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2 Pero uno de ellos, hablando en nombre de todos, le dijo: "¿Qué quieres preguntar y
saber de nosotros? Estamos dispuestos a morir, antes que violar las leyes de nuestros
padres".
3 El rey, fuera de sí, mandó poner al fuego sartenes y ollas, 4 y cuando estuvieron al
rojo vivo, ordenó que cortaran la lengua al que había hablado en nombre de los demás,
y que le arrancaran el cuello cabelludo y le amputaran las extremidades en presencia de
sus hermanos y de su madre.
5 Cuando quedó totalmente mutilado, aunque aún estaba con vida, mandó que lo
acercaran al fuego y lo arrojaran a la sartén. Mientras el humo de la sartén se extendía
por todas partes, los otros hermanos y la madre se animaban mutuamente a morir con
generosidad, diciendo : 6 "El Señor Dios nos está viendo y tiene compasión de nosotros,
como lo declaró Moisés en el canto que atestigua claramente: ‘El Señor se apiadará de
sus servidores’".
7 Una vez que el primero murió de esta manera, llevaron al suplicio al segundo.
Después de arrancarle el cuero cabelludo, le preguntaron: "¿Vas a comer carne de
cerdo, antes que sean torturados todos los miembros de tu cuerpo?".
8 Pero él, respondiendo en su lengua materna, exclamó: "¡No!". Por eso, también él
sufrió la misma tortura que el primero.
9 Y cuando estaba por dar el último suspiro, dijo: "Tú, malvado, nos privas de la vida
presente, pero el Rey del universo nos resucitará a una vida eterna, ya que nosotros
morimos por sus leyes".
12 El rey y sus acompañantes estaban sorprendidos del valor de aquel joven, que no
hacía ningún caso de sus sufrimientos.
13 Una vez que murió este, sometieron al cuarto a la misma tortura y a los mismos
suplicios.
14 Y cuando ya estaba próximo a su fin, habló así: "Es preferible morir a manos de los
hombres, con la esperanza puesta en Dios de ser resucitados por él. Tú, en cambio, no
resucitarás para la vida".
16 Pero él, con los ojos fijos en el rey, dijo: "Tú, aunque eres un simple mortal, tienes
poder sobre los hombres y por eso haces lo que quieres. Pero no creas que Dios ha
abandonado a nuestro pueblo.
18 Después de este trajeron al sexto, el cual, estando a punto de morir, dijo: "No te
hagas vanas ilusiones, porque nosotros padecemos esto por nuestra propia culpa; por
haber pecado contra nuestro Dios, nos han sucedido cosas tan sorprendentes.
19 Pero tú, que te has atrevido a luchar contra Dios, no pienses que vas a quedar
impune".
20 Incomparablemente admirable y digna del más glorioso recuerdo fue aquella madre
que, viendo morir a sus siete hijos en un solo día, soportó todo valerosamente, gracias
a la esperanza que tenía puesta en el Señor.
24 Antíoco pensó que se estaba burlando de él y sospechó que esas palabras eran un
insulto. Como aún vivía el más joven, no sólo trataba de convencerlo con palabras, sino
que le prometía con juramentos que lo haría rico y feliz, si abandonaba las tradiciones
de sus antepasados. Le aseguraba asimismo que lo haría su Amigo y le confiaría altos
cargos.
25 Pero como el joven no le hacía ningún caso, el rey hizo llamar a la madre y le pidió
que aconsejara a su hijo, a fin de salvarle la vida.
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materna: "Hijo mío, ten compasión de mí, que te llevé nueve meses en mis entrañas, te
amamanté durante tres años y te crié‚ y eduqué‚ dándote el alimento, hasta la edad que
ahora tienes.
28 Yo te suplico, hijo mío, que mires al cielo y a la tierra, y al ver todo lo que hay en
ellos, reconozcas que Dios lo hizo todo de la nada, y que también el género humano fue
hecho de la misma manera.
29 No temas a este verdugo: muéstrate más bien digno de tus hermanos y acepta la
muerte, para que yo vuelva a encontrarte con ellos en el tiempo de la misericordia".
31 Y tú, que eres el causante de todas las desgracias de los hebreos, no escaparás de
las manos de Dios.
37 Yo, como mis hermanos, entrego mi cuerpo y mi alma por las leyes de nuestros
padres, invocando a Dios para que pronto se muestro propicio con nuestra nación y para
que te haga confesar, a fuerza de aflicciones y golpes, que él es el único Dios.
39 El rey, fuera de sí y exasperado por la burla, se ensañó con este más cruelmente que
con los demás.
40 Así murió el último de los jóvenes, de una manera irreprochable y con entera
confianza en el Señor.
42 Pero basta con esto para informar acerca de los banquetes rituales y de la magnitud
de los suplicios.
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2 MACABEOS 8
2 Ellos suplicaban al Señor que se dignara mirar a aquel pueblo pisoteado por todos, y
se compadeciera del Templo profanado por los impíos.
5 Una vez que se puso al frente de sus tropas, el Macabeo resultó invencible ante los
paganos, porque la ira del Señor se había convertido en misericordia.
7 Aprovechaba sobre todo la noche como aliada para tales incursiones, y por todas
partes se extendía la fama de su valor.
8 Al ver Filipo que Judas progresaba cada vez más y sus victorias eran cada día más
frecuentes, escribió a Tolomeo, gobernador de Celesiria y Fenicia, para que prestara
apoyo a la causa del rey.
10 Nicanor calculaba que, con la venta de los judíos prisioneros, podría pagar el tributo
del rey a los romanos, que ascendía a dos mil talentos.
