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£ l arte plástico en las


culturas aborígenes
e nue s i r ó p a ís
El Instituto de Lingüistica. Folklue y Ar­ En el fondo de los valles, los cuadros
queología de la Universidad Nacional de cultivos y el gracioso damero de pir­
de Tucumán y el Museo de Historia. Et­ cas do los cercos y potreros que siguen
nografía y Folklore de Santiago, no» ha­ ei ondular de las lomadas, en despre­
bla encomendado la misión do‘verificar ocupado esfuerzo de salario. Al abrigo de
al dato sobre la existencia do ptitrogliios las quebrados el rancho pulcro, do "pei-
y pictografías, en el ángulo sud-ooste do nadillo". El parral, proyecta los aloros.
la provincia, en los limites con Catamar- Los labriegos, con su yunla do bueyes,
ca. a lia de establecer conexionus o dis­ do parsimonioso andar, van abriendo el
continuidades con el área arqueológica surco promotedor y fecundo. Los robónos
de nuestras investigaciones, y que so in­ aispersos, aquí y allá, olvidados, ramo­
tegran en el plano de las culturas abo­ nean ¡as hierbas suculentas. Una atmós­
rígenes. fera de cosiego patriarcal, envuelve a
☆ sores y cosas. Se diría aue al cuadrante
Estas impresiones, dado el carácter do del tiempo, le están sobrando las heres.
la revista, no tienon otro propósito que el Un apasionante asunto do geografía hu­
de informar o recrear al e'rudito loctor. mana |
cuya locación lo mantiene atonto al mo­
vimiento de las ideas y gusta solasarse "VIL1SMAN"
con la labor intelectual. El especialista, I
desde luego, con absolutoria compren­ Descendemos. La pendiente apura.
sión. disimulará su patrón de crítica in­ Arroyos cordialos, de aguas claras, sin
quisitorial demorando explicables requi­ incidencias de baches. El campanario
sitorias. En el tema y en la imagen, sólo glorioso y ya centenario de la capilla
^«erá la sugestión que compromete a un de "Vilisman", emerge entre un oasis de
posterior estudio de ajusto ortodoxo. verdor. Aquí era, precisamente, donde
1 queríamos llegar. Hemos andado kilóme­
El cula plásilu* on lúa cultura» friN ERARIO tros y kilómetro* y aún 93tamos a cero.
, aborlgonam do nuostro pula \ 'f, lo que es más, nadie nos conoce. Sólo
Raúl Ltdnma Frica, punto base de irradiación ex'-.- • sabíamos un nombre: el Dr. Arébalo. Lo
ploratoria hada "El Pozo de la Vlborq". ; encontramos. No por inesperada menos
Dalo* sciór» la propiedad "Albigasta" y "Vilismari". resultaba im­ -efusiva la rocepción.
,, * colonial posible por el mal estado de los caminos, Informado, con expeditiva espontanei­
Frmtcltco Rtné Santucho debido a las tormentas y desbordos de \ dad, trazó el programa. El también sería
loe ríos. Era preciso modificar los planes. de la partida. Una hora más tarde, ba­
Víalo depórte a tixvósdol sueño Por 'Topeo", a 8 kms. al oeste, comien­ quianos y cabalgaduras, estaban pronto*
Carica Bruchmann zan "ios altoe". La vertical, en porfía de para emprender la marcha.
cuestas, orada un délo de cebiles. La ve­
Carla rala getación, exuberante y celosa, ciñe por LAS "CASAS DE PIEDRA"
Oaratio Ouñara todas partes El obraje, con .su "(rente
pionero" de hachadores y "quemadores", Es corriente: los lugareños llaman “ca­
Bando 4o luán Balumba no b a hallado su virginal señorío. Algún sas" a unos bloques de piedra de forma­
ChamnUna Rata Qamrt redomón espantadizo, tascando un pom­ ción natural, susceptibles de haber ser­
pón d e ««puma, se "extiende" por el vido de “habitat". Esta ocurrencia empl-
El lema d* la llbvrtad en atajo. \ rica se alírma en la circunstancia de que,
Martin Horro -por lo común, están asociadas a "dibu­
Lola O. Orirla POH CUESTAS Y VALLES jos", atribuidos a la imqginación crea­
dora de los indígenas. Mucho podría de­
Casi soneto Tara la creación Un villorio, "El Alto", arrebujado entre cirse al respecto. En principio, la Intui­
¿toardo P. ArchctU (ronda y montañas, con su empaque de ción no es infundada. Fue, quizá, prime­
centro vercsilego, bifurca caminos y fija ro, la vivienda elemental del hombre
Afirmación el rumbo definitivo, al sud. El motor ronca primitivo y luogo, recinto ceremonial,
Horacio O. Rara su aliento de acero, y aún no nos hemos donde se Uovaban a cabo los ritos vlncu-
desenredado de curvas y cuestas. La ho­ V lados a la vida tribal: de Iniciación y de-
Critica do libro* rizontal se escurre. Los cerros se alzan de , más prácticas shamánicas. La cáveme.
Cario» Tagtlatinl - Martin Iballrz más en más. El "plafón" d e follaje se ■t * la gruta o el laberinto serian, pues, los
MarioRobertoSanluAi-Leopoldo Atlub quedó flotando allá abajo. Un último em­ "símbolos concretos del paso al otro mun­
Francix* R/né Santucho puje y el paisaje se abre 6n horizonte de do, el descenso a los Infiernos". No es
cumbres. En la lejanía, el dorado tapiz , fácil explicar en un párrafo, ni abarcar
Ilustraciones de los "coirones", suaviza la salvfije agre­ t=--«a totja su amplitud la perspectiva his­
■ Ana Atarla ViUamal sividad de las riscos. tórica Para ello, tendríamos que asistir a
en algún modo "elegidos" como recep­ La otra, de 2 metros do largo, so reco­
táculo de una manifestación de lo sa­
grado, se separan ontológicamente de
mienda por la violoncia del ritmo: sobre
una sucesión acolorada de curvas bre­
VIAJE DEL ARTE A
las otras piedras, do los otros árboles y ves, se yergue, proyectándole en am­
de los otros' lugares, y se sitúan en un
plano diferente, sobrenatural". Estas
ideas rudimentarias, vigentes en el hom­
plia ozdularión, con la oahraa levan­
tado: que termina en bifurcadion de li­
neas —¿cuernos?—. No sabríamos de­
TRAVES DEL SUEÑO
bre de la antigüedad, se han proyec­ cir, si sv "desplaza horrorizada o si su
tado, en una u otra forma a través del actitud e» do resuelta agresividad. La
tiempo, llegando, on muchos casos has­ piel, exornada do puntos y rodondelas.
ta la protohistoria. Por ello, al estudian Próxima a i’a cabeza, en un segmento 1 ;j-
los asientos indígenas, constatamos una de 50 centímetros, lleva sendas hileras
especie de disociación do ambientes: el de triángulos alternados. Sugiere lot idea De reponte,
valle, donde transcurre la actividad eco­ de guarda. 2Se trata, sin duda,.dn una como por ensalmo,
nómica de la tribu: vivienda, cultivos, especie dlfenmte a la anterior. So escu­ i Desdo ol sueño de la piedra,
artesanía, etc. y los lugar** altos, aletas rre entre Horras pintadas en rojo. . surge una cascabel
o grutas, en función ritual. con un torrente de imágenes
DOS ESTILO!; . alborotadas de vida.
GRABADOS Y PINTURAS
El antropomorfismo, se manlflentn en 1 n :
Verificamos cinco "grutas". Hubiéra­ dos personajes centrales, de fuerte su­ las épocas prehistóricas, hasta la delez­ viosos golpodtos de brocha, configura
mos querido graiiear su distribución; gestión. Uno jiinlado y grabado é! otro. nable presencia del turista desaprensi­ el pelo o un bonete ritual? La imagen Acariciando miedo
Ambos parecisran moverse bato iel es­ vo. En sus paredes, lleva impresa la in­ traduce una concepdón satánica, no vibra-el misterio,
pero, noe priva el restringido espacio
de esta nota. ' tímulo de la danza, y presiden, p o t a ­ quietud espiritual o artística de los di- exenta do emoción estética. ¿Qué se ha y en el regazo do las épocas
su evolución y tratar de ubicar el hori­ blemente, ceremonias distintas. La tiesu­ vorsos estadlce culturales que se han querido representar? ¿Una shamcm en se cincela el pensamiento
La "muestra" la constituyen grabados
zonte mental ,y las oaUsas o "fuerzas" por percusión y, pinturas, de tintas pla­ ra 2, está ubiautfa en la ladera y,la: fi­ acumulado en el correr del tiempo. el éxtasis de la danza? poblado de innúmeros enigmas,
que lo suscitan. nas, en rojo. Concretadas en las siguien­ gura 4, en la a m a de la montaña La planta de la gruta, afecta la forma Si comparamos esta pictografía con sin fórmulas, en secreto.
