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Acción de grupo

Profesor y estudiante
• Estudiante: Mariana Guerrero Vergara, Felipe Blanchar Vega, Lina Buitrago,
Daniela Martínez ,Daniela Hernández y Luz Celeste Parra Valencia
• Fecha: 31 de octubre de 2022
• Curso: Segundo A- Comunidad 1
• Profesor: Roberto Núñez Escobar
Ley 472 de 1998
ALCANCES DE LA ACCIÓN
Son aquellas acciones interpuestas por un número plural o un conjunto de personas que
reúnen condiciones uniformes respecto de una misma causa que originó perjuicios
individuales para dichas personas. Las condiciones uniformes deben tener también lugar
respecto de todos los elementos que configuran la responsabilidad.

La finalidad de la acción de grupo será para obtener el reconocimiento y pago de


indemnización de los perjuicios y exclusivamente podrá ejercerse en esos casos.

Las acciones de grupo, no hacen relación sólo a derechos constitucionales fundamentales,


ni a derechos colectivos, dado que comprenden también derechos subjetivos de origen
constitucional o legal, que suponen siempre, a diferencia de las populares, la existencia y
demostración de una lesión o perjuicio cuya reparación se reclama; lo que se pretende
reivindicar es un interés personal para obtener una compensación pecuniaria percibida por
cada miembro del grupo. También es de su esencia, que el daño a reparar sea de aquellos
que afectan a un número plural de personas que por su entidad deben ser atendidas de
manera pronta y efectiva.
PROCEDIMIENTO
Están legitimados para presentar acciones de grupo las personas naturales o jurídicas que
hubieren sufrido un perjuicio individual. También el Defensor del Pueblo, los Personeros
Municipales y Distritales podrán, sin perjuicio del derecho que asiste a los interesados,
interponer acciones de grupo en nombre de cualquier persona que se lo solicite o que se
encuentre en situación de desamparo o indefensión.

La competencia para conocer de las acciones de grupo en primera instancia será de los
jueces administrativos y los jueces civiles de circuito. En segunda instancia la competencia
corresponderá a la sección primera del Tribunal Contencioso Administrativo o a la Sala
Civil del Tribunal del Distrito Judicial al que pertenezca el juez de primera instancia.
Será competente el juez del lugar de ocurrencia de los hechos o el del domicilio del
demandado o demandante, a elección de éste. Cuando por los hechos sean varios los jueces
competentes, conocerá a prevención el juez ante el cual se hubiere presentado la demanda.

La demanda mediante la cual se ejerza una acción de grupo deberá reunir ciertos requisitos
dentro de los cuales están: El nombre del apoderado o apoderados, anexando el poder
legalmente conferido. La identificación de los poderdantes, identificando sus nombres,
documentos de identidad y domicilio. El estimativo del valor de los perjuicios que se
hubieren ocasionado por la eventual vulneración. Si no fuere posible proporcionar el
nombre de todos los individuos de un mismo grupo, expresar los criterios para
identificarlos y definir el grupo. La identificación del demandado y los hechos de la
demanda y las pruebas que se pretendan hacer valer dentro del proceso.

Dentro de los diez días hábiles siguientes a la presentación de la demanda, el juez


competente se pronunciará sobre su admisión. En el auto que admita la demanda, además
de disponer su traslado al demandado por el término de diez días, el juez ordenará la
notificación personal a los demandados. A los miembros del grupo se les informará a través
de un medio masivo de comunicación o de cualquier mecanismo eficaz, habida cuenta de
los eventuales beneficiarios.

Para la procedencia debe hacerse primero una audiencia de conciliación. Realizada la


audiencia de conciliación, el juez decretará las pruebas solicitadas y las que de oficio
estime pertinentes, y señalará un término de veinte días para que se practiquen, dentro del
cual fijará las fechas de las diligencias necesarias.

Vencido el término para practicar pruebas, el juez dará traslado a las partes para alegar de
conclusión por el término común de cinco días.

