabes que soy
muy débil, pero te ofrezco mi dolor. Acepto mi dolor y acepto lo que me
ha tocado vivir. No quiero vivir enfadado, renegando ni pensando en lo
que hubiera sido mi vida si hubiera sido otra persona o si hubiera tomado
otro camino”.
Al final, lo que más vale no es tanto poder elegir lo que ofrecer a Dios,
sino lo que Dios te pide que le ofrezcas. Que lo hagas con cariño, que lo
hagas con serenidad, incluso con muchísimo dolor, e incluso no estando
nada de acuerdo. A veces, esa voluntad es permisiva, siempre misteriosa
y muchas veces dolorosa. Pero el Padre permite que suceda en tu vida.
Por eso, piensa si tú también eres capaz de mirar al futuro y decir: “Señor,
acepto tus planes. Te ofrezco lo que más me duele, lo que más me cuesta,
lo que más me disgusta. No me importa perder mi vida. He venido a la
Tierra para regalar mi vida, para convertirme en un regalo agradable a los
demás y a Ti”. Efectivamente, es otro modo de enfrentarse con las cosas,
un modo muy misterioso, nada agradable, pero muy valiente, profundo
y auténtico. Puedes darle un significado incluso a los peores momentos
de nuestra vida. Que nadie te quite la vida, sino que tú, voluntariamente y
libremente, se la regales y se la ofrezcas a Dios.
JUEVES
RECIBISTE BIENES, Y LÁZARO MALES
(Lc 16, 19-31)
La vida no es una lotería en la que a unos les cae buena suerte y a otros
mala suerte. Al final, en la eternidad, todos seremos igualados en el amor
de Dios. Dios no elige a unos para que vivan muy bien y a otros para que
no pasen fatal, porque eso sería un concepto injusto de Dios. Es una gran
verdad que todo aquello de lo que uno ha sido privado en la tierra, se le
concederá en la eternidad. El Señor no deja a ningún pobre sin sustento. A
veces, las pobrezas no son solamente materiales, sino también afectivas,
familiares o espirituales. Pero el Señor nos las concederá y nos dará
con creces todo aquello que tanto deseamos en la tierra, si vivimos en
comunión con Él y no renegamos.
Lázaro estaba ahí, quieto, sin quejarse, atacar, agredir o insultar a nadie.
Simplemente estaba ahí, esperando alguna limosna. Recibió la gran
limosna de aquel que es rico de verdad, nuestro Señor. Ojalá que nosotros
nos demos cuenta de quién está cerca y sufriendo para socorrerle. Y si
algún día nos quejamos de cosas que nos faltan, pensemos que el Señor,
si estamos en comunión con Él, nos las dará con creces en la eternidad.
VIERNES
ESTE ES EL HEREDERO: VENID, LO MATAMOS
(Lc 16, 19-31)
Es bueno que alguien nos pida cuentas. Es bueno que alguien nos haga
saber que somos responsables, porque la vida no es todo lo mismo. Si no
tuviéramos responsabilidad sobre nuestros actos, daría igual matar que
robar. Al final, nadie nos pediría cuentas. ¿Qué más da? Intentaríamos
disfrutar lo máximo posible, aunque fuera pisoteando a otros. Pero tenemos
libertad y, por lo tanto, responsabilidad. La libertad nos hace autores de
nuestros actos. Lo que decidimos hacer o ser, las consecuencias de esos
actos, caen sobre nosotros.
Mucha gente dice hoy en día: “Yo quiero libertad, pero no quiero
responsabilidad. Quiero hacer lo que quiera, pero quiero que me aprueben.
Quiero tener casa, comida, todo, pero sin esforzarme en nada”. Es
importante saber que el señor algún día no va a ser ese maestro exigente
que te va a poner la pregunta más difícil para ver si apruebas y entras en
el cielo. Pero sí te va a preguntar qué hiciste con los talentos, qué hiciste
con los dones, cómo gestionaste tu libertad. Vas a ser lo que tú quieras
ser, no vas a tener lo que te gustaría, no te va a pasar lo que sueñas, pero
en tu personalidad, en tu modo de ser, solo depende de ti. Si reconoces
que tienes cualidades y dones, y sabes gestionarlos y utilizarlos para
bendecir y no para maldecir, para perdonar y no para guardar rencor,
para quedarte con lo positivo y no con lo negativo, y tomas decisiones
diarias y respuestas libres, vas dando frutos al señor.
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MEDITACIONES EN CUARESMA
SÁBADO
PADRE, DAME LA PARTE QUE ME TOCA DE LA FORTUNA
(Lc 15, 1-3. 11b32)
Qué pena si nuestro corazón se pareciera más al del hermano mayor. “Yo
nunca he sido malo del todo, siempre he estado en la iglesia, siempre
he cumplido las normas”. Pero, aunque seas muy cumplidor, también
necesitas el perdón del padre, también necesitas el abrazo y experimentar
el cariño del padre. Los dos hijos tenían el mismo problema: no sabían
lo cariñoso que era su padre, no sabían cuánto les quería su padre. De
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MEDITACIONES EN CUARESMA
hecho, el mayor también se sentía maltratado por él, ¿por qué quería
tanto al otro?
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TERCERA SEMANA DE CUARESMA
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MEDITACIONES EN CUARESMA
CICLO A
UN SURTIDOR DE AGUA QUE SALTA HASTA LA VIDA ETERNA
(Jn 4, 5-42)
En este tercer domingo de Cuaresma, la iglesia nos propone considerar
ese encuentro tan bonito de Jesucristo con la samaritana. Jesús se acerca
y le dice “Mujer, dame de beber”. Al principio, ella no lo entiende, pero
Jesús le explica que no tiene sed del agua que está debajo del pozo, sino
que tiene sed del agua que hay en su corazón. Jesús le promete que, si
ella le da de beber, pondrá en su corazón un surtidor de agua que salta
hasta la vida eterna, que es un signo del Espíritu Santo.
viene a hablar precisamente con la mujer más pecadora, con la que más
errores aparentemente tenía, y es a ella a la que se dirige la primera.
