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UNIVERSIDAD TECNICA DE BABAHOYO

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES JURIDICAS


Y DE LA EDUCACION

CARRERA DE PSICOLOGÍA

COMPILADO

ÉTICA
TERCER SEMESTRE

Msc. LILA MORÁN BORJA


TABLA DE CONTENIDOS
UNIDAD 1. FUNDAMENTOS DE LA ÉTICA PROFESIONAL

• Ética y moral desde la etimología


• Significado de ética y moral
• Semejanzas y principales diferencias.
• Historia de la ética
• La actuación humana en la prehistoria
• El paleolítico y la moral
• El neolítico como revolución practica
• Las primeras civilizaciones y la moral teocrática
• Grecia y la racionalidad ética
• Algunas escuelas éticas griegas
• Los sofistas
• Sócrates
• Platón
• El estoicismo
• La moral romana
• La moral cristiana y medieval
• El renacimiento
• Éticas anteriores al Darwinismo
• Ética a partir de Darwin
• Tendencias recientes
• Esquema moral primitiva
• Los problemas de la Ética
• El objeto de estudio de la ética

UNIDAD 2 DOCTRINAS Y TEORÍAS ÉTICAS

• Doctrina éticas fundamentales


• La ética griega
• Los sofistas
• Sócrates
• Platón
• Aristóteles
• Estoicos y Epicúreos
• Utilitarista
• John Stuart Mill
• Marxismo
• Karl Marx: Teoría Marxista
• El valor de la moral

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• Etapas de formación de virtudes
• La realización moral
• La ética aplicada a la educación
• Derechos humanos en la educación
• Evaluación del primer parcial

UNIDAD 3 ÉTICA Y LA AXIOLOGÍA

• Axiología
• La problemática Axiológica
• Los problemas fundamentales de la Axiología
• El problema sobre la naturaleza de los valores
• El objetivismo y el subjetivismo de los valores
• El objetivismo y el subjetivismo de los valores
• Hacia una superación del objetivismo y subjetivismo
• El deber y las bases de conducta moral
• ¿Cuáles son los valores morales?
• Clasificación de los valores humanos

UNIDAD 4 ÉTICA Y LAS PROFESIONES EN LA DIMENSIÓN PERSONAL,


SOCIAL, Y AMBIENTAL

• Significado de la palabra profesión


• Historia de las profesiones
• Características generales de las profesiones
• Carácter intelectual, científico y humanista de las profesiones
• Constancia y permanencia
• Vocación profesional el servicio
• Independencia y libertad de contratación
• La tradición
• Colegiación.
• Nivel profesional.
• La ética y la deontología.
• La ética en la profesión

3
• La ética en la profesión
UNIDAD 1
ÉTICA Y MORAL DESDE LA ETIMOLOGÍA

La palabra ética proviene del griego êthos y significaba, primitivamente, estancia,


lugar donde se habita. Posteriormente, Aristóteles afinó este sentido y, a partir
de él, significó manera de ser, carácter. Así, la ética era como una especie de
segunda casa o naturaleza; una segunda naturaleza adquirida, no heredada
como lo es la naturaleza biológica. De esta concepción se desprende que una
persona puede moldear, forjar o construir su modo d’ser o êthos.

¿Como se adquiere o moldea este êthos, esta manera de ser? El hombre la


construye mediante la creación de hábitos, unos hábitos que se alcanzan por
repetición de actos. El êthos o carácter de una persona estaría configurado por
un conjunto de hábitos; y, como si fuera un círculo o una rueda, éste êthos o
carácter, integrado por hábitos, nos lleva en realizar unos determinados actos,
unos actos que provienen de nuestra manera de ser adquirida.

La palabra moral traduce la expresión latina moralis, que derivaba de mos (en
plurales mores) y significaba costumbre. Con la palabra moralis, los romanos
recogían el sentido griego de êthos: las costumbres también se alcanzan a partir
de una repetición d’actos. A pesar de este profundo parentesco, la palabra
moralis tendió a aplicarse a las normas concretas que han de regir las acciones.

Así, pues, desde la etimología, hay poca diferencia entre ética y moral: una y
otra hacen referencia a una realidad parecida. Pero hoy, pese a que a menudo
se usan de manera indistinta como si fuesen sinónimos, se reconoce que tienen
significados divergentes.

Significado de Ética y Moral

¿Qué es Ética y Moral?

En contexto filosófico, la ética y la moral tienen diferentes significados.

La ética está relacionada con el estudio fundamentado de los valores morales


que guían el comportamiento humano en la sociedad, mientras que la moral son
las costumbres, normas, tabúes y convenios establecidos por cada sociedad.

Estos términos tienen diferente origen etimológico. La palabra "ética" viene del
griego ethos que significa "forma de ser" o "carácter". La palabra "moral" viene
de la palabra latina morales, que significa "relativo a las costumbres".

La ética es un conjunto de conocimientos derivados de la investigación de la


conducta humana al tratar de explicar las reglas morales de manera racional,
fundamentada, científica y teórica. Es una reflexión sobre la moral.

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La moral es el conjunto de reglas que se aplican en la vida cotidiana y todos los
ciudadanos las utilizan continuamente. Estas normas guían a cada individuo,
orientando sus acciones y sus juicios sobre lo que es moral o inmoral, correcto o
incorrecto, bueno o malo.En un sentido práctico, el propósito de la ética y la moral
es muy similar. Ambas son responsables de la construcción de la base que
guiará la conducta del hombre, determinando su carácter, su altruismo y sus
virtudes, y de enseñar la mejor manera de actuar y comportarse en sociedad.
Maravi. A. (2000).

Semejanzas:

En los dos casos se trata de normas, percepciones, debe ser

La Moral es un conjunto de normas que una sociedad se encarga de transmitir


de generación en generación y la Ética es un conjunto de normas que un sujeto
ha esclarecido y adoptado en su propia mentalidad.

Principales Diferencias:

Moral, es el conjunto de comportamientos y normas que solemos aceptar como


válidos. Ética, es la reflexión sobre por qué los consideramos válidos, y la
comparación con otras “morales” que tienen personas diferentes.

Una segunda diferencia es que la Moral es un conjunto de normas que actúan


en la conducta desde el exterior desde el inconsciente. En cambio la Ética
influye en la conducta de una persona pero desde su misma consciencia y
voluntad.

Una tercera es el carácter axiológico de la Ética, en las normas morales impera


el aspecto prescriptivo, legal, obligatorio, impositivo y coercitivo. Es decir en las
normas morales destaca la presión externa, en cambio en las normas éticas
destaca la presión del valor captado y apreciado internamente como tal.

Estamos a nivel moral


Estamos a nivel ético cuando:
cuando:

Cumplo una promesa hecha Razonamos que los pactos han de


ayer pese a que hoy me doy cumplir siempre, del contrario, en
cuenta de que su lugar de acuerdos entre amigos,
cumplimiento me crea tendríamos que hacer contratos
problemas. legales.

Me pregunto sobre qué tiene más


Ayudo voluntariamente a un
valor moral, la intención que
compañero de clase si bien
inspira un acto o los resultados
me arriesgo a herir su orgullo.
que con él se obtienen.

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Decido si tengo que ser o no Reflexiono sobre valores,
sincero con un compañero de preguntándome si el valor de la

clase que parece quiere ser autenticidad es preferible el valor


amigo mío. de la amistad.

Rechazo robar la calculadora Tengo presente la máxima o regla


de un compañero de clase de oro: "No hagas a los demás lo
sabiendo que nadie me ve. que no quieras que te hagan a ti".

HISTORIA DE LA ÉTICA

BREVE HISTORIA DE LA ÉTICA.

Desde que los hombres viven en comunidad, la regulación moral ha sido


necesaria para el bienestar colectivo. Las grandes civilizaciones clásicas, egipcia
y sumeria, desarrollaron éticas no sistematizadas, cuyas máximas y preceptos
eran impuestos por líderes seculares, y estaban mezclados con una religión
estricta que afectaba a la conducta de cada egipcio o de cada sumerio. En la
China clásica, las máximas de Confucio fueron aceptadas como código moral.
Los filósofos griegos, desde el siglo VI a.C. en adelante, teorizaron mucho sobre
la conducta moral, lo que llevó al posterior desarrollo de la ética como una
filosofía. Prado J. (2015).

a) La actuación humana en la prehistoria

Normalmente todos los libros de ética y moral empiezan hablando de los


"Griegos". Tienen razón. Los griegos fueron el primer pueblo que desarrolló una
reflexión sistemática sobre la mayoría de las cosas que abarcaba su experiencia.
Pero eso no indica que el hombre no se haya preocupado de su conducta en
épocas anteriores.

Hasta la llegada de los griegos, los problemas teóricos eran resueltos a través
de una orientación mítica. Los dioses dieron una "razonable" respuesta a
problemas muy básicos y por lo tanto muy acuciantes. Había que explicar cosas
como la muerte, la enfermedad, el trabajo, el sexo, la comida, las relaciones de
obediencia, etc., etc. La humanidad recurrió a seres extraordinarios que se
situaban en una Sutra naturaleza, dotados de poder, y artífices del orden que
detectaban en su entorno. Pero existían los problemas prácticos también. El
hombre se preguntó desde el principio qué debía hacer y qué no debía hacer.
En ese sentido el problema moral ha existido siempre. Sucede, sin embargo,
que de los primeros períodos de la humanidad (Paleolítico, Neolítico) no
tenemos documentos escritos, no tenemos historia. Por eso los libros de moral
no nos hablan de aquellos hombres y de sus problemas. Sin embargo tú sabes
que es la parte más extensa de la vida de la humanidad. Siendo esto así, ¿no
podríamos aventurar algo?, ¿sacar alguna luz entre las brumas de la
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prehistoria?

El Paleolítico y la moral
Nuestros lejanos antepasados del Paleolítico se enfrentaron con el
tremendo problema de la subsistencia. No eran un grupo fuertemente armado
por la naturaleza. Poco fuertes, menos orientados por los instintos que los
animales, estaban en una situación competitiva con ellos bastante poco brillante.
Pero la baza ganadora del hombre estaba justo en su propia debilidad. Poco
especificado para algo, estaba, sin embargo, muy bien dotado para aceptar los
problemas y resolverlos... tenía inteligencia, como forma de compensar lo que le
faltaba en otros terrenos. Esa inteligencia le llevó a la adopción de una segunda
naturaleza: Rituales, normas, definición de intereses, acción solidaria. No
podemos desarrollar mucho estos temas, pero el hombre fue poco a poco
dominando a la naturaleza y a los animales precisamente por su capacidad
normativa, moral.

Nos podemos preguntar qué clase de normativa puso al hombre en


disposición de sobrevivir, y la respuesta no es difícil: la derivada del
comportamiento grupal y solidario. Ese tipo de comportamiento tuvo que
desembocar en normas concretas de caza, reparto, búsqueda de terrenos, etc.
Por supuesto que nadie elaboró teorías sobre ese comportamiento, pero está
muy clara su relación con los mitos del grupo y con la vertiente práctica de su
actividad.

El segundo origen de normativa que podemos deducir es la vivencia de la


naturaleza como fuente e impedimento de la supervivencia. El Paleolítico fue un
sistema depredador y convirtió al hombre en el depredador por excelencia.
Miles de años han ahormado al hombre, y le han hecho ser, por una parte, el
"enemigo" de la propia naturaleza, y por otra, su criatura. El hombre es parte de
la naturaleza, y ella se le presenta como una prolongación suya que le permite,
como ya notaba Marx, vivir, ofreciéndole sus alimentos, sus viandas. Pero la
naturaleza también se resiste a la acción humana, hace de la vida del hombre
una carrera de obstáculos. La naturaleza se convirtió en enemiga y aliada. Eso
empezó muy pronto, como supondrás, y continúa así desde entonces.

Esa actividad de acomodación y búsqueda de alimentos a que obligaba la


naturaleza, trajo sin duda normas concretas de actuación, emanadas por la
necesidad depredadora y sancionadas por algún poder mítico: Normas de caza,
normas de reparto, normas de eliminación de algún elemento considerado
nocivo o inútil. También la fabricación de herramientas, como prolongación del
cuerpo, necesitó de normas: el arco, el propulsor, el hacha, las primeras
trampas, etc. Pero, además, se necesitaron normas precisas y obedecidas a
rajatabla para conseguir que todo el grupo fuera efectivo en la caza, más aún,
cuando era la comida la que estaba en juego.

Cocinar necesita de una colaboración reglada igualmente precisa. Cómo

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repartir el terreno de caza con otros grupos necesita de unas imposiciones
posiblemente derivadas de la fuerza y de la habilidad.
Todo este conjunto de necesidades, produjo una serie de Rituales, con los
que se procuraron la efectividad bondadosa de sus mitos y, al mismo tiempo, se
dotaron de una serie de reglas de actuación que les llevó a tomar medidas
conjuntas y eficaces. Debía estar muy claro lo permitido y lo que nunca debía
hacerse (Tabú). De las dos cosas dependía la primera subsistencia de la
humanidad.

En cierto sentido el hombre empezó a ser moral pero no todavía ético.

El Neolítico como revolución práctica

El Neolítico es un concepto útil como representación del final de la vida


cazadora y la aparición de la práctica agrícola por buena parte de Asia, Europa y
norte de África. Más que encuadrarla en una fecha determinada, es interesante
notar cómo el cambio de soluciones en el problema de la subsistencia cambió
también la conducta humana.

La solución depredadora del Paleolítico ayudó a "tirar para adelante" pero


no podía ser una verdadera solución a la larga. Si le quitas los alimentos al
frigorífico, y no se lo repones, por despacio que lo hagas, llegará un día que al
abrir la puerta te encontrarás con todo el problema sin resolver. No es que la
tierra sea como un frigorífico, pero la primera respuesta humana lo percibió de
esa manera.

La agricultura supuso reponer lo que se quitaba. La ganadería también.


Pero esa solución alteró la conducta, las normas, los comportamientos. Vigilar al
ganado y cuidar las sementeras obligó al sedentarismo a marcar la territorialidad
de otra forma, no sólo como terreno de caza, sino como residencia e
identificación.

El Neolítico trajo también una división del trabajo. Ya no sería el grupo


desplazándose detrás del alimento el que organizaba la vida humana, sino que
el grupo se desgajó en partes. Hay quien marchaba a la caza y quien se
quedaba vigilando y al cuidado de los menos fuertes y hábiles. Empieza la
división del trabajo, la división sexual y la controvertida existencia de un posible
matriarcado como organización social.

La sedentarización creó la sensación de vecindad y de producción. Esto


proporcionó al neolítico un carácter bastante pacífico, más preocupado por los
ataques de los animales que de los hombres. La ausencia de utensilios
guerreros en el mobiliario fúnebre y la existencia de fosas y vallas en los
asentamientos neolíticos parecen demostrarlo.

Otra variación consistió en el mayor protagonismo femenino.


Generalmente se piensa que la mujer está ligada a la invención de la agricultura,

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la alfarería (hay que guardar para el mañana) a las artes de hilar y de tejer.
Es posible que el hombre siguiera siendo el primitivo depredador dedicado
a la caza, pero también asumió las tareas de pulimentar hachas, azadas, cuidar
el ganado.

Una vida así de sedentaria y dividida exigió unas normas para su


regulación social. Más disputas, más problemas de reparto, más trabajo
especializado, exigió una mayor organización práctica posiblemente apoyada en
el acuerdo común.

b) Las primeras civilizaciones y la moral teocrática

Con el avance del uso de los metales y la aparición del comercio, surgió
un nuevo marco para las conductas. Son las Primeras Civilizaciones, con el
protagonismo de las ciudades que pueden terminar formando imperios.

Podemos empezar recordando las ciudades-estado de Sumer, la


civilización del valle del Indo, China, Egipto, Assur, Creta, etc. etc.

Todo se ha hecho más complejo. La introducción de los metales exigió


una división mayor del trabajo y una especialización cada vez más intensa.

Existió en todas partes una especie de pirámide social que separaba


verticalmente a las clases sociales. Parte desde la esclavitud, más importante
en Mesopotamia, menos en Egipto, hasta el vértice representado por el Rey
considerado como Dios, o representante directo divino. Naturalmente en medio
existían artesanos, herreros, alfareros, carpinteros, tenderos, comerciantes. Ese
esquema fue complicándose con la necesidad del ejército como medio de
obtención de riqueza y mano de obra barata. Al principio no existió el ejército
permanente, pero poco a poco la clase militar fue haciéndose tan importante que
llegó incluso a rivalizar con la sacerdotal por conseguir el trono divino.

Como novedad también aparece el arte de escribir que dio lugar a una
clase muy importante que llevaba la contabilidad de los templos y fue
consolidándose como "clase intelectual": los escribas.

Los cabecillas del ejército y los sacerdotes que regentaban los templos
estaban muy próximos (rivalizaban entre sí) al rey sagrado.

Esa sociedad teocrática presenta ya una moral muy determinada.

En el Código de Hammurabi se establece la distinta manera de ser del


"señor", "el hombre pobre" y el "esclavo".

En la época de la XVIII dinastía se habla de juicios y de leyes.

Moisés codificó una lista de leyes tradicionales que señalaban a los


buenos de entre los malos, por el cumplimiento de unas leyes básicas: los
mandamientos.
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Se establecieron normas para todos los asuntos, desde económicos a
familiares, pero siempre los delitos más graves eran los que se cometían contra
los dioses o contra su representante terrenal.

Los códigos tenían en cuenta las intenciones, las circunstancias


atenuantes o agravantes y llevan generalmente la filosofía del "ojo por ojo” y
"diente por diente".

Todo ello lleva a importantes novedades:

1. Empieza la gran división: los que tienen (son) y los que no tienen (no son
nadie).

2. El poder divino funda el bien y el mal en el comportamiento.

3. Se identifica el ser con la clase social.

4. La guerra propaga sus valores morales (El jefe, el héroe, etc.)

5. La sociedad se encuentra dividida entre el Representante del Dios y los


demás.

c) Grecia y la racionalidad ética

Los griegos aportaron algo fundamental a la moral: la reflexión racional.


Naturalmente muchos griegos mantuvieron los mismos puntos de vista de las
otras civilizaciones antiguas. Pero entre ellos surgió algo extraño y
profundamente enriquecedor: el espíritu crítico. Tanto es así, que a veces, los
historiadores han hablado del "Milagro Griego". El "Milagro" consistía en ir
dando la espalda a los dioses y a sus representantes para buscar una
comprensión racional tanto teórica como práctica. Muchos griegos construyeron
teorías, visiones intelectuales del mundo, y también buscaron unas normas de
conducta que no derivaban de los dioses, o de un poder establecido, sino de la
propia razón que igualaba a todos.

A pesar de todo lo anterior, fueron en general, esclavistas, belicosos,


socialmente divididos por su clase y poder económico. A primera vista no
parecen tan distintos y sin duda no lo eran, pero vivieron la "ciudad" de una
manera tan diferente que calificaron de bárbaros a los demás, por no vivirla de la
misma forma. Y todo porque ellos no se consideraban súbditos (debajo) de un
rey. Ellos eran ciudadanos. Entre todos daban las leyes y por tanto se
obedecían a sí mismos. Un comportamiento distinto era incomprensible, al
menos hasta que el sistema de ciudades-estado sucumbió con Alejandro Magno.

Los griegos, por lo tanto, fueron un pilar muy importante para eso que
llamamos ÉTICA, y lo fueron por varios motivos:

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a) Intentaron racionalizar los conflictos, tanto desde el aspecto teórico como
práctico.

b) Se atrevieron a atacar las explicaciones míticas y a sustituirlas por un orden


lógico.

c) Al hacer esa sustitución, se aventuraron por distintos caminos y fundaron


varias "escuelas éticas".

d) El punto común era una visión distinta de lo que eran las normas y de su
procedencia. Se sintieron con la suficiente fuerza y orgullo como para
fundamentar esas normas en el hombre mismo y no en poderes ajenos a él.

e) La concurrencia de escuelas éticas enfrentadas entre sí, les llevó a descubrir


la tolerancia ideológica.

f) Se descubrieron profundamente iguales como ciudadanos (Isonomía).

ALGUNAS ESCUELAS ÉTICAS GRIEGAS

Los sofistas

El pensamiento ético, en el sentido de la formulación de códigos y principios


de comportamiento moral, ha sido siempre una característica necesaria de las
culturas humanas; pero la filosofía moral en su sentido preciso puede decirse
que empezó con los sofistas del mundo griego en el siglo V a.C. Que se sepa,
los sofistas fueron los primeros pensadores que plantearon cuestiones críticas
sobre la misma idea de conducta moral, sobre lo que la moralidad podía ser, y
por qué debería existir. Sus enseñanzas de retórica y de técnicas de persuasión
invitaban a la acusación de que tales técnicas podían ser usadas para hacer lo
incorrecto más atractivo que lo correcto, permitiendo con ello que la gente se
mofara impunemente de las normas morales. Los sofistas más conservadores
como Protágoras defendieron la concepción de los códigos morales como
creaciones humanas útiles, conjuntos de costumbres y convenciones que hacen
posible la vida social, son, por tanto, relativos y subjetivos. Por su relativismo y
subjetivismo, Protágoras llegó a concluir que “El hombre es la medida de todas
las cosas, de las que son en tanto que son, y de las que no son en tanto que no
son”; el juicio humano es subjetivo y la percepción de cada uno sólo es válida
para uno mismo. Gorgias, otro sofista, llegó incluso al extremo de afirmar que
nada existe, pues si algo existiera los seres humanos no podrían conocerlo; y
que si llegaban a conocerlo no podrían comunicar ese conocimiento. Otros
sofistas, como Trasímaco, creían que la fuerza hace el derecho.

Este desafío a los códigos morales tradicionales planteó así la cuestión


fundamental: ¿por qué ser moral?

Sócrates

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Sócrates se opuso a los sofistas. Sócrates quería una ciudad resultado de
leyes absolutas y eternas, y no relativas y subjetivas. Su posición filosófica,
representada en los diálogos de su discípulo Platón, puede resumirse de la
siguiente manera: la virtud es conocimiento; la gente será virtuosa si sabe lo que
es la virtud, y el vicio, o el mal, es fruto de la ignorancia. Así, según Sócrates, la
educación como aquello que constituye la virtud, puede conseguir que la gente
sea y actúe conforme a la moral.

Marco histórico:

- Surge la ciencia ética que intenta demostrar la existencia de valores


absolutos (bien y justicia) e inmutables para establecer una leyes.

- Bien, felicidad y leyes.

- Son valores que el hombre puede alcanzar mediante el uso de la razón,


sin se alcanzan el hombre es sabio y virtuoso.

- Intelectualismo moral:

- Identifica saber con virtud y vicio con ignorancia.

- Para conseguir una sociedad buena, justa y virtuosa es necesaria la


educación.

Platón

Según Platón, el bien es un elemento esencial de la realidad. El mal no existe en


sí mismo, sino como reflejo imperfecto de lo real, que es el bien. En sus Diálogos
(primera mitad del siglo IV a.C.) mantiene que la virtud humana descansa en la
aptitud de una persona para llevar a cabo su propia función en el mundo, que
vendrá determinada por la parte del alma que domine en cada uno de los
individuos. El alma humana está compuesta por tres partes: (3) La
concupiscente conlleva a que el placer es la ganancia ‘‘riquezas’’; (2) la irascible
conduce a la dominación, a la victoria y al deseo de gloria; (1) la racional es la
que siempre tiende a conocer la verdad, sin importar la reputación y las riquezas
que esto proporcione y por esta exclusividad que tiene la razón es digna de
llamarla con toda justicia amante de la ciencia y del saber. Cada una de estas
partes del alma, la concupiscible, la irascible y la racional posee una virtud
específica en la persona y juega un papel específico. La virtud del intelecto es la
sabiduría, o el conocimiento de los fines de la vida; la de la voluntad es el valor,
la capacidad de actuar, y la de las emociones es la templanza, o el autocontrol.

La virtud última, la justicia, es la relación armoniosa entre todas las demás,


cuando cada parte del alma cumple su tarea apropiada y guarda el lugar que le
corresponde. Platón mantenía que el intelecto ha de ser el soberano, la voluntad
figuraría en segundo lugar y las emociones en el tercer estrato, sujetas al

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intelecto y a la voluntad. La persona justa, cuya vida está guiada por este orden,
es por lo tanto una persona buena.

Platón fue también un filósofo que tenía una visión de la ética como una forma
de política, ya que recibió cierta influencia aristocrática por parte de su familia, lo
cual lo indujo a generar un sistema igualitario para los habitantes de la polis, y
así suprimir la diferencia de clases, pues si todos son hombres, ¿por qué viven
unos bien y otros mal?. A partir de esta visión de Platón sobre la equidad de
clases en la polis, define cómo es el origen de las sociedades. La ciudad toma
su origen de la impotencia de cada uno de nosotros para bastarse a sí mismo y
de la necesidad que siente de muchas. Por consiguiente, cada cual va
uniéndose a aquel que satisface a sus necesidades, y así ocurre en casos
múltiples, hasta el punto de que, al tener todos necesidad de muchas cosas,
agrupándose en una sola vivienda con miras a un auxilio común, con lo que
surge ya lo que denominamos la ciudad. Con la anterior definición de lo que es
la sociedad, Platón ve que los hombres poseen necesidades que los llevan a
constituir comunidades en las cuales se construyen modos de vida, formas de
comunicación, métodos económicos y algunas formas militares para la
expansión de terreno o la conquista de otras comunidades para ampliar y
satisfacer las necesidades de poder de los gobernantes que dirigen estas
comunidades. Por ello las necesidades de los gobernantes hacia el alcance del
poder, produce en ellos una falta de coherencia y de sabiduría en sus
determinaciones como líderes. De esta manera surge en las sociedades cuatro
formas de mal gobierno que edifican hombres que no serán éticos, ni sabios,
tales gobiernos son:

· Timocracia: Los hombres de ése régimen serán. Pues –añadí- amantes de


las riquezas. Ni más ni menos que los de las oligarquías. Y honrarán feroz y
desmedidamente el oro y la plata, hasta el punto de sostener almacenes y
tesoros privados en los que oculten las riquezas conseguidas. Rodearán de
murallas sus viviendas, que serán para ellos unos sencillos nidos particulares, en
los que prodigarán a manos llenas el dinero, tanto para mujeres como para todo
aquello que les venga en gana.

