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Universidad Externado de Colombia

Facultad de Derecho
Derecho Constitucional Comunidad
Dr. Roberto Nuñez Escobar

Litigio Estratégico

Mariana Guerrero Vergara


Luz Celeste Parra
Daniela Hernández
Lina Buitrago
Daniela Martinez
Felipe Blanchar Vega
Antecedentes

Anteriormente se trataba a la víctima como un conjunto de aquellos pertenecientes al desplazamiento


como fenómeno y no como individuo que puede tener diferentes percepciones y vivencias de estos
periodos de violencia. Lo que se considera dentro de la realización, es la prevalencia del individuo en
el marco de un proceso restaurativo que permita tener bases claras y concretas para los casos que se
han causado por ese devenir histórico gracias a la violencia en Colombia

En este trabajo buscaremos definir un marco jurídico jurídico con la ayuda de la dirección del juez
con un nuevo derecho traído por el litigio estratégico, que concierne a una decisión de alto impacto
que fortalezca la realización y desarrollo de los derechos constitucionales.

I. Acción que debe usarse

A lo largo de la evolución jurídica de la cual hemos sido objeto, se le ha dado prevalencia


a la especial protección de los derechos sexuales y reproductivos, ya que como nación
hemos sido víctimas del conflicto armado , que fueron producidos gracias a los grupos al
margen de la ley que ocasionaron crímenes de lesa humanidad en donde hombres, niños,
mujeres fueron víctimas de grandes violaciones. Se busca encontrar la acción más idónea
para la garantización y reparación de los derechos que fueron vulnerados. El litigio
estratégico , históricamente, busca la reivindicación de los derechos de las mujeres ha sido
una lucha que ha enfrentado obstáculos, qué en su gran mayoría son los contextos de
conflicto armado-justicia transicional o en contextos de paz.

Es importante, traer a colación, que los derechos de las mujeres a la autonomía reproductiva,
privacidad e igualdad, entre otros derechos sexuales y reproductivos, deben ser protegidos en
todo momento. Él litigio estratégico permite de que no exista un olvido sobre estos crímenes
de las cuales fueron objeto de miles de mujeres, antes de que se genere un litigio estratégico,
se debe analizar el impacto del conflicto armado en las mujeres combatientes y
excombatientes que se ha hecho históricamente invisible, ya que los daños que sufren las
mujeres que desafían los roles tradicionales de género a menudo son ignoradas por la
sociedad. Esta invisibilidad contribuye a la falta de protección de las mujeres combatientes y
excombatientes frente a la violencia sexual, donde el Estado debe ser el responsable de
proteger a la mujer, de amparar sus derechos y de garantizar su dignidad humana; lo que, a su
turno, involucra la obligación de restablecer su dignidad cuando aquella se haya visto
vulnerada por la comisión de delitos graves, tal y como el de violencia sexual.

Se debe tener en cuenta, que las víctimas de este tipo de agresiones sufren de diferentes
traumas y afecciones graves. Al respecto, la Corte ha advertido que la mayoría de las
víctimas de situaciones de violencia generalizada son diagnosticadas con un desorden por
estrés post traumático. Las cargas de brutalidad y violencia muestran que muchas víctimas
son sometidas a situaciones de terror en condiciones de indefensión. El trauma queda inscrito
de forma inconsciente y retorna intempestivamente sin que el sujeto pueda contenerlo o
reprimir, por lo cual la exposición a experiencias traumáticas en una guerra conduce a
elevados niveles de depresión y trastornos de la ansiedad[1].

Cabe destacar que estas víctimas, son revictimizadas , e impiden que las mujeres víctimas de
violencia sexual declaren o denuncien dichos hechos ante las autoridades competentes, tales
como: “i) Temor justificado a ser objeto de nuevas agresiones contra su vida e integridad, o
contra las de sus familiares, en caso de declarar o denunciar los hechos ante las autoridades
competentes; ii) Desconocimiento de los mecanismos para declarar o interponer denuncias y
solicitar protección y atención a las entidades competentes, así como desconfianza de las
mujeres en estas entidades; iii) Persistencia de factores culturales como la vergüenza, el
aislamiento o la estigmatización, que inciden en la baja declaración o denuncia de los actos
de violencia sexual por parte de las mujeres; iv) Ausencia o debilidad del Estado en algunas
zonas del país en las que prevalece la violencia sexual contra las mujeres en el contexto del
conflicto armado y el desplazamiento forzado por la violencia; v) Presencia y accionar de
actores armados como barrera para la declaración o denuncia de casos de violencia sexual
contra las mujeres y, vi) Dificultades que enfrentan las mujeres para el ejercicio de sus
derechos económicos, sociales y culturales, o para la satisfacción del mínimo vital