Después, esta mujer dice que ha conocido al profeta y lo da a conocer.
Nuestras debilidades no son la razón por la cual no estamos con Dios.
Precisamente, es en nuestras debilidades donde Dios se quiere encontrar
con nosotros.
CICLO B
EL HABLABA DEL TEMPLO DE SU CUERPO
(Jn 2, 13-25)
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MEDITACIONES EN CUARESMA
Que Dios nos llame a la vida para después dejarnos de existir sería como
una burla, y Dios no se burla de nosotros porque Dios no juega con nuestra
vida. Y por tanto, Jesús viene a subir a la Cruz, y muriendo en la cruz, es
decir, entregando voluntariamente su vida, entra el abismo de la muerte,
mata a la muerte dentro de ella misma y resucita, y vuelve victorioso de la
muerte. Esa es su resurrección, a la cual todos estamos asociados. Porque
nos enseña el apóstol que si morimos con él, resucitaremos con Él. Por lo
tanto, en esta Cuaresma, y estamos en el tercer domingo de Cuaresma,
qué importante es mirar a Jesús crucificado y preguntarle: “Señor, ¿por
qué subiste a la cruz?” Y el Señor te responderá: “Por ti estoy en la Cruz.
Porque vine a matar a la muerte, vine para que tengas vida eterna, vine
para que, si efectivamente tu cuerpo se separará, esto porque en algún
momento envejecerás, pero tu persona continuará viviendo eternamente.
Y además, existe la resurrección de la carne, y yo os resucitaré en el
último día”.
CICLO C
SI NO OS CONVERTÍS, TODOS PERECERÉIS
(Lc 13, 1-9)
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MEDITACIONES EN CUARESMA
El rey Salomón fue el rey más sabio, escribió las cosas más bellas,
construyó el templo más impresionante para el Señor, un hombre lleno
de dones y cualidades, pero como no cultivó su corazón, terminó su
vida ofreciendo sacrificios a los dioses de sus esposas, y su corazón se
pervirtió y se alejó del Señor, porque no lo cuidó en el fondo. Se sabía
muy bien la teoría, se sabía muy bien las cosas del Maestro de la ley, pero
no cuidó, no cultivó, no convirtió su corazón.
“No se trata de ser más buenos, se trata de hacer mejores cosas. Se trata
de vivir en la verdad, de llamar a las cosas por su nombre y de reconocer
cuando tenemos carencias, porque a veces estamos llenos de tonterías y
frivolidades. No es que me enfade porque me hayan cambiado de canal
en la televisión, eso es una tontería. A veces elegimos el disgusto porque
no hemos revisado nuestro corazón. Necesitamos la conversión del
corazón, no como un lujo, sino como una verdadera necesidad.”
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MEDITACIONES EN CUARESMA
LUNES
JESÚS NO FUE ENVIADO SÓLO A LOS JUDIOS
(Lc 4, 24-30)
MARTES
TAMPOCO EL PADRE OS PERDONARÁ
(Mt 18, 21-35)
Por eso, cuando reces el Padre Nuestro, nunca dejes de decir: “Perdona
nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han
ofendido.” Pregúntate a quién has ofendido tú, a quién le gustaría pedir
perdón de todo corazón. Pero sobre todo, pídele perdón a Dios si has
herido u ofendido a alguien. Pídele perdón de todo corazón.”
MIÉRCOLES
QUIEN LOS CUMPLA Y ENSEÑE SERÁ GRANDE
(Mt 5, 17-19)
Podemos preguntarnos qué cosas pequeñas hacemos que nadie ve, qué
pequeños servicios podemos ofrecer que a lo mejor no se van a enterar.
Dejar una cosa en su sitio, ayudar a otro a guardar un secreto o ser
silencioso ante un defecto. Cuantas cosas bonitas podemos hacer en el
día. Estas cosas pequeñas juntándolas muchas hacen que un corazón
sea gigantesco.
JUEVES
EL QUE NO ESTÁ CONMIGO ESTÁ CONTRA MÍ
(Lc 11, 14-23)
Pero esos cristianos que a ratos sí y a ratos no, yo soy católico, pero
también admito la reencarnación, o yo soy cristiano, pero también admito
el panteísmo y el budismo y las energías y todo eso, te estás liando. Si no
estás con Jesucristo al cien por cien y solo en parte, es que no crees en él
de verdad, y al final estás en su contra, porque estás dejando en tu vida y
estás dejando meterse otros ídolos, otros dioses, otras ideologías, otros
modos de vida que al final van a crear una grandísima confusión.
Hay una cosa en la vida que yo creo que es esencial, que es la coherencia,
la coherencia de la propia conciencia, la coherencia con las decisiones
tomadas, la coherencia con las personas. No podemos jugar con las
personas, ni jugar con Dios, ni jugar, por supuesto, con las personas que
Dios ha puesto en nuestra vida. Y por eso, si estamos con Cristo, tenemos
que estarlo incondicionalmente. Otra cosa es que seamos débiles, otra
cosa es que nos equivoquemos. Bueno, pues sí, soy débil, me equivoco, no
le sigo como a mí me gustaría, pero no niego nada de lo que ha enseñado.
Eso qué bonito es saber que aunque estemos llenos de debilidades, a la
hora de la verdad, confesamos a Cristo, seguimos a Cristo y podríamos
dar la vida por Cristo, porque no pensamos que fuera de Cristo exista la
salvación, porque lo ha dicho, y del mundo entero, el que se bautice y
crea, se salvará. El que no crea, no se salvará.
VIERNES
¿QUÉ MANDAMIENTO ES EL PRIMERO DE TODOS?
