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1.9.

Clasificación de las comunicaciones

Las comunicaciones se han clasificado de diversas formas. Aquí se analizarán de acuerdo con el
lenguaje utilizado, el fin que persigue el mensaje y el núcleo humano en el que se gestan.

1.9.1. De acuerdo con el lenguaje utilizado

1.9.1.1. Comunicación verbal

Este tipo de comunicación utiliza la palabra hablada para codificar el mensaje. Al respecto, José Luis
Aranguren (1967, p. 88), en su libro La comunicación humana, comenta: “El lenguaje hablado es la
forma plenaria de comunicación a la que, en mayor o menor medida, se incorporan todas las
demás”. El lenguaje hablado es una forma simbólica por medio del cual los individuos sostienen una
relación social con la que intercambian la conceptualización de su realidad física, mental, emocional
y subconsciente, con la finalidad de poner en común su esencia y lograr una unidad comunicativa,
que les permite pensar y actuar en sociedad. Es en este sentido que Felipe N. López (1989, p. 89)
comenta: “[...] la producción del sentido objetivo, su representación y expresión verbal, se convierte
en actividad concreta por la cual los sujetos no solo ensanchan sus modos de relación, sino también
a través de ella condicionan su modo de aprehender el mundo, de pensar y actuar en conjunto,
socialmente”.

1.9.1.2. Comunicación no verbal

En este tipo de comunicación se utiliza el lenguaje del cuerpo – expresión natural del hombre–, el
cual refleja los estados internos de la persona que se comunica, así como patrones culturales
aprendidos por medio de la socialización. A través de este lenguaje se enfatiza el mensaje hablado
o se refleja una disonancia entre lo hablado y lo expresado, ya que es más espontáneo que el verbal.
Esta forma de comunicación complementa al mensaje verbal.

1.9.1.3. Comunicación escrita

Este tipo de comunicación utiliza la palabra escrita como medio de expresión, a través del cual se
codifican los mensajes. Si la comparamos con la comunicación verbal, tiene diferencias, tales como
la fuerza expresiva, que se sustituye por medio de los signos ortográficos. Esta forma de
comunicación tiene más permanencia, y en las organizaciones se sugiere enviar órdenes y mensajes
importantes por escrito para evitar la distorsión y la omisión.

1.9.2. Según el fin que persigue el mensaje

Este tipo de comunicaciones se relaciona directamente con la intención para la cual fue creado el
mensaje y la respuesta que se espera -si es el caso- del receptor. Con base en esta intencionalidad
se ha derivado la siguiente tipología:

Comunicación fática o impersonal

Esta ocurre cuando la persona que envía el mensaje lo hace con el único propósito de establecer un
contacto con el receptor. Por ejemplo, cuando dos personas se encuentran esperando el autobús,
no se conocen, pero una le dice a la otra: “¡Cómo tarda el camión!”; la otra responde: “Sí, tarda
mucho”. Otro de los lugares donde con frecuencia se encuentran ejemplos de este tipo de
comunicación es en los consultorios médicos o en lugares donde las personas se encuentran sujetas
a estar en contacto una con otra en una situación que les es común. G. Peninou (1976, p. 83)
comenta al respecto: “Se consideran fáticos y en la acepción antropológica del término los mensajes
basados en la “acentuación del contacto”, que pueden dar lugar a un intercambio de fórmulas y
hasta diálogos enteros, cuyo único efecto es el de prolongar la conversación. Entran en esta
definición las conversaciones rituales de bienvenida, las conversaciones de cóctel [...]”. Este tipo de
comunicación, en la cual se le revela al receptor la presencia del emisor y también el acatamiento
de la presencia del otro, no está encaminada a lograr un efecto de antemano, sino que surge de la
circunstancia que es compartida por un emisor y un receptor, la cual no estaba prevista; sin
embargo, será decisión de ambos ir más allá de un contacto impersonal y entablar una relación más
personal.