» Hemos trepado el cerro. Se domina tes representaciones: a) antropomorfas; de una pora; rumbo este-oeste; de 12,50 el psttoglifo N' 2, notamos dos plásticas
bien el panorama. Parece que fuera el b) zoomorias; c) signos y guardas; y, mts. de longitud; 7,50 mts. en la entra­ diferentes que-coresponden, desde lue­ m •
PETROGLIFO go, a tipos etnológicos. también distin­
más alto. En los faldeos y explanadas, en un caso, "morteros" consociados. Re­ da; 5 mts. al fondo y 1,50 de alto, con
se perfilan las "casas". Algunas no son salida posterior; 1,80 mts. de alto en el tos. Uno de lineas estilizadas y ágiles, ¿Será el Arte la vigencia
lativamente recientes unas y, antiguas, La figura 2 ésití grabada en una p ie­ en reclamo de sutiles curvas, mientras
más que un frontón, ligeramente cón­ otras. Yuxtapuestas las más de las veces dra cóncava qio so alza frontal al cerro. vano ideal de la puerta que se prolonga de los días primeros?
cavo. Otras, muy obscuras. Alumbra­ en visera. Escario iluminación.. En el la­ que, el otro, se resuelve por una diná­ ¿Es acaso el lenitivo
y, también, una manifiesta superpo­ El tronco y los miembros, de trazos !l e- mica angulosa, posada y len ta...
mos; ni un vestiqio: Sólo un racimo de sición. teral derecho, joóximo a la salida, se que emana de los siglos,
nos, se ha logrado por percusión, i.in ve, grabadas: t e a cabeza zoomorfa, cir­
murciélagos, con los ojos brillantes y El trazo de los grabados, en genial, ulterior pulido y, el rostro, con- supeí i- • quietamente muertos? »
la boca entreabierta. Encandilados, re­ acusa un pulso endeble, perezoso. Se cunferencias y .tomas; pintada en rojo,
cial punteado d» contorno. Hay un üé- una estilizada ligura humana, de perfil,
volotean por encima de nuestras cabe­ diría que el sentido místico se encuen­ torcido realismo anatómico, sensible ota :,r ' | ' j; IV
zas. Se percibe un tufillo que, por cierto, tra ya atenuado. El artista no cala hon­ los músculos de la. pantorrilla. Brazas y parece dirigíase afuera, abandonando,
no huele a rosas. La abandonamos con do, en su formulación plástica. Tal vez • el recinto? El -trazo y las piernas s u a ^ _
piernas en aclitid hierátlca. Un grupo Sin duda,
U n a sensibilizada impresión de es­ implique una transición o revalorización de llamas remoliiean desorientadas, he vemente floxlo,rado3 (fig. 3).
En el sector izquierdo, una hermosa es el hijo pródigo
cozor. . conceptual. El empuje espiritual, pare­ da carácter y sentido ritual, la figura de las manos primitivas
Alguien soslaya una preguntó, intras­ ciera incorporarse a un plano de mínimo de la izquierda, es el extremo de la mti-, guarda, seme.jciite a las que ss observa
con su allántida do silencio
cendente, en apariencia. ¿Porqué, argu­ esfuerzo. En un trabajo en preparación, no: ¿genio mítico zoomorfo, cuya pro­ en la alfarería del noroeste y sus con­
géneres de Santiago del Estero. En el calcinando con figuras blancas
ye. ciertas piedras que ofrecen eviden­ desarrollaremos con mayor amplitud el , tección se trata de conciliar?... Abajo, loe principios del Conocimiento
tes posibilidades ambientales, no con­ tema. • "umbral", dos "morteros": uno de 32
a la derecha, otra figura antropomorfa,
tienen muestras del arte parietal? Entre las del tipo b>. consideramos in­ centímetros ole hondo por 23 de diáme­
yuxtapuesta, completa el panel. tro; el ofro, pequeño. Se diría que mari i : .r ■ •
El investigador, a menudo, se ve apre­ teresante mencionar dos representacio­ Es notoria la diferencia de tonalidad
miado por cuestionarios que llevan im­ ca un hito, ea la dispersión de la misma
nes ofídicas, grabadas. De morfología entre la densa pátina de la piedra y la culturg que diéramos a conocer en nues­ Un sabio,
plícito el deseo do averiguar los múlti. distinta, aunque de inspiración realista. tenue sombra que esfumina el burilado. : aon su pequenez desnuda
pies problemas que plantea el pasado En plano horizontal, se cruzan La de Da la impresión de relativa antigüedad. tro trabajo titulado "Sumampa"
En el interior, se insinúan, fragmenta­ : sentado en el ópalo de la tarde
aborigen. El humor o la oportunidad arriba, unicome. Do izquierda a dere­ Estos mismos éhtnontos, hombre yllla- ausculta este clima eterno,
dictará la opción. Pero, por razones ob­ -ma, formando composición, lo heñías das,'circunferencias y rayas, grabadas;
cha, en suave ondulación de abandono, pero, .como no -definen nada inteligible, __ l i l i Por «1 ábside de. la gruta
vias de urbanidad, es mejor no subes­ laxitud o sueño, hunde la cabeza en encontrado en Empalíala, sobre el ‘Cía- .. éscucha
timar la respuesta. Además, como todo mino del Inca". las desechamos. Además, el desconcha­
una grieta. El artista, ha estado visible­ do y presuntas fumigaciones, complican él sermón beatifico de Dios
suelo es fértil para arrojar una semilla, mente preocupado on copiar con escru­ . descifrando su rosado verbo,
en la ocasión, recurrimos a lo que ilus­ y dificultan la visualización. Tal vez, si
pulosa fidelidad un ejemplar de casca­ LA GRUTA . .V sometiéramos! la investigación a la téc­ i mientras ■
tra la cátedra;—"En efecto, las más ele­ bel. Notable el pormenor: el apéndice i i jque por las cumbres del Illimani,
mentales jerofanias no son otra cosa nica del infrarrojo, nos diera resultados
córneo, se inserta en la cola, en un alar­ Pcr^onsiderav la más important» y entre los bordos tropicales
que una separación radical, de valor on- insospechado®.
de de sutileza anatómica. Y, luego, |los 1 para que el lerter pueda formarse una. del sueño,
tológico, entre un objeto cualquiera y la loscmjes!, con un punto en él medio. idea de ambiaUe. nos creemos e r la desfilan un romanzo.
zona cósmica circundante: tal piedra tal PICTOGRAFIA
Mide 2,40 njts, de longitud y 12 centí­ obligación do ¡intentar el relevambnSo de alpacas y cbrzuelas
árbol, tal lugar, por el hecho mismo que metros, en la parte más ancha. Encima, -- descriptivo de br gruta, figura 5. Basilio En el contro de. la gruta, a la dere- con un tropel
se revelan como sagrados, que han sido dos circunferencias concéntricas. un notable centro de atracción. Vt'vié ' día, ¿escondicfi?, y a unos 50 centíme­ flOURA n*. j ¡;. de ofidios sedientos.
tros del sueles ss descubre, en rojo, tina
•magnifica piclqjrafia,. por lo que tiene ‘ - * VI
de enigmático (fg. 4). Forma pareja, en
la estilística, coi la de la entrada: el Y comprende
mismo pincel y la misma tinta. Repre­ Hemos dejado aquellos lugares ame­ del indígena su mensaje
senta una forran femenina,, grácil. Tron­ nos, de higuerales profundos, con un para nuestros días venideros
co y piernas d,v perfil. Inquisidora, mira pregusto de primicias, que nos traicio­ desde una pictografía,
de frente. Los nj>» Y la boca, esquema­ nan Intimos proyectos d e retomo. que; es e l reverso
tizados en tres, circuimos. No aparecen dé úlTpoema pintado
los brazos, ni d cuello, ni el óvalo de ■ A -\ con la tonalidad
lá cara. ¿Fuoron tratados en tonos d a­ : surgente del tiempo.
ros y se reabsorbieron en la porosidad
de la piedra o fueron borrados por la RAUL LEDESMA
erosión? ¿Un cono estampado, con ner­ CARLOS BRUCHMANN
sao. ENERO OE 1962- SANTIAGO DEL ESTERO. .
EIOURA N*. I
D a to s sobre la propiedad co lo n ial Dada la misión de riego de la acequia, debia ser mantenida
en buen estado «o funcionamiento. Para olio sé lijaba ur.a recau­
dación y un enea-gado do cu mantenimiento.
En 1750 por ejemplo se produce un sumar.o(6) a raiz de! in­
cumplimiento de esta obligación, va quo su encargado no obs­
tan o Saber ^cobrado !-s mpuestos do tránsito do carretas que
estaban dedicados para ese lin, no hacia les arreglos necesarios
* Francisco René Santucho para reanudar el curso del aqua. El gobe-nador del Tucurr.án
habla -rasado por la c'udad de Santiago y comprobado cón sus
propios ojos quo la qcequ a no estaba on funcionamiento. Desde
bilidades del nuevo orden ac.lonial, la oxplotadón (entre otras) Salta se inicia ol sumario, fijando medidos do previsión para que
de esta aptitud indígena. se dé Solución a esto problema y ontroguo a otras manos la res­
La fundación de la ciui’adi. antes quo nada tuvo en cruenta ponsabilidad del cargo, -ndicar.do al rtverno tiempo la convenien­
ese adcate económico: el ligar donde ella se lija corresponde cia de realizar un trabajo de obra de cal y canto en la Boca Toma
al enjambre de las poblaciones i ndias que aprovechaban para la de la acequia,' porque los desbordos dol rio al parecer hablan
siembra los desbordes del Rio Dulce. destruido el cauce.
El pala argentino es, a esta altura, una compleja realidad Se levantó el rancherío ¡norial do la "ciudad" y se intdó
en sus estructuras de estado, como en su semántica nacional. la distribución do la tierra, a cada soldado en proporción de • Mercodos, Encomiendas y Suertes do Tierra
Su forma Institucional empero, ha ido adquiriendo contornos méritos y servicios prestados, srrgúri rezan los documentos do
desde hechos iniciales raquíticos, que se eslabonan y tejen —con la época. Si el padrón de la acequia nos pormito determinar, avanzada
la conquista y la colonia— en la trama de una humanidad indí­ Al mismo tiempo que se otorgc&an estas "mercedes y nuer- la colonia, la posesión de solaros en la'planta de la ciudad, otros
gena preexistente. tes dq_tierra". se procedía al repartimiento de indios somdüdoe, documentos en distinta época dejan dalos importantes sobro la
Es importante por ello comprobar las fuentes de origen de eso los que serian utilizados en servidumbre bajo el régimen legal posesión territorial en la campaña.
desarrollo, en cuanto, al retrotraernos, iremos descubriendo los de las-encomiendas y el yanaconaztj'o. Desde los primeros tiempos el conquistador so apropia do la
términos simplificados de su alternativa de crecimiento. No es posible establecer la fumo: detallada de las t-ii’udl- tierra. Se la apropia en el sentido colonial de la denominación,
Lo que aparece ahora tan complejo queda de este modo his­ caciones de tierras en el éjido d r ía ciudad, a lo largoüts Id en nombro del Rey, y también se la apropia particularmente para
tóricamente referido, a formas germinales, cuyo desentrañamiento iundación y sucesivos traslados, preu- t:n cambio, es posib / de­ su uso y servicio personal.