(Mc 12, 28b-34)
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MEDITACIONES EN CUARESMA
Qué difícil es saberse amado por Dios si uno no se sabe amar a sí mismo,
y qué difícil es llevarse bien con los demás cuando no te llevas bien
ni siquiera contigo mismo. De manera que estas tres dimensiones del
primer mandamiento y del gran mandamiento, con que falles una de las
tres, ya estás fallando prácticamente todo. Qué buena cosa sería hacer
una revisión de vida interior, una revisión no tanto de cuánto amo, sino
de cómo es mi amor; qué calidad le estoy dando al amor a los demás,
al amor a Dios, pero sobre todo, cómo me estoy tratando. Ojalá seamos
capaces de tratarnos y mirarnos como Dios nos trata y nos mira.
SÁBADO
EL PUBLICANO BAJÓ JUSTIFICADO A SU CASA Y EL FARISEO NO
(Lc 18, 9-14)
El publicano bajó justificado a su casa y el fariseo, no, dos modos de orar
son los que nos presenta Jesús hoy en la Palabra de Vida en el Evangelio.
Uno es ese publicano que, como cobrador de impuestos, tiene una clara
conciencia de que es muy pecador y no acierta a salir de su pecado.
A pesar de eso, se postraba rostro en tierra y decía: “Señor, ten piedad
de mí, porque soy un pecador”. El pobre pasaba mal delante de Dios,
reconociendo que metía mucho la pata.
Cuántos cristianos, por ejemplo (y me incluyo), tenemos pecados de
siempre que se repiten y se repiten. A veces cuestionamos el decir:
“Oh Señor, pero qué desastre. No sé ni cómo sigo. No me da vergüenza
confesarme siempre de lo mismo. No sé para qué me sirve esforzarme”.
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MEDITACIONES EN CUARESMA
Pero por lo menos tenemos ese dolor de corazón y sentimos ser así. Hay
pecados reiterativos que son pesadísimos. En cambio, el otro modo de
orar es ese fariseo que se creía el colmo, dándole gracias al Señor porque
ayunaba, porque era casto, pobre, obediente y hacía mucha oración.
Estaba tan encantado de sí mismo que tenía un corazón peor que un
pavo real con las plumas abiertas. Fijaos qué curioso lo que dice Jesús: el
pecador baja justificado y el santito no.
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CUARTA SEMANA DE CUARESMA
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MEDITACIONES EN CUARESMA
CICLO A
EL FUE, SE LAVÓ, Y VOLVIÓ CON VISTA
(Jn 9, 1-41)
Además, una vez que hemos sido curados, necesitamos reconocer que
quien nos ha curado es Él, su gracia y el Espíritu Santo, que es el don de
Jesucristo. Jesús es la luz que ilumina, la luz interior que da relieve, valor y
la verdadera dimensión a las cosas que nos pasan por dentro y por fuera.
Por eso, todos nos vemos de algún modo reflejados en este ciego de
nacimiento. Si Cristo no hubiera intervenido en nuestra vida, seguiríamos
ciegos, yendo a tientas.
Cuánta gente decía Benedicto XVI va por el mundo como mendigos del
sentido de la existencia, que van como ciegos, como diciendo “¿para qué
el sufrimiento, la familia, el trabajo? No sé si tienen sentido. Los triunfos y
los éxitos a veces también están vacíos”. Hay gente que no sabe para qué
vivir, que no tiene una razón para su vida. Esta es la peor de las cegueras,
una ceguera paralizante que entristece y amarga.
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MEDITACIONES EN CUARESMA
CICLO B
ESTE ES EL JUICIO: QUE LA LUZ VINO AL MUNDO
(Jn 3, 14-21)
El mundo no quiso recibir la luz. ¡Qué pena ver ese rechazo tan abierto
hacia Dios! Hay mucha gente buena, por ejemplo, que no practica la fe,
que tal vez no viene a la iglesia, y que moralmente son mil veces mejores
que nosotros. Pero en el fondo, tal vez sea porque no han conocido a
Jesucristo en su dimensión verdadera, y por eso no tienen la capacidad
de decir “te acepto” o “te rechazo”. Algunos rechazan una caricatura de
Cristo o una deformación de Cristo. Pero Jesús dijo que este es el juicio:
la luz vino al mundo, pero el mundo no la quiso. Cuando hablo del mundo,
no me refiero a todas las personas, evidentemente. Hay gente buenísima
que no ha conocido a Cristo y no lo ha conocido bien.
Somos hijos de Dios y cuando la luz divina nos visita, cuando nos ilumina,
reconocemos en nuestra vida lo que está bien y lo que está mal, y
efectivamente, tenemos un deseo de conversión. Ojalá que la luz de Dios
entre en nuestros corazones, que las personas no tengan miedo a Cristo,
porque Él quiere nuestra felicidad más que nosotros mismos. Ojalá que
seamos capaces de mostrar al mundo, y sobre todo a las personas que
amamos, el verdadero rostro de Dios, que se manifiesta en la humanidad
de Cristo.
CICLO C
ESTE HERMANO TUYO ESTABA MUERTO Y HA REVIVIDO
(Lc 15, 1-3. 11-32)
Una de las parábolas más impresionantes por su ternura y por la
profundidad de su enseñanza de Jesucristo es la parábola del hijo pródigo.
Este hombre tenía dos hijos y ambos eran poco listos porque en el fondo,
los dos eran muy parecidos. El hijo menor no se sentía en comunión con
el padre y quería marcharse, mientras que el hijo mayor no se sentía en
comunión con el padre y decidía quedarse un poco por cobardía e incluso
se aprovechaba de los bienes del padre para creerse que era mejor.
