Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Tres obstáculos a
superar y una técnica para el cambio
P: ¿Puedo eliminar ya, en este mismo instante, mis pensamientos negativos?.
En ocasiones, no podemos evitar o eliminar los pensamientos negativos, porque no podemos dejar
de pensar, esa es la función de nuestra mente. La clave es qué hacemos con esos pensamientos
negativos.
Las denominadas técnicas de reestructuración cognitiva son una de las herramientas más
poderosas que tienen para lograrlo, y representan una de la claves del bienestar emocional de la
persona.
Es importante destacar que recientes estudios han confirmado que los pensamientos negativos
frecuentes sobre nuestra salud, o un exceso de rumiación sobre ella (lo que se denomina ansiedad
por la salud), disminuyen y perjudican la propia salud. Incluso un importante estudio ha concluido
mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en las personas con tendencia a la preocupación.
Valorar tu malestar → Diálogo interior → Creer que puedes pensar de modo diferente → Hacer
algo de modo diferente → Sentirte de modo diferente → Pensar de modo diferente → Valorar tu
malestar
Partir de la máxima de que no por el hecho de pensar algo es cierto, ya es un buen inicio. Es
bueno vencer las resistencias y atrevernos a ver otras alternativas al pensamiento que tenemos.
¿Piensas que esta será una lectura que no te aportará nada distinto a las anteriores sobre este
tema?. Bueno, está bien entonces. Porque quiero animarte a dudar sobre lo que piensas.
Obstáculo 1
“Yo pienso bien, soy objetivo y no hay más realidad que la que yo veo”.
Pocas personas considerarían esta afirmación como propia. Sin embargo, creo que todos hemos
pensado alguna vez: “sé lo que va a pasar”, “sé lo que me va a decir”, o “lo intentaré, pero no
puedo hacerlo”. Cuando piensas así, en realidad, para ti no es una simple hipótesis, sino que crees
racional y “físicamente” que eso que piensas es real. Es decir construyes en tu mente el
argumento: pensamiento = realidad.
Por eso si piensas que “lo que va a pasar” es que, por ejemplo, tu cambio de trabajo es una
oportunidad de mejora que te hará muy feliz, tu cuerpo se llena de energía y se lanza a hablar de
ello con los demás. Pero si piensas que ese cambio es consecuencia de que la empresa no valora
tu trabajo y tu estado laboral empeorará, tu cuerpo muestra tensión, desánimo e irritabilidad.
Sin embargo, aunque tu razonamiento, reafirmado por tus sensaciones corporales y emocionales,
te digan que A: cambio = mejora = felicidad, o B: cambio = minusvaloración = empeoramiento =
infelicidad; es fundamental ser consciente que ambas opciones son pensamientos. Sólo
pensamientos. Hipótesis que pueden cumplirse o no cumplirse.
Una de las conversaciones que suelo tener cuando trabajo en el cambio de pensamientos
negativos con una persona, trata justo sobre esto. Y estas son algunas preguntas que le hago:
¿Cuando te has equivocado pensando?. ¿Cuándo diste como real algo que no lo era?. Y hoy
¿en qué has pensado erróneamente?. Y ahora mismo ¿qué pensamiento negativo está activo y tu
cuerpo y tus emociones están tratando como real, cuando podría no serlo?
Obstáculo 2
La culpa: “No puedo evitar pensar así y ello me hace sentir fatal”.
Eres capaz de hacer que esos pensamientos negativos no se instalen en ti como una realidad.
Para que el cambio de pensamientos funcione, hemos de tener una actitud clara y sencilla:
No eres culpable de que algunos pensamientos negativos aparezcan. Pero una vez ya han
aparecido, sí eres responsable de hacerte capaz de identificarlos, dirigirlos y construir poco a
poco, una forma distinta de pensar.
Obstáculo 3
“Sí, entiendo que podría pensar que las cosas pueden mejorar y que seré capaz de superar esta
ruptura, pero ahora mismo no lo siento así”. “Podría pensar que de este estado de absoluta
desolación puedo salir, pero no lo creo posible en esta situación. No puedo sentir que es cierta esa
forma de pensar. Sí estuvieras en mi situación pensarías como yo, que no hay solución posible.
Puedo pensar lo que me pides, pero sería auto engañarme”.
Esta respuesta es normal. Es normal este tipo de razonamiento. Nos está diciendo que… empieza
el trabajo.
Es normal que no te lo creas en un primer momento. Que no sientas realmente que superarás una
ruptura o que la desolación no tiene salida o que cualquier otro mensaje que traiga tu
pensamiento no es cierto, no es veraz.
La clave no está en pensar de otra forma cuando creas que es real, cuando sientas que es real.
La clave está en que tu diálogo interno te haga dudar, y con ello, empezar a actuar de forma
distinta, de forma acorde a esa duda. ¿Estoy seguro que no seré capaz de superar la ruptura?
¿Recuerdo si pensé algo similar en la anterior separación? ¿Y he estado feliz tras ello? ¿Y si la
supero también esta vez?.
Sólo tras un tiempo viviendo conforme a la duda que hemos generado respecto al pensamiento
negativo inicial, podremos comprobar si esa duda tenía sentido.
Cambiar tu pensamiento negativo, aún sin creer que eso funcionará, vivir respecto a ese cambio,
y comprobar más tarde si ha ocurrido algo distinto que te haga sentir que ese cambio puede ser
más real de lo que sentías inicialmente.
Mientras dudes de tus pensamientos negativos, la posibilidad del cambio siempre está abierta,
esperando a que des con el “clic” que empiece a mover las cosas en un sentido diferente.