^ corresponde. terminar cómo lúe su tenencia m 17116, por el padrón d-n la U uiliK ldn de Malla P d e H tm in d ti.d e la Academia d t Bella! Ariel Merced, se denomina al acto legal de la adjudicación. Eti­
Dentro de ese intento la historia de una provincia como San­ acequia principal levantado en e¡» año.(4) mológicamente la palabra deriva del latín, merces. que significa
tiago del Estero (y todo el Noroeste), es decisiva, por ser un punto La minuciosidad de este docunento permite entrever xrrac- paga, recompensa, honorarios. Y os justamente ese el sentido que
de partida en la estructuración conquistadora, y también, por cons­ teristicas fundamentales en el arda.da- la posesión y de ha: re­ adquiere este tipo de adjudicación. Los mismos peticionantes lo
tituir en sus Orígenes, un mundo denso en realidades de lodo laciones económicas. Ta'l como se conserves hoy, es probable que antes del tra­ entienden asi, al enumerar títulos y servicios prestados a la ca­
orden económico, social, cultural, demográiico. Un peritaje catastral daría con igor- los limites y medidla- do zado 1-s técnicos ordenevon un levantamiento del terreno por rona, cada vez que demandan ur.a compensación.
Todo esto es cierto, aunque luego la dialéctica nacional ha­ cada chacra o parcela registrados en el censo; pero baíto su donde fluiría el cauce. Ei. desnivel so advierte todavía pese al Las concesiones de tierras, o mercedes, fueron otorgadas pri­
ya eclipsado la importancia proporcional de estas regiones, para sola lectura para extraer claras evidmcios al respecto. pavimento y la urbanización. mero al soldado que participó en la hazaña de la conquista y
transferírsela al litoral y al puerto, como partes ya implicadas Hay que recordar que la acequu oxlstla de muchos añoe luego a sus descendientes o a colonizadores que las reclamaron
en la acción imperialista de las potencias europeas.(l) atrás, excavada según se dice por yanaconas indígenas, bajo a Dos.nlpción censal en la medida de sus necesidades o de 3U voracidad.
No digamos quo exhaustivamente el país corresponde a la dirección jesuítica. Se traía de ura obra hidráulica de gran Desde la dudad de Santiago dol Estero, treinta o cuarenta
aquellas formas iniciales, pero que son si, ellas, elementos deci­ importancia para la época. Nace en mi Rio Dulce, en el lugar El censo mencionado,, toma como punto despartida las "Es- leguas alrededor, so distribuyeron las mercedes por orden do
sivos que hacen a su filiación. denominado hoy "Boca Toma" y sonriendo u n a orientación paldcs del Convonto de lfci Merced" y siguiendo la margen do importando según la calidad de los personajes. Muchas do ellas
Las formas «qoe fundamentalmente importan en un enfoque de Norte a Sud, linaliza más allá ddl Hlmlte urbano. enfretrte, "aguas abajo" «numera sucesivamente las chacras que estaban vacas, es deár sin ocupantes, poro muchas no, estaban
asi son las económicas y de relación social. En Santiago del se don on esa ribera, iidlcando proporciones, linderos, propie­ ya pobladas por el indígena. Las mojoros tierras lógicamente es­
Estero, ellas se dieron como testimonios primigenios, con prodi­ tarios;..Ulules de posesión, hasta, más allá del parche conocido taban ocupadas, aquellas que tenían agua y vegetación.
galidad. hoy ¡por Conlreras, que según este censo y según otros testi- Pero ello no seria obstáculo para el derecho que habría de
En lo que concierne a la parte social, es un documento im­ monlas(S) hablan sido edgúna vez propiedades del capitán Mi- instaurar el régimen colonial.
portante, entre otros, el proceso al indio Juan Balumba en el guol ftlbaroz de Avila. Pudo ser que el español desplazara al poblador, natural, y
año 1676. De él he hablado, extrayendo conclusiones, en el Cito este doto sólo .romo referencia per-o una rnejer orlon- lo desplazara sucesivamente en distintas y más amplias: aprecia­
número anterior do DIMENSION (2). tadóm del lector, pero n a es allí que acaira el pad«5¡¿ sino que ciones, hasta arrinconarlo en los páramos y desolaciones, o pudo
Toma'é entonces ahora algunas.manifestaciones de la pro­ sigue marcando propiedades adelante, hasta dar por último con ser que lo supeditara a su servido. ■
piedad económica, para descubrir otros rasgos en las relacio­ "tierras que pertenecen al Colegio de la Compañía Jesús". Se dieron cases, diversos unos de otro3, pero el resultado,
las consecuencias fueron en lineas generales las miémose la servi­
nes de aquella sociedad. Pfe la otra banda de la acecuía, o sea doncie están las dumbre y el dosquidamiento de los pueblos someados.
propiedades del Convenzo de la Merced, siempre aajuas abajo, Hubo momentos en quo se intentó trazar una legisladón que
• □ padrón de la acequia Belgrano del año 1756 lo primero que registra el censo es el Convento Ae la Merced protegiera en sus derechos al indígena, como un vasallo también
“q. ceta sus rancherías ocupan dos quadras de tierra*'. de la corona. Pero las más de las veces so quedó en la pura letra,
Quien llega a la capital'de Santiago del Estero, descubro Y' asi sucesivamente todas las propiedades, hasta dar en los como que quien debió ejecutarla ora parto de los intereses, o de
quo 03 una ciudad relativamente pequeña. Seguidamente po­ últlmcs. tramos, a una Kegua casi de la ciudad, o ta vez con
los privilegios en juego. ,
drá advertir como una nota sobresaliente do su fisonomía, una i chacras del Colegio de J r Compañía de Jesús, "la caál donó á Las mercedes se acordaban no sólo por una vida, sino por
Viejd acequia bordeada de avenidas, que recorriéndola de ex­ este (.tdegio el Capn. Migirel Albarez de Abila pa, sus yanaco­ dos y por tres, y la extensión de ella3 no siempre era muy precisa,
tremo a extremo, la atravieza hasta más allá do los lindes ur­ nas el año de mil seiscientos y nuebe". pues las relerendas fueron ambiguas o generales, lo quo iraeriá
banos, con una longitud total aproximada do 7 kilómetros. Pura ol Norte, o sea aguas arriba, por la otra banda, siem­ pleitos o se prestaría a nuevos despojos y abusos. -■ _
En otra época eBta acequia era conocida con' el nombro de pre a partir de las espaldas del Convento de la Merced, se Podríamos enumerar gran cantidad do mercedes registradas
acequia principal y, alimentada por las aguas del Rio Dulce, repite la operación censal en todos sus detalles y luego lo mis­ en publicadonus, o existentes en los archivos. La sola colección
. cumplía una importante función de ifégo sobre los solares, que mo por esta banda del Convento. En este tramo de la acequia, de Revistas del Archivo de Santiago del Estero tiene reproducidas
según el plan de la ciudad, se proyectaban hacia una y otra a partir del Convento aguas arriba, la distribución d e los solá- en. sus páginas una gran cantidad do ollas, recuperadas para la
banda.O) •' . res se repiten más o mezTo en forma parecida a la del tramo posteridad por la pódente labor do Andrés Figueroa. Otro tanto
En verdad el plan gdncial de la ciudad poco ha variado, sud, pero con un pormenor interesante: El censo en «de sector ocurre con la'docuraentadón histórica de las prayindas vecinas.
y hasta hoy la vieja acequia, sigue constituyendo, con sus registra posesiones monore-.s pequeños propietarios, o quizá so­ Inclusive han sido escritos ensayos pardales donde se his­
avenidas, lo columna vertebral del éjido más antiguo del país. lamente ocupantes según s*r traduce de esta descripdáa censal: toria una determinada merced y los traspasos subsiguientes
No podrá escapar al lector la importando que debió tener "Del sitio: de Da, María Juana Robles, qe. esta de la d a r vanda de posesión (7). •
en los primeros tiempos de la colonia, como fuente de prospe­ de la Asequia, aguas arribo se ofrecen cosa de dos quadras, y Al mismo tiempo que se origina la propiedad del conquista­
ridad, y su papel al mismo tiempo, para signar el valor real o media dertierras, hasta las casas qe. fueron del Capn. Dn. Pedro dor, 'es decir, que «e crea el status legal 4® s u posesión, se hace
sodal do las propiedades quo se adjudicaban en su entorno. Óo Xerez Calderón, y en dho. terreno hay varios interesados, y él repartimiento de indios.