Expirado el término para alegar de conclusión, el secretario pasará inmediatamente el


expediente al despacho con el fin de que se dicte sentencia en el perentorio e improrrogable
término de veinte días.
FINALIDAD DE LA ACCIÓN
La finalidad de la acción de grupo es diferente a la finalidad que tiene la acción popular,
esto debido a que la acción de grupo no busca proteger derechos colectivos sino
esencialmente derechos individuales que han sido afectados por la misma causa. Sin
embargo, de forma excepcional también puede buscar amparar derechos colectivos.
Además, ésta tiene una finalidad indemnizatoria por lo cual requiere de la existencia de un
daño, no así la acción popular.
Para que la acción de grupo sea procedente, es necesario que sea interpuesta directa o
indirectamente por un número plural de personas que reúnen condiciones uniformes
respecto de una misma causa que originó perjuicios individuales para las mismas.
La finalidad principal de esta acción es que se reparen los daños causados. Por tal motivo,
lo primero que debe verificarse si realmente se causó un daño y en segundo lugar, si el
daño es probado, se debe verificar si es imputable a la entidad demandada por haber sido
generado ya sea por su acción u omisión.
La acción de grupo tiene como finalidad la indemnización de perjuicios originados por la
vulneración de derechos colectivos solamente cuando hay un daño ya causado, el cual
requiere de manera sustancial de una indemnización, más allá quede la reparación no
pecuniaria del daño.
Otra finalidad de la acción de grupo es beneficiar a la totalidad de un grupo a través de una
sola acción, lo cual se da en virtud del principio de economía procesal. Para que pueda ser
procedente es necesario que el grupo esté conformado al menos por 20 personas y que a
todas se le haya causado un daño o una vulneración a un derecho individual.
Adicionalmente, es necesario que debido a las condiciones del grupo el daño causado deba
ser indemnizado con prontitud, inmediatez, efectividad y sin mayores requisitos procesales
dilatorias. De ahí se desprende la finalidad de prontitud que tiene la acción de grupo. Por
otro lado, otra finalidad que tiene esta acción es reivindicar un interés personal a través de
una compensación pecuniaria entregada a cada miembro del grupo.
El Tribunal Administrativo del Meta en uno de sus fallos dijo que la finalidad de la acción
de grupo es en primer lugar permitir el acceso a la justicia de un grupo completo, en
segundo lugar, que la parte demandada pueda atender a un único proceso y no una
multiplicidad de procesos y en tercer lugar que haya una reparación pecuniaria por el daño
causado.
Finalmente la Corte constitucional estableció que la “finalidad de la acción de grupo es
permitir que un grupo de individuos afectados por un acontecimiento masivo, por
encontrarse en circunstancias iguales, puedan interponer una sola acción con fines de
reparación, con lo que se logra una mayor eficiencia en términos de números de procesos,
pruebas y representación jurídica, además de un crucial efecto de economía procesal que
se traduce en la reducción del desgaste del aparato judicial y su contribución en la lucha
contra la congestión de la administración de justicia” (C-116-08).
OBJETO DE LA LEY
La ley 472 de 1998 tiene como objeto desarrollar el artículo 88 de la Constitución. Dentro
de estas acciones se encuentran las acciones populares y las acciones de grupo. El objeto
de este desarrollo es garantizar la defensa y protección de los derechos e intereses
colectivos, así como los de grupo o de un número plural de personas.
Estas acciones facilitan la participación de los ciudadanos en las decisiones que los afectan
y en la vida económica, política, administrativa y cultural de la nación. Colombia es un
Estado social de derecho y una Nación democrática por lo que las acciones constitucionales
constituyen parte fundamental para el libre desarrollo de la democracia de los ciudadanos.
Lo anterior permite el desarrollo de instrumentos jurídicos de protección y garantía para la
protección de los principios, deberes y derechos que están consagrados en la Constitución.

El desarrollo de estas acciones fue hecho por la ley 472 de 1998, luego de su creación por
el constituyente del 91. Con esto no se dejan las acciones en un ámbito meramente formal
sino que le permite a los ciudadanos conocer como debe ser su aplicación, procedimiento,
la legitimación, caducidad y de esta forma se tendría una verdadera aplicación por los
mismos ciudadanos para la protección de sus derechos.