Comunicación expresiva

En esta, el emisor genera un mensaje con la finalidad de expresarse. No tiene como objetivo el que
otro lo interprete y logren el isomorfismo del significado; es decir, el emisor se expresa a través de
un mensaje que no busca una reacción determinada del receptor, sino que el fin primario es su
expresión. Este tipo de comunicación se genera sobre todo en el área artística. Aranguren (1967, p.
70) lo comenta de la siguiente manera: En la comunicación artística, la función denotativa
desaparece o cede ante una semántica puramente presentacional de lo que en realidad es
“indecible”. En la comunicación artístico-literaria, según una escala descendente música-artes
plásticas-poesía-literatura, el receptor conserva una gran libertad respecto del emisor, en cuanto a
la decodificación del mensaje; o como dijimos anteriormente, lo comunicado es la comunicación
misma, lo emitido es la recepción y nada más. Dicho con otras palabras: la obra de arte no existe
sino en cuanto es recibida, y por lo mismo es susceptible de decodificaciones e interpretaciones
totalmente diferentes. Y en relación con la intencionalidad del emisor en la comunicación expresiva,
Aranguren (1967, p. 111) comenta: “[...] se trata simplemente de una necesidad psíquica de la
expresión de la propias emociones”. Esta comunicación nace de personas de alta sensibilidad que
pueden expresarse de una manera estética.

Comunicación funcional o instrumental

La comunicación funcional tiene un nivel de intencionalidad muy marcado; su objetivo es influir en


la conducta del receptor. Los mensajes que se manejan tienden a ayudar al individuo a adaptarse a
su medio. De hecho, la manera en la cual el individuo se entera de cómo puede obrar o funcionar
adecuadamente dentro de su cultura es por medio de la comunicación funcional. Aranguren (1967,
p. 111) nos dice: “El emisor que comunica instrumentalmente está interesado en que el mensaje
produzca el efecto para el cual está destinado, es decir, la ‘respuesta’ del receptor”. Este tipo de
comunicación es práctica; en ella se integra todo aquello que está programado a largo plazo, como
por ejemplo la publicidad, las licencias, las guías, manuales de procedimientos, normas, reglamentos
y programas, entre otros.

Comunicación retroalimentativa

Este tipo de comunicación tiene un nivel de intencionalidad más profundo: no busca la adaptación
pasiva del individuo, sino que mueve al cambio y al desarrollo; busca que interprete y analice los
mensajes como un ser capaz de convertirse en creador, con la posibilidad de que, al pronunciar su
respuesta creativa, se convierta en un emisor capaz de actuar y enriquecer el mensaje que ha
recibido. Aranguren (1967, p. 19) comenta: “[...] la emisión no da lugar siempre y necesariamente a
una simple recepción quieta o pasiva del mensaje, sino que, con frecuencia, suscita una respuesta
activa; y que, por lo mismo, esta respuesta puede hallarse en oposición y no en conformidad con la
emisión”. La comunicación retroalimentativa representa un mayor grado de acción, y al ejercitarla
es cuando, por medio de esta, se habilita al individuo para analizar y transformar, lo cual trasciende
la adaptación, lo que le permite manejar el medio ambiente; es por esto que se ha encontrado una
relación estrecha entre la comunicación retroalimentativa y la transformación o el desarrollo. Cada
una de estas formas de comunicación sirve para un propósito determinado. El uso adecuado de cada
una de ellas, en el momento propicio, permitirá que los individuos desarrollen comunicaciones más
efectivas entre sí.

1.9.3. De acuerdo con el núcleo humano en el cual se gesta el proceso de comunicación

El proceso de comunicación se ha clasificado también de acuerdo con el núcleo humano en donde


se genera. Clasificarlo de esta forma permite, en muchos casos, contextualizar y aclarar el análisis
de los mensajes.

