Está en la página 1de 13

See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.

net/publication/281010839

¿Te a’judo’? el tratamiento de un deporte de adversario bajo un enfoque


colaborativo. IX Congreso Internacional de Actividades Físicas cooperativas.

Conference Paper · July 2014

CITATIONS READS

0 2,622

3 authors:

David Hortigüela-Alcalá Alejandra Hernando Garijo


Universidad de Burgos Universidad de Burgos. Departamento de Didácticas Específicas
453 PUBLICATIONS   2,346 CITATIONS    149 PUBLICATIONS   559 CITATIONS   

SEE PROFILE SEE PROFILE

Ángel Pérez-Pueyo
Universidad de León
374 PUBLICATIONS   2,318 CITATIONS   

SEE PROFILE

Some of the authors of this publication are also working on these related projects:

Open and participative methodologies in higher education View project

Propuestas innovadoras de aula View project

All content following this page was uploaded by David Hortigüela-Alcalá on 17 August 2015.

The user has requested enhancement of the downloaded file.


¿TE A’JUDO’? EL TRATAMIENTO DE UN DEPORTE
DE ADVERSARIO BAJO UN ENFOQUE COLABORATIVO

David Hortigüela Alcalá


dhortiguela@ubu.es
Facultad de Humanidades y Educación (Burgos, España)
Alejandra Hernando Garijo
ahgarijo@ubu.es
Facultad de Humanidades y Educación (Burgos, España)
IES Juan Martín El Empecinado (Aranda de Duero, España)

RESUMEN:

Considerado como uno de los deportes de adversario con una filosofía educativa más
arraigada, el Judo se convierte en una disciplina de la que derivan una gran cantidad de
posibilidades a todos los niveles: motrices, emocionales, motivacionales, relacionales… Es,
por tanto, que consideramos que desde el área de Educación Física (EF) se debe integrar el
contenido en el aula, permitiendo al alumnado familiarizarse con el deporte y regirse por una
serie de pautas de actuación que favorezcan progresivamente su mayor conocimiento,
control y disfrute.

Por tanto, en este trabajo se presenta una experiencia desarrollada durante varios años
por diferentes maestros y profesores de EF que consta de 3 partes bien estructuradas: 1-
explicación de fundamentos y técnicas por parte del profesor; 2-trabajo autónomo de la clase
para la creación de un bagaje técnico-práctico que permita la preparación de la prueba
práctica final; 3- demostración de la prueba práctica y reflexión grupal. Todo este
planteamiento se rige bajo el estilo actitudinal (Pérez-Pueyo, 2005-2010), con una clara
tendencia cooperativa a lo largo del trabajo y fundamentándose en las premisas de máximo
respeto a las características y posibilidades de todos los miembros de la clase.

1
VIII Congreso Internacional de Actividades Físicas Cooperativas.
Málaga: 30 de Junio al 3 de Julio de 2014.
David Hortigüela Alcalá, Alejandra Hernando Garijo, Ángel Pérez Pueyo

1. INTRODUCCIÓN

En la actualidad existe una gran diversidad de alumnado en las aulas, lo que provoca
que los docentes deban reconsiderar y realizar un ejercicio de reflexión constante en su
práctica diaria (Clemente, 2010). Este aspecto cobra especial relevancia en el ámbito de la
EF, ya que el movimiento, desde su enfoque más amplio, alberga un tratamiento de
contenidos altamente variado y significativo.

Respecto al deporte, las metodologías de su tratamiento en el ámbito escolar han


aumentado progresivamente en los últimos años, dejando atrás el plano didáctico más
tradicional basado en la excesiva repetición de aspectos técnicos y la poca transferencia al
campo práctico de juego y desarrollo (Méndez-Giménez, Fernández-Río, y Méndez- Alonso,
2012). Son múltiples las propuestas de aplicación de modelos comprensivos y basados en el
descubrimiento que se encuentran publicadas en relación a los deportes colectivos (Alarcón
et al. 2010; Valero, 2004; Velázquez, 2011…) incidiendo en muchos casos en el plano
colaborativo1. Sin embargo, en otras disciplinas es más complicado encontrar una cierta
unanimidad a la hora de estructurar la práctica en el ámbito escolar. Si atendemos en
concreto a los deportes de adversario, las propuestas son variadas en cuanto a actividades y
tipo de recursos utilizados, pero siempre basándose en el carácter dual que regula el propio
combate.