Las acciones de grupo se originan en los daños ocasionados a un número plural de personas
que acuden ante la justicia en acción única, para obtener la reparación y que a pesar de
referirse a intereses comunes, se pueden individualizar en relación con el daño; buscan
obtener el reconocimiento y pago de la indemnización de perjuicios por los daños
producidos a un derecho o interés colectivo. Su diferencia sustancial con la acción popular
es que ésta pretende la protección de derechos e intereses colectivos, mientras que la de
grupo persigue la reparación de un perjuicio por un daño común ocasionado precisamente
a una pluralidad de personas.
BIBLIOGRAFIA
República de Colombia. Ley 472 de 1998. Diario oficial N. 43357. 6, AGOSTO, 1998.

Corte Constitucional de Colombia. Sentencia 569 de 2004 (M.P: Rodrigo Uprimny Yepes,
08 de junio de 2004).

Sentencia del Consejo de Estado, Expediente No. 66001-33-31-003-2008-00410-01.


M.P. Alberto Montaña Plata.

Sentencia C-304-10 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.

Sentencia del Consejo de Estado, Expediente No. 25000-23-25-000-2003-01166-01.


M.P. Ramiro Saavedra Becerra.

Fallo 444 de 2005 del Tribunal Administrativo del Meta.

Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-116-08 (M.P. Rodrigo Escobar Gil.)


Acción popular
Profesor y estudiante
• Estudiante: Mariana Guerrero Vergara, Felipe Blanchar Vega, Lina Buitrago,
Daniela Martínez y Daniela Hernández.
• Fecha: 31 de octubre de 2022
• Curso: Segundo A- Comunidad 1
• Profesor: Roberto Núñez Escobar
Ley 472 de 1998
ALCANCES DE LA ACCIÓN
El alcance que tiene está acción está enmarcado dentro del límite de la protección de los
derechos colectivos exclusivamente. Esta acción lo que busca es proteger el interés
colectivo que se desprende de estos derechos, los cuales son taxativos y que activan el
aparato judicial gracias a que esta acción es interpuesta cuando se ve afectado un bien
jurídico del que es titular la colectividad.
Los derechos colectivos, como ya lo mencionamos son taxativos, lo cuál significa que son
solamente los que encontramos en la Constitución y la Ley en sentido amplio. Estos
podemos encontrarlos en el Artículo 4 de la Ley 472 de 1998. Algunos de estos son el goce
de un ambiente sano, la defensa del patrimonio público, la defensa del patrimonio cultural
de la Nación, la seguridad y salubridad públicas, la libre competencia económica, los
derechos de los consumidores y usuarios, entre otros. La Corte Constitucional en una de
sus decisiones estableció que los derechos colectivos se caracterizan por ser derechos de
solidaridad, participativos y no excluyentes que además pertenecen a todos los individuos
y exigen mayor diligencia por parte de las autoridades para que se vea impedida su
afectación, evitando en cualquier caso que el daño sea materializado, pero a su vez busca
lograr un fácil y rápido restablecimiento de las cosas si el daño ya se ha causado.
Dentro del alcance que esta acción tiene, encontramos la creación de organizaciones
cívicas, populares y similares para la defensa de los derechos e intereses colectivos,
expresado en el Artículo 81 de la Ley 472 de 1998, el cual coacciona a las autoridades a
colaborar y facilitar la creación de estas organizaciones provenientes de la iniciativa de la
comunidad en virtud de la defensa de los derechos colectivos.
Esta acción es autónoma y principal debido a que su objeto de protección es velar por la
protección de los derechos colectivos. Sin embargo, eso no significa que pueda ser usada
de forma arbitraria, sino que su uso está reservado para cesar un peligro, una amenaza o
restituir las cosas si el daño ya fue hecho, siempre que se vea afectado el colectivo.
El alcance y la importancia que le ha sido otorgada por la Constitución Política a esta
acción es en aras de que los derechos e intereses colectivos se vean realmente protegidos.
Su alcance es reparatorio más no compensatorio, lo cual quiere decir que está acción genera
unas consecuencias jurídicas de carácter preventivo y correctivo, esto será explicado con
mayor profundidad en el apartado sobre la finalidad de la acción.
Para que la acción popular sea procedente, debe haber “una acción u omisión de las
autoridades públicas o de los particulares que haya violado o amenace violar los derechos
e intereses colectivos” (Artículo 9 Ley 472 de 1998).
PROCEDIMIENTO
Se explica en la ley 472 de 1998 que la acción popular procede contra toda acción u
omisión de las autoridades públicas o de los particulares, que hayan violado o amenacen
violar los derechos e intereses colectivos. Esta acción podrá promoverse durante el tiempo
que subsista la amenaza o peligro al derecho e interés colectivo. Como también se prevé
en la ley que no es necesario el agotamiento de la vía gubernativa, es decir, cuando el
derecho o interés colectivo se vea amenazado o vulnerado por la actividad de la
administración, no será necesario interponer previamente los recursos administrativos
como requisito para intentar la acción popular.

