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HISTORIA DE LA LENGUA I 2020-21 Prof.

Mercedes Abad Grupo 1




6 EVOLUCIÓN DEL SISTEMA CONSONÁNTICO

El sistema consonántico latino se mantuvo, en lo esencial, en su


evolución a las lenguas romances. Los cambios no fueron muchos, pero sí
fueron
fundamentales, como veremos a lo largo de este tema. Una de las
diferencias más importantes reside, sin duda, en la creación de consonantes
EVOLUCIÓN
palatales DEL
que no existían enSISTEMA VOCÁLICO
latín. Por otra parte, en las lenguas romances se dio
un proceso bastante generalizado de debilitamiento de consonantes
intervocálicas y finales de palabra.
No se debe olvidar que en estos procesos de cambio hay una tendencia
universal a relajar la pronunciación, esforzar lo menos posible la articulación,
ajustar
combinaciones difíciles de realizar y organizar los sonidos
sistemáticamente.
EVOLUCIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO
El cambio de una consonante viene determinado por su naturaleza, su
posición en la palabra y su contacto con otros sonidos, por lo que para abordar
los diferentes cambios consonánticos es preciso tener en cuenta si se ocupan la
posición inicial o el interior de la palabra, si son consonantes simples o van agrupadas
con otras consonantes y, en tal caso, si se trata de un grupo de origen latino o de
un grupo de origen romance (si es que se originó con posterioridad, tras el cambio
de un sonido previo).
Algunas de las transformaciones consonánticas encuentran su
explicación en la influencia de las vocales contiguas, por lo que deberemos
tener presente en todo momento los cambios vocálicos del tema anterior.
De forma muy esquemática, los principales cambios consonánticos se
pueden reducir a:

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• Lenición o debilitamiento de la consonante, que se puede manifestar
como degeminación, sonorización o fricatización y que implica una
reorganización fonológica en cadena.
• Aspiración, como ocurre con la f-inicial latina.
• Palatalización, cuando una consonante pasa a ser palatal, como en
SAPONEM > jabón o PLENUM > lleno. La yod palataliza frecuentemente la
consonante a la que acompaña.
• Pérdida del elemento labiovelar, como en QUASI > casi.
• Asibilación, que es la conversión de un sonido o secuencia de sonidos en
una consonante (fricativa o africada), normalmente dental o alveolar,
articulada como una especie de silbido. Frecuentemente, un fonema
velar oclusivo sordo en contacto con una vocal palatal (/e/, /i/)
modifica su punto de articulación adelantándolo y, como consecuencia,
se ve modificado también el modo de articulación. Este proceso tiene
como consecuencia el nacimiento del fonema interdental fricativo sordo
actual /θ/en otros contextos diferentes a los aparecidos en la yod
primera. La diferencia con la yod es que en este tipo no tiene que haber
ningún tipo de diptongo, simplemente confluye la velar con la vocal
palatal.

1. CONSONANTES LATINAS

El sistema consonántico latino, que estaba constituido por trece fonemas, era
más sencillo que el del español medieval o el moderno, ya que no contaba con

consonantes palatales ( /ɲ /, / y /, / ʎ /, / ʃ /, / ʒ /) ni con africadas ( / ʧ /, / ʤ /).

También carecía de la fricativa velar / χ /.

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La mayor parte de las consonantes intervocálicas podían ser geminadas,


aunque se discute si han de interpretarse como una única consonante larga o
como la sucesión de dos consonantes iguales. En el caso de [kw] (QU en la
escritura) y [gw] (GU en la escritura) también se discute si se trata de fonemas
únicos o de la sucesión de un fonema velar más la realización
semiconsonántica de /u/.

Algunos cambios del latín tardío fueron comunes a todas las lenguas
romances, como la consonantización de [w] > /β /, escrita v :
VITAM [wítam] > vida

o la consonantización de [j] > / ǰ /, escrita y:

IUSTUM [jústum] > yusto > justo

La semiconsonante velar [w] se reforzó hasta pronunciarse como


fricativa bilabial [β], confluyendo así con la pronunciación de la /b/
intervocálica. Esto explica las frecuentes confusiones entre –B- y –V-
intervocálicas ya en latín tardío y después en romance; en posición inicial de
palabra se mantuvo la distinción entre b- [b] y v- [β] .

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Por lo que se refiere a [j] inicial de palabra, reforzó su articulación en
latín tardío, convirtiéndose en una consonante palatal sonora fuertemente
fricativa o, incluso, africada.
Otros cambios se dieron en áreas determinadas, como los que integran la
llamada “lenición ” (debilitamiento de las consonantes que estudiaremos más
adelante), que afectó solo a la Romania occidental.


Antes de empezar con las evoluciones, recordemos las diferentes


representaciones de los fonemas que vamos a estudiar según los dos sistemas
de transcripción que habitualmente se utilizan y que resultan imprescindibles
para el desarrollo de esta asignatura:

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Fig. 3. Diferencias entre los dos alfabetos fonéticos utilizados

DEL LATÍN AL ESPAÑOL MEDIEVAL


El sistema consonántico del castellano se vio ampliado desde los doce
fonemas consonánticos latinos (tras la pérdida de /h/) hasta los veinticuatro
del español medieval que se pueden observar en el siguiente cuadro:

LABIALES DENTOALVEO VELARES PALATALES LARÍNGEAS
son. sord. son. sord. son. sord. son. sord. son. sor
OCLUSIVAS /b/ /p/ /d/ /t/ /g/ /k/
FRICATIVAS /β/ /f/ /z/ /s/ /ʒ/ /ʃ/ /h/
AFRICADAS /d͡z/ /t͡s/ /d͡ʒ/ /t͡ʃ/
NASALES /m/ /n/ /ɲ/
LATERALES /l/ /ʎ/
CENTRALES /ǰ/
VIBRANTE /r/
SIM.
VIBRANTE /r/
MÚL.
Fig. 4. Sistema consonántico del español medieval

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Los nuevos fonemas que se generan en la evolución del latín al español
medieval constituyen un subsistema formado por:
Ø siete fonemas dentro del orden palatal:

/ʒ/ - /ž/ /ʃ/- /š/

/d͡ʒ/- /ŷ/ /t͡ʃ/ - /ĉ/

/ɲ/- / n̬/

/ʎ/ - /l̬/

/ǰ/ - /y/

Ø cuatro fonemas de la serie africada:


• dos se encuentran en el orden de los palatales:

/d͡ʒ/- /ŷ/ /t͡ʃ/ - /ĉ/

• dos en el orden de los deontoalveolares

/d͡z/- /ẑ/ /t͡s/- /ŝ/

A estos siete fonemas hay que añadir /r/, /z/ y /β/, y ya queda mucho
más ambiguo si existió /h/ o fue una mera variante de /f/.

En la siguiente tabla, elaborada por J. Medina López (1999: 53-55), a


partir de los trabajos de Menéndez Pidal, Cano Aguilar y Manuel Ariza,
podremos estudiar detenidamente todos los fonemas, descripción, grafías y
procedencia. He incluido, indicándolo en cada caso, la transcripción del fonema
según el AFI para evitar confusiones.

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Fig. 5. ESQUEMA GENERAL DE LAS CONSONANTES DEL ESPAÑOL MEDIEVAL

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*relajada = por hacerse fricativa al ser intervocálica.


*inestable = lo normal es su pérdida, aunque también hay ejemplos de mantenimiento.
*pocos = los casos son esporádicos, extraños o infrecuentes.
* asimilados = la asimilación se produjo ya desde el latín vulgar.
*simplificada = se reducía ya en el propio latín.
* románico = se trata de un grupo originado en el romance.

Vamos a detenernos en aquellas consonantes que requieren una atención


especial.

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2. CONSONANTES INICIALES SIMPLES

Las iniciales son las consonantes más estables y muchas se mantuvieron sin
cambios en su evolución al castellano.

BŎNUM > bueno CASAM > casa DŎMINUM > dueño LĬNGUAM > lengua
MANUM > mano NŎVUM > nuevo PATREM > padre SĚPTEM > siete
TĚRRAM > tierra VACCAM > vaca

2. 1. /s-/

La alveolar fricativa sorda se mantuvo sin cambios de forma bastante


regular, pero en algunos momentos y en diferentes circunstancias se resolvió

con otros resultados, como š ( ʃ ); ĉ ( t͡ʃ ) o ŝ ( ts)

2.1.1. s- > s-

Se mantuvo en su paso del latín al español en casos como:


SALTU > salto
SŬRDU > sordo
SĚPTEM > siete

2.1.2. Palatalización de s-

El fonema alveolar fricativo sordo /S/, además de mantenerse, pudo


también evolucionar a varios resultados palatales (bien por su propia
naturaleza apicoalveolar, bien por influencia árabe, puesto que en esa lengua
existía un fonema postalveolar muy cercano acústicamente a la s castellana)

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s- > ʃ > x-

El fonema /s/, ante cualquier vocal, puede dar como resultado un fonema
prepalatal fricativo sordo / ʃ / que posteriormente se hará velar (lo
estudiaremos en el apartado dedicado al “reajuste de sibilantes”).

SŪCU > xugo > jugo


SOTAR > sota > xota > jota
SAPONEN > xabon > jabón
SIRINGAM > xiringa > jeringa

s- > ts > θ

El fonema /s/, preferentemente ante /e/, /i/ (aunque también ante las demás

vocales), pudo evolucionar a un fonema dentoalveolar africado sordo / t͡s/ que

posteriormente se resolvió como interdental /θ/

SĬCĪNA > secina > çeçina > cecina

s- > t͡ʃ

La consonante alveolar fricativa sorda, aunque de manera menos frecuente,


pudo transformarse en una consonante palatal africada sorda / t͡ʃ/:

SIFILARE > sif(i)lar > siflar >chiflar

2.2. /k-/

El fonema velar oclusivo sordo puede conservarse como tal o sufrir algunas
transformaciones en el modo de articulación, en el lugar de articulación o el
cambio en la sonoridad.
k- > k-
Ante /a/, /o/, /u/ el fonema velar no se altera:

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CABALLU > caballo
k- > g-
A pesar de lo dicho anteriormente, en algunas ocasiones, el fonema velar
oclusivo sordo en posición inicial pudo sonorizarse:
CATTU > gato
*COLUPU > golpe

k- > t͡s > θ

Ante las vocales palatales /e/, /i/ el fonema velar oclusivo sordo en posición

inicial se puede transformar en el dentoalveolar africado sordo /t͡s/ (/Ŝ/),


representado en la escritura con c o ç, que posteriormente se convirtió en el
interdental / θ/ en español peninsular.

