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REPÚBLICA DE PANAMÁ

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CHIRIQUÍ


FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

CURSO:
CRIMINOLOGÍA

TEMA
LA POLITICA CRIMINAL
MONOGRAFÍA

CATEDRÁTICO:
PROFESORA: OLIVIA CANDANEDO

Integrantes:
Itzeira Camargo 4-287-856
Edwin Gallardo 4-726-766
Anthony Méndez 4-808-677
Lineth Morales 4- 733-1820
Lisbeth Pittí 4-710-425
Aldo Ramalli 4-779-2160
Rodrigo Rodríguez 4-733-1112
Jesús Serrano 4-745-2458
Adriano Vásquez 8-928-669
Yorleny Villarreal 4-705-84

CARRERA:
LICENCIATURA EN DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

PRIMER AÑO
SEGUNDO SEMESTRE

AÑO LECTIVO 2022


FECHA DE ENTREGA:
17-11-2022

“Cómo podemos enfrentarnos al crimen organizado. Junto con la corrupción y el narcotráfico, ha


constituido una fuerza que no es paralela al Estado. Es realmente un Estado dentro de él.”
RIGOBERTA MENCHÚ

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INTRODUCCIÓN

En Panamá se han hecho algunos esfuerzos por darle a la prevención de la


criminalidad un lugar importante en la sociedad. Pese a ello, el factor económico y
social cumple un papel determinante para que no se logre a nivel nacional una
verdadera política de prevención generalizada y masiva sostenible, para atacar
sobre todo las áreas marginales y más vulnerables de nuestro país, puesto que
depende del mayor o menor interés que le quiera dar el gobierno de turno al tema
de la prevención, que generalmente no se encuentra dentro de las prioridades
institucionales de cara a la búsqueda de la aceptación de la clientela política con
derecho a voto, que lo que exige es más bien mano dura y más inversión en policías,
cárceles y altas penas.
El objetivo general de este ensayo es el de determinar que la prevención de la
criminalidad en la sociedad debe ser prioritariamente el tratar de suprimir de la
misma las raíces de violencia y neutralizar dichos procesos, ya que es mejor prevenir
los delitos que castigarlos, especialmente cuando se trata de personas menores de
edad en conflicto con la ley penal.
El crimen organizado: política criminal y criminológica.

“Una política criminal, orientada a la prevención, implica que la tarea del Estado
consiste en mejorar las relaciones sociales, esto es, la libertad, la seguridad y
bienestar de sus ciudadanos.
Para determinar la magnitud de la criminalidad solo tenemos que escuchar, ver y
leer las noticias que se publican en los medios de comunicación del país detallando
o describiendo cómo ocurrieron los hechos, y qué decir de las redes sociales, en que
se vuelven virales, lo cual no hace alentador el panorama, y, para comprender la
importancia que tiene la política criminal en la sociedad, debemos entender que las
investigaciones y estadísticas son instrumentos importantes, que a través de ellas
nos ayudan no solo a aclarar el trasfondo de la criminalidad, sino que, en la mayoría
de los casos, esas investigaciones, en vez de dar luces, crean incertidumbre en la
sociedad sobre la realidad nacional.

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Por lo cual, indicábamos que el fenómeno de la criminalidad siempre ha estado
presente en nuestras sociedades (solo que ahora ha modificado sus formas y
resultados) y nunca desaparecerá.
Por ende, el crimen organizado es una de las grandes inquietudes para la mayoría
de los Estados y Gobiernos, toda vez que conlleva, cada vez más, que sean mayores
los esfuerzos de armonizar las políticas, las legislaciones estatales en busca de la
cooperación entre Estados. Sin embargo, el crimen organizado es un problema
supranacional cuando se comete en más de un Estado, convirtiéndose en
verdaderos “infiernos” para los países afectados, dadas las terribles repercusiones
internacionales que tiene para la sociedad, la economía y la política.
Esta lucha contra la criminalidad y su origen está basada en tres principios:
aplicación de la Ley para todos, solidaridad y prevención. Para ello, se requiere la
entrega de recursos pertinentes, a través del sector público o privado (así como
apoyan otros programas sociales).
Nos corresponde que toda la comunidad internacional se comprometa a trabajar
estrechamente para consolidar instituciones democráticas y sólidas, para que
defiendan la lucha contra el crimen organizado, así reforzando el servicio de la
justicia penal para que no haya más corrupciones en el engranaje del Estado,
además de la “inseguridad ciudadana” que se vive a nivel interno e internacional.
La Política Criminal, como parte de una Política Estatal, la conforman aquellos
actos que se deben llevar a cabo por iniciativa de los gobernantes, para,
principalmente, prevenir la comisión de actos delictivos, de reducir el índice de
criminalidad y de crear consciencia de manera convincente respecto a la certeza del
castigo.
Una política criminal, orientada a la prevención, implica que la tarea del Estado
consiste en mejorar las relaciones sociales, esto es, la libertad, la seguridad y
bienestar de sus ciudadanos y la mejor forma posible de conseguirlo es orientando
la finalidad de la pena a evitar comportamientos delictivos mediante la incidencia
del delincuente y en la conciencia jurídica de la comunidad.
Quiero señalar que el concepto criminológico de criminalidad organizada que se ha
impuesto en la Convención de Palermo y ha servido de modelo a los demás países,

