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3 Una vez ubicados en sus puestos, durante una cuarta parte del día se leyó el libro de
la Ley del Señor, su Dios, y durante otra cuarta parte, confesaron sus pecados y se
postraron delante del Señor, su Dios.
4 Sobre la tribuna de los levitas se levantó Josué, junto con Binuí, Cadmiel, Sebanías,
Buní, Serebías, Baní y Quenaní, y clamaron en alta voz al Señor, su Dios.
5 Luego los levitas Josué, Cadmiel, Baní, Jasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y
Petajías dijeron:
"¡Levántense, bendigan al Señor, su Dios,
desde siempre y para siempre!
Sea bendecido tu Nombre glorioso,
que supera toda bendición y alabanza".
6 Y Esdras dijo:
"¡Tú eres el Señor, sólo tú!
Tú hiciste los cielos,
lo más alto del cielo y todo su ejército,
la tierra y todo lo que hay en ella,
los mares y todo lo que contienen.
A todo eso le das vida,
y el ejército del cielo se postra ante ti.
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8 Al ver que su corazón te era fiel,
concluiste con él la alianza,
para darle el país de los cananeos,
de los hititas, de los amorreos,
de los perizitas, de los jebuseosy guirgasitas,
y para dárselo a su descendencia.
Y has cumplido tus palabras, porque eres justo.
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el que te hizo salir de Egipto’,
y así cometieron un gran ultraje.
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27 Tú los entregaste en manos de sus opresores,
y ellos los oprimían.
En el momento de la opresión, clamaban a ti;
tú los escuchabas desde el cielo
y, por tu gran misericordia, les mandabas salvadores
que los salvaban de sus opresores.
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no hicieron caso de tus mandamientos
ni de las advertencias que les habías hecho.
35 Durante su reinado,
en medio de los grandes bienes que les concediste,
y en la tierra espaciosa y fértil que les entregaste,
ellos no te sirvieron
ni se convirtieron de sus malas acciones.
NEHEMÍAS 10
El compromiso de la comunidad
10 Luego los levitas: Josué, hijo de Azanías, Binuí, de los hijos de Jenanad,
Cadmiel, 11 y sus hermanos: Sebanías, Hodías, Quelitá, Pelaías, Janán, 12 Micá, Rejob,
Jasabías, 13 Zacur, Serebías, Sebanías, 14 Hodías, Baní, Beninú.
15 Luego los jefes del pueblo: Parós, Pájat Moab, Elán, Zatú, Baní, 16Buní, Asgad,
Bebai, 17 Adonías, Bigvai, Adín, 18 Ater, Ezequías, Azur, 19 Hodías, Jasúm,
Besai, 20 Jarif, Anatot, Nebai, 21 Magpiás, Mesulám, Jezir, 22 Mesezabel, Sadoc,
Iadúa, 23 Pelatías, Janán, Anaías, 24 Oseas, Jananías, Jasub, 25 Halojés, Piljá,
Sobec, 26Rejúm, Jasabná, Maaseías, 27 Ajías, Janán, Anán, 28 Maluc, Jarím, Baaná.
29 El resto del pueblo, de los sacerdotes y levitas, los porteros, los cantores, los
empleados del Templo, en una palabra, todos los que se separaron de los pueblos
extranjeros para seguir la Ley de Dios, lo mismo que sus mujeres y sus hijos, y todos
los que son capaces de entender, 30 se unen a sus hermanos y a sus dignatarios, y se
comprometen con imprecación y juramento a proceder según la Ley de Dios, que ha
sido dada por medio de Moisés, el servidor de Dios, y a observar y practicar todos los
mandamientos del Señor, nuestro Dios, sus normas y preceptos.
31 En particular, no daremos nuestras hijas a la gente del país ni tomaremos sus hijas
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como esposas para nuestros hijos.
32 Si la gente del país trae mercancías o cualquier otro objeto, para vender en día
sábado, no les compraremos nada en sábado o en día festivo.
El séptimo año, dejaremos los campos sin cultivar y cancelaremos cualquier clase de
deuda.