11 Por eso envió en seguida un aviso a las ciudades de la costa, invitando a comprar
esclavos judíos y prometiendo entregar noventa esclavos por talento, sin imaginarse el
castigo que pronto le infligiría el Todopoderoso.
14 Otros, vendían todo lo que les quedaba, y al mismo tiempo suplicaban al Señor que
librara a los que el impío Nicanor ya tenía vendidos antes que comenzara la lucha.
15 Rogaban al Señor que hiciera esto, si no por ellos mismos, al menos por las Alianzas
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concedidas a sus padres y porque ellos llevaban su Nombre augusto y lleno de
majestad.
16 Cuando el Macabeo reunió a sus seguidores, unos seis mil en total, los exhortó a que
no se dejaran acobardar por los enemigos ni se amedrentaran ante la inmensa multitud
de gente que venía a atacarlos injustamente. Los animó asimismo a que lucharan con
entusiasmo, 17 teniendo bien presente los ultrajes perpetrados contra el Santuario, las
violencias contra la Ciudad humillada y la supresión de las costumbres de sus
antepasados.
18 "Ellos, les dijo, confían en sus armas y en su audacia, pero nosotros confiamos en el
Dios todopoderoso que puede deshacer con un solo gesto no sólo a los que nos atacan,
sino también al mundo entero".
19 Luego les enumeró todas las ayudas con que habían sido favorecidos sus
antepasados, especialmente en tiempos de Senaquerib, cuando murieron ciento ochenta
y cinco mil hombres.
20 Les recordó la batalla librada en Babilonia contra los gálatas, cuando ocho mil judíos
entraron en acción junto con cuatro mil macedonios. En esa oportunidad, los
macedonios se encontraban sin salida y los ocho mil judíos, gracias al auxilio recibido
del Cielo, derrotaron a ciento veinte mil enemigos y se apoderaron de un gran botín.
21 Con estas palabras, los enardeció para la lucha, y los animó a morir por las leyes y
por la patria. Luego dividió el ejército en cuatro cuerpos, 22 y puso al frente de cada
unidad a sus hermanos Simón, José y Jonatán, con mil quinientos hombres a las
ordenes de cada uno.
23 También mandó a Eleazar que leyera en alta voz el Libro sagrado. Y finalmente,
dándoles como santo y seña el grito "Auxilio de Dios", se lanzó él mismo a combatir
contra Nicanor, al frente del primer cuerpo.
25 También se apoderaron del dinero de los que habían venido a comprarlos, y después
de haberlos perseguido bastante tiempo, tuvieron que regresar, apremiados por la hora:
26 como era víspera de sábado, no pudieron continuar la persecución.
27 Una vez que recogieron las armas y se llevaron los despojos del enemigo, se
pusieron a celebrar el sábado, bendiciendo y alabando una y otra vez al Señor, que los
había salvado aquel día, concediéndoles así las primicias de su misericordia.
28 Pasado el sábado, distribuyeron parte del botín entre los damnificados, las viudas y
los huérfanos, y se repartieron el resto entre ellos y sus hijos.
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veinte mil bajas y en seguida se apoderaron de fortalezas muy importantes. Luego
distribuyeron un cuantioso botín por partes iguales, entre ellos, los damnificados, los
huérfanos, las viudas y también los ancianos.
32 También mataron al jefe de la escolta de Timoteo, un hombre muy impío que había
hecho mucho daño a los judíos.
La huida de Nicanor
36 Y el que había pretendido pagar el tributo a los romanos con la venta de los
prisioneros de Jerusalén, pregonaba que los judíos tenían un Defensor y que eran
invulnerables porque seguían las leyes prescritas por él.
SABIDURÍA 4,7-15
El fin prematuro del justo
LUCAS 14
1 Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo
observaban atentamente.
3 Jesús preguntó a los doctores de la Ley y a los fariseos: «¿Está permitido curar en
sábado o no?».
4 Pero ellos guardaron silencio. Entonces Jesús tomó de la mano al enfermo, lo curó y lo
despidió.
5 Y volviéndose hacia ellos, les dijo: «Si a alguno de ustedes se le cae en un pozo su
hijo o su buey, ¿acaso no lo saca en seguida, aunque sea sábado?».
7 Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros puestos, les dijo esta parábola:
11 Porque todo el que ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado».
12 Después dijo al que lo había invitado: «Cuando des un almuerzo o una cena, no
invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea
que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa.
13 Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los
paralíticos, a los ciegos.
14 ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en
la resurrección de los justos!».
15 Al oír estas palabras, uno de los invitados le dijo: «¡Feliz el que se siente a la mesa
en el Reino de Dios!».
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16 Jesús le respondió: «Un hombre preparó un gran banquete y convidó a mucha gente.
17 A la hora de cenar, mandó a su sirviente que dijera a los invitados: «Vengan, todo
está preparado».
19 El segundo dijo: "He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos. Te ruego
me disculpes"
21 A su regreso, el sirviente contó todo esto al dueño de casa, este, irritado, le dijo:
"Recorre en seguida las plazas y las calles de la ciudad, y trae aquí a los pobres, a los
lisiados, a los ciegos y a los paralíticos".
22 Volvió el sirviente y dijo: "Señor, tus órdenes se han cumplido y aún sobra lugar".
24 Porque les aseguro que ninguno de los que antes fueron invitados ha de probar mi
cena"».
25 Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo:
28 ¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los
gastos, para ver si tiene con qué terminarla?
29 No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean
se rían de él, diciendo: 30 "Este comenzó a edificar y no pudo terminar".
31 ¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si
con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil?
32 Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para
negociar la paz. ]
34 La sal es una cosa excelente, pero si pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar?
35 Ya no sirve ni para la tierra ni para abono: hay que tirarla. ¡El que tenga oídos para
oír, que oiga!».
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