La legitimación para ejercitar esta acción la tienen toda persona natural o jurídica. Las
organizaciones No Gubernamentales, las Organizaciones Populares, Cívicas o de índole
similar. Las entidades públicas que cumplan funciones de control, intervención o
vigilancia, siempre que la amenaza o vulneración a los derechos e intereses colectivos no
se haya originado en su acción u omisión. El Procurador General de la Nación, el Defensor
del Pueblo y los Personeros Distritales y municipales, en lo relacionado con su
competencia. Los alcaldes y demás servidores públicos que por razón de sus funciones
deban promover la protección y defensa de estos derechos e intereses.
Dentro del proceso de la acción popular la competencia para conocer de las acciones
populares la tendrán en primera instancia los jueces administrativos y los jueces civiles de
circuito. En segunda instancia la competencia corresponderá a la sección primera del
Tribunal Contencioso Administrativo o a la Sala Civil del Tribunal de Distrito Judicial al
que pertenezca el Juez de primera instancia.

Será competente el juez del lugar de ocurrencia de los hechos o el del domicilio del
demandado a elección del actor popular. Cuando por los hechos sean varios los jueces
competentes, conocerá a prevención el juez ante el cual se hubiere presentado la demanda.

El interesado podrá acudir ante el Personero Distrital o Municipal, o a la Defensoría del


Pueblo para que se le colabore en la elaboración de su demanda o petición, así como en
los eventos de urgencia o cuando el solicitante no sepa escribir.
La demanda se dirigirá contra el presunto responsable del hecho u omisión que la motiva,
si fuere conocido. No obstante, cuando en el curso del proceso se establezca que existen
otros posibles responsables, el juez de primera instancia de oficio ordenará su citación.

Para la presentación de la acción popular se deberá presentar una demanda o petición con
diferentes requisitos que se encuentran en el artículo 18 de la ley 472 de 1998. Primero el
nombre e identificación de quien ejerce la acción y las direcciones para notificaciones.
También la indicación del derecho o interés colectivo amenazado o vulnerado, la
indicación de los hechos, actos, acciones u omisiones que motivan su petición y la
enunciación de las pretensiones. Además se deberá indicar la personas natural o jurídica,
o la autoridad pública presuntamente responsable de la amenaza o del agravio, si fuere
posible y por ultimo as pruebas que pretenda hacer valer.

El juez competente se pronunciará sobre su admisión dentro de los tres días hábiles
siguientes a la presentación de la demanda o petición inicial. En el auto que admita la
demanda el juez ordenará su notificación personal al demandado. A los miembros de la
comunidad se les podrá informar a través de un medio masivo de comunicación o de
cualquier mecanismo eficaz, habida cuenta de los eventuales beneficiarios. Igualmente, en
el auto admisorio de la demanda el juez ordenará su traslado al demandado por el término
de diez días para contestarla. También dispondrá informarle que la decisión será proferida
dentro de los treinta días siguientes al vencimiento del término de traslado y que tiene
derecho a solicitar la práctica de pruebas con la contestación de la demanda.