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nos muestra que se trata de una fenomenología de actuación dinámica a través de
organizaciones criminales / no criminales, que presuponen la existencia de una
organización criminal o más (grupo fuertemente estructurado de personas), con
cierta complejidad (desarrollada, desechándose el concepto débil de “grupo
estructurado” o “grupo criminal”), capaz de transportar bienes, servicios o personas
de un país a otro.
Siendo así la Política Criminal, una obligación que recae sobre el Gobierno y es de
orden público. La Política Criminal se define como la medida o conjuntos de
medidas que adopta una sociedad políticamente organizada para prevenir y
reaccionar frente al delito a efecto de mantenerlo dentro de los parámetros de
tolerancia.
Por lo tanto, la Política Criminal como parte de la Política pública comprende una
serie de actos por parte del Estado con la función primordial de prevenir la comisión
de actos delictivos, reducción del índice de criminalidad y la concientización de la
certeza de castigo; explorando, buscando y estudiando las posibles soluciones
legales para mejorar la eficacia y justicia del ordenamiento penal en un momento
histórico determinado en la sociedad.
Considerando los mecanismos de control que deben estar ajustado a condiciones
legales, que respeten las garantías constitucionales y a su vez consigan la prevención
del delito y mantengan el control de la criminalidad, bajo la garantía de la
protección de los derechos fundamentales, junto con la resocialización de las
personas privadas de la libertad.
Para concluir, la política criminal y criminológica desempeña un papel importante
en la dinámica delictual de la sociedad. Dentro de las políticas públicas, creemos
que se debe priorizar la política criminal y criminológica, partiendo siempre de un
diagnóstico real, de un estudio criminológico serio, que tome en cuenta las
estructuras institucionales existentes para su solución, articulada en su operación y
planificada con base en las garantías constitucionales existentes.
Juntos, trabajemos a favor de la paz y la convivencia pacífica

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DESARROLLO.

En Panamá, nuestras propias particularidades nos encaminan a una política


criminal en la que se atienda diversos factores, en primer lugar, nuestra posición
geográfica, que como país de tránsito propicia escenarios particulares y de creciente
vulnerabilidad para el delito transfronterizo, por otro lado, el tipo de economía, es
decir de servicio, de igual modo, la idiosincrasia y molde cultural, con sus distintas
formas de expresión. Por tanto, en esos espacios, sin duda se presentan diversos
tipos de conductas antisociales o de agresividad social. A lo anterior debemos añadir
el ingrediente de la globalización, la que ha generado otros tipos de delincuencia
que invita a plantear el tema de una política criminal internacional o transnacional,
que en alguna medida viene dictada por otros países, donde se vivencia, con un alto
calado ese tipo de delincuencia aguda, pues tiene sus propias características o
particularidades y como tal, un alto impacto o de daño en la sociedad.

Esto ha llevado a una inflación del Código Penal ante la tipificación de nuevos
delitos, dejando en este instrumento jurídico penal como el depósito para
solucionar los diversos problemas sociales desde la perspectiva de la prevención.

El esfuerzo para encarar la criminalidad no debe ser solo de corte normativo o por
leyes, sino a través de un plan que involucre a todas las fuerzas vivas del país,
quienes en una sola orientación coadyuven para enfrentar y mitigar el fenómeno
social de la delincuencia en sus diversas manifestaciones. Ello requiere entonces de
una adecuada política criminal, construida con criterios científicos, acuerpado de la
herramienta tecnológica, pues el fenómeno criminal requiere de un abordaje donde
se explore todas las causas y factores que lo propician y que se inician en el seno
familiar, como primera célula de prevención del delito, de igual modo tiene un
ingrediente cultural, educacional, sin perder de vista, la influencia social o del
medio donde se desenvuelve el sujeto. Sin duda requiere de la estrecha colaboración
de todos los estamentos del Estado ligadas al tema del desarrollo humano.

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La criminalidad es un fenómeno cambiante o más bien mutante, dado que se
proyecta de múltiples maneras, acudiendo a las mismas herramientas que utiliza la
sociedad para procurar su crecimiento y desarrollo, por esa razón, precisa de un
abordaje distinto al actual, el tratamiento normativo traducido en la inflación del
Código Penal, y en los esquemas de profilaxis social son formas obsoletas que
apenas rasguñan la estadística de la criminalidad y como tal hace imperceptible la
lucha contra dicho fenómeno social.

¿Qué es la Política Criminal?

Se entiende la política criminal como el conjunto de respuestas que el Estado adopta


para hacerle frente a conductas consideradas reprochables o causantes de perjuicio
social con el fin de garantizar la protección de los intereses esenciales del Estado y
de los derechos de los residentes en el territorio bajo su jurisdicción.

Objetivo:

Cuáles son los objetivos de la política criminal y por qué es necesaria su


implementación. abril 14, 2017.

Objetivo de la política criminal.

El objetivo de la política criminal es la lucha contra el delito para que la sociedad


sea un medio donde todos puedan convivir confiadamente y hace referencia al
sistema de justicia penal con cada uno de los cuerpos que lo componen. Otro
objetivo también es investigar las causas de la delincuencia, prevención del delito y
el tratamiento del delincuente a este último se le ayuda de manera que le sea sencillo
sentirse de nuevo miembro de la sociedad sin que se sienta discriminado. La política
criminal debe de basarse en hechos observados y comprobados adecuados a la
realidad, así se le da forma a las herramientas que servirán para combatir la
criminalidad, se debe tener en cuenta que la delincuencia siempre tiende a cambiar
ya sea geográfica, de individuos, socialmente o manera de operar, siempre está en
constante cambio; a lo que las políticas deben de ajustarse a esos cambios e ir
mucho más allá para que las acciones criminales no sean sorpresa, para obtener el
objetivo que se deseado se tiene que tomar en cuenta métodos y vías adecuadas.

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Necesidad de la política criminal.

Una política criminal es necesaria porque con ella se obtiene orden en la sociedad
además de corregir las conductas inapropiadas de los individuos y proporcionarle a
los que conforman la sociedad la garantía de que pueden estar seguros y tranquilos.
En mi comunidad es indispensable para que los vecinos de las urbanizaciones
puedan salir a trabajar sin el miedo a regresar a su casa y que haya sido saqueada o
caminar por la comunidad sin miedo a ser asaltados. Sin las políticas criminales no
se podría organizar la sociedad en si porque todo sería un desorden y cada quien
haría lo que quiere sin tener el más mínimo respeto entre uno u otro individuo.
Cuando se crean las políticas criminales debe de tenerse en cuenta que tienen que
ser adecuadas para que los ciudadanos las puedan entender e interpretar y así ellos
darán el visto bueno a esas políticas que les traen seguridad además de que con una
política criminal que se desempeñe adecuadamente los mismos ciudadanos
colaboran para que esas herramientas que luchan contra la criminalidad sean
efectivas porque es un compromiso de los ciudadanos y de las entidades
responsables.

