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Ángel Pérez-Pueyo
Universidad de León
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RESUMEN:
Considerado como uno de los deportes de adversario con una filosofía educativa más
arraigada, el Judo se convierte en una disciplina de la que derivan una gran cantidad de
posibilidades a todos los niveles: motrices, emocionales, motivacionales, relacionales… Es,
por tanto, que consideramos que desde el área de Educación Física (EF) se debe integrar el
contenido en el aula, permitiendo al alumnado familiarizarse con el deporte y regirse por una
serie de pautas de actuación que favorezcan progresivamente su mayor conocimiento,
control y disfrute.
Por tanto, en este trabajo se presenta una experiencia desarrollada durante varios años
por diferentes maestros y profesores de EF que consta de 3 partes bien estructuradas: 1-
explicación de fundamentos y técnicas por parte del profesor; 2-trabajo autónomo de la clase
para la creación de un bagaje técnico-práctico que permita la preparación de la prueba
práctica final; 3- demostración de la prueba práctica y reflexión grupal. Todo este
planteamiento se rige bajo el estilo actitudinal (Pérez-Pueyo, 2005-2010), con una clara
tendencia cooperativa a lo largo del trabajo y fundamentándose en las premisas de máximo
respeto a las características y posibilidades de todos los miembros de la clase.
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VIII Congreso Internacional de Actividades Físicas Cooperativas.
Málaga: 30 de Junio al 3 de Julio de 2014.
David Hortigüela Alcalá, Alejandra Hernando Garijo, Ángel Pérez Pueyo
1. INTRODUCCIÓN
En la actualidad existe una gran diversidad de alumnado en las aulas, lo que provoca
que los docentes deban reconsiderar y realizar un ejercicio de reflexión constante en su
práctica diaria (Clemente, 2010). Este aspecto cobra especial relevancia en el ámbito de la
EF, ya que el movimiento, desde su enfoque más amplio, alberga un tratamiento de
contenidos altamente variado y significativo.
1Decimos colaborativo y no cooperativo ya que en los deportes, por ende, siempre hay ganadores
y perdedores, por lo que es imposible que se produzca una cooperación. Entre los miembros de un
equipo solo se puede colaborar para ganar al otro.
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Málaga: 30 de Junio al 3 de Julio de 2014.
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2.1 Revisión del tratamiento del contenido del Judo en el área de EF: nuestra
propuesta
El deporte del Judo ha sido poco trabajado en EF, aunque existen una gran cantidad de
actividades, ejercicios y tareas lúdicas vinculadas a su tratamiento. Tras haber realizado un
análisis del tipo de trabajo que se desarrolla en las aulas en relación a este contenido
(Gutiérrez- García y Pérez- Gutiérrez, 2005; Rodríguez, 2006; Velázquez, García, del Valle
y Díaz-González, 2006) observamos los siguientes aspectos:
A raíz de este análisis, entendemos que el tratamiento del Judo debe abordarse a partir
de un enfoque guiado y coherente, que permita al alumno conocer cada uno de los pilares
que configuran este deporte y así favorecer que la clase vaya adquiriendo una mayor
autonomía a lo largo de las sesiones. Por tanto, el docente tendrá que establecer un
compendio didáctico entre muchos factores: reglamento y filosofía de respeto al deporte y al
compañero, proposición de propuestas prácticas progresivas, alternancia entre enseñanza de
técnicas de judo pie-suelo y randoris, garantizar la seguridad en las tareas…Pero sin
embargo, el eje principal de trabajo que regulará esta UD es el carácter motivacional que
tendrán los discentes en la práctica.
aspectos previamente establecidos por el docente, practicando y aprendiendo los unos de los
otros.
Por tanto, el enfoque de esta UD no es meramente motriz, ya que estos aspectos son
utilizados para la implicación del alumno en las tareas y fomentar de manera directa el plano
relacional. Por ello, y utilizando la cooperación como vía fundamental del aprendizaje,
trabajamos las capacidades que desarrollan integralmente al individuo (Coll, 1986; MEC,
1992; RD 1513/2006); lo cognitivo-intelectuales en la emisión de reflexiones y opiniones; lo
afectivo-motivacionales gracias al aprendizaje y logro conseguido; las relaciones
interpersonales durante la preparación y organización de la prueba final; y la inserción social
al aceptar las normas y no discriminar a los compañeros por un lado y al educar en el respeto
a la filosofía que caracteriza a este deporte.