La pregunta que deberíamos hacernos es: ¿Podríamos abordar un deporte de adversario


como el Judo desde un enfoque cooperativo? Tal y como se mostrará a lo largo de nuestra
propuesta, la respuesta es que sí. Partiendo de las directrices que se defienden desde el
congreso, “el aprendizaje cooperativo puede incluir situaciones competitivas” (VVAA,
2014) y como ya demostraban otras propuestas elaboradas por el grupo de trabajo
interdisciplinar e internivelar “actitudes” (Herrán, Pérez-Pueyo, Heras y Berrocal, 2012) en
el anterior congreso, “nos encontramos con un contexto de trabajo enmarcado dentro de la
metodología cooperativa, en la que aparece una interdependencia positiva de metas en las
actividades desarrolladas, procesos orientados a garantizar la responsabilidad individual
dentro del grupo y una evaluación de los aprendizajes adquiridos por el alumnado, entre
otras cuestiones”. De todo ello se desprende que del judo se derivarán actividades donde
todos los alumnos aprenderán de todos con el fin de conseguir realizar la prueba práctica
final con las mayores garantías.

La principal clave del tratamiento del Judo, al igual que


otros contenidos abordados bajo la metodología del estilo
actitudinal (Pérez-Pueyo, 2005-2010), es la implicación
inicial del alumnado, entendiendo que no solamente es
importante su rol individual, ya que tendrá que tener un
compromiso grupal con cada una de las tareas que se
propongan en clase. Algunos otros elementos
caracterizadores del aprendizaje cooperativo que se trabajarán en esta UD serán: una
interdependencia positiva de metas, procesos orientados a garantizar la responsabilidad

1Decimos colaborativo y no cooperativo ya que en los deportes, por ende, siempre hay ganadores
y perdedores, por lo que es imposible que se produzca una cooperación. Entre los miembros de un
equipo solo se puede colaborar para ganar al otro.
2
VIII Congreso Internacional de Actividades Físicas Cooperativas.
Málaga: 30 de Junio al 3 de Julio de 2014.
David Hortigüela Alcalá, Alejandra Hernando Garijo, Ángel Pérez Pueyo

individual dentro de la pareja y una evaluación de los aprendizajes adquiridos por el


alumnado bajo un proceso reflexivo.

Es necesario transmitir que el contenido de trabajo elegido no es un fin en sí mismo,


sino un medio para conseguir un objetivo más amplio centrado en trabajar cooperativamente
durante el proceso de aprendizaje. El alumno entenderá que para lograr el éxito en sus
resoluciones deberá actuar de una determinada manera, contando con sus compañeros de
clase para obtener un aprendizaje más variado, fundamentado y reflexivo.

2. ¿EN QUÉ DIFIERE ESTA PROPUESTA?

2.1 Revisión del tratamiento del contenido del Judo en el área de EF: nuestra
propuesta

El deporte del Judo ha sido poco trabajado en EF, aunque existen una gran cantidad de
actividades, ejercicios y tareas lúdicas vinculadas a su tratamiento. Tras haber realizado un
análisis del tipo de trabajo que se desarrolla en las aulas en relación a este contenido
(Gutiérrez- García y Pérez- Gutiérrez, 2005; Rodríguez, 2006; Velázquez, García, del Valle
y Díaz-González, 2006) observamos los siguientes aspectos:

 Predominancia de propuestas basadas en juegos y actividades propias de un


calentamiento, así como el trabajo no específico del contenido del Judo.

 Planteamientos excesivamente teóricos y vinculados a los aspectos filosóficos


de comportamiento y respeto hacia la disciplina.

 Utilización excesiva de la práctica no argumentada, fundamentalmente


planteada a partir del randori no estructurado, lo que provoca una práctica
irracional y poco comprensiva.

A raíz de este análisis, entendemos que el tratamiento del Judo debe abordarse a partir
de un enfoque guiado y coherente, que permita al alumno conocer cada uno de los pilares
que configuran este deporte y así favorecer que la clase vaya adquiriendo una mayor
autonomía a lo largo de las sesiones. Por tanto, el docente tendrá que establecer un
compendio didáctico entre muchos factores: reglamento y filosofía de respeto al deporte y al
compañero, proposición de propuestas prácticas progresivas, alternancia entre enseñanza de
técnicas de judo pie-suelo y randoris, garantizar la seguridad en las tareas…Pero sin
embargo, el eje principal de trabajo que regulará esta UD es el carácter motivacional que
tendrán los discentes en la práctica.