Las personas son las que determinan si la política criminal es adecuada o no, si llena
las expectativas de seguridad ciudadana o se debe de modificar para hacerla más
eficiente, la idea no es modificar una política criminal porque no sirve si no que
desde que se crea funcione. Es necesaria porque que se controla la sociedad a lo que
esto quiere decir que las personas interioricen las normas sociales con ello se evitan
actos que afecten la sociedad, se es sabido que las personas cuando saben que tienen
una consecuencia por algo que hacen genera en ellos una especie de precaución ya
sea que evitan caer en malos actos o si hacen algo ya dan por entendido que van a
tener una consecuencia por lo que hicieron. Es necesario elaborar propuestas que
puedan materializarse en el corto plazo, que traten de solventar el problema del
sentimiento de inseguridad, y que ofrezcan una mejor calidad de vida a la
ciudadanía (sin dejar de lado los proyectos a largo plazo...) incluyendo a ésta en la
toma de decisiones, para que no se sientan excluidos y así se interesen en la

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problemática que aqueja el entorno donde viven y no se queden con los brazos
cruzados esperando que el Estado les solucione los problemas. Por esto y más es
que las políticas criminales son indispensables en toda sociedad sin ellas la vida no
es posible en orden, una política criminal debe ser una política de grandes reformas
sociales e institucionales para el desarrollo de la igualdad, de la democracia, de
formas de vida comunitaria y civil, más humana.

Relación con la Criminología

La criminología, como ciencia interdisciplinaria, que estudia las causas y la génesis


de la criminalidad, es, por tanto, la única disciplina que puede ayudar a explicar el
fenómeno de la criminalidad porque le proporciona los insumos para estructurar
las estrategias, tácticas y mecanismos para plantear alternativas de solución
tendientes a la prevención y control del delito, sin embargo, en la realidad,
constamente se ponen en marcha politicas criminales sin medir sus resultados
respecto de la prevención del delito. Por ello es importante establecer que la función
de la investigación criminológica es de utilidad a la política criminal porque puede
informar sobre las politicas criminales de prevención del delito, planificación de
programas de intervención de víctimas y delincuentes, eficiencia de las medidas
penales basadas en la prevención general y especial, políticas que puedan reducir la
criminalidad y sus efectos nocivos, políticas penitenciarias y suministrar al
legislador datos empíricos requeridos para la toma de decisiones al momento de
penalizar o despenalizar conductas con conocimiento pleno de la realidad, lo que
permitirá no sólo el ahorro de fondos públicos y privados sino, también la reducción
de los efectos nocivos del delito. La política criminal se relaciona con la
Criminología y el Derecho Penal, porque la política criminal se origina frente a la
necesidad de responder al problema social de la criminalidad generadora de las
afectaciones o amenazas de los intereses indispensables para la convivencia pacífica
de las personas; pero para que estas respuestas sean coherentes, eficientes y eficaces
es preciso y fundamental el aporte de la Criminología y el Derecho Penal. Estas
relaciones generan una especie de estructura tridimensional del Sistema Penal
integrada por la criminología que se encarga del hecho en sí mismo; la política
criminal que se encarga de la valoración de ese hecho y el Derecho Penal que se
encarga de la interpretación de las normas. Las relaciones de interdependencia a

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las que nos referimos se dan porque no hay contradicción entre Política Criminal,
Criminología y Derecho Penal sino más bien coordinación e integración tal como lo
afirma Zúñiga Rodríguez:
No hay pues contradicción entre Política Criminal y Dogmática, sino integración,
coordinación de conocimientos, diálogo científico. Especialmente en sede de
formación de la ley penal, la Política Criminal es la disciplina que opera mediante
la valoración (desde concretas perspectivas jurídico-políticas) de los datos
suministrados por la Criminología, para determinar si se produce o no una reforma
penal y en qué términos.
Los límites de los términos están constituidos, en el ámbito penal – pues puede
pensarse soluciones en otros ámbitos – por el sistema de la teoría del delito, cual
método organizado de imputación de responsabilidad penal.

Relación con la sociología

La Sociología Criminal es la ciencia, que tiene por objeto el estudio del delito en
cuanto al fenómeno social, así como el de los factores sociológicos que intervienen
en su producción.

La Sociología Criminal, como disciplina criminológica, se debe al sociólogo y jurista


italiano Enrico Ferri (1856-1929), representante de la escuela positivista del
Derecho Penal quien, a partir de la tercera edición, dio ese título a su famoso libro
Los nuevos horizontes del Derecho y del procedimiento penal (Bolonia-Italia, 1881);
Ferri incluyó en la nueva ciencia, no solo a la Antropología y a la Estadística
Criminales, sino a las Ciencias Pedagógicas, la Penología, e incluso al Derecho Penal
del que decía era solo un capítulo de la Sociología Criminal.

Hoy en día, la Sociología Criminal se interesa en dos vertientes:

El conjunto de principios derivados del estudio estadístico de la masa de fenómenos


criminales, conjugados con el psicológico de los casos concretos, que permiten el
estudio del delito como hecho social y en sus relaciones con los factores
criminógenos; éstos, procedentes del mundo circundante, gravitan sobre los
individuos y los estimulan a delinquir.

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Comprende también la determinación de los recursos preventivos político-sociales
de los que los Estados pueden valerse en su lucha contra la criminalidad. Todos
estos estudios, en ciertos de sus aspectos, tienen antiguos precedentes.

La Sociología Criminal, como orientadora de la lucha de la sociedad contra el


crimen, concreta sus conclusiones en la necesidad de atacar las causas generales
que favorecen su desarrollo, mediante métodos de política social preventiva, a los
que Ferri llamó substitutivos penales como medios de prevención social, y que
deben comprender toda una serie de medidas de orden económico, político,
administrativo, educativo y doméstico, que puestas en práctica por los gobiernos
conducirían a disminuir y atenuar el porcentaje y la crueldad de la conducta
sociopática y de los hechos delictivos.