CĚNTU > çiento > ciento

/’kentu/ > ‘kjentu > ‘kjento > kj ←jento > ‘t͡s jento > θiento = ciento

k- > t͡ʃ (ĉ)

Esporádicamente, pese a lo dicho anteriormente, el fonema velar oclusivo sordo


puede transformarse en el palatal africado sordo t͡ʃ ante /e/ o /i/.
CICĚRU > /’kikeru/ > kj ikjeru > t͡ʃit͡ʃero > t͡ʃit͡ʃaro = chícharo

2.3. /f-/

El fonema labiodental fricativo sordo /f/ que en latín arcaico y después


en determinadas zonas era, para algunos autores, bilabial /φ/ fue objeto de dos
tratamientos distintos: conservación o aspiración y pérdida posterior.
Suele conservarse cuando se encuentra en determinados grupos
consonánticos o frente a ciertas vocales; en otros casos vacila entre conservarse

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o perderse, después de una aspiración previa (f > h > ø). A veces, puede pasar
que la consonante resultante de la aspiración se velarice (f > h > x).
En la península Ibérica, esta aspiración fue avanzando desde el norte
hacia el sur y es un rasgo que distingue al español entre las demás lenguas
romances. Por su importancia para la historia del español, este aspecto ha sido
objeto de innumerables estudios e hipótesis.
Una hipótesis bastante aceptada entre los hispanistas, aunque no
totalmente comprobada y bastante discutida por otros, es la de Menéndez Pidal
(1926), quien atribuye esta evolución a la influencia del sustrato. Según esta
teoría, la aspiración de la /f-/ castellana se debe a la influencia de la lengua
vasca, puesto que el fonema /f/ no existía en esa lengua, por lo que los
hablantes, cuando aprendían latín y se hacían bilingües, sustituirían esa F- por
otros sonidos existentes dentro de sus sistemas, y parece que el aspirado /h/
era uno de los sonidos más factibles, que posteriormente se perdería. El
problema está, por una parte, en que hay otras zonas en la Romania (Calabria,
Cerdeña, Rumanía y Brescia, en el norte de Italia), en las que se da ese paso /f-/
> /h/ sin que haya existido contacto con el vasco; y, por otra parte, en Navarra,
reino en el que convivieron los vascos y los hablantes del romance, se mantuvo
la F-.
Para Salvador (1982) la razón de esta transformación se encuentra en
causas geológicas, pues se basa en la idea de que la falta de flúor en el agua de
la zona castellana provocaba realizaciones bilabiales fricativas sordas [φ] que,
posteriormente, derivaron en [h] y, finalmente, en la pérdida del fonema.
Desde una perspectiva tipológica, no obstante, se trata de un cambio
completamente normal, pues la mayoría de los fonemas fricativos glotales /h/
existentes en las lenguas del mundo, proceden históricamente de una fricativa
sorda /f/ o /s/ (Company & Cuétara 2007: 205).
Desde finales del siglo XI, junto a /f-/ hay testimonios de aspiración [h]
o pérdida en la documentación castellana. Posiblemente estas realizaciones
fueron sentidas por los hablantes como variantes de un mismo fonema en las
que la conservación /f-/ podría interpretarse como la forma más culta y ø (cero
fonético) como la forma de las clases más bajas (Torrens 2007: 61).

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Hasta los comienzos de la expansión castellana (s. X) la aspiración [h] se
limitaba a su área de origen, Cantabria; pues otras zonas utilizaban [f].
Conforme se va extendiendo Castilla en los inicios de la conquista (s. X- XIII), la
[h] empieza a usarse en todo el territorio conquistado, invade León y pasa al
centro-sur. Después del siglo XVI, la aspiración forma parte de la pronunciación
estándar (norma toledana) y llega con la reconquista al sur de España. Sin
embargo, al mismo tiempo que la articulación de [h] triunfaba en el sur y el
oeste , en el norte y en Castilla desaparecía la aspiración. Se produce el
enfrentamiento en el siglo XVI entre la pronunciación de Burgos /ablár/ y la de
Toledo /hablar/. Tras establecerse la corte en Madrid, la pronunciación norteña
(sin aspiración) llega hasta allí y desde la segunda mitad del siglo XVI puede
decirse que ese modelo se convierte en la norma y llega a todas las áreas del
habla castellana. La aspiración de [h] acabó perdiéndose, menos en Andalucía,
Canarias y en la mayor parte de América. En Extremadura también se conserva
en algunas zonas.
En cualquier caso, la grafía f- predominó al menos hasta finales del siglo
XV, lo que no significa que en realidad se pronunciara.

f+ líquida
La consonante /f/ se conserva en los grupos fr- y fl-:

FRŎNTE > fruente > frente FRŪCTU > fruto


FLORE > flor FLACCU > flaco
FRĒNU > freno
f- > f
Se mantiene prácticamente siempre ante el diptongo ue > ŏ, y con frecuencia
ante ie> ě:

FŎNTE > fuente


FŎRTE > fuerte
FŎCU > fuego
FĚSTA > fiesta

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También se mantiene en monosílabos (fue, fui, fe) y en palabras que


tradicionalmente son consideradas cultismos (febrero, familia, falso, feria, fama,
fontana, fumar). En dialectalismos periféricos admitidos por el castellano
también se ha mantenido la f-:
- del catalán: faena, forja, falla
- del francés: faceta, filete, filón
- del italiano: facha, fachada, filigrana
f- > ø
Aunque puede conservarse ante la vocal ě, en esa transición hacia el diptongo
[je] la /f-/ también puede perderse:

FĚRRU > fierru > hjerro > ierro = hierro

Hay que tener presente que, con mucha frecuencia, el fonema /f-/ primero se
aspira y luego se pierde, como en FĂRINA > harina y FŪMU > humo.

f- > h- >x
También es posible que el fonema labiodental fricativo sordo /f/ en
posición inicial primero se aspire y luego se velarice hasta convertirse en una
velar fricativa sorda /x/:
FAMELICU > fameligo > famelgo > hamelgo > jamelgo
*FUTUERE > hoder > joder

Es importante tener en cuenta, como muestran los ejemplos, que suelen


convivir varias soluciones (de FĚRRU > fierro, hierro y también jierro). La cuestión
de la aspiración, no solo en posición inicial, también ha sido muy estudiada
entre los especialistas.