El juez, dentro de los tres días siguientes al vencimiento del término de traslado de la
demanda, citará a las partes y al Ministerio Público a una audiencia especial en la cual el
juez escuchará las diversas posiciones sobre la acción instaurada. La intervención del
Ministerio Público y de la entidad responsable de velar por el derecho o interés colectivo
será obligatoria.

Dentro del proceso deberán practicarse las pruebas que el juez decretará, previo análisis
de conducencia, pertinencia y eficacia, las pruebas solicitadas y las que de oficio estime
pertinentes, señalando día y hora para su práctica, dentro del término de veinte días.
Seguido de esto y vencido el término para practicar pruebas, el juez dará traslado a las
partes para alegar por el término común de cinco días.

Vencido el término para alegar, el juez dispondrá de veinte días para proferir sentencia. La
sentencia que acoja las pretensiones del demandante de una acción popular podrá contener
una orden de hacer o de no hacer, condenar al pago de perjuicios cuando se haya causado
daño a un derecho o interés colectivo en favor de la entidad pública no culpable que los
tenga a su cargo, y exigir la realización de conductas necesarias para volver las cosas al
estado anterior a la vulneración del derecho o del interés colectivo, cuando fuere
físicamente posible. La orden de hacer o de no hacer definirá de manera precisa la conducta
a cumplir con el fin de proteger el derecho o el interés colectivo amenazado o vulnerado y
de prevenir que se vuelva a incurrir en las acciones u omisiones que dieron mérito para
acceder a las pretensiones del demandante.
FINALIDAD DE LA ACCIÓN
La finalidad de la acción popular es evitar un daño, hacer cesar un peligro o, si el daño ya
fue concluido, restituir las cosas a su estado anterior, siempre y cuando esto sea posible.
Según el artículo 41 de la Ley objeto de estudio, cuando una persona incumpla una orden
judicial en los procesos que se adelanten por acciones populares podrá incurrir en una
multa de 50 salarios mínimos que puede convertirse en un arresto hasta de 6 meses, lo cual
nos indica la importancia otorgada a las acciones populares directamente por la
Constitución en virtud de velar por la protección del interés del colectivo.
Si bien esta acción viene de la Constitución directamente, la ley 472 de 1998 fue creada en
virtud de profundizar el estudio de la misma debido a que la acción tiene una finalidad
importante, que es funcionar como un mecanismo ágil de protección de los derechos e
intereses de un conglomerado determinado. Además, hace parte de la finalidad de la acción
popular enfrentar las vulneraciones o amenazas de los derechos colectivos, lo que hace que
los jueces deban prestar más atención a los procesos en los que los derechos colectivos se
ven vulnerados ya que requieren de una eficaz protección y de que se tomen las medidas
necesarias para evitar el daño o repararlo según sea el caso.
Por otro lado, en la sentencia C-644 de 2011 la Corte dijo que las finalidades de la acción
popular son las siguientes: la primera de carácter preventivo, la segunda de carácter
suspensivo y la tercera de carácter restaurativo.
La finalidad preventiva hace referencia a evitar el daño contingente, buscando evitar la
realización concreta del daño. Por medio de ésta se persigue detener una acción bien sea
que va a ser realizada por un particular o por una autoridad pública que de empezarse a
realizar va a causar un daño que afectará al colectivo. De igual forma, si lo que puede
ocasionar un daño a futuro es una omisión por parte de una autoridad pública o un
particular, lo que se persigue es evitar dicha omisión. La finalidad preventiva demuestra
que no es necesario que el daño sea ya existente para que esta acción pueda ser ejercida.
La segunda finalidad, de carácter suspensivo, hace referencia a que se haga cesar bien sea
el peligro, la amenaza o la vulneración que se está presentando sobre los derechos
colectivos. Por medio de ésta se persigue detener una acción bien sea que está siendo
realizada por un particular o por una autoridad pública que de seguirse realizando concluirá
en un daño que afectará al colectivo. De igual forma, si lo que puede ocasionar un daño a
futuro es una omisión por parte de una autoridad pública o un particular, lo que se persigue
es frenar dicha omisión.
La finalidad restaurativa, hace referencia a restituir las cosas a su estado anterior, la cual
se da cuando el daño ya sido causado en su totalidad. En este caso lo que el juez persigue
es el restablecimiento del uso y goce de los derechos e intereses colectivos, afectados por
el accionar de un particular o de un funcionario público.
Las acciones populares no persiguen en forma directa un resarcimiento de tipo pecuniario.
Sin embargo, el legislador ha previsto el reconocimiento de los gastos en que incurre el
actor popular. Esto con el objetivo de que las acciones populares no sean interpuestas con
fines distintas a la solidaridad y el altruismo (C-644-11).
OBJETO DE LA LEY
La ley 472 de 1998 tiene como objeto desarrollar el artículo 88 de la Constitución. Dentro
de estas acciones se encuentran las acciones populares y las acciones de grupo. El objeto
de este desarrollo es garantizar la defensa y protección de los derechos e intereses
colectivos, así como los de grupo o de un número plural de personas.