La Sociología Criminal se ha desarrollado en primer lugar a través del análisis de


factores de criminalidad condicionados por la cultura, el entorno o el medo; esto
con un fin al mismo tiempo descriptivo y explicativo.

Se considera a veces a la Sociología Criminal como una rama de la Sociología, pero,


se puede también identificar con una concepción amplia de la Criminología: es el
caso particular de América del Norte donde la Sociología Criminal se confunde con
la Criminología o Criminología Sociológica. Las concepciones cambian, pero no
afectan de manera fundamental al objeto de las investigaciones; en cambio las
conclusiones a las que podemos llegar pueden ser a veces muy distintas.

La Sociología Criminal, como orientadora de la lucha de la sociedad contra el


crimen, concreta sus conclusiones en la necesidad de atacar las causas generales
que favorecen su desarrollo, mediante métodos de política social preventiva, a los
que Ferri llamó substitutivos penales como medios de prevención social, y que
deben comprender toda una serie de medidas de orden económico, político,
administrativo, educativo y doméstico, que puestas en práctica por los gobiernos

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conducirían a disminuir y atenuar el porcentaje y la crueldad de la conducta
sociopática y de los hechos delictivos.

La Sociología Criminal se ha desarrollado en primer lugar a través del análisis de


factores de criminalidad condicionados por la cultura, el entorno o el medo; esto
con un fin al mismo tiempo descriptivo y explicativo.

Se considera a veces a la Sociología Criminal como una rama de la Sociología, pero,


se puede también identificar con una concepción amplia de la Criminología: es el
caso particular de América del Norte donde la Sociología Criminal se confunde con
la Criminología o Criminología Sociológica.

Las concepciones cambian, pero no afectan de manera fundamental al objeto de las


investigaciones; en cambio las conclusiones a las que podemos llegar pueden ser a
veces muy distintas. Relación con el Código Penal Panameño

Política Criminológica en Panamá

Ya en el año 2006, según el Decreto 260 de 7 de junio de 2006, se adoptan los


lineamientos generales para una política criminológica.

La Política Criminológica adoptada por el Decreto arriba enunciado se acerca más


a la realidad nacional y además ha sido producida por un equipo interdisciplinario
compuesto por sociólogos, criminólogos, abogados, oficiales policiales, siquiatras,
la sociedad civil, la empresa privada, etc. y no se redacta dicho documento para
aplicarlo a corto plazo sino a largo plazo; el cual debe ser mejorado por las futuras
administraciones gubernamentales. Amén de que se sugieren acciones previas para
la puesta en práctica de dicha Política Criminológica, entre algunas:
‘Institucionalizar la propuesta, crear y reglamentar el funcionamiento de un
organismo rector, motivar e integrar a todas las instituciones y entes involucrados,
además de los principios rectores tales como: prevención, seguridad ciudadana,
respeto a los derechos humanos, justicia social, desarrollo humano sostenible,
participación ciudadana y educación para una cultura de paz’.

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Nos parece vital que la política partidista esté fuera de estos lineamientos, pues trae
como consecuencia la mezquindad y no se obtendrán los resultados esperados que
exige nuestra sociedad. Por otra parte, la estrategia nacional de seguridad pública
de Panamá 2011-2014 se queda pequeña y reiteramos que los ejemplos de autores
Weisburd, Telep, Hinkle o Eck son experiencias vividas en estados o condados de
EE.UU.; sin embargo, no es la misma realidad de Curundú, San Miguel, El
Chorrillo, Calidonia, Arraiján o Tocumen, entre otros. Concluimos en que no
debemos olvidar que, para obtener una política criminal o criminológica cónsona
con nuestra realidad, debemos todos recordar aplicar la Prevención, Represión y
Resocialización, Necesidad.

«Como país nos encontramos en una constate que nos marca cada día más y nos
despoja de derechos y deberes que poseemos todos los ciudadanos como parte de
una estructura social política denominada democracia; hago referencia a la
delincuencia.

Sean actos delictivos desarrollados por adultos o adolescentes infractores de la Ley,


que es la denominación debidamente regulada por nuestro sistema jurídico,
independientemente de los hechos delictivos asociados a la inmigración excesiva
que hemos recibido en los últimos cinco años producto de políticas migratorias con
excesivas bondades y permisiones que no solo han traído con ella ciudadanos de
múltiples países con diversidad de costumbres ajenas a las nuestras. De estos
inmigrantes, algunos inversionistas o aquellos que desean ser buenos ciudadanos
bajo el respeto absoluto de la tierra que les ha dado albergue y coadyuvar en su
crecimiento sin dejar de mencionar los que se están dedicando a la práctica de
conductas delictivas y asociaciones para delinquir.

Es realidad que nuestro país está sufriendo el incremento sustancial de conductas


delictivas en donde como país, urge la creación de una POLÍTICA
CRIMINOLÓGICA, en donde realmente todos los entes y ciudadanos que
conformamos la sociedad veamos ya como inminente necesidad de subsistencia que

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se desarrollen políticas coherentes, efectivas y responsables contra el flagelo de la
delincuencia y el crimen organizado.

Dentro de estas estructuras necesarias debemos tomar como prioridad el


funcionamiento de operatividad de la Justicia Administrativa bajo potestad y
arbitrio de los alcaldes, Ministerio Público coherente, eficiente y preparado de
acuerdo a las necesidades de efectividad en sus acciones tomando en consideración
que cuente nuevamente como Policía Técnica Judicial, Órgano Judicial, dotado de
los elementos que coadyuven a su fortalecimiento integral, permitiendo la
descongestión judicial y proporcionar justicia efectiva bajo la tutela
correspondiente; Autoridad de Migración clara en sus acciones y responsabilidades
de proteger nuestro territorio en cuanto a los controles necesarios de inmigrantes;
Sistema Penitenciario eficiente y eficaz, partiendo desde la premisa constitucional
de resocialización, rehabilitación y reinserción social, tanto de adultos como
sistema de adolescentes infractores; Policía Nacional clara en su misión y visión
como ente de prevención y de apoyo irrestricto a las autoridades correspondientes.
Nada de esto es factible lograrlo, si no se entiende que gobernar se debe desarrollar
bajo la integridad de entender que no se trata solo de ganar elecciones y atender de
qué manera se reparten las posiciones gubernamentales o puestos de acuerdo a
intereses personalísimos y amistades; maravilloso sería y no criticable que las
personas que regirán nuestro destino sean profesionales capaces, si cumplen con
los que nos urge como país, retomar nuestra institucionalidad, estoy segura de que
recibirían apoyo irrestricto de todos los panameños, si en efecto vemos que la
prioridad de nuestros gobernantes es un mejor país.