Es fundamental que el tratamiento de este contenido tenga una estructura clara y


definida, en la que cada día se retome lo trabajado en el día anterior, exista un feedback
continuo a lo largo del proceso y el alumno se motive en base a su propia superación y a la
realización de un logro final (Velázquez, 2012). Por tanto, desde nuestra propuesta se trata
de ir un poco más allá que la propia práctica del Judo, sobre todo en lo referente a la forma
de abordarlo y a los aspectos metodológicos. En determinadas fases de la unidad se
propondrán actividades vinculadas a aspectos de trabajo cooperativo en el aprendizaje
diario, reflexionando lo aprendido y experimentando una gran cantidad de situaciones
desconocidas hasta el momento. Sobre esta base previa de aprendizaje, serán los propios
alumnos los que se encarguen de diseñar una prueba práctica final que contenga todos los
3
VIII Congreso Internacional de Actividades Físicas Cooperativas.
Málaga: 30 de Junio al 3 de Julio de 2014.
David Hortigüela Alcalá, Alejandra Hernando Garijo, Ángel Pérez Pueyo

aspectos previamente establecidos por el docente, practicando y aprendiendo los unos de los
otros.

Por tanto, el enfoque de esta UD no es meramente motriz, ya que estos aspectos son
utilizados para la implicación del alumno en las tareas y fomentar de manera directa el plano
relacional. Por ello, y utilizando la cooperación como vía fundamental del aprendizaje,
trabajamos las capacidades que desarrollan integralmente al individuo (Coll, 1986; MEC,
1992; RD 1513/2006); lo cognitivo-intelectuales en la emisión de reflexiones y opiniones; lo
afectivo-motivacionales gracias al aprendizaje y logro conseguido; las relaciones
interpersonales durante la preparación y organización de la prueba final; y la inserción social
al aceptar las normas y no discriminar a los compañeros por un lado y al educar en el respeto
a la filosofía que caracteriza a este deporte.

2.2 ¿Por qué es importante desarrollar este contenido?

Son varios los estudios que afirman los aspectos positivos que tiene la inclusión del
deporte del Judo como contenido dentro de la EF como área curricular (Espartero, Gutiérrez
y Villamón, 2005). Sin embargo, y aun teniendo una gran acogida en los marcos curriculares
de otros países europeos, España no goza de un elevado tratamiento, existiendo un gran
desconocimiento por parte del alumnado. No obstante, en la actualidad ha quedado
demostrada la relevancia que tiene su tratamiento en el aula, debido a una gran cantidad de
factores (Gutiérrez-García y Pérez-Gutiérrez, 2008):

 A nivel físico y psicomotor: Desarrollo de la práctica total de las cualidades


físicas y coordinativas, práctica de habilidades propias de las actividades
luctatorias, trabajo de las sensaciones táctiles y propioceptivas a través del
contacto.

 A nivel socio afectivo: favorece la socialización, permite la liberación


controlada de la agresividad, trabaja la asimilación del contacto corporal como
un hecho natural, y se acepta la existencia de la oposición como un hecho que
favorece el aprendizaje.

 A nivel ético: Supone una oportunidad práctica de experimentar formas


controladas de violencia y conocer el daño físico y emocional que puede ser
causado y sufrido, así como fomentar el respeto por el compañero/adversario.

Todavía hoy existe una creencia fundamentada en la posible agresividad que puede
derivar de la práctica del Judo, convirtiéndose, junto al desconocimiento del contenido por
parte del docente, en uno de los factores que provoca su ausencia de trabajo en las aulas. Sin
embargo, la práctica del Judo canaliza la fuerza y la agresividad del practicante, entendiendo
al oponente como un compañero que ayuda y facilita la autoconfianza, la superación y un
mayor conocimiento personal.

Por tanto, la clave de la inclusión del contenido del Judo en el aula radica en la
delimitación de una estructura de trabajo fundamentada en la extracción de su potencial
educativo. Por ello, nos serviremos de dicha predisposición inicial, generada por la
curiosidad y novedad del contenido, para desarrollar una serie de procedimientos
consistentes en la familiarización hacia la práctica a través del trabajo de las caídas y el
4
VIII Congreso Internacional de Actividades Físicas Cooperativas.
Málaga: 30 de Junio al 3 de Julio de 2014.
David Hortigüela Alcalá, Alejandra Hernando Garijo, Ángel Pérez Pueyo

contacto corporal. Este planteamiento inicial permitirá que el alumno vaya consolidando
conceptos relacionados con la nomenclatura: “randori, tori, uke, tatami….”así como las
diferentes técnicas de pie y de suelo que vayamos trabajando.

Todo este trabajo generado en un primer momento por el profesor, será adquirido
paulatinamente por la clase, generando progresivamente mayor autonomía y probando y
practicando diversas actividades, técnicas o randoris con diferentes compañeros. Esta
experiencia compartida permite al alumno darse cuenta de que cada oponente es diferente, lo
que supone adaptar movimientos y estrategias de actuación constantemente, algo que
repercute en una mayor inteligencia táctica y control motriz.

