Está en la página 1de 6

Día 181 de 365

1 CRÓNICAS 13 Progreso: 49.6 %

El traslado del Arca de la Alianza Lectura de hoy:


2 Sam. 6. 1-11 1 Crónicas 13 -- 15
Proverbios 14,01-17
1 Después de consultar a los jefes de mil y de cien hombres y 2 Corintios 12
a todos los oficiales, 2 David dijo a toda la asamblea de Israel,
"Si a ustedes les parece bien y si el Señor, nuestro Dios, así lo
decide, enviaremos mensajeros a nuestros hermanos que han quedado en todas las
regiones de Israel y, además, a los sacerdotes y levitas en sus ciudades y poblados, a
fin de que se reúnan con nosotros.

3 Entonces traeremos junto a nosotros el Arca de nuestro Dios, ya que no nos hemos
preocupado de ella en los tiempos de Saúl".

4 Toda la asamblea resolvió hacerlo así, porque el pueblo entero dio su aprobación.

5 David reunió a todo Israel, desde el Torrente de Egipto hasta la Entrada de Jamat,
para traer el Arca de Dios desde Quiriat Iearim.

6 Luego se dirigió con todo Israel a Baalá, a Quiriat Iearim, que está en Judá, para subir
desde allí el Arca de Dios, que lleva el nombre del Señor, el que tiene su trono sobre los
querubines.

7 Pusieron el Arca de Dios sobre un carro nuevo y la llevaron desde la casa de


Abinadab. Uzá y Ajió conducían el carro, 8 mientras David y todo Israel bailaban con
todas sus fuerzas delante de Dios, cantando y tocando cítaras, arpas, tamboriles,
címbalos y trompetas.

9 Cuando llegaron a la era de Quidón, Uzá extendió su mano para sostener el Arca,
porque los bueyes habían resbalado.

10 Entonces la ira del Señor se encendió contra Uzá y lo hirió de muerte por haber
extendido su mano hacia el Arca, y Uzá murió allí mismo delante de Dios.

11 David se conmovió, porque el Señor había acometido contra Uzá, y aquel lugar se
llamó Peres Uzá –que significa "Brecha de Uzá"– hasta el día de hoy.

Página 1 de 6
12 Aquel día David tuvo miedo de Dios, y dijo: "¿Cómo voy a llevar a mi casa el Arca de
Dios?".

13 Y no trasladó el Arca a su casa, a la Ciudad de David, sino que mandó que la


llevaran a la casa de Obededóm de Gat.

14 El Arca de Dios permaneció tres meses en la casa de Obededóm. Y el Señor bendijo


la casa de Obededóm y todos sus bienes.

1 CRÓNICAS 14

La casa y la familia de David en Jerusalén


2 Sam. 5. 11-16

1 Jirám, el rey de Tiro, envió a David mensajeros con maderas de cedro, albañiles y
carpinteros, para edificarle una casa.

2 Así David reconoció que el Señor lo había afianzado como rey sobre Israel, porque su
reino había sido enaltecido a causa de su pueblo Israel.

3 David tomó como esposas a otras mujeres en Jerusalén y tuvo más hijos e hijas.

4 Estos son los nombres de los hijos que le nacieron en Jerusalén, Samúa, Sobab,
Natán y Salomón, 5 Ibjar, Elisúa y Elpálet, 6 Nogá, Néfeg y Iafía, 7 Elisamá, Beeliadá y
Elifélet.

Victoria de David sobre los filisteos

8 Cuando los filisteos oyeron que habían ungido a David como rey de todo Israel,
subieron para atacarlo. Pero David lo supo y les salió al encuentro.

9 Los filisteos vinieron y se desplegaron por el valle de Refaím.

10 David entonces consultó a Dios: "¿Debo atacar a los filisteos? ¿Los entregarás en
mis manos?". Y el Señor le respondió: "¡Sube, y yo los entregaré en tus manos!".

11 Ellos subieron a Baal Perasím, y allí David los derrotó. Entonces dijo: "Dios ha
abierto ante mí una brecha entre mis enemigos, como una brecha abierta por las
aguas". Por eso se llamó a ese lugar Baal Perasím –que significa "Señor de las
Brechas"– .

12 Los filisteos abandonaron allí a sus dioses, y David dijo: "¡Que sean arrojados al
fuego!".

13 Los filisteos volvieron a desplegarse por el valle.

14 David consultó nuevamente a Dios, y él le respondió: "¡No subas a perseguirlos! Da


una vuelta por detrás de ellos y enfréntalos desde el lado de las balsameras.

15 Cuando oigas ruidos de pasos sobre la copa de las balsameras, ataca decididamente,
porque Dios saldrá delante de ti para derrotar al ejército de los filisteos".

16 David hizo lo que el Señor le había ordenado y derrotó al ejército de los filisteos,
Página 2 de 6
desde Gabaón hasta Guézer.