Ninguno de los dos entendió el amor del padre. Le llaman la parábola del
hijo pródigo porque es bonito ese proceso por el cual el chaval malgasta
toda la fortuna y cuando está criando cerdos se da cuenta de que está
equivocado. Dice el evangelista, Jesús, que volviendo sobre sí mismo
recapacitó y dijo: “¿Cuántos jornaleros en casa de mi padre están mejor
que yo?”. Todos tenemos esa capacidad de recapacitar, de volver sobre
nosotros mismos. Qué grandeza tiene el ser humano cuando reconoce
54
MEDITACIONES EN CUARESMA
Al final, hay más control sobre el hermano mayor porque éste nunca
marchó de la casa del padre y estaba amargado. Se consideraba el
pobre por el trabajo que tenía que hacer. Nunca disfrutó de la compañía
del padre, nunca supo tener amigos y pasárselo bien con ellos. Siendo
aparentemente un chico muy formal, no percibió a su padre como padre,
sino como jefe del trabajo, como un señor exigente que le pedía cuentas,
pero nunca como un padre querido. Cuántos cristianos todavía creen en
un Dios exigente, en un Dios que les va a pedir cuentas, pero no porque los
quiera, sino porque tienen que ser buenos porque sí. Y cuántos cristianos
no han disfrutado de la paternidad de Dios, de ese amor entrañable que
sale de las entrañas de Dios. Eso es lo que Jesucristo quiere explicar.
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MEDITACIONES EN CUARESMA
LUNES
ANDA, TU HIJO VIVE
(Jn 4, 43-54)
Cuando me da la luz del sol, mi piel va cogiendo un tono más oscuro sin que
me dé cuenta. De la misma manera, cuando estoy expuesto a la palabra,
la palabra me va transformando. Ser creyente no es solo saber que Dios
existe, sino creer y estar convencido de que Dios interviene en nuestras
vidas. Por ejemplo, la gente que se casa por la iglesia lo hace no solo por
el rito y por las palabras bonitas, sino porque están convencidos de que
ese Dios que los ama puede intervenir en sus corazones, fortaleciéndolos
para que se amen hasta el final, sin cansarse. Creemos en el poder de la
palabra, en el poder de Cristo. Tenemos que preguntarnos si tenemos
esa fe en el poder de la palabra. De hecho, esta reflexión que lees cada
día es palabra de vida. La Palabra de Dios, cuando se pronuncia sobre
nosotros, da vida sobrenatural y vida eterna, no solo vida biológica o una
mejor calidad de vida. Son palabras para la eternidad. Ojalá el Señor nos
conceda el deseo de aumentar nuestra fe, de creer más en Él y en su
poder, y de estar convencidos de que cada día, cuando escuchamos su
palabra, es una palabra transformadora.
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MEDITACIONES EN CUARESMA
MARTES
AL MOMENTO AQUEL HOMBRE QUEDÓ SANO
(Jn 5, 1-3ª. 5-16)
Por eso, hay muchas escenas en el Evangelio en las que Jesús curaba a
los enfermos para que vieran no solamente con la luz natural, sino para
que supieran interpretar su vida con la luz sobrenatural, con la luz de Dios.
De tal manera que el juicio que haces de las cosas, esto está bien, esto
está mal, esto es mejor, esto es peor, ya no lo haces solamente desde tus
pesimismos o desde tu corta edad de vida, sino que lo haces contando
con Dios, con la mirada de Dios, con la luz divina. Por eso, Jesús podía
decir “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no camina en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la vida”.
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MEDITACIONES EN CUARESMA
Por eso, claro que te pedimos hoy, con motivo de esta palabra, Señor,
que también quiero recuperar la vista en este momento. A lo mejor soy
ciego de nacimiento porque desde pequeño me acostumbré a vivir en
un mundo consumista, en un mundo donde todo es tener, ganar poder,
triunfar, ganar, y me di cuenta en un momento concreto de mi vida que
eso no es para tanto, que no es lo más importante, que no es lo que me
define como persona. Lo que me define como persona es lo que sucede
en mi corazón, son las relaciones que tengo con los demás, y creo que
eso es lo que realmente tiene que quedar iluminado por tu presencia,
por tu cariño, por la luz de la fe. Curándome, Señor, tal vez me pueda
identificar hoy con este ciego de nacimiento porque he vivido en queja,
porque he vivido en victimismo, y no he sabido ver con la fe tantas cosas,
tantas personas, tantas situaciones maravillosas que Tú me has regalado.
MIÉRCOLES
EL HIJO DA VIDA A LOS QUE QUIERE
(Jn 5, 17-30)
para que tengáis vida y una vida en plenitud, una vida en profundidad,
una vida que tenga un verdadero valor”. Podemos pedirle a Jesús: “Señor,
dame vida, pero no me des la vida de pasarlo bien, de muchas risas o de
solo disfrutar. Te pido la vida sobrenatural. Por supuesto, Jesús, te pido
la vida eterna, dame la eternidad, porque yo no tengo la capacidad de
dármela a mí mismo”.
Sobre todo, Señor, te pedimos esa vida eterna, esa vida en comunión
contigo, con los que amo en la tierra, con mis padres, con mi marido, con
mi mujer, con mis hijos, con mis nietos, con tanta gente buena que se ha
vinculado conmigo en el caminar de la vida y que creo que no podría ser
feliz ni entendería la felicidad si ellos no están.
Hoy nos quedamos con esta palabra de vida de Jesús que dice: “El Hijo
da vida a los que quiere”. Y nosotros, si queremos vivir esta vida aquí en
la tierra, queremos hacerlo desde nuestras debilidades y equivocaciones,
sabiendo que a veces acertaremos y otras veces no. Pero sobre todo,
Señor, lo que te pedimos es vida eterna. Es bonito recordar cuando Simón
Pedro no entendió nada en la primera homilía que hizo Jesús sobre la
eucaristía en Cafarnaúm y le dijo: “¿Los queréis marchar?” Y Simón Pedro
respondió: “Señor, ¿a quién vamos a acudir? Solo tú tienes palabras de
vida eterna. No te entenderemos mucho, pero sabemos que solo tú tienes
palabras de vida eterna y por tanto te seguimos a ti”.