Todo lo expuesto se puede lograr con: Responsabilidad: entender que se requiere


preparación, experiencia para poder desarrollar las acciones necesarias por ese
adecentamiento que nos urge como país; Compromiso: de no improvisar en las
acciones que nos afectan a todos en la toma de decisiones, porque nuestro norte de
país debe ser retomar la institucionalidad y lograr saneamiento en los poderes del
Estado.

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Conveniente necesidad de subsistencia política, urge: Acciones: actuar sobre
estructuras con las que contamos, basándonos en políticas que ya existen, y que el
país siga funcionando, revisar y poner en práctica lo necesario a efectos de que
logremos un mejor Panamá.

Panamá es de todos, hagamos lo que nos corresponda para lograr siempre la patria
que queremos para nuestras generaciones actual y futuras.
Ante todo, entender que Panamá es de todos y lo que se haga y determine como
decisiones sean para bien de todos y no para incrementar el resquebrajamiento de
la credibilidad en nuestros gobernantes y políticos. Ponemos nuestra fe en sus
manos gobernantes.

En Panamá no hay una ley sobre política criminológica, lo que ha existido desde el
2005 son unos lineamientos que deben ser reformados. Se debe crear una ley.
¿Cómo evalúa estos 50 días de nueva gestión en materia de seguridad? Si evaluamos
los índices de criminalidad en los últimos 10 años, lo que debió hacer un gobierno
era un ataque inmediato, pero lo que hemos visto durante este tiempo no ha sido
del todo correcto. Veo que los niveles de inseguridad se han mantenido. No he visto
una variable o tendencia a mejorar, tampoco veo una gestión integral para resolver
la delincuencia. Hasta el momento no he sentido una repuesta inmediata y efectiva
para disminuir la criminalidad.

¿Considera que los retenes ayudan a mejorar la seguridad ciudadana? Los retenes
forman parte de la prevención general. Pienso que se deben realizar siempre y
cuando se especifiquen las zonas y los horarios, porque hay áreas que no requieren
retenes. Además, tienen que tener un propósito específico de lo que busca la Policía,
porque hay una realidad que siempre ha existido: hay retenes, pero la criminalidad
sigue y entonces solo han servido para realizar prueba de alcoholemia, de migración
y para ciertas capturas. El presidente de la República ha dicho que mantendrá los
retenes; sin embargo, creo que se debe aplicar con un criterio de inteligencia
policial, para que se realicen en zonas donde opera la delincuencia. Cuando yo era
fiscal de Hurto de Autos, se realizaban retenes donde sabíamos que operaban las

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bandas. Mucho se habla de política criminológica, pero, ¿realmente el país cuenta
con una como tal?

En Panamá no hay una ley sobre política criminológica, lo que ha existido desde el
2005 son unos lineamientos que deben ser reformados. La política criminológica
del Estado se ha visto más que nada desde las perspectivas de cada reforma del
Código de Procedimiento Penal en la que se establecen los procedimientos de los
casos y las actividades de la fiscalía de cómo deben combatir el delito. Creo que ya
es hora de que la Dirección de Investigación Judicial pase al Ministerio Público,
para combatir con eficiencia el delito; mientras eso no ocurra, vamos a seguir con
estas estadísticas sobre la criminalidad, con esto no quiero decir que la Policía no
realiza su trabajo. La Policía habla de fortalecer la relación con las comunidades
para mejorar la seguridad. ¿Cree que la medida es saludable? Evidentemente es
saludable, y considero que se deben crear más mecanismos para fortalecer esa
relación, no solo con las comunidades, sino con gremios y otras entidades públicas,
como los gobiernos locales. Un pilar fundamental en el trabajo de la Policía es la
comunidad, por lo que se hace necesario que participe en los esquemas de
seguridad. El director de la Policía debe crear un mecanismo directo con las
comunidades y grupos organizados. Cuando yo era fiscal, creamos un comité
interinstitucional para combatir el robo de autos que ayudó significativamente,
porque participó la comunidad y el sector privado; al final, los ciudadanos son las
víctimas de los actos delictivos. A su juicio, ¿qué medida debe adoptar el Gobierno
para disminuir los niveles o percepción de inseguridad? Lo primero que se debe
realizar es fortalecer los mecanismos de inteligencia policial y una mejor
coordinación con los fiscales del crimen organizado. Se requiere más presupuesto y
recursos humanos y tecnológico, y que se empiece a discutir un proyecto de ley
sobre la política criminológica, que incluya la prevención. Los retenes solo sirven
cuando hay circunstancias específicas que así lo demandan, por ejemplo, cuando
ocurre un hecho delictivo y en zonas específicas. ¿Cómo evalúa estos 50 días de
nueva gestión en materia de seguridad? Es un muy temprano para tener una
opinión con mayor certeza porque durante estos días no ha marcado ninguna
tendencia. A menos que haya habido una tragedia enorme o un beneficio inusual
para la comunidad, hasta al momento lo que veo está dentro de las fluctuaciones

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que no nos permite decir que hay una tendencia hacia uno u otro panorama. Hasta
el momento, no he visto cambios que permitan evaluar, lo que sí nos permite es
evaluar lo que ocurre en el país desde antes que iniciara la actual administración
gubernamental.

¿Considera que los retenes ayudan a mejorar la seguridad ciudadana?