17 La fama de David se extendió por todas las regiones, porque el Señor lo hizo temible
delante de todos los pueblos.

1 CRÓNICAS 15
Preparativos para entronizar el Arca

1 David construyó casas en la Ciudad de David y preparó un lugar para el Arca de Dios,
levantando para ella una Carpa.

2 Después dijo: "El Arca de Dios sólo puede ser transportada por los levitas, porque el
Señor los ha elegido para trasladar el Arca del Señor y para servirlo constantemente".

3 Entonces David reunió en Jerusalén a todo Israel, para hacer subir el Arca del Señor al
lugar que le había preparado.

4 También reunió a los hijos de Aarón y a los levitas, 5 de los descendientes de Quehat,
a Uriel, el jefe, y a sus hermanos: ciento veinte en total; 6 de los de Merarí, a Asaías, el
jefe, y a sus hermanos: doscientos veinte en total; 7 de los de Gersón, a Joel, el jefe, y
a sus hermanos: ciento treinta en total; 8 de los hijos de Elisafán, a Semaías, el jefe, y
a sus hermanos, doscientos en total; 9de los de Hebrón, a Eliel, el jefe, y a sus
hermanos, ochenta en total; 10 de los descendientes de Uziel, a Aminadab, el jefe, y a
sus hermanos, ciento doce en total.

11 Después David llamó a los sacerdotes Sadoc y Abiatar, y a los levitas Uriel, Asaías,
Joel, Semaías, Eliel y Aminadab, 12 y les dijo: "Ustedes son los jefes de la familia de los
levitas. Santifíquense, ustedes y sus hermanos, para subir el Arca del Señor, el Dios de
Israel, al lugar que yo le he preparado.

13 Por no haber estado ustedes allí la primera vez, el Señor, nuestro Dios, acometió
contra nosotros, ya que no fuimos a consultarlo como está mandado".

14 Entonces los sacerdotes y levitas se santificaron para subir el Arca del Señor, el Dios
de Israel.

15 Los hijos de los levitas trasladaron el Arca de Dios, sosteniéndola sobre sus hombros
con unas andas, como lo había ordenado Moisés según la palabra del Señor.

16 David ordenó a los jefes de los levitas que organizaran a sus hermanos los cantores,
con instrumentos musicales, arpas, cítaras y címbalos, para que los hicieran resonar
alegremente.

17 Los levitas designaron a Hemán, hijo de Joel; entre sus hermanos, a Asaf, hijo de
Berequías; y entre los hijos de Merarí, sus hermanos, a Etán, hijo de Cusaías.

18 Junto con ellos, a sus hermanos de segundo orden: Zacarías, hijo de Iaaziel,
Semiramot, Iejiel, Uní, Eliab, Benaías, Maaseías, Matitías, Eliflehú, Micneías, Obededóm
y Ieiel, los porteros.

19 Los cantores Hemán, Asaf y Etán hacían resonar címbalos de bronce.


Página 3 de 6
20 Zacarías, Aziel, Semiramot, Iejiel, Uní, Eliab, Maasías y Benaías tenían arpas de
tonos altos.

21 Matitías, Eliflehú, Micneías, Obededóm, Ieiel y Azazaiás tenían cítaras de octava,


para dirigir el canto.

22 Quenanías, jefe de los levitas, dirigía el traslado, porque era muy experto.

23 Berequías y Elcaná eran porteros del Arca.

24 Los sacerdotes Sebanías, Josafat, Natanael, Amasai, Zacarías, Benaías y Eliezer,


tocaban las trompetas delante del Arca de Dios. Obededóm y Iejías eran porteros del
Arca.

El Arca de la Alianza en Jerusalén


2 Sam. 6. 12-16

25 David, los ancianos de Israel y los jefes de mil hombres fueron con gran alegría a
subir el Arca de la Alianza del Señor, desde la casa de Obededóm.

26 Y porque Dios había asistido a los levitas que trasladaban el Arca de la Alianza del
Señor, se inmolaron siete toros y siete carneros.

27 David iba revestido con un manto de lino, lo mismo que todos los levitas que
llevaban el Arca, los cantores y Quenanías, el que dirigía el traslado. David llevaba
además un efod de lino.

28 Todo Israel subió el Arca de la Alianza del Señor entre aclamaciones y al son de
cuernos, trompetas, címbalos, arpas y cítaras.

29 Cuando el Arca de la Alianza del Señor entraba en la Ciudad de David, Mical, la hija
de Saúl, estaba mirando por una ventana, y al ver al rey David saltando y bailando, lo
despreció en su corazón.

PROVERBIOS 14,01-17
1 La sabiduría edifica una casa, pero la necedad la destruye con sus propias manos.