Oligarquía: Es un régimen en el que decide la tasación de la fortuna y, por


tanto, en el que mandan los ricos, sin que los pobres tengan participación en él.
Pro consiguiente, cuanto más se honra en una ciudad a la riqueza y a los
hombres ricos, meno se estima a la virtud y a los hombres buenos. Más se
practica siempre lo que se honra y se descuida lo que no se estima.

Democracia: Lo cual hará posible organizar la ciudad a gusto de cada uno, al


modo como hacíamos nosotros. Vaya, pues, quien quiera a un régimen
democrático, donde podrá elegir, como en un bazar, el sistema que más le
agrade. Una vez que lo haya elegido, se asentará en él y se adaptará a sus

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leyes. Pero en tales condiciones la anarquía se adentrará en las familias y
terminará incluso por infundirse en las bestias.

Tiranía: Así, pues, verdaderamente, y aunque así no lo parezca, el hombre


tiránico no es otra cosa que un esclavo, sometido a las mayores lisonjas y
bajezas, adulador de los hombres más viciosos, insaciable en sus deseos,
carente de casi todas las cosas y ciertamente pobre si nos decidimos a mirar la
totalidad de su alma.

Ante la justificación de Platón sobre los malos gobiernos en la sociedad, queda


cierta duda de que exista una salida para la equidad entre los hombres. De tal
manera que para que la ética se genere en una ciudad-estado, debe estar
basada en la justicia y en la recta razón de un hombre que sea sabio y justo,
este hombre debe tener las cualidades necesarias para poder cimentar un
gobierno, estas cualidades no le son proporcionadas por sus impulsos
corpóreos, o por las pasiones que lo dominan, solamente la razón es quien da
los parámetros para levantar un hombre lleno de virtudes y de sabiduría. Desde
la opción de un hombre sabio y justo se abre la oportunidad para una forma de
estado equitativo entre los hombres y la posibilidad del desarrollo ético.

Platón, como ya se ha dicho, concibe que en el alma del hombre hay tres partes,
y que éstas son muy análogas al estado. A partir de esta explicación de las tres
partes del alma, se estipula que tanto la concupiscencia y la irascibilidad no son
las indicadas para el gobierno de un estado, pues estas van muy ligadas a las
formas de gobierno oligarca, tirano, demócrata y timocrático. Por ello la solución
de Platón para alcanzar las virtudes éticas en la ciudad-estado es el dirigir y
gobernar un estado con el fundamento del alma racional del hombre, porque
aquí se plantea el Estado Ideal, en el cual la ética, la justicia y el saber, son la
génesis de las relaciones humanas.

El Estado Ideal se conforma de la siguiente manera:

· Los reyes filósofos, son los que gobiernan, pues su racionalidad y


coherencia les da la facultad para dirigir justamente un estado, ya que ellos
tienen la virtud de la sabiduría.

Los guardianes, son los que protegerán el estado, ellos tiene la virtud del valor
y la fortaleza para mantener las leyes de los gobernantes.

Los artesanos son los que se encargarán de mantener económicamente al


estado y tendrán la virtud de la templanza.

En conclusión en el estado ideal de Platón se encuentran las virtudes y las leyes


propicias para la convivencia entre los hombres, sin alguna posibilidad de
desigualdad, también la ética se tomará como el sumo bien el cual será
adoptado por cada hombre, hasta alcanzar la simetría de belleza y verdad.

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Aristóteles

Fue discípulo de Platón, es el primero que escribe sistemáticamente tratados


de Ética. Es el gran fundador teórico de la materia, y es que Aristóteles estaba
plenamente convencido de que "somos lo que hacemos". De ahí la importancia
de una reflexión racional de la conducta. Abandonando el misterioso "mundo de
las Ideas" de Platón, apostó por el deber de buscar la felicidad aquí, único suelo
permitido. Si vivimos una sola vez y no somos felices, hemos fracasado. La
primera búsqueda del hombre es la de la FELICIDAD (eudemonismo).

La teoría ética de Aristóteles se basa en alcanzar la felicidad, pero


antes de alcanzar la felicidad hay que determinar como se va a alcanzar o que
procesos hay que seguir para ir constituyendo un modelo para lograr los fines
planteados. Estos procesos se dan en la medida que el hombre tiene ciertas
facultades para realizar algo, según el arte o destreza que desarrolle, por
ejemplo: un carpintero, hace sillas, para hacer las sillas tiene que conseguir
madera, tallarla, cortarla, lijarla, decorarla, hasta que obtiene la silla. El ejemplo
anterior demuestra como se aplica la teoría de Aristóteles para alcanzar algún
fin, pero, para alcanzar la felicidad no sólo es desarrollar las actitudes artísticas
de los hombres, sino que la teoría aristotélica va más enfocada hacia un
desarrollo de las virtudes, en donde sólo se alcanzan al practicar acciones con
otros hombres.

La interacción del individuo con otros hace que el hombre tenga una
normatividad que lo conduce a mantener un equilibrio entre el vicio y el exceso.
La felicidad que es el bien es lo que cada hombre debe alcanzar en la vida, pero,
para lograr la felicidad, hay que determinar en donde se encuentra la verdadera
felicidad, porque algunos hombres limitan la felicidad a los placeres, a los
honores o la contemplación, lo cual es totalmente equivoco, pues la verdadera
felicidad es la construcción de un camino hacia el bien supremo, pero para ser
totalmente felices hay que ser hombres prudentes, justos y sabios, en todas las
acciones cotidianas, es decir que cada momento en la vida es para analizar cual
puede ser el punto medio entre el exceso y el defecto, al encontrarlo se es
prudente en la acción que ocurre, y esta determinación de la acción prudente
hace que se erijan hombres sabios y por consiguiente felices, por lo tanto la
felicidad no se hace individualmente sino colectivamente según la normatividad
que se haya establecido en una comunidad.

El hombre que se inclina continuamente por alcanzar la felicidad, busca alcanzar


todos los fines hasta lograr conquistar el bien supremo Aunque el fin único y
absolutamente perfecto sería el que nosotros buscamos. Si hay varios fines,
entonces sería el más perfecto de todos. Ahora bien: afirmamos que lo que
buscamos por sí mismo es más perfecto que lo que se busca para otro fin; y el
bien que no se escoge más que en vista de otro no es tan deseable como los
bienes que se consideran como medios y fines. Y hablando en absoluto, el bien

15
perfecto es el que debe siempre poseerse por sí mismo y no por una razón ajena
a él. Este bien parece ser, en primer lugar, la felicidad. La buscamos, en efecto,
siempre por sí misma y no por una razón ajena a ella misma.

En conclusión el hombre ético ha de ser un hombre prudente, sabio y


justo, que mide las consecuencias en las actividades diarias de la vida y que
mantiene un genero de vida en la razón, la cual es la guía perfecta para
conseguir los bienes, este genero de vida consiste en la actividad del alma
conforme a la virtud Si, pues, lo peculiar del hombre es la actividad del alma, de
acuerdo parcial o totalmente con la razón: si afirmamos que esta función es
propia de la naturaleza del hombre virtuoso, igual que cuando se habla del buen
citarista y del citarista notable, y ello ocurre en todas las circunstancias, teniendo
en cuenta la superioridad, que, proviene de la virtud o el mérito, corona el acto,
de modo que el citarista bueno toca la citara, y el citarista notable toca muy bien
la citara; si ello es así suponemos que lo peculiar del hombre es un genero de
vida, que este género de vida es la actividad del alma, acompañada de acciones
razonables, y que en el hombre perfecto todo se hace según el bien y lo bello u
honesto, realizándose cada uno de estos actos perfectamente, según su virtud
peculiar.

El estoicismo

Hacia el año 300 a.C. , Zenón fundó otra escuela en Atenas. Como estaba
en los Pórticos (Stoa) se le llamó estoicismo.

Había muerto Alejandro, la ciudad griega y su convivencia ya no era el


diseño buscado por los griegos. Perdidos en un inmenso imperio, el griego
sigue intentando ser feliz pero sin el marco de referencia de la ciudad.

El estoicismo invadió la cultura clásica durante cinco siglos. Muchos


abrazaron el estoicismo, desde esclavos (Epitecto) hasta emperadores (Marco
Aurelio).

Los estoicos se sentían crecer en consonancia con la naturaleza universal.


Ella cuidaba de todo porque estaba animada por una "Razón Universal". Vivir
virtuosamente era someterse a los dictados de esa razón universal. Los
ignorantes no lo saben y luchan contra el destino. Sufren porque sus deseos le
apartan de ese destino universal y no saben que haciéndolo se rebelan
inútilmente. Soportar el destino y aprender a abstenerse de los deseos, harán al
hombre sabio y bueno. Es la raíz de la profunda felicidad, ajena al desorden, los
placeres, y la búsqueda del instante.

El jardín de Epicuro (341-270 a.C.)

Epicuro tampoco está preocupado por la ciudad, como Aristóteles y Platón.


Su jardín se abría a una reunión de personas de todas clases que tenían como
vínculo la amistad. Epicuro está más pegado al suelo y a lo concreto. Amó el

16
saber gozar de la vida a condición de que eso mismo no le llevara al sufrimiento.
Buscó una sabiduría del placer y de la amistad, huyendo de las preocupaciones
políticas y hasta de las del amor. Epicuro puede verse como un gran liberador
de los temores que han hecho infelices a la gente:

a) el temor a los dioses (no se preocupan de nosotros, son inaccesibles)

b) el temor a la muerte (cuando estamos, ella no está, y cuando ella está, ya


nosotros no estamos)

e) el temor al destino (no existe, sólo átomos y clínamen -posibilidad de


desviarlos en su trayectoria-)

d) el temor al dolor (se vence por el placer racional)

Ese intento de liberación del hombre ha hecho que Epicuro tenga "mala
prensa". Hubo persecución ideológica y tanto romanos, sobre todo estoicos,
como cristianos presentaron una visión brutal de la búsqueda del placer
epicúreo. Pero ellos defendían que no se trataba de cualquier placer. Hay que
preferir siempre los placeres en reposo (no hay que buscarlos, sino que los
ofrece la misma naturaleza) y los espirituales, como la amistad, la
imperturbabilidad del alma (ataraxia) y la tranquilidad del cuerpo (aponía).

d) La moral romana

Roma adoptó la mayoría de las escuelas éticas griegas, pero sobre todo, a
partir de Constantino (313), fue adoptando la Religión cristiana hasta llegar a una
cristianización total de las costumbres, a la vez que la Iglesia se romanizó
cultural y legalmente.

De todas formas hay que precisar algunas cosas.

La inmensa vastedad del Imperio, que pudo llamar al Mediterráneo


"nuestro mar", obligó a una permanente atención sobre los problemas prácticos.
Roma no aceptaba el conflicto como raíz del pensamiento ético, más bien no
quería problemas. Se habla de la "gran paz" romana como uno de los grandes
logros culturales. Paz cimentada en un impresionante despliegue burocrático y
militar. Roma buscaba, más bien, domesticar el conflicto, hacerlo de casa, como
el mismo mar mediterráneo. La forma de conseguirlo fue la elaboración de un
Derecho que se pudiera aplicar a todos los pueblos del Imperio. La moral se
hace derecho y reflexión jurídica. La base de las normas está en el poder
imperial (Imperium = mandato) y su finalidad es más bien la utilidad que la
sabiduría.

Roma asume todo lo conquistado y sabe sacar, de aquí y de allá, los


pedazos para construir algo que parece nuevo. Así se construye el Arco de

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Constantino, monumento emblemático del pragmatismo romano, con trozos
venidos de varias partes del Imperio.

Roma une ese valor de utilidad con un inmenso aparato de propaganda.


Lo Romano es bueno. Los pueblos, frecuentemente, se ofrecen a entrar en el
Imperio; otros serán sometidos, pero siempre la conducta se examinará desde el
lado de la utilidad para el poder.

Con la caída del Imperio Romano surge una época extensa (unos mil
años) mal o bien llamada EDAD MEDIA y dominada por la moral cristiana.

e) La moral cristiana y medieval

Debes tener en cuenta que no es lo mismo moral y religión, pero a pesar


de ello, y sobre todo en esta época, tuvieron una mutua y estrecha relación. La
Religión busca la salvación y la adoración divina, la Moral busca normas de
comportamiento. La relación íntima que se estableció entre Moral y Religión se
debió a la creencia de que una llevaba más o menos claramente a la otra. La
Salvación era un acto gratuito de Dios, pero Dios había revelado normas de
comportamiento. Y en este punto nos separamos definitivamente de Grecia.
Las teorías éticas griegas partían de la búsqueda de las normas apoyadas en la
capacidad racional y crítica del hombre, la moral cristiana en cambio, "ya tiene"
esas normas reveladas por el poder más absoluto que pueda haber: Dios.

Esta forma de establecer el análisis de la conducta llevó también a


prescindir de la felicidad de este mundo, como habían hecho Aristóteles y
Epicuro, para buscar la felicidad en el "otro mundo". Ese "otro mundo" tenía
resonancias platónicos, como puedes apreciar, pero tomaba un aspecto religioso
y fundamentador de las conductas en este "valle de lágrimas".

En ese sentido, preferimos hablar de moral más que de ética cristiana. Es


verdad que se hicieron reflexiones sobre la conducta (S. Agustín, S. Anselmo,
Pedro Abelardo, Juan de Salisbury, Pedro Lombardo, Sto. Tomás de Aquino)
pero, en general trataban de sistematizar o poner en orden el depósito revelado,
verdades recibidas por la Fe y creídas por la AUTORIDAD divina. La moral era
una consecuencia práctica encaminada a la salvación definitiva.

Hablando de la moral cristiana, habría que separar dos planos bastante


diferenciados.

El primer plano es el de la moral que puede detectarse en el mensaje


directo de su fundador. Es una moral más bien orientada hacia unos ideales
(Sermón de la Montaña) que al cumplimiento literal de unas leyes interpretadas
por los doctores oficiales. En Marcos, capítulo segundo, se lee "El sábado se
hizo para el hombre y no el hombre para el sábado".

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El mal es visto frecuentemente como omisión de lo que se debería haber
hecho y no como trasgresión de la norma.

El precepto principal es el del amor y ello lleva a decir a S. Agustín en el siglo


V, "Ama y haz lo que quieras".

De todas formas la moral predicada por Jesús supone el cumplimiento de la


Torah bíblica y por lo tanto de las normas del Decálogo.

Eso conduce a un segundo plano. El cristianismo acentuó siempre la


obediencia a la norma. Eso clarificaba la moral. S. Pablo, en el capítulo 13 de la
epístola a los Romanos dice "Sométanse todos a las autoridades constituidas...
no sólo por temor al castigo, sino también en conciencia".

Todo el edificio moral de la Edad Media está construido sobre la doctrina


de las virtudes. Los filósofos griegos habían hablado ya de las virtudes. Platón
incluso las había pedido para cada segmento social: los agricultores, artesanos,
etc, debían tener templanza, los guerreros, fortaleza y los jefes filósofos
prudencia. Ello originaba una sociedad justa. Aristóteles también había hablado
de virtudes: las dianoéticas dirigidas al entendimiento y las virtudes éticas
dirigidas al carácter.

Los cristianos "bautizaron" el tema de las virtudes y le añadieron la fe, la


esperanza y la caridad.

Lo importante era que la vida moral giraba sobre las virtudes y que éstas
virtudes tenían como finalidad ordenar el alma a Dios. Eso originó una vida
orientada exclusivamente hacia lo sobrenatural. Las conductas, las normas, los
propios poderes terrenales debían estar subordinados a la esfera divina. Si
alguna norma o ley podía considerarse injusta, era precisamente porque
desviaba ese camino ordenado hacia Dios. En ese sentido san Próspero decía
que las virtudes de los infieles podían considerarse como pecados.

Naturalmente la Edad Media, tal y como hoy la denominamos, duró tanto


tiempo (unos mil años) que existen dentro de ella muchas corrientes, pero en el
fondo siempre se trataba de igualar la bondad con el cumplimiento de la ley
divina. Ese cumplimiento llevará consigo la plenitud feliz o bienaventurada en la
vida futura.

f) El renacimiento

La influencia de las creencias y prácticas éticas cristianas disminuyó durante el


renacimiento. La Reforma protestante provocó un retorno general a los principios
básicos dentro de la tradición cristiana, cambiando el énfasis puesto en algunas
ideas e introduciendo otras nuevas. Según Martín Lutero, la bondad de espíritu
es la esencia de la piedad cristiana. Al cristiano se le exige una conducta moral o
la realización de actos buenos, pero la justificación, o la salvación, viene sólo por

19
la fe. El propio Lutero había contraído matrimonio y el celibato dejó de ser
obligatorio para el clero protestante.

El teólogo protestante francés y reformista religioso Juan Calvino aceptó la


doctrina teológica de que la salvación se obtiene sólo por la fe y mantuvo
también la doctrina agustina del pecado original. Los puritanos eran calvinistas y
se adhirieron a la defensa que hizo Calvino de la sobriedad, la diligencia, el
ahorro y la ausencia de ostentación; para ellos la contemplación era
holgazanería y la pobreza era o bien castigo por el pecado o bien la evidencia de
que no se estaba en gracia de Dios. Los puritanos creían que sólo los elegidos
podrían alcanzar la salvación. Se consideraban a sí mismos elegidos, pero no
podían estar seguros de ello hasta que no hubieran recibido una señal. Creían
que su modo de vida era correcto en un plano ético y que ello comportaba la
prosperidad mundana. La prosperidad fue aceptada pues como la señal que
esperaban. La bondad se asoció a la riqueza y la pobreza al mal. No lograr el
éxito en la profesión de cada uno pareció ser un signo claro de que la
aprobación de Dios había sido negada. La conducta que una vez se pensó
llevaría a la santidad, llevó a los descendientes de los puritanos a la riqueza
material.

En general, durante la Reforma la responsabilidad individual se consideró


más importante que la obediencia a la autoridad o a la tradición. Este cambio,
que de una forma indirecta provocó el desarrollo de la ética secular moderna, se
puede apreciar en “La ley de la guerra y la paz” 1625, realizado por el jurista,
teólogo y estadista holandés Hugo Grocio. Aunque esta obra apoya algunas de
las doctrinas de santo Tomás de Aquino, se centra más en las obligaciones
políticas y civiles de la gente dentro del espíritu de la ley romana clásica. Grocio
afirmaba que la ley natural es parte de la ley divina y se funda en la naturaleza
humana, que muestra un deseo por lograr la asociación pacífica con los demás y
una tendencia a seguir los principios generales en la conducta. Por ello, la
sociedad está basada de un modo armónico en la ley natural.

El Renacimiento supuso, además de esta escisión religiosa, un resurgir


de la reflexión. Habían cambiado las coordenadas económicas, políticas y
culturales. El descubrimiento del nuevo mundo planteaba otros problemas
morales. Las naciones colonizadoras se preguntaban sobre el valor de la vida y
del "alma" de los nuevos hombres descubiertos. La organización política y social
llevó a frecuentes discusiones sobre las condiciones del trabajo. Se incrementó
la trata de esclavos junto a tratados escritos en su defensa.

El Estado Moderno nace apoyado en una burguesía creciente que impone


el gusto y el disfrute de "este mundo".

Se necesitan reflexiones que justifiquen el poder cada vez más autoritario de


los nuevos monarcas.

20
Junto a todo esto la Imprenta divulga las nuevas ideas, los nuevos
descubrimientos científicos, la nueva concepción astronómico del universo.

Existen dos figuras que pueden ser muy representativas de esta época,
aunque sea por motivos bien distintos.

Una es Maquiavelo (1469-1527). El autor de EL PRÍNCIPE y los


DISCURSOS encierra la moral tradicional en la vida particular de los súbditos, y
pide un comportamiento distinto en el dirigente político. Al Príncipe se le pide
eficacia, y moverse según "lo exigen los vientos y las variaciones de la fortuna".
La necesidad política está más allá de la moralidad, y la virtud está en la
conservación del poder.

En el otro polo está situado Tomás Moro (1478-1535). Escribe una obra
que se conoce abreviadamente por UTOPÍA y que se agotó rápidamente. La
Utopía va a imaginar una sociedad ideal. Una sociedad feliz y aislada basada en
los ideales humanísticos y cristianos de la época. Todo está reglamentado y
organizado (contra la nueva ola individualista burguesa), y la recta razón vuelve
a buscar los placeres ordenados, condenando muchas de las prácticas ascéticas
medievales. Moro ensalza la tolerancia y condena el fanatismo de los credos
religiosos situándose en lo que debería pasar ( ... aunque no pase).

g) Éticas anteriores al darwinismo

En el “Leviatán” (1651), el filósofo inglés Thomas Hobbes atribuye la mayor


importancia a la sociedad organizada y al poder político. Afirmaba que la vida
humana en el "estado de naturaleza" (independiente de o anterior a, la
institución del estado civil) es "solitaria, pobre, sucia, violenta y corta" y que es
"una guerra de todos contra todos". En consecuencia, la gente busca seguridad
participando en un contrato social en el que el poder original de cada persona se
cede a un soberano que, a su vez, regula la conducta.

Esta postura conservadora en política asume que los seres humanos son malos
y precisan un Estado fuerte para reprimirlos. No obstante, Hobbes afirmaba que
si un soberano no da seguridad y orden y es derrocado por sus súbditos, la
sociedad vuelve al estado de naturaleza y puede comprometerse en un nuevo
contrato. La doctrina de Hobbes relativa al estado y al contrato social marcó el
pensamiento del filósofo inglés John Locke. En sus dos “Tratados sobre el
gobierno civil” (1690) Locke mantenía, sin embargo, que el fin del contrato social
es limitar el poder absoluto de la autoridad y, como contrapeso, promover la
libertad individual.

La razón humana es el criterio para una conducta recta en el modelo elaborado


por el filósofo holandés Spinoza. En su obra más importante, “Ética” (1677),
Spinoza afirmaba que la ética se deduce de la psicología y la psicología de la
metafísica. Sostenía que todas las cosas son neutras en el orden moral desde el

21
punto de vista de la eternidad; sólo las necesidades e intereses humanos
determinan lo que se considera bueno o malo, el bien y el mal. Todo lo que
contribuye al conocimiento de la naturaleza del ser humano o se halla en
consonancia con la razón humana está prefigurado como bueno. Por ello, cabe
suponer que todo lo que la gente tiene en común es lo mejor para cada uno, lo
bueno que la gente busca para los demás es lo bueno que desea para sí misma.
Además, la razón es necesaria para refrenar las pasiones y alcanzar el placer y
la felicidad evitando el sufrimiento. El estado humano más elevado, según
Spinoza, es el "amor intelectual de Dios" que viene dado por el conocimiento
intuitivo, una facultad mayor que la razón ordinaria. Con el uso adecuado de esta
propiedad, una persona puede contemplar la totalidad del universo mental y
físico y considerar que éste engloba una sustancia infinita que Spinoza
denomina Dios sin disociarlo del mundo.

Las leyes de Newton La mayoría de los grandes descubrimientos científicos han


afectado a la ética. Los descubrimientos de Isaac Newton, el filósofo científico
inglés del siglo XVII, aportaron uno de los primeros y más claros ejemplos de
esta influencia. Las leyes de Newton se consideraron como prueba de un orden
divino racional. La opinión contemporánea al respecto fue expresada por el
poeta inglés Alexander Pope en el verso "Dios dijo: ¡dejad en paz a Newton!, y
se hizo la luz". Los hallazgos e hipótesis de Newton provocaron que los filósofos
tuvieran confianza en un modelo ético tan racional y ordenado como se suponía
que era la naturaleza.

Durante el siglo XVIII, los filósofos británicos David Hume, en “Ensayos morales
y políticos” (1741-1742), y Adam Smith, autor de la teoría económica del laissez-
faire, en su “Teoría de los sentimientos morales" (1759), formularon modelos
éticos del mismo modo subjetivos. Identificaron lo bueno con aquello que
produce sentimientos de satisfacción y lo malo con lo que provoca dolor. Según
Hume y Smith, las ideas de moral e interés público provocan sentimientos de
simpatía entre personas que tienden las unas hacia las otras incluso cuando no
están unidas por lazos de parentesco u otros lazos directos.

El filósofo y novelista francés Jean-Jacques Rousseau, en su Contrato social


(1762), aceptó la teoría de Hobbes de una sociedad regida por las cláusulas de
un contrato social. “En su novela Emilio o la educación” (1762) y en otras obras,
sin embargo, atribuía el mal ético a las inadaptaciones sociales y mantuvo que
los humanos eran buenos por naturaleza. El anarquista, filósofo, novelista y
economista político británico William Godwin llevó esta convicción hasta su
extremo lógico en su “Ensayo sobre la justicia política” (1793), que rechazaba
todas las instituciones sociales, incluidas las del Estado, sobre la base de que su
simple existencia constituye la fuente del mal.

Una mayor aportación a la ética fue hecha a finales del siglo XVIII por el filósofo
alemán Immanuel Kant en su Fundamentación de la metafísica de las

22
costumbres (1785). Según Kant, no importa con cuánta inteligencia actúe el
individuo, los resultados de las acciones humanas están sujetos a accidentes y
circunstancias; por lo tanto, la moralidad de un acto no tiene que ser juzgada por
sus consecuencias sino sólo por su motivación ética. Sólo en la intención radica
lo bueno, ya que es la que hace que una persona obre, no a partir de la
inclinación, sino desde la obligación, que está basada en un principio general
que es el bien en sí mismo. Como principio moral último, Kant volvió a plantear
el término medio en una forma lógica: "Obra como si la máxima de tu acción
pudiera ser erigida, por tu voluntad, en ley universal de la naturaleza". Esta regla
es denominada imperativo categórico, porque es general y a la vez encierra un
mandato. Kant insistió en que uno ha de tratar a los demás como si fueran "en
cada caso un fin, y nunca sólo un medio".

