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Jenny Avila
Edis Diaz
Carlos Avila
Fecha: 26/11/22
Objetivo general
Uno de los objetivos que buscamos en la realización del presente trabajo es tratar
de desglosar los derechos humanos que tienen los privados de libertad, acusados,
detenidos y las mujeres, de esta forma haremos que el futuro lector del presente
trabajo tenga un conocimiento amplio del tema.
Objetivos específicos:
1. Lograr la atención y el entendimiento de todas aquellas personas que
tienen desconocimiento de sus derechos.
2. Lograr ser explícito en la redacción del trabajo, para un mayor alcance
comprensivo de quien nos lea.
Introducción
El presente informe trata sobre el goce absoluto de los derechos que tiene la
mujer en Honduras, derechos que deben de ser respetados y ejecutados por
nuestro ordenamiento jurídico nacional, mismos que deben de ser de total
consciencia para las mujeres, para que sepan de sus derechos como tal y que
sepan defenderlos y reclamarlos, de esta forma ninguna autoridad hará caso
omiso a sus derechos y en caso que lo hicieran, la ley las respalda y se actuara
apegada a ella; a continuación se desglosara los derechos que la mujer goza, así
mismo se desglosara algunos derechos que tienen los privados de libertad,
acusados y detenidos, que a pesar de sus hojas de vida o antecedentes penales,
son personas como tal y por lo consiguiente son titulares de derechos, en el
mismo trabajo fundamentaremos algunos derechos apoyándonos en varios
artículos constitucionales, que como madre de la ley, garantiza, protege y manda
a respetar los derechos humanos de las personas, siendo este el fin supremo de
la sociedad.
DERECHOS DE LA MUJER EN HONDURAS
LEY DE IGUALDAD Y OPORTUNIDADES PARA LA MUJER
Que para el año.2000, el Estado de Honduras, está en la obligación de haber
adoptado medidas amplias y coherentes, a fin de eliminar todos los obstáculos
que se oponen a la participación plena de la mujer, en todas las esferas de la
sociedad en condiciones de igualdad para asegurar las oportunidades en las
diferentes áreas de la vida diaria.
Artículo 2.-La presente Ley tiene por objeto integrar y coordinar las acciones que
el Estado y la sociedad civil, tienen que ejecutar para eliminar todo tipo de
discriminación contra la mujer y, obtener la igualdad de los hombres y mujeres
ante la ley, priorizando las áreas de familia, salud, educación, cultura, medios de
comunicación, medio ambiente, trabajo, seguridad social, crédito, tierra, vivienda y
participación en la toma de decisiones dentro de las estructuras de poder. Artículo
3.-Para efectos de esta Ley, se entiende por discriminación contra la mujer, toda
distinción, exclusión, o restricción basada en el sexo, que tenga por objeto o por
resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer,
independientemente de su estado civil, sobre la base de igualdad del hombre y la
mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas
políticas, económica, social, cultural y civil o en cualquier otro aspecto.
Artículo 4.-Para cumplir con ese principio de la no discriminación contra la mujer,
se establecen las acciones siguientes: 1) El estado garantiza la igualdad y
equidad entre hombres y mujeres, en el diseño y aplicación de políticas públicas
para la ejecución y coordinación de programas y proyectos; y, 2) La sociedad civil
debe incluir la dimensión de género en las instancias de diálogo social para
promover y fomentar las organizaciones que trabajan para, con y por la mujer.
Artículo 7.-El Instituto Nacional de la Mujer (INAM) es el organismo estatal
encargado de la coordinación, promoción, desarrollo y vigilancia de la política
pública de promoción de igualdad de oportunidades y de trato.
DERECHOS DE LA MUJER
EN EL TRABAJO
En la familia
Un hombre que se casa con una mujer activa, emprendedora, independiente, no
descansa hasta que la tiene domesticada en la casa con los hijos y los
quehaceres del hogar, confinada a esas cuatro paredes.
En las familias hondureñas, los roles masculinos y femeninos están muy
determinados por la tradición, y los cambios en la distribución del trabajo son
inexistentes. Existen tareas para el hombre y la mujer, es decir, tareas que son de
hombres y de mujeres. Actualmente, en muchos hogares, la mujer ha de pedir
permiso si va a salir, dar explicaciones e incluso comer cuando todos estén
servidos.
Muchas mujeres todavía siguen comiendo después del marido, no sentándose a
la mesa con él. El sentido que posee la familia es un sentido de unión, de fidelidad
al esposo y de sometimiento a él. Naturalmente, este sentido familiar tan sólo lo
es para la mujer.
La «infidelidad» de la mujer se castiga todavía en las zonas más deprimidas,
mientras que, por el contrario, la mayoría de hombres tienen hijos fuera del
matrimonio, hijos a los que no reconocen legalmente. En el campo, la situación de
la mujer todavía se agrava más, ya que es la mujer más joven la encargada de
realizar las tareas de la casa y del campo y tiene por obligación cuidar a toda la
familia, compuesta por varias generaciones.
Parte de la sexualidad
En la sociedad hondureña nos encontramos con estructuras mentales y
personalidades socializadas para la sexualidad, cuyo objetivo es vivir para la
procreación y para la satisfacción sexual de sus compañeros. Partiendo de ahí, es
difícil entender una educación sexual donde participen hombre y mujer y donde
las medidas de seguridad y de prevención estén presentes. A la mujer se le
enseña en el hogar, en la escuela, en la iglesia y en los medios de comunicación
que ha de ser bella, tentadora y que su fin primordial en la sociedad es la
procreación. Cuando la niña escucha en la escuela que «una mujer si no es
madre no es mujer completa» o percibe que una mujer a los 30 o 40 años es
sujeto de descalificativos como «solterona» y por tanto amargada, va llegando a la
conclusión de que lo más importante para ser una mujer socialmente aceptada es
ser madre y debe tener un hombre al lado.
Las actitudes de las mujeres con respecto a la sexualidad impiden el
autodiagnóstico de las enfermedades y que busquen ayuda profesional para sus
enfermedades genitales; de esta forma hay mujeres que viven toda su vida con
una infección, sin conocer su causa y sin poner ningún remedio para la curación.
En Honduras las enfermedades de transmisión sexual aumentan cada vez más y
los casos de SIDA están alcanzando unas dimensiones alarmantes. Todas estas
situaciones se agravan más por la gran influencia que ejerce la iglesia y el elevado
número de sectas religiosas que existen.
Desde allí se lanza a la mujer mensajes de conformismo, de sufrimiento y de
sometimiento.
42%
58%
Si conocen No conocen
Conclusión:
1. Concluimos como grupo que los derechos humanos se deben respetar
hacia cualquier persona, sin preferencia ni distinción, sin priorizar razas o
excluirlas por preferencias sexuales, pensamientos, ideologías, o colores
políticos.