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Asignación—
Uso de la técnica de bioaumentación para remediar suelos contaminados por
hidrocarburos
Fecha—
29 de noviembre de 2022
Materia—
Biotecnología Ambiental
Profesor—
Vianey Ariadna Burboa Charis
Los hidrocarburos son compuestos orgánicos formados por carbono e hidrógeno, los átomos de
carbono unidos forman la columna vertebral de este compuesto, mientras que los átomos de
hidrógeno se unen a los de carbono formando distintas configuraciones. Los hidrocarburos son los
principales componentes del petróleo (hidrocarburos de origen geológico natural, extraídos como
líquidos) y del gas natural (extraídos en forma gaseosa) y sirven como combustibles y lubricantes,
además, sirven de materia prima para producir plásticos, fibras, hules, explosivos y una variedad de
productos químicos usados en la industria (Carey, 2018).
En general, este compuesto es el constituyente principal del petróleo crudo, pero es de importancia
resaltar que el número de hidrocarburos individuales que estén presentes en diferentes crudos y
combustibles derivados del petróleo pueden variar, por lo que se le da al petróleo crudo una
composición diferente según su lugar de procedencia. De esta forma, la proporción de estos
compuestos químicos, formados exclusivamente por átomos de hidrógeno y carbono, puede variar
entre un 50 y un 95% del total. La fracción restante (no-hidrocarburos) está constituida por
compuestos orgánicos que contienen nitrógeno, azufre, oxígeno y trazas de metales pesados como
el níquel o el vanadio.
Los hidrocarburos se dividen en dos clases principales según su estructura química: los
hidrocarburos alifáticos y los hidrocarburos aromáticos (Morrison y Boyd, 1998; Olah et al., 2018). De
acuerdo a su capacidad química para mezclarse con otros compuestos pueden separarse en polares
(asfaltenos y resinas) o no polares (alifáticos y aromáticos) (Borges, 2013).
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Planteamiento del problema
Daños o impactos ambientales de los contaminantes
La contaminación del suelo por hidrocarburos afecta la flora, fauna y microorganismos del suelo
(Madigan et al., 1999), la fertilidad de los suelos, el crecimiento de las plantas, así como la existencia
y sobrevivencia de los animales que se alimentan de éstas (Infante, 1998). En México existen
extensas áreas contaminadas con hidrocarburos procesados del petróleo, debido principalmente a
derrames, así como a las actividades propias de la industria petrolera.
Las principales consecuencias ambientales que se presentan después de un evento de
contaminación por hidrocarburos son: la reducción o inhibición del desarrollo de la cobertura vegetal,
cambios en la dinámica poblacional de la fauna y la biota microbiana, contaminación por infiltración
de cuerpos de agua subterránea, al igual que, el deterioro de la calidad del aire por venteado y otras
malas prácticas, además del incremento de lluvias ácidas y del perjuicio a la red fluvial. (Cohen,
2013).
Daños a la salud
Los suelos contaminados con hidrocarburos representan un riesgo para la salud humana, por lo que
antes de ubicar núcleos poblacionales en zonas impactadas con estos compuestos, es necesario
realizar un diagnóstico del área. Los compuestos poliaromáticos presentes en el diésel y en el
petróleo crudo se consideran potencialmente carcinogénicos para una amplia variedad de
organismos entre los que se encuentran los mamíferos superiores (Agencia de Protección Ambiental
(2010). Así como también la ingestión humana de algunos productos de petróleo tales como gasolina
y kerosén, produce irritación de la garganta y el estómago, depresión del sistema nervioso, dificultad
para respirar y neumonía debido al paso de líquido hacia los pulmones, afectar la sangre, el sistema
inmunitario, el hígado, el bazo, los riñones, y los pulmones.
Cuando la cantidad de petróleo en el ambiente es mayor de la que puede ser reciclada, se convierte
en un contaminante de impacto negativo, ya que entre sus componentes existen altas
concentraciones de sustancias consideradas como residuos peligrosos por su efecto dañino a la
salud. Ejemplos de estos son: benceno, tolueno, etilbenceno, xileno, naftaleno, antraceno,
fenantreno, cresoles, fenoles, ciclopentano, ciclohexano y etileno. En la siguiente tabla se muestra el
número de INE y concentración máxima permitida de algunas sustancias orgánicas:
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Tabla 1. Concentración de hidrocarburos máxima permitida.