Son varios los estudios que afirman los aspectos positivos que tiene la inclusión del
deporte del Judo como contenido dentro de la EF como área curricular (Espartero, Gutiérrez
y Villamón, 2005). Sin embargo, y aun teniendo una gran acogida en los marcos curriculares
de otros países europeos, España no goza de un elevado tratamiento, existiendo un gran
desconocimiento por parte del alumnado. No obstante, en la actualidad ha quedado
demostrada la relevancia que tiene su tratamiento en el aula, debido a una gran cantidad de
factores (Gutiérrez-García y Pérez-Gutiérrez, 2008):
Todavía hoy existe una creencia fundamentada en la posible agresividad que puede
derivar de la práctica del Judo, convirtiéndose, junto al desconocimiento del contenido por
parte del docente, en uno de los factores que provoca su ausencia de trabajo en las aulas. Sin
embargo, la práctica del Judo canaliza la fuerza y la agresividad del practicante, entendiendo
al oponente como un compañero que ayuda y facilita la autoconfianza, la superación y un
mayor conocimiento personal.
Por tanto, la clave de la inclusión del contenido del Judo en el aula radica en la
delimitación de una estructura de trabajo fundamentada en la extracción de su potencial
educativo. Por ello, nos serviremos de dicha predisposición inicial, generada por la
curiosidad y novedad del contenido, para desarrollar una serie de procedimientos
consistentes en la familiarización hacia la práctica a través del trabajo de las caídas y el
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contacto corporal. Este planteamiento inicial permitirá que el alumno vaya consolidando
conceptos relacionados con la nomenclatura: “randori, tori, uke, tatami….”así como las
diferentes técnicas de pie y de suelo que vayamos trabajando.
Todo este trabajo generado en un primer momento por el profesor, será adquirido
paulatinamente por la clase, generando progresivamente mayor autonomía y probando y
practicando diversas actividades, técnicas o randoris con diferentes compañeros. Esta
experiencia compartida permite al alumno darse cuenta de que cada oponente es diferente, lo
que supone adaptar movimientos y estrategias de actuación constantemente, algo que
repercute en una mayor inteligencia táctica y control motriz.
Uno de los principales aspectos que caracteriza a esta UD, y que constituye uno de los
elementos del aprendizaje cooperativo, es la evaluación formativa (Torres y López-Pastor,
2007). Es fundamental que exista un feedback recíproco con el alumnado a lo largo de las
sesiones, lo que permitirá constatar el aprendizaje que vaya adquiriendo la clase y como
consecuencia profundizar, detenerse o modificar algunas partes del trabajo. Por ello, durante
la unidad se utilizarán varios procedimientos e instrumentos de evaluación que justificarán
la necesidad de cooperación y la importancia de la propuesta.
De este modo, y con el fin de tener una visión más amplia, dedicaremos el último
apartado para explicar con más detalle este aspecto.
Son tres partes principales las que estructuran esta UD, dentro de las cuales se integran
determinadas subfases. La primera parte constará de la enseñanza por parte del docente y la
experimentación del alumno de diferentes actividades de familiarización con el Judo:
agarres, caídas, juegos grupales, actividades de contacto…. La segunda parte se centrará en
la preparación del examen final por parejas en base a una serie de criterios y condiciones
fijados de antemano. Y en la tercera, cada pareja presentará su prueba, que será coevaluada
por otros miembros de la clase.
Es muy probable que la experiencia que tenga el alumno en relación al Judo sea poca o
ninguna, por lo que es fundamental asentar desde el comienzo una serie de principios
básicos de actuación. Puede ser una buena idea presentar un vídeo previo en el que los
alumnos se hagan una idea general acerca de en qué consiste el deporte, qué es tori y que es
uke, cuál es el principal objetivo del judo o que principios lo regulan2.
Una vez que el alumno se haya “ubicado” sobre el contenido a trabajar y hayamos
eliminado los estereotipos que la clase podía tener hacia este deporte (pelear, no respetar al
adversario, golpear…), se trabajarán por parte del docente una serie de aspectos vinculados
al conocimiento de esta disciplina y su puesta en práctica3. A continuación se muestran una
serie de ejemplos.
2 Para ello puede ser muy interesante que los vídeos que les mostremos a los alumnos sean de
compañeros que han practicado el contenido en años anteriores.
3 Para la práctica del Judo emplearemos como tatami colchonetas repartidas por el espacio,
normalmente en el centro del gimnasio, para evitar así posibles golpes contra la pared,
espalderas…
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Uno de los pilares básicos que rigen la práctica del Judo es el contacto continuo que
debe existir entre los practicantes. Sin embargo, y sobre todo en la transición de la etapa de
primaria a la de Secundaria, nos encontramos con que si dejamos al
alumno que haga los agrupamientos, será difícil que éstos sean
mixtos, y mucho menos si requieren realizar alguna actividad de
contacto (López, Alexis, Rivero y Granado, 2011).
Toda esta tipología de actividades tiene que plantearse bajo un enfoque totalmente
reflexivo, que permita al alumno razonar el porqué de cada tarea y poder buscar así una
trasferencia hacia la práctica real del Judo. Del mismo modo, entenderán que cada
compañero de la clase supone una oportunidad para aprender a partir de la práctica conjunta.
La primera pregunta que podríamos plantearnos es ¿por qué comenzar por las caídas?