Las riberas del Rio Dulce, donde sé fundó la ciudad do son los siguientes, los herederos de Da. Juana Roldan conjunta Y esto’económicamente es de gran importando, el español
Santiago del Estero, oran abundantemente aprovechadas por la persona de José de Ortegci Marcelo indio stfpatero, Esteban sabe que necesita esa fuerza-servil.
agricultura aborigen. El español, a l . establocoréo, no desechó ■ > M u,tridón d t T ertaa C o m a d e í t A a d n n li de I d l a Arle» Xorez, f)ci María Brabo mujer del sargento maior, Dn. Asencio La ciudad misma, ha sido fundada teniendo en cuenta esa
aquella tradidón, sino que por el contrario incluyó en las poei- .Bonaora, Da. María Rosa Robles, y los hermanos y herederos presencia, donde habla abundante mano de obra, sobro las
dol Licenciado Dd. Diego Ferzeyra". márgenes 4el Dulce. Pero toda la provincia os poblada "los puo-
obligados todos los indios, por el solo hecho do serlo Esta clase
de obligación se cumplía muchas veces con la realización de tra­
bajos públicos. Este sistema quedó estatuido bajo la institución KJ éñor aquí to llamo esquela de la furia justa.
do la mita o el yanaconazgo. Hay numerosos^ documentos que
Aquf to encuentro y aquí te nombro
hablan de los trabajos públicos realizados colectivamente por
yanaconas. a Juan Balumba
En 1747, se realizaron numerosas obras pún-'icas en la ciudad' • como s e nombró Ta tierra primitiva,
de Santiago, censo vemos a través de! siguierito documento: la isla rumiarle
que levanta inacabable del lugar,
''...asimismo so ordenó por este Cabildo so '.dioso comisión nuova- paralelo de maíz.
monto a nuestro 'aloaldfc do Sogundo Voto para quo prociso y compola a
los puoblos del Salado oonlrlbuyan con la mita a osla ciudad, dondo hay Míralo Señor.
muchas obras públicas como son la Iglesia Matriz, nuestras Casas Capitu­ Ahí yace fétido de luciérnagas Juan Balumba
laros, y olraB muchas do 'rocinos, y aún do I o b Indlvldt os do oslo Cabildo
quo deben tener preloronria a las obras do loo parllailotros, oscoptuando con la alrenta y tres siglos encima
solo ol pueblo do Guañagasla por Fronterizo, quo lo pidió ol Sr. iusliola donde duerme el polvo
Mayor so escusaae de la mi-cTlUbroo capitularos pág. 403 Acia dol 10¡4|!747),
' asi creo del silencio
Esta prestación de servic -m núblicos amparaba sin embargo en este kilómetro original de América.
también como puede verse, ol interés privado de funcionarios y Mírale
otros grupos privilegiados de la colonia/ que utilizaban la mita y di si nadie to ha escrito
para beneliciarse indirectamente so pretexto del interés público. d e ésta muchedumbre indagando la razón.
En obras de encauzamiento de ríos, como en ol caso de- la
desviación del Salado, y en la excavación de acequias se aplica­ Poccflje yo te digo Señor de la ira clara
le azotó.
ba también la energía del r.u'tayo. qv» el indio Juan Balumba no ha pecado.
Mira ahí Señor la aventura losforecente
Es verdad que van sus lomos
donde envuelve Juan Balumba
« Estancias, Haciendas j Granjerias apcias una cuarta do trapos
con las calzas de español.
y tinta vergüenza del hombre como un fruto desnudo.
Como una modalidad económica distinta, y adore la base de Aquí yo te explico que Juan Balumba
IVarr yo te explico
blo# ó media legua unos de oiros", según alguna crónica de b cria de animales se regenizaron en distintas etapas de la levó'el presagio
«rae- éste no ha pecado.
entonoes. colonia, estancias y haciendas de grandes extensiones. y -rescató en las malvas del aire
Dedicadas ellas a la ganac/nría mayor .y menor, incorporaban Tú almas la inocencia, enumeras la estirpe de los vientos.
La mano de obra indígena, aunque rebelde, e s codiciada. El aquellos ríos que nos diste.
repartimiento de indios se va haciendo a medida que se some­ sin embargo en algunos c c e o s . fa chacra y el taller primitivo. ' y hablas el diluvio Señor!
Por cualquier deudo civilizador te digo
ten los pueblos a la jurisdicción colonial, Donde está instalada Los jesuítas consiguieren organizar poderosos aistablecimien- Marios pájaros en el aire desertan el ángel
tos de esta Índole, llegando su poder económico a. proporciones quo en nuestra canoa de la Cruz del Sur
la ciudad de Santiago del Estero, corresponde a una zona de ynultlpllcanso.
pueblos sedentarios y agricultores: Todos ellos quedan involu­ inusitadas para la época. Juan Balumba no ha pecado.
Jos jaguares y los poces
crados dentro del orden colonial. La Compañía de Jesús, ion- casa en Santiago ddl Estero, llegó Por nuestras deshojadas hojas,
a reunir en sus manos el central de diversas estañaras y hacien­ son parte irredimible de tu espacio
Se encomienda el cuidado y la responsabilidad de cada uno por nuestro olvido del reino de Iragancias,
de estos pueblos a un español, que como consecuencia se de­ das. Sus métodos, su disciplca y su organización fueron las pro­ - y d clavel nace la grana húmedad de musicafpolen.
por la imagen
nominará encomendero. pias de una verdadera y porfiada empresa mercanll. V tú alcalde de la tempestad celeste,
En las proximidades de t’a criudgfl de Santiago, >fct Compañía de los memoriosos días natales,
1/3 encomienda es una institución de caracterislicas leúdales, Smor almena do nubes/ carabela de cielo,
tenia plantaciones, de Conteras para adelanto, sogin lo hemos por todo' lo nombrado en tu mansedumbre
dentro de un sistema que no puede ser definido como totalmente tú les alumbras.
feudal. Además, aquí se trata de una imposición de tipo colonial. vi3to en el censo de propiedbdtes de la acequia Bolgrano, apelo a ti Señor del rodo, sextante del rayo,
Edo Juan Balumba te reídlo
Se comete un error cuando se equipara totalmente ambas situa­ El investigador Órestes Di: Lullo, ha dedicado tofo un libro ' caporal do médanos,
donde describe las proporciaren y el progreso de laEsim'cia de • escomo el clavel cobrizo de estos bosques,
ciones sin puntualizar la singularidad del caso. Señor tridente del luego apelo a U
El encomendero explota casi siempre sin piedad la mano de San Ignacio en la provincia oe-Tucumán, que tambiín dependía dimésUco en la costumbre aborigen del árbol,
por este Juan Balumba
obra encomendada, se «propia de toda la producción. Está obli­ de los jesuítas de Santiago. S* extensión comprendió muchas le­ ■o más te diré madurado en el aroma de colmena
guas, contando con miles de cabezas y cientos de esclavos; talle­ dormido con sus pies enteros de América morena
gado en teoría a su vez a cuidar y proteger la vida de sus enco­ confusa de corolas, aquí violenta de larvas.
mendados, pero las má3 de las veces es una cláusula que resulta res, curtiembres, atahona, sembrados. Todo lo cual sr perdió con y de vegetal esmeralda enra:cido.
5eñor tú sabes.
irónica, pues al final el indígena de quien más debe protegerse la expulsión decretada por Cafes III en 1767, y se subastó o pasó Asi te invoco por este indio que pudre
tblcá de tus ríos de América
es el mismo encomendero. Generalmente le está vedado vivir a manos de terceras personas cpje no pudieron mart-rner el me­ Vial .una huesa subyugada en el zapato.
canismo ni la integridad de tas vastas y complejas posesiones. acilla y oro para la piel natural. •
dentro de la encomienda y le está vedado mantener tratos ilícitos Señor asi creo en Juan Balumba.
con los indios. Algunas reducciones de radica sirvieron de baso prora estable­ :GUnombre os pues el mismo color
cimientos parecidos. Con unz. buena dirección y con-un régimen que ahora le asoma a Juan Balumba Míralo aquí parado
Eso sf, tendrá que velar para que reciban la doctrina cris­
tiana y vivan dentro de la fe, lejos de sus antiguas idolatrías. de disciplina castrense, ei trabajo de la multitud de indios some­ de'intemperie impoluta , amargura de la raza,
Al mismo tiempo que el indio queda al arbitrio del encomen­ tidos a la doctrina en poco tiempo multiplicó en s.rsultados e como esa prole es tu paloma de continente total. ’huésped en su leche de eternidad.
dero y a él se debe, está obligado a pagar un tributo para el incrementó las posesiones. 'Men sé. No es ol Inca Atahualpa, Mirale Señor, mírale
sostenimiento del régimen colonial y las milicias. a este que de Savagasta viene
Algunas encomiendas son tan importantes y tan fecundas qye ni el duro luego de Tupac Amaru.
(1) Con sus consecuencias do rontnrilzaclén capitalista y adnniradón in- por tu légamo de luz.
directamente Ja corona se interesa por ellas. Es el caso de los pue­ ” migratoria t *t Tan sólo- ún escuálido indio
blos de Soconcho y Manogasta. Andrés A. Figueroa, reproduce (2) También menciono y trar.mrScr- parcialmente esto procnio en un tra­ dé nuestros pueblos Habla Señor
eri su trabajo "Los antigüe» pueblos de indios de Santiago del bajo anterior "El indio en la. Provincia de Sgo. dol Eslora' V 1954. ojuniva misero dormido , que Juan Balumba no ha pecado!
Estero" una carta escrita por Francisco Arévalo Briceño sobre (3) En unas notas publicadas ca ol diario "El Laboral" >dol 15jl0|61 el
historiador Alfrodo Gárgaro aproa que la mencionada acequia Bolgra- ym manojo de la tierra CLEMENTINA ROSA QUENEL.
la visita que efectuó en 1S8S para la tasa y repartimientos: . no no es .contemporánea o Jo 'fundación do la ciudad, como muchas acoro algo tuyo, Señor.
veces so sostiene, sino qzv correspondo al nuevo trex-afo dado por
"Cuando Hernando do Lenna entró (en 1582) a gobernar aquellas pro­ el año 1670. Pera tú sabes.
vincias del Tucumán prendió al gobernador Gonzalo de Abreu y lomó para (4) La. copia do este precioso documento está reproducida on !a Rev. dol •Hay algo más que resiste a Juan Balumba
el a Soconcho y Manogasta, haciéndoles que hicieran ropa y lienzo, alpar­
gatas y calcetac y otras telas que todo se hace do algodón: domás do oslo
oo hadan de un hilado que llaman cabuya, cinchas, aparejos paró cargar
caballos; demás de estos tributos le daban-mucho trigo y maíz, para comer,
y para ello sembraban' chacras y sementeras". / ,. .
Archivo de Sgo. del Eslora, año 1924, pógs. 44 al 60.
(5) La propiedad "Contreras" identificada todavía hoy bajo ni mismo nom­
bro en las' adyacencias d? ia ciudad/ sobro la ruta a Córdoba. Heno
su origen- en una merced acordada al capitán- Alonso cío Controras ol
3 de noviembre de 1593. Quince años después pasa a poder dsl capitón
on di proceso
"piccndo una carreta descalzo de pie-y pierna".