Utilitarismo La doctrina ética y política conocida como utilitarismo fue formulada


por el británico Jeremy Bentham hacia finales del siglo XVIII y más tarde
comentada por el también filósofo y británico James Mill y su hijo John Stuart
Mill. En su Introducción a los principios de la moral y la legislación (1789),
Bentham explicó el principio de utilidad como el medio para contribuir al aumento
de la felicidad de la comunidad. Creía que todas las acciones humanas están
motivadas por un deseo de obtener placer y evitar el sufrimiento. Al ser el
utilitarismo un hedonismo universal, y no un hedonismo egoísta como podría
interpretarse el epicureísmo, su bien más elevado consiste en alcanzar la mayor
felicidad para el mayor número de personas.

13.4. Ética hegeliana En La filosofía del Derecho (1821), el filósofo alemán


Georg Wilhelm Friedrich Hegel aceptó el imperativo categórico de Kant, pero lo
enmarcó en una teoría universal evolutiva donde toda la historia está
contemplada como una serie de etapas encaminadas a la manifestación de una
realidad fundamental que es tanto espiritual como racional. La moral, según
Hegel, no es el resultado de un contrato social, sino un crecimiento natural que
surge en la familia y culmina, en un plano histórico y político, en el Estado
prusiano de su tiempo. "La historia del mundo, escribió, es disciplinar la voluntad
natural incontrolada, llevarla a la obediencia de un principio universal y facilitar
una libertad subjetiva".

El filósofo y teólogo danés Sören Kierkegaard reaccionó con fuerza en contra del
modelo de Hegel. En O lo Uno o lo Otro (1843), Kierkegaard manifestó su mayor
preocupación ética, el problema de la elección. Creía que modelos filosóficos
como el de Hegel ocultan este problema crucial al presentarlo como un asunto
objetivo con una solución universal, en vez de un asunto subjetivo al que cada
persona tiene que enfrentarse de manera individual. La propia elección de
Kierkegaard fue vivir sometido a la ética cristiana. Su énfasis en la necesidad de
la elección tuvo influencia en algunos filósofos relacionados con el movimiento

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conocido como existencialismo, tanto como con algunos filósofos críticos,
cristianos y judíos.

h) Ética a partir de Darwin

El desarrollo científico que más afectó a la ética después de Newton fue la teoría
de la evolución presentada por Charles Darwin. Los hallazgos de Darwin
facilitaron soporte documental al modelo, algunas veces denominado ética
evolutiva, término aportado por el filósofo británico Herbert Spencer, según el
cual la moral es sólo el resultado de algunos hábitos adquiridos por la
humanidad a lo largo de la evolución. El filósofo alemán Friedrich Nietzsche dio
una explicación asombrosa pero lógica de la tesis darwinista acerca de que la
selección natural es una ley básica de la naturaleza. Según Nietzsche, la
llamada conducta moral es necesaria tan sólo para el débil. La conducta moral
—en particular la defendida por el judeocristianismo, que según él es una
doctrina esclava— tiende a permitir que el débil impida la autorrealización del
fuerte. De acuerdo con Nietzsche, toda acción tendría que estar orientada al
desarrollo del individuo superior, su famoso Übermensch (‘superhombre’), que
será capaz de realizar y cumplir la más nobles posibilidades de la existencia.
Nietzsche encontró que este ser ideal quedaba ejemplificado en los filósofos
griegos clásicos anteriores a Platón y en jefes militares como Julio César y
Napoleón.

En oposición al concepto de lucha despiadada e incesante como fundamento de


la ley rectora de la naturaleza, el anarquista y filósofo ruso Piotr Alexéievich,
príncipe Kropotkin, entre otros, presentó estudios de conducta animal en la
naturaleza demostrando que existía la ayuda mutua. Kropotkin afirmó que la
supervivencia de las especies se mantiene a través de la ayuda mutua y que los
humanos han alcanzado la primacía entre los animales a lo largo de la evolución
de las especies mediante su capacidad para la asociación y la cooperación.
Kropotkin expuso sus ideas en una serie de trabajos, entre ellos Ayuda mutua,
un factor en la evolución (1890-1902) y Ética, origen y desarrollo (publicado
después de su muerte en 1924). En la creencia de que los gobiernos se basan
en la fuerza y que si son eliminados el instinto de cooperación de la gente
llevaría de forma espontánea hacia la implantación natural de un orden
cooperativo, Kropotkin defendió el anarquismo.

Los antropólogos han aplicado los principios evolutivos al estudio de las


sociedades y las culturas humanas. Estos análisis han vuelto a subrayar los
distintos conceptos del bien y del mal planteados por diferentes sociedades; por
lo tanto, se creía que la mayoría de esos conceptos tenía un valor más relativo
que universal. De entre los conceptos éticos basados en un enfoque
antropológico resaltan los del antropólogo finlandés Edvard A. Westermarck en
Relatividad ética (1932).

i) Psicoanálisis Y Conductismo

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La ética moderna está muy influida por el psicoanálisis de Sigmund Freud y sus
seguidores y las doctrinas conductistas basadas en los descubrimientos sobre
estímulo-respuesta del fisiólogo ruso Iván Petróvich Pávlov. Freud atribuyó el
problema del bien y del mal en cada individuo a la lucha entre el impulso del yo
instintivo para satisfacer todos sus deseos y la necesidad del yo social de
controlar o reprimir la mayoría de esos impulsos con el fin de que el individuo
actúe dentro de la sociedad. A pesar de que la influencia de Freud no ha sido
asimilada por completo en el conjunto del pensamiento ético, la psicología
freudiana ha mostrado que la culpa, respondiendo a motivaciones de naturaleza
sexual, subyace en el pensamiento clásico que dilucida sobre el bien y el mal.

El conductismo, a través de la observación de los comportamientos animales,


formuló una teoría según la cual la naturaleza humana podía ser variada,
creando una serie de estímulos que facilitaran circunstancias favorables para
respuestas sociales condicionadas. En la década de 1920 el conductismo fue
aceptado en Estados Unidos, en especial en teorías de pediatras, aprendizaje
infantil y educación en general. Tuvo su mayor influencia, sin embargo, en el
pensamiento de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Allí, el
llamado nuevo ciudadano soviético fue instruido de acuerdo con los principios
conductistas a través del condicionante poder de la rígida y controlada sociedad
soviética. La ética soviética definía lo bueno como todo aquello beneficioso para
el Estado y lo malo como aquello que se le oponía o lo cuestionaba.

En sus escritos de finales del siglo XIX y principios del XX, el filósofo y psicólogo
estadounidense William James abordó algunos de los puntos centrales y
característicos en las interpretaciones de Freud y Pávlov. James es más
conocido como el fundador del pragmatismo, que defiende que el valor de las
ideas está determinado por sus consecuencias. Su mayor contribución a la
teoría ética, no obstante, descansa en su insistencia al valorar la importancia de
las interrelaciones, tanto en las ideas como en otros fenómenos.

j) Tendencias Recientes

El filósofo británico Bertrand Russell marcó un cambio de rumbo en el


pensamiento ético de las últimas décadas. Muy crítico con la moral
convencional, reivindicó la idea de que los juicios morales expresan deseos
individuales o hábitos aceptados. En su pensamiento, tanto el santo ascético
como el sabio independiente son pobres modelos humanos porque ambos son
individuos incompletos. Los seres humanos completos participan en plenitud de
la vida de la sociedad y expresan todo lo que concierne a su naturaleza. Algunos
impulsos tienen que ser reprimidos en interés de la sociedad y otros en interés
del desarrollo del individuo, pero el crecimiento natural ininterrumpido y la
autorrealización de una persona son los factores que convierten una existencia
en buena y una sociedad en una convivencia armoniosa.

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Varios filósofos del siglo XX, algunos de los cuales han asumido las teorías del
existencialismo, se han interesado por el problema de la elección ética individual
lanzada por Kierkegaard y Nietzsche. La orientación de algunos de estos
pensadores es religiosa, como la del filósofo ruso Nikolái Alexándrovich
Berdiáiev, que subrayó la libertad del espíritu individual; la del filósofo austro-
judío Martin Buber, que se ocupó de la moral de las relaciones entre individuos;
la del teólogo protestante germano-estadounidense Paul Tillich, que resaltó el
valor de ser uno mismo, y la del filósofo y dramaturgo católico francés Gabriel
Marcel y el filósofo y psiquiatra protestante alemán Karl Jaspers, ambos
interesados en la unicidad del individuo y la importancia de la comunicación
entre los individuos. Una tendencia distinta en el pensamiento ético moderno
caracteriza los escritos de los filósofos franceses Jacques Maritain y Étienne
Gilson, que siguieron la línea marcada por santo Tomás de Aquino. Según
Maritain, "el existencialismo verdadero" pertenece a esta tradición cristiana.

Otros filósofos modernos no aceptan ninguna de las religiones tradicionales. El


filósofo alemán Martin Heidegger mantenía que no existe ningún Dios, aunque
alguno puede surgir en el futuro. Los seres humanos, por lo tanto, se hallan
solos en el Universo y tienen que adoptar y asumir sus decisiones éticas en la
conciencia constante de la muerte. El filósofo y escritor francés Jean-Paul Sartre
razonó su agnosticismo pero también resaltó la heideggeriana conciencia de la
muerte. Sartre mantuvo que los individuos tienen la responsabilidad ética de
comprometerse en las actividades sociales y políticas de su tiempo. El supuesto
conflicto sobre la existencia de un Dios omnipresente, no revestía ningún sentido
de trascendencia para el individuo, pues en nada afectaba a su compromiso con
la libertad personal

Entre otros filósofos modernos, como el estadounidense John Dewey, figuran los
que se han interesado por el pensamiento ético desde el punto de vista del
instrumentalismo. Según Dewey, el bien es aquello que ha sido elegido después
de reflexionar tanto sobre el medio como sobre las probables consecuencias de
llevar a cabo ese acto considerado bueno o un bien.

La discusión contemporánea sobre la ética ha continuado con los escritos de


George Edward Moore, en particular por los efectos de su Principia ethica.
Moore mantuvo que los principios éticos son definibles en los términos de la
palabra bueno, considerando que ‘la bondad’ es indefinible. Esto es así porque
la bondad es una cualidad simple, no analizable.

Los filósofos que no están de acuerdo con Moore en este sentido, y que creen
que se puede analizar el bien, son llamados naturalistas. A Moore se le califica
de intuicionista. Naturalistas e intuicionistas consideran los enunciados éticos
como descriptivos del mundo, o sea, verdadero o falso. Los filósofos que difieren
de esta posición pertenecen a una tercera escuela, no cognitiva, donde la ética
no representa una forma de conocimiento y el lenguaje ético no es descriptivo.

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Una rama importante de la escuela no cognitiva defiende el empirismo o
positivismo lógico, que cuestiona la validez de los planteamientos éticos que
están comparados con enunciados de hecho o de lógica. Algunos empiristas
lógicos afirman que los enunciados éticos sólo tienen significado emocional o
persuasivo.

1. Esquema

Moral primitiva

Las normas aparecen como respuesta a dos problemas: superviviencia y


relación con la naturaleza

Primeras civilizaciones

Dios o los dioses dan las normas que regulan todos los aspectos de la vida.

La moral griega

Todos los ciudadanos son iguales.

Búsqueda de las normas a través de la razón: tolerancia ideológica.

La moral romana

La base de las normas está en el poder imperial.

El fundamento y finalidad de las normas es la utilidad.

La moral crisitiana medieval

La finalidad de las normas morales es alcanzar la salvación.

Las normas están dadas por Dios, pero el hombre decide seguirlas o no.

El Renacimiento

La responsabilidad individual se considera lo más importante.

Se vuelve a reflexionar sobre las normas.

Ética moderna

Se basa en la razón del individuo: debemos pensar por nosotros mismos


sin seguir a los demás.

Con el nacimiento del Estado moderno se reflexiona sobre cómo justificar el


poder.

La ciencia predomina sobre la religión.

Ética contemporánea

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Fuerte cambios en la reflexión ética.

Influencia de la teoría darwiniana: la supervivencia del más fuerte.

Influencia del psicoanálisis: el mundo de los deseos.

Influencia del conductismo: premio-castigo.

Tendencias recientes

Existencialismo: el “problema” de tener que elegir.

Instrumentalismo: minimizar los costos para maximizar los resultados.

Emotivismo moral: lo moral se reduce a una cuestión de sentimientos.

Los Problemas de la Ética

La existencia de las normas morales siempre ha afectado a la persona humana,


ya que desde pequeños captamos por diversos medios la existencia de dichas
normas, y de hecho, siempre somos afectados por ellas en forma de consejo, de
orden o en otros casos como una obligación o prohibición, pero siempre con el
fin de tratar de orientar e incluso determinar la conducta humana.

Ya que las normas morales existen en la conciencia de cada uno, esto provoca
que existan diferentes puntos de vista y por ende problemas en el momento de
considerar las diferentes respuestas existenciales que ejercen las personas
frente a ellas. Estos problemas se mencionan a continuación.

1. El Problema de la Diversidad de Sistemas Morales. Este se da debido al


pluralismo que existe en las tendencias frente a un mismo acto, esto es que,
para cuando algunas personas un acto es lo correcto, para otros es inmoral, por
ejemplo el divorcio, el aborto, la eutanasia, etc. O sea la pregunta que
normalmente se hace una persona que rige su conducta en base a las normas
morales es ¿cuál es el criterio para escoger una norma o la contraria?

2. El Problema de la Libertad Humana. La libertad humana no es del todo real,


ya que todo individuo está de cierta forma condicionado por una sociedad en la
cual toda persona actúa bajo una presión social, cultural o laboral; aunque
considerando a la ética y la moral, permite conservar una conciencia, misma que
permite a una persona actuar en base a un criterio propio. El problema está en la
incompatibilidad de la libertad humana y las normas morales, o sea en el ser y el
deber ser.

3. El Problema de los Valores. De este problema surgen numerosos


cuestionamientos pero el problema radica principalmente en la objetividad y
subjetividad de los valores, o sea, que existen cuestionamientos sobre si ¿los

28
valores son objetivos?, ¿los valores existen fuera de la mente de tal manera que
todo hombre deba acatar los valores ya definidos?, o si los valores son
subjetivos porque ¿dependen de la mentalidad de cada sujeto?. También existe
otro aspecto, su conocimiento, ¿cómo podemos conocer los valores? y en sí
¿cuál es su esencia?

4. El Problema del Fin y los Medios. Muchos sostienen la importancia del fin
de tal modo que cualquier medio es bueno si se ejecuta para obtener un fin
bueno, esto se conoce como la tesis maquiavélica "El fin justifica los medios",
pero con esto lo único que ocurre es que se sobre valoran las "buenas
intenciones " de un acto, que es parte del interior del ser y se descuida el
aspecto externo del acto (intenciones y finalidades). Con esto quiero decir que
"El fin jamás va a justificar los medios".

5. El Problema de la Obligación Moral. Esto está íntimamente ligado con el


tema de los valores ya que normalmente se dice que lo que se hace por
obligación, pierde todo mérito , en cambio, cuando se realiza por propio
convencimiento, adquiere valor moral. Con esto se da a entender que la
obligación moral le quita al hombre la única posibilidad de ser el mismo, de
acuerdo con su propia moralidad y con su propio criterio. Pero hay que aclarar
también que una cosa es la obligación entendida como corección externa y otra
como la obligación basada en la presión interna que ejercen los valores en la
conciencia de una persona.

6. La Diferencia entre Ética y Moral. Este es un problema que yo creo que a la


mayoría de las personas nos ha ocurrido y nos hemos preguntado ¿qué no es lo
mismo?. Pues no, por definición de raíces significan lo mismo (costumbre), pero
en la actualidad se han ido diversificando y lo que hoy conocemos como Ética
son el conjunto de normas que nos vienen del interior y la Moral las normas que
nos vienen del exterior, o sea de la sociedad.

EL OBJETO DE ESTUDIO DE LA ETICA

La ética se ocupa únicamente de los actos típicamente humanos, es decir, de


aquellos que dependen de la razón y de la libertad. Estos son actos voluntarios
que pueden realizarse o evitarse dentro del ámbito de la libertad personal. Otros
actos como el sueño, el hambre y el dolor, si bien son humanos, no dependen de
la libertad. Son actos involuntarios que ocurren querámoslo o no.

La materia de estudio de la ética es la conducta humana esto es, aquellos actos


que el individuo ejecuta consciente y voluntariamente y de los que por
consiguiente es responsable.

Ahora bien, el aspecto o punto de vista desde el cual la ética estudia la conducta
humana es el del bien y del mal, de lo que debe y lo que no debe ser, es

29
necesario resaltar que la palabra debe es el verdadero verbo de todo juicio ético.
En otras palabras, la ética es el estudio de la moralidad de los actos humanos.

La materia de estudio de la ética es la conducta humana esto es, aquellos actos


que el individuo ejecuta consciente y voluntariamente y de los que por
consiguiente es responsable.

Ahora bien, el aspecto o punto de vista desde el cual la ética estudia la conducta
humana es el del bien y del mal, de lo que debe y lo que no debe ser, es
necesario resaltar que la palabra debe es el verdadero verbo de todo juicio ético.
En otras palabras, la ética es el estudio de la moralidad de los actos humanos.

De lo anterior se sigue el que la ética no está interesada en aquello que el


individuo hace, como no sea para compararlo con aquello que debería hacer.
Todos los estudiosos de la ética, aún de diferentes posturas están de acuerdo en
que la investigación del deber ser constituye la característica distintiva de la ética
esto es, lo que la distingue de cualquiera de todos los demás estudios.

El objeto de estudio de la ética lo constituye un tipo de actos humanos: los actos


conscientes y voluntarios de los individuos que afectan a otros, a determinados
grupos sociales, o a la sociedad en su conjunto.

UNIDAD 2
DOCTRINAS ÉTICAS FUNDAMENTALES

LA ÉTICA GRIEGA

30
Los problemas éticos en la filosofía griega fueron objeto de atención especial,
sobre todo en Atenas, donde los problemas del hombre eran meramente
políticos y morales, surgiendo así diferentes doctrinas filosóficas conformadas
por especialistas, dando inicio a la llamada FILOSOFÍA POLÍTICA Y MORAL,
con el fin de plantear la relación del individuo y la comunidad.

LOS SOFISTAS

Constituyen un movimiento intelectual en la grecia del siglo V a.C. El vocabo


"sofista", significa originariamente, maestro o sabio, como lo demuestra su
parentesco con la palabra griega "Sofía", que significa "Sabiduría".

El sofista reacciona contra el saber acerca del mundo por considerarlo estéril, y
se siente atraído sobre todo por un saber acerca de hombre, principalmente
político y jurídico. No persigue un conocimiento gratuito o especulativo sino
práctico, tendiente a influir en la vida pública, por lo tanto los sofistas se dedican
al arte de convencer, argumentar o discutir.

Para los sofistas, NO HAY VERDAD Y NO HAY ERROR, y las normas, por ser
humanas, son transitorias.

PROTÁGORAS cae así, en el relativismo o subjetivismo, argumentando que


todo es relativo al sujeto, al hombres, que es la medida de todas las cosas; asi
mismo GORGIAS sostiene que es imposible saber lo que existe verdaderamente
y lo que no existe.

SÓCRATES

Nace en Atenas en 970 a.C., maestro de Platón, quién fue acusado de


corromper a la juventud y de impiedad, condenado a beber la cicuta y muere en
399.

Comparte el desdén de los sofistas por el conocimiento de la naturazleza, así


como su crítica de la tradición, pero rechaza el subjetivismo y relativismo.

El saber fundamental para Sócrates es el saber acerca del hombre, de ahi su


frase, "CONÓCETE A TÍ MISMO", que se caracteriza por 3 rasgos.

1) Es un conocimiento universalmente válido, contra lo que sostienen los


sofistas.

2) Es ante todo un conocimiento moral.

3) Es un conocimiento práctico.

En la ética socrática se encuentra la concepción del bien, como felicidad del


alma y de lo bueno, como lo útil a la felicidad. Así mismo habla del vicio como
ignorancia diciendo que el que obra mal es porque ignora el bien, argumentando

31
que nadie hace el mal voluntariamente, por lo tanto refiere que la virtud puede
ser transmitida o enseñada, basándose en la doctrina sofista.

PLATÓN

Nace en Atenas en 427 y muere en 357 a.C. Discípulo de Sócrates, y enemigo


de la democracia ateniense.

La ética de Platón se encuentra vinculada a su filosofía política, ya que para el,


la polis es l terreno propio de la vida moral, así mismo depende de:

A) Su concepción metafísica (dualismo del mundo sensible y del mundo de las


ideas permanentes, eternas, perfectas e inmutables, que constituyen la
verdadera realidad y tienen como cima la idea del BIEN.

B) De su doctrina del alma (razón, voluntad o ánimo), la razón,ligada a las


necesidades corporales.

"Para practicar el bien hay que purificar y liberarse de la materia, y poder


contemplar lo que realmente es y sobre todo, la idea del BIEN"

Para Platón, como el individuo no se puede acercar a la perfección se necesida


del estado o la comunidad desembocando la teoría pública.

ARISTÓTELES

Nacido en Macedonia (384-322 a.C.), fundador de su propia escuela, El Liceo,


cuyos discípulos se les llamaba peripatéticos, por aprender mientras paseaban
con su maestro.

Aristóteles se opone al dualismo ontológico de Platón, siendo que para el la idea


no existe separada de los individuos concretos, que son lo único real; la idea
solo existe en los seres individuales.

Debe de estudiarse al ser humano no nomas como un ser individual, sino qué es
lo que puede llegar a ser, como un planta.

Para Aristóteles el bien se adquiere a través de los modos constantes de obrar,


lo que llegan a ser virtudes, las cuales se van desarrollado para distinguir si el
hombre es racional o irracional en sus actos.

Así como Platón, la ética de Aristóteles va de acorde a que la comunidad social y


la política es el medio necesario para la Moral.

EL HOMBRE BUENO HA DE SER A LA VEZ, UN BUEN CIUDADANO.

ESTOICOS Y EPICÚREOS

32
El estoicismo y el epicureísmo surgen en el proceso de decadencia y de
hundimiento del mundo antiguo grecorromano, que se caracteriza por la pérdida
de la autonomía de los Estados Griegos, así mismo por la aparición y desarrollo
de los grandes imperios.

Para ellos la moral ya no se define en relacion con la polis, sino con el universo.
El problema moral se plantea teniendo como fondo la necesidad física, natural
del mundo. Por ello, la física es la premisa de la ética.

"Hay muchos placeres en la vida y no todos son buenos, pero el hombre si


puede buscar el bien en el mundo".

Teorías éticas contemporáneas: utilitarismo, marxismo, existencialismo.

Utilitarismo

Es una doctrina ética de los comienzos de la edad contemporánea, el creador de


esta doctrina es Jeremy Bentham. varios años después John Stuart Mill quién
fuera un pensador, economista y político inlges, es quien reformula el
utilitarismo, se le considera el representante más importantes de esta doctrina.
En la época de J.S. Mill Inglaterra vivía un periodo de esplendor a raíz de la era
Victoriana (1837), e Inglaterra se convierte en una potencia, estos elementos
ayudaron a que surgiera esta doctrina. J.S. yhyMill escribe una obra fundamental
para esta doctrina llamada “El utilitarismo” publicada en 1863, donde propone las
bases de esta doctrina.

John Stuart Mill (1806-1873)

El utilitarismo identifica el bien con lo útil, ya sea para el individuo, ya para la


sociedad. Lo útil es, así, considerado como criterio moral y como fundamento del
bien y de la felicidad. En la antigüedad, se atribuye a Protágoras de Abdera el
haber identificado el bien y lo útil, identificación que sigue apareciendo en las
escuelas cirenáica y hedonista. La utilidad es aquello que produce ventajas,
placer o felicidad para la mayoría, minimizando el daño, el dolor, el sufrimiento...
El utilitarismo exige un "cálculo racional" adecuado (en la medida en que se
persigue un bienestar duradero) para determinar cuáles son las medidas que
conducen a dicha estabilidad, y evitar la persecución de fines inestables y
efímeros. Debido a los diferentes conceptos de felicidad, los utilitaristas dicen
que no se tiene que poner atención en la felicidad de cada uno, sólo no intervenir
con la libertad de los demás.

Marxismo

Karl Heinrich Marx fue un filósofo historiador, socialista, escritor, economista y


sociólogo alemán muy conocido. La propuesta de Marx, es alcanzar una

33
sociedad sin distinción de clases donde el proceso de producción, las fuerzas
productivas y las relaciones que surgen de la producción se conviertan en un
bien social.

Karl Marx (1808-1883)

Teoría Marxista:

Centra su estudio en el proceso productivo, la producción, el Valor, la


distribución la composición del capital y, la plusvalía (que Marx definió como la
idea de que el Valor del objeto producido por el productor vuelva a éste). Marx
distingue en toda Mercancía su Valor de uso de su Valor de cambio. El Valor de
uso es el valor que un objeto tiene para satisfacer una necesidad (desde
biológicas hasta espirituales) y el Valor de cambio es el valor que un objeto tiene
en el mercado, medidos por el dinero.

La Mercancía es la parte fundamental para la riqueza de cualquier país y su


bienestar; el país que no produzca mercancías tendrá como consecuencia
dificultades económicas, su finalidad deber ser la venta, al ser vendida debe
poseer un Valor de uso y cambio. La Mercancía refleja su Valor en el dinero y
toma carácter comercial o de compra y venta. El Trueque es la relación del Valor
de una Mercancía a otra.

El Valor de la Mercancía depende del tiempo de trabajo; si el tiempo fue mayor,


entonces el Valor es mayor, en cambio sí es menor el tiempo, el Valor también lo
hace menor. El Valor es producido por el Trabajo (trabajo de los hombres); el
intercambio determina este Valor ya que al productor le interesa que su
Mercancía se intercambie.

Existencialismo '''Los problemas de una filosofía existencial deben ser la


existencia, la vida, lo concreto, la acción, y la muerte.

Etimológicamente proviene de los vocablos latinos Ex–Sistere, Existentia Que


significa "lo que está ahí", "lo que es". Es una de las corrientes filosóficas más
importantes del Siglo XX, que surgió después de la Primera Guerra Mundial. Es
una reacción frente a las tradiciones filosóficas imperantes, tales como el
racionalismo o el empirismo, que buscaban descubrir un orden legítimo dentro
de la estructura del mundo observable, en donde se pueda obtener el significado
universal de las cosas.En la filosofía del existencialismo se definen numerosas
tendencias, entre ellas la religiosa y la atea, incluso la agnóstica. Se dice que el
ser humano existe desde que es capaz de generar cualquier tipo de
pensamiento.