Definitivamente que no. Los retenes solo sirven cuando hay circunstancias
específicas que así lo demandan, por ejemplo, cuando ocurre un hecho delictivo y
en algunas horas específicas. Si uno analiza la incidencia de delitos en la ciudad, nos
damos cuenta de que los peores delitos en el área metropolitana ocurren de noche
y, por lo general, después de las 8 de la noche, entonces podríamos pensar que se
pueden realizar retenes en ciertos lugares después de esa hora, cuando el tranque
ha disminuido. No me puedo explicar que haya retenes en horas de mayor
congestionamiento vehicular y lo que hacen es agravar el tráfico. Los retenes tienen
su momento y su lugar; es decir, en circunstancias especiales y en los momentos
que se está monitoreando la incidencia criminal. Creo que, si la Policía trabaja con
estas herramientas y con tecnología que permita entender la dinámica criminal, se
puede determinar cuándo y dónde colocar los retenes. No se puede colocar retenes
en base a criterios subjetivos de unos policías. Mucho se habla de política
criminológica, pero ¿realmente el país cuenta con una como tal? No la tiene. Ahora
el término criminológico no se utiliza en muchos países; Panamá es uno de los pocos
países que adopta el término, en la mayoría se habla de política criminal.

En Panamá se ha querido diferenciar entre política criminal y política


criminológica, pero no hay ni una ni la otra, tampoco hay una política de seguridad
que compense la ausencia de las otras dos. Al no existir una política de seguridad
ciudadana, tenemos un verdadero déficit; sin embargo, debo reconocer que al final
del pasado gobierno se hizo un esfuerzo para tener una estrategia de seguridad
ciudadana, pero no contó con la aprobación. Entiendo que la actual administración
tiene como uno de sus objetivos adoptar una política, se llame criminológica,
criminal o de seguridad ciudadana, eso es lo de menos, lo que se necesita es políticas
públicas claras que tengan una radiación de conectividad con la política de justicia
que no le pertenece al Ejecutivo, sino al Órgano Judicial y a los gobiernos locales;

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no se olviden de que los alcaldes administran justicia y recurso policial. La Policía
habla de fortalecer la relación con las comunidades para mejorar la seguridad. ‘Cree
que la medida es saludable? No solamente saludable, sino necesaria. ¿Cuáles son
los factores que inciden en que no se fortalezca la relación comunidad-institución?

Hay tres cosas que se pueden destacar: la respetabilidad: los ciudadanos respetan o
conceden empatía a una institución cuando observa en ella, no solamente eficiencia,
sino la integridad. La Policía tiene que presentar credenciales de que es confiable,
que es respetable y que es una institución en que los ciudadanos pueden confiar con
los ojos cerrados. Lo segundo, el ciudadano ya está afectado y tiene miedo. Aunque
la institución tenga credibilidad, los ciudadanos no apoyan a las instituciones del
Estado porque le temen a la venganza del criminal. Por último, lo que ayuda a
construir esa relación fuerza pública - ciudadanía es la sensación de que la acción
del gobierno es abarcadora. No se puede poner un policía en cada esquina, pero sí
una acción de la institución en cada hecho criminal genera la sensación entre los
ciudadanos de que existe un Estado que lo cuida. Pero cuando la institución solo
aparece cuando hay un hecho y vuelve y desaparece, entonces da la impresión de
que no hay colaboración. A su juicio, ¿qué medidas debe adoptar el Gobierno para
disminuir los niveles o percepción de inseguridad? Lo primero es generar
confiabilidad en las instituciones de fuerzas públicas. La carta de presentación de
las fuerzas públicas debe ser intachable, casi perfecta, y la ciudadanía lo tiene que
sentir. Adicional, la fuerza pública debe ganar capacidad de persuasión, vemos que
algunos delitos se cometen a la luz del día, lo que provoca esa sensación de que los
delincuentes no le temen a nada y a nadie, se tratan de tú a tú con los policías. Esto
es el reflejo de que se ha perdido la capacidad de persuasión y el Gobierno empieza
con un déficit en la capacidad persuasiva de la Policía y deben reconstruirla. Por
último, tiene que haber una mejor coordinación con las instituciones que
administran justicia. El sistema judicial tiene que estar acomodado a la expectativa
de los ciudadanos, de qué sirve que las fuerzas públicas capturen a alguien por un
delito si a los pocos días están sueltos porque el sistema no es capaz de retener a los
delincuentes.

17
Para determinar la magnitud de la criminalidad solo tenemos que escuchar, ver y
leer las noticias que se publican en los medios de comunicación del país detallando
o describiendo cómo ocurrieron los hechos, y qué decir de las redes sociales, en que
se vuelven virales, lo cual no hace alentador el panorama, y, para comprender la
importancia que tiene la política criminal en la sociedad, debemos entender que las
investigaciones y estadísticas son instrumentos importantes, que a través de ellas
nos ayudan no solo a aclarar el trasfondo de la criminalidad, sino que, en la mayoría
de los casos, esas investigaciones, en vez de dar luces, crean incertidumbre en la
sociedad sobre la realidad nacional.

Por lo cual, indicábamos que el fenómeno de la criminalidad siempre ha estado


presente en nuestras sociedades (solo que ahora ha modificado sus formas y
resultados) y nunca desaparecerá. Por esta razón, debemos cambiar la manera de
pensar y actuar, y prepararnos para controlar todas las avenidas de aproximación
del fenómeno, de manera eficiente y previniendo los tentáculos de penetración a las
instituciones.

Por ende, el crimen organizado es una de las grandes inquietudes para la mayoría
de los Estados y Gobiernos, toda vez que conlleva, cada vez más, que sean mayores
los esfuerzos de armonizar las políticas, las legislaciones estatales en busca de la
cooperación entre Estados. Sin embargo, el crimen organizado es un problema
supranacional cuando se comete en más de un Estado, convirtiéndose en
verdaderos “infiernos” para los países afectados, dadas las terribles repercusiones
internacionales que tiene para la sociedad, la economía y la política.

Esta lucha contra la criminalidad y su origen está basada en tres principios:


aplicación de la Ley para todos, solidaridad y prevención. Para ello, se requiere la
entrega de recursos pertinentes, a través del sector público o privado (así como
apoyan otros programas sociales).