La particularidad del litigio estratégico en tema de derechos humanos de las mujeres, está
compuesto por los mismos componentes del litigio de los derechos humanos, pero se
implementan de forma diferencial según a quien vaya dirigida la estrategia . Esto responde a
la característica primordial del litigio estratégico, en tanto pretende responder a las
necesidades de las personas a quienes han sido vulnerados sus derechos. En el caso de la
vulneración de derechos humanos de las mujeres, permite otro abordaje del derecho a la
justicia, el cual responde a las necesidades diferenciadas y específicas de las mujeres, al
comprender y asumir el impacto desproporcionado de la violencia en la vida y los cuerpos de
estas

Una justicia para las mujeres ha de garantizar el uso de los recursos e instancias necesarias,
así como la posibilidad de que las víctimas acudan a las entidades competentes sin riesgo de
sufrir nuevas victimizaciones. También debe garantizar la participación informada y
asesorada a lo largo del proceso; un régimen probatorio que no traslade la carga de la prueba
a la víctima; la respuesta a las víctimas en plazos razonables; el seguimiento a las decisiones
y la oportunidad de acudir a instancias superiores, si no se está́ de acuerdo con la decisión; la
reparación efectiva por todos los daños sufridos, físicos, psicológicos, culturales, sexuales y
materiales. En otras palabras, ha de ser una justicia que garantice verdad, justicia y
reparación.

El litigio estratégico es, entonces, una herramienta útil para visibilizar las afectaciones
específicas de las mujeres, sus limitaciones al acceso a la justicia y la exigibilidad de sus
derechos. Desde una perspectiva amplia el litigio estratégico busca generar un máximo de
conciencia posible en el colectivo que empuje la transformación del derecho desde la
actividad judicial. Para esto se necesita que el juez pueda identificar que está frente a un
litigio estratégico. Para generar ese litigio estratégico se necesita partir de la teoría de la falla
del servicio, que son fines del Estado dentro de estos fines está garantizar la vida, la honra y
los bienes. Al estar frente a un conflicto armado interno supone un reconocimiento y una
incapacidad del Estado en poder controlar un fenómeno social, político, económico que
estalla en una confrontación entre organizaciones armadas al margen del derecho (en la que
existe una estructura organizada de poder con máximos responsables, que se organizan
jerárquicamente) y el Estado. Es decir, se tiene el deber constitucional de generar protección
no se hace u genera un efecto material, en el caso en concreto Helena, es una mujer
campesina que vivía junto a su familia en una zona rural del Catatumbo. Que al convertirse
en excombatiente inicia un proceso de reparación directa, para que se repare un daño
antijurídico.

La reparación puede entenderse como un derecho que tiene en su contenido no sólo el


resarcimiento económico, sino que debe procurar dejar indemne a la víctima, especialmente
cuando se trata de los derechos o bienes jurídicos afectados con ocasión del daño antijurídico
y su materialización en perjuicios. La reparación se convierte entonces en un elemento
inherente de la responsabilidad del Estado, en tanto la reparación superando el plano de lo
económico, se convierte en un mecanismo para asegurar el cumplimiento de los fines
esenciales del Estado, en tanto el Estado al adquirir un carácter prestacional, se da sobre el
entendido de que en sus actuaciones puede haber algún margen de error, y de resultar así,
deberá procurar medidas que estén dirigidas a dejar indemne a quien resulte víctima desde un
plano integral.[2]

Como medio de control para plantear un litigio estratégico es funcional ya que teniendo la
carga probatoria demostrando que con la condición de víctima de la señora Helena el Estado
no genero la igualdad de oportunidades de acceso a educación, la salud, etc., y en esta
situación donde no se garantiza la vida y la obra en los bienes se ve abocada a integrarse a
una organización armada al margen de la ley; de esa forma se convierte en víctima.