Solo Jesús puede darme esa vida que no termina. Solo Jesús puede darme
esa vida en plenitud. Solo Jesús, efectivamente, da vida a los que quiere.
Y aquellos que le suplican al Señor: “Dame vida”.
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MEDITACIONES EN CUARESMA
JUEVES
MOISÉS, EN QUIEN TENÉIS VUESTRA ESPERANZA
(Jn 5, 31-47)
VIERNES
INTENTABAN AGARRARLO, PERO NI HABÍA LLEGADO SU HORA
(Jn 7, 1-2. 10. 25-30)
Muchas veces, el evangelista San Juan habla de la “hora” de Jesús que
todavía no había llegado. ¿Cuál es la “hora” de Cristo? La “hora” de Cristo
es el momento en el que Él, con toda libertad, entrega su vida. Intentaron
matarlo antes en muchas ocasiones, como cuando fue a Nazaret y los
conciudadanos se enfadaron en la sinagoga, y lo llevaron a un barranco
para despeñarlo. Sin embargo, Jesús abrió paso entre ellos porque todavía
no había llegado su hora. Jesús quería que su muerte coincidiera con la
muerte del cordero pascual, del cual era un signo. De hecho, la sangre del
cordero pascual liberó a Israel de la esclavitud del faraón, ya que el Ángel
exterminador no pasaba por las casas donde estaba esa sangre en las
entradas, jambas y dinteles. De manera similar, aquellos que se unen a la
sangre del cordero inocente de Dios son liberados de la muerte.
Para esto, Jesús esperó a que llegara su hora, el día del sacrificio pascual,
para que todos entendiéramos que Él es nuestra verdadera Pascua. Él
es el paso de Dios por la historia, el paso de Dios por nuestra propia
historia y es un paso salvador. La palabra Pascua significa “Dios pasa
salvando” y, efectivamente, Dios pasa por nuestra vida y quiere entrar
en cada acontecimiento de nuestra vida para darle un valor mucho más
profundo. Por lo tanto, al igual que Jesucristo, todos tenemos nuestra hora
de pasar de este mundo al Padre, la hora en la que queremos entregarnos
completamente a Él por nuestra salvación y derramar nuestra sangre.
Pero no solo se trata de la muerte biológica, sino de una transformación
interior para que seamos capaces de vivir con la mente, los pensamientos,
los juicios, los sentimientos y los deseos de Jesús.
SÁBADO
¿ES QUE DE GALILEA VA A VENIR EL MESÍAS?
(Jn 7, 40-53)
Pero como no lo tenían nada claro, pues no se atrevían a creer. Hay gente
que, a veces, a Dios le pide demostraciones: “Demuéstrame que estás
ahí, demuéstrame que esta persona está en el cielo, demuéstrame que
me quieres”. Y Dios te va a decir: “No te puedo demostrar nada, ¿confías
en mi palabra?”. O siempre, al final, nuestra relación va a ser una relación
en la que no se puede ver el amor, no se puede ver el cariño, no se puede
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MEDITACIONES EN CUARESMA
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QUINTA SEMANA DE CUARESMA
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MEDITACIONES EN CUARESMA
DOMINGO DE RAMOS
BENDITO EL QUE VIENE EN NOMBRE DEL SEÑOR
(A: Mt 21, 1-11; B: Mc 11, 1-10; C: Lc 19, 28-40)
En este último domingo del tiempo de Cuaresma, la Iglesia nos propone
considerar esa escena tan maravillosa de la resurrección de Lázaro. Es
curioso como el Señor le había avisado: “Aquel que amas está enfermo”.
Aparentemente, Jesucristo se hace el loco y dice: “Sí, sí, ya iremos”.
Cuando llega Jesús, Lázaro llevaba cuatro días muerto. Y de hecho,
cuando él va a la tumba, la hermana le dice: “Mira, no abras porque es un
espectáculo, va a ser horroroso el olor, etcétera”. Y sin embargo, se dice:
“Abrid la tumba, yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí aunque
haya muerto vivirá”.
ha sido vencida en Jesucristo. La muerte es una puerta por la que hay que
atravesar, pero no es ningún final, es un comienzo de una vida nueva, es
un comienzo de una vida con el Resucitado.
CICLO B
EL GRANO DE TRIGO CAE EN TIERRA PARA DAR FRUTO
(Jn 12, 20-33)
Esta es probablemente una de las metáforas más bonitas que Jesucristo
utiliza para expresar lo que es su vida, así como para expresar también
lo que es la vida de cada cristiano. ¿Para qué queremos la vida si no es
para dar? ¿Para qué queremos conocer, disfrutar y vivir si no es para
luego poder regalar todo eso tan bonito a alguien? Por eso, así como
un grano de trigo cae en la tierra y aparentemente está ahí un tiempo
hasta que viene la lluvia y efectivamente el grano de trigo aparentemente
tiene que descomponerse y destruirse para dar una nueva vida, igual
nos sucede a nosotros. Quien quiere guardar su vida la va a perder, pero
quien pierde su vida porque entiende que lo más bonito que puede hacer
es regalar su tiempo y sus cualidades a sus hijos, nietos, amigos y a la
gente de su comunidad cristiana, es decir, quien entiende que la vida es
para regalarla, no para acumular, es quien realmente vivirá. Al final, si no
regalas tu vida, te convertirás en un codicioso que solo quiere acumular
para sí mismo y al final vivirás esclavo de todo lo que acumulas, lo cual no
será para nadie más al final.