Mirad? Señor antiguo de auroras, v
Bando
El pasaje es elocuente y da la medida de la importancia de
dichas encomiendas. • ;
Miguel Alvarez de Avila.
Do la descripcíótfque hace el censo al respecto se desprende que
la acequia se pro'ongabrz entoncos sobre todos esos‘«olores y aún
más alió. sea que tenia una extensión mucho mayer ique la actual.
(6) El sumario sé sustancia en Salta, en baso a los autos librados por el
Soñar herrero mayór de los trópicos.
PcBjqiB yo te explico
qu® ei este sometido libertó la idea ■ ■ ■ ■ ^ ■ de
Juan Balumba'
« Mita y yacorungo signintfose con tu estrella más arborescida,
Cabildo de Sanliago contra el encargado do] mantenimiento de la
acequia Mro. do Campo Don Roquo Lopes u.o Volasco, por ol lncum- tí a*Cí como on astas rotas
Aparte de este sistémd^He las encomiendas, que hace a la . pllmlenio de su obligación a posar do haber también dispuesto de los o en nonada oscura
propiedad privada del señor de la colonia, existia como habla­ indios de la mita. ,
(7) Ricardo .Rio3 .ha publicado varios artículos asi, en diversas odlciones
mos dicho una forma de tributación fiBcal, a la que estaban do la Revisto de Junta de Historia local.
Sarmiento había terminado su
presidencia en octubre de 1874.
Tres candidatos se disputaban
en principio la sucesión: Mitro.
E.1 tema de la libertad en “M artín Fierro”
Adolio Alsina y Nicolás Avella­
neda. Los autonomistas do Alsi­
na terminaron apoyando a Ave­
llaneda que triunló, p e r o su ■K.
Luis Octavio Orieta
triunfo resultó discutido por Mi­
tre quién levantó en armas a sus
partidarios.
En Santiago del Estero, bajo El área de la libertad en que se mue­ minio de la pampa, la inmensidad del
el manto de los Taboada gober­ ven Fierro y Cruz es la misma, a pesar cielo, la lidia con ol ganado bravio, el
naba Absalón Ibarra, •creando de las formas metafóricas en que-se ex­ desamparo do la soledad, " . .. todo esto
un clima propicio para ol mltris- presan, Dice el primero: hacia dol gaucho un tipo de-hombre li­
’ mo. E! periódico Eco dol Norte b re ...”, confirma Lugones.
(cuyo N’ 86 se reproduce foto­ TU gloria os vivir tan libre Pero retornemos al texto. Martin Fie­
Como el pájaro del cielo. rro como expresión simbólica del gaucho,
gráficamente) reflejó en sus pá­ Uno de los supuestos que suele consi­ No hago nido on este suhlo
ginas, b a j o la redacción de derarse inherente a la condición gau­ Donde hay tanto quo sufrir expone on sus cantos sus desdichas y
Agustín Argibay, la alternativa chesca os el de la libertad. Ser gaucho, Y naídos me ha de seguir sus ponaft Las persecuciones, las injus­
política del momento, y da su suele aiirmarse, es ser homfcire Ubre. Cuando yo remuento el vuelo". ticias, los abusos que la prepotencia ejer­
versión de las contingencias mi­ Siendo Martin Fierro "el gauclio" en el cen contra- él, son tópicos en exceso co-
sentido genérico, lo alcanzan tales aser­ Cruz, después de haber cometido otro necidos. Importarla averiguar en qué
litares: El pronunciamiento d e l
general Ignacio Rivas en el Azul
crea problemas en- Buenos Ai­
ciones. De aht que sea con3icferado no
solamente un hombre en el pfeno goce
crimen en un baile, huye:

"Monté y me largué a los campos
grado comprendió la causa de esta opre­
sión. Aunquo en varias oportunidadés le­
vanta sus acusaciones contra el gobierno
res. y el general José M. Arre­ de la’ libertad, sino también un paladín
Más Ubre quo el pensamiento y los puebleros, están dichas como al
donde en Cuyo, busca eludir la que lucha por su consecución. Se expli­ Como las nubes at viento
persecución de Roca que coman­ ca entonces que Rolas lo llame "héroe A vivir etn paradero, pasar y sin mayor convicción. Porque la
civil" y que Lugones lo defina como "fus- Quo no tiene el que es matrero fuerza verdadera do los cargos se ejerce
da tropas nacionales.
En el orden regional, el go­ Uciero y libertador". A idénticas conclu­ Nido, ni rancho, ni asiento". comra el juez, el comandante o el pul­
siones llegaremos consultando otras fuen­ pero, simples instrumentos en realidad
bierno de Absalón Ibarra es Podríamos multiplicar las citas, pero del verdadero poder. Antes de la apari­
asediado por el gobernador Ló­ tes. Poro si consultamos el floema, ¿qué
dice, en verdad, al respecto? Siendo que- todas nos llevarían a este resultado: la ción de estos personajes en el escenario
pez, de Tucumán y otros elemen­ histórico, los malos del gaucho ya tienen
tos que conspiran contra su es­ en él hay muchos pasajes de tesitura libertad en el. "Martin Fierro" alude siem­
discursiva, llama la atonden que entre pre a ese largarse por las pampas a cru­ vigencia. Vienen desde la colonja, cuan­
tabilidad. los temas abordados —algunas bastante zar por donde quiera con un. caballo, a do todavía se lo llamaba changador o
abstractos como la eternidad, el tiempo, vaqar como el pájaro del cielo, t^omo las gauderio. Desdo allí arranca su condi­
la ccuilidad, etc.—, no figura1el de la H- nubes al viento. . Es decir, -el ejercicio ción somisierva, sin ocupación estable,

^ -
ij l a bertadl
Si nos volvemos hacia ia. perspectiva
históráa de nuestros pueblos, ob eviden-
de la libertad para el qaucho so reduce
a la facilidad de movimiento físico, de
desplazamiento sin obstáculo por la lla­
remunerado con aguardiente, yerba y
tabaco. Su desamparo social va agudi­
zándose coq ol proceso de apropiación
’té qtl¿» para el argentino Ja libertad es nura inmensa, ya lo haga. impelido por dol ganado —en su mayor parte cima­
sinónimo de epopeya emermpadora na- la vagancia sin objetó de su vida errá­ rrón durante mucho tiempo— y hace-cri­
ffís ftr tía cionail En el alma popular «lio se cultiva
' como una tradición y un sentimiento pa­
til, ya exigido por la naturaleza de sus
ocupaciones. La afición al caballo, el do­
sis con la total ocupación de la tierra.
Martin Fierro es ejemplo de la clase de
tries. Martínez Estrada es¡ sii "Muerte y
Transfiguración de Martin fierro”, anota:
" ... «n el poema ese sontamente no exis­
Octubre de 1876: ha desapare­ te em absoluto... ninqurxr de los perso­
cido en Santiago del Estero la najes, tiefíe ocnciencia deilpats en que ha
hegemonía ae .ios Taboada. Ni­ nacido como unidad esiáütual. Nación,
colás Avellaneda ha consolida­ Estadb o raza... Sobre el pasado —agre­
do su presidencia eliminando en ga—, las glorias militares o el heroísmo,
ol interior los bastiones del m¡- que son los sustentáculos, del patriotismo
trismo. criollo, no se dice una pe'.labra, ni se ex­
Gobierna Santiago, Gregorio presan ideas que a ell as se refieran"
Santilkpi. El periódico La Liber­ (Pág. 161; T. II). Pero si como tema de
P e r i ó d i c o p o lític o ,, liten ■io y c o m e r c i a l . tad (cuyo N« 32 se reproduce), di- reflexión o como sentimiento nacional la
'•>¡o Oolufcrr» d o IOT í;, r'gido por Rosa ÍSodoy, alberga libertad no existe en el filmo de Hernán­
violenta critica erntra Mitre: dez, quédanos aún verilicwel mundo de
*» rr-vAcao» los autos. .
■’Y»>t» l'uoarAt. d, t w w t l t J b u l ^ m ^ h t f r u o , . IUM i l t Mrin-l m»*•*»> 0»a "El día ^que not doscuidemoa. a«rá El. Hijo Mayor es el ■personaje .del
r. r.,-n w<|.Vn ,,! j>.*- m u ^ 0*»>o m ¡ * * a c ■* i o.» rl w»r»W *i,
ol principio dol dio* do desgraclaa y presidio y, como nadie, evíara la liber­
r oís avisos Irnpwiu «.'ÁMJ'fvitinbviAfM » fvmhifti ««.Idnlriot
W «tl« r»r<l«4. ty n 4* DUlMvnW. j ,. .mfi, q calamidades pan. lo República. tad. A ella se refiere asi <ob sus lamen­
IftaatAbi.M* t**- * S J MDr.-osm^t a 0*» hutviM wfisVt Hmp»« • „V*> / J «ar Mitro, e! más funesto do los ciuda­
V 'tntaA.cntoN anon.ima - U\m táU día «1ana b.it-lid»* * J - d *n '« • r*r« M itliM tr «m m >?»*•>•
danos, habrá trinrfoiio; y ol Brasil que
tadoras:
y r A r * * ? .» , y * » . ¿ W jK -n t-rw ' toinudiiM i. in*»»**. .-»•. v *- .!»[«. J
priuiM c<wi U «dfwl» é* U jvstrv» 8« u u a r n ú t/e Á ■ rró> tf lln l - . A V, K m m • * * U w V •• i. l\X g ahoga al Paragüey y Montevideo con
i- ■ -.ny i .o o d o r «'*!-»» a iV * .t^ ^ 6|.n A P^tr.b. otifwiMn « W l w nv* p»*H« r•* " id ü una mano, ahnga-á a nueslra gran "Aquel que ha vivido lübn
l« r v « l t a t o m H ü * u ri»
k M lM iiM ta ÍM N 4
• M di*
v»-* 1 « i w . :s.
itV i J i r s i l f M Mr«| tflM««•*•ld¡#í.}um4«* Rppdilit*. * i!»W Nación con laa»1w. De cruzar por donde quien
M J » « r ^ c n # y . » . !<• ¡ . M p n e . s r - f i O.iAJíTIt.U*. J*, ... «M La lucha qipj etn la actualidad li­ Si adlgo y sa desespera
UUsvdMMft. 5. i. el.- de . bran los partidas políticos, no son do le encontraráe allí cau'itr/Q:
um» u *ut- MiUv, e l alte /«—.<- U. «u | A ban n ».4 un tormento muy vivo
W*to. u^mUAa. y *1 Pr-.I a Y — — - * j:v..v.vU*«* carácter doméstico o provincial.