Los derechos en Colombia, tiene una especial protección, y cuentan con una serie de
instrumentos instituidos para proteger una eventual o real perdida, vulneración o amenaza
de derechos fundamentales consagrados en la Carta Magna , que se ejercen mediante acción
judicial , y cuando fuere posible restituir las cosas a su estado anterior

Por esto es importante, es analizar en concreto, cual es la acción más idónea

1. Tutela: Es una acción que ha sido estatuida para proteger en forma inmediata los
derechos fundamentales de las personas, no sólo de las posibles transgresiones de que
puedan ser objeto por parte de las autoridades públicas, sino también de aquellos
particulares que, por razón del ejercicio legítimo de ciertas funciones, se encuentran en
posición de privilegio frente a los demás coasociados, rompiendo las condiciones de
igualdad material que deben regir las relaciones interpersonales, y dando pie a un
eventual abuso de poder que puede degenerar en la afectación de los aludidos
derechos.En el caso que se nos ha expuesto, la acción de tutela constituye un
asunto de relevancia constitucional por tratarse de derechos de un sujeto de
especial protección constitucional, en su condición de mujer víctima del conflicto
armado y de población desplazada que manifiesta fue también víctima de un
hecho de violencia sexual, por lo que su caso requiere de un tratamiento
diferencial y una protección constitucional prevalente.En la sentencia SU-961 de
1999 la Corte Constitucional sostuvo que “la inexistencia de un término de
caducidad no puede significar que la acción de tutela no deba interponerse dentro
de un plazo razonable. La razonabilidad de este plazo está determinada por la
finalidad misma de la tutela, que debe ser ponderada en cada caso concreto”[3] De
tal manera, no existen reglas estrictas e inflexibles para la determinación de la
razonabilidad del plazo y al juez de tutela le corresponde evaluar, analizando el
contexto y circunstancias de cada caso, lo que constituye un término razonable; en
consecuencia, la acción de tutela no puede ser rechazada con fundamento en el
paso del tiempo, y el juez constitucional debe analizar el caso concreto a la luz de
la razonabilidad del término para interponer el amparo. En el caso de personas
víctimas del conflicto armado interno la jurisprudencia constitucional ha reiterado
que el cumplimiento del requisito de subsidiariedad para la interposición de
acciones de tutela debe ser estudiado en forma flexible, atendiendo a su condición
de sujetos de especial protección constitucional lo que no implica “que las
víctimas de la violencia no estén obligadas a acudir a las instancias legalmente
establecidas para el reconocimiento de sus derechos”, sino que “en ciertos casos,
estos procedimientos pueden llegar a tornarse ineficaces, ante la urgente e
inminente necesidad de salvaguardar sus derechos como sujetos de especial
protección constitucional” por lo que puede ser desproporcionado exigir a una
víctima el uso de los recursos en sede contencioso-administrativa y, bajo ese
fundamento, declarar la improcedencia de la acción de tutela.

2. Acción de grupo: A diferencia de la acción popular, cuya finalidad es proteger los


derechos e intereses, la acción de grupo fue establecida como un mecanismo
constitucional de colectivos protección de toda clase de derechos v.gr. derechos de
carácter individual o colectivo. Se establece que la acción de grupo ampara todos los
derechos de rango constitucional y legal. Para ello, manifestó que restringir
consecuencialmente los alcances resarcitorios de la acción de grupo desconocía los
propósitos del artículo 88 constitucional.Por lo tanto, la acción de grupo no hace
referencia exclusiva a derechos constitucionales fundamentales, ni a derechos
colectivos, toda vez que comprende toda clase de derechos subjetivos que puedan
sufrir perjuicios o daños

3. Acción popular : Nuestra constitución trae las acciones populares, como mecanismos
procesales en el Art. 88, la cual no fue introducida al azar por el constituyente, toda vez
que mirando a fondo la exposición de motivos traídos por la Presidencia de la República
respecto de este asunto se hace necesario la importancia que se le da a esta nueva
institución, porque otorgan un alcance social, el extender sus efectos a todos los
miembros de la comunidad que demuestren encontrarse en la misma situación de quien
interpuso la acción , es una acción que es utilizada frecuentemente por las víctimas del
conflicto en donde se realiza una acumulación de pretensiones . Además de ser una
manera de ampliar los canales de acceso a la justicia y de lograr la participación más
activa de la comunidad, en la protección de los derechos colectivos. El Art. 88 de la
Constitución Política de 1991 encomendó ́ al legislador la tarea de regular tanto las
acciones populares, como las acciones de grupo. Puesto que se trata de la protección de
derechos colectivos, o de tercera generación, y no de derechos fundamentales [4]