Uno de los principales aspectos que caracteriza a esta UD, y que constituye uno de los
elementos del aprendizaje cooperativo, es la evaluación formativa (Torres y López-Pastor,
2007). Es fundamental que exista un feedback recíproco con el alumnado a lo largo de las
sesiones, lo que permitirá constatar el aprendizaje que vaya adquiriendo la clase y como
consecuencia profundizar, detenerse o modificar algunas partes del trabajo. Por ello, durante
la unidad se utilizarán varios procedimientos e instrumentos de evaluación que justificarán
la necesidad de cooperación y la importancia de la propuesta.

De este modo, y con el fin de tener una visión más amplia, dedicaremos el último
apartado para explicar con más detalle este aspecto.

3. DESARROLLO DE LAS SESIONES

Son tres partes principales las que estructuran esta UD, dentro de las cuales se integran
determinadas subfases. La primera parte constará de la enseñanza por parte del docente y la
experimentación del alumno de diferentes actividades de familiarización con el Judo:
agarres, caídas, juegos grupales, actividades de contacto…. La segunda parte se centrará en
la preparación del examen final por parejas en base a una serie de criterios y condiciones
fijados de antemano. Y en la tercera, cada pareja presentará su prueba, que será coevaluada
por otros miembros de la clase.

3.1 Primera parte: enseñanza de aspectos básicos y experimentación del alumno

Es muy probable que la experiencia que tenga el alumno en relación al Judo sea poca o
ninguna, por lo que es fundamental asentar desde el comienzo una serie de principios
básicos de actuación. Puede ser una buena idea presentar un vídeo previo en el que los
alumnos se hagan una idea general acerca de en qué consiste el deporte, qué es tori y que es
uke, cuál es el principal objetivo del judo o que principios lo regulan2.

Una vez que el alumno se haya “ubicado” sobre el contenido a trabajar y hayamos
eliminado los estereotipos que la clase podía tener hacia este deporte (pelear, no respetar al
adversario, golpear…), se trabajarán por parte del docente una serie de aspectos vinculados
al conocimiento de esta disciplina y su puesta en práctica3. A continuación se muestran una
serie de ejemplos.

2 Para ello puede ser muy interesante que los vídeos que les mostremos a los alumnos sean de
compañeros que han practicado el contenido en años anteriores.
3 Para la práctica del Judo emplearemos como tatami colchonetas repartidas por el espacio,

normalmente en el centro del gimnasio, para evitar así posibles golpes contra la pared,
espalderas…
5
VIII Congreso Internacional de Actividades Físicas Cooperativas.
Málaga: 30 de Junio al 3 de Julio de 2014.
David Hortigüela Alcalá, Alejandra Hernando Garijo, Ángel Pérez Pueyo

Ejemplo de propuesta de iniciación: juegos y actividades corporales intencionadas

Uno de los pilares básicos que rigen la práctica del Judo es el contacto continuo que
debe existir entre los practicantes. Sin embargo, y sobre todo en la transición de la etapa de
primaria a la de Secundaria, nos encontramos con que si dejamos al
alumno que haga los agrupamientos, será difícil que éstos sean
mixtos, y mucho menos si requieren realizar alguna actividad de
contacto (López, Alexis, Rivero y Granado, 2011).

Por tanto, y siguiendo la organización secuencial hacia las


actitudes de Pérez-Pueyo (2010), el problema no es quién se pone
con quién, sino la metodología que empleamos en el transcurso de
actividades (foto 1). Por ello, los agrupamientos serán siempre por afinidad, planteando
actividades que requieran un aumento del número de personas para conseguir logros
grupales. De este modo, el hecho de que yo tenga que agarrar la mano a alguien para superar
un reto en el que hay varias personas más inmersas, es solamente una acción que pasa
totalmente desapercibida en el aula. Generando este tipo de actividades con transiciones
rápidas entre taras variadas, conseguiremos que todos vayan trabajando con todos desde el
comienzo.

Estas actividades de inicio no tienen por qué estar estrechamente vinculadas al


contenido del Judo, sino que lo que se pretende es que el alumno se familiarice con las
habilidades básicas que regulan esta disciplina: tracciones, empujes, agarres, arrastres,
escapes, volteos… Por ello, en los comienzos de cada una de las sesiones y pudiendo
introducirlo como actividades de calentamiento, algunos ejemplos de tareas que
desarrollaremos serán:

 Transportar al compañero: esta actividad


puede realizarse desde diferentes posiciones
(uke4 tumbado, a cuadrupedia, de pie) y
variando el número de personas implicadas
(por parejas, tríos, grupos de cuatro). Se trata
de que el alumno experimente la sensación de desplazar al compañero, algo que
será habitual en el randori, como por ejemplo cuando tori intente dar la vuelta a uke
en decúbito supino con el fin de inmovilizarle. También podrán realizarse
actividades en las que se limiten los segmentos corporales en el desplazamiento
(foto 2).

