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La avaricia es el deseo de poseer las cosas que pertenecen a otras personas. Uno puede
ver a otra persona que tiene posesiones, riqueza o incluso cualidades deseables. Se ven
bien y resultan atractivas y entonces uno piensa “yo quiero tener eso; esto podría ser mío”.
Esta es la causa para esta acción negativa de avaricia.
El aumento de la motivación negativa de querer las cosas que pertenecen a los demás se
convierte en la base para todo tipo de acciones negativas, porque este pensamiento se
expresa en las acciones y en el habla a través de la ira, el deseo, y demás.
Esto causa daño e infelicidad para la persona a la que pertenecen las cosas que uno
quiere poseer. También causa problemas a sí mismo. Se debe tener claro que no hay un
beneficio real en conseguir cualquiera de las cosas que uno desea, porque la satisfacción
del deseo no tiene fin; cuando uno quiere una cosa y lo consigue, entonces uno va a
querer dos y más. El deseo no tiene fin y como resultado de ello se cometen acciones que
causan problemas para sí y para los demás. Se debe pensar: "Bueno, me siento atraído
por las cosas que otros tienen, pero no me hará ningún bien porque el deseo nunca puede
estar satisfecho y siempre quiere más. Este deseo creará infelicidad. Además la otra
persona me creará dificultades." Al darse cuenta de esto, se descubre que lo mejor es
evitar la avaricia.
No ser malicioso
La avaricia y la malicia están incluidas dentro del deseo y la ira. Son acciones negativas.
Si uno tiene el deseo de obtener las riquezas y posesiones para el beneficio de otras
personas. En este caso el deseo por estos bienes no es negativo sino algo bueno. En
términos de causar daño a alguien, si esta persona está causando mucho sufrimiento a
otras personas y uno tiene el deseo de deshacerse de ella de una u otra forma, expulsarla
a otro lugar, hacerla arrestar o incluso matar. Si esto es realizado en aras de ayudar a un
gran número de personas, entonces el deseo de dañar a este individuo no es una acción
negativa.
La décima acción negativa que debe ser evitada es el sostener creencias equivocadas o
visiones erróneas. Esto se refiere a cuando uno tiene una posición equivocada sobre
cuestiones especiales, como las Tres Joyas (el Buda, el Dharma y la Sangha). Puede
tratarse no sólo de las enseñanzas de dharma; también se refiere, por ejemplo, a si
alguien con una buena motivación nos da un buen consejo diciendo “lo que estás haciendo
está equivocado. No deberías hacer esto y demás”. Si uno entiende que la persona tiene
una buena motivación y el consejo es benéfico entonces será positivo para uno mismo.
Pero si uno piensa: ¨Él no me gusta y está diciendo algo muy desagradable para mí; él
está tratando de hacerme cosas malas”, esto es un error, es una percepción errónea. En
este caso, desperdicias la buena motivación de la otra persona y su consejo no puede
serte de ayuda. De hecho, se vuelve una fuente de perjuicio al haberlo interpretado como
algo dañino. En consecuencia, si uno recibe un consejo debería pensar simplemente “Esto
está mal o es equivocado”. No debería permitirse caer con facilidad en concepciones
erróneas, debería examinarlo más cuidadosamente para ver si es beneficioso y si se ha
dicho con buena motivación.
Se deben evitar las creencias equivocadas y las concepciones erróneas.