El pensamiento hace que la persona sea libre: sin libertad, no hay existencia.
Por ello podemos entender que bien, aunque las cosas "son" no "existen" en un

34
sentido estricto, también que la existencia del hombre puede ser inauténtica si
renuncia a su libertad.Existir es estar en el mundo y relacionarse con las cosas y
otros seres existentes. Pero no se trata simplemente de estar entre las cosas,
sino en dirigirse hacia ellas. Esta actitud se entiende como trascendencia, esto
es, salir de la propia conciencia para dirigirse hacia el Mundo.

Sören Aabye Kierkegaard (1813-1855)

Kierkegaard: El punto de partida y la meta de las preocupaciones


kierkegaardianas es el yo como ser individual: "De nada sirve a los hombres
querer determinar primeramente lo exterior y luego el elemento constitutivo. Se
debe, en primer lugar, aprender a conocerse a sí mismo antes de conocer otra
cosa". El yo debe entenderse como relación consigo mismo, el yo es
autorrelación.

Jean Paul Sartre (1905-1980)

Jean Paul Sartre: Dios, según él, no existe y por tanto las cosas del mundo son
contingentes, y ningún valor es superior a otro; así las cosas carecen de sentido
y de fundamento y lo que el hombre hace por encontrarles sentido es algo en
vano, pues el hombre es "una pasión inútil". Declaró que los seres humanos
necesitan una base racional para sus vidas pero son incapaces de conseguirla y,
por ello, la existencia de los hombres es "pasión inútil".

Martin Heidegger (1889-1976)

Heidegger: Se preocupa por la exposición de la pregunta acerca del sentido del


ser, su estructura, su necesidad y su permanencia. El Sein. Es el primero de los
conceptos en los cuales divide al ser. Son los entes que no tienen conciencia de
sí, que no pueden interrogarse acerca de sí, son los "seres a la mano" El Dasein.
Es "el ser ahí", es el hombre, el que se pregunta por el ser, por su existencia.

Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844-1900)

Federico Nietzsche: Su actitud filosófica comienza por considerar que Dios ha


muerto y con esto supone una interpretación histórica de la situación del hombre
en la sociedad moderna, el hombre debe partir de la nada y construir su propio
mundo, su propia interpretación de la realidad. Nietzsche nos presenta el Súper
Hombre como negación del hombre racional. Al Súper Hombre no se le puede
identificar con el hombre concreto, pues todavía no ha existido ni existe, sino que
aparece como el ideal al que tiene que llegar el hombre, adquiriendo en
abundancia la vida y la voluntad de poder.

EL VALOR DE LA MORAL

Los fundamentos de la moral son axiomas inconmovibles, lo mismo que los de la


geometría.» V. COUSIN

35
No es fácil rechazar el vicio, pues todo vicio es opuesto a la virtud.

El bien y el mal existen. El bien siempre debemos hacerlo para alcanzar la


felicidad, por lo tanto debemos evitar el mal. Esta máxima ética importantísima
para todos los seres humanos debe ser enseñada, asimilada y practicada.

Si desterramos el mal abrimos el camino para una virtuosa existencia. Pero solo
podemos desterrar el mal tomando conciencia de que hay actos que no deben
realizarse porque afectan a nuestras vidas y nos impiden ser felices.

Un ser humano es bueno cuando conjuga su interior con el exterior, con


acciones morales de valor indestructible. Estos son los hombres y mujeres
honrados que jamás perjudican a nadie., que tienen un compromiso férreo con la
Patria, que frente a cualquier adversidad lucharán por el bienestar común.

Las acciones positivas de los seres humanos se dan por la práctica permanente
de los valores humanos para lograr una excelente convivencia.

La familia y la escuela tienen un altísimo grado de responsabilidad en la crianza


y educación de los niños y niñas para que puedan vivir de acuerdo a la ética y a
la ley natural coadyuvando a construir una vida libre de prejuicios, altamente
desarrollada y en medio de paz.

Para alcanzar esto, es imprescindible saber que las virtudes humanas se van
adquiriendo

según la edad y quienes propugnen estas enseñanzas deben hacerlo con mucho
amor, sin imposiciones ni ambigüedades. Y nadie en particular tiene la misión de
propiciar la educación en la ética y valores. Esta es una tarea común, es decir de
todos y todas.

ETAPAS DE FORMACIÓN EN VIRTUDES

Hasta los 7 años: Obediencia.

Sinceridad. Orden.

Con una formación basada en la ternura y el cariño, los chicos aceptan la


OBEDIENCIA sin miedos, de manera que, todas las tareas encomendadas las
realizan placenteramente.

En este mismo sentido, padres y maestros deben inculcar a los niños y niñas a
desarrollar la virtud de la SINCERIDAD para que vivan en un ambiente amistoso,
cordial y sin mentiras. En los juegos infantiles, en el aula de clases, en el hogar
están los espacios para una actuación sincera.

La virtud del ORDEN es imprescindible porque desde pequeñitos aprenden a


vivir en medio de la limpieza y adquieren el sentido de la ayuda mutua. De 8 a 12
años: Fortaleza.
36
Perseverancia.

Laboriosidad.

Paciencia.

Responsabilidad.

Justicia.

Generosidad.

Solidaridad.

Altruismo.

El comportamiento del ser humano depende, casi siempre, de lo sucedido en


sus primeros años de vida. En la etapa comprendida entre los 8 y 12 años, etapa
de la pubertad, se suscitan cambios trascendentales en los chicos por lo que es
menester hacer un buen trabajo previo inculcando valores que eviten una
deformación en la personalidad de ellos.

Siendo así, los púberes con voluntad y optimismo irán haciéndose responsables,
justos, generosos, altruistas, solidarios; pacientes pero perseverantes. Con la
maravillosa virtud cordial de la FORTALEZA aprenderán a vencer el temor y huir
de la temeridad. Con la práctica de estos valores van adquiriendo hábitos
propiciadores de la paz. La RESPONSABILIDAD los respetar su posición aún
cuando no estén de acuerdo con la misma. Sólo sí se consigue un respeto
mutuo y las relaciones interpersonales serán exitosas.

De 16 a 18 años: Prudencia.

Flexibilidad.

Comprensión.

Lealtad.

Audacia.

Humildad.

Optimismo.

Cualquier edad encierra peligro, más si no se toma en cuenta el respeto que


merecen las vidas de todos. Solo el desarrollo de las virtudes permitirá el
equilibrio emocional para lograr el bienestar personal, familiar y de la sociedad.

La LEALTAD y la HUMILDAD fortalecerán la mente y el espíritu de los


adolescentes que verán la vida y sus circunstancias con fe y marcado

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OPTIMISMO. Ellos jamás llevarán consigo r~ antivalores como: envidia, odio,
rencor. Los triunfos y los fracasos deben ser aceptados con . humildad.

LA REALIZACIÓN MORAL

La persona virtuosa no condena, no censura ni se queja. Es leal a sí mismo, a su


familia, a sus amigos, a las instituciones. Las personas virtuosas son alegres,
humildes, generosas, muy

respetuosas

Ellas no están pescando los errores de los demás. Su mente y su corazón no


tienen tiempo para aquello y comprenden además que el sol brilla para todos,
por tanto no se quejan, por el contrario resuelven los problemas con optimismo.

Insisto en que, padres y educadores son decisivos en la formación de la


personalidad de los chicos; por lo mismo, ellos deben ser suficientemente
virtuosos y evitar la inmadurez emocional y los resentimientos sociales. De tal
suerte que en la adultez sean sensatos, honestos, sencillos, sinceros, humildes,
sociables, responsables, respetuosos, leales, prudentes, obedientes, optimistas,
perseverantes, gratos, comprensivos, altruistas.

Se trata de que siempre, niños, jóvenes y adultos actúen con firmeza en la


búsqueda del bien común, sin hacer daño a nadie, con lo cual se propicia la
felicidad de todos, guiados por la razón, por la fe y la libertad que su formación
les permite.

LA ÉTICA APLICADA A LA EDUCACIÓN

Recordemos que "la Ética nos permite tener una concepción de lo que es la
persona y sus aspiraciones, sus antecedentes y su futuro, sus proyecciones.
Descubre en el ser humano su valor y sus buenas acciones. De no ser así, la
Ética analiza, controla, rectifica"

Una buena formación, una conciencia individual y social, permitirá el bienestar


de todos, hará libre a los individuos, responsables, honestos, cautos y en la
madurez de sus vidas los hará muy sabios.

Por lo mismo, los educadores tenemos el gran compromiso de propiciar una


sociedad solidaria, cuyos integrantes actúen con responsabilidad social.

La Constitución de la República del Ecuador, en el Art. 66 expresa: "La


educación inspirada en principios éticos pluralistas, democráticos, humanistas y
científicos promoverá el respeto a los derechos humanos, desarrollará un
pensamiento crítico y fomentará el civismo"

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Todos los educadores debemos comprometer nuestra tarea basada en principios
éticos básicos muy sólidos que ayuden a atesorar y elevar a la praxis una
conducta transparente en todos los momentos de la vida humana.

Es necesario hacer notar que la ciencia, la educación, la cultura deben aportar


significativamente a que el mundo viva en paz. Pero "si la paz es posible, la falta
de voluntad política es sin duda la más grave amenaza que se cierne sobre la
paz haciéndola de cristal, porque como puede deducirse, el mundo de hoy sigue
pagando el precio de la guerra y alimentando sus causas más profundas: la
pobreza y la exclusión".

La educación debe propender a afianzar la responsabilidad moral y ética que


influirá en el derecho a vivir en paz evitando creer que unos son los virtuosos y
acertados y otros los errados; unos los generosos y otros los menesterosos.

Hay que convencerse de que, el vivir en paz nos ayuda a ser justos, a respetar
las actitudes individuales y colectivas, a propiciar la equidad de género.

Hablar de derechos humanos y cultura de paz es tan importante, tanto que la


UNESCO presentó, en 1997, un proyecto, a propósito de haber sido declarado a
principios del siglo XXI el Año Internacional de la Cultura de la Paz proclamado
por las Naciones Unidas. En dicho proyecto se reconoce:

"Destinada a erigir cada día, mediante la educación, la ciencia, la cultura y la


comunicación, los baluartes de la paz y en el espíritu de, los seres humanos, la
cultura de paz supone el reconocimiento, el respeto y la práctica cotidiana de un
conjunto de valores éticos e ideales democráticos conducentes a la solidaridad
intelectual y moral de la humanidad" Se podrá definir a la cultura de paz como "el
conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida".

Esto se refleja en:

a. El respeto a la vida, a los seres humanos y todos los derechos humanos.

b. El rechazo a la violencia en todas sus formas y el compromiso de prevenir


los conflictos violentos atacando sus causas para resolver los problemas
mediante el diálogo y la negociación.

c. El reconocimiento de la igualdad de derechos y oportunidad de mujeres y


hombres.

d. El reconocimiento del derecho de cada individuo a la libertad de


expresión, opinión e información.

e. La adhesión a los principios de libertad, justicia, democracia, tolerancia,


solidaridad,; cooperación, pluralismo, diversidad cultural, diálogo y entendimiento
entre las naciones, entre los grupos étnicos, religiosos, culturales y otros, entre
los individuos;

39
f. La promoción de una sociedad solidaria que proteja los derechos de los
débiles, mediante una acción sostenida con miras a un desarrollo centrado en el
ser humano y fundado en el apoyo mutuo.

En fin, todos los seres humanos merecen vivir en paz, con dignidad, con derecho
a una educación de calidad, para lograr su desarrollo y bienestar personal,
teniendo intrínseco los valores éticos y morales para una hermosa convivencia.
Lo que significa que el ser humano desde muy pequeñito va formando su
personalidad tan rectilínea que ya en su adolescencia, en su mayoría de edad y
cuando se convierte en un profesional actúa con ética, disfruta de una vida feliz,
sin ocasionarle daño a sus semejantes y sin perjudicar al Estado. Esta
responsabilidad la tienen los maestros y la familia. Luego el Estado.

DERECHOS HUMANOS EN LA EDUCACION

Después de la Segunda.Guerra Mundial, que dejó una secuela espantosa de


millones de personas muertas, se organizaron las Naciones Unidas, ONU, y
aprobaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el 10 de
diciembre de 1948. Derechos a: la vida, a la identidad, al trabajo, a la salud, a la
educación.

Los Derechos Humanos son derechos naturales fundamentales que nos


pertenecen a todas las personas por igual, sin importar la condición social,
religión, raza, nacionalidad.

Los Derechos Humanos son normas éticas y valores morales orientados a un


ideal de libertad, igualdad y justicia social con los cuales se aspira a mejorar las
relaciones sociales y que las personas alcancen una vida digna.

Los maestros y maestras harán de sus alumnos y alumnas ciudadanos con una
honda integración de pensamiento y sentimiento cuya educación posibilite una
visión integral de la vida. El saber, la eficiencia y la eficacia, si son necesarios,
sobre todo esa eficacia inspirada por el amor que ayuda a la comprensión total
de la vida.

Jiddu Krishnamurti, investigador y pedagogo indio nacido en 1897, afirmaba lo


siguiente:

"La educación no es simple adquisición de conocimientos, ni coleccionar y


correlacionar datos, sino ver el significado de la vida como un todo. Pero el todo
no se puede entender desde un solo punto de vista, que es lo que intentan
hacerlos gobiernos, las religiones organizadas y los partidos autoritarios.

La función de la educación es crear humanos integrados, y por lo tanto


inteligentes. La educación debe ayudarnos a descubrir valores permanentes
para que no nos conformemos meramente con fórmulas y lemas. La educación

40
nos debe de ayudar a demoler las barreras sociales porque estas crean
antagonismo entre los hombres.

Los sistemas educativos o políticos no cambian misteriosamente; se transforman


cuando nosotros cambiamos fundamentalmente. El ser humano es de primordial
importancia, no el sistema; y mientras el individuo no comprenda el proceso total
de su propia existencia, no hay sistema, sea de derecha o de izquierda que
pueda traer orden y paz al mundo".

Las opiniones de Krishnamurti tienen plena vigencia. Es que la educación es una


responsabilidad social de los educadores, aunque los gobiernos no se interesen
por este derecho. Como se ha dicho, es más importante ayudar a los individuos
a percibir los valores perdurables de la vida, sin condicionamiento alguno.

El maestro no puede ser egoísta, no debe fomentar el soborno, el odio y el temor


en sus alumnos, tales actitudes impiden que ellos crezcan con una mentalidad
liberadora y acciones totalmente éticas.

A los chicos y chicas hay que prepararlos para que sean hombres y mujeres de
bien, sencillos, correctos y capaces de respetar a los demás. La sencillez y la
humildad nos ayuda a vivir en paz, sin egos ni ambiciones malsanas. Todos
debemos ser formados para lograr el bien común como buenas personas de
honor que cumplimos deberes y exigimos nuestros derechos; respetamos las
leyes y los deberes cívicos.

"Justicia social es hacer posible el bien de toda la comunidad, teniendo en


cuenta los derechos de todos los seres humanos. La justicia social permite a
todos los hombres y mujeres, desarrollar sus facultades y ponerlas al servicio de
la sociedad (...) La justicia no es total si no comprende y abarca también el amor
hacia el otro (...)"

Documento del Secretariado Nacional de Pastoral Social, Justicia Social,


Bogotá, Colombia, 1984.

Uno de los objetivos de la educación es reconocer y asimilar aquellos derechos


humanos para que la persona viva en libertad y democracia con un altísimo
sentido de responsabilidad social.

H. Gross Espiell escribió: "la enseñanza y la educación, en su sentido más


amplio e integral constituyen la esencia de la promoción de ios derechos
humanos, base ineludible y condición necesaria, aunque no exclusiva ni
bastante, para el logro del respeto y la vigencia integral de estos derechos".

La educación bien lograda hace que los ciudadanos tomen conciencia y adopten
posiciones

41
Así, estos hombres y mujeres se convertirán en los ciudadanos ilustres,
responsables ejemplo de virtudes que honrarán a su familia, a ia sociedad y a la
Patria.

Ciudadanos probosNdeben ser todos, para evitar la crisis social, económica y


política de un país, ya que actualmente la "clase política" solo genera corrupción.

Al momento, la corrupción supera los límites de la decencia. El abuso de poder


es tremendamente escandaloso, el nepotismo favorece a muchos miembros de
una familia en la misma institución. Autoridades y empleados solicitan y aceptan
obsequios a cambio de favores urgentes, cayendo en el consabido soborno.

Hay un deseo vehemente de obtener poder para enriquecerse ilícitamente y


mantener un status que luego constituye una vergüenza colectiva.

Los niños y ios jóvenes se confunden con este accionar político; pero, es allí
donde intervienen los educadores que obligatoriamente tienen que ser honestos
consigo mismo y con sus alumnos para que ellos se desenvuelvan con honor y
transparencia, que sean críticos, reflexivos y alcancen la prosperidad sin
arrebatarle nada a nadie.

UNIDAD 3

42
Axiología

La axiología es una rama de la filosofía, que tiene por objeto de estudio la


naturaleza o esencia de los valores y de los juicios de valor que puede realizar
un individuo. Por eso, es muy común y frecuente que a la axiología se la
denomine “filosofía de valores”. La axiología, junto con la deontología, se
constituyen como las ramas más importantes de la filosofía que contribuyen con
otra rama más general: la ética.

Quien por primera vez utilizó “axiología” como término fue Paul Lapie, en los
primeros años del siglo XX, y luego Von Hartman unos años después tomó el
concepto de Lapie para fundamentar sus estudios, y así consolidar a la axiología
no ya como termino si no más bien como una disciplina independiente y
autónoma de la filosofía y en particular, de la ética.

Pero, no es con Lapie y con Von Hartman que se inicia la reflexión sobre valores
y juicios de valor. Esta reflexión es anterior a la definición del concepto/noción de
axiología. Quienes primeros se encargaron de reflexionar sobre los valores en
términos filosóficos fueron Hume, encargado de la reflexión sobre valores
morales, elaborando varias teorías al respecto; y Nietzsche, quien define que los
valores no son solo juicios morales o estéticos, si no que también engloban
aquellas formas de observar cotidianas, las cuales encierran determinada forma
de valorar, poniendo en juego determinados valores por parte del individuo. Pero
también Karl Marx tomó algunos conceptos económicos relacionados a los
valores como fundamento de las críticas y análisis que realiza en sus obras.

Tanto los valores positivos como los negativos son abordados de manera igual
por la axiología, mediante el análisis que considera a algo como valioso o no.
Por esto, la axiología ha planteado importantes conceptos para los principios de
la ética y de la estética, ambas disciplinas donde la noción de “valor” tiene una
importancia clave para el desarrollo de las mismas.

Dentro de la axiología, los valores podrán ser subjetivos o en cambio, objetivos.


Los subjetivos, son aquellos mediante los cuales se plantea un medio que
permite llegar a un fin, y están impulsados por un deseo u objetivo a nivel
personal, por ejemplo la solidaridad o el compañerismo. En cambio, los valores
objetivos son valores por sí solos, como la verdad o la belleza, que plantean
finalidades por si solos.

Existe también lo que se denomina “jerarquía” o “escala” valorativa donde, entre


los valores, algunos tienen una posición o escalón de relevancia más alta que
algunos otros.

LA PROBLEMÁTICA AXIOLÓGICA

43
La problemática axiológica, conecta directamente con una rama de la filosofía
denominada Axiología, palabra que viene del griego axios, que significa
“valioso”, “digno”, y de la palabra logos, que podemos traducir como “estudio”,
“tratado” o “teoría”; por lo tanto la Axiología es la rama de filosofía que se dedica
a estudiar o reflexionar sobre los valores.
En este estudio figura el de saber qué es el valor mismo, cuál es su esencia, si
realmente existen y qué tipo de existencia tiene; el de saber si es posible
conocerlos y realizarlos para acceder a un mundo mejor; en fin, saber cuáles son
los valores superiores y cuáles los inferiores y en que se basa esta clasificación.
Vivimos en un mundo regido por los valores, no obstante que muchos de ellos
no se cumplen y que tal vez se nos antoje que jamás lleguen a cumplirse.
Los valores que trata la axiología nos son de tipo económico, más bien nos
referimos, a aspectos como son: la belleza, la verdad, la justicia, la salud, la paz,
la democracia, el amor, etcétera. Todo eso se designa como valores.
En el terreno de los valores, como dice un filósofo, “hay un campo por arar, una
cosecha por recoger, tesoros por descubrir, recursos por movilizar, energía por
liberar, que bien puede compararse con los de la naturaleza”.
Así, pues, vivimos en varios niveles de épocas. En lo que se refiere a nuestro
mundo moral, a nuestro mundo sentimental, estamos aún en una edad de
piedra: “odiando y amando, envidiando y deseando tan primitivamente como el
hombre de las cavernas y rompiendo de tiempo en tiempo, con inaudito
salvajismo, el barniz de nuestra civilización”. Hemos aprendido a controlar la
naturaleza antes de haber aprendido a controlarnos a nosotros mismos.

LOS PROBLEMAS FUNDAMENTALES DE LA AXIOLOGÍA

Los filósofos de los valores no se van a dedicar a inculcar ciertos valores, sino
más bien a analizarlos, a reflexionar sobre la naturaleza, sobre la posibilidad de
conocerlos y realizarlos. De esta manera, se plantean una serie de problemas,
tale como, ¿son los valores objetivos o subjetivos?; ¿dependen de nuestro modo
de ser y de percibir las cosas?; o ¿son en “sí y por sí” independientes del sujeto
que los capta?; ¿Cómo se captan realmente los valores?, ¿por el intelecto, por el
sentimiento, por la intuición?

EL PROBLEMA SOBRE LA NATURALEZA DE LOS VALORES

El problema sobre la naturaleza de los valores plantea la siguiente pregunta:


¿qué naturaleza tienen los valores? Para la solución de este problema vamos a
encontrar dos posiciones antagónicas y al parecer irreconciliables: el Objetivismo
y el subjetivismo axiológicos.

Para el Objetivismo, el valor tiene una naturaleza o modo se ser objetivo, pues
existe independientemente de un sujeto o de una conciencia valorativa, mientras
que para el subjetivismo sostiene que un valor debe su existencia, su sentido o
su validez a reacciones ya sean filosóficas o psicológicas del sujeto que valora.

44
EL OBJETIVISMO Y EL SUBJETIVISMO DE LOS VALORES

Según el objetivismo, el sujeto no es necesario para la captación de los valores,


ya que éstos existen en sí y por sí, con independencia del sujeto. Como dice
Max Scheler (1875 – 1928) - representante del objetivismo- el asesinato siempre
es malo, sin necesidad de que alguien lo repruebe como tal.
Para el objetivismo los valores son independientes de los bienes o cosas
valiosas y de los sujetos que los valoran. La naturaleza del ser humano, sus
cambios a lo largo de la historia, el influir constantemente de las preferencias, las
vicisitudes de los deseos, deja a los valores intactos e imperturbables.
A diferencia del objetivismo, el subjetivismo axiológico sostiene que el sujeto es
esencial o imprescindible, en toda valoración, pues si no existe un sujeto
encargado de valorar las cosas, el valor, simplemente, no es posible.
El subjetivismo dirá, que los valores son para mí (en cuanto a sujeto que valoro).
Podríamos decir que el subjetivismo resucita la antigua frase de Protágoras: “El
hombre es la medida de todas las cosas”. Para el subjetivismo no podemos
hablar de valores fuera de una valoración real o posible. En efecto, ¿qué sentido
tendría la existencia de valores que escaparan a toda posibilidad de ser
apreciados por el hombre? ¿Cómo sabríamos que existen los valores si
estuvieran condenados a mantenerse fuera de la esfera de las valoraciones
humanas?

Por su parte, el objetivismo afirma que en es cierto que la valoración es


subjetiva, pero es indispensable distinguir valoración del valor y el valor es
anterior a la valoración.

Si no hubiera valores, ¿qué habríamos de valorar?

Confundir la valoración con el valor equivale a confundir la percepción con el


objeto percibido. La percepción no crea al objeto, sino que lo capta; lo mismo
sucede con la valoración. Lo subjetivo es el proceso de captación del valor. No
podemos reducirlo valioso a aquello que nos agrada o interesa.
Por encima del agrado o desagrado existe un deber objetivo, un valor moral que
no depende de los vaivenes de nuestros gustos o disgustos.
Estos argumentos nos muestran la complejidad que encierra el problema de la
naturaleza de la existencia de los valores.

HACIA UNA SUPERACIÓN DEL OBJETIVISMO Y EL SUBJETIVISMO

No podemos negar que cada una de estas posiciones -objetivistas y subjetivistas


– tiene algo de convincente y nos pasaríamos largo tiempo discutiendo sobre
sus argumentos. ¿Cómo resolver entonces el problema del objetivismo y
subjetivismo?

Autores como Risieri Frondizi han planteado la cuestión de otra manera. Este
filósofo argentino piensa que tanto el subjetivismo como el objetivismo son

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unilaterales. Considera que el valor surge de la relación entre el sujeto y el
objeto, y que esa relación axiológica origina una cualidad estructural empírica.
Agrega que dicha cualidad estructural no se da en el vacío, sino dentro de un
situación humana concreta, y que, la jerarquía axiológica es también situacional
y compleja, no lineal. Sostiene, además, que los valores sirven de fundamento a
las normas éticas y que éstas, lo mismo que las normas jurídicas, son
situacionales.
Según Frondizi, esta interpretación estructural del valor nos permite superar el
tradicional abismo que se da entre el mundo del ser y del deber ser. Es en el
capítulo VI de su libro ¿Qué son los valores? Donde Frondizi propone su tesis
como cualidad estructural.