 Ganancia de espacio: este tipo de actividades también pueden variar en cuanto al


número de personas implicadas y el espacio utilizado. El objetivo principal es
intentar sacar a alguien de un espacio delimitado, siendo para ello necesario
emplear agarres, escapes, desplazamientos sobre el tatami. Puede practicarse de pie
o en suelo, pero la clave es que el alumno ubique bien su cuerpo en el espacio y se
anticipe a las acciones del oponente5.

4Se considera a Tori a la persona que ataca y Uke a la que defiende.


5Como se observa todas estas actividades tienen una transferencia directa con la práctica del
Judo.
6
VIII Congreso Internacional de Actividades Físicas Cooperativas.
Málaga: 30 de Junio al 3 de Julio de 2014.
David Hortigüela Alcalá, Alejandra Hernando Garijo, Ángel Pérez Pueyo

 Trabajo de velocidad de reacción y precisión de movimientos: con el fin de


conseguir objetivos parciales como tocar la rodilla al
oponente, escapar de su agarre, intentar darle la
vuelta o inmovilizarle en un tiempo determinado…

 Actividades grupales de logro conjunto: en


los que se planten retos en la clase en grandes
grupos. Un ejemplo es que la mitad de la clase debe
entrelazarse y realizar un agarre lo más sólido posible, y la otra mitad tiene que
romper ese agarre hasta separar a todos los miembros del grupo. Estas actividades
provocan que la clase tenga que hablar, discutir y ponerse de acuerdo para
encontrar estrategias de acción comunes (foto 3).

Toda esta tipología de actividades tiene que plantearse bajo un enfoque totalmente
reflexivo, que permita al alumno razonar el porqué de cada tarea y poder buscar así una
trasferencia hacia la práctica real del Judo. Del mismo modo, entenderán que cada
compañero de la clase supone una oportunidad para aprender a partir de la práctica conjunta.

Ejemplo de trabajo previo específico: las caídas

La primera pregunta que podríamos plantearnos es ¿por qué comenzar por las caídas?
La respuesta es sencilla; si no aprendemos a caer será imposible poder practicar Judo. Uno
de los principales miedos que tiene el alumno a la hora de iniciarse en el deporte es no tener
la seguridad total de no hacerse daño a la hora de caer, lo que provoca que no mantenga la
rigidez muscular necesaria ante las proyecciones de tori y en muchos casos se deje incluso
caer antes de que tori haya intentado realizar la técnica. Además, es fundamental que el
alumno interiorice los principios de rodar y de golpear, ya que de este modo se asegurará
caer siempre con seguridad y no tener así miedo al impacto.

Las caídas que trabajaremos serán: Ushiro Ukemi (caída atrás); Migui Yoko
Ukemi (caída lateral derecha); Hidari Yoko Ukemi (caída lateral izquierda); Mae
Ukemi (caída frontal); Zempo Kaiten Ukemi (caída hacia delante rodada); Zempo Kaiten
Ukemi (hacia delante con volteo). Es importante que los alumnos aprendan a caer desde los
diferentes lados, ya que además de asentar su lateralidad le permitirá tener una mayor

destreza y dinamismo a la hora de practicar los randoris. En un primer momento las caídas
se practicarán de manera grupal, donde el profesor marcará los tiempos y la clase deberá
caer a la vez, escuchándose un único golpeo (foto 4).

7
VIII Congreso Internacional de Actividades Físicas Cooperativas.
Málaga: 30 de Junio al 3 de Julio de 2014.
David Hortigüela Alcalá, Alejandra Hernando Garijo, Ángel Pérez Pueyo

Las caídas únicamente se trabajarán de manera aislada en su fase previa de enseñanza,


ya que posteriormente serán integradas como parte progresiva de la realización de las
técnicas o como recurso del alumno en cualquier tarea o actividad que se proponga.

Ejemplo propuesta de trabajo práctico: enseñanza de técnicas de judo pie, suelo y randoris

Una vez realizado todo este trabajo previo podemos preguntarnos… ¿por dónde
empezamos? Recordemos que no se trata de que el alumno conozca una gran cantidad de
técnicas tanto de pie como de suelo, ya que esto provocaría que se prdujera una confusión
tanto a nivel motriz (mala posición, ejecución) como cognitivo (olvido de pautas y de
nombres).