Por eso estamos llamados a ser como granos de trigo sembrados en los
corazones de los demás, en la historia de los demás, y ojalá que seamos
granos que efectivamente perdamos, que tenemos que perder: perder el
tiempo, perder la energía, perder los años, perder la vida por dar vida. Si
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MEDITACIONES EN CUARESMA
Por tanto, la pregunta es: ¿qué quieres hacer con tu vida? ¿Quieres ser
el grano de trigo sembrado que da lugar a más vida o quieres ocuparte
solo de ti mismo? Ojalá que tú te pongas a disposición de los demás sin
condiciones, como se puso Jesucristo. Jesucristo dijo: “Para quererme,
me puse en manos de los hombres y me dejé triturar por ellos para dar
vida”. Ojalá que entendamos que la vida es precisamente para regalarla y
no para guardarla para nosotros mismos.
CICLO C
EL QUE ESTE SIN PECADO, QUE TIRE LA PRIMERA PIEDRA
(Jn 8, 1-11)
Probablemente esta escena sea una de las más bellas. Encuentran a
una mujer en flagrante adulterio. La ley judía manda apedrearla, y no
tenían unas piedrecitas, sino unos bloques grandes de piedra. Había
que sepultar literalmente el cuerpo del adúltero o adúltera y provocarle
la muerte. Y sin embargo, Jesús, que era el profeta de la misericordia,
claro, le quieren poner una trampa. Se dice “cúmplase la ley”, “no tiene
misericordia”, “no se debe cumplir la ley”. Está desautorizando a Moisés y,
por tanto, tenemos de qué acusar.
que empezando por los más mayores y terminando por los más jóvenes,
se fueron retirando. A lo mejor tú no has matado nunca a nadie, no has
cometido adulterio o no has robado un banco, pero a nuestro nivel y
según nuestras capacidades, todos tenemos muchas cosas de las que
avergonzarnos. Todos tenemos una dimensión de nuestro ser que se
nos va de las manos, como una especie de abismo en el que aparece el
misterio del mal. Y si no fuera por la misericordia de Dios, por nuestras
circunstancias familiares, por la formación que hemos tenido, habríamos
hecho barbaridades y horrores mucho más grandes de los que hemos
podido hacer. Y por tanto, no somos mejores que nadie ni tenemos más
categoría moral que nadie. Y eso es como la primera enseñanza que nos
quiere dar Jesús.
LUNES
YO SOY LA LUZ DEL MUNDO
(Jn 8, 12-20)
Es curioso cómo a todos los niños pequeños les suele dar miedo la
oscuridad, y de hecho quieren que haya una rendija de luz en el cuarto por
la noche, porque es normal que nos sintamos inseguros en la oscuridad.
Hemos sido creados para ver, por eso Dios nos ha dado ojos, y con ellos
podemos calibrar la realidad, sabemos que no vamos a tropezar ni a herir
a nadie.
Del mismo modo que existe una visión exterior, también hay una visión
interior. Necesitamos la luz exterior para poder ver los objetos, el camino,
y poder caminar con seguridad. Del mismo modo, necesitamos esa
luz interior para acertar en nuestros juicios y tomar las decisiones más
importantes de nuestra vida. Muchas veces, el Espíritu Santo actúa de
dos maneras: nos da luz, es decir, inteligencia interior para valorar las
cosas, y nos da fuerza para llevar a cabo lo que Dios nos pide.
Por eso, es bonito cuando el Señor dice a sus discípulos: “Yo soy la luz
del mundo. El que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz
de la vida”. Necesitamos la luz de Cristo para iluminar nuestra conciencia,
alumbrar nuestro interior, y hacernos capaces de conocer la realidad no
solo con miras materiales o temporales, sino también pensando en los
demás y en toda la humanidad.
Por eso, es importante pedirle al Espíritu que nos conceda esa luz interior.
Esa luz del Espíritu Santo se revela siempre por medio del fuego. Cuando
los apóstoles recibieron la presencia del Espíritu Santo en Pentecostés,
aparecieron llamaradas de fuego que se quedaron encima de sus cabezas,
iluminando su entendimiento. Es el Espíritu de la verdad y del amor de
Dios, que nos ilumina.
salen bien o mal, y no tengo esa soberbia que es la peor ceguera que
puede suceder en el corazón. Que tenga la capacidad de decir “estoy
ciego, me equivoco, tengo límites”, o que tenga la honestidad para decir
“contigo, Señor, voy a salir adelante”. Que Tú seas siempre la luz que nos
ilumine, y que no andemos nunca en esas tinieblas interiores que nos
hacen daño a los demás.
MARTES
SABRÉIS QUE “YO SOY”
(Jn 8, 21-30)
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MEDITACIONES EN CUARESMA
MIÉRCOLES
SI EL HIJO OS HACE LIBRES, SOIS REALMENTE LIBRES
(Jn 8, 31-42)
No hay cosa peor que la mentira, ni hay cosa peor que vivir en el miedo.
No hay cosa peor que estar como en una vida en la que no puedo elegir
y no puedo decidir quién quiero ser y cómo quiero responder a las cosas.
Pueden atarme con cadenas, encerrarme en una cárcel o taparme la
boca, pero en mi conciencia y en mi interior, nadie me puede prohibir
amar, ni decidir cómo posicionarme ante la vida y ante las personas. Por
eso, Jesucristo nos da la libertad, no como una facultad para hacer lo que
me apetece o lo que tengo ganas. La gente habla mucho de libertad y
confunde la verdadera libertad con el libertinaje. Sin embargo, a veces
hay mucha más libertad en aceptar las cosas que vienen y aceptarlas con
serenidad y mansedumbre, que en elegir las cosas.
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MEDITACIONES EN CUARESMA
De hecho, San Pablo, varios años después, cuando escribe la carta a los
romanos, dice que “Cristo murió para darnos la libertad de los hijos de
Dios”. Y luego el autor de la carta a los hebreos decía también que, claro,
Jesús en la cruz mató o venció al autor de nuestros miedos, porque todos
vivimos esclavos del miedo a la muerte, del miedo a tantas cosas. Y claro,
cuando una persona está presionada por el miedo, no es libre, no puede
decidir libremente.
