El concepto de alma en la filosofía de Aristóteles es uno de los aspectos más importantes

de su pensamiento. Según Aristóteles, el alma es la forma o principio vital que anima a

todo ser vivo. El alma es la causa de la vida y del movimiento en los seres vivos.

Aristóteles distingue tres tipos de alma: el alma vegetativa, el alma sensitiva y el alma
racional. El alma vegetativa es propia de los seres vivos más simples, como las plantas.
Esta alma es responsable de las funciones básicas de la vida, como la nutrición y el
crecimiento.

El alma sensitiva, por otro lado, es propia de los animales y es responsable de las
funciones sensoriales y perceptivas. Esta alma permite a los animales percibir y
responder al mundo que les rodea.

Finalmente, el alma racional es propia del ser humano y es lo que nos distingue de los
demás seres vivos. Esta alma es responsable de la razón, la capacidad de pensar y de
reflexionar sobre el mundo y sobre nosotros mismos. Para Aristóteles, el alma racional es
la forma más elevada de alma, y es lo que nos permite ser seres morales y éticos.

En resumen, para Aristóteles, el alma es el principio vital que anima a los seres vivos y es
la causa de la vida y del movimiento en los seres vivos. El alma se divide en tres tipos: el
alma vegetativa, el alma sensitiva y el alma racional, siendo esta última la forma más
elevada de alma y lo que nos permite ser seres racionales y morales.