Por tanto la estructura de trabajo se basará en la enseñanza por parte del docente de
diferentes técnicas (una por sesión) que serán demostradas por él y posteriormente
practicadas por el alumno. Estas técnicas en primera instancia serán ejecutadas de manera
individual por cada miembro de la clase, y posteriormente serán integradas en randori,
entendido éste como la práctica consensuada entre tori y uke. No se trata de a ver quién tira
más al suelo al otro, sino de realizar un estudio concertado en el que se aplique el principio
de óptimo de eficiencia: mínima energía/máximo rendimiento.

Ejemplo de adquisición de aprendizaje: ejecución de técnicas y corrección grupal

Se enseñarán tres técnicas de pie (o-soto-gari, o-goshi y de-ashi-jarai) y tres de suelo


(on-kesa-gatame, kuzure-kesa-gatame y yoko-shio-gatame). Todas ellas deberán ser
practicadas a lo largo de la unidad, siendo integradas en los randoris que se vayan
realizando.

El profesor demostrará cómo se realiza una técnica delante de la clase, deteniéndose


en su ejecución y solucionando todas las dudas que
puedan existir. Posteriormente cada uno con su pareja la
práctica, momento que aprovechará el docente para ir
corrigiendo errores que vaya observando. Cada cierto
tiempo irán cambiando las parejas con el fin de que
todos practiquen con todos.

Una vez hayan practicado todos y de nuevo en


semicírculo, el profesor pedirá voluntarios para
demostrar la ejecución de la técnica delante de los demás (foto 5). Esto servirá para que ellos
mismos detecten y corrijan sus propios errores, además de que se continúe con el rito del
saludo ya practicado en el randori al sacar a su pareja al tatami. Este tipo de trabajo lo que
permite es que el feedback no solamente provenga del docente, y entre todos se reflexione
sobre los posibles aspectos que se pueden mejorar en las técnicas practicadas.

3.2 Segunda parte: Diseño y preparación del examen final

Como se ha podido observar, la primera parte de la unidad está diseñada para crear un
bagaje en el alumno a todos los niveles que le permita afrontar con garantías esta segunda
parte, centrada en la preparación de su examen final. No se trata de que el alumno “practique
8
VIII Congreso Internacional de Actividades Físicas Cooperativas.
Málaga: 30 de Junio al 3 de Julio de 2014.
David Hortigüela Alcalá, Alejandra Hernando Garijo, Ángel Pérez Pueyo

por practicar” sino de que estructure esa práctica con su pareja para una prueba final en la
que podrán colaborar todos los miembros de la clase.

Por tanto, es fundamental que en este momento se delimiten las partes que tiene que
tener el examen o prueba práctica que se realizará por parejas6:

 Caídas: cada miembro de la pareja realizará dos caídas, indicando su nombre y


pautas de ejecución. Además no podrán ser las mismas.

 Técnicas de pie: cada miembro de la pareja realizará dos técnicas de pie en


estático, pudiendo también ejecutarlas en movimiento. Deberán conocer los
nombres.

 Técnicas de suelo: lo mismo que las técnicas de pie pero comprobando que uke
no puede escapar de la inmovilización.

 Encadenamientos: deben combinar una técnica de pie con una de suelo,


acabando en inmovilización.

 Escapada de suelo: tori inmoviliza a uke, y éste deberá realizar 2 tipos de


escapadas diferentes.

 Randori de suelo: la pareja practicará durante 2-3 minutos un randori de suelo


en el que realicen diferentes técnicas, escapadas, volteos…

 Randori de pie: como en el randori de suelo, la pareja practicará durante unos


minutos, se valorará el desplazamiento, la propia ejecución, el nivel de
interacción entre tori y uke…

Es fundamental que cada pareja tenga tiempo de


preparar su examen final, (normalmente 2-3 sesiones), ya
que será la parte de la unidad donde más podrá emplearse la
evaluación formativa (foto 6) En primer lugar se entregará a
cada pareja la rúbrica de calificación con la que serán
evaluados, lo que les permitirá saber a priori el rango de
nota en el que se establece su trabajo. Del mismo modo,
cada pareja tendrá una pequeña planilla de autoevaluación
que irán cumplimentando cada día y regulará su propio proceso. Cada pareja se colocará en
una zona del gimnasio delimitada por colchonetas y preparará su examen. Este hecho será
aprovechado por el profesor para darles feedback, ayudarles en lo que necesiten y asesorar el
proceso.