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2.4. I- ( y G-, J- )

La naturaleza articulatoria de esta consonante ha sido objeto de atención


y de polémica. Muchas veces pudo coincidir con una yod que, por ser la parte
inicial del diptongo creciente, experimentaba una gran fuerza (como en la
actualidad hierba/yerba). Podemos considerar que se trataba de un fonema
fricativo sonoro, probablemente prepalatal.
Las soluciones que presenta este segmento son varias: puede velarizarse,
palatalizarse o perderse. Muchas veces depende de la vocal que siga.

I- > ʒ > ʃ > χ

En posición inicial, I- puede velarizarse ante /o/, /u/ (vocal no anterior)

JŎCU >xuego > juego

JŎCU: /’ioku/> ‘joku > ’ʒogu > ‘ʃwegu > ‘xwegu > xwego // juego

I-> ǰ (y)
En posición inicial de palabra, I- también puede evolucionar como una
consonante palatal fricativa sonora.

JACET > yace


IAM > ya
IUGU > yugo

En el caso de G- seguida de vocal palatal, también se producirá la palatalización


si la sílaba es tónica:

GEMMA > giema > yema


GĚNERU > gien( )ro > yenro > yerno
GĚLU > gielo > *yelo > hielo

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I-> ø
Ante vocal no posterior átona , puede ocurrir que el segmento desaparezca,
como en IACTARE > echar.

GERMĀNU > hermano GINGĪVA > encía


IAIUNO > ayuno

2.5. La grafía v- (oposición (b/ - /β/)

No existe unanimidad entre los especialistas sobre cuál es el sonido que


representa la grafía v- en latín. Se ha identificado con un alófono
semiconsonántico [w] y con una forma bilabial fricativa sonora [β], e incluso
con un fonema labiodental fricativo sonoro [v].
Todo parece indicar, no obstante, que en latín la grafía v tenía una
realización similar al sonido semiconsonántico de /u/ en diptongo: [w]. Esta
semiconsonante [w], escrita u (para la minúscula) y v (para la mayúscula), se
reforzó en latín tardío y pasó al castellano medieval como una consonante
bilabial fricativa sonora /β/, por lo que confluiría con la pronunciación de la b
intervocálica (oclusiva), que por efecto de la lenición se habría hecho fricativa.
Por otra parte, algunas vacilaciones entre b y v en posición inicial sugieren que,
tras algunos fonemas, no se distinguía la diferencia entre las formas /b/ y /β/.
Desde principios del siglo XIII empiezan a documentarse casos de grafía
b- por v-: boz, berdad, boda (en este caso, VOTA > boda ya no recuperó nunca la v-
etimológica, como abogado < ADVOCATU), fenómeno llamado betacismo que
parece mostrar la neutralización de los dos fonemas a favor de /b/ en posición
inicial absoluta. Es probable que esta indistinción se hubiera consumado a
finales del siglo XIV y que a lo largo del XV comenzara e extenderse la
confusión al contexto intervocálico. En el XVII la escritura muestra la confusión
de bilabiales y en el siglo XVIII la Real Academia Española propuso una
ortografía etimológica, sin base fonética, basada en el reparto latino de b y v.

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Sea como fuera, lo cierto es que el fonema /v/ no intervino en la
evolución del latín al español y que tampoco forma parte del sistema
consonántico del español actual.
En nuestras evoluciones desde el latín, indicaremos el cambio desde la
wau latina al actual fonema bilabial oclusivo sonoro, pasando por una forma
bilabial fricativa sonora medieval: w > β > b.

VACCA : /’uak:a/ > ‘waka > ‘βaka > ‘baka , vaca

3. CONSONANTES EN INTERIOR DE PALABRA

3.1. Consonantes oclusivas intervocálicas. La lenición.

En posición interior, concretamente en posición intervocálica o entre


vocal y consonante líquida (r, l), se producen cambios fonéticos encadenados de
debilitamiento consonántico que, en su conjunto, reciben el nombre de lenición.
En la romania occidental las sordas intervocálicas sonorizaron. Hay
diversas teorías para explicar este proceso.
La teoría sustratística, muy generalizada, atribuye la sonorización a la
influencia del sustrato celta, de ahí que en algunos manuales se hable de
“lenición céltica”, pues en las lenguas celtas había una poderosa tendencia a la
sonorización de consonantes. No obstante, se ha dado la sonorización también
en zonas donde nunca hubo pueblos celtas, por lo que en la actualidad, algunos
investigadores consideran la influencia del sustrato como un factor
concomitante.
La teoría fonética explica la sonorización como efecto de la asimilación
doble o recíproca, mediante la cual las vocales transmiten su rasgo de
sonoridad a la consonante sorda situada entre ellas.
La teoría estructural busca las causas de la sonorización dentro del
mismo sistema latino, y los estructuralistas encuentran en la simplificación de