La respuesta es sencilla; si no aprendemos a caer será imposible poder practicar Judo. Uno
de los principales miedos que tiene el alumno a la hora de iniciarse en el deporte es no tener
la seguridad total de no hacerse daño a la hora de caer, lo que provoca que no mantenga la
rigidez muscular necesaria ante las proyecciones de tori y en muchos casos se deje incluso
caer antes de que tori haya intentado realizar la técnica. Además, es fundamental que el
alumno interiorice los principios de rodar y de golpear, ya que de este modo se asegurará
caer siempre con seguridad y no tener así miedo al impacto.
Las caídas que trabajaremos serán: Ushiro Ukemi (caída atrás); Migui Yoko
Ukemi (caída lateral derecha); Hidari Yoko Ukemi (caída lateral izquierda); Mae
Ukemi (caída frontal); Zempo Kaiten Ukemi (caída hacia delante rodada); Zempo Kaiten
Ukemi (hacia delante con volteo). Es importante que los alumnos aprendan a caer desde los
diferentes lados, ya que además de asentar su lateralidad le permitirá tener una mayor
destreza y dinamismo a la hora de practicar los randoris. En un primer momento las caídas
se practicarán de manera grupal, donde el profesor marcará los tiempos y la clase deberá
caer a la vez, escuchándose un único golpeo (foto 4).
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Ejemplo propuesta de trabajo práctico: enseñanza de técnicas de judo pie, suelo y randoris
Una vez realizado todo este trabajo previo podemos preguntarnos… ¿por dónde
empezamos? Recordemos que no se trata de que el alumno conozca una gran cantidad de
técnicas tanto de pie como de suelo, ya que esto provocaría que se prdujera una confusión
tanto a nivel motriz (mala posición, ejecución) como cognitivo (olvido de pautas y de
nombres).
Por tanto la estructura de trabajo se basará en la enseñanza por parte del docente de
diferentes técnicas (una por sesión) que serán demostradas por él y posteriormente
practicadas por el alumno. Estas técnicas en primera instancia serán ejecutadas de manera
individual por cada miembro de la clase, y posteriormente serán integradas en randori,
entendido éste como la práctica consensuada entre tori y uke. No se trata de a ver quién tira
más al suelo al otro, sino de realizar un estudio concertado en el que se aplique el principio
de óptimo de eficiencia: mínima energía/máximo rendimiento.
Como se ha podido observar, la primera parte de la unidad está diseñada para crear un
bagaje en el alumno a todos los niveles que le permita afrontar con garantías esta segunda
parte, centrada en la preparación de su examen final. No se trata de que el alumno “practique
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por practicar” sino de que estructure esa práctica con su pareja para una prueba final en la
que podrán colaborar todos los miembros de la clase.
Por tanto, es fundamental que en este momento se delimiten las partes que tiene que
tener el examen o prueba práctica que se realizará por parejas6:
Técnicas de suelo: lo mismo que las técnicas de pie pero comprobando que uke
no puede escapar de la inmovilización.
6A pesar de que cada pareja prepara su examen el profesor podrá realizar diferentes preguntas a
cada alumno para comprobar su grado de adquisición de aprendizaje.
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Por tanto, en esta última parte de la unidad se acredita el trabajo realizado por cada una
de las parejas a lo largo de las sesiones, utilizando el bagaje creado inicialmente para
mostrar una prueba realizada con autonomía y pleno conocimiento evaluativo tanto por el
profesor como por el alumno.
Pero sin duda, una de las claves que caracteriza la evaluación de esta unidad y que se
vincula al aprendizaje cooperativo es la fase en la que los alumnos se ayudan unos a otros y
van autoevaluándose a la hora de preparar su prueba final en base a los criterios con los que
serán calificados y que tienen desde el comienzo.
7Es muy habitual que varias parejas quieran hacer el randori conjuntamente, de tal manera que
cuando en una pareja Tori proyecta a Uke, entra otra personal al tatami y siguen practicando.
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CONCLUSIONES
Son varios años los que hemos puesto en práctica esta UD, y uno de los rasgos que la
da identidad es la motivación que alcanza el alumnado hacia su práctica.
Este trabajo corporal intencionado y fundamentado como uno de los aspectos que
integra el estilo actitudinal, permite una práctica conjunta aplicando principios del Judo
como el de optimización de energía o el de aprovechamiento de la fuerza del oponente “si tu
tiras yo empujo, si tu empujas yo tiro”. Además, el judo abordado como contenido del área
de la EF escolar favorece aspectos tan interesantes como la canalización de la agresividad o
la utilización de un deporte de contacto en el que el objetivo precisamente no sea el de
luchar.
Cuando el trabajo finaliza, merece la pena echar la vista atrás y corroborar el progreso
que ha tenido el alumno a lo largo el transcurso de las sesiones, teniendo en cuenta que al
comienzo del trabajo ni tan siquiera conocía el deporte.
BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA
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