Ahora, nos toca que toda la comunidad internacional se comprometa a trabajar


estrechamente para consolidar instituciones democráticas y sólidas, para que

18
defiendan la lucha contra el crimen organizado, así reforzando el servicio de la
justicia penal para que no haya más corrupciones en el engranaje del Estado,
además de la “inseguridad ciudadana” que se vive a nivel interno e internacional.

La Política Criminal, como parte de una Política Estatal, la conforman aquellos


actos que se deben llevar a cabo por iniciativa de los gobernantes, para,
principalmente, prevenir la comisión de actos delictivos, de reducir el índice de
criminalidad y de crear consciencia de manera convincente respecto a la certeza del
castigo.

Una política criminal, orientada a la prevención, implica que la tarea del Estado
consiste en mejorar las relaciones sociales, esto es, la libertad, la seguridad y
bienestar de sus ciudadanos y la mejor forma posible de conseguirlo es orientando
la finalidad de la pena a evitar comportamientos delictivos mediante la incidencia
del delincuente y en la conciencia jurídica de la comunidad.

Quiero señalar que el concepto criminológico de criminalidad organizada que se ha


impuesto en la Convención de Palermo y ha servido de modelo a los demás países,
nos muestra que se trata de una fenomenología de actuación dinámica a través de
organizaciones criminales / no criminales, que presuponen la existencia de una
organización criminal o más (grupo fuertemente estructurado de personas), con
cierta complejidad (desarrollada, desechándose el concepto débil de “grupo
estructurado” o “grupo criminal”), capaz de transportar bienes, servicios o personas
de un país a otro.

Siendo así la Política Criminal, una obligación que recae sobre el Gobierno y es de
orden público. La Política Criminal se define como la medida o conjuntos de
medidas que adopta una sociedad políticamente organizada para prevenir y
reaccionar frente al delito a efecto de mantenerlo dentro de los parámetros de
tolerancia.

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CONCLUSIÓN.

1- Para concluir, la política criminal y criminológica desempeña un papel


importante en la dinámica delictual de la sociedad. Dentro de las políticas
públicas, creemos que se debe priorizar la política criminal y criminológica,
partiendo siempre de un diagnóstico real, de un estudio criminológico serio,
que tome en cuenta las estructuras institucionales existentes para su
solución, articulada en su operación y planificada con base en las garantías
constitucionales existentes.

2- Por lo tanto, la Política Criminal como parte de la Política pública comprende


una serie de actos por parte del Estado con la función primordial de prevenir
la comisión de actos delictivos, reducción del índice de criminalidad y la
concientización de la certeza de castigo; explorando, buscando y estudiando
las posibles soluciones legales para mejorar la eficacia y justicia del
ordenamiento penal en un momento histórico determinado en la sociedad.

3- Considerando los mecanismos de control que deben estar ajustado a


condiciones legales, que respeten las garantías constitucionales y a su vez
consigan la prevención del delito y mantengan el control de la criminalidad,
bajo la garantía de la protección de los derechos fundamentales, junto con la
resocialización de las personas privadas de la libertad.

4- La política criminal es uno de los temas más abordados ya que vemos en ella
la tranquilidad la paz y la convivencia entre la sociedad y su conjunto de
habitantes. Es imperativo saber que está se define en varios términos y está
conformada en secciones la necesidad de la política criminal es alcanzar el
bienestar para sus ciudadanos y los que las conforman.

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5- La política criminal también tiene relación con la sociología está tiene que
ver mucho con su entorno está concreta sus conclusiones y necesidad de
atacar las causas generales que favorecen su desarrollo.

6- Hay métodos muy falibles para la política criminal la política criminológica


en Panamá es abordada mucho por temas principales de seguridad bienestar
y la capacidad de brindar una seguridad a los ciudadanos y a las personas la
política criminal es una de las fuentes de seguridad más importantes de un
país, porque de esto depende sí son notorias las acciones que toman como
gobierno o como estado en brindarle la capacidad de sus ejecutores la
posibilidad de que se pueda vivir en sociedad muy tranquilos sabiendo que
sin pestañear se le puede decir un ambiente tranquilo y confiable.
más que nada se centra en favorecer a la ciudadanía y la seguridad con sus
bienes y seguridad a todos sus familiares.

7- Podemos concluir que la política criminal se encuentra dentro del conjunto


de respuestas que un Estado estima necesario adoptar para hacerle frente a
conductas consideradas reprochables o causantes de perjuicio social con el
fin de garantizar la protección de los intereses esenciales del Estado y de los
derechos de los residentes en el territorio bajo su jurisdicción. La misma
implica objetivos, medios y ejecución de acciones por parte del Estado,
utilizando evidencia, y en articulación con actores de diferente naturaleza,
para reducir la inseguridad. El estado opta por establecer decisiones y reglas
cuya finalidad es la prevención y represión del fenómeno criminal que basa
en el Ministerio de Justicia y derecho. Por otra parte, la política criminal sirve
para hacer una revisión crítica de los sistemas de enjuiciamiento criminal de
orden democrático y garantista con estricto apego a derechos humanos,
debido proceso y dignidad humana, e investigar los fenómenos del delito
basado en la criminología, criminalística, sociología y el trabajo social
dividida en un antes, durante y después. Esta idea descansa
fundamentalmente sobre el establecimiento de los principios sobre la lucha
contra el delito en la persona del delincuente y la capacidad para manipular
el ejercicio de la violencia estatal mediante la consideración de estados de

21
conducta. En cuanto a la sociología criminal el delito se representa como una
conducta desviada la cual se encarga de interpretar las causas, formas,
desarrollo, efectos y la relación con otros hechos sociales para poder detectar
conductas que pueden ser delictivas, seguidamente el incremento del
desempleo, la reducción en el crecimiento económico, el incremento en la
desigualdad y las tasas de criminalidad son ejemplos de la sociología
criminal; se ha desarrollado en primer lugar a través del análisis de factores
de criminalidad condicionados por la cultura, el entorno con un fin al mismo
tiempo explicativo y descriptivo, como las relaciones entre el derecho penal
y la Constitución son muy estrechas así el derecho penal se refiere a la
regulación o modo de ejercer del Estado, que se entiende al no ser el mismo
el derecho penal del Estado absoluto, que el del Estado constitucional,
subjetivo elevado a la categoría de ley suprema para hacer exigible al
gobernante mediante instrumentos de control, con el fin de restituir al
agraviado en el goce de sus derechos violados por un acto de autoridad.

