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Centro de Atención infantil No.

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Clave 26DDI0003P
CIUDAD OBREGON, SONORA

La edad de las mordidas y la importancia de entender este comportamiento

Cuando nuestros pequeños acuden a la estancia infantil o al preescolar, es común que sufran o
protagonicen casos de mordidas a otros pequeños. Para atenderlos y controlarlos es necesario entender
en primer lugar a qué se deben. La explicación de las mordidas en los niños depende de su edad, así
como de las circunstancias en las que suceden.
Cuando se trata de mordidas de bebés o antes de los dos años de vida, esto tiene una explicación
relacionada con su desarrollo y crecimiento. En muchas ocasiones, la mordida es el reflejo de buscar el
alivio a las molestias de la dentición.
Tomemos en cuenta también que, al encontrarse en la etapa oral, exploran a través de la boca; es así
como conocen texturas, formas y temperaturas, por lo que la causa de las mordidas puede ser una
reacción ante su curiosidad.
Los bebés no vinculan la mordida con el dolor ajeno, por lo que, incluso, puede significar una muestra
de cariño. Es importante que los papás enseñemos, mediante el ejemplo, a través de besos, caricias y
abrazos.
A partir del primer año, las mordidas pueden ser utilizadas como una herramienta de comunicación para
expresar enojo, frustración e incluso para llamar la atención. En ocasiones es utilizada como señal de
dominio sobre otros niños.
Es común observar un aumento en casos de mordidas cuando nuestros pequeños recién entran a la
escuela. Esto se debe a que es la primera vez que se relacionan y conviven frecuentemente de tú a tú con
sus iguales, y donde además tienen que compartir espacios, juguetes y sobre todo atención.
Durante esta etapa, las causas de que un niño muerda a otros podría deberse a que:
Utilizan la mordida como una forma de comunicación no verbal, puesto que no ha desarrollado
completamente su lenguaje ni sus habilidades sociales.
Los niños convierten la mordida en un acto recurrente cuando se dan cuenta de que son capaces de
llamar la atención o conseguir algún juguete u objeto.
Reacciona ante el estrés de una nueva situación, un cambio de rutina e incluso un problema en la
interacción con los adultos. Pueden morder por celos, ansiedad o angustia.
En esta edad es común que el pequeño muerda cuando se encuentra en una situación frustrante, como
una estrategia de autodefensa o solo por imitar a otros niños que muerden.
Para la atención de un niño que muerde es recomendable no gritarle o regañarlo severamente, sino
explicarle que lo que hizo daña al otro niño y esto tiene consecuencias, como haberlo hecho llorar.
Algunas acciones que seguir para evitar las mordidas:
Evitar morder a los hijos por muestra de amor o juego, evitar hacer algarabía si lo llega a hacer para
evitar el reforzamiento de una conducta no adecuada.
Actuar de forma inmediata para reprobar la acción, de manera firme, pero sin perder la calma.
Explicarle verbalmente que haber mordido no está bien porque causó el dolor de otra persona.
Cuando se trata de bebés es importante comunicarles el dolor a través de palabras, gestos o expresiones.
Es importante no morderles para enseñarles cómo se siente.
Fortalecer sus habilidades de comunicación para que el pequeño no recurra a la mordida, procurar su
óptimo desarrollo cognitivo y lingüístico para expresar sus sentimientos mediante palabras.
Actividades tranquilizadoras y respeto a ciertos rituales que ayuden a evitarles situaciones de estrés.
ATENTAMENTE

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Psic. Liliana Morales Barriga Profesora. Cristina Elizabeth Chávez
Psicóloga de CAI3 Maestra de maternal 1

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Nombre:
Padre/madre de familia de maternal 1

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