Los rasgos de la posición de Frondizi son: el valor, como muchas veces se ha


sostenido, es un cualidad irreal. Esto significa que el valor no es una cualidad
primaria (cualidades primarias son aquellas cualidades fundamentales sin
las cuales los objetos no podrían existir) ni tampoco una cualidad
secundaria o cualidad Sensible (como el color, el sabor, el olor, etc.) y que si
bien se distingue de la primaria por su mayor o menor subjetividad, también se
asemeja a éstas, dado que forman parte del ser del objeto.
En cambio, el valor no forma parte necesariamente del ser objeto, pues pueden
existir objetos que no tengan el valor belleza, por ejemplo. El valor no confiere ni
agrega ser “pues la piedra existía plenamente antes de ser tallada, antes de que
se transformara en un bien”.

Ahora bien, para referirse al carácter de cualidad irreal, al valor se le ha


denominado “cualidad sui-generis” pero, dice Frondizi, esta denominación no
aclara mucho su naturaleza.

En otro sentido, se dice que el valor es real, pues tiene existencia en el mundo
real y no es una mera ilusión o fantasía del sujeto. “A nuestro juicio la irrealidad
del valor debe interpretarse como una cualidad estructural. Una estructura no
equivale a la suma de las partes, aunque depende de los miembros que la
constituyen: tales miembros no son homogéneos. La estructura no es abstracta,
como los conceptos, sino concreta, individual. Si se interpreta la irrealidad del
valor como una cualidad estructural, se aplica su carácter aparentemente
contradictorio, de depender de las cualidades empíricas en que se apoya pero,
al mismo tiempo, no poder reducirse a tales cualidades”.

Estas cualidades empíricas que nos ayudan a entender y a ubicar los valores, se
enmarcan en lo que Frondizi llama “situaciones”, o sea, el conjunto de factores
ambientales, sociales, culturales e históricos que nos rodean.
Estas situaciones no constituyen el receptáculo de los valores, pero sí forman
parte de ellos y los condicionan. Al respecto, Frondizi pone varios ejemplos de
cómo influye la situación en las diversas valoraciones que nosotros hacemos.
Por ejemplo, un paragua es útil si llueve; un salvavidas lo es si estamos en

46
altamar y hay peligro de naufragio. Lo mismo ocurre en otros niveles. El goce de
la música depende de la temperatura, el ruido en la sala, el olor o cualquiera otra
modificación del pertinente. Aparicio G. (2019)

En el plano moral, según Frondizi D. (2021), también participa la situación física.


Hay elementos atenuantes de una conducta aparentemente inmoral debido al
medio. Recuerda, por ejemplo, la película Perdidos en los Andes; en ella se
narra el hecho real de unas personas, víctimas de un accidente aéreo, que para
sobrevivir se vieron obligadas a comerse a los que murieron en la catástrofe.
¿Cómo juzgar esta conducta a la luz de su situación?

EL DEBER SER Y LAS BASES DE LA CONDUCTA MORAL

El tema de los valores, del cual se ocupa, la axiología, incide notablemente en


disciplinas filosóficas como la ética y la estética.
En el primer caso, al investigar la naturaleza del valor de lo bueno, de lo que es
valioso en la vida; y en el segundo, al indagar qué es la belleza; en qué consiste
lo sublime, lo trágico, lo cómico, lo grotesco y demás valores o categorías
estéticas.
Hablemos de la ética, esta disciplina filosófica ha sido caracterizada como una
“ciencia del deber ser”. ¿A qué se refiere esto? Diversos filósofos, principalmente
de filiación idealista, por ejemplo Immanuel Kant (1724 – 1804), han distinguido
dos grandes sectores de la realidad: el ser y el deber ser.
El mundo del ser se refiere a lo que es de fijo, a lo que acontece en la realidad
fenoménica, independientemente de nuestra voluntad y nuestro obrar. Se trata
del mundo de la naturaleza, donde todo acontece por necesidad. Así, según
esta concepción, en la naturaleza impera la explicación causal: a determinadas
causas, si yo arrojo un objeto (por ejemplo un libro) esté caerá inevitablemente al
suelo; si yo bebo “x” sustancia o droga, sufriré “x” efecto; si no me alimento,
enfermaré, etcétera.

Pero, al lado de este mundo regido por la necesidad, por las regulaciones
fenoménicas, por los encadenamientos causales, es posible hablar de un mundo
donde reina la libertad humana, donde las cosas no suceden en forma
necesaria, sino por plana voluntad del hombre. Se trata, entonces, del mundo del
deber ser a partir del cual se establecen las bases de la conducta moral, ya que
solamente los actos libres, voluntarios y autónomos son los que pertenecen al
mundo moral.

En este ámbito del deber ser es donde se ha instalado la ética, la cual descansa
en la libertad humana. La libertad, se ha dicho, es la condición de posibilidad de
la conducta moral y de la ética. De la conducta moral, en cuanto a los actos
libres y consientes de los individuos en la sociedad; y de la ética, en cuanto
reflexión sobre la validez universal de dichos actos.

47
La ética no estudia lo que es de por sí, sino lo que debe ser. En la
antigüedad, Calicles alegaba que el “abuso de los fuertes” y poderosos era lícito
porque era algo que ocurría regularmente en la experiencia y en la vida diaria;
sin embargo, esta opinión es errónea porque el legendario sofista basaba su
ética en el ser y no en el deber ser.

El hombre no es por naturaleza ni bueno ni malo, pero puede llegar a ser


plenamente bueno si fomenta una serie de valores en lugar de unos
contravalores (la crueldad, la injusticia, el cinismo, la deshonestidad, etc.)
El hecho de que no se cumplan muchos valores en el seno de una sociedad: la
justicia social, la solidaridad, la paz mundial, la fidelidad, etc., no significa que no
existan o que sean meras “utopías”, pues la realidad de estos valores no
descansa en lo que es, sino en lo que debería ser, en cuanto imperativos que la
voluntad – como dice Kant_ exige para lograr el cumplimiento de la conducta
buena de una manera universalmente válida.

El imperativo máximo de la conducta humana es formulado por el filósofo de


Königsberg de la siguiente manera: “Obra de tal forma que la máxima de tu
conducta sea elevada, por tu voluntad, a una norma de universal
observancia”.

CUALES SON LOS VALORES MORALES

Los Valores Morales son todas las cosas que proveen a las personas a defender
y crecer en su dignidad.Los valores morales son desarrollados y perfeccionados
por cada persona a través de su experiencia.

Por lo general los valores morales perfeccionan al hombre, en cuanto a las


acciones buenas que realice, como: vivir de manera honesta, ser sincero, y ser
bondadoso, entre otras.

Aun así, escoger los valores morales es una decisión netamente de la persona y
no está obligado a ejecutarlo, es decir, cada personcuales son los valores
moralesa es dueña de sus elecciones, y está en su juicio decidir si opta por ellos
o no, sin embargo elegir y tomar acción sobre estos, tendrá un efecto de calidad
extra en cada persona.

CUÁLES SON LOS VALORES MORALES:

El Amor: El amor es considerado como la union de expresiones y actitudes


importantes y desinteresadas, que se reflejan entre las personas capaces de
desarrollar virtudes emocionales.

El Agradecimiento: La gratitud, agradecimiento, gratitud o aprecio es un


sentimiento, del corazón o de actitud en el reconocimiento de un beneficio que
se ha recibido o va a recibir

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El Respeto:Respeto significa mostrar respecto y el aprecio por el valor de
alguien o de algo, incluyendo el honor y la estima. Esto incluye el respeto por
uno mismo, respeto por los derechos y la dignidad de todas las personas y el
respeto por el medio ambiente que sustenta la vida. El respeto nos impide
lastimar a lo que debemos valorar.

La Amistad: La amistad es una relación entre dos personas que tienen afecto
mutuo el uno al otro. La amistad y de convivencia son considerados como
atraviesa a través de un mismo continuo. El estudio de la amistad se incluye en
los campos de la sociología, la psicología social, la antropología, la filosofía y la
zoología. Diversas teorías académicas de amistad que se han propuesto,
incluyendo la teoría del intercambio social, teoría de la equidad, la dialéctica
relacionales y estilos de apego.

La Bondad: Es el estado o cualidad de ser bueno, sobre todo moralmente


bueno o beneficioso. En cierto sentido, es la cualidad de tener calidad. En otras
palabras en el campo de texto de la bondad: beneficiosos, remunerado, útil, útil,
provechoso, excelente.

La Dignidad: La dignidad es un término que se utiliza en las discusiones


morales, éticos y políticos para significar que un ser tiene un derecho innato de
respeto y trato ético.

La Generosidad: La generosidad es el hábito de dar libremente, sin esperar


nada a cambio. Puede implicar tiempo, ofreciendo bienes o talentos para ayudar
a alguien en necesidad. A menudo equiparada con la caridad como virtud, la
generosidad es ampliamente aceptado en la sociedad como un rasgo deseable.

La Honestidad: La honestidad se refiere a una faceta del carácter moral y se


refiere a los atributos positivos y virtuosos tales como la integridad, veracidad y
sinceridad, junto con la ausencia de la mentira, el engaño o robo.

La Humildad: Es la cualidad de ser modesto y respetuoso. La humildad, en


diversas interpretaciones, es ampliamente visto como una virtud en muchas
tradiciones religiosas y filosóficas, cuya relación con las nociones de ausencia de
ego.

La Justicia: La justicia es un concepto de la rectitud moral basada en la ética, la


racionalidad, el derecho, la ley natural, la religión o la equidad. También es el
acto de ser justo y / o equitativo

La Laboriosidad: Es el gusto por trabajar y esforsarse en conseguir objetivos


sin rendirse.

La Lealtad: La lealtad es la fidelidad o devoción a una persona, país, grupo o


causa.

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La Libertad: La libertad es la capacidad de los individuos para controlar sus
propias acciones.

La Paz: Es un estado de tranquilidad que se caracteriza por la no permanencia


de conflictos violentos y la facilidad de no tener temor a la violencia.
Habitualemente se explica como la ausencia de hostilidad.

La Perseverancia: La perseverancia es la tendencia del individuo a comportarse


sin ser reforzado en los propósitos motivación y al no desfallecer en el intento.

La Prudencia: Es la capacidad de gobernar y disciplinar a sí mismo mediante el


uso de la razón. Es clásicamente considerada como una virtud.

La Responsabilidad: Un deber u obligación de realizar satisfactoriamente o


completar una tarea (asignado por alguien, o creados por la propia promesa
propia o circunstancias) que hay que cumplir, y que tiene una pena consiguiente
al fracaso.

La Solidaridad: La solidaridad es la integración y el grado y tipo de integración,


que se muestra por una sociedad o un grupo de gente y de sus vecinos.

La Tolerancia: una actitud justa y objetiva, y permisiva hacia aquellos cuyas


opiniones, prácticas, raza, religión, nacionalidad, etc, difieren de los propios.

CLASIFICACIÓN DE LOS VALORES HUMANOS


Entre los valores objetivos existe una jerarquía, una escala. No todos son
iguales. Algunos son más importantes que otros porque son más trascendentes,
porque nos elevan más como personas y corresponden a nuestras facultades
superiores. Podemos clasificar los valores humanos en cuatro categorías:

1) valores religiosos,
2) valores morales,
3)valores humanos infra morales y
4) valores biológicos.
1. Los valores biológicos o sensitivos no son específicamente humanos, pues los
compartimos con otros seres vivos.

Entre ellos están la salud, el placer, la belleza física y las cualidades atléticas.
Desafortunadamente, muchos ponen demasiado énfasis en este nivel. No es
raro escuchar frases como ésta: Mientras tenga salud, todo lo demás no importa.

Según esto, uno lo pasaría mejor siendo un saludable jefe de la mafia que un
enfermizo hombre de bien. No eres más persona porque seas sano o bien
parecido. Eso no aumenta tu valor.

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2) Los valores humanos infra morales son específicamente humanos. Tienen
que ver con el desarrollo de nuestra naturaleza, de nuestros talentos y
cualidades. Pero todavía no son tan importantes como los valores morales. Entre
éstos están los intereses intelectuales, musicales, artísticos, sociales y estéticos.
Estos valores nos ennoblecen y desarrollan nuestro potencial humano.

3. Los valores morales o éticos son superiores a los ya mencionados. Esto se


debe a que tienen que ver con el uso de nuestra libertad, ese don inapreciable y
sublime que nos permite ser constructores de nuestro propio destino. Estos son
los valores humanos por excelencia, pues determinan nuestro valor como
personas.

Incluyen, entre otros, la honestidad, la bondad, la justicia, la autenticidad, la


solidaridad, la sinceridad y la misericordia. Cada valor apoya y sostiene a los
demás; juntos forman esa sólida estructura que constituye la personalidad de un
hombre maduro.

4. Hay todavía un cuarto nivel de valores, el más elevado, que corona y


completa los valores del tercer nivel, y que nos permite incluso ir más allá de
nuestra naturaleza. Son los valores religiosos. Éstos tienen que ver con nuestra
relación personal con Dios.

El mundo de hoy pasa por alto un hecho muy sencillo: la persona humana es
religiosa. Aunque seguramente será difícil encontrar esta afirmación en un texto
de sociología, no ha habido en la historia una sola sociedad que no haya sido
religiosa. Preguntar por la existencia de Dios es algo que está íntimamente unido
al por qué de la existencia humana. Buscamos de forma natural la
trascendencia, porque es lo que da sentido y significado a nuestra vida sobre la
tierra. Si el hombre cultiva los valores religiosos con tanta tenacidad, es porque
ellos corresponden a la verdad más profunda de su ser.

Ciertas cosas son buenas para nosotros porque nos ayudan a alcanzar nuestro
fin u objetivo. Si acertamos a descubrir a dónde vamos como hombres, cuál es
nuestro objetivo, podremos entonces saber qué es bueno para nosotros en ese
sentido.

UNIDAD 4
SIGNIFICADO DE LA PALABRA PROFESIÓN

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El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española apunta que el vocablo
profesión proviene de professio, es decir “acción y efecto de profesar”, pero
también significa “empleo, facultad u oficio que cada uno tiene y ejerce
públicamente”. El término profesor deriva de la misma raíz; es la persona que
“profesa” una ciencia e igualmente quien la enseña en público. De esta forma el
profesional lleva a cabo labores de carácter público: no hay consultorio médico
que no esté a la vista de quien lo necesite ni abogado que no ejerza su actividad
como tal en un despacho abierto a cuentos requieran de sus servicios.

Así pues, el profesional realiza una función social reconocida, pública y


reglamentada; al momento de recibir su título, jura (protesta) comportarse bajo
ciertos lineamientos éticos y morales bien concretos. Esta tradición contempla no
sólo su actuación profesional, sino al mismo tiempo su conducta en la vida
privada. Lo anterior de hecho establece la diferencia entre profesión y un oficio.
En la primera el individuo “protesta” adecuar su comportamiento personal a una
cierta ética, en tanto en el segundo no se plantea la existencia de algún
contenido moral, aunque sí involucra el compromiso para realizar una labor
técnica o artesanal bien ejecutada. En otras palabras, la moral del oficial se
reduce a procurar hacer bien las cosas, mientras que la preparación del
profesional le exige elaborarlas no sólo correcta y eficazmente, sino asimismo
sostenidas en determinados principios morales.

HISTORIA DE LAS PROFESIONES

Las sociedades desde antiguo percibieron, en el ejercicio de ciertas profesiones,


que su conocimiento y aplicación podían generar el bien común, una riqueza
social de la mayor estima. Para tal efecto se hizo indispensable, desde luego, la
preparación intelectual del hombre que ejercía una labor, sobre todo de aquellas
con un valor que consideraron superior a las demás actividades y oficios.

En un principio los profesionales eran prácticos; sus estudios o funciones las


realizaban en forma autodidacta y, en algunos casos, abarcaban diversos
campos del saber. Leonardo Da Vinci, por ejemplo, se desempeñó como pintor,
escultor, constructor e inventor. En América al inicio de la Colonia, muchas
veces las circunstancias orillaban a un simple peluquero o barbero a convertirse
en dentista, en ocasiones en químico y hasta en médico y cirujano. Sin embargo,
con el paso del tiempo, fue necesaria la creación de planes de estudio metódicos
y especializados que permitieran a los estudiantes acreditar sus conocimientos y
recibir así el correspondiente título profesional. Una de las primeras ciencias en
enfrentar tal problemática fue la medicina, cuyo ejercicio adquirió mayor
notoriedad y reconocimiento al establecerse una institución denominada
“Protomedicato”, encargada de constatar la preparación de quienes se
dedicaban a esa actividad.

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En la Universidad de México, de las carreras profesionales que desde el siglo
XVI se impartían en ella, como teología, Sagradas Escrituras, derecho canónico,
derecho romano, artes (incluida en ella la medicina), retórica y gramática, ahora
se han reducido a las de derecho y medicina. En el caso de la abogacía no era
suficiente con haber cursado en dicha institución los estudios respectivos, sino
que quien se graduaba apenas había resuelto la mitad de los requisitos para
ejercer la profesión, ya que era además imprescindible practicar el derecho
mediante su incorporación en un despacho; al final de tal práctica se le sometía
a un nuevo examen ante las autoridades judiciales. Así pues, un abogado debía
estudiar mucho, pero también ejercer su profesión, razón por la cual el ejercicio
de esta actividad se estimaba más valioso que cualquier otro.

Posteriormente, en el siglo XVIII, la Ilustración trajo consigo a los enciclopedistas


y humanistas, y fue grande el auge que cobraron los conocimientos de orden
práctico, revalorándose las ciencias y los conocimientos de orden práctico,
revalorándose ciencias y conocimientos. Ahora bien, dado que entonces no
existían conceptos como “investigador de tiempo completo” o “especialista” en
tal o cual materia, los profesionales producían cada vez con mayor celeridad y
eficiencia el conocimientos científico y técnico necesarios que los nuevos
tiempos requerían. Por otro lado, debido a la diversificación de las ciencias, fue
menester imponer una regulación a las profesiones. No era para menos;
piénsese en el cada vez mayor número de pacientes que depositaban en un
médico su confianza, su salud y hasta la propia vida; y por lo que a los abogados
concernía, los clientes les encomendaban toda o buena parte de su patrimonio,
en que ocasiones incluía el de varias generaciones. Aun hoy, más que nunca, se
trata de profesiones que conllevan una gran carga de responsabilidad y para
solventarlas se requieren bastante conocimientos. Por ello, el legislador estipuló
las normas más generales de su comportamiento, mismas que deben garantizar
al cliente cierto tipo de conducta; es decir, actualmente el profesional tiene la
obligación de conocer profundamente su materia, pero también contar con una
clara inclinación o vocación que le permita darle seguimiento a su trabajo. Ello
implica la forma de ser, de pensar y el modus vivendi de un verdadero
profesional.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LAS PROFESIONES

Entre las características que distinguen las profesionales liberales de las otras
actividades, pueden apuntarse:

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CARÁCTER INTELECTUAL, CIENTÍFICO Y HUMANISTA DE LAS
PROFESIONES

Las profesiones liberales se caracterizan de aquellas que no lo son, en que su


ejercicio se apoya en un esfuerzo intelectual constante por aprender y estudiar.
En casi todas ellas hay que prepararse en un institución universitaria durante
cinco o seis años y practicar algunos más. Las profesiones se ejercen aplicando
diversos conocimientos que conducen a tomar las decisiones más convenientes
para la resolución de variados y complejos asuntos o problemas.

A) La universidad: un método

Cuando se habla de un profesional, intrínsecamente y de modo inmediato se


alude a los estudios universitarios del mismo, los cuales suelen ser prolongados
y exhaustivos, por lo que el individuo con este grado académico es común su
disciplina, su amor al estudio y al conocimiento de las ciencias. No hay
profesional sin universidad, pero tampoco existe universidad que no forme
auténticos profesionales, aquellos que muestren un espíritu constantemente
inclinado al estudio y a la investigación. Las universidades, a diferencia de otros
centros de estudio, se distinguen por fomentar este espíritu inquieto y ávido de
asimilar y crear nuevos conocimientos; son instituciones donde se descubren y
verifican las realidades ocultas de la naturaleza o de la sociedad.

Las historia de las ciencias muestra que las universidades son espacios en los
cuales se ha desarrollado la investigación y por ende grandes e importantes
descubrimientos; son lugares donde los estudiantes desarrollan su vocación a
través del aprendizaje no de datos aislados o una serie de fórmulas o leyes
repetidas, sino de la aplicación de un método (que llamamos científico) que
consiste, entre otras particularidades, en aprender a observar, en descubrir con
paciencia, en experimentar por uno mismo, en adentrarse por nuevos caminos
del conocimiento. No se trata de que los alumnos de derecho, por ejemplo,
memoricen las leyes y los códigos; pues es de todos conocido con qué rapidez
varían año con año. Además, la memoria es frágil y de forma natural se olvidan
datos si éstos no se repasan. El método universitario consiste entonces en
“enseñar a aprender”, a consultar libros y revistas científicos, a mirar con lente
crítico la realidad, a descubrir soluciones prácticas e investigar a fondo las
materias que a uno le interesan, a cultivar la sana ambición de conocer y
manejar la más reciente información, a emplear nuevos recursos, a explotar
caminos inéditos.

B) El Humanismo

El carácter intelectual de los profesionales, por razón de origen y costumbre, no


abarca únicamente tópicos de índole científico y técnico; comprende también, y
de manera muy especial, el ámbito humanista e que aquél se desarrolla. Lo hace
en derredor de gremios cuya tradición busca, por una parte, no el conocimiento

54
exclusivista y encasillado de la especialización, sino el universal; por otro lado, y
bajo cualquier circunstancia, pretende poner en práctica valores como la
paciencia, la conmiseración, la liberalidad, la justicia y la armonía social.

Gracias al humanismo, al conocimiento universal; gracias a las continuas


muestras de sensibilidad y solidaridad del hombre, es claro por qué el primer
objetivo fundamental en el ejercicio de una profesión lo integren la compasión y
el servicio a la comunidad. Lo anterior significa que la aplicación de
conocimientos por parte de un profesional, no va en función del logro de un
negocio, sino de prestar un servicio social a favor de una persona o un grupo de
ellas que lo necesite.

CONSTANCIA Y PERMANENCIA

Según la historia, de un núcleo reducido de oficios se fueron desgajando otros,


muchos más, hasta crearse lo que hoy día conocemos como profesiones, las
cuales se han multiplicado y continúan haciéndolo debido a que la gama de
conocimientos también se ha extendido, luego especializado y, finalmente,
independizado de aquellos que le dieron origen. En la antigüedad quedó el
tiempo de la improvisación y del trabajo intermitente, características suplantadas
y mejoradas por la permanencia y la continuidad en las diferentes actividades.
No se habla más del viejo adagio que reza: “aprendiz de todo y oficial de nada”.

No se olvide que la permanencia en la profesión se nutre del conocimiento; éste


a su vez crece constantemente, se reproduce y se renueva. Por lo mismo, hay
que estar atentos a los cambios, a los avances y a las innovaciones que se
suceden en cada uno de nuestros círculos de acción.

Como consecuencia de lo anterior, el horizonte de posibilidades labores se ha


abierto de manera progresiva. Un médico puede dedicarse a la psiquiatría, a la
neumología, a la ginecología, a la ingeniería genética, etc. De igual manera, el
abogado, una vez termine su formación, puede inclinarse a la especialización de
su profesión y dedicarse al derecho penal, al derecho mercantil, al derecho civil,
al derecho procesal, etc. Pero podría pensarse que estas especialidades no
provienen de un tronco común, pero sin embargo lo hacen como lo son el
derecho y la justicia procurando bienestar a las personas que se les aplica. Para
tal fin es pues indispensable la constancia, dedicación y permanencia en la
profesión.

VOCACIÓN PROFESIONAL DEL SERVICIO

Cuando se habla de vocación profesional de servicio nos referimos a la


presencia en el individuo de una compleja red de presiones, motivaciones,

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aspiraciones y decisiones de tipo cultural, social, económico y, sobre todo,
psicológico que nos vemos obligados a manejar casi a diario.

El problema de la vocación profesional es áspero, difícil, ya que en él influyen y


confluyen muchos factores. Por ello se enfocará sólo desde tres perspectivas,
las más objetivas, esto es tomando en cuenta el conocimiento en sí de la
profesión, la capacidad de ejercerla y el gusto por practicarla.

Cuando una persona se inclina por cierta profesión o están claramente


delineadas sus aptitudes para el desempeño de la misma, su estudio y ejercicio
se facilitan. Así se dirá que el médico tiene “ojo clínico”, que el abogado “tiene
“criterio jurídico”, entre otros.

Por eso es acertado que los estudiantes de bachillerato tomen un curso de


orientación vocacional y, en su caso, se les practique un análisis
psicomotivacional, de tal forma que con uno y con otro se definen gustos y
preferencias respecto de las profesiones liberales, exponiéndoles las amplísimas
actividades de todas ellas. Esta información es el fundamento para que al
bachiller se le abra el horizonte y las posibilidades del quehacer profesional.

INDEPENDENCIA Y LIBERTAD DE CONTRATACIÓN

Una de las características más distintivas de las profesiones es la independencia


de criterio que aportan la experiencia y el dominio de una materia. El
conocimiento teórico y práctico de una profesión, con el tiempo crea un estilo,
una forma muy personal de visualizar los problemas y ejecutar las acciones para
resolverlos.

No puede ser de otra manera, cuando se domina una disciplina se revela


también una libertad de operación casi ilimitada. Bajo esa tónica, un ingeniero
capaz no requiere de consejos, puesto que sabe y reconoce de antemano la
resistencia, ductibilidad, durabilidad y aun el costo de los materiales con que se
trabaja en el campo de la construcción. El verdadero profesional, el que disfruta
de su actividad, aplica sus conocimientos con seguridad y con alto grado de
ética.

Complemento de lo anterior, es el papel de consejero o asesor que ejerce todo


profesional con criterio independiente e imparcial para con clientes, empleados y
compañeros de trabajo. Sin embargo, el crecimiento de las empresas e inclusive
de dependencias del gobierno ha traído consigo el cambio de profesionales a
asalariados; de ser antes asesores y hombres libres con criterio y con posibilidad
de dejarse llevar por su creatividad, ahora portan la etiqueta de técnicos
encasillados que pronto pierden el carácter humanitario. Lo anterior se
comprende cuando las personas se ven obligadas a desempeñar un trabajo
mecánico, rutinario, reiterativo, por medio del cual se dedican a atender

56
necesidades masivas, mismas que casi siempre están previamente estipuladas,
de tal manera que su capacidad de iniciativa y de asesoría se ven mermadas.