Piensa cuáles son las cosas que te impiden ser tú mismo, piensa cuáles
son las cosas que te quitan libertad, qué miedos, qué equivocaciones,
sobre qué mentiras has cimentado tu vida y pídele a Jesucristo que se
quede más cerca de ti, que entre más en tu corazón y te enseñe a ser
libre. Ser libre es arriesgado, significa asumir las consecuencias de mis
actos, pero es lo más grande y bonito que puede hacer el ser humano,
porque la libertad es el comienzo del amor.
JUEVES
ABRAHAN SALTABA DE GOZO PENSANDO VER MI DÍA
(Jn 8, 51-59)
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MEDITACIONES EN CUARESMA
VIERNES
INTENTARON DETENERLO, PERO SE LES ESCABULLÓ
(Jn 10, 31-42)
Por eso, debemos saber que habrá siempre personas a las cuales el
nombre de Jesús, las enseñanzas de Jesús y la vida de Jesús les enfadarán.
Pero eso no significa que debamos dejar de creer y de ser sus discípulos.
SÁBADO
PARA REUNIR A LOS HIJOS DE DIOS DISPERSOS
(Jn 11, 45-57)
Esto es, en definitiva, la razón por la cual Jesucristo toma la carne humana,
muere en la Cruz y resucita, porque en una humanidad dividida por las
guerras, la codicia, el pecado y las ambiciones en clanes y situaciones
de enfrentamiento, Jesús quiere dar unidad a la humanidad, quiere que
los hijos de Dios - porque todos los hombres somos hijos de Dios - nos
unamos.
Donde hay unidad, siempre está Dios. Donde hay división, siempre está el
demonio. Por eso, la reunión de los hijos de Dios que estaban dispersos, la
reunión de todos los elementos divinos que hay en mí, es el gran objetivo
y es la razón por la que Jesús muere y resucita
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SEMANA SANTA
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MEDITACIONES EN CUARESMA
DOMINGO DE RAMOS
BENDITO EL QUE VIENE EN NOMBRE DEL SEÑOR
(A: Mt 21, 1-11; B: Mc 11, 1-10; C: Lc 19, 28-40)
Los niños hebreos, llenos de entusiasmo, se enteran de que Jesús va a
entrar en Jerusalén desde el monte de los olivos. Cogen palmas y ramos
de olivos y le aclaman como el caudillo libertador.
muy impactante, pero es que Jesús muere para poder resucitar. Jesús se
enfrenta a la muerte y se deja vencer aparentemente por ella para que,
asociada a nuestra derrota, nos asocie a su victoria y, por tanto, claro, el
final es resurrección, el final es vida, el final es luz, el final es eternidad
y el final es efectivamente la victoria definitiva sobre el único problema
que la humanidad nunca ha podido resolver, que es el problema de la
muerte. Esa gran tragedia, esa gran injusticia que nos golpea a todos.
Acompañemos, pues, estos días con todo el fervor que seamos capaces.
Acompañemos a nuestro Salvador y digamos como los niños hebreos:
“Bendito el que viene en nombre del Señor”, que viene a mi alma que es
Jerusalén.
LUNES SANTO
DÉJALA; LO TENÍA GUARDADO PARA EL DÍA DE MI SEPULTURA
(Jn 12, 1-11)
Una mujer estaba muy agradecida a Jesucristo porque había encontrado
el tesoro del amor de Cristo, esa misericordia para con sus pecados. Quiso
gastar una cantidad desorbitante de dinero en ungir a Jesús y perfumarle.
De hecho, cuando Judas se enfadó, se preguntó: “¿Qué hace esta mujer?
¡Es una barbaridad! Se podría haber dado ese dinero a los pobres”.
Jesús se puso del lado de la mujer y dijo: “Déjala, porque ella está
adelantándose a mi sepultura. A los pobres, desafortunadamente,
siempre los tendréis con vosotros, pero a mí ya no me veréis de un modo
visible, físico y real, como me estáis viendo ahora. Solo me veréis después
en la Santísima Eucaristía”. Jesús, por supuesto, agradeció el gesto de
generosidad de la mujer, que había conocido el amor de Cristo y había
sido tan impactada por él que entendió que nada en su vida valía más que
estar con él y que nada en su vida valía más que darle gloria.
Imagínate que el Señor nos dijera: “¿Y si vendieras tu casa, tus posesiones
y dejaras el banco para dármelo todo?” Por supuesto, el Señor no quiere
que hagamos eso, pero sí quiere que comprendamos que en nuestra vida
no puede haber nada más importante, grande o serio que el amor por
Cristo. Debemos comprender ese amor que Cristo tiene por nosotros.
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MEDITACIONES EN CUARESMA
MARTES SANTO
UNO DE VOSOTROS ME VA A ENTREGAR
(Jn 13, 21-33. 36-38)
Qué bien sabía el señor el futuro, que bien sabía el señor cómo Judas,
a través de un beso, le iba a traicionar. Qué bien sabía el Señor que el
mismo Pedro que se puso muy valiente. “Yo jamás te dejaré, Señor”. Mira,
Pedro, antes de que cante el gallo, me habrás negado tres veces, y sin
embargo, dice: “Cuando te recobres, confirma a tus hermanos”.