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las geminadas, tras un fuerte incremento de la geminación expresiva, el primer
paso de una reacción en cadena, pues las sordas sonorizarían al verse
empujadas por los resultados de la simplificación de las geminadas; lo que
también propiciaría que las sonoras se hicieran fricativas o incluso se perdieran
para mantener las diferencias.
En latín vulgar aumentó el número de consonantes geminadas debido a
diversas asimilaciones que se dieron en algunos grupos consonánticos como :
RS > /s:/ RUSSUM por RURSUM (hacia atrás)
PS > /s:/ ISSE por IPSE
PT > /t:/ SETTEMBRES por SEPTEMBRIS
MN > /n:/ ALUNNUS por ALUMNUS
MB > /m:/ LUMMUS por LUMBUS
El grupo NS no experimentó esta geminación, pues en todos los casos se redujo
a /s/.
En esta situación, las consonantes geminadas, originarias y latino
vulgares, se vieron forzadas a la simplificación: /k: / > /k/. Esta simplificación
fizo presión sobre las consonantes simples que ya existían y, si eran sordas, se
vieron en la necesidad de sonorizar ( /k/ >/g/) para seguir manteniendo el
contraste que existía originariamente entre geminada y simple. Como la casilla
de las sonoras se vio invadida por la sonorización de las sordas intervocálicas,
las sonoras, si eran oclusivas, se fricatizaron: /γ/. Este proceso se podría
representar con la siguiente tabla:
PROCESO LATÍN VULGAR CASTE. MED. EJEMPLOS

Simplificación Geminada > simple SĬCCU > seco

/pp/, /tt/, /kk/ /p/, /t/, /k/


Sonorización Sorda > sonora SĒCŪRU > seguro

/p/, /t/, /k/ /b/, /d/, /g/


Fricatización Oclusiva sonora > fricativa sonora NŪBES > nuves

/b/, /d/, /g/ [β], [δ], [ϒ] [nuβes](med.)


Pérdida Fricativa sonora >Ø LĒGĀLE > leal

/β/, /δ/, /ϒ/


Fig. 6. Proceso de lenición en español
(adaptado de Fradejas 1997: 92 )

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La simplificación y la sonorización se dieron al mismo tiempo, es decir,
son procesos contemporáneos, por lo que el resultado de la simplificación no
fue modificado por la sonorización.
SĬCCU > seco, pero nunca llegaría a *sego
La fricatización de las oclusivas sonoras pudo producirse sin que su
resultado llegara a la pérdida (hay que tener en cuenta que ne la mayoría de
casos no varió la escritura):
NŪBĒS > [‘nuβes] nuves > nubes
Pero en otros casos la fricativa resultante se vio afectada por la pérdida:
LĬGĀRE > [li’γare] > /li’ar/ liar
Aunque también hay casos de conservación:
AUGŬSTU > agosto
Por lo general, la pérdida se da en casos de palatalización de la /g/ precedida
por vocal palatal (/e/, /i/):
DĬGĬTU > dedo
FRĪGĬDU > frido (med.) > frío
RĒGĪNA > reina
Aunque no faltan casos en los que la vocal precedente no es palatal y también
se pierde:
SĂGĬTTA> saeta
VĀGĪNA > vaina
MĂGĬSTRU > maestro

Hubo algunos casos en los que la sonorización de las oclusivas sordas fue

imposible: cuando la sorda estaba precedida por la semivocal [u̯]:

AUCA > oca


AUTUMNU > otoño
CAUTU > coto
PAUCU > poco
Tampoco sonorizaron cuando hubo una síncopa vocálica muy temprana, con lo
que se creó un grupo consonántico:

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PŌL(y)pu > pulpo
SŌL(ĭ)tārĭu > soltairo > soltero
sŏl(ŭ)tu > suelto

Por lo que se refiere a la degeminación, hay que hacer una observación,


puesto que el español, en el caso de las geminadas sonoras, no admitió como
solución que se simplificaran y se confundieran con las simples. En esos casos,
se reforzó la pronunciación de las geminadas mientras se mantuvieron
intervocálicas:
/-rr/ > /r̄/
CARRU /’kar:u/> /’kar̄ o/ carro

TĚRRA /’ter:a/> /’tier̄a/ tierra

/l:/> /λ/ y /n:/ > / ɲ/


En estos casos el refuerzo tuvo como consecuencia la palatalización.
CAPĬLLU /ka’pil:u/ > /ka’beλo/ cabello
GALLĪNA /ga’l:ina/ > /ga’λina/ gallina
ANNU > año

4. GRUPOS DE CONSONANTES

Los grupos de consonantes pueden conservarse, perderse o transformarse


mediante procesos de asimilación e, incluso, pueden vocalizar.

4.1. Grupos de consonantes en posición inicial


Estos grupos en general se conservan, se palatalizan o se pierde alguno
de sus elementos.

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§ Consonante sorda + l (pl-, fl-, kl-)

Estos grupos son especialmente complejos por la variedad de resultados


posibles, pues pueden conservarse o palatalizarse y, en tal caso, muestran dos

soluciones distintas : ʎ o ͡ tʃ. La palatalización se ha explicado, al menos, desde

dos perspectivas diferentes.