Estas acciones facilitan la participación de los ciudadanos en las decisiones que los afectan
y en la vida económica, política, administrativa y cultural de la nación. Colombia es un
Estado social de derecho y una Nación democrática por lo que las acciones constitucionales
constituyen parte fundamental para el libre desarrollo de la democracia de los ciudadanos.
Lo anterior permite el desarrollo de instrumentos jurídicos de protección y garantía para la
protección de los principios, deberes y derechos que están consagrados en la Constitución.

El desarrollo de estas acciones fue hecho por la ley 472 de 1998, luego de su creación por
el constituyente del 91. Con esto no se dejan las acciones en un ámbito meramente formal
sino que le permite a los ciudadanos conocer como debe ser su aplicación, procedimiento,
la legitimación, caducidad y de esta forma se tendría una verdadera aplicación por los
mismos ciudadanos para la protección de sus derechos.

Específicamente el carácter público de las acciones populares implica que el ejercicio de


las acciones populares protege un derecho colectivo, es decir, de un interés que se
encuentra en cabeza de un grupo de individuos, lo que excluye motivaciones meramente
subjetivas o particulares. Como también en la acción popular suponen la posibilidad de
que cualquier persona perteneciente a esa comunidad, pueda acudir ante el juez para
defender a la colectividad afectada, con lo cual se obtiene de manera simultánea, la
protección de su propio interés.
BIBLIOGRAFIA
República de Colombia. Ley 472 de 1998. Diario oficial N. 43357. 6, AGOSTO, 1998.

Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-215/99 (M.P Dra. Martha Victoria Sáchica
de Moncaleano,14 de abril de 1999).

Sentencia del Consejo de Estado, Nº de radicación 85001-23-31-000-2012-00139-01. M.P.


Juan Carlos Silva Fernández.
Sentencia del Consejo de Estado, Sección Segunda, Expediente No. 52001-33-31-008-
2008-00304-01(AP)REV-SU_20211004 de 4 de octubre de 2021, C.P. Dra. Sandra Lisset
Ibarra Vélez.

Corte Constitucional de Colombia. Sentencia T-596-17 (M.P. Alejandro Linares Cantillo.)

Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-644-11 M.P. (Jorge Iván Palacio Palacio.)
1. Las acepciones de los dos modelos de la acción popular, a nivel Latinoamérica y
Colombia.
Comenzaremos el desarrollo de la siguiente ficha técnica de tipo académico, en un orden
cronológico de tal forma como se aborda en la lectura y la historia. Bien sabemos que el
Derecho Romano se convirtió en una de las influencias más grandes del mundo, y la
necesidad de estudiar la raíz romanista para la formación del jurista latinoamericano se
convirtió en indispensable.