Justificación
Eficiencia o rendimiento de la técnica o tecnología seleccionada
El propósito de la bioacumulación es facilitar un cambio gradual en la población microbiana y no el
de reemplazar a la biomasa existente, para lograrlo, y para lograrlo se requiere un manejo planeado
y controlado para poder mantener la integridad del ecosistema microbiano.
Diversos estudios y casos de aplicaciones han demostrado que el uso de esta técnica para la
biorremediación de hidrocarburos resulta beneficiosa ya que favorece la degradación de compuestos
específicos, pues al adicionar organismos seleccionados se pueden lograr bajos niveles de
compuestos que no sería posible reducir con poblaciones nativas, algunos de estos compuestos
pueden ser fenoles o hidrocarburos aromáticos, siendo estos algunos de los compuestos que
pueden ser reducidos mediante la bioacumulación.
Actualmente los problemas a causa de la contaminación por hidrocarburos es una situación
alarmante ya que no solo puede afectar a los suelos sino también a los cuerpos de agua y este tipo
de problemas va en aumento, es por ello que se deben emplear y seguir investigando diferentes
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técnicas y tecnologías que ayuden a remediar estos problemas, así pues, la bioaumentación tiene la
ventaja de ser una técnica económica a corto o mediano plazo con el fin de mantener las
reducciones de los contaminantes.
Costos
Respecto a los costos de la técnica de bioaumentación, se consideran para gastos de inversión de
equipo y materiales de investigación un aproximado de $153,397.70 pesos mexicanos, para el
trabajo realizado de recursos humanos de investigación sería un presupuesto aproximado de
$472,833.01 dando un total aproximado de $626,230.71 pesos mexicanos.
Tipo de tratamiento
Proceso de biorremediación, biotransformación o biodegradación (fases o etapas).
El proceso elegido para llevar a cabo la biorremediación de suelos por hidrocarburos es la
biodegradación, la biodegradación consiste en la reducción de las sustancias químicas mediante
reacciones biológicas; es utilizada como parte de la biorremediación, que puede definirse como el
uso de microorganismos para llevar a cabo la transformación, degradación y eliminación de
contaminantes, siendo dependiente de las actividades enzimáticas de las bacterias. En el caso de
compuestos orgánicos, comúnmente la biodegradación, aunque no en todos los casos, tiende a la
transformación del compuesto original en dióxido de carbono (CO2) y productos inorgánicos que son
liberados por el microorganismo.
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se puede someter el material a otro ciclo de lavado, recogerlo para aplicarle un tratamiento diferente
o disponerlo en otro lugar.
• Fase 2
Cualquiera de las siguientes técnicas se podrá aplicar siempre y cuando se haya realizado una
primera fase de tratamiento, es decir el lavado de suelos, ya que con este primer tratamiento es
posible disminuir la concentración del contaminante en al menos un 60%.
Biorremediación in situ:
El tratamiento biológico de suelos contaminados involucra el uso de microorganismos y/o vegetales
para la degradación de los contaminantes orgánicos. La actividad biológica altera la estructura
molecular del contaminante y el grado de alteración determina si se ha producido biotransformación
o mineralización, se realizan las siguientes tareas:
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Productos de valor agregado derivados del tratamiento
Los productos de valor agregado derivados del tratamiento son aquellos valores añadidos al conjunto
de características adicionales del producto o tratamiento para ser más atractivo al momento de
utilizar ese método, tal es el caso de Lysinibacillus Sphaericus, que después de degradar los
hidrocarburos puede permanecer en el suelo, en una especie de “hibernación”, donde puede durar
periodos de tiempo largos sin dañar al medio ambiente. Además de devorar el petróleo, la
Lysinibacillus Sphaericus produce toxinas mortales para las larvas de los mosquitos Anopheles,
Aedes y Culex, vectores de enfermedades tropicales como la malaria, el dengue, la chikunguña y la
fiebre amarilla, entre otras.