Por una parte, Menéndez Pidal (1904) y, más recientemente, también

Lloyd (1987), mantiene que estos grupos evolucionaron a [ʎ]. Según esta

propuesta se trata de un cambio simple y natural por el que se palataliza la


lateral, del que resulta un sonido lateral palatal y el elemento consonántico
inicial se pierde.
CLAVE > /‘klabe/ > ‘kλabe > ‘λabe = llave
PLANU > /’planu/ > ‘pλano > ‘λano = llano

El problema reside en que esta propuesta no explica por evolución interna


ciertos casos que palatalizan en ͡ tʃ:
PLŬTEA > choza
PLOPPU > chopo
PLŬVIA > lluvia, pero también chubasco
Y no explica de manera conjunta el comportamiento de los mismos grupos en
interior de palabra, donde también evolucionaron a ͡ tʃ:
CONCLAVARI > conchabar
INFLARE > inchar
AMPLU > ancho
Por otra parte, la propuesta representada por Malkiel (1983), entre otros,
ofrece una explicación integrada para grupos iniciales y mediales. En opinión
de este autor, las dos evoluciones palatales posibles de estos grupos serían
consecuencia de dos oleadas distintas de latinización que habrían conformado
el íbero-romance. La primera oleada sería la responsable de la evolución a

palatal africada t͡ʃ, que explica la existencia de choza, chopo, chubasco, y también

los resultados mediales en conchabar, hinchar, etc. Una segunda oleada, de

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carácter galo-románico, procedente fundamentalmente de la Provenza, sería la
responsable de las evoluciones en la lateral palatal λ. La explicación
articulatoria sería que la lateral alveolar agrupada vocaliza, generándose con
esto una yod que, a su vez, atrae al segmento consonántico inicial y lo

palataliza, dando como resultado el fonema palatal africado sordo t͡ʃ. En

algunos casos este fonema permaneció (choza, chopo) y en otros se debilitó,


evolucionando a la palatal lateral. El problema de esta explicación es que no
tiene naturalidad articulatoria, ya que extrae una consonante sonora a partir de
una sorda. Desde esta postura, la explicación de la evolución de CLAVE sería:

CLAVE > /’klabe/ > kljabe > ‘kjjabe > ‘t͡ʃabe > ‘λabe = llave

Habrá que tener en cuenta también que los grupo iniciales pl-, fl- y kl-,
con cierta frecuencia, se conservan, como en los caos de PLANU > plano, FLORE >
flor y CLAVE > clave.

§ Consonante sonora +l (bl-, gl)

Esta combinación forma grupos con una evolución menos compleja que la
de los grupos anteriores. Pueden conservarse o simplificarse, mediante la
pérdida de la consonante oclusiva sonora.
Se conserva en la mayoría de los casos, como BLANDU > blando y BLITU >
bledo; también pueden simplificarse como en GLATIRE > latir o GLIRONE > lirón.

4.2. Grupos de consonantes en posición interior

Los grupos consonánticos en interior de palabra, como se ha mencionado


con anterioridad, pueden conservarse o transformarse.
a) El grupo se conserva en el caso de -rp- : SERPĚNTE > serpiente.
b) El grupo se transforma en el caso de /ns/ y /mb/, que se simplificaron
mediante la asimilación: ns > s y mb > m:

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MENSA > mesa
PALŬMBA > paloma

c) El grupo consonántico modifica uno de sus segmentos, como en -rg- > rθ


ARGILLA > arcilla

d) Finalmente, el grupo consonántico puede transformarse por vocalización


de uno de sus segmentos, como la implosiva /p/ de CAPITALE (> caudal)
que vocalizó en /u/.
e)
4.3. Velar + semiconsonante /Kw/ (QUA, QUE)
Algunos autores añaden a los fonemas consonánticos latinos dos
labiovelares /kw/ y /gw/: QUINQUE > cinco o QUĚM > quien (aunque /gw/ solo
ocurriera tras nasal: SANGUINE > sangre, LINGUA > lengua).
Vamos a centrarnos en /kw/, y comprobaremos que la evolución de este
grupo ha sido distinta en función de la vocal que le siguiera.

/-kw/+/a/
- Precedido de vocal, es decir, en intervocálica, sonoriza el fonema /k/ y
conserva el [w]: AEQUALE > egual (med.) > igual
AQUA > agua
ĚQUA > yegua.
- Precedido por consonante, el /K/ se conserva como sordo y desaparece
el [w]:
SQUAMA > escama
NUMQUA > nunca
/-kw/ + /e, i, o, u/
- Cuando le sigue cualquier otra vocal, siempre se pierde el [w] y el fonema
/k/ se comporta como cualquier otro /k/; es decir, sonoriza en posición
intervocálica en /g/ y se mantiene si es postconsonántico:
AQUĬLA > águila
*SĚQUĬRE > seguir

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SQUĬLLA > esquila
QUĪNQUE > cinco
/kw-/
- En inicial absoluta, seguido de cualquier vocal , pierde siempre el ]w] y
el /k/ permanece inalterado:
QUĪ > /ke/que
QUĪNĬŌNE > /ki ɲon/ quiñón
QUĚM > /kien/ quien
QUAERĚRE > /kerer/ querer

- Seguido de /a/ tónica, se conserva el [w] (en sílaba átona no se


conserva). La grafía será qua- hasta las reformas de la Real Academia
Española de 1815.
QUĂNTU > quanto
QUALE > qual
QUATTŬŌR > quatro
QUĂNDO > quando
Pero: *QUALĂNĬA > calaña
*QUĂSSĬCĀRE > cascar
QUĂTTUORDĚCI > catorce

4.4. Grupos romances o secundarios

Estos grupos surgieron después de la etapa latinovulgar, por eso son


conocidos como grupos romances. Todos ellos se generaron por la síncopa de
una vocal, generalmente la intertónica, después de que se completaran todos los
procesos que constituyen la sonorización. En algunos casos, esta síncopa
vocálica sucedió antes de que se completaran otros procesos, pues de no haber
sido así no se hubiera llegado a los resultados que conocemos:
PŎSĬTU > puesto
PŌLYPU > pulpo