“" H »**«*r*r * « » » « ■* U - . .»«’*.».• w rib M , Q« P«m*U «• «t-ito*. 'Sjj#-'. «% Su carácter «ís nacional, y por tan­ <Iue abale la alma mic rfira’.'
C í* * .. « I » , « t r i e . a lM S fu rX A s m . • * • i» . ■ • » to digno de la raás seria atención.
U* r ^ ' X—•'* M llW l ’ • A'll Mle*ti-5. Ul(U» ..U.v. P ro n » y t í » ! '- . -» El que en las .agitaciones -por quo
U l-*4 «WMk H^nlidid Ir (a* i >«• m En seguida expresa su más caro anhelo:
Msk» a. i.w-s« r.üi^.s |)-> rotrsdo n»n U m u h w t* .
l•>■(•r*"cU. fsti i’«n»4's 3
«J, }„
u. .A -s ha pasado* esia provincia y continúa
ME.SÍCAL CNl‘F/0 «V M U r « pr».iit.ci*l | t— ic ¡ ^ m m W h W q** pasando, no v ea más mano quo ,1a
r..-*dPwar2^'iL _J.i- i w 'i O u M r tH ir O n rfk n v » , 7 w », t o r n t r< n (• p c .n ^
h . ú . t a : 4 if t m t t del taboadisnm destronado, nada ve o “l&x estq estrecha prisión
fn H E D A C C IO N . k |— «UM Kk,u:M , ->—
"IB »JM M U *|t**r. '*wa poreu. ■ ve muy poco. ítn poderme contormar,
Poro Mitro «o íuera tan porvorso si Str cansaba de osclamar:
«61o fuera un revoltoso. Oué diera yo.por tener
A más do revoltoso os traído a le. tDn: caballo on qué montar
Y una.pampa en qué correr".
Patria". , • »-
los pequeños productores, arrendatarios
MUESTRA DE grabados Casi soneto
o simples ocupantes de tierras no denun­
ciadas, desalojados por el gran propieta­ Carta rala censo político dc-1 democralismó burgués
y. c o nBocuoniemento, el debilitamiento
de los plantadores terraloniontes y escla­ i
rio. Recordemos que al volver del fortín
y encontrar cu hogar deshecho, relata
entre otras cosas:
"Después n i contó un vecino
Ahora só que o! día so hace desde los oíos,
que la ternura inventa barcos para la soiqm
vistas dol Sur
• La3 circunstancias históricas de Mar­
tin "Fierro s o n distritos, y detrás suyo,
en vez do la d i f erenciaciones dol pro­
. Pedro - Molina realizó en el Museo de
Bellas / rtes, con el auspicio do esta re­
vista, una muestra de grabados.
Coro 17 trabajos de dive sas técnicas ■
timos no los enriquece, es decir que nada
poseen acerca de una búsqueda, de un
encuentro.
“Comiendo choclo", con manejo más
para la creación
ceso estadounidense *o asiste a un háb.l
Que al campo ee lo pidieron Lo só porquo he tenido las puntas do tus duche entendimiento di- la desfalleciente bur tales como: agua tinta, talla dulce, lino- positivo en la técnica, hay sensibilidad
—La hacienda »e la vendieron como párpados dulce» en mi boca salada. Hum, punta seca, grabado en azúcar y de la linea.
Pa pagar arrondamlenloe guoalá nacional con la oligarquía gana­ He tenido la tímida lámjrara
Y qué ee yo. cuanto» cuento»; dera. Pues m i e n t ros nos deslumbran prendida, antorcha do lo Imito,
Pero todo lo fundieron" Aquí, en el campo, el aire murmurándome olores, con la creación de instituciones y de y sentía a mi alma, un poco avara. .
las carnaciones cáhda» de la gleba ofrecida. una legislación moderna, cuidan escru­ conmoverse, cambiar d » vestidura, lo
y aquí aparece un hecho, notabló: la in­ Tu recuerdo es una ola tocándome en el pecho pulosamente dejar intacta la estructura
finitud geográfica de la pampa que in­ [infinito
como un ala de ral tilma qus ss quedara afuera. económico-social imperante y que, a la
duce la noción do la libertad gaucha, postro, se volverá contra aquellas para
queda restringida por el principio jurídi­ al alcance de mi mano, la muerte
Iré a ti. Pronto. Antes de que caigan las últimas hacerlas inservibles en la práctica. La —mt.muerte— como el castigo de las
co de la propiedad. ¿Adónde va el gau­ suerte dol g a u c ho Martin Fierro está
cho expulsado de su predio? Cuando el , hojas que aún se sostienen en la» ramas del [dudas
asi sellada por obra de nuestras particu­ levantando mi piel con las azadas,
Benito Castro de la novela de Ciro Ale­ tcanto.
laridades históricas y no por impondera­ hechas desde el pensar para no perderte,
gría arenga a los comuneros indios de A ti, donso y sencillo pulse del labrador,
bles raciales, espiritualistas o de otra In­
Rumi, les dice refiriéndose al gamonal que con golpe» de poto roma lo» horizonte». dole parecida. Insistir en esos impondera­
vecino: "¿Qué ha hecho con las tierras tierra ignota, llanto do lo concluido,
bles es crear y cerrar un orbe como el de árbol destemplado para la creación.
que nos quitó? Ahí están baldías, llenas La ciudad con su» luoee moverá tus vestidos Martin Fierro, dentro del ¡cual la vida se
de yuyos y arbustos, sin saber lo que es Todos sembramos con los ojos, incluido
tan cercanos al aire qo* estiran las gaviotas. va desplegando de derrota en derrota
la mano cariñosa del sembrador... Y La ciudad con »us tecleo, donde la noche olvida y de evasión en evasión, sin que se al-
cuando la ley da tierras so olvida de lo el manto de la última jornada,
un rumor solitario de distantes pisadas. coince a percibir las coioxiones con la postrer entrega, callada contemplación
que va a ser la suerte de los hombres r/eulidad social ni las verdaderas causas en el castigo j>or toda la hermosura
que están en estas tierras. La ley no los iU los padecimientos bri'ividuales. Asi
protege como hombres. Los que mandan IrA a U. Voz arada de una sed cavadora. [olvidada,
Desde la sierra abierta carao el sol de las ubres. vanos a M a r t in Fierro dentro de. oso
se justificarán diciendo: "Váyanse a otía "-•abe autónomo", h u i r d el fortín para EDUARDO PEDRO ARCHETTL
parto, el mundo es ancho'. Cierto —con­ Aquí, biotado ahora, doy palabras al viento,
asnvorlirse en desertor, huir del hombre
tinúa— es ancho. Pero yo, comuneros, como un linyera entrega sus sljboo a la nada.
Horneo para refugiarse eitre los indios, alguna de éstas entremezclada». -Et dinamismo dominante, de sus tra­ Santiago del Estero.
conozco el mundo ancho donde nosotros, h ilr de las t o l d e rías pt ra regresar y 3u conocimiento de lns diferentes téc-' bajos queda rezagado en "Niños con ba­
los pobres, solemos vivir. Y yo les digo OSVALDO GUEVARA. dsipedirse de su evential compañera nicas queda demostrado, sin que esto rriletes", con flojedad compositiva y for­
con toda verdá que pa nosotros, los po­ ene estas significativas pdalbras: stg,tiliquo un dominio robre ellas. mas convencionales sin -unidad. Lo mis­
bres, el mundo es ancho poro ajeno". Rio Cacalo, Córdoba. Esta muestra nos da: la visión dol au- mo cabe señalar en "Montonero' de di­

Afirmación
. Martín Fierro no ha calado hasta esa , "Mo voy, la dije, ando qulora. . toiry de su obra. Dentr a de la figuración bujo y técnica desorganizada.
raíz que Bonito Castro descubre por la Aunque mo agano oljgsblomo. su:» imágones plasmadas con vitalismo, En "Ambito con Pasacana” con for­
vía de la Jucha validaría de una comu­ Pues infierno por inflamo harna entrever un murdo de hondo con­ mas netamente geométricas consigue
nidad de agricultores. Martin Fierro, en Profloro o! do la frontem”. tenido telúrico —con raíces en la reali- tícasformarlas en una fluidez continúa-
cambio, es el hombre solitario como fru­ ded— y en algunos trabajos este vita- d e en valores, ritmos, movimientos tex­
to del aislamiento geográfico y la caren­ Un infierno y otro-infierno son los tér­ liirao llega a traspon®-, a rebasar, las tuales, y, como representación del inun­ La nube te protege
cia de espíritu gregario que Sarmiento s u e ñ a n con otía mejor. No pudiendo minos en que, al final de cuentas, queda prsúbilidados. del conocimiento técnico d a vegetal en relación estrecha con la contra mi rgyo rojo.
destacara ya como nota dominante de la ellos realizarla luera de si, prefieren sofocada I e experiencia de Martin Fie: ceno en “Mu|er con l%ño", "Niña3 bai­ ligara humana, logran conjugar el inun­ lOh! ¡Sola e imposible!
vida pastoril. Por eso, hasta 1912, no hay realizarla dentro de s i..." La libertad rro. Son las f r o ntoras infranqueables lando", "Mallcu". de. anímico propio do Pedro Molina. Detrás de mis palabras,
un movimiento campesino de trascen­ queda reducida entonces a un fenó­ de la realidad .concreta, contra las cuales Se destacan: un Dnolium "Diablo". Se vio en esta muestra el trabajo ela­ tú fundes las estrellas
dencia nacional, Pero "El grito de Alcor- meno puramente subjetivo donde nadó n a d a pudo el voluntarismo individua­ Composición que distes de ser formalista, borado, conseguido, hasta otros que de­ y amasas las sonrisas
ta" —como se llamó a la gran h u e lga tiene que hacer aquella trascendencia lista. No creemos, por lo demás, que den­ de; valoración simple, ritmos de equili­ notan superficialidad en la técnica e in­ para las noches largas.