Aunque cada pareja practique de manera individual, habrá determinados momentos en


los que cada una de las parejas acudirá a zonas de otros compañeros con el fin de practicar
conjuntamente e intercambiar su diseño del examen con otra pareja. Es aquí donde entra la
fase colaborativa de la unidad, ya que se enseñarán mutuamente lo realizado, se ayudarán y
se corregirán errores.

6A pesar de que cada pareja prepara su examen el profesor podrá realizar diferentes preguntas a
cada alumno para comprobar su grado de adquisición de aprendizaje.
9
VIII Congreso Internacional de Actividades Físicas Cooperativas.
Málaga: 30 de Junio al 3 de Julio de 2014.
David Hortigüela Alcalá, Alejandra Hernando Garijo, Ángel Pérez Pueyo

3.3 Tercera parte: prueba final y coevaluación intergrupal

En esta tercera parte de la unidad se procederá a la realización de la prueba final, en el


que habrá una zona principal de examen en la que se colocará el profesor para realizar la
calificación (foto 7). Mientras una pareja está realizando el examen, el resto estará
practicando. Además, en cada prueba el docente
llamará aleatoriamente a otra pareja para que co-
califique a sus compañeros.

Cada examen deberá contener las partes que hemos


comentado anteriormente, finalizando en randori,
que será donde se observe verdaderamente la
trasferencia que el alumno ha hecho de lo aprendido
al Judo real. Además, existe la posibilidad de que
una pareja enlace el randori con otra pareja, lo que
provoca que esta parte puedan realizarla 2, 3 o 4 personas perfectamente7.

Por tanto, en esta última parte de la unidad se acredita el trabajo realizado por cada una
de las parejas a lo largo de las sesiones, utilizando el bagaje creado inicialmente para
mostrar una prueba realizada con autonomía y pleno conocimiento evaluativo tanto por el
profesor como por el alumno.

4. PROCEDIMIENTOS E INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN.

A modo de síntesis, son varios los procedimientos de evaluación utilizados en la


Unidad, orientados fundamentalmente a la adquisición de un conocimiento previo sobre la
disciplina del Judo y al asesoramiento y puesta en práctica de su examen final. Por tanto, se
observa que la evaluación no siempre va asociada a una calificación, ya que lo más
interesante es que constatemos lo que el alumno va aprendiendo a lo largo del proceso,
decidiendo los instrumentos de calificación a los que queremos poner nota y cuál es el
porcentaje.

Es importante que a lo largo de las sesiones se realice una reflexión sobre lo


acontecido, que servirá tanto al propio docente como al alumnado. Parte de este ejercicio de
mejora está vinculado al visionado de vídeos y material fotográfico que ha realizado el
docente a lo largo de la unidad. Este hecho sin duda aumenta la motivación del alumno, al
que le gusta verse y compartir esos momentos conjuntamente.

Pero sin duda, una de las claves que caracteriza la evaluación de esta unidad y que se
vincula al aprendizaje cooperativo es la fase en la que los alumnos se ayudan unos a otros y
van autoevaluándose a la hora de preparar su prueba final en base a los criterios con los que
serán calificados y que tienen desde el comienzo.

7Es muy habitual que varias parejas quieran hacer el randori conjuntamente, de tal manera que
cuando en una pareja Tori proyecta a Uke, entra otra personal al tatami y siguen practicando.
10
VIII Congreso Internacional de Actividades Físicas Cooperativas.
Málaga: 30 de Junio al 3 de Julio de 2014.
David Hortigüela Alcalá, Alejandra Hernando Garijo, Ángel Pérez Pueyo

CONCLUSIONES

Son varios años los que hemos puesto en práctica esta UD, y uno de los rasgos que la
da identidad es la motivación que alcanza el alumnado hacia su práctica.

Aunque esta propuesta no se vincula directamente al aprendizaje cooperativo en su


totalidad, los principales pilares que sustentan esta metodología han quedado reflejados:
interdependencia positiva, promotora, responsabilidad en la pareja y reflexión durante el
proceso.

Se ha puesto de manifiesto que lo más importante no es que el alumno conozca un


mayor número de técnicas, sino que las comprenda, sepa ejecutarlas, las transfiera a la
práctica de randori, y lo más importante: que vea a los compañeros de clase como una
oportunidad de aprendizaje mediante el estudio concertado y consensuado, más que un rival
al que hay que ganar a toda costa.

Este trabajo corporal intencionado y fundamentado como uno de los aspectos que
integra el estilo actitudinal, permite una práctica conjunta aplicando principios del Judo
como el de optimización de energía o el de aprovechamiento de la fuerza del oponente “si tu
tiras yo empujo, si tu empujas yo tiro”. Además, el judo abordado como contenido del área
de la EF escolar favorece aspectos tan interesantes como la canalización de la agresividad o
la utilización de un deporte de contacto en el que el objetivo precisamente no sea el de
luchar.

