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10/08/2022

MP

Tengo el recuerdo de una de las ultimas vece que fuimos a visitar a mi tia.

El portón de entrada daba directamente a una avenida principal, cruzar esa calle o estacionar era casi
imposible, el portón estaba oxidado, tenia el tamaño perfecto para una persona tipo (o un poco mas
angosto de lo normal), con rejas, que al abrir hacia un sonido particular, cerrándose con un click. Desde
esa entrada se adentraba a un largo pasillo, piso de concreto y paredes de ladrillo visto, por algunas
partes revocado, que si pasabas la mano por ahí se sentía arenoso, parecía que ese pasillo nunca llegaba
a su fin; a lo lejos se veía la puerta principal de la casa, no tengo el recuerdo de como era esa puerta,
pero si recuerdo que al llegar tenias un escalón, donde siempre no sentábamos a charlar. A partir de ahí
el piso tenia baldosa marrones, brillantes, resbaladizas, al igual que todo el interior de la casa.

Había un gran comedor, con ventanales que iban de punta a punta, teniendo una vista hacia el jardín,
donde había un árbol de paltas y detrás de el un paredón de ladrillo vito. Para ingresar al comedor había
que bajar un escalón, avanzabas y para llegar a la cocina tenias que subir otro escalón, tengo en la
mente unos muebles de madera oscura que se encontraban en la cocina, con los típicos picaportes
redondos de madera, una cocina tradicional.

Para llegar a las habitaciones del 1er piso había una escalera empinada, también de madera, en la que si
dabas mal un paso tu pie se iba hacia afuera. La planta alta era de madera, haciendo chillidos cada vez
que hacías un paso.

No recuerdo a la perfección esa casa, pero siempre tengo en mente esa entrada y comedor, el pasillo
largo y alto (para cuando tenia 8 años parecía mas alto de lo normal), el único gran camino al que nunca
le tuve miedo; seguramente ese lugar haya cambiado, lo hayan remodelado pero yo me quedo con ese
pequeño recuerdo, uno de los pocos de mi infancia, del frio o humedad que sentías en todo ese
recorrido del pasillo hasta llegar al final, la puerta principal, donde se encontraban todos unidos
esperando a comer un simple asado en familia.

Lucía Coronel

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