rural contra lá expoliación en los arren- social que se atribuye a los lances per­ tro de eso status real, se pudiera haber brios justos, las formes orgánicas en es­ madurez en la lorma, o simplemente,
d a miemos, recolección y comercializa­ sonales de Fierro. . . actuado fundamentalmente -do otro mo­ trecha concordancia con superíteles ricas abuso de la habilidad manual. Iniciaré la búsqueda
ción de las cosechas— os obra de agri­ A la conciencia de k i libertad puede do. Do ahi qu§ quede fuoro de todo pro­ ec. texturas. Nos queda presente sobro todo su entre la3 viejas páginas.
cultores y no de pastores. Recién aquí llegar el hombre —y a veces llega— por pósito I e v a h tar un acta rio acusación .. En "Quirquincho de oto" (talla dul­ ion gen de vitalidad, de dinamismo en En ellas barajaron
se a b r e n las perspectivas de la lucha el conducto del estudio y de la medita­ cor*:a Martín Fierro. Por cúra parie^ si ce y agua tinta) sob'tasale también; la la búsqueda de un mundo plástico; el consignas
contra el verdadero generador del atra­ ción Pero el hombre común sólo llega es xáérta la fórmula de He? el de que la acretada riqueza textural, dibujo de con­ d e su ubicación en este pedazo de terri­ y oculfaron
so y la opresión, el latifundio; traba por el camino de la militando y do la H¡Soria marcha hacia la libertad, no se tornos simples y supsilicies de medias torio, tan- desconocido todavía y de tan un palomar de cifras
primera do aquella "emancipación so­ lucha, es decir, de la experiencia social. ■jhB.de concebir esa mardrs sino como timba, ron los elementas con que orga­ imprescindible necesidad para los-plás­ borrachas de nostalgias.
cial" que dejara señalada Echeverría en De lo contrario, queda en las vagúeda- un p r oceso gradual ¡ntegaido jxjr ele- niza: un clima de plasticidad. ticos. . ^
la etapa sucesora de nuestra emancipa­ dos e impotendas de los simples anhe­ me n t os de significación .despareja. Al ¡listan mucho de estos aciertos, otros Cabe por ello destacar la posición Con el alba saldremos
ción política. En el tercio final del siglo los y sueños. El riejo Allenby 0 3 un recontar el curso de ese proceso halla- que; como "El espíritu drt la siesta", "Fe­ actual de Pedro Molina como hombre a la luz. Y habrá un canto
pasado el campesinado rioplatense es to­ negro que no participó en' la guerra ramos la m odesta y osa’.ra raigambre- lino-ancestral", resultan- anárquicos, tan­ que busca realizarse en esta única rea­ macizo de esperanzas
davía, por su escaso desarrollo una débil de secesión y quedó aislado de los ácon- di: la libertad que se ñut e en actos de to err la concepción de -b imagen, como lidad concreta: nuestra tierra. en el perfil del cielo '
fuerza. El gauchaje, como parto integran- ‘ tedmientos a orillas de un bosque mien­ irsitintiva insumisión. Ellor son también en :b nobleza de la técnica, aciertos maduro de ventanas.
te de él, más débil, aún. Objetivamente tras servia do sostén a unos huérfanos. jxmto constitutiva de esa :ünea de conti- que sn otros resulten evi-.tantes, a éstos úl- A. M. V.
ninguna acción colectiva era posible. Por Un día, conversando con Gideon jack- nn.dad histórica que delire el ser de ca­ Consagraré en tu pira
ello las rebeldías del gaucho quedan cir-. son —gue formara con los de su raza da pueblo. Valorémosla- en su justa un árbol de adjetivos
cunscripta8 a hechos'individuales y se re­ esclavizada en los ejércitos norteños—, medida, pero no pretendamos ni auspi- —cada adjetivo un gesto
suelven en crímenes o actos de vengan­ lo doda: "No 1e parece a l g o copio c-eraos su perennidad enc&mbriendo con 1 f J i r i A r V C C T U N * * PBIPAHAOAS P X Z Z E R IA " L A .F L E C H A " bailarín y prolano—
I I U I m K INDUSTRIALIZACION OS ACSITUNAS
za. En tales condiciones —como dice Lu- cosa de sueñes, Gideon, este asunto de m -a ntos poéticos, tradicionalistas o ir . - l > L r 7 \U n i 1 ajim encurtido# v ■ nvasaooh OI JULIA Y fUlOUIL ANGEL P.ULVET _y diré, crepitantes,
gones—: " ...la ilbertad seguirá consti­ Natalio A rmas Bruchmann Pizza*Empanada»- Parrillada* Minuta»• Bebida»
la libertad?" A lo que Jackson responde: tafísicos el rostro social ir»! país. La lu­ au. C o l o n m i . sao. o tL « stero
mis verbos seculares.
tuyendo un fenómeno puramente priva­ AV. ALVCAR 341 SANTIAGO DEL BOTERO
"Nada de sueños; yo he marchado junto cha jx>r la l i b e r t a d sn guia hoy por
d o de' la conciencia, o una empresa de a los y a n q u is y he trabajado con mis otras pautas y los'gue bq o formas distin­ Después, purificado, ,
salteadores". Si acompañamos el pen­ doá manos para conseguirla Y eso no tas sufren el despojo y lu iniquidad que retomaré a mi sueño.
s ó mi-ento de Rojas hastas sus últimas „ SELLOS DE GOMA EN 48 HORAS P I A N O S RAUL ALMAOA CARDENAS Solo. Yo. Sustantivo.
son sueños". Pero Jackson es promovido conoció Martín Fierro, saben que_el ca­
consecuencias nos encontraremos con a la d i r ecdóh de lq lucha libertadora mino do la liberación Sí abrirá con el S E L L □ G ti M
Afinación y compostura» completa». Helándome en tu luego.
. (atiende provincia* vecinas)
que, obligado por la lógica interna del por los doscientos mil negros que gue fraternal ompeño solidario y con la coa­ LIBERTAD OSO TELÉF. 4173 600. DEL ESTERO AVILI.ANEOA 163 •TELÉF. 1748-3QO. DEL ESTERO
razonamiento, arriba a idénticas conclu­ rroaron en los ejórdtos norteños, y por rrienda lúdda de la realidad nadonal. HORACIO G. RAYA
siones. Si los gauchos, afirma, " . .. pro­ una. olapa histórica do los Estados Uni­
testan de aquella organización os'porque ; d o s cuyos carateristicas fueron el as­ ÍLa Banda, 1962. " •'
LA REBELION DE TUPAC AMARU - Y los orí­ gicas con las fuerzas y medios de producción.

C R IT IC A D E L IB R O S AFRICAt Las raicee de su rebelión - Jack


Woddis - Editorial Platina. - Bueno»
A t a . , ’ 1961.
genes de, la emancipación americana •
Boleslao Lewln. Ed. Hachette, Bs. A9. 1957 «
Este libro es la ampliación de otro ante­
rior publicado por Editorial Claridad, con
Como ejemplos de "artífices lógicos” tenemos
aquellos tan trillados e infantiles ceno e! quo
atribuye luorzas de causalidad do nuostrq In­
dependencia a un "rasgo generoso" do nuestra
La explotación colonial do Africa muestra al
desnudo la3 malolientes bases sobre las que el titulo de Tupac Amarú el Rebelde. . "Madre Patria" decidida a cortar ol ."cordón
ve ha apoyado para su rápido y espectacular umbilical" de sus hijas —las Colonias— ^lle­
doryjrrollo la Europa contemporánea. El estudio del tema, con abundante acopio de gadas Ó3ta3 a 3u mayoría do edad. .
"La historia do las relaciones de Airica con documentos, os doblemente importante. En pri­ El enfoque socio-económico, dó ningüna ma­
•1 'Occidente ha sido una historia de robo: ro­ mer lugar, porque plantea el problema do las nera afecta al datlsmo histórico. Antes *b;en,
bo do mano de obra africana, de'sius recursos vinculaciones entre el poder temporal y reli­ nosotros nos atreveríamos a afirmar que nin­
minórales y agrícolas, de sin tlorrq”. El ourepeo gioso en la Colonia y ol rol jugado por el clero guno puede prescindir del otro y los mismos
utilizó los más excecrable* procedimientos en en los movimientos do liboración continental. En elementos presentados por Lewin permiten es­
Un interesante apéndice con el te*o de la ley las estructuras objetivas: la economía, la demo­ en afán de sacar más y mtio ganancias del con­ sogundo lugar, el sentido y la filiación histó­ ta correlación e inferencia. El Corregidor, os
de reforma agraria mexicana y del Ar/t. 27 d© la grafía, le división política .dsl país, etc. De ahí tinente africano. Despojó cA afrtauuo de su3 tie­ rica. de estos movimientos indígenas que en la el símbolo dol opresor. Verdaderos explotado­
Constitución de ese paíst y una voluminosa bi­ el alán constante del autor dv analizar el estado rras por dos motivos: para sor o£ dueño de las actualidad adquieren una imporjancia inusitada. res del indígena ostán presentes en casi todos
bliografía sobre el tema, completan «1 cuadro actual de las "cosas", de lo: ontructura consti­ minas, de las plantaciones y para destruir la Respocto del primer problema, Lewin e3 ter­ los pasquines y panfletos revolucionarios co­
de e s a obra fundamental de la tercia eco­ tucional trgentlna. agricultura dol africano y así presionarlo a sor minante: El clero ha cumplido el desgraciado mo algo quo por explotador hay quo eliminar.