4. Acción de reparación directa: La reparación puede entenderse como un derecho,


según lo manifestado por tiene en su contenido no sólo el resarcimiento económico, sino
que debe procurar dejar indemne a la víctima, especialmente cuando se trata de los
derechos o bienes jurídicos afectados con ocasión del daño antijurídico y su
materialización en perjuicios, la reparación se convierte entonces en un elemento
inherente de la responsabilidad del Estado, en tanto la reparación superando el plano de lo
económico, se convierte en un mecanismo para asegurar el cumplimiento de los fines
esenciales del Estado, en tanto el Estado al adquirir un carácter prestacional, se da sobre
el entendido de que en sus actuaciones puede haber algún margen de error, y de resultar
así, deberá procurar medidas que estén dirigidas a dejar indemne a quien resulte víctima
desde un plano integral. En esta acción es importante , citar el derecho a la reparación por
más que se trate de un derecho complejo, es sin duda, una de las construcciones más
importantes y con más peso tanto jurídico como político para las víctimas, en tanto
implica un repliegue institucional y una cooperación para articular plataformas que le
aseguren a cada víctima una reparación que responda a márgenes integrales. Es un
derecho importante, en tanto sufre cambios que evolucionan a la par que lo hace el
derecho mismo, pues si bien tradicionalmente la reparación se entendía superada con la
compensación económica, ahora es una idea reduccionista y peligrosa a la hora de hablar
del derecho de las víctimas a ser reparadas.

5. Acción pública de inconstitucionalidad: es un instrumento que le permite al


ciudadano participar en la formación del orden político y jurídico, lo cual facilita
construir una sociedad civil que se preocupe por mantener el ordenamiento constitucional,
generando así el desarrollo de las políticas y categorías jurídicas en un Estado
Constitucional. Desde sus inicios, la demanda de inconstitucionalidad ha mantenido
indemne su naturaleza: la manifestación de los derechos políticos, un mecanismo de
control directo de las leyes y una forma de democracia participativa[5].

[1]Corte Constitucional de Colombia. Sentencia T-211/2019. 20 de mayo de 2019. [Consultado 11 de septiembre de 2022].
[2]Cárdenas Poveda, Margarita. Criterios para reparar a las víctimas del conflicto armado desde la perspectiva de la administración pública y
del juez administrativo colombiano. Julio-Diciembre 2019. [Consultado 06 de septiembre de 2022].
[3] Corte Constitucional de Colombia. Sentencia SU-961/1999. 19 de enero de 1999. [Consultado 11 de septiembre de 2022].
[4] Constitución Política de Colombia .Artículo 88 . [Consultado 11 de septiembre de 2022].
[5] Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-441/2019. 02 de septiembre de 2019. [Consultado 11 de septiembre de 2022].

II. Marco jurídico


Con base al contexto presentado en los anteriores párrafos, surge el interrogante de ¿Por qué es
indispensable para el desarrollo del derecho en Colombia que con la resolución del caso de Helena se
nos permita establecer un litigio estratégico?

En primer lugar, para poder resolver esta pregunta debemos tener claridad de que es indispensable la
solución de la situación a la que se enfrenta la afectada, Helena, como un individuo con vivencias
íntimamente relacionadas con el desarrollo del conflicto armado desde su posición de mujer, esto con
razón de evitar posturas y análisis de los casos como se realizaban anteriormente, en el que se trataba
a la víctima como un conjunto de aquellos entes pertenecientes a el desplazamiento como fenómeno y
no como individuo que puede tener diferentes percepciones y vivencias de estos periodos de
violencia. Por esta razón la prevalencia del individuo en el marco de un proceso restaurativo hace que
se nos permita tener bases claras y concretas para los casos que se han causado por ese devenir
histórico que nos presenta la violencia en Colombia.

Por consiguiente, consideramos que es de vital importancia la solución del caso de Helena, primero,
con la evolución de mecanismos propuestos, como lo es la tutela como mecanismo compensatorio y la
acción de grupo con conexidad a los intereses personales de la afectada, esto con la finalidad de poder
sentar un precedente o litigio estratégico que nos permita en un inicio resarcir los daños causados de
manera individual a la afectada para que al unificar las vivencias generalizadas y uniformes de
diferentes individuos con problemáticas en común, se examinen los argumentos que vayan más allá de
la posible resolución del un problema inmediato y se busque fallar con una sentencia que deje claro
las actuaciones que son indispensables en este proceso, al igual que los argumentos esenciales en la
resolución del conflicto, que por la generalidad del problema atacado, podrían llegar a a ser de gran
utilidad en el desarrollo de diversos procesos.

