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2. Dominio Personal
5. Aprendizaje en Equipo
LA QUINTA DISCIPLINA
Es vital que las cinco disciplinas se desarrollen como un conjunto. El pensamiento
sistémico es la quinta disciplina. Es la disciplina que integra las demás disciplinas,
fusionándolas en un cuerpo coherente de teoría y práctica.
Es comprender el sistema contemplando el todo, no cada elemento individualmente. Cada
uno de los componentes influye sobre el resto, influencia que está habitualmente oculta.
METANOIA, UN CAMBIO DE ENFOQUE
De la dinámica de los sistemas: podemos utilizar la idea de que hay que actuar sobre las
causas y no sobre los efectos. El objetivo es el desarrollo del trabajo en equipo y en esta
situación se encuentre con la adversidad de la correntada. El equipo aprenderá o
fortalecerá su habilidad de trabajar conjuntamente, de desarrollar la sinergia, en ese
contexto de aprendizaje será necesario superar desavenencias personales para el
desarrollo de su fuerza contra el agente externo.
Está de moda ser "proactivo". Esto significa que debemos enfrentar los problemas, no
esperar a que alguien más haga algo, resolver los problemas antes que estalle una crisis.
A menudo la "proactividad" es reactividad disfrazada. Si nos volvemos más agresivos
para luchar contra el "enemigo externo", estamos reaccionando.
La verdadera pro actividad surge de ver como intensificamos nuestros propios problemas.
Estamos condicionados para ver la vida como una serie de hechos, y creemos que para
cada hecho hay una causa obvia. Debemos de tener la aptitud para ver al tigre diente de
sable por encima del hombro izquierdo y reaccionar con rapidez. Quedamos inmersos en
solucionar los efectos y no se trabaja en el análisis de las causas que los ocasionan,
sobre las cuales deben tomarse las decisiones. Al percibir los hechos podemos predecir
antes de que ocurra.
Si ponemos una rana en una olla de agua hirviente, inmediatamente intenta salir. Pero si
ponemos la rana en agua a la temperatura ambiente, y no la asustamos, se queda
tranquila. A medida que la temperatura aumenta, la rana está cada vez más aturdida, y
finalmente no está en condiciones de salir de la olla, la rana se queda allí y hierve. Esto
ocurre porque su aparato interno para detectar amenazas a la supervivencia está
preparado para cambios repentinos en el medio ambiente, no para cambios lentos y
graduales.
La experiencia es un potente método para aprender pero ¿qué sucede cuando no vemos
las consecuencias de nuestros actos porque estos llegan mucho más tarde en el tiempo?
Sin embargo, la mayoría de las decisiones que tomamos en las organizaciones son de
este tipo. De modo que también "aprendemos" cosas de las que desconocemos su
resultado. En las "nuevas tecnologías" es mucho más importante "desaprender" lo que se
sabe para poder comprender lo nuevo.
Tenemos tendencia a realizar actos por experiencia. Sin embargo, a veces no vemos la
consecuencia de nuestros actos, es decir, se sale de nuestro horizonte de aprendizaje, lo
cual hace que se vuelva imposible aprender de la experiencia diaria.
Con frecuencia, los equipos empresariales suelen pasar el tiempo luchando en defensa
de su “territorio”, evitando todo aquello que pueden dejarlos mal parados y fingiendo que
todos respaldan la estrategia colectiva del equipo, para mantener la apariencia de un
equipo cohesivo.
Es más, cuando hay problemas complejos los equipos suelen ceder a las presiones
dominantes y ocultar sus desavenencias ante el exterior. Esta incompetencia calificada
impide el aprendizaje.