Está en la página 1de 3

CIUDADANO

JUEZ DE PRIMERA INSTANCIA CIVIL, MERCANTIL Y TRANSITO DE LA


CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO ZULIA

SU DESPACHO.

Yo, CARLOS BILBAO RODRIGUEZ, venezolano, oficinista, titular de la cedula de identidad


N° V-5.042.832, domiciliado en el Apartamento 2C del Edificio Araguaney II, del Conjunto
Residencial El Araguaney, ubicado en la Calle 100 antes Libertador, Sector El Varillal,
Sabaneta, Municipio Maracaibo del Estado Zulia, Teléfono Celular: 0412 4733127, asistido
en este acto por el ciudadano MAURO ANTONIO BARRETO PEREZ, venezolano, mayor de
edad, titular de la cedula de identidad N° V-11.897.289, abogado en ejercicio e inscrito en el
Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el N° 273.564, domiciliado procesal
Urbanización El Caujaro, Av.49G, “198-111, Municipio San Francisco del Estado Zulia,
Teléfono Celular: 0412 6613785, Correo Electrónico: barretoperez1972@gmail.com ante
usted ocurro para exponer:

ANTECEDENTES PERSONALES

Desde el año 1969 comencé a prestar mis servicios dentro del poder Judicial ocupando el
cargo desde su inicio con el cargo de Secretario Titular del Juzgado Quinto de Parroquia
de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, a cargo de la Dra. Nieves Montenegro
Acosta, y cuya relación de trabajo se mantuvo con el mismo cargo por espacio de Treinta
(30) años ininterrumpidos, y con cuya trayectoria laboral y dado el cargo desempeñado
adquirí gran calidad humana con el respeto y consideración por esa circunstancia de todo el
conglomerado tribunalicio de jueces, fiscales del Ministerio Público y centenares de
abogados que me conocieron así como público en general, circunstancia esta que me ha
permitido seguir laborando al lado de abogados que han contratado mis servicios como
asistente jurídico.

DE LOS HECHOS DEMANDADOS

Es el caso ciudadano juez, que en fecha 03 de Noviembre de 2022, aproximadamente a las


Once (11) de la mañana, me encontraba en compañía de la ciudadana GLORIS ACOSTA
GUTIERREZ y de su hijo FRANCISCO TORRES, conversando sobre un problema que tiene
la mencionada ciudadana en el Sector de la Feria de la Comida, del Centro Comercial Gran
Bazar de la Av. 15, con Calle 100 de esta ciudad, sitio donde se desarrollaron los
acontecimientos denunciados. En efecto, encontrándome en esa reunión y sin percatarme de
ello, se presentó un ciudadano de nombre HELY SAUL FLORIDO, de quien se supo se
identifica con cedula de identidad N° V-2.870.255, no tener correo electrónico pero con
número de teléfono 0424 6070903 y con residencia en el Doral Norte, Calle 12-8, forma
violenta y errática comenzó a propinarme golpes en la cabeza y la espalda a la altura del
cuello, agresiones estas que no tuvieron carácter grave, no obstante su contundencia. Esa
acción violenta continuó una vez que me levante de mi asiento y hubiesen sido más fatales
de no ser por la oportuna intervención de personas presentes en el lugar y del personal de
seguridad que allí labora.

Ahora bien ciudadano juez, no conforme dicho ciudadano con su afán de hacerme más daño
físico, comenzó a vociferar a viva voz, que yo era un estafador de profesión, un ladrón y
que lo había estafado con mucho dinero que yo le había quitado con engaño, lo cual es
totalmente falso debido a que nunca me obligué con dicho ciudadano a ninguna labor ni
mucho menos he recibido del mismo cantidad de dinero alguna.

Quiero acotar que no satisfecho con su acción violenta y errática, el mencionado ciudadano
en forma furiosa continuó vociferándole al público que conformaban un centenar de
personas y abogados allí presentes que me conoce, que yo era un delincuente y que
se cuidarán de mí, por lo cual se hizo necesaria la intervención de la fuerza pública presente
en ese momento; ello con el propósito de calmar sus malsanas intensiones y que ya había
conseguido vilipendiándome y sometiéndome al escarnio público con sus acusaciones de
difamación e injuria en público y con agresiones personales que constituyen el delito contra
las personas. Toda esta situación se agravó toda vez que en razón del escándalo que
propició el ciudadano HELY SAUL FLORIDO, no obstante ser yo la victima de los hechos
narrados, se me ordenó que abandonara el centro comercial, acción que fue ejecutada
por los funcionarios de seguridad de la junta de condominio, por lo que fui escoltado
hasta la salida del centro comercial, prohibiéndoseme nuevamente la entrada. Esto
permitió que el público quedara convencido de que efectivamente yo era un delincuente, con
lo cual mi reputación, mi decoro y honestidad como hombre público con más de 30 años al
servicio del poder judicial quedara por el suelo, y daños morales causados por la acción
vandálica desplegada por el ciudadano HELY SUAL FLORIDO ha comenzado a crearme
problemas con el retiro y negación de labores legales.