Con base a lo anteriormente planteado, postulamos como argumento principal que nos ayuda a la
defensa de este caso, considerar que, en el marco del conflicto armado, entes pertenecientes al grupo
FARC-EP, en el ejercicio roles de poder omnímodo sobre menores de edad, en especial de niñas y
adolescentes han puesto en juego la vida, integridad y libertad sexual de estas, al coaccionar en el uso
de métodos anticonceptivos desde una temprana edad y en el caso de la señora Helena, llegar a
interrumpir un embarazo de forma no consensuada, por lo que en nuestra consideración, es imperativo
la resolución de esta problemática, generando un énfasis en vivencias colectivas en relación con la
experiencia personal vivida de la afectada.

Así mismo surge dentro del desarrollo del proceso, contradicciones en la aplicación de la Ley de
víctimas y restitución de tierras, la cual dentro de su contenido tiene un apartado el cual no
consideramos adecuado ni pertinente a la hora de su aplicación, ya que se afirma que ninguna persona
que haya pertenecido a un grupo al margen de la ley puede considerarse víctima, excepto si son niños
o niñas que haya sido vinculados a estas actividades siendo menores de edad. Con base en lo anterior
consideramos que dentro de este apartado hay varias falencias principalmente en la resolución y
planteamiento de esta normativa, esto al considerar que la afectada, Helena no militó en el grupo
armado FARC- EP por su propia voluntad sino esta ha sido reclutada de manera violenta, en contra de
sus libertades personales y en este determinado caso violando también su voluntad reproductiva en el
desarrollo de esta, adicionando el agravante de una reclutamiento de una persona menor de edad que
se encuentra en posición de desventaja por su condición de género, teniendo como consecuencia la ver
su autonomía y plena capacidad de decisión sobre sus propios actos coartada.

III. Utilidad del litigio estratégico en el caso concreto


Debemos tener en cuenta que el litigio estratégico se usa en determinados casos, como cuando hay
una restricción legal para el ejercicio de los derechos humanos, para atender los estándares
internacionales en materia de derechos humanos o cuando el Estado no está cumpliendo con alguno
de sus fines.

Además, el litigio estratégico toma mayor fuerza de alcance cuando su objeto consiste en la
protección de sujetos de especial protección por parte del Estado, sus bienes, derechos y garantías. En
el caso concreto hay varios factores que debemos analizar para ver cómo beneficiaría a el caso
concreto el uso del litigio estratégico.

En primer lugar es necesario abordar que uno de los fines del Estado colombiano es proteger la vida,
honra, bienes, creencias, derechos y libertades1 de todos los residentes. Este fin del Estado se ve
incumplido cuando se presentan situaciones de conflicto armado, en especial cuando se presenta en el
ámbito interno, ya que eso nos lleva a concluir que el Estado no está controlando el orden social y
político, generando así una desprotección y vulneración a lo que se supone debe garantizar.

Cuando hay conflicto armado interno, se ven vulnerados varios derechos y bienes jurídicos objeto de
protección, como los son el derecho a la vida, al asesinar inocentes; el derecho a la paz, para toda la
población colombiana pero en especial a quiene habitan en zonas de conflicto latente; el derecho a la
vida digna, en especial para los campesinos que son secuestrados, amenazados, entre otros; la libertad,
porque hace que la gente ya no pueda salir con tranquilidad y llevar una vida plena; los bienes,
mayormente los establecidos en zonas rurales gracias a que los victimarios despojan a los campesinos
de sus tierras; etc.

Como queda evidenciado, cuando el Estado permite que haya conflicto armado interno, está
vulnerando varios, si no son todos, los fines que tiene. Además, termina dejando en total abandono los
derechos que se comprometió a garantizar y proteger en la Constitución.

Dado lo anterior, vemos que se cumple con uno de los casos en que puede accederse al litigio
estratégico, que es cuando el Estado no está cumpliendo con alguno de sus fines. Podemos concluir
que hay una falla en el sistema que hace que a algunos ciudadanos se les vulneren sus derechos o
queden desamparados por el Estado, creando una problemática que puede ser resuelta a través del
litigio estratégico.

En segundo lugar, el litigio estratégico procede cuando es necesario proteger a un sujeto de especial
protección por parte del Estado, lo cual se ve evidenciado en el caso concreto, en especial por dos
razones: se trata sobre una mujer a quien se le ven vulnerados varios de sus derechos fundamentales y
que a su vez es una víctima más del conflicto armado.

