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Ensayo Metodologia 1
Ensayo Metodologia 1
Tema: Situación de la mujer y sus derechos humanos en los países de medio oriente y en el norte
de África
Las mujeres carecen de sus derechos en los países del norte de África como en el medio oriente.
Siguen manifestándose en la calle, organizándose y denunciando esta discriminación, solicitando
su igualdad con respecto a la participación política y la toma de decisiones, forzando la
adecuación de todas las leyes, prácticas, políticas y procedimientos de estos países a las normas
del derecho internacional y de los derechos humanos.
Las mujeres representan la mitad de la población mundial, han tenido un papel fundamental a lo
largo de la historia y han producido cambios en algunos países de la región, Sin embargo, sus
derechos siguen ignorándose.
Ellas han asumido los mismos riesgos que los hombres al exponerse a abusos cometidos por el
Estado, tal está el caso de algunas manifestantes en Egipto las cuales fueron sometidas a
“pruebas de virginidad” han sufrido hostigamiento, acoso, torturas y malos tratos, como
agresiones sexuales y amenazas de violación, relacionados específicamente por ser mujeres.
Además, siguen siendo discriminadas en numerosos ámbitos de su vida, por ejemplo: En Arabia
Saudí las mujeres no pueden viajar, tener trabajos remunerados, recibir educación superior ni
casarse sin el permiso de un tutor varón. Tampoco pueden conducir, aunque tengan permisos
internacionales con los que sí pueden hacerlo en otros países y también está el caso de Egipto,
que se practica la mutilación genital femenina y está prohibido el aborto, incluso en el caso de
mujeres y niñas sobrevivientes de violación e incesto, o de embarazos que manifiestan graves
riesgos para la salud.
Más de 3.600 millones de niñas, chicas, mujeres y ancianas sufren desigualdad de género, un
problema que afecta de distintas formas de nuestro día a día: en el hogar, en la escuela, en el
trabajo y en la calle.
Los datos de las Naciones Unidas muestran que la desigualdad de género está muy extendida en
todos los continentes, pero en el norte de África y en los países de medio oriente, sobre todo en
las regiones menos desarrolladas; ante la falta de recursos, las familias priorizan la educación de
los hijos varones y mantienen a las hijas en casa para ocuparse de las familias y las tareas del
hogar. En todo el mundo, más de 120 millones de niños y adolescentes no van a la escuela: más
de la mitad son niñas. Además, se calcula que hay unos 875 millones de personas adultas
analfabetas, de las cuales dos terceras partes son mujeres.
En el Magreb, se han aprobado disposiciones jurídicas para combatir la violencia contra las
mujeres, incluida una emblemática ley aprobada en 2017 en Túnez para proteger a las mujeres
contra toda forma de violencia de género.
Sin embargo, estos avances se han visto ensombrecidos por la violencia y la discriminación que
sufren constantemente las mujeres sobre todo en cuestiones de matrimonio, herencia y custodia
de hijos e hijas y han sido menoscabados, además, por la deficiente aplicación de las reformas y
por la continua negación de participación activa a las mujeres.
Se han seguido registrando los conocidos como “homicidios en nombre del honor” en Irak, Irán,
Jordania, Kuwait y las comunidades palestinas de Israel y Palestina, donde las autoridades se han
abstenido de procesar a los perpetradores y de abordar las discriminatorias leyes y normas de
género subyacentes, que permiten que esa violencia prolifere.
En Yemen, las mujeres carecen de libertad para casarse con quien deseen, y algunas son
obligadas a contraer matrimonio cuando son menores de edad, a veces con tan solo ocho años.
En Arabia Saudita las mujeres no pueden viajar, tener trabajos remunerados, recibir educación
superior ni casarse sin el permiso de un tutor varón. Tampoco pueden conducir, aunque tengan
permisos internacionales con los que sí pueden hacerlo en otros países.
En Egipto se practica la mutilación genital femenina y está prohibido el aborto, incluso en el
caso de mujeres y niñas sobrevivientes de violación e incesto o de embarazos.
Sofia Llovera
Las mujeres que han tomado las medidas para exponer los abusos que enfrentan, han
tenido grandes desafíos para acceder a la justicia. En Libia, pueden ser arrestadas por "adulterio",
y entre los refugiados y migrantes, las mujeres son reacias a acudir a la policía por temor a
ser arrestadas y deportadas. En Jordania, algunas mujeres expresaron temor de que las
colocaran en albergues si denunciaban violencia contra ellas. A pesar de las reformas, el sistema
de tutela masculina en Arabia Saudita todavía permite que los cuidadores masculinos
perpetúen la violencia contra las mujeres que no están protegidas contra el abuso sexual
y físico. Por ejemplo, las mujeres que sufren violencia doméstica aún necesitan el permiso de
un tutor masculino para salir del albergue. Si bien algunos países han derogado
leyes que permiten a los violadores eludir el enjuiciamiento si se casan con sus
víctimas, dichas leyes todavía existen en varios países de Medio Oriente y África del Norte.
“La pasividad de los gobiernos a la hora de proteger de manera adecuada a las mujeres contra la
violencia de género y de combatir la impunidad ha perpetuado esa forma de abuso. Para
empezar, las autoridades deben condenar públicamente todas las formas de violencia de género y
desmantelar las estructuras que facilitan esos abusos, tales como la tutela masculina,” asegura
Heba Morayef.
“Además, deben garantizar la protección de los derechos de las sobrevivientes, que éstas puedan
acceder de manera segura a la justicia y que los perpetradores rindan cuentas. Es preciso que las
sobrevivientes puedan acceder a albergues, asistencia psicosocial y servicios jurídicos y de otros
tipos adecuados”.