En el caso del microorganismo de Bacillus Thuringiensis tiene la habilidad de producir una amplia
variedad de proteínas insecticidas activas para distintos órdenes de insectos, con una gran
especificidad de acción, ya que afectan solamente a un número reducido de organismos. Produce
durante su fase de esporulación una o varias formas cristalinas, que contienen las proteínas “Cry”.
Desde el punto de vista del control de plagas, las principales toxinas insecticidas utilizadas son las
proteínas formadoras de poro “Cry” por su alta especificidad de acción.
Residuos
Para los residuos del tratamiento de biodegradación con técnica de bioaumentación en Lysinibacillus
Sphaericus después de la biorremediación se obtiene CO2 y H2O que se ha demostrado no ser
dañino en el medio ambiente. En el caso de la Bacillus Thuringiensis genera un residuo en donde se
transformó el petróleo en biomasa y dióxido de carbono. Una de las hipótesis más aceptadas
propone que los fenómenos de transferencia de contaminantes constituyen la etapa limitante del
bioproceso (Nocentini et al. 2000). En tales situaciones, la concentración residual del contaminante
depende mayormente de las partículas finas de los suelos y del intemperismo del contaminante.
1. Bacillus Thuringiensis
Es un bacilo gram-positiva, de flagelación perítrica, que mide de 3 a 5 µm de largo por 1 a 1,2 µm de
ancho y que posee la característica de desarrollar esporas de resistencia elipsoidales que no
provocan el hinchamiento del perfil bacilar. Es un microorganismo anaerobio facultativo,
quimioorganótrofo y con actividad de catalasa. Los distintos aislamientos de B. thuringiensis
presentan en general características bioquímicas comunes. Poseen la capacidad de fermentar
glucosa, fructosa, trealosa, maltosa y ribosa, y de hidrolizar gelatina, almidón, glucógeno, esculina y
N-acetil-glucosamina. Sin embargo, la característica principal de B. thuringiensis es que durante el
proceso de esporulación produce una inclusión parasporal formada por uno o más cuerpos
cristalinos de naturaleza proteica que son tóxicos para distintos invertebrados, especialmente larvas
de insectos. Estas proteínas se llaman “Cry” y constituyen la base del insecticida biológico más
difundido a nivel mundial.
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Afinidad o tolerancia al contaminante a tratar
En una reconstrucción metabólica reciente a escala genómica, se identificaron genes implicados en
la degradación de hidrocarburos en L. sphaericus, lo que sugiere nuevos rasgos para la
biodegradación de compuestos derivados del petróleo. Se ha demostrado en estudios que algunas
de las cepas pertenecientes a esta especie son capaces de degradar hidrocarburos de petróleo y
producir biosurfactantes. Sin embargo, falta una caracterización de la gama completa de
hidrocarburos que L. sphaericus puede utilizar como fuente de carbono para creciente, gracias a que
en la cubierta de esta se encuentra una proteína que le permite la acumulación y metabolización de
este contaminante. En palabras simples, la bacteria Lysinibacillus sphaericus se “come” el
hidrocarburo, tomando las grandes cadenas de carbonos y fraccionándolas en pequeñas partes,
para después metabolizarlas, obteniendo como producto final agua y dióxido de carbono (CO 2).
Por otro lado, de acuerdo con Tao et al. (2016) la biodegradación de hidrocarburos depende de la
supervivencia de los microorganismos después de la inoculación; Bacillus thuringiensis, que tiene un
alto índice de supervivencia, puede utilizar el crudo de petróleo como única fuente de carbono y
energía, y tiene una gran capacidad para adaptarse al entorno que vive en él mediante el uso de su
propio sistema enzimático especial.