Históricamente, la mujer se ha encontrado en una situación de vulnerabilidad y de violencia en su


contra2, por esta razón se considera actualmente que se tiene una deuda histórica con esta y por eso
ahora se da mayor énfasis en su protección en todos los fallos, etc. De hecho, actualmente es un

1
Artículo 2 de la Constitución Política.
2
Da Silva; Almudena; Sousa. Una revisión histórica de la violencia contra la mujer. Revista Direito e Práxis,
Rio de Janeiro. Vol. 10 (2017)
requisito que se haga un enfoque de género en algunas sentencias dependiendo los casos, antes de que
el juez tome una decisión3.

Dicha “deuda histórica” es todavía más grande cuando se habla sobre mujeres que habitan en zonas
rurales ya que ellas han sido víctimas latentes no solo de la violencia y discriminación general contra
la mujer, sino también en muchas ocasiones del conflicto armado4.

Lo anterior muestra que en el caso concreto la señora Helena es evidentemente un sujeto de especial
protección, lo cual hace al Estado aún más responsable por la garantía, protección y cumplimiento de
sus derechos.

Finalmente, en tercer lugar, en este caso el litigio estratégico procede también dado que se presenta el
deber de atender los estándares internacionales en materia de derechos humanos. Esto gracias a que
tanto la CIDH y la ONU Mujeres se han pronunciado en reiteradas ocasiones sobre esta materia,
exigiendo a los Estados la protección de las víctimas y el restablecimiento de sus derechos.

Luego de haber hecho el análisis correspondiente para ver que sí se cumple con las exigencias del uso
del litigio estratégico, veremos otros factores que hacen aún más evidente la necesidad de aplicarlo en
el caso de la señora Helena.

La Unidad que negó la solicitud de reparaciones hecha por parte de Helena, ignoró claramente que
había una grave vulneración a varios derechos de la víctima como lo son el derecho a una vida digna,
a la libertad, a la paz y en especial, sus derechos sexuales que según el Ministerio de Salud, deben ser
garantizado a todas las personas del territorio.

No debemos olvidar que a la señora Helena la obligaron a abortar dejándole graves consecuencias no
solo físicas sino también psicológicas. Además la obligaban a consumir píldoras anticonceptivas sin
su consentimiento y sin la adecuada supervisión médica.

La Unidad, además de pasar por alto esa grave violación, también se basa en un razonamiento
equívoco a la hora de tomas la decisión, y es que esta afirma que la señora Helena no puede obtener
dicha reparación gracias a que se desvínculo de las Farc siendo mayor de edad.

Se toma como fundamento la Ley de víctimas que establece que ninguna persona que haya
pertenecido a un grupo al margen de la ley puede ser declarada víctima, salvo que se trate de niños
que hayan sido desvinculados del grupo armado siendo menores de edad.

Sin embargo, lo que la Unidad pasó por alto es que la señora Helena fue recluida en contra de su
voluntad y de forma ilícita cuando tenía 13 años. Además, era una menor de edad que habitaba en una
zona campesina y fue afectada por el conflicto armado, lo que recalca su condición como sujeto de
especial protección.

Se debe hacer un énfasis en que la condición de victimario que presentaba Helana, se diluye en su
condición de víctima. Esto gracias a que por la forma en que ella llegó al grupo armado, queda más

3
BOHÓRQUEZ, et al. El enfoque de género en la actividad judicial colombiana. UNA Rev. Derecho (En
línea). Vol. 6 (I). Julio 2021.
4
Representante de la cámara Ángela María Robledo [en línea].
que evidenciada la ausencia de presencia del Estado. Helana se vió forzada a ser parte de esta
organización, llegando a ser una víctima más del conflicto armado.

Finalmente, es importante tener en cuenta que Colombia lleva años en el conflicto armado y qué la
señora Helena no es la única víctima que ha dejado este. El litigio estratégico serviría mucho en el
caso concreto gracias a que lo que se busca con este, es un impacto social lo cual es vital en este
proceso debido a que hay muchas mujeres que deben haber atravesado por la misma situación a la de
Helena.

Por esto, el uso del litigio estratégico en el caso concreto llevaría no solo a una reparación para Helena
sino también a un cambio social y político en el país que llevaría a mejorar la justicia constitucional
cambiando así prácticas sociales e ideas mejorando el trato que se da a las víctimas, garantizando una
reparación real y totalmente materializada.

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