Comunicación intrapersonal

Este tipo de comunicación se genera cuando tanto el emisor como el receptor son la misma
persona; es decir, cuando la comunicación es con uno mismo. Este tipo de comunicación es
fundamental para el equilibrio del ser humano y de sus relaciones con los demás (ser humano en
sociedad), ya que medio del contacto con el yo interno, el individuo se conoce y descubre sus
potencialidades y habilidades para acrecentarlas, lo cual es determinante para el desarrollo del
autoconcepto, así como de la misión personal y los objetivos para lograrla. Al tener esta claridad se
establece un rumbo y una dinámica, así como los mecanismos de control para detectar en qué
momento se obstaculiza el logro de las metas y en consecuencia retomar la dirección que se ha
trazado. La claridad que se tenga en la comunicación intrapersonal está estrechamente relacionada
con la efectividad de la comunicación con los demás.

Comunicación interpersonal

Esta comunicación es personal y directa. Se genera cuando dos personas intercambian un mensaje.
Por lo común, se le denomina comunicación cara a cara. Comunicación en la que tanto emisor como
receptor comparten su compromiso en una relación libre, bidireccional, no irreversible sino
susceptible de respuesta. El diálogo es una comunicación que se asienta en un esquema de
relaciones simétricas, en una paridad de condiciones entre emisor y receptor, por medio de las
cuales se atraviesa el muro de la distancia que se interpone entre los seres humanos; se crea un
espacio que proporciona la oportunidad para escucharse uno a otro, para prestarse oídos, como
una posibilidad mutua para entenderse.

Comunicación grupal

Esta comunicación surge cuando el emisor envía un mensaje a un grupo de personas que forman
lo que se denomina un microgrupo. Este conjunto de individuos tiene la posibilidad de comunicarse
con todas las personas que componen el grupo. Existe este tipo de comunicación en diversos
conjuntos de individuos. Un ejemplo de ellos puede ser los grupos de amigos, dentro de los cuales
se genera una estructura informal en la que uno de los miembros asume el liderazgo, en especial
cuando controla la información que fluye por los canales de comunicación. En la actualidad, las
formas de comunicación han variado, de tal suerte que puede haber grupos que toman por medio
de una red de información, la cual utiliza como medio a las computadoras.

Comunicación masiva

La comunicación masiva tiene como característica principal el que sus receptores son heterogéneos,
aunque tienen algún interés en común. Se divide en: a) Comunicación a macrogrupos por medio de
canales naturales. Un ejemplo de esta es un mitin político, donde se sustituye la relación cara-a-
cara, que se encuentra en la comunicación interpersonal, por la relación hombro-a-hombro. Hoy en
día, en México se pueden apreciar las manifestaciones tanto partidistas como de personas que en
grupo buscan lograr soluciones a diferentes problemáticas sociales, como, por ejemplo, las personas
que se organizaron y se colocaron un moño blanco en protesta por la violencia que se vive en los
últimos tiempos. En este tipo de comunicaciones se generan comportamientos masivos, donde se
pueden exaltar los ánimos y las personas pueden actuar de manera diferente a como se conducirían
en particular. b) Comunicación a través de canales artificiales. La comunicación masiva también
utiliza como medios a la prensa, la radio y la televisión, catalogados todos ellos como medios de
comunicación masiva, a través de los cuales el emisor penetra en el espacio familiar o íntimo del
receptor con la posibilidad que tiene este último de elegir si recibe o no el mensaje. De estos medios,
especialmente la televisión, permite al receptor ser testigo ocular de lo que ocurre en cualquier
parte del planeta, lo que hace recordar a Marshal McLuhan quien –en la década de los sesenta–
aseveró que a través de los medios masivos de comunicación se redujo al mundo al tamaño de una
aldea. Se puede ir más allá y comentar que en la actualidad, por medio de Internet y del correo
electrónico, el mundo se está reduciendo al tamaño de una vecindad, ya que por estos medios se
puede decir que “ningún lugar está lejos”, pues lo único que se requiere es establecer la conexión e
ingresar en este modelo nuevo de interacción global.

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