2 El que camina con rectitud teme al Señor, el que va por caminos tortuosos lo
desprecia.

3 De la boca del necio brota el orgullo, los labios de los sabios son su defensa.

4 Donde no hay bueyes, el establo está limpio, pero la fuerza de un toro da mucha
ganancia.

5 Un testigo veraz no engaña, pero el testigo falso profiere mentiras.

6 El insolente busca sabiduría y no la encuentra, pero la ciencia es fácil para el


Página 4 de 6
inteligente.

7 Aléjate de la presencia de un necio: no hallarás ciencia en sus labios.

8 La sabiduría del prudente es saber discernir su camino, la insensatez de los necios es


puro engaño.

9 El necio se burla de los sacrificios expiatorios, pero entre los hombres rectos se
encuentra el favor de Dios.

10 El corazón conoce su propia amargura y ningún extraño se asocia a su alegría.

11 La casa de los malvados será destruida, pero la carpa de los rectos florecerá.

12 Hay caminos que parecen rectos, pero al final son caminos de muerte.

13 También entre risas, sufre el corazón, y al fin la alegría termina en pesar.

14 El descarriado se sacia con los frutos de su conducta, y el hombre de bien con sus
acciones.

15 El incauto cree todo lo que le dicen, pero el prudente vigila sus pasos.

16 El sabio teme el mal y se aparta de él, el necio es temerario y se siente seguro.

17 El iracundo comete locuras, el hombre reflexivo sabe aguantar.

2 CORINTIOS 12

1 ¿Hay que seguir gloriándose? Aunque no esté bien, pasaré a las visiones y
revelaciones del Señor.

2 Conozco a un discípulo de Cristo que hace catorce años –no sé si con el cuerpo o fuera
de él, ¡Dios lo sabe!– fue arrebatado al tercer cielo.

3 Y sé que este hombre –no sé si con el cuerpo o fuera de él, ¡Dios lo sabe!– 4 fue
arrebatado al paraíso, y oyó palabras inefables que el hombre es incapaz de repetir.

5 De ese hombre podría jactarme, pero en cuanto a mí, sólo me glorío de mis
debilidades.

6 Si quisiera gloriarme, no sería un necio, porque diría la verdad; pero me abstengo de


hacerlo, para que nadie se forme de mí una idea superior a lo que ve o me oye decir.

7 Y para que la grandeza de las revelaciones no me envanezca, tengo una espina


clavada en mi carne, un ángel de Satanás que me hiere.

Página 5 de 6
8 Tres veces pedí al Señor que me librara, 9 pero él me respondió: «Te basta mi gracia,
porque mi poder triunfa en la debilidad». Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi
debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo.

10 Por eso, me complazco en mis debilidades, en los oprobios, en las privaciones, en las
persecuciones y en las angustias soportadas por amor de Cristo; porque cuando soy
débil, entonces soy fuerte.

11 Si me he convertido en necio, es porque ustedes me han obligado. Les correspondía


a ustedes valorarme debidamente, ya que en nada soy inferior a esos «apóstoles por
excelencia», aunque en realidad no soy nada.

12 Ustedes han comprobado en mí los rasgos que distinguen al verdadero apóstol:


paciencia a toda prueba, signos, prodigios y milagros.

13 ¿Qué tienen de menos que las otras Iglesias, sino que no he sido una carga para
ustedes? Perdónenme si los ofendo.

14 Ahora estoy dispuesto a visitarlos por tercera vez, y tampoco en esta oportunidad les
seré gravoso, porque lo que yo busco no son sus bienes, sino a ustedes mismos: en
efecto, no son los hijos los que deben ahorrar para los padres, sino los padres para los
hijos.

15 En consecuencia, de buena gana entregaré lo que tengo y hasta me entregaré a mí


mismo, para el bien de ustedes. Si yo los amo tanto, ¿no seré amado en la misma
medida?

16 Algunos dirán que personalmente no les he sido gravoso, pero que procedí así por
astucia, para atraerlos con engaños.

17 ¿Acaso obtuve de ustedes algún provecho por intermedio de mis enviados?

18 Le rogué a Tito que fuera, y envié con él al hermano que ustedes conocen. ¿Acaso
Tito los ha explotado? ¿No hemos actuado con las mismas intenciones y de la misma
manera?

19 Les parecerá que hace mucho que estamos tratando de justificarnos delante de
ustedes. En realidad, hablamos en nombre de Cristo y en la presencia de Dios, y todo lo
hacemos, hermanos, para edificación de ustedes.

20 Porque temo que a mi llegada no los encuentre como deseo, y que ustedes, a su vez,
no me encuentren como quisieran. Quizá haya contiendas, envidias, animosidades,
rivalidades, detracciones, murmuraciones, engreimientos, desórdenes.

21 Y temo también que en mi próxima visita Dios me humille a causa de ustedes, y


tenga que lamentarme por muchos de aquellos que antes pecaron y no se arrepintieron
de la impureza, de la fornicación y de los excesos que cometieron.

Página 6 de 6

También podría gustarte