Cuando el trabajo finaliza, merece la pena echar la vista atrás y corroborar el progreso
que ha tenido el alumno a lo largo el transcurso de las sesiones, teniendo en cuenta que al
comienzo del trabajo ni tan siquiera conocía el deporte.

BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA

Alarcón et al. (2010). La metodología de enseñanza en los deportes de equipo. Revista de


Investigación en educación, 7, 91-103.

Clemente, J.A. (2010). Influencia de la aplicación de un programa formativo de


profesores de Educación Física sobre la motivación en el aula y el nivel de reflexión
docente. Apunts: Educación Física y deportes, 102, 106.

Coll, C. (1986). Psicología y currículum. Barcelona: Laia.

Espartero, J., Gutiérrez, C.,y Villamón, M. (2005). La aplicación del judo como defensa
personal en educación física aproximación a un marco ético. Educación Física y deporte,
24(1), 91-99.

Gutiérrez- García, C.,y Pérez- Gutiérrez, M. (2008). "La contribución del judo a la
educación" de Jigoro Kano: introducción, traducción y notas. Revista de Artes Marciales
Asiáticas, 3(3), 38-53.

Herrán, I., Heras, C., Pérez-Pueyo, A., y Casado, O.M. (2012). El aprendizaje
cooperativo y la evaluación formativa al servicio de la enseñanza de los deportes. Unidad
Didáctica de fútbol gaélico en el marco del estilo actitudinal. Actas del VII Congreso
11
VIII Congreso Internacional de Actividades Físicas Cooperativas.
Málaga: 30 de Junio al 3 de Julio de 2014.
David Hortigüela Alcalá, Alejandra Hernando Garijo, Ángel Pérez Pueyo

Internacional de Actividades Físicas Cooperativas. 2-5 de Julio. Villanueva de la Serena,


Badajoz.
López, C; Alexis, J; Rivero, S; y Granado, A. (2011). Conocimientos básicos de
Educación Física-salud para autogestión de la Actividad Física. A tu Salud, 74, 17-21.
Méndez-Giménez, A. Fernández-Río, J. y Méndez- Alonso, D. (2012). Valoración de los
adolescentes del uso de materiales autoconstruidos en educación física. Retos: nuevas
tendencias en educación física, deporte y recreación, 22, 24-28.
MEC (1992a). Materiales para la reforma. Guía general. Madrid: Servicio de
publicaciones del Ministerio de Educación y Ciencia.
Pérez-Pueyo, A. (2005). Estudio del planteamiento actitudinal del área de Educación
Física de la Educación Secundaria Obligatoria en la LOGSE: Una propuesta didáctica
centrada en una metodología basada en actitudes. Universidad de León. León.
Pérez-Pueyo, A. (2010a). El estilo actitudinal: una propuesta metodológica basada en
actitudes. Madrid: CEP.

Real Decreto 1631/2006 de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas


mínimas correspondientes a la Educación Secundaria Obligatoria. (B.O.E. 5 Enero 2007.
Núm. 5. 677-773).

Real Decreto 216/2014 de 28 de febrero, por el que se establecen las enseñanzas de la


educación primaria (B.O.E. 1 Marzo 2014. Núm. 52. 19349-19420).

Rodríguez, J. (2006). Judo para ciegos como contenido novedoso en las clases de
Educación Física. Unidad Didáctica. Revista Internacional de Medicina en Ciencias de la
Actividad Física y del Deporte, 6(22), 75-86.

Torres, D. y López-Pastor (2007). Una experiencia de evaluación formativa en educación


física en educación primaria. La peonza: revista de educación física para la paz, 2, 14-24.

Valero, A. (2004). Situación actual de la metodología en la iniciación deportiva al


atletismo. Revista de Educación Física: Renovar la teoría y la práctica, 94, 13-20.

Velázquez, R. (2011). El modelo comprensivo de la enseñanza deportiva. Tándem:


didáctica de la educación física, 37, 7-19.

Velázquez, C. (2012). Relevos de marcador colectivo o tres vidas. Una estructura de


aprendizaje cooperativo para las clases de Educación Física. La peonza: revista de
educación física para la paz, 7, 56-64.

Velázquez, R., García, J.M., del Valle, S. y Díaz-González, P. (2006). Judo. Juegos para
la mejora del aprendizaje de las técnicas. Barcelona: Paidotribo.

12

View publication stats

También podría gustarte