33 Nos imponemos la obligación de dar cada año un tercio de siclo para el culto de la
Casa de nuestro Dios, 34 para el pan de la ofrenda y la oblación perpetua, para el
holocausto diario y los sacrificios del sábado, de las neomenias y solemnidades, para las
ofrendas consagradas y los sacrificios de expiación por los pecados de Israel, en una
palabra, para todo el servicio de la Casa de nuestro Dios.
35 En cuanto a la ofrenda de leña, los sacerdotes, los levitas y el pueblo hemos echado
suertes para que cada una de nuestras familias la traiga por turno a la Casa de nuestro
Dios, en los tiempos fijados, año tras año, a fin de que arda en el altar del Señor,
nuestro Dios, como está escrito en la Ley.
36 Nos obligamos asimismo a traer a la Casa del Señor, año tras año, los primeros
frutos de nuestro suelo, las primicias de todos los árboles frutales 37 y los primogénitos
de nuestros hijos y de nuestro ganado, como está escrito en la Ley. Los primogénitos de
nuestro ganado serán llevados a la Casa de nuestro Dios para los sacerdotes que
prestan servicio en ella.
39 Un sacerdote, hijo de Aarón, estará con los levitas cuando cobren el diezmo, y los
levitas harán llegar la décima parte del diezmo a la Casa de nuestro Dios, para los
depósitos del Tesoro.
40 Porque en esos depósitos los israelitas y los hijos de Leví colocarán las ofrendas de
trigo, de vino nuevo y aceite fresco. Allí están también los utensilios del Santuario, los
sacerdotes que prestan servicio, los porteros y los cantores. Así no descuidaremos la
Casa de nuestro Dios.
PROVERBIOS 27,15-27
15 Gotera incesante en día de lluvia y mujer pendenciera, se asemejan:
16 querer frenarla es como frenar el viento o recoger aceite con la mano.
18 El que cuida una higuera comerá de su fruto y el que respeta a su patrón recibirá
honores.
19 Como el rostro se refleja en el agua, así el hombre se mira a sí mismo en los demás.
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20 El Abismo y la Perdición son insaciables, e insaciables son también los ojos del
hombre.
21 Hay un crisol para la plata y un horno para el oro, pero el hombre es apreciado por
su reputación.
23 Conoce bien el estado de tus ovejas, presta mucha atención a tus rebaños,
24 porque la riqueza no dura para siempre ni una diadema indefinidamente.
25 Una vez cortada la hierba, aparecido el renuevo y apilado el heno de las montañas,
26 ten corderos para vestirte, chivos para pagar el precio de un campo,
27 y bastante leche de cabra para alimentarte, para mantener a tu familia y para que
vivan tus servidoras.
COLOSENSES 4
Capítulo 4
3 Rueguen también por nosotros, a fin de que Dios nos allane el camino para anunciar
el misterio de Cristo, por el cual estoy preso, 4 y para que yo sepa pregonarlo en la
debida forma.
5 Compórtense con sensatez en sus relaciones con los que no creen, aprovechando bien
el tiempo presente.
6 Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan
responder a cada uno como es debido.
9 Lo acompañará Onésimo, nuestro fiel y querido hermano, que es uno de ustedes. Ellos
los pondrán al tanto de todo lo que pasa por aquí.
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11 Igualmente los saluda Jesús, el que es llamado Justo. De los que provienen del
Judaísmo, estos son los únicos que trabajan conmigo por el Reino de Dios: por eso han
sido un consuelo para mí.
12 También los saluda Epafras, su compatriota, este servidor de Cristo Jesús que ora
incansablemente por ustedes, para que se mantengan firmes en la perfección,
cumpliendo plenamente la voluntad de Dios.
13 Yo doy testimonio de lo mucho que él hace por ustedes y por los de Laodicea y de
Hierápolis.
16 Una vez que hayan leído esta carta, háganla leer también en la Iglesia de Laodicea, y
ustedes, a su vez, lean la carta que yo envié a esa Iglesia.
17 Digan a Arquipo que esté atento al ministerio que recibió para servir al Señor y que
lo cumpla bien.
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