Nuestra matriz jurídica es romanista, nuestro derecho ha sido por más de cinco siglos, sin
solución de continuidad, un derecho continental europeo, es decir, romano-germánico. Nos
formamos en él, y lo seguimos viviendo, con independencia de qué tan genuinamente. El
hecho es que no solo los códigos básicos, comenzando por la Constitución Política, han
tenido ese origen por ende, somos tributarios de ese tronco común.
La incorporación de la Acción Popular en América Latina tiene como fruto dos tendencias
que nos permiten evidenciar una dualidad de modelos, que por diferentes que parezcan
vistos de manera general, al final llegan a un mismo objetivo específico en el ordenamiento
jurídico como Acciones Colectivas y por ello nacen los sistemas que marcan una guía
procesal. Entonces tenemos como punto de partida, dos estructuras influenciadas
dimensionalmente de manera distinta, una por la pandectística representados por Brasil y
Argentina y la otra que opta por integrar la Acción Popular al Código Civil desde el ángulo
de los individuos y sus intereses, en esta se encuentran los Países que adoptaron el Código
Civil de Andrés Bello.
De tal manera y siguiendo nuestro hilo conductor, nace el proceso ad hoc, direccionado
por Colombia y Brasil para toda Iberoamérica; por consiguiente fundamenta que la Acción
se activa para proteger intereses y derechos indivisibles, sin dar valor a la relación
sustancial entre los sujetos partícipes que comparten conjuntamente tal interés o derecho,
o en efecto si llega a presentarse una relación de hecho o un vínculo jurídico. También
entendemos que es procedente contra toda acción u omisión de las Autoridades Públicas o
de los particulares que hayan violado o amenacen violar los derechos e intereses colectivos
y es por esto que la Acción Popular es un medio procesal público, lo cual significa que
puede interponerla cualquier persona.

2. La concepción de este mecanismo y su connotación a nivel nacional.


La acción popular en Colombia se considera como aquel medio con el cual se protegen
intereses colectivos, esta acción la encontramos definida en el art 1005 pero en este se hace
referencia a los bienes públicos, una de las primeras nociones de acción popular fue
instaurada por el señor Andrés Bello en el momento que su modelo de Código Civil fue
conocido e implementado en Colombia pero más adelante con la constitución de 91 se
consagra constitucionalmente (art.88)l a acción popular, luego de esto ocurre un hecho de
suprema importancia que fue la Ley 472 de 1998 donde se define por acción popular: “es
aquella acción hecha para defender los intereses y derechos colectivos.”
Desde aquel momento la acción popular empieza a ser una herramienta más consolidada
para la ciudadanía y es utilizada para múltiples situaciones, esta procede cuando se esté
ante una amenaza o vulneración de los derechos colectivos como ya fue mencionado
anteriormente pero también ante una acción u omisión de las autoridades públicas o
particulares que atenten contra estos derechos.
Es importante tener en cuenta que esta acción puede ser instaurada por cualquier persona
ya sea natural o jurídica.
Es importante tener en cuenta que en La Constitución Política de 1991 tiene un capítulo
específico relacionado con los derechos colectivos y el ambiente los cuales se denominan
derechos de tercera generación los cuales no afectan únicamente a un individuo sino a un
conjunto de personas que de la misma manera también se ven beneficiados por este, es
decir no tiene un solo titular este derecho sino que es la comunidad la que está en cabeza
del mismo pero es posible que de manera individual también se alegue por un derecho
colectivo que solo esté afectando a una persona de la comunidad pero aquí no sería preciso
utilizar una acción popular sino que es un trabaja más acorde con lo que nos ofrece la
acción de tutela.
Con todo lo anterior se puede inferir que las acciones populares tienen un grado de
importancia alto y tienen diversas características que las hacen especiales, como lo es que
para que sea instaurada un acción popular no es requisito que ya exista el daño o perjuicio
de los derechos solo basta con que exista el riesgo de que este sea producido en razón de
fines públicos que se puedan ver afectados, donde se puede ver implicado un régimen de
responsabilidad como lo es la contaminación causada por sustancias peligrosas por
fábricas o fuentes que sean identificadas que pongan en un peligro inminente a la
comunidad.
En conclusión esta acción busca proteger el bien común de la sociedad, dividió en
comunidades que en algún momento se sientan afectadas por alguna razón y con base a
esto puedan todos ejercer en una sola herramienta la garantía de su derecho de acción para
que sean escuchados y de igual forma se repare el derecho afectado

