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Descripción de calle

Emmanuel Eduardo Cruz Arroyo


Mi calle es una típica calle de fraccionamiento donde la repetición está a la
hora del día, con casas completamente idénticas que provocarían pesadillas en
koolhas.
Carecía De individualismo al ser un fraccionamiento relativamente nuevo, cada
puerta, portón y timbre perfectamente alineado haciendo que toda la escena
pareciera una rara premisa de terror moderna en la que no puedes salir del
laberinto lleno de casas completamente iguales.
Pocas cosas rompían esa monotonía, por ejemplo las palmeras que se
encontraban cada dos casas siendo estás indistinguibles entre si, sería fácil
pensar que podrían ser de plástico, si no fuera por la gran cantidad de frutos y
hojas secas que se desprendían al día, haciendo necesario tener que limpiar el
patio cada momento si no querías que alguien resbalara.
Me preguntó cómo es posible que está palmera siendo apenas de la altura de
una persona pudiera producir tanta basura, ¿ Acaso no perderá todas las hojas
en algún momento?, Mi frustración con esta planta solo aumentaba cuando
después de un buen rato de juntar y recoger hojas y frutos dispuesto a recibir
un merecido descanso la palmera con la mayor actitud de reto simplemente
dejaba caer la hoja más grande.
Mi calle era de las más recientes recuerdo las semanas antes de mudarnos
como todo el aire estaba lleno de polvo y olía a cemento fresco por todas
partes y podías escuchar sonidos de maquinarias y construcción no muy lejos
de ahí.
La mayoría de las casas no tenían puertas o algún portón que detuviera
visitantes no deseados, podías entrar con facilidad a ver el interior de estás
carcasas vacías que en un futuro serían casas habitadas por una familia con
hijos, talvez alguien viviendo solo e incluso completos desconocidos que por
ser vecinos terminarían portándose como toda una familia creando vínculos de
por vida.
Ahora a 5 años se que la casa la hacen las personas que viven en ella y
aunque cada cada sea completamente igual una de otra lo que de verdad le
brinda ese toque de individualidad es uno mismo con esos pequeños detalles.
Cómo el vecino de enfrente pintando la casa de un naranja chillón adornado
por un cartel que dice “ se venden costillitas”, o la señora de alado, harta de
barrer gracias a una palmera decidió sembrar nopales, rosas del desierto y un
gran cactus que ahora se sostiene por su casa de lo grande que es, haciendo
asombroso como tenemos ese toque para hacer de un espacio nuestro hogar.

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