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MEDITACIONES EN CUARESMA
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MEDITACIONES EN CUARESMA
MIÉRCOLES SANTO
¡AY DE AQUEL POR QUIEN EL HIJO DEL HOMBRE ES ENTREGADO ¡
(Mt 26, 14-25)
Hay un tema muy dramático en la vida humana, y es que el ser humano,
con su libertad, puede construir o destruir. El ser humano puede pedir
perdón o puede enrocarse en una postura soberbia y no querer salir
de ella. Por eso, aunque el Señor sea todo misericordia, comprensión y
cariño, Él entiende que seamos débiles e incluso que seamos traidores,
pero lo que el Señor no puede hacer es quitarnos la libertad. Y ese fue el
gran pecado de Judas.
del corazón que sí le concedió a San Pedro y a Judas, pero que Judas no
aceptó. Cuando el Señor te invite, deja que Él triture tu corazón para que
en ese corazón roto entre la misericordia.
JUEVES SANTO
LOS AMO HASTA EL EXTREMO
(Jn 13, 1-15)
Por eso, cuando Jesús nos invita en ese mandamiento nuevo que “os
améis unos a otros como yo os he amado”, en esto conocerán que sois mis
discípulos, si os amáis, es ni más ni menos que la invitación a dejar que
el amor que él nos regala, que es el amor del Espíritu Santo, suceda en
nosotros. ¿Cómo puede una pobre criatura llegar a amar hasta el final en
medio de sus debilidades, sus pobrezas, sus miedos y sus inseguridades?
Es dejando que sea el mismo amor de Dios, que reposa en nosotros y que
se nos dio en el bautismo, el protagonista de nuestra vida.
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MEDITACIONES EN CUARESMA
VIERNES SANTO
¡DIOS MÍO, DIOS MÍO¡, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?
(Jn 18,1-19,42)
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Esta es la súplica, la
pregunta, la expresión más desgarradora del dolor del alma de Cristo. Es
verdad que el ser humano puede acumular muchas heridas, miedos y
dificultades, pero en el fondo, el más terrible de los dolores es la ausencia
de Dios, el desconcierto de pensar que la vida es solo unos años, unas
vivencias, unas experiencias, y después, la nada.
Es fácil refugiarse en decir que lo hizo por la humanidad, pero San Pablo
lo singularizaba y decía: “Me amó y se entregó por mí, me quiso a mí,
subió a la cruz por mí, en la cruz él pensó en mí, me tuvo presente de algún
modo”. Hoy, Viernes Santo, es un día para conmovernos y para adorar
al Señor y a la Santa Cruz. Escucharemos su pasión y nos uniremos en
oración para agradecerle y adorarlo. Es un día para decirle con mucha
sinceridad: gracias, Jesucristo, gracias porque te importo tanto, gracias
porque tú eres el único que me quiere incondicionalmente, gracias por
cada instante de tu cruz que fue por mí. No puedo mirar alrededor, yo soy
de algún modo parte de tu cruz, Señor, y por eso hoy quiero estar contigo,
quiero agradecerte, quiero adorarte y no dejar nunca de admirarme del
amor tan impresionante que nos tienes.
SÁBADO SANTO
SILENCIO
una tumba, es aquel que, aun así, sigue gobernando, sigue cuidando y
sigue amando a toda la humanidad. Por eso, sí es el día del gran silencio.
Es el día en que todos los creyentes nos podemos preguntar: ¿Pero qué
hemos hecho? ¿Cómo ha sido posible? ¿Cómo puede ser que el Redentor,
que tanto nos amó, solo haya encontrado desprecios, burlas, rechazos e
indiferencias en los corazones de los hombres? Y frente a ese silencio,
una presencia. Frente a ese silencio, una esperanza. Frente a ese silencio,
una promesa. Solo el corazón de María estaba firme en las palabras de
Jesús, en sus palabras de vida. Entonces, solo María sabía lo que iba a
ocurrir. Que ella conociera la gracia de la resurrección no le quitó ni una
gota de dolor, pero ella esperó contra toda esperanza.
Madre mía, madre de todos los hombres, cuando todo lo pierda, cuando
todo me falte, cuando realmente la vida me invite a desesperarme porque
creo que lo he perdido todo, recuérdame, madre, que nunca se pierde
porque siempre estará Él, sus palabras, sus promesas y su cumplimiento
fiel a la voluntad del Padre.
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MEDITACIONES EN CUARESMA
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MEDITACIONES EN CUARESMA
19 DE MARZO
SOLEMNIDAD DE SAN JOSE, ESPOSO DE LA BIENAVENTURADA
VIRGEN MARIA
TU PADRE Y YO TE BUSCAMOS ANGUSTIADOS
(Lc 2, 41-51a)
25 MARZO
SOLEMNIDAD DE LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR
CONCEBIRÁS EN TU VIENTRE Y DARÁS A LUZ UN HIJO
(Lc 1, 26-38)
Una de las solemnidades más bellas e importantes de la historia de la
salvación es la Anunciación del Señor y la Encarnación del Hijo de Dios.
Lo más importante que ha sucedido en el cosmos es que Dios se ha
hecho parte del universo tomando carne humana en el vientre de María.
Con el “sí” de María, con ese “hágase en mí según tu palabra”, se pone en
marcha un mecanismo, una nueva creación, un nuevo cosmos distinto
del anterior en la carne nueva de Jesucristo. Todo sucedió en silencio, en
una cueva o vivienda en una esquina del mar Mediterráneo, donde vivía
una joven judía llamada María. María conocía las profecías y, al vivir sin
pecado original y estar pendiente de las cosas de Dios, escuchó su voz
y dijo “sí” al plan de Dios. Hoy, en la fiesta de la Anunciación, admiramos
la grandeza de Dios, quien puede hacerse pequeño y convertirse en
una molécula mínima y microscópica, siendo ya un ser humano y
parte de ese cosmos. También es un día precioso para agradecer a la
Virgen su generosidad, ya que al decir “sí” a Cristo, también aceptó las
consecuencias de ser humano y las consecuencias de amar a un hijo
que iba a morir. María fue muy valiente al enfrentarse al plan de Dios y
aceptarlo sin poner condiciones ni exigir nada, con una total sencillez.
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