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SŌLĬTARĬU > soltero

Debido a la síncopa de las intertónicas, se pusieron en contacto


numerosos fonemas consonánticos que no lo estaban en latín, y la lengua los
toleró durante algún tiempo (Menéndez Pidal piensa que hasta el siglo XII),
aunque en su gran mayoría fueron rechazados y reestructurados por medio de
varios procedimientos:
a) el paso de n > r: SĂNGUĬNE > sang( )ne > sangne (med.) > sangre
b) el paso de l > n: ILĬCĪNA > enzina (med.) > encina
c) el paso de n > l: ĂNĬMA > an( )ma > alma
d) disimilación de líquidas: GLĂNDŬLA > land( )la > landre
e) por medio de epéntesis consonántica: MĚMŎRĀRE > mem( )rar > membrar
(med.)
Los grupos constituidos por nasal + líquida, por lo general, desarrollan una
consonante epentética, que suele ser oclusiva sonora:
HŬMĚRU > om( )ro > ombro > hombro
ĬNGĚNERĀRE > engen( )rar > engendrar
Aunque en los casos de /nr/ cabe también la metátesis de los dos elementos:
GĚNĚRU > yen( )ro > yerno
VĚNĚRIS > bien( )res > viernes
Si la líquida es lateral, puede desarrollar la consonante epentética o metatizar
los dos fonemas:
TRĚMŬLĀRE > trem( )lar > temblar
CŬMŬLU > com( )lo > colmo

Los grupos de dos nasales (-MN-), al igual que los de nasal y vibrante,
desarrollan una consonante epentética, pero previamente truecan la segunda
nasal por la líquida /r/.

FĒMĬNA > fem( )na > fembra > hembra


HŎMĬNE > om ( )ne > omne (med.) > ombre > hombre
NŌMĬNĀRE > nom( )nar > nomnar (med.) > nombrar

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En las secuencias de dos fonemas oclusivos, el que suele transformarse es


el primero. En el grupo de labial + dental, suele vocalizar el fonema labial:

CĂPĬTĀLE > cabidale > cab( )dal > cabdal (med.) > caudal
CĂPĬTĚLLU > cabidiello > cab( )diello > cabdiello (med.) > caudillo
CĪVĬTĀTE > cibidade > cib( )dad > çibdad (med.) > ciudad
RĂPĬDU > rabido > rab( )do > rabdo (med.) > raudo

Pero debe tenerse en cuenta que esto no ocurre hasta bien avanzados los siglos
de Oro.
Si el grupo está constituido por dental + velar, el fonema dental
implosivo se asimilará, en el español moderno, al interdental /θ/:

-ĂTĬCU > ‘-adigo > -ad( )go > -adgo (med.) > -azgo
IŪDĬCĀRE > judigare > jud( )gar > judgar (med.) > juzgar

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5. RESUMEN ORIGEN DE LAS PALATALES Y AFRICADAS

A continuación se ofrecen distintos esquemas, procedentes de Company y


Cuétara (2007: 365-371) en los que aparecen todos los orígenes de los fonemas
romances estudiados.

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Fig. 8

Fig. 9

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Fig. 11

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Fig. 13

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6. LAS SIBILANTES

El español medieval, como hemos visto, tenía una serie de fonemas que
genéricamente reciben el nombre de sibilantes, por el silbido que produce el
aire cuando se articulan. Eran seis fonemas que se encontraban muy próximos
acústicamente y que se articulaban en la zona dentoalveolar y palatal.

Dental Alveolar Postalveolar


Africada sorda t͡s
Africada sonora d͡z

Fricativa sorda s ʃ
Fricativa sonora z ʒ

Fig. 14. Los fonemas sibilantes

Estos fonemas compartían rasgos unos con otros: cuatro eran fricativos y
dos africados; tres eran sordos y tres sonoros; dos dentoalveolares, dos
alveolares y dos prepalatales. Esta distinción permaneció en la lengua española
hasta el siglo XVI. Después, las sibilantes se confundieron o fueron sustituidas
por otros fonemas.
En el siguiente cuadro (Fig. 15) se presenta la descripción de fonema , su
grafía y ejemplos.
En el castellano medieval, los fonemas sibilantes formaban oposiciones
en posición intervocálica, aunque algunas tenían bajo rendimiento funcional:

/s/ : /z/ →/espeso/ espesso ‘apretado’ : /espezo/ espeso


/ʃ/ : /ʒ/ → /fi ʃo/ fijo : /fi ʒo/ hijo
/t͡s / : /d͡z/ → /det͡sir/ deçir ‘bajar’ : /de t͡zir/dezir ‘decir’

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Aunque estos fonemas se distinguen entre sí por el modo y lugar de
articulación, todos pertenecen a la categoría de sibilantes y ocupan lugares de
articulación muy próximos en la cavidad oral. Esta semejanza fonética (que hizo
que se confundieran), unida al bajo rendimiento funcional de algunas de las
oposiciones contribuyó a una reestructuración que ocasionó la pérdida de
muchos de ellos y la recolocación del lugar de articulación de algunos otros.