Otro sin duda es el enfoque que se refiere a la relación y contratación individual


delos servicios de un profesional. Por lo general sus emolumentos son por
honorarios, es decir retribuciones que se pactan por la calidad de una obra o
servicio determinados, o bien están reguladas a través de un arancel oficial.

En este sentido, el auténtico profesional actúa bajo las mismas circunstancias de


trabajo que los competidores, ofreciendo servicios o productos en un mercado
donde el prestigio, conocimientos, eficiencia y costo son elementos
indispensables para atraer o alejar al cliente o consumidor. En cuanto a los
aranceles, que el neoliberalismo se empeña en quitar, su aplicación tiene una
doble finalidad: por una parte que al profesional no le permita mostrarse desleal
con sus colegas al pactar honorarios menores de lo estipulado, lo que propiciaría
granjearse a la clientela de una manera poco ética; y por otra evitar, donde haya
escasez de profesionales y poca competencia entre ellos, los efectos del
monopolio, defendiendo así a la clientela contra el cobro desorbitado.

En resumen, al estipular sus honorarios, los profesionales se deben guiar por


una tasa fijada en un arancel, y a falta de éste pactar dichos honorarios tomando
en cuenta factores objetivos de apoyo como el grado de especialización,
estudios necesarios y recursos técnicos utilizados, así como otros de carácter
subjetivo como el prestigio y el humanismo.

LA TRADICIÓN

Quienes analizan las características singulares de las profesiones que se dicen


liberales (como la medicina, la ingeniería, la abogacía, la sociología, la
arquitectura, etc.) pronto se dan cuenta que son ciencias con larga trayectoria
histórica. Su ámbito de estudio data de tiempo antiguo y el cúmulo de
conocimientos se va almacenando a lo largo de los años. La conjunción de esos
conocimientos abstractos y científicos se ha convertido, al paso del tiempo y de
innumerables generaciones, en nuestra herencia, reflejada en costumbres, ritos
de iniciación, ceremonias, logotipos e insignias, niveles de profesionalización,
actitudes, hábitos, reglamentos, vestimentas especiales (togas, batas, birretes,
uniformes), así como festividades gremiales y religiosas. Sobra decir que sobre
esas particularidades no se presenta la idea funcional de la profesión, pero sí
ayuda a la comunicación y transmisión por donde fluye gran cantidad de
información académica, técnica y práctica que de otra manera sería difícil
asimilar.

COLEGIACIÓN

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Las profesiones nacen bajo la tutela universitaria; de hecho son parte de ella por
cuanto el personal académico, con su experiencia y conocimientos, aconseja a
sus respectivas instituciones acerca del tipo y contenido de las materias que en
su seno deben impartirse. También la integran quienes, desde los diferentes
centros de estudio especializado, contribuyen al avance de las ciencias y la
tecnología a través de diversas investigaciones, dedicando tiempo y disciplina a
nuevas tecnologías a través de diversas investigaciones, dedicando tiempo y
disciplina a nuevas teorías y métodos de experimentación, así como a
capacitarse y actualizarse por medio de las distintas modalidades de posgrado
que hoy día se conocen. En otras palabras: si la universidad ha formado desde
el medievo claustros de profesores, a su imagen los profesionales de nuestra
época han constituido sus propios colegios, sociedades, asociaciones y otros
centros de conocimiento cuyo origen proviene de la tradición.

Los Colegios tienen algunas funciones importantes a desempeñar. El Colegio de


abogados, como el de notarios, como el de médicos, además de contar con una
antigüedad, son prueba de cómo las instituciones deben adaptarse a las
circunstancias para cumplir con sus propósitos y sobrevivir al tiempo; asimismo,
no sólo se han constituido en receptáculos y depositarios de las modificaciones
que paulatinamente sufre el ejercicio profesional, sino también en testigos del
devenir histórico de la profesión en muchas partes del mundo.

En tales entidades se formula y se actualiza el padrón de profesionales de la


disciplina, se discuten y proponen los aranceles que es menester determinar, así
como los cambios que a menudo se presentan en las profesiones, a fin de
someter a la consideración de las autoridades universitarias las modificaciones
curriculares pertinentes. Es importante resaltar la labor mediadora que realizan
entre profesionales y clientes, cuando los primeros se inconforman por un
trabajo inconcluso o mal realizado; esa misma gestión arbitral la efectúan con los
abogados que por múltiples razones litigan entre sí: por hacerse deslealmente
de la clientela, por expresarse en contra de la buena fama de un compañero, por
injuriarlo, etc. No está demás el papel de asesoría que ejercen estas
asociaciones cuando dictaminan qué nuevos procedimientos no han sido aún
bien experimentados para permitir su introducción en el mercado, mantener
comunicación con el gobierno, con el objeto de asesorarlo en lo que se refiere a
la gama de contratos, precios, tecnología que intercambian las naciones.

Por otra parte, también deben valer para que sus miembros actualicen sus
conocimientos, en diversos foros y niveles, con conferencistas que proporcionan
el conocimientos actualizado. Además, en muchos colegios se cuenta con un
código de conducta y moralidad bien definidos acerca de la materia que
manejan, de esto que en algunos países no se permita el ejercicio de la
profesión fuera de los mismos. En general, sirven también como organizaciones
de defensa de la profesión.

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NIVEL PROFESIONAL

En vista que el profesional se ha esforzado durante largos años estudiando y


después especializándose en su ramo y habida cuenta de que también debe
mantenerse enterado de nuevos métodos, información, evolución que
experimenta la profesión, por lógica aumenta poco a poco. Se necesita
entonces, también, material y recursos tecnológicos que mantengan el nivel de
profesionalidad aceptable, así como la renovación de su consultorio, despacho o
cualquier otro lugar en donde desarrolla su muy particular actividad. Elementos
como libros, revistas, computadoras y materiales varios para cumplir con su
función son costosos. De esto que la gente vea justa una retribución al
profesional de acuerdo a sus aptitudes, responsabilidad y prestigio, pues quién
no ve el trabajo intelectual que esto supone.

Nociones Basicas de la Etica Profesional

Realizarse íntegramente como persona humana, significa tomar en


consideración que se es un animal racional y, por lo tanto, corpóreo-espiritual.
Un ser integrado por miembros y facultades.

Exigencias de la conducta ética

Para Aristóteles, el orden moral o del obrar es el que se orienta al fin último de
toda la vida humana. La consideración de fines no últimos o particulares
pertenece, por el contrario, al orden técnico o del hacer. La ética trata de orientar
la acción no sólo para lograr alguna meta particular, sino considerando toda la
realidad. Orienta el logro de la realización integral del ser humano iluminando el
ámbito entero de su ser: su naturaleza y sus fines; y -con ello, como la otra cara
de una misma moneda- el logro de sus legítimas aspiraciones. El fin del hombre
es la vida feliz.

La diferencia entre el orden moral y el técnico puede considerarse en los


siguientes ejemplos:

Realizar una serie de intervenciones quirúrgicas, podría ser un medio eficaz para
alargarle la vida a una persona. Esta es la dimensión técnica o poiética del
asunto. Pero para considerarlo desde el punto de vista ético, hace falta
preguntarse si en vista de la realización integral de la persona vale la pena el
hacerla sufrir tanto sólo para prolongar su agonía.

Un medio muy eficaz de conservar especies en peligro de extinción, es el


dotarlas de una reservación en donde se les proteja. Este es un asunto técnico
práctico. Para contemplarlo desde la ética haría falta considerar si el dotar de
tierras a la reservación no implica disminuir el espacio vital y la tierra de siembra
de los nativos de la región.

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El hombre que realiza sus funciones de nutrición, crecimiento y reproducción, se
realiza sólo en tanto que vegetal y se frustra en su integralidad, mientras la moral
lo impulsa a realizarse como hombre. El que desarrolla sus percepciones
sensibles y sus sentimientos pasionales, se realiza sólo en cuanto animal
frustrándose en su integralidad, mientras la ética lo impulsa a realizarse en todas
las dimensiones humanas.

I. VISIÓN INTEGRAL DE LA PERSONA

La intemporalidad.

Mientras que el resto de los seres orgánicos son inmanentes al tiempo, la


persona lo trasciende. Desde los albores del pensamiento, distintos filósofos han
sido capaces de demostrar racionalmente el carácter inmortal del alma humana.
La consideración de la persona como un ser meramente intramundano es
atentatoria de la consideración integral del hombre. Si con la muerte termina el
ser del humano, la tendencia natural a la vida feliz está llamada a la frustración,
entre otras razones, porque la felicidad incluye la permanencia en la dicha y, por
tanto, la permanencia en el ser. Además, la dicha mezclada con el dolor es
imperfecta mientras que la felicidad exige la perfecta posesión del bien sin
carencia alguna. Por eso, el orden técnico o de la eficacia se orienta a los fines
temporales o intramundanos, mientras que el orden moral -tendiendo al bien
absolutamente último del hombre- se orienta al fin eterno.

La interioridad.

Mientras que los seres infrahumanos se encuentran determinados respecto a su


acción y si se trata del mundo animal -en el que se da el conocimiento sensible-
esta acción se determina en función del estímulo más fuerte; en cambio, el ser
humano, gracias a su libertad, es dueño de sus actos y es capaz de discernirlos
desde la interioridad de la elección. Sólo el ser espiritual es capaz de
interioridad. La persona es, por definición, espiritual y su espiritualidad se
demuestra porque ni el conocimiento intelectual ni la acción volitiva dependen
intrínsecamente de la materia.

El orden moral califica no sólo los actos externos, sino también los internos.
Quien consiente libremente un hurto, quien decide robar, comete un acto de
latrocinio -aun si por algún impedimento externo no llegara a su ejecución-.
Quien se apodera de lo ajeno sin la justa anuencia de su legítimo dueño
ignorando inculpablemente que el acto es ilícito, no comete inmoralidad alguna.
La diferencia entre querer y tolerar, se da en el interior del sujeto. El orden de la
intención de quien obra, se encuentra en el mundo de la interioridad.

La apertura espiritual.

60
Los seres inorgánicos, los pertenecientes al aún llamado reino mineral, se
comunican entre sí por el contacto físico. Los seres vegetativos se comunican
además orgánicamente. Los animales son ya capaces de unirse a través del
conocimiento. Mientras más perfectos son los seres, se observa que se
comunican entre sí más profundamente y de modo especial con aquellos que
más se asemejan. Entre las arenas de la playa no cabe más que un contacto
físico; una brizna de arena arrastrada por el viento puede depositarse en una
gota de grasa en un velero, haciendo con ella un amasijo, sin sentir la necesidad
de volver con “los suyos”. Una golondrina, por el contrario, sigue a su parvada,
muestra una cohesión más fuerte con otras golondrinas que con el resto del
universo. Alcanza un sentido gregario. La dimensión espiritual permite y
promueve la comunicación del pensamiento -ideas, sentimientos inteligenciados,
quereres, proyectos, decisiones…

El hombre consciente de sus limitaciones recurre a otros hombres para


sobrevivir y para vivir mejor. Con ello intuye la condición precaria del individuo,
frente a la riqueza de la especie. El hombre se da cuenta de que con otros
hombres, es capaz de plantearse metas en cuya consecución participen juntos.
Con ello intuye la participación en el bien común. Así el hombre se instala en el
orden social.

El espíritu está polarizado por el espíritu. Es capaz de conocer su semejanza


con otro y, por lo tanto, de amarle. El fundamento del amor es la semejanza. La
persona humana es “otro yo” un alter ego para el hombre. Incrustada en esta
dimensión, la persona humana no se concibe integralmente sino hermanada con
toda la humanidad. Por ello, la persona humana debe procurar el bien de las
personas a su alcance y principalmente el de aquellas que con ella forman
sociedades más íntimas: la familia, la familia extensa, las amistades, los
colaboradores (en el sentido de los que laboran juntos), el municipio, la ciudad,
la patria…

El ser humano es también capaz de descubrir que existe un ser personal -es
decir espiritual- por excelencia, que es el autor de todo el universo: Dios. Sabido
esto, se da cuenta de que su deuda de gratitud con el Todopoderoso es
inconmensurable, ya que le debe todo lo que es. Así comprende la necesidad de
comunicarse ejerciendo su apertura con Él, apertura más profunda que con los
hombres -sus semejantes- por que el Zeos -como lo nombraba Aristóteles- no
sólo es semejante a él, sino el fundamento de su semejanza. Porque el ser de la
persona humana es participación del ser de su Creador, el amor a Dios, aún en
el orden natural, es mayor al amor propio. En esta situación -después de
haberse percatado de la existencia de un Dios personal el hombre se sabe en
deuda de amarlo por sobre todas las cosas.

Aquellas personas que se encuentran al margen del conocimiento de Dios, no


por ello quedan al margen del orden moral. La consideración de Dios en el orden

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moral natural complementa el sentido de la moral y le da un fundamento mucho
más sólido. Sin embargo, es asequible para todos los hombres con uso de razón
el conocimiento del orden moral, mientras que no lo es tanto el descubrimiento
de la existencia de Dios y de sus propiedades esenciales.

Los actos voluntarios

El hombre actúa de diversas formas según que pueda regir su acción o


simplemente padecerla -como los seres infrahumanos-.

El hombre tiene actos tales como digerir los alimentos, bombear la sangre, u
oxigenarla, soñar, dormir, reparar las células de su organismo, etc., los cuales
son ajenos a su control voluntario, y por lo tanto son involuntarios. También es
capaz de realizar actos voluntarios tales como comer pastel, decidirse a matar a
una serpiente, querer dar a otro su derecho o atender a una explicación.

11. Todos estos ejemplos se refieren a actos imperados en los que la voluntad
rige a otra facultad: rige al apetito concupiscible al comerse un pastel, al apetito
irascible al decidirse a matar a un reptil, a la propia voluntad al determinarse a
ser justo y al intelecto al querer atender a una explicación.

Por último, el hombre puede realizar actos puramente voluntarios como el amar
la justicia, el odiar la rusticidad, el envidiar la elocuencia. Estos son actos
voluntarios elícitos o producidos exclusivamente por la voluntad sin la
intervención de otra facultad distinta a ella. En virtud de que la persona debe
conducirse en cuanto tal, el hombre debe imperar todo lo que pueda imperar.

Así, las acciones de un hombre pueden ser involuntarias o voluntarias.

Acciones del hombre:

a) Involuntarias (o actos de hombre)

b) Voluntarias ( o actos humanos)

Los actos voluntarios están siempre sujetos a la moralidad.

El acto voluntario admite varias divisiones, en función, claro está, de diversos


fundamentos. Respecto a la o las facultades que los produzcan, los actos
voluntarios se dividen en Elícitos o Imperados.

Acto voluntario:

a) Elícito (exclusivo de la voluntad)

b) Imperado (proveniente de otra facultad pero regido por la voluntad)

En el acto voluntario cabe distinguir dos etapas: la primera es aquella en la que


la dinámica del acto libre llega al momento de la elección. Este es el ámbito del

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acto interno. X decide estudiar medicina. M decide participar en un asalto. Z
decide aumentar su amor por los demás deseándoles los bienes mejores. Si X
no se inscribe en la escuela de medicina, si M no participa en el asalto, los actos
de X, M Y Z son actos voluntarios internos y -como todo acto voluntario sujetos a
la moralidad.

La segunda etapa del acto voluntario, se completa en la ejecución. Este es el


ámbito del acto externo. Si X se inscribe en la escuela de medicina, y M participa
en el asalto sus actos voluntarios son externos. No cabe identificar los actos
elícitos a los internos y los imperados a los externos.

Si L decide ponerle fin a sus sentimientos de ira, su acto es interno e imperado.


Así el acto voluntario, en función de su etapa ejecutiva, se divide en interno y
externo.

Acto Voluntario:

a) Interno (etapa de la elección)

b) Externo (etapa de la ejecución)

El acto voluntario también puede dividirse en directo o indirecto, según que se lo


quiera (ya sea como fin o como medio) o que queriendo el acto no se quiera un
efecto previsible del mismo, sino que simplemente se lo tolere. W que está
enfermo, quiere su salud (como fin) y quiere someterse a que lo inyecten (como
medio) pero no quiere, sino que sólo tolera, el efecto previsto de la inyección: el
dolor y la aversión al pinchazo. Respecto tanto a la salud como a utilizar la
inyección para conseguirla, los actos de W son voluntarios directos. Respecto a
los efectos desagradables de la inyección al acto es voluntario indirecto.

Al voluntario indirecto se le llama también acto de doble efecto.

El recurso al voluntario indirecto, permite que algunas prohibiciones morales


relativas puedan justificarse.

Así, por ejemplo, se puede dejar morir a una persona como resultado tolerado de
una omisión voluntaria, o como resultado tolerado de una acción querida.

V puede omitir darle a su hermano moribundo el tónico cardiaco, indispensable


para el funcionamiento de su corazón ya que el dárselo únicamente prolongaría
la agonía-, omite dárselo no sin el resultado previsto de la muerte del hermano.

T puede dejar morir a su bebé nonato si estando embarazada le sobreviene una


apendicitis aguda y debe someterse a una intervención quirúrgica, uno de cuyos
efectos previstos será la muerte del niño.

Para la licitud moral del voluntario indirecto es preciso cumplir con cuatro
condiciones:

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1) El efecto permitido no debe ser intrínsecamente malo.

2) El efecto malo no debe ser querido ni intentado como fin ni como medio, sino
solamente tolerado.

3) Para permitir el efecto malo debe haber razones proporcionalmente


Importantes.

4) El efecto bueno no debe conseguirse por medio del efecto malo y no


efectuarse antes que el bueno.

Un objeto intrínsecamente malo como es el quitarle la vida a un inocente nunca y


en ninguna circunstancia es justificable, por eso tampoco lo es como efecto del
voluntario indirecto. En el ejemplo antes expuesto, ni T ni los médicos le quitan la
vida al bebé: sino que permiten que se muera, lo cual es muy distinto. Lo mismo
sucede con el caso V. Otra cosa sería si V envenenara á su hermano para aliviar
su agonía, o si T se practicara primero un aborto para que la apendicetomía
resultara más segura. Estos casos son injustificables porque el efecto es
intrínsecamente malo.

Si V quisiera la muerte de su hermano para cobrar un cuantioso seguro y con


esa intención -además de la de no prolongarle la agonía- omitiera darle el
medicamento cardiaco, cometería un acto inmoral. No estaría cumpliendo con la
segunda condición que ordena no querer ni intentar sino tolerar el efecto malo
del acto.

En el caso de que T se operara la cara para restirarse la piel y mejorar


estéticamente, estando embarazada, no habría razón proporcional para permitir
la muerte del bebé y actuaría moralmente mal. En estas circunstancias no
cumple con la tercera condición para la licitud del voluntario indirecto.

M, que es enfermera, se encuentra en un lugar deshabitado con dos personas


picadas por un animal letalmente ponzoñoso, teniendo antídoto sólo para una de
ellas. Como no puede superar la responsabilidad de elegir a una para sal varia y
dejar morir a la otra, espera a que una de ellas muera y le aplica el antídoto a la
sobreviviente. La conducta de M es inmoral, ya que no cumple con la cuarta
condición del voluntario indirecto, dejando que suceda el efecto malo para
intentar después el bueno.

Un acto que debiera ser voluntario puede no serlo debido a la falta de uso de
razón o a la pérdida de su uso definitiva o temporalmente.

Así un pequeño de dos o tres años no tiene responsabilidad moral porque su


falta de uso de razón impide el voluntario. Lo mismo sucede con un débil mental
que no sobrepasa una edad psicológica de seis años, con una persona senil que
ha perdido la razón, con un hombre muy ebrio que no es capaz de libertad o con
un drogado en las mismas condiciones. Con miedo de tal magnitud que impida la

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razón, sucede lo mismo. También la ignorancia quita el carácter voluntario del
acto. Si esa ignorancia es invencible no cabe la falta moral.

II. LOS CRITERIOS DE MORALIDAD

Criterio de moralidad es aquello en función de lo cual se sabe que una acción es


moralmente buena o mala.

El criterio próximo objetivo de moralidad es la recta razón, llamada también


razón verdadera. El criterio remoto o último, objetivo, de moralidad es la ley
natural moral. El criterio subjetivo de moralidad es la conciencia.

La recta razón.

Siglos antes de Jesucristo, los filósofos de la moral señalaron como requisito de


la conducta humana el que estuviera de acuerdo con la razón (con la recta
razón).

¿Qué es la recta razón o la razón verdadera? Aquella reflexión del hombre que
le descubre cómo puede realizarse íntegramente como persona. La razón que
indica los fines de toda la vida humana. La razón que presenta cuál es la clase
de conducta que corresponde a la dignidad de la persona humana. Tal es la
recta razón.

Realizarse íntegramente como persona humana, significa tomar en


consideración que se es un animal racional y, por lo tanto, corpóreo-espiritual.
Un ser integrado por miembros y facultades. En cuanto persona, el hombre se
encuentra abierto a las otras personas humanas, ya que por ser racional está
naturalmente relacionado y obligado con todos los hombres y en especial con los
más allegados. También se encuentra abierto a Dios, que es un ser personal,
fundamento de todo ser y prototipo de toda persona. En cuanto persona
humana, necesita de los seres infrahumanos para sobrevivir y para vivir bien.

Se trata de un ser orgánico frágil y necesitado, cuya sensibilidad y tendencia a la


posesión deben ser racionalmente reguladas. De un ser cuya duración
trasciende al tiempo y cuyos proyectos de realización deben tener la amplitud de
la eternidad. Se trata de un ser responsable por su propia persona y por el
respeto y amor debidos a las demás personas en función de su jerarquía.

La recta razón cumple con las condiciones de la norma en general, porque:

a) es universal, de ella se deducen para todos los hombres, las mismas reglas
morales;

b) de ella pueden derivarse todas las normas de moralidad -las relativas a todas
sus partes y a sus distintas relaciones-, es completa;

c) es inmutable en lo substancial y variable en lo accidental;

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d) está siempre frente al hombre. es manifiesta.

¿Por qué conducirse de acuerdo con la recta razón? Porque, como ya se dijo, la
dinámica de la persona debe corresponder a su dignidad constitutiva o se
frustra. Porque nobleza obliga. Porque de no seguir a la recta razón, no cabe la
realización de la persona íntegramente considerada. Porque de no seguir a la
recta razón la persona no alcanza su fin último y su vida eterna estará marcada
por el fracaso. Porque de no seguir la recta razón la persona no logra su
felicidad, la cual es la motivación de las motivaciones o el anhelo de los anhelos
de cada ser humano.

La recta razón muestra a la persona que no se puede conducir como un ser


infrahumano el cual:

a) no es dueño de sus acciones, sino que sigue fatalmente, en cada ocasión, al


estímulo más fuerte y que;

b) no se sabe digno y aun más, absolutamente digno;

c) desconoce que tiene un fin último y cuál es.

Supongamos que X decide conducirse, durante un curso escolar de un modo


irracional. Durante ese lapso de tiempo hará lo que se le antoje, dirá lo que
venga en gana y pensará en lo que le apetezca. Probablemente X perderá el
curso escolar, perderá a sus amigos, desilusionará a sus padres y se verá a sí
mismo como una pluma al viento disminuyendo su autoestima y aún
sensualmente desencantado de la experiencia.

Lo anterior muestra que si el hombre actúa al margen de la razón no encuentra


una dicha medianamente estable y mucho menos la felicidad. Los filósofos
epicúreos, que afirmaban que el hombre está hecho para el placer y en él
encuentra la felicidad, hacían advertir, sin embargo, que había que vivir el placer
de acuerdo con la razón, por lo cual desaconsejaban un gran número de
placeres por lo que prácticamente inducían a una vida monástica o estoica.

Supóngase ahora que Z, que tiene mucho afecto por su hermana, no obstante
decide estafarla y lo hace. Z no actuó en contra de la razón, su acción fue
razonada en favor de un bien útil -como es el dinero- y aún en contra del afecto
sensible que lo inclina en favor de su hermana. Pero actuó en contra de la recta
razón. Se comportó de modo infrahumano porque, no tomó en cuenta los fines
de toda la vida humana. No consideró que el sufrimiento de ella constituye un
impedimento para la dicha de él, no consideró que su acción deteriora
gravemente su autoestima. No tomó en cuenta que la apertura del espíritu exige
la solidaridad con el semejante. No basta, por lo tanto, actuar de acuerdo con la
razón, es preciso hacerla de acuerdo a la recta razón.

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La recta razón muestra a la persona que no puede conducirse ignorando a los
demás. W vive en un poblado al que acaba de azotar un huracán, que no dañó a
sus propiedades lo cual lo deja indiferente porque él sólo se preocupa por sí
mismo. En esa situación gana el premio mayor de la lotería. Telefonea a su
hermana quien le comunica la muerte de su cuñado y su tristeza. Telefonea a un
amigo de la infancia quien le comunica que se quedó sin trabajo. Telefonea a su
compadre quien le dice que está enfermo y se siente muy mal. Después de lo
anterior W se queda malhumorado y parcialmente triste.

R recibe dos noticias al mismo tiempo. Un pariente lejano lo nombró heredero


único de una inmensa fortuna que le permitirá dejar de trabajar y realizar muchos
de sus sueños. El médico de su hijo le comunica que al muchacho habrá que
amputarle una pierna. R habría dado su fortuna si con ello pudiera remediar el
sufrimiento de su hijo al quedar lisiado. Nadie puede disfrutar de un helado frente
a un niño mendigo que lo contempla con antojo.

Lo anterior hace ver que el fin de toda la vida humana, incluye la dimensión de la
sociabilidad. De tal modo son semejantes los hombres entre sí, que participan de
la misma naturaleza y constituyen una sola especie. El fundamento del amor es
la semejanza. A mayor semejanza entre los hombres, mayor amor entre

La recta razón muestra a la persona que no se puede conducir como un ser


infrahumano el cual:

a) no es dueño de sus acciones, sino que sigue fatalmente, en cada ocasión, al


estímulo más fuerte y que

b) no se sabe digno y aun más,

c) desconoce que tiene un fin último y cuál es.