3. La resolución de los componentes y cualidades de las acciones populares y su


comparación a los demás mecanismos

Las acciones populares y las variantes que hallamos en diferentes sistemas jurídicos
internacionales, tanto latinoamericanos como europeos, que analizamos y contrastamos en
esta ficha técnica, poseen un punto en común que permitió su desarrollo a lo largo de toda
la historia jurídica de estos países. La actio popularis romana, ha demostrado su
maleabilidad, esto en razón de su evolución e incorporación a sociedades como la
Colombiana, la italiana y la brasileña, al esta moldearse como mecanismo que busca en
esencia “defender los derechos colectivos que han sido amenazados por actuaciones de
las autoridades públicas o de particulares dentro de estas sociedades”.
A pesar de que haya unas determinadas diferencias entre las actores populares brasileñas,
las acciones inhibitorias de protección de los intereses colectivos del ordenamiento jurídico
italiano y las acciones populares del ordenamiento colombiano, estas comparten unos
elementos claves para el desarrollo y condescendientemente en los resultados que se nos
exponen en las sentencias que concluyen, después del extensivo trabajo, en soluciones a)
Preventivas, b) Suspensivas o c) Restitutivas de los derechos colectivos afectados.
Para ampliar nuestro conocimiento y así entender mejor las características representativas
de estas acciones, empezaremos explicando aquellas características sustanciales que se nos
mencionan en el libro “Las acciones populares y de grupo frente a las acciones
colectivas. elementos para a integración del derecho latinoamericano.”
En primer lugar, hay que hacer una aclaración, ya conceptualmente hablando, en
Latinoamérica ha prosperado un fenómeno a la hora de la no distinción entre acciones
populares y acciones colectivas, ya que en la práctica de estas, las acciones populares
envuelven a la colectividad afectada y buscan la solución de las problemáticas presentadas
teniendo en cuenta los requisitos y los elementos a tener en cuenta en su resolución.
Teniendo en cuenta lo anteriormente dicho, en las acciones populares (como concepto
general)se resalta la legitimación quivis e populo, la cual es aquella capacidad que tiene la
persona o entidad de iniciar o invocar esta acción para que se activen en concreto estos
engranajes jurídicos que buscan la resolución del problema. Elemento que en el caso
colombiano, ha sido contrapuesto con los diversos componentes como lo es la legitimación
por activa y por pasiva para poder dar ese impulso inicial en el proceso de restitución,
suspensión o prevención de aquellas actividades que generan este detrimento en el
colectivo, siendo este elemento comunitario o de agrupación de individuos el claro ejemplo
de esta legitimidad por activa, ya que esta es una responsabilidad que recae en
determinados entes sociales.
Por otra parte, surge la pregunta en el análisis de la legitimación y la capacidad de poner
en funcionamiento este mecanismo, ya que se debe tener claridad acerca de ¿qué tipos de
interés son los que se protegen? o ¿Cuáles son los derechos que por su especialidad o
especificidad son los tutelables por este mecanismo?
Para empezar con la solución de esta pregunta, debemos resaltar que este mecanismo en
gran parte, busca la unanimidad, ya que si bien pueden existir elementos propios de cada
persona afectada por la determinada situación, este agrupa estos en un problema común el
cual la precisa entidad judicial debe resolver. Por lo que la colectividad y los derechos que
se derivan de este, son los que poseen esta prelación ante el uso de este mecanismo. A
modo de ejemplificar encontramos los derechos medioambientales, en relación a violación
de derecho a la salud de un grupo social o el desarrollo de la vida digna y los que se
encuentren en conexión a este por actuaciones de particulares o del Estado.
A modo de conclusión, consideramos que tanto a nivel nacional, como internacional, las
acciones populares son una herramienta de fácil acceso ante las amenazas o la violación
de derechos comunitarios, las cual al adecuarse antes las necesidades de cada ordenamiento
jurídico, han creado la posibilidad de impartir justicia, mejorando la calidad de vida y el
desarrollo de las comunidades en su diario vivir, aportando al desarrollo hacia sociedades
con brechas de injusticia social menos abismales, como la que observamos en Colombia
actualmente.

BIBLIOGRAFIA
• El Derecho Romano y la formación del jurista, Fernando Hinestrosa, 18 de agosto
2000
• Corte constitucional, Rodrigo Escobar Gil, C- 622, 2007

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