Rutas metabólicas
En la selección de microorganismos con capacidades metabólicas para degradar productos
refinados como hidrocarburos, se involucran genes, complejos enzimáticos y vías metabólicas
relacionadas. Este proceso es conocido como “aclimatación cruzada” y ha sido registrado por Leahy
y Colwell (1990) y Álvarez y Vogel (1991). La capacidad de un microorganismo para asimilar
diferentes mezclas de hidrocarburos como fuentes de carbono depende de la especificidad de sus
enzimas. Algunas monooxigenasas, dioxigenasas y lipooxigenasas tienen el potencial para convertir
el petróleo y sus derivados en enantiómeros que puedan ser asimilados, ampliándose de esta forma
el ámbito de sustratos disponibles para el metabolismo.
La Lysinibacillus Sphaericus posee características más importantes que son aeróbicas estrictas, son
incapaces de reducir nitrato a nitrito, carecen de actividad desnitrificante y de distintas enzimas
extracelulares como amilasas, quitinasas, gelatinasas y lecitinasas en cuanto a sus características
metabólicas: son incapaces de utilizar glucosa (y hexosas en general), pentosas y disacáridos como
únicas fuentes de carbono y energía. Esta incapacidad estaría asociada a la ausencia de un sistema
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de transporte para las mismas. Además, no se han detectado las actividades de algunas enzimas de
las vias Embden-Meyerhof-Parnas (glucólisis) y Entner-Doudoroff tales como fosfoglucoisomerasa,
fosfofiuctoquinasa, glucosa 6-fosfato deshidrogenasa, glucosa deshidrogenasa, fosfogluconato
dehidratasa, fosfo 2-ceto-3-deoxigluconato aldolasa, hexoquinasa y glucoquinasa. Sin embargo,
pueden utilizar gluconato, glicerol, distintos intermediarios del ciclo de Krebs, acetato, algunos
aminoácidos, adenina y ácidos grasos.
La Bacillus thuringiensis metaboliza los azúcares a través de la ruta de Embden-Meyerhof, para dar
ácidos, que luego son oxidados por las enzimas del ciclo de los ácidos tricarboxílicos. Bacillus
thuringiensis no presenta actividad α-cetoglutarato deshidrogenasa, es decir que el ciclo de los
ácidos tricarboxílicos es incompleto, modificado por la presencia de la ruta del ácido y-aminobutírico.
La velocidad de catabolismo de los ácidos formados es menor si hay aminoácidos presentes en el
medio, pues estos pueden actuar como fuentes de carbono y de nitrógeno.
Resultados
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Figura 3. Resultados tras el proceso de biorremediación (L. Sphaericus) en campo abierto. Eficiencia de la degradación del TPH y
número de células viables. Los tratamientos en el suelo son IC: Recubierto con inóculo, IO: Abierto con inóculo, WC: Recubierto sin
inóculo, WO: Abierto sin inóculo.
Discusión de resultados
Para los datos de Bacillus Thuringiensis, se calculó un promedio de los resultados de los tres
tratamientos utilizados, en dónde la evaluación fue calculada por el método de DBO (mg/L),
calculando el promedio mediante una regla de tres, cabe destacar que el proceso para B.
Thuringiensis fue a nivel laboratorio, es por ello que los tiempos de degradación son menores.
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Conclusión
Basándonos en los resultados, el microorganismo con mayor eficiencia en reducción de suelos
contaminados por hidrocarburos es Lysinibacillus Sphaericus con un tiempo aproximado de 2 a 3
meses a escala piloto y una eficiencia de degradación de hasta el 93%. La bacteria degrada los
hidrocarburos del petróleo incluso en presencia de metales pesados dentro de suelo, así como del
agua, para posteriormente convertirlos en dióxido de carbono o en más bacterias, y esas bacterias
son fuente de alimento para otros organismos. Además, que sus residuos se quedan ahí por un
periodo largo de tiempo, sin llegar a dañar el medio ambiente.
Se propone el Lysinibacillus sphaericus para el futuro tratamiento de suelos contaminados por
petróleo debido a su capacidad de utilizar los hidrocarburos del petróleo como única fuente de
energía; su capacidad de producir biosurfactantes y su capacidad de persistir en el medio ambiente
debido a que es un microorganismo esporulado.
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