La ley natural moral se refiere al descubrimiento que realiza el hombre de su


dimensión moral y de las obligaciones que esta dimensión lleva consigo ellos. El
hombre de un modo natural ama a sus semejantes, vislumbra que el mal ajeno
de alguna manera lo afecta; y reconoce que el daño voluntario al otro repercute
en un daño a sí mismo, al menos en el sentido de reducir su autoestima y
hacerle confesar que su conducta no alcanza la estatura de su dignidad humana.
El bien común es también el bien propio. He aquí la importancia de la apertura
hipostática y la solidaridad específica.

La ley natural moral

La ley natural moral se refiere al descubrimiento que realiza el hombre de su


dimensión moral y de las obligaciones que esta dimensión lleva consigo.

Todo hombre con uso de razón sabe que debe hacer el bien y evitar el mal. De
este imperativo principal, es capaz de deducir una serie de normas

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fundamentales como la de no matar a las personas, no robarles ni mentirles, no
ser glotón ni embriagarse, usar del sexo como corresponde a la dignidad
humana, etc. Estas normas se reducen a ser señor de sí mismo -no convertirse
en juguete de las pasiones - y a amar a las demás personas y por lo tanto no
dañarlas.

El alcance de la ley natural moral es mayor que el de la recta razón,


especialmente en el sentido de que una vez descubierta la existencia de Dios de
un Dios espiritual, se entiende- el hombre comprende que la ley que encontró en
su naturaleza procede del mismo Ser que ha estructurado esa naturaleza, con lo
cual su obediencia se hace a la vez más razonable y más dulce. Y comprende,
también que siendo ese Dios un ser espiritual es por ello un ser personal abierto
a él y semejante a él de un modo especialísimo: siendo el fundamento de toda
semejanza, más íntimo a él, que él mismo.

La mentalidad racionalista concibe a la conciencia como un depósito interior de


contenidos morales innatos, una especie de enciclopedia moral con la que todo
hombre viene al mundo. Se trata de un craso error. La conciencia ni siquiera es
una facultad, menos aún el contenido innato de un compendio subjetivo.

La conciencia es un juicio intelectual. Tiene dos variantes: la primera es el juicio


que determina si un acto es o no voluntario; la segunda que determina si un acto
voluntario se asimila o contraría a la ley moral o a la recta razón.

En ocasiones puede confundirse el consentimiento moral con la simple atracción


del lado positivo de un acto proscrito. Ante la duda, la “conciencia” mediante un
juicio reflexivo aclara si hubo acto voluntario, ya que sólo éste es sujeto de
moralidad.

Al hombre se le pueden ocurrir las conductas más aberrantes. Pero la simple


ocurrencia no es un acto humano o voluntario y por lo tanto no tiene relevancia
moral. Tampoco la tiene la simple inclinación del sujeto ante el atractivo de un
acto indebido, ni siquiera la ponderación o la consideración de este acto como
una alternativa de conducta.

Pero el juicio de conciencia también recae sobre el acto voluntario contrastado


con la ley moral. Por lo tanto, el conocimiento de la ley moral debe preceder al
ejercicio de la conciencia, de lo contrario ésta no tendría modelo alguno para
comparar con él el acto voluntario. La conciencia antecedente tiene lugar “antes”
de la acción. Yo juzgo que si elijo asaltar un ferrocarril, como hurtar es
moralmente malo, mi acto será moralmente malo. La conciencia consiguiente es
un juicio posterior al acto. Puesto que todo hombre debe obedecer a la ley moral
y también obedecer a su conciencia, la única manera práctica de conseguirlo es
formarse una conciencia recta, es decir, acorde con la ley moral, opuesta a la
conciencia errónea.

68
El compendio de la normatividad ética.

Todo lo anterior conduce a afirmar que caben dos normas éticas fundamentales
postuladas por la recta razón o por la ley natural moral: la necesidad de gobernar
las pasiones o la sujeción de la vida inferior del hombre a la razón verdadera y la
necesidad de solidarizarse con las demás personas.

La dimensión moral del acto voluntario está constituida por tres elementos: el
objeto, el fin y las circunstancias.

El objeto es el que señala el fin propio de la obra (como el robo del acto de
robar), su especie. Es el elemento esencial del acto humano. Puede ser bueno,
indiferente o malo.

El fin señala la intención del sujeto que obra (como robar por venganza). Es el
elemento principal del acto humano. Ya Aristóteles señalaba que quien roba
para adulterar es más un adúltero que un ladrón. En casos como el anterior, el
fin podría convertirse en objeto del objeto. Puede ser bueno o malo -nunca
indiferente-o Para ser bueno exige estar orientado al fin último de toda la vida
humana, al bien honesto.

Las circunstancias señalan los elementos accidentales que rodean al acto


voluntario. Pueden referirse a las circunstancias clásicas: qué, cómo, con qué,
con quién, dónde, cuándo, etc.

Algunas circunstancias pueden cambiar un objeto bueno o indiferente y


convertirlo en malo. La relación sexual (objeto indiferente) de un soltero
(circunstancia) se convierte en acto lujurioso. El robo con violencia se convierte
en asalto. También pueden agravar o atenuar un acto malo y hacer menos
bueno o mejor un acto bueno. Nunca pueden justificar un objeto malo. Estas
mismas funciones corresponden al fin (que algunos moralistas consideran como
una de las circunstancias), en el sentido de que un fin bueno no puede bonificar
a un objeto malo, se afirma que “el fin no justifica los medios”. Las circunstancias
pueden ser buenas, malas o indiferentes.

El bien exige plenitud, mientras que el mal se da por cualquier defecto. Por ello,
el acto moralmente bueno, exige la bondad de sus tres elementos. La malicia
moral -o la falta de bien debido- de cualquiera de esos elementos hace que todo
el acto sea malo.

III. ÉTICA y PRUDENCIA: LO NECESARIO Y LO CONTINGENTE

Lo especulativo y lo práctico.

A menudo los individuos suponen que tratar de temas éticos consiste en


externar las preferencias de cada quien. Bajo esta perspectiva las opiniones más

69
dispares adquieren igualdad de derechos sobre el tapete de la discusión. En
consecuencia los pretendidos temas éticos se convierten en tópicos frívolos
propios de una charla de café.

Este es el precio que se paga por desconocer que la Ética es una ciencia
filosófica que trata de asuntos necesarios y llega a conclusiones ciertas con un
rigor semejante -si no mayor, aunque de otro ordenal de las ciencias físicas y al
de las matemáticas.

Por otra parte hay quienes, en consonancia con Benito Spinoza, pretenden
deducir -al modo geométrico- la normatividad ética, intentando llevar la certeza a
todas las situaciones particulares y concretas del obrar humano. Este precio se
paga por desconocer que los asuntos contingentes -y por lo tanto opinables- del
orden moral, corresponden a un saber práctico llamado Prudencia.

La Ética es primariamente especulativa y secundariamente práctica. Por ello es


primariamente científica, interesada por todo lo que de necesario hay en el
comportamiento humano y en sus fundamentos. Es contemplativa por las
mismas razones. Y presenta con rigor juicios ciertos en el orden moral. Por ser
secundariamente práctica, pretende dirigir -aunque de manera remota- la
conducta del hombre.

Así el orden moral es un campo en el que se combina lo necesario con lo


contingente y lo cierto con lo opinable. Por eso el saber filosófico de lo moral,
que es la ética, es un saber muy difícil, en el que se requieren multitud de
distinciones y que de ninguna manera cabe simplificar. Sin la iluminación de los
principios necesarios y universales de la Ética, la Prudencia se convierte en un
relativismo práctico y el relativismo constituye la muerte de la moral.

Normas absolutas y relativas

La Ética facilita explicitar los contenidos de los primeros principios del orden
moral que mandan hacer el bien y evitar el mal. La primera cuestión que se
presenta es determinar lo que es el bien y lo que es el mal.

El bien moral es lo que lleva a la consecución del fin último de toda la vida
humana, es el comportarse de acuerdo con la recta razón (gobernando las
pasiones y actuando solidariamente con las demás personas) es el promover
que las personas actúen a la altura de su dignidad absoluta. Cumplir con estas
directrices abarca una inmensa cantidad de modalidades en el obrar y abre el
campo a la creatividad y al ejercicio de la libertad. El mal es aquello que impide
la consecución del fin último del hombre, el comportarse en desacuerdo con la
recta razón…

Cabe una graduación muy amplia de modos de comportarse de acuerdo o en


desacuerdo con la recta razón. Por ello resulta apremiante identificar ciertas
conductas intrínsecamente malas, las cuales nunca son lícitas. Es decir, resulta

70
indispensable marcar los límites del bien, señalar los bordes del precipicio cuyo
traspaso puede lastimar o aún truncar la realización de la persona.

Que ciertas especies de acción sean intrínsecamente malas significa que


ninguna circunstancia, ni ningún otro fin ulterior es capaz de bonificarlas o
justificarlas. Por lo tanto, esas acciones exigen ser perfectamente determinadas.
Para ilustrar el modo en el que deben ser ellas determinadas considérense los
siguientes casos.

X es un padre de familia que encuentra a su pequeño hijo amagado por un


ladrón con una pistola sobre su cabeza. X le dispara al ladrón y lo mata.

Un hombre entra en una oficina en la que hay veinte personas, mata a dos con
una metralleta y se dispone a matar a las demás. Z, que está en una habitación
interior, tomando por sorpresa al agresor, le dispara y lo mata.

Un niño de seis años, hijo de R que es militar, se pone a llorar porque un vecinito
le dice que su padre, por ser militar, se dedica a matar, así que es un asesino.

M se alquila para matar. El cliente le señala a la víctima y él le quita a la vida.

L tiene un negocio de controlar plagas, ratas especialmente. Su sobrino bromea


con él diciéndole que es un matón a sueldo, un asesino impune.

R está a punto de morir estrangulada por un asaltante, antes de perder el


conocimiento alcanza un arma y mata al asaltante.

Q asalta una tienda con un arma de fuego. No pretende matar al tendero, pero lo
hace para evitar que llame a la policía.

P mata a su amigo porque le tiene envidia.

Mientras que la acción de P -que mata por envidia- y la de M cuyo oficio es


matar son obviamente muy malas, la acción de Q -que mata como medio de
salvarse de la policía asiendo mala no tiene el mismo grado de malicia que las
anteriores.

La acción de R que mata a quien la está matando, es un caso claro de defensa


propia y está plenamente justificado.

El trabajo militar de R consiste en defender a sus compatriotas de los injustos


agresores -del “enemigo”-. A, R Y a los militares en general, no les corresponde
juzgar si es justa la guerra en la que pelean -a menos que sea a todas luces
injusta.

Z y X no sólo tienen la justificación para matar a los injustos agresores, sino aún
la obligación de hacerla. Z porque está en posibilidad de evitar la muerte de
dieciocho personas; y X porque tiene la responsabilidad de defender a su familia
de los injustos agresores.
71
L, el exterminador de plagas, tiene un negocio honrado, evidentemente.

Así se manifiesta que la escueta acción de “matar” no es intrínsecamente mala;


tampoco lo es la acción de “matar personas”. Lo que es malo siempre, bajo
cualquier circunstancia y sin excepción alguna, es quitarle la vida a un inocente y
a esto precisamente se refiere la prohibición de matar, que se encuentra en los
más diversos códigos de moral.

Considérese ahora la especie “robar”.

B se da cuenta de que un colega suyo se lleva una pluma -regalo de su esposa-


marcada con la “B”; este colega la guarda en su portafolios. Cuando el colega
sale al banco, B abre el portafolios y recupera su pluma.

C lleva tres días sin comer.

El sabe que la propiedad privada es un derecho, pero también que la


conservación de la vida àen caso de extrema necesidades un derecho anterior al
de la propiedad privada. Así que entra a una tienda de comestibles y sustrae
ocultamente lo necesario para comer.

D le quita la pistola a su socio sabiendo que intenta asesinar con ella.

F utiliza el miércoles el automóvil que le prestó su vecina.

G utiliza el miércoles, sin permiso, el automóvil de su vecina.

H sustrae dinero de la caja de su jefe para pagar los estudios de su hijo.

J es carterista. K es asaltante.

Las acciones descritas de B, C, D y F son “robos” aparentes pero no reales. En


el caso de B porque no toma lo ajeno, sino lo suyo, en el caso de C porque no
toma lo ajeno sino lo de propiedad común para la extrema necesidad, D porque
toma lo ajeno pero contra la injusta voluntad de su dueño.

F porque toma lo ajeno con la anuencia de su dueño.

En cambio, las acciones descritas de G, H, J Y K son ilícitas todas ellas aunque


con distintos grados de malicia.

De aquí se desprende que la prohibición moral de “robar” se refiere a tomar lo


ajeno contra la legítima voluntad de su dueño.

Mientras que una especie de acción intrínsecamente mala nunca puede


justificarse o bonificarse aunque el fin o las circunstancias sean muy buenas, por
el contrario, una especie de acción buena puede volverse mala en razón del fin
subjetivo o de las circunstancias. Por ello las normas absolutas siempre tienen

72
carácter negativo. Para el bien se exige la perfección de todos los elementos, en
tanto que el mal se da por cualquier defecto.

Enseñar al ignorante es un acto intrínsecamente bueno. Pero se puede


corromper por parte de alguna circunstancia, como si lo que se enseña es a
robar; o también es corruptible por parte del fin del agente (o intención del
sujeto), si se enseña, por ejemplo, con la intención de humillar al ignorante o
para despertar en él el odio por alguien.

En cambio, un acto intrínsecamente malo, como el de quitar la vida a un


inocente, es siempre malo, bajo cualquier circunstancia y sin excepción alguna.

Respecto a las normas absolutas (negativas) el grado de certeza moral es


máxima, aun en los casos particulares. En este terreno se pisa firmemente sobre
los aspectos necesarios del actuar humano.

En relación con las normas relativas (algunas negativas y otras positivas), el


nivel de contingencia es muy alto y por lo tanto caben indefinidas oportunidades
para la libertad creativa, la que consiste en optar entre lo bueno y lo mejor, la
que consiste en encontrar mil formas nuevas de hacer el bien.

El orden de la benevolencia.

El mandato de hacer el bien a las personas, de desearles (benevolente) el bien y


de hacerles el bien (benefacere), lo mismo que las prohibiciones contrarias de
evitar el mal, son normas que por regir a toda la vida humana, implican un
carácter armónico y por lo tanto jerárquico. Es así que la prohibición de
perjudicar a las personas incluye a todas las personas habidas y por haber. Ni es
lícito calumniar a un muerto ni tampoco despojar a los hombres del próximo
siglo, de los bienes comunes a la humanidad.

El mandato moral de beneficiar a las personas, lógicamente tiene que ser más
restringido. Nadie puede beneficiar directamente a todos los hombres -ni siquiera
a los contemporáneos- y la mayoría de las personas no pueden hacerla ni aún
indirectamente. Por otra parte, los seres más perfectos son -de suyo- más
amables y merecen más amor, lo mismo que los más semejantes.

Así, el orden de la benevolencia, el orden del amor, empieza por Dios -a menos
que no se le conozca y se tenga respecto a Él ignorancia invencible-, el segundo
objeto del amor es el propio yo y el tercer objeto del amor son los demás. Pero
también respecto a los demás existe una jerarquía: Primero los más próximos:
padres, hijos, esposos, hermanos, otros familiares, amigos, colaboradores,
benefactores, autoridades, personas necesitadas… hasta llegar a los
desconocidos a quienes si no se les puede hacer el bien, al menos hay que
deseárselo: amarlos con benevolencia.

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Por ello, los actos morales se califican también atendiendo a la función y al lugar
que los agentes ocupan en la sociedad. Las responsabilidades morales del
médico no son las mismas que las del zapatero, ni las del soltero se identifican
con las del casado, ni las del militar con las del civil…

De igual modo, la atención que se debe a los hijos no es la misma que se debe a
los niños de un lugar lejano, ni la que se debe aJa esposa la misma que se debe
a otra mujer, no se tienen las mismas obligaciones con los conciudadanos que
con los antípodas…IV. TRES TIPOS DE NORMATIVIDAD DE LA CONDUCTA
HUMANA

La normatividad “ético” cívica

Frecuentemente se identifica la normatividad moral con la normatividad cívica.


Ciertamente un observador externo podría confundir una conducta meramente
cívica con el auténtico comportamiento moral, respecto de alguna norma
determinada, pero difieren en lo fundamental que es tender al fin de toda la vida
humana.

La normatividad Cívica debe tomar los principios de la normatividad moral para


regular la conducta en los aspectos concretos, pero no tiene la fuerza de “obligar
en conciencia” sino exclusivamente a través de la .normatividad moral. Por ello
en cuanto tal resulta incapaz de conservar la dimensión de interioridad en la
conducta. La meta de la “ética” cívica es el bienestar terreno, el Bien común
temporal. Por lo mismo, no toma en consideración el fin último del hombre ni el
Bien común eterno, al menos de modo positivo.

De hecho, los planteamientos de la “ética” cívica revisten un carácter de bien útil,


más que de bien honesto. Por eso la normatividad cívica es fundamentalmente
una cuestión de arte y sólo en cierto sentido un asunto ético. La normatividad
cívica pertenece al orden del hacer, o teórico a la virtud del arte (o prudencia
imperfecta) y a la rectoría de la ciencia poiética, más que al orden del obrar o
moral o a la virtud de la prudencia o a la rectoría de la ciencia ética. Sto. Tomás
de Aquino identifica a la prudencia perfecta con el arte: “La prudencia puede
tener tres sentidos (...).

Hay otra suerte de prudencia, que es verdadera, porque indaga y halla los
medios aptos para llegara un fin bueno. Pem es imperfecta por dos razones:
una, porque ese bien que toma como .fin no es el fin común de toda la vida
humana, sino en un orden especial de cosas: así el que halla los medios aptos
para negociar () navegal; decimos que es un negociante o marinem prudente (...)
Finalmente hay una tercera clase de prudencia que es verdadera y perfecta; es
la que delibera, juzga y preceptúa con rectitud y en orden al fin bueno de toda la
vida humana. Sólo ésta es la prudencia propiamente tal”. (S Th. 2-2 Q.47 A./3)

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Afortunadamente los esfuerzos de algunos pensadores se han concentrado en
la didáctica de las distintas éticas regionales: ética de la vida (bioética), ética
profesional, ética de la educación, ética empresarial. .. Tomando esta última en
consideración, salvo honrosas excepciones, la tónica de los autores consiste en
ofrecer una normatividad cívica fuertemente dependiente de motivaciones de
carácter utilitario. En este tipo de textos los planteamientos sobre lo conveniente
que es observar una conducta ética y lo inconveniente que resulta no hacerlo, se
multiplican. Partiendo de que debe afirmarse que las motivaciones por el fin
absolutamente último no son las únicas válidas en el orden moral, es preciso
reconocer que son las apropiadas.

Lo anterior no significa que los esfuerzos de estos profesores no sean muy


benéficos y’ dignos de encomio, ya que pueden lograr la apertura a la ética
propiamente tal y una conducta materialmente ética, que en muchos casos, con
poco esfuerzo, puede transformarse en formalmente ética. Y es preciso
reconocer que algunos de sus planteamientos son, desde el punto de vista
didáctico, sumamente oportunos.

De las tres columnas sobre las que descansa la ética, descubiertas y afirmadas
por gran número de filósofos, de posturas epistemológicas diversas, desde
Platón hasta Maritain, pasando por Kant, la normatividad cívica sólo rescata una
y de modo incompleto.

Los postulados de la razón práctica, escribió Kant, son la existencia de Dios, la


inmortalidad del alma y la libertad. La ética-cívica o técnica, excluye de su
consideración -sin negarlos necesariamente tanto a Dios, como a la vida eterna
del hombre. Conserva el carácter libre de la acción moral, aunque a medias,
porque su planteamiento le impide integrar en el acto libre el acto voluntario
interno, la intención del que obra y la indispensable diferenciación entre querer
(intentar) y tolerar (permitir, soportar). El nivel cívico funciona cara a la libertad
externa.

El tema de Dios, si bien es un tema propiamente filosótico y por tanto ético -es
preciso recordar esto una y otra vez- o bien no se considera en absoluto, o bien
si se toma en cuenta, se lo hace tangencialmente.

La normatividad ética-integral

La normatividad ética integral parte del reconocimiento ontológico de la dignidad


de la persona. Mientras que la persona es absolutamente digna, los demás
seres lo son relativamente. El carácter absolutamente digno de la persona se
debe a su naturaleza espiritual. De la condición espiritual de la persona se sigue
de modo inmediato su permanencia eterna después de la muerte, lo mismo que
su interioridad y también su capacidad de conocer la existencia de Dios y
algunas de las propiedades de la esencia divina.

75
Sólo la normatividad ética puede considerar a la persona de modo íntegro: en su
dimensión atemporal, en su dimensión interior y en su dimensión de apertura
espiritual.

Sólo la conducta ética o moral -y no meramente civil responde propiamente a la


dignidad humana.

Puesto que todos los seres son dignos, al referirse a la dignidad humana, el
término dignidad parece no ser capaz de expresar la diferencia radical, la
preeminencia inconmensurable de la persona comparada con el resto de los
seres. Habrá que precisar que la dignidad de la persona es una dignidad propia,
mientras que la de los seres infraespirituales es una dignidad impropiamente
dicha. La diferencia radica en que la persona es sabedora de la dignidad de su
ser, es sabedora de que es dueña de su conducta y es sabedora de que si su
conducta no corresponde a la estatura de su ser, la dinámica de su acción se
corrompe, y su integralidad serracción, se frustra.

Como dice el refrán: nobleza obliga. En el secreto de su conciencia la persona


sabe que está obligada a conducirse como persona, es decir, de acuerdo con la
recta razón. La normatividad ética la obliga en conciencia. La normatividad ética
impera no únicamente en sus acciones exteriores, sino también en las internas.
La normatividad ética abarca el ámbito de la intención subjetiva. La normatividad
ética se instala en pleno terreno del bien honesto, porque el fin al que tiende es
al fin absolutamente último de toda la vida humana: al fin eterno.

La normatividad moral-religiosa.

La normatividad moral religiosa se supone que debe tener todas las


características positivas que tiene la normatividad ética, claro que ello depende
de la religión de que se trate. Considerando como ejemplo a la religión Católica-
la más extendida en México e Iberoamérica- la fuerza de las razones y la de la
motivación que ofrece, son muy superiores a las que proporciona la normatividad
ética.

Las luces de la fe complementan a las de la razón para conocer las normas con
más nitidez y para asentir a ellas, la esperanza religiosa en la felicidad eterna y
el amor al Dios motivaciones que a las de la integra la persona. Por las
promesas de Dios encarnado se sabe que ninguna acción buena quedará sin
recompensa y que siempre se está a tiempo de alcanzar el perdón y rectificar el
camino. Aunque la determinación del hombre sea débil, el empuje de la Gracia
es todopoderoso.

Estos tres niveles de normatividades forman una pirámide y no son opuestos


sino complementarios. Para ilustrarlos consideremos tres tipos de conductas.

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A llevó un curso de ética en el que se convenció de que para un empresario es
conveniente y útil obedecer la ley civil. Por ello paga a sus jornaleros con toda
puntualidad aunque no lo haría si la ley no lo mandara.

B llevó un curso de ética en el que se convenció de que la persona debe actuar


en consonancia con su dignidad. Por ello paga puntualmente a sus jornaleros y
lo hace de corazón, su acto voluntario es interno y externo.

San Francisco relata que una viejecita se dio cuenta de que un ladrón se llevaba
la plata de su comedor. Su reacción fue gritarle desde el balcón: “Se la regalo, le
regalo mi plata”. Lo hizo para evitarle un pecado al ladrón.

La normatividad que aquí se desarrollará no será ni la civil ni la religiosa, sino la


ética.

Dos vías para el planteamiento ético.

La vía didáctica.

Para desarrollar los temas éticos, la vía didáctica concede prioridad a los
ejemplos prácticos, a partir de los cuales se descubren los principios teóricos
como rectores generales de la conducta

La vía de los fundamentos metafísicos.

Esta vía procede a la inversa de lo anterior. Primero establece los fundamentos


para después descubrir las leyes universales y finalmente su aplicación práctica.
Nosotros consideramos que esta vía es lógicamente más perfecta, aunque la vía
didáctica no deja de tener un valor motivacional muy interesante.

Por lo anterior utilizamos preferentemente la vía de los fundamentos metafísicos,


aunque alguna vez combinemos ésta con la didáctica, sobre todo en los temas
iniciales. Y suponemos, claro está, que a la Ética Especial debe anteceder la
Ética General.

EL PRINCIPIO DEL MAL MENOR

En ocasiones una persona puede enfrentar un dilema ante el cual, cualquiera


que sea su elección, parece errada. Como nadie está obligado a realizar
imposibles, a esa persona aludida le es lícito actuar en favor del mal menor. Sin
embargo, para ello existen condiciones, que podrán descubrirse en los
siguientes ejemplos:

a) Para vengarse de un hombre perverso que lo mandó matar, un muchacho se


ve ante la disyuntiva de:

1) dejar ciega a la hija de su enemigo o

2) a su hijo.

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b) Un niño necesita comprar un regalo para su mamá. Como no tiene dinero se
ve ante la disyuntiva de:

1) robar a un pobre o

2) robar a un rico.

c) Un marino necesita urgentemente un transplante de hígado, existiendo una


gran demanda de hígados y muy pocos donadores. Se encuentra ante el dilema
de:

1) mandar robar un hígado del hospital o

2) mandar matar a un donador idóneo para utilizar su hígado.

d) Una mujer se quedó soltera no porque lo quisiera sino porque nadie le


propuso matrimonio. Vive en un pueblo pequeño y lejano en el que todos los
varones están casados. Se encuentra ante el dilema de:

1) adulterar con el marido de su amiga y ofenderla o

2) adulterar con el cacique y exponerlo a un posible escándalo.

e) Juan se plantea el dilema de:

1) echar de su casa a su hijo de 18 años que lleva droga a su hogar y así evitar
el peligro que corre su hijo de 13 años de volverse adicto, tolerando que el
mayor caiga en vicios más graves o

2) no echarlo y permitir el riesgo de la corrupción del menor.

f) A un legislador se le plantea el dilema de:

1) votar en favor de la penalización del comercio de drogas, previendo el


fortalecimiento y aumento del narcotráfico o

2) votar en contra y permitir que algunos confundan lo legal con lo moral y


justifiquen el uso de la droga.

