Las bebidas energéticas, también conocidas como hipertónicas, son bebidas
sin alcohol que contienen sustancias estimulantes, y que ofrecen al consumidor disminuir temporalmente la sensación de fatiga y el agotamiento, además de aumentar la habilidad mental y proporcionar un incremento de la resistencia física. Este tipo de bebidas prometen un plus de energía y de nutrición, así como un incremento del rendimiento deportivo. La mayoría de las bebidas energizantes contienen mucho azúcar y mucha cafeína a veces tanta cafeína como la contenida en 1 a 3 tazas de café. pero siendo estos perjudiciales para la salud porque se vuelven adictivos, es decir el cuerpo para sentirse necesita de volver tomar estas bebidas.
Efectos secundarios de este tipo de bebidas:
Complicaciones médicas: Los ingredientes no regulados en las bebidas energéticas pueden interactuar con ciertos medicamentos. Puede causar serios problemas de salud para niños que sufren de convulsiones, anomalías cardíacas, trastornos del humor y del comportamiento. Decaimiento de Dientes y Aumento de Peso: Las grandes cantidades de azúcar presentes en las bebidas energéticas pueden causar decadencia dental. También puede conducir al aumento de peso y la obesidad. Pérdida de densidad ósea: El consumo excesivo de bebidas energéticas puede causar pérdida de densidad mineral ósea. Muchos estudios sugieren que la cafeína presente en las bebidas energéticas puede interferir con la absorción de calcio en el cuerpo, lo que lleva a los huesos débiles. Exceso de cafeína en las bebidas energizantes: La FDA no regula la cantidad de cafeína en las bebidas energéticas. Según los informes, las bebidas energéticas contienen alrededor de 75 a 200 miligramos de cafeína por porción. La alarmante cifra de personas que consumen bebidas energizantes: Según un informe de la EFSA (en el cual se recopilaban datos sobre el consumo de este tipo de bebidas en los diferentes grupos de población, podemos comprobar que los datos son realmente preocupantes:
Niños (3-10 años): El 18% eran consumidores habituales de
estas bebidas, de los cuales el 16% consumía cerca de 1 litro a la semana.
Adolescentes (10-18 años): El 68% eran consumidores
habituales, un 12% consumía 7 litros al mes y otro 12% bebía al menos 1 litro en cada sesión.
Adultos (18-65 años): El 30% tomaba bebidas energéticas. De
los cuales, el 12% consumían de 4-5 unidades a la semana, y el 11% bebía en una sola sesión al menos un litro.
Consumo junto con alcohol: 56% de la población adulta y el 53%
de los adolescentes.
Deportistas: Se comprobó que durante la práctica deportiva el
52% de los adultos y el 41% de los adolescentes consumen bebidas energizantes.