8- La instauración de políticas crimínales por parte del estado debe estar


articulada con los problemas sociales que precisamente se encuentre dirigida
a prevenir, controlar y gestionar cualquier tipo de conflicto.

9- Resulta importante que la política criminal sea activa, estable y sobre todo
muy organizada para que no se encuentre subordinada a las tendencias
populistas que han caracterizado a los sistemas penales. La política criminal
debe ser un tema de estado y no solo del poder ejecutivo; y cuya única
finalidad debe estar basada en la búsqueda de la seguridad de forma efectiva
de tal manera que se pueda dar protección a las víctimas de cualquier hecho
delictivo.

10- Panamá está huérfana de una política criminológica y no hay una entidad
que coordine las medidas para combatir la criminalidad, dijo Aida Batista en
un acto en que se hicieron públicos los resultados de la segunda auditoría
ciudadana sobre la administración de justicia penal en Panamá. Batista,
quien figuró como consultora en este estudio que analiza el periodo 2004-

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2006 de la Alianza Ciudadana Pro Justicia, dijo que en los puntos acordados
no se han registrado "avances considerables".

11- La Política Criminal es una disciplina que está entrelazada con una serie de
ciencias, como lo son el Derecho Penal, la Criminología, la Sociología, la
Ciencia Política, entre otras. Esta dependencia de otras disciplinas, hace que
su sistematización y su estudio sea de una enorme complejidad.
El Estado debe promover mejores agendas sociales, que permitan un
ambiente de seguridad, libertad y bienestar a todos los ciudadanos. Todo
esto implica la disminución en las conductas criminales y el fortalecimiento
de nuevas actividades más positivas para el ascenso social de la población y
el desarrollo económico social del país.

12- Finalmente podemos destacar que Panamá es un país en el que actualmente


nos vemos sometidos ante una situación en que la delincuencia se encuentra
en constante crecimiento, lo que hace necesario que obtengamos cambios
notorios no solo en las acciones a tomar por el Estado, si no también se
requieren reformas en nuestras leyes, que permitan obtener enfoques claro
de política criminal para de esta manera poder combatirla, buscando como
resultado que se tenga seguridad ciudadana de forma efectiva, proteger a las
víctimas de los hechos delictivos, tratar de disminuir los hechos delictivos a
través de estrategias para el estudio de las conductas y la aplicación efectiva
de mecanismos de prevención o represión.

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ANEXOS

POLÍTICA CRIMINAL

PROTECCIÓN DE LA MAYORÍA
POBLACIONAL

BUSCAR LAS CAUSAS Y


FACTORES DE SU GÉNESIS

24
LA NUEVA POLÍTICA CRIINAL

SE IMPUSO A PRINCIPIO DEL SIGLO XX


NUEVAS IDEAS PARA LA POLÍTICA CRIMINAL
ESPECIALMENTE PARA LOS CÓDIGOS
PENALES.

ADOPTÓ UN SISTEMA DUALISTA EN LA


CONSIDERACIÓN DE LA PENA COMO TAL Y
COMO MEDIDA DE SEGURIDAD, CONCEPTOS
DE IMPUTABILIDAD Y CUPABILIDAD, DE
ESTADO PELIGROSO Y TEMIBILIDAD

EL DELITO COMO FENÓMENO NATURAL


PERO TABIÉN JURÍDICO ETC. TENIENDOLA
VIRTUD DE SUPERAR LAS TENACES
OPOSICIONES DOGMÁTICAS DEL MOMENTO.

LOS LEGISLADORES DE NUESTRO CÓDIG


PENAL DE 1921, SOSTUVIERON LA
CUANTIFICACIÓN DE LA PENA A CARGO
DEL JUEZ, RESULTANDO LA NECESIDAD
DE ADOPTAR NUEVAS CORRIENTES POR
UNA DEFENSA SOCIAL ACORDE A UNA
MODERNA.

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LIZ, HARNEL Y PRINS

MÁXIMA ELIMINACIÓN
POSIBLE DE LAS PENAS CONSIDERACIÓN DEL
CORTAS DE PRISIÓN Y EL ESTADO PELIGROSO
USO MÁS FRECUENTE

PROFILAXIS DE LA INCLINASIÓN
APLICACIÓN DE LA CONDENA
CRIMINAL EN DESARROLLO
CONDICIONAL, A DONDE FUERE
HABITUALIDAD Y APRENDIZAJE
POSIBLE.

FORMACIÓN PROFESIONAL
EJECUSIÓN DE MEDIDAS
DEL PERSONAL PENIENCIARIO
EDUCADORAS PARA LOS
Y DE LA ADMINISTRACIÓN DEL
JÓVENES DELINCUENTES.
DERECHO PENAL.

ATENCIÓN PRIMORDIAL A LA
PROPIA NATURALEZA CRIMINAL
Y DE SUS MOTIVACIONES.

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CITAS BIBLIOGRÁFICAS

 www.derechoshumanos.gov.co/Prensa/Especiales/DDHHPoliticaCri
minal/index.html
 https://biblioteca.organojudicial.gob.pa/cgi-bin/koha/opacdetail.pl?..
 www.laestrella.com.pa/nacional/190823/espera-politica-seguridad
criminológica.
 https://facpsicologia.up.ac.pa/node/22
 https://ministeriopublico.gob.pa/publicacion-libros/politica-
criminologica
 https://www.panamaamerica.com.pa/opinion/la-politica-criminal-
0434745
 https://panama.leyderecho.org/politica-criminologica
 https://www.laestrella.com.pa/opinion/columnistas/220421/crimen..
 www.penjurpanama.com/v2/index.php?option=com_content&view=
article&id=
 https://www.prensa.com/politica/Panama-huerfana-politica-
criminal_0...

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