Un examen de los casos anteriores hace advertir que:

1) Nunca es lícito intentar o querer directamente un acto intrínsecamente malo.


Ni siquiera se puede tolerar como efecto colateral de un acto bueno.

2) La disyuntiva que implica plantearse un mal menor debe ser auténtica, es


decir sólo cabe si las dos alternativas contempladas son las únicas posibles.

• -El caso a) muestra que no es necesario vengarse, sino evitarlo. El fin y los
medios son intrínsecamente malos.

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• -El caso b) muestra que no es imperativo regalar a su mamá de cualquier
manera. Y que los medios no son la única disyuntiva y son intrínsecamente
malos.

• -El caso c) muestra una situación de extrema necesidad, pero no sólo del
marino sino también del que le precede en la lista de donatarios y del que vive
con su propio hígado sano. La razón dicta que en caso de extrema necesidad, el
medio para remediarla es del que está en legítima posesión de él. Este caso no
plantea una auténtica disyuntiva, está la alternativa de morir dignamente sin
asesinar o impedir vivir a otro. Además los medios señalados son
intrínsecamente malos.

• -El caso d) muestra que no es imperativo tener relaciones sexuales, que éstas
generan serias responsabilidades que no se pueden ignorar y que sólo se
cumplen dentro de un legítimo matrimonio. No hay verdadera disyuntiva en el fin
(la mujer puede cambiar de pueblo y buscar marido) ni en los medios. Los
medios son intrínsecamente malos.

• -El caso e) aquí la disyuntiva es auténtica, no cabe una acción intermedia: o lo


echa o no lo echa. Lo que tolera -en ambos casos- no es intrínsecamente malo.
Puede actuar lícitamente en el sentido que considere como mal menor.

• -En el caso t) al legislador se le presenta un auténtico dilema: votar en favor o


en contra (abstenerse implicaría votar por la mayoría). Ya que la ley civil no tiene
obligación de penalizar todas las acciones inmorales y que lo que se tolera no es
intrínsecamente malo, el legislador puede actuar lícitamente en cualquier sentido
considerado por él como mal menor.

Las condiciones para actuar en favor de un mal menor son:

a) que no existan más alternativas (que la disyuntiva sea auténtica)

b) que ni el fin ni los medios sean intrínsecamente malos.

LA COOPERACIÓN AL MAL MORAL

En multitud de ocasiones acontece el tener que tomar una decisión mediante la


cual se coopera con una acción moralmente mala de otra u otras personas, ya
sea con un concurso físico o moral. Puesto que la persona humana debe
colaborar al bien común en el cual descolla el bien moral, toda cooperación al
mal moral desvía de este objetivo o lo destruye, por eso todos deben esforzarse
en no cooperar con él ni siquiera materialmente.

No obstante, a veces se presentan situaciones en las que al no cooperar al mal,


se siguen grandes perjuicios para las instituciones sociales, para los demás o
para sí mismo. Por ello hay que señalar aquellos tipos de cooperación al mal que

79
nunca son lícitos y aquellos que, cumpliendo con ciertas condiciones resultan
permisibles.

Nunca es lícita la cooperación formal al mal moral.

Cooperación formal es aquella en la que se coopera con la voluntad ajena de


hacer el mal moral.

No es lícita la cooperación material inmediata a una acción intrínsecamente


mala.

Cooperación material es aquella que se realiza desaprobando la mala acción.


Cooperación material inmediata es la que se ofrece a la acción misma.

La cooperación meramente material a la acción moralmente mala puede ser


lícita si se cumplen las siguientes condiciones:

1. Que la acción subordinada con la que se coopera a la mala, sea buena o


indiferente.

2. Que se tenga recta intención, es decir, que no se quiera ni se celebre el éxito


de la acción mala.

3. Que haya causa justa y proporcionada para cooperar a la acción mala en


función de la proximidad del concurso que se presta.

Sobre este tercer punto habrá que considerar:

a) La dimensión del mal que ayuda a realizar la propia cooperación.

b) La proximidad y la necesidad que representa tal cooperación con el mal


moral.

c) El conflicto de intereses que se plantea entre el propio daño y el ajeno o entre


el propio bien y el bien común.

Casos de cooperación al mal.

A es el autor de un libro que defiende la violación sexual

B es el presidente del consejo editorial que lo publica

C es el linotipista que lo transcribe

D es el corrector de estilo E maneja las prensas

F encuaderna el libro

G es el gerente de la librería que lo vende

H es la empleada de la librería que lo vende

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I es la secretaria que maneja la correspondencia sobre el libro

A es ejecutor del libro escandaloso

B es cooperador formal al mal moral

C es cooperador material próximo

D es cooperador material próximo

E es cooperador material remoto

F es cooperador material remota

G es cooperador formal

H es cooperadora material

I es cooperadora material remota

CONCEPTO DE CÓDIGO ÉTICO.

Para lograr una mayor especialización del campo de acción de la ética se utilizan
los Códigos de Ética, los cuáles no son más que una compilación de las normas
y reglas que determinan el comportamiento ideal o más apropiado para un grupo
específico de profesionales. Las reglas de este código pueden estar escritas
(como en los casos de la medicina o el derecho) o ser implícitas.

Un código es una afirmación formal de los principios que definen los estándares
del comportamiento específico de una compañía. Por lo general no contiene
todas las normas implícitas del comportamiento del profesional, porque se
sobreentiende que toda persona que llega a un grado de profesional posee
cierta formación y criterio de lo que se debe o no se debe hacer durante su
desempeño como profesional.

No es fácil establecer el concepto de lo que es o no es ético. En efecto:

La ética va más allá de las leyes vigentes. Es decir, que ciertas actividades de
pueden ser consideradas legales pero no por ello éticas. Por ejemplo, el trabajo
infantil puede ser legal en alguna parte del mundo (deseo que no) pero sin duda
esta práctica es mala para la sociedad. Por tanto, el hecho de actuar conforme a
la ley y los reglamentos establecidos es solo una parte del comportamiento ético.
La ética va más allá...

La subjetividad de la ética. Su variación de una sociedad a otra. Cada sociedad


o grupo juzga de distinta manera las diferentes actividades y procesos en
función de sus valores culturales, intereses particulares, circunstancias
específicas e influencia del medio, lo que suele dar lugar a diversas polémicas
acerca de lo que es y no es ético. Por ejemplo, una empresa puede considerar

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que no es faltar a la ética deslocalizar la producción a países con menos nivel
salarial. Cierto es que benefician a los accionistas (quienes perciben mayores
beneficios económicos), a los distribuidores (que tienen precios más
competitivos), a los clientes (porque tienen una mejor oferta) y a sus empleados
(porque tienen mayor estabilidad laboral y/o mejores sueldos del país receptor) y
a la sociedad del país receptor al elevar su nivel de vida; pero quizás sindicatos
o algunas asociaciones del país de origen no piensen lo mismo acusen a ésta
empresa de ser "no ética" porque genera paro en el país de origen y porque
genera o promueve directa o indirectamente la explotación en países del
segundo o tercer mundo al pagar menos que en el país de origen.

Las cuestiones que tienen que ver con la ética a menudo son ambiguas. Hay y
habrá situaciones en las que algunos podrían considerar que las actividades son
inapropiadas o carentes de ética en tanto que otros lo considerarán aceptables.
Incluso podría darse el caso de que una misma actividad podría considerarse
como ética en un momento dado y no ética en otro momento. Por tanto, es
recomendable que las empresas tengan Códigos de Ética con la finalidad de dar
a conocer cuáles son las prácticas que la empresa considera aceptables y
aquellas que no, con la finalidad de reducir al mínimo la emisión de juicios
ambiguos.

LA ÉTICA Y LA DEONTOLOGÍA

El término Deontología proviene del griego DEON que significa "lo que conviene,
lo que corresponde hacer dentro de un contexto determinado" y LOGOS significa
"tratado o estudio"

Por tanto, Deontología es un saber aplicado a un campo específico de la


actividad humana.

Es la misma Ética pero aplicada al campo de las profesiones. Por ejemplo la


deontología jurídica, médica, etc.

Es que la Deontología es la "ciencia de los deberes" o "teoría de las normas


morales" aplicadas al ejercicio de las profesiones.

Justino Cornejo Vizcaíno, escritor folclorista, nacido en Puebloviejo - Los Ríos en


1904, en su magna obra "Bosquejo de una Deontología para Maestros" señala:

"NO esperes que te sobornen ni que te aguijen ni que te amedrenten: ¡es tan feo
ver a un hombre trabajar solo por cálculo, por coacción o por miedo! Existe una
voz que siempre suena f y que es más leal que cualquiera otra: es la voz de la
conciencia, a cuyos dictados debes . atenerte.

NO es ladrón únicamente el que asalta, generalmente por la noche y en


despoblado, a un viandante y lo despoja de su faltriquera repleta: ladrón no

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menos peligroso y punible es quien incumple sus deberes, quien malgasta
miserablemente el tiempo y tolera que los demás lo malgasten también.

SE cumplido y exacto. Si, por un momento, todos los hombres dejaran de serlo,
se produciría un trastorno, un caos en la tierra, en donde el progreso y la
perfección se explican principalmente por la exactitud y el cumplimiento.

* SI en otros campos de la actividad humana se necesitan estas altas virtudes,


con mayor razón en el educativo, en que el hecho debe preferirse a la palabra. ¿
Cómo intentas castigar al muchacho que falta o se atrasa, si tu ejemplo lo induce
a obrar mal?... ^RESPETA a la autoridad -piensa que todos la tenemos.
¡Respétala, hállese presente o ausente! Tribútale miramiento, más no te
humilles, que la humillación es prenda de los ruines. .CONDÚCETE levantado,
digno: sin obstinación, sin altanería, sin ensoberbecimiento, sin vanidad
insufrible. Ten un justo sentido de tu valer, y no creas que te eleva quien te
lisonjea ni que te deprime quien te denuesia.

CUANDO llegues a jefe, repara en que fomentando la deslealtad de tus


inferiores mediante la infidencia y la traición para con tu antecesor en el cargo
que desempeñas, solo conseguirás una cosa: cavar la sepultura en que te
enterrarás tú mismo. ¡No lo hagas! ¡Respeta los sentimientos de los otros!

VO te calles cuando debas hablar, ni hables cuando debas callar. Hay que ser
oportuno siempre. E! que calla, otorga, dicen. Pero también que quien mucho
habla, mucho yerra."

La ética no solo es teoría sino que da los lineamientos para resolver los
problemas que perjudican el honor de los ciudadanos.

Lo importante es que con procedimientos éticos a todo nivel, los políticos, la


clase política -ediocre y decadente, no actuarían con demagogia y no destruirían
la democracia, la vida de es pueblos, no pasmarían la injusticia social.

Los ciudadanos perfectamente formados, leales, honestos, respetuosos,


capaces, responsables actuarán con decencia en su hogar, en el trabajo, en la
sociedad en general. Evitarán los conflictos, enfrentamientos y más bien serán
los mediadores ante cualquier circunstancia adversa.

Ese buen ciudadano no ofende porque su conciencia moral le advierte lo que


debe y no debe hacer. Este ciudadano busca su felicidad y la de los demás; su
pensamiento siempre será positivo por tanto crea un ambiente de paz,
tolerancia, prudencia, comprensión y afectividad.

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Es muy cierto que la moral es la base donde se levantan los cimientos
axiológicos de la sociedad y con una voluntad férrea los grupos humanos
enaltecen a la familia y a las instituciones.

Desde luego, los tiempos son cambiantes. La educación actual difiere


significativamente de la del pasado; la ciencia y la tecnología han marcado el
desarrollo de la humanidad pero se ha ido perdiendo esa sensibilidad
importantísima en los individuos, produciéndose entonces una crisis de valores.
Allí está precisamente la magia de educar para enseñar a gobernar el mundo,

LA ÉTICA EN LA PROFESIÓN

Desde el punto de vista etimológico, el término profesión encierra en sí mismo


una idea de desinterés, ya que profesar no significa solamente ejercer un saber
o una habilidad, sino también creer o confesar públicamente una creencia
(Gómez y Tenti, 1989). La palabra profesión proviene del latín professío, -onis,
que significa acción y efecto de profesar. El uso común del concepto tiene
diferentes acepciones, entre ellas, empleo, facultad u oficio que cada uno tiene y
ejerce públicamente; protestación o confesión pública de algo (la profesión de fe,
de un idea¬rio político, etc.). En este sentido, profesión puede definirse como
una actividad permanente que sirve de medio de vida y que determina el ingreso
a un grupo profesional determinado. En términos generales, se ha definido la
profesión como una ocupación que monopoliza una serie de actividades
privadas sobre la base de un gran acervo de conocimiento abstracto, que
permite a quien lo desempeña una considerable libertad de acción y que tiene
importantes consecuencias sociales.

El concepto profesión ha evolucionado a través del tiempo y ha sido producto de


un desarrollo histórico, que ha creado y renovado mecanismos de diversa índole,
hasta llegar a los procesos modernos que se conocen hoy en día. Los
antecedentes sobre el origen de este concepto se encuentran en antiguos textos
hebreos en donde se señala que esta palabra era usada con relación a
funciones sacerdotales, los negocios en servicio del rey o de un funcionario real,
puesto que el vocablo significa mandar o enviar, lo que representaba realizar
una misión. Sin embargo, el concepto en el sentido actual no puede remontarse
más allá de la época preindustrial, puesto que es producto de la industrialización
y de la división del trabajo.

Los teóricos del siglo XIX consideraban las profesiones como una modalidad de
lo que Tocqueville denominó "corporaciones intermediarias", que eran
organismos por medio de los cuales podía instaurarse un nuevo orden social, en
sustitución de la sociedad tradicional. Para Max Weber (1901), la profesión
estaba vinculada a lo religioso en la tradición cristiana, puesto que el acto de
profesar está relacionado con la voluntad de consagrarse a Dios, obedecer a un
ser superior, con un alto contenido de ascetismo, de entrega y de sufrimiento.

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Por otra parte, la expansión de los conocimientos técnicos, la explosión
demográfica y eli-crecimiento de los centros urbanos en el siglo XIX, durante la
revolución industrial, contribuyeron a modificar la organización social existente,
propiciando la creación de tareas profesionales más especializadas (Barrón,
1996). Estos factores produjeron que, a principios del siglo XX, se incorporara la
concepción de lo profesional como producto de las transformaciones producidas
por la industrialización. En este contexto, en 1915, Flexner sugirió que para
reconocer este campo, era necesario tomar en cuenta la implicación de
operaciones intelectuales, las cuales adquieren su material de la ciencia y de la
instrucción. Señala, además, que el manejo de este material es con un fin
definido y práctico, el cual posee una técnica educativa comunicable, se tiende a
la organización entre sus propios miembros y se vuelve cada vez más altruista
(Gómez yTenti, 1989).

Más adelante, estudios realizados en la década de los sesenta definían la


profesión cuando existía un cuerpo específico de conocimientos para actuar
ej^una realidad social organizada. ~ Wilensky (1964) estableció que la profesión
es una forma especial de organización ocupacional

basada en un cuerpo de conocimiento sistemático adquirido a través de una


formación escolar, y establece que una actividad pasa a ser considerada
profesión cuando supera las cinco etapas del proceso de profesionalización, en
donde el trabajo se convierte en una ocupación de tiempo integral como
consecuencia de la necesidad social del surgimiento y ampliación del mercado
de trabajo; se crean escuelas para el adiestramiento y formación de nuevos
profesionales; se constituye la asociación profesional en donde se definen los
perfiles profesionales; se reglamenta la profesión asegurando así el monopolio
de competencia del saber y de la práctica profesional; y se adopta un código de
ética con la intención de preservar así.a los "genuinos profesionales" (Pacheco,
1994).

En ese contexto, Millerson (1964) definió que toda profesión debe cumplir
algunas características que permitan medir el grado de profesionalización de las
diferentes ocupaciones, ya que los profesionistas deberían tener un sueldo
elevado, un estatus social alto y autonomía en su trabajo (Burrage, 1990). Desde
una perspectiva funcionalista, explicaba esta posición privilegiada diciendo que
las profesiones realizan funciones que son socialmente valoradas, tales como la
utilización de capacidades basadas en conocimientos teóricos; educación y
formación en esas capacidades; garantía de competencia en los individuos
debida a exámenes; tener un código de conducta que garantice la integridad
profesional; realización de un servicio para el bien público; existencia de una
asociación que organice a sus miembros.

Por su parte, Schein (1970) estableció que las profesiones constituyen conjuntos
de ocupaciones que han desarrollado un sistema de normas derivadas de su

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papel especial en la sociedad, en la cual el profesional es distinto del aficionado,
puesto que está dedicado de tiempo completo a una ocupación que constituye
su principal fuente de ingresos (Gómez y Tenti, 1989). Se presupone que quien
tiene una profesión tiene una fuente de motivación y la ejerce en forma continua,
además de poseer, un cuerpo especializado de conocimientos y habilidades
adquiridos durante un periodo prolongado de educación y entrenamiento. Quién
detenta una profesión, toma decisiones a favor de un cliente conforme a
principios generales, ofrece un servicio profesional basado en las necesidades
de éste con un alto espíritu de servicio. Asimismo, los profesionistas constituyen
asociaciones profesionales con la finalidad de definir criterios de admisión,
niveles educativos, títulos o exámenes de ingreso, carreras y áreas de
jurisdicción.

En esa misma década, Moore y Freidson (1970) agregan que una profesión
puede ser vista a partir de un conjunto de dimensiones estructurales y de actitud,
como una ocupación de tiempo integral, caracterizada por la presencia de
profesionistas con una organización que permite la mutua identificación de
intereses comunes y desconocimientos formales y en donde se aceptan las
normas y los modelos apropiados para identificarse entre colegas (Machado,
1991). Además, los profesionistas tienen una orientación para él servicio son
autónomos, y ven a la profesión como un grupo de personas que realiza un
conjunto de actividades que proveen su principal fuente de recursos para la
subsistencia, a cambio de una compensación. Johnson (1972) señaló que, para
que pueda existir una auténtica profesión, es condición necesaria que las
personas que practican la ocupación formen un grupo relativamente homogéneo.
Asimismo,

Parkin (1979) sugiere que se siguen estrategias de exclusión para restringir el


acceso a las profesiones utilizando requisitos educativos que pueden tener poca
relación con la dificultad del trabajo profesional (Burrage, 1990). De acuerdo con
esto, las profesiones pueden establecer estas estrategias porque el Estado da el
derecho a practicar ciertas ocupaciones a miembros acreditados.

Por otra parte, en los años ochenta, una profesión se definía como una
ocupación que se regulaba a sí misma mediante una capacitación sistemática y
obligatoria en un ámbito universitario, basado en conocimientos especializados y
técnicos, y orientado más al servicio que hacia las utilidades pecuniarias,
principio consagrado en su código de ética (Starr, 1982). En este contexto, la
profesión era considerada como un fenómeno sociocultural en el cual intervienen
un conjunto de conocimientos y habilidades, tradiciones, costumbres y prácticas
que dependen del contexto económico, social y cultural en el que surge y se
desarrolla.

Tradicionalmente, la profesión ha sido una forma privilegiada de actividad y la


base de una categoría socioeconómica caracterizada por su diversidad de tareas

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y por altos niveles de ingresos económicos, de estatus social y de prestigio. Las
profesiones actuales se estructuraron con base en una segmentación de la
producción del conocimiento y de su propio ejercicio ante la necesidad de
regular y reglamentar las formas de ejercicio de las habilidades profesionales,
buscando legalizar lo escolar como la única forma válida de tener acceso al
conocimiento. Las profesiones han sido consideradas como estructuras sociales
autónomas en el sentido de que se encuentran formalmente establecidas y
legitimadas, no sólo por el conjunto de formas y sistemas de organización social
históricamente constituidos.

Otros elementos importantes de la profesión son su legitimación intrínseca, su


validez y su función, los cuales están enmarcados por las características
históricas de la sociedad en que ha surgido y se ha desarrollado. Sus modos
específicos de formación, reproducción, exclusión, certificación y evaluación
dependen de las condiciones en las que surge, de los intereses de quienes la
promueve y del poder político de sus miembros. En consecuencia, la profesión,
como unidad estructural de la sociedad moderna, condensa procesos y
elementos de la realidad social, política e ideológica en la que se circunscribe,
encontrándose formalmente establecida y legitimada por el sector social que las
ha constituido como tales.

Una nueva concepción de la profesión se da a partir del trabajo de Cleaves


(1985), quien sostiene que las profesiones son ocupaciones que requieren de un
conocimiento especializado, una capacitación educativa de alto nivel, control
sobre el contenido del trabajo, organización propia, autorregulación, altruismo,
espíritu de servicio a la comunidad y elevadas normas éticas. Esto lleva a
sostener que, generalmente, la profesión aseguraría la posibilidad de hacer
carrera a través de una actividad en la que los conocimientos del profesionista,
además de ejercitarse, se amplían acumulativamente, enriqueciéndolo. Por otra
parte, algunos autores como Brunner y Flisfich (1989), consideran que las
profesiones son imprescindibles, tanto porque poseen un saber técnico, como
por los valores que representan (Pacheco, 1994).

En el marco de la globalización, las profesiones se han visto fuertemente


influidas por las nuevas tecnologías, lo cual propicia el surgimiento de nuevas
profesiones y la reorientación de otras ya existentes. En este sentido, Dingwall
(1996) señala que las profesiones, tal como son ahora, sólo tienen del pasado la
continuidad simbólica con el grupo ocupacional de referencia de la Edad Media.
En este contexto, y ante las condiciones que los nuevos ordenamientos del
mercado de trabajo han venido estableciendo, actualmente la profesión es
definida como un grupo de individuos de una disciplina quienes se adhieren a
patrones éticos establecidos por ellos mismos; que son aceptados por la
sociedad como los poseedores de un conocimiento y habilidades especiales
obtenidos en un proceso de aprendizaje muy reconocido y derivado de la

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investigación, educación y entrenamiento de alto nivel, y están preparados para
ejercer este conocimiento y habilidades en el interés hacia otros individuos.

En forma inseparable a la definición actual de una profesión, se encuentra un


código de ética que dirige las actividades de cada profesión. Este código
requiere de una conducta y práctica más allá de las obligaciones morales
personales de un individuo. Quienes practican una profesión definen y
demandan parámetros elevados de comportamiento con respecto a los servicios
proporcionados al público y en el trato con los colegios profesionales. Asimismo,
estos códigos, impuestos por la profesión, son reconocidos y aceptados por la
comunidad.

Profesión (Lat. "promoveré", transmite la idea de sobrepasar, de destacar). Se


refiere al empleo u oficio que cada uno tiene y ejerce públicamente. Podría ser
también una ocupación pagada, especialmente una que requiera una educación
y entrenamientos avanzados. Empleo, facultad u oficio que alguien ejerce y por
el que percibe una retribución.

Una profesión es una función especializada del trabajo dentro de la sociedad,


realizada generalmente por un profesional.

En un sentido más restrictivo, la profesión se refiere a menudo específicamente


a los campos que requieren estudios universitarios de post-grado o licenciatura,
donde se adquieren los conocimientos especializados respectivos, tales como el
de la psicología, derecho, la medicina, la enfermería, la arquitectura, la
contaduría o la ingeniería, docencia, periodismo

En este sentido, la profesión difiere de la ocupación u oficio, que se refiere


generalmente a la naturaleza del empleo de una persona. La profesión aborda el
desempeño de la práctica y la disciplina se preocupa del desarrollo del
conocimiento enriqueciendo la profesión desde su esencia y profundizando el
sustento teórico de la práctica.

Profesional: toda aquella persona que puede brindar un servicio o elaborar un


bien, garantizando el resultado con calidad determinada. Puede ser una persona
con un título universitario o técnico para el caso de las disciplinas de la ciencia y
las artes, puede ser un técnico en cualquiera de los campos de aplicación de la
tecnología, o puede ser una persona con un oficio determinado.

Un profesional sería aquella mujer u hombre que en posesión de unos


conocimientos y habilidades especiales los aplica con dedicación, continuidad y
perfección destacada al servicio del bien común, dentro de una línea e conducta
ética permanente, con las consecuencias de unas remuneraciones económicas y
estatus social determinados.

Ei profesional también se identifica por el actuar profesionalmente. Esto supone


que a lo largo, de su vida profesional ha mantenido una línea ética continuada

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(según patrones de conducta con los ideales de la profesión). Esa línea
consistente de actuación hará del profesional alguien en quien los demás
puedan confiar.

Otro aspecto normalmente presente en el hacer profesional se relaciona con el


profesionalismo, o sea, con el ejercicio de una profesión como medio de lucro
(notemos que existen también actividades profesionales que o no son
remuneradas o, que en un momento determinado, no se ejercen con un fin
económico). Esta circunstancia generaría unos deberes y obligaciones que
estarán reglamentados de una u otra forma.

Profesional es quien pertenece a la profesión o a la enseñanza de las ciencias o


las artes. También añadiría el ejercer una actividad como profesión. Persona que
ejerce su profesión con relevante capacidad y aplicación.

Profesional es aquella persona que junto al conocimiento científico y tecnológico


pone en práctica todas las virtudes humanas y hace de su profesión un
apostolado.

En este contexto la ética está implícita en el profesionista.

La Ética se considera como una ciencia práctica y normativa que estudia el


comportamiento de los hombres y mujeres, que conviven socialmente bajo una
serie de normas que les permiten ordenar sus actuaciones y que el mismo grupo
social ha establecido.

Desde el punto de vista Institucional - Educativo y Empresarial, existen Códigos


de Ética o Normas que regulan la actividad que en ellas se desarrollan.

La Ética estudia actos voluntarios, que la persona controla consciente y


deliberadamente y de los que es fundamentalmente responsable y los actos
involuntarios, son los que obviamente ejecuta inconsciente o involuntariamente y
no poseen significado ético alguno.

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Biliografía
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