Ciudadano juez, con todos estos parámetros me dirigí con fecha 07 de Noviembre de 2022,
ante la Fiscalía del Ministerio Público a consignar la correspondiente denuncia en contra del
ciudadano HELY SUAL FLORIDO, la cual se encuentra en proceso y de cuyo acuse de
recibo consigno a los fines de una mejor ilustración tribunal, marcada con la letra “A”.

ASPECTO DOCTRINAL

Ciudadano juez, indudablemente que la conducta violenta errática y mediática ejercida por el
demandado HELY SUAL FLORIDO, me ha causado un daño emocional tomando en
consideración mi edad de 78 años aunado a mi condición humana que ya analice dentro del
Poder Judicial, lo cual ha disminuido mi autoestima, perjudicando o perturbando mi sano
desarrollo mental por ejercida dicha acción con descredito o menosprecio al valor personal o
la dignidad con tratos humillantes y vejatorios, deshonra a la reputación y a la familia con
amenaza de aislamiento de la parte laboral con privación de medios económicos
indispensables.

Nuestra doctrina y con el autor Francisco Rico, patrimonio no es lo material o pecuniario sino
que tenemos además otras dos clases de patrimonio, el que nuestra integridad y actividad
personal nos permite desarrollar, y el otro, nuestro honor o la estimación de que gozamos
entre los demás. Ahora bien, la disminución de estos dos patrimonios ocasionan un daño
resarcible según la Leyes que regulan la materia (artículos 1.185 y 1.196 del Código Civil).

El daño también puede ser de orden moral tal como lo analizamos en el acápite anterior
respecto al aspecto doctrinal. El daño moral apareja consecuencias patrimoniales mediante
el mecanismo de la reparación sin que la percepción económica sea una traducción exacta
del valor que tiene el derecho subjetivo violado, que solo adquiere vida material como pena
privada o sanción especifica necesaria para castigar la agraviante, ya que los derechos
subjetivos no tienen valoración económica determinada o determinable.

La cuantificación del daño moral pertenece al mundo potestativo del juez, quien no tiene ni
debe tener referencias condicionantes en el orden legal, sino parámetros surgidos de la
experiencia y la realidad, lo que debe tener en cuenta al momento de fijar el monto de la
reparación, (artículo 1.196 del Código Civil).

La victima (CARLOS BILBAO), del daño moral se ve interferido en su conducta normal por la
conducta antijurídica con violencia errática y mediática de otra persona (HELY SAUL
FLORIDO), quedando afectada su personalidad en la razón de su existencia.

Ciudadano juez, la conducta oprobiosa e ilegal del agraviante HELY SAUL FLORIDO, me ha
dañado catastróficamente ya que en condición de asistente jurídico de abogados y público en
general tal como queda expresado me ha llevado a la merma considerable de mis contratos
de servicios además del daño moral causado a mi reputación, honor, descredito de mi
calidad humana y del desequilibrio mental que tal situación me ha producido, por lo que hay
que tomar en cuenta que nunca el resarcimiento de ese daño moral será suficiente y
adecuado, pues nunca podrá ser satis facción total, de forma que lo que se persigue
es una aproximación a la justicia, ello conforme a los artículos 26, 49 257 de nuestra
Constitución.

Como quiera que la Ley lo permite y ser esta una fase dentro del proceso, me reservo la
prueba testimonial para el momento de la promoción y evacuación de pruebas e igualmente
la prueba técnica del análisis de cámaras instaladas en el sitio de los hechos y otras pruebas.

Por todo lo expuesto procedo en este acto a demandar como en efecto demando al
ciudadano HELY SAUL FLORIDO, ya identificado, por Resarcimiento de Daños Morales
derivados de su acción determinada en el libelo, o para que en caso contrario el tribunal lo
condene a su pago, los cuales estimo en la suma de Ochenta Mil (80.000,00 Bs)
Bolívares, equivalentes a Doscientas Mil (200.000UT) Unidades Tributarias, monto por
el cual estimo esta demanda, igualmente demando las costas y costas del proceso. Pido al
tribunal admita esta demanda y una vez admitida se libren los recaudos de citación y
se hagan entrega los mismo conforme lo dispone el articulo 345 del Codigo de
Procedimiento Civil.

Es justicia que espero en la ciudad de Maracaibo a la fecha de su presentación.

CARLOS BILBAO ABG. MAURO BARRTEO


C.I. V-5.042.832 INPRE. 273.564

También podría gustarte