nómica latinoamericana, y cuya valoración es­ No es 'posible extenderse imás dentro del mi asalariado. Superada la época do la escla­ papel de cómplice de las castas explotadoras La situación del Indigona bajo esto sistema
tá hecha a través de las palabras mismas angosto cumpo del comentado. vitud —donde Africa perdió sesonta millones de españolgs y se ha valido de la religión, en do castas, su condición de puoblo-claso explo­
de este comentario. MARTIN IBAAEZ. , olmas— implantó un impuesto, el do capita­ muchas oportunidades, utilizándola como herra­ tado y la conciencia de esta situación es un
TRATADO DE ECONOMIA AGRICOLA - Ed­ ción (quo deben pagar todos los africanos por mienta Ideológica para perpetuación de la con­ ingrediente decisivo como causal revolucionario.
mundo Flores - Edil. Fondo de .Cultura CARLOS TAGLMVDa MAQUIJARA — Raúl Ledesma. fnst: de Lingüis­ •1 solo hecho de serlo) a fin de obligarlo a en­ quista (Aclaramos que hubo buenas oxcepcio- , Tupac Amarú asumía la defensa do su pueblo
Económica. - México, 1961. tica. Folklore y Arqueología. Santiago del trar en la economía do mercado. A posar de ser nes en el bajo clero nativo). en su condición de Inca (ver las expresiones
LA FRUSTRACION CONSTITUCIONAL - Ber­ Estero, «61. expulsado a las peores tierras, el africano con­ Es importante destacar, que Lewin no es un del caudillo on ol momento do su juicio pági­
Sin duda alguna, esté trabajo del ya cono­ nardo Canal Feijóo - Editorial Lavx kr. - tinuaba viviendo de su agricultura tradicional. "antlc’erical barato". Lo quo hage es constatar na 390) y no creemos que la inclusión de este
cido economista mexicano es uno de los más Buenos fcAlr©s, 1958. El libro parece tener una ijustificación cen­ Mas el europeo necesitaba quo trabajase para la perniciosa intervención del clero en desme­ elemento "existencial" sea ociosa. Estamos
valiosos aportes olectuados por un teórioo la­ tral: lo arqueológico. Sin emt<rrgo comprende él, que fuera su asalariado; y por ello Ideó el dro de su expresada función trascendente, tan­ apuntando nuestra critica hacia aquellas co­
tinoamericano al análisis de la realidad nacio­ Este libro es el cuarto donde Canal Feqóo también historia-y geografía d* (oda la reglón impuesto de capitación. Por ley, ol quo no to en matoría dol pensamiento (la prostituida mentes (liberalismo) que enmascaradas bajo un
nal y a la estructuración de una teoría eco­ vuelve al que paroce ser su tema predilecto de de Maquljrtei. Mayor cantidad i!e páginas están pagase ol impuesto debía trabajar gratuita­ Inquisición hacia las veces do tamizador y falso desprejuicío racial cuando do otras razas
nómica acorde a las necesidades del desarro­ estos últimos años: Ló estructura conttitiftñema^ dedicadas a estos dos capitula». mente para el europeo, (y la única forma do ob­ "guardia ideológlcd") como en el de la acción se trata, prefieren disimularlo 3 0 pretexto do
llo oconómico de esta parte del continente. argentina, o para decirlo con palabras de Al- Con esta amplitud, se hace?muy útil. Dentro tener el dinero necesario para pagarlo es ven­ delatora o bélica Una concepción distinta del "progresismo" cuando aluden al nativo como
Porque este trabajo del profesor Flores, en sus berdi, a quien constantemente cita, "la tcns- de lo geogr-iiieo a su vez colara «el autor, yna diéndole su fuorza de trabajo). mundo era tachada de "heroje”, "judaizante" o si su defensa constituyera una aberración.
compactas 400 páginas es, más que un estudio serie de suktemas que va desa rollando cuida­ Otro de los medio* de» subordinar al africano "sodíciosa" en estrecha colaboración con el La "barbarie", dicen, repitiendo el mito sar-
titución real del país". dosamente: clima, suelo, natuntaza, demogra­
especializado de economía agrícola, una formu­ Los tres anteriores son: De la estructuxu m»- es la discriminación • » ios salarlos, que lo con­ régimen, quien se aprovochaba para justiii- mientista.
lación económica general, siguiendo medulosa­ diterránea argentina. Teoría de la duded a r ­ fía, etcétera. dona a una «torna posición de Inferioridad con car la represión despiadada. A'gunos historiadores marxistas (los burócra­
mente la técnica ínvdsUgativa de Gunnar Myr- gentina y Constitución y Revolución. Lo mismo que su anterior 3 -ublicación Su- respecto al europeo. Lewin advierte esta complicidad en varios le­ tas do la "revolución democrático-burguesa”)
dal. Su primera parte, dedicada' al plantea­ Ahora enfoca el problema del lederd.vtco mampa, conrtAtuye ésta un relajamiento. Como Esta mocnica de t>s ezploiaclón dol Africa es vantamientos, tales como el de Belez de Cór­ incurren on esta miopía liberal en tanto reto­
miento básico general, es la más importante en el panorama total del país, desde origbal^s si su propáitto fuera deaenlráf cr la realidad ta que explica con «íraa claridad lack Woddis doba en Oruro, contra la opresión y Urania es­ man el hilo de su tradición adhiriendo a este '
del trabejo. Aquí, E. Flores toca fondo "el perspectivas y planteamientos. total de los a-antros de mayor d.tmidad históri­ en ol libro que comentamos. pañola “hacía les naturales do ostas tierras” transplante mocanicÍ3ta do condiciones objeti­
primer paso para salir del circulo vicioso de Aunque breve el libro, tiene una gran ri­ ca. prehistórica y protohistórica fie la provin­ Algunos aspecto» «rife ella nos son familiares: (nótese la conciencia do la diferenciación so­ vamente válidas para otro tiempo y lugar his­
la pobreza... es destruir la vieja estructura queza de. ideas y sugerencias que nos in&wie cia. Y a fe ru é si ella es su .irito-nclón, da de el éxodo, similar d i da nuestro campesinado; cial); la do 1742 de fosé Santos Atahualpa. tórico (Europa). Lo lamentablo 0 3 que tachan a
política y sustituirla por un nuevo orden fin­ comentarlo en su totalidad. lleno con vetas de rico contenió . la deformación de 4n estructura económica en descendiente do Incas, on vinculación con una todo intento de búsqueda de nuestra origina­
cado en la igualdad de derechos y responsa­ Nos quedaremos pues en un solo aspecto- «i El hombre n a dejado su rastrojen Maquijata. beneficio de las patriarlas coloniales, ejempli­ acaecida en Lima en 1750 que. fue frustrada lidad de aprista, trotskista. nazi-fascista o 're­
bilidades". "En suma, se necesita una revolu­ de la integración nacional. Ya en el urxttrc¿¡ desde inmemoriales tiempos. La naturaleza era ficada con los tracu^xtes, que también on el por violación de un secreto confesional; la de visionista" (siempre abriendo la posibilidad de
ción. .. en su sentido cabal y dinámico de revo­ del tema podríamos señalar que la apacbíón al parecer más pródiga que ahir'ii, porque el Africa, como .en «3 taso de nuestros ferroca­ 1761. capitaneada por ol caudillo indígena Ja­ una autocrítica tardía). E3ta situación (hetero­
lución política, social, agraria e industrial" de libros sobre la materia vendría a ser alije bosque no hc&ia sufrido el embxte del hacha. rriles, están constrwiíloB para oxtraer las rique­ cinto Canok, en Yucatán, delatado y traicio­ geneidad) en materias lilosóficas. históricas o
(pág. 35). Estas frases son, en si mismas repre­ así como un síntoma de que los problema* mm Por ser Maqujata zona de serrarías participó zas del continente. nado por el padre Miguel Ruela en virtud de políticas, las pugnas ideológicas do “trar\spían-
sentativas y reproducen los conceptos que ya han agudizado. El pensamiento cuando es au­ también un poco del deterninismo tcultural pro­ En lo# últimos c r u d o s fack Woddis ensaya la cual fue organizada la defensa En la cons­ te” que distraen el encuentro con nuestro sen­
le conocíamos por sus trabajos en la revista téntico es una respuesta a un problema. i ’*" pio de las áreas andinas. La llamx y la vicuña una explicación ---donaslado . ligera— de las piración de La Paz, contra las autoridades es­ tido original resultan sintomáticas. Precisamente
"Investigación Económica". Cierra ésta primera gún ésto estaríamos en la necesidad de «in­ (ovejas de la tierra al decir de bu<; españoles) •fuerzas motrices eñe la revolución colonial afri­ pañolas y a consecuencia de las expoliaciones se dan en las ciudades cosmopolitas (Buenos
parte una ajusteda valoración del instrumental tegrar la sociedad nacional porque estarían** deambularon rus cimas y quebrai ai, incorpo- cana. Mas esto no dlesneroce on absoluto el va­ fiscales, la cublovación fue sofocada por la in­ Aires) dondo más fuertemente se sionte el im­
analítico de la economía agrícgkr? cuestionada viviendo una etapa de desintegración y, por le rándose domé*ticamente a los azaws de la so­ lor dol libro comer Ullislma información de la tervención majestuosa dol Obispo Gregorio pacto inmigratorio y el transvasamiento cultural.
desde el prólogo: "la aplicación (en América tanto, de inconstltuclón. ciedad primitiva. “ > situación actual de»l jontlnonte africano. Campos quien protege en bu casa a I0 3 ver­ Do alli que la validez do algunas generali­
Laiina) de las teorías clásicas, neoclásicas y Para que exista una "integración naciororf" El lugar, poplc*0 P ^ a 1Q acontó» ñor; La amplia docu>mortación —casi toda ella de dugos del pueblo, amedrentándplo, a la ma­ zaciones apresuradas se relalíviza si no se to­
keynesiana resulta inadecuada: primero, por­ (el libro íue escrito antes de que la polttca malmente bu® a launa, y con ledo ello, las tri­ origen europeo— ítnarapechablo-do parcialismo nera del Obispo