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Este proceso se inició en la Edad Media, pero se generalizó entre la
segunda mitad del siglo XVI y la primera del XVII, determinando el paso del
sistema fonológico medieval al moderno.
Estos tres pares de fonemas acabarían reducidos a tres únicos fonemas,
como aparece en el siguiente esquema:

/t͡s /
/s̹ / > /θ/
/ d͡z /

/s/
/s/ > /s/
/z/

/ʃ/
/ ʃ/ > /x/
/ʒ/

Todos ellos se vieron afectados por un mismo cambio: el


ensordecimiento del correlato sonoro. A su vez, los africados /ts/ y /tz/
sufrieron otros dos procesos, uno de desafricación (> /s̹ / y /z̹/) y otro
posterior de interdentalización, por el que se llegaría al resultado actual / θ/.
Los fricativos palatales /ʃ /y /ʒ /terminarían, después de su ensordecimiento
en /ʃ/, velarizándose en /x/. La pareja /s/: /z/ solo se vio afectada por el
ensordecimiento.
Una de las mayores discusiones científicas reside en el orden cronológico
en que se dieron estos procesos. Para unos investigadores primero se dio la
fricatización ; en segundo lugar, el ensordecimiento y en tercer lugar la
interdentalización y la velarización. Otros creen que primero se dio el
ensordecimiento, después la fricatización y por último el paso a / θ/ y a /x/. E
incluso hay quien opina que en algunas zonas ocurrieron ambos fenómenos
simultáneamente. Para Alvar, por ejemplo, la desafricación se dio antes de la

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conquista de América, e incluso de Canarias, y el ensordecimiento después.
Para Fradejas, en Castilla el ensordecimiento es anterior a la desafricación y en
Andalucía sucedió lo contrario, aunque Ariza piensa lo contrario en este punto.
Por todo ello, nos limitaremos a señalar únicamente las tendencias
fundamentales.
1) En Sevilla y en la costa atlántica de Andalucía, los fonemas africados /t͡s/
y /d͡z/aflojaron su articulación perdiendo, como consecuencia, su primer
momento oclusivo y quedando como fricativos. Muy pronto se confundieron
con los fonemas fricativos apicoalveolares /s/ y /z/ ya existentes. Desde
Sevilla y la costa, la confusión se propagó a Córdoba, Antequera y enclaves en
Jaén y, con la conquista del reino granadino, fue llevada a Málaga, oeste y sur
de Granada y suroeste de Almería por las gentes de Sevilla y Cádiz que allí se
instalaron. Se cree que la fuerte intervención de andaluces en la conquista de las
islas Canarias y en la colonización de América es responsable de la expansión
de este y otros rasgos de la dicción sevillana en las islas y en Hispanoamérica.

2) Otra tendencia de cambio fundamental que irradió desde Aragón y Castilla


la Vieja, y terminó por alcanzar a toda la lengua, fue el ensordecimiento de los
tres fonemas sonoros: /z, ʒ, d͡z, / > /s/, / ʃ/,t͡s/, produciendo su confusión con
los fonemas sordos preexistentes. De este modo, el sistema de seis fonemas
sibilantes quedó reducido a sólo tres.

3) Como en Andalucía occidental, en el norte y meseta septentrional de la


península Ibérica se produjo también, como se mostró en el inciso anterior, una
indistinción de las africadas /ts/ y /dz/. Las fricativas resultantes, al
ensordecerse la sonora, se igualaron en un solo fonema interdental /θ/.

4) La consonante postalveolar, o prepalatal, fricativa sorda, /ʃ/, atrasó su


articulación hacia la parte posterior de la cavidad oral y se convirtió en velar
fricativa sorda /x/.

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Como consecuencia de estos cambios, el sistema consonántico del
español se escindió, desde el siglo XVI, en dos variedades bien definidas:
a) La variedad I, que corresponde a la mitad septentrional del dominio
castellano peninsular, ampliada con el reino de Toledo, Murcia y zonas
de Andalucía orienta. Esta variedad posee tres fricativas sordas /s/, /θ/
y /x/ que continúan los tres órdenes de sibilantes antiguas, pero
simplificados por la desaparición de los fonemas sonoros.
b) La variedad II, que corresponde a la mayor parte de Andalucía, las Islas
Canarias y América. Esta variedad reduce los tres órdenes a solo dos
fonemas /s/ y /x/.

En el siguiente esquema se recoge la distinta evolución ante la


interdentalización en Andalucía y el resto de España:

Fig. 16. Ajuste consonántico en andaluz y castellano


(Jiménez 1999: 30)

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Bibliografía utilizada:

COMPANY COMPANY, Concepción & CUÉTARA PRIEDE, Javier (2007).


Manual de gramática histórica, México: Universidad Nacional Autónoma de
México.
ECHENIQUE ELIZONDO, Mª T. Y MARTÍNEZ ALCALDE, Mª J (2000).
Diacronía y gramática histórica de la lengua española, Valencia: Tirant Lo Blanch
FRADEJAS RUEDA, José Manuel (1997). Fonología Histórica del español, Madrid:
Visor Libros.
JIMÉNEZ FERNÁNDEZ, Rafael (1999). El andaluz, Madrid: Arco/Libros
MEDINA LÓPEZ, Javier. (1999). Historia de la lengua española I. Español medieval,
Madrid: Arco/Libros.
MENÉNDEZ PIDAL, Ramón (1926/1986). Orígenes del español. Estado lingüístico
de la península Ibérica hasta el siglo XI, Madrid: Espasa-Calpe.
MENÉNDEZ PIDAL, Ramón (1940 y reimp.) Manual de gramática histórica
española, Madrid: Espasa Calpe.
NÚÑEZ MÉNDEZ, Eva (2012). Fundamentos teóricos y prácticos de historia de la
lengua española, New Haven: Yale University press.
PENNY, Ralph (2006). Gramática Histórica del español, Barcelona: Ariel
SALVADOR SALVADOR, Gregorio (1982). “Hipótesis geológica sobre la
evolución f-> h-”, en Introducción plural a la gramática histórica, F. Marcos Marín
(coord..), Madrid: Cincel, pp. 11-21
TORRENS ÁLVAREZ, Mª Jesús (2007): Evolución e historia de la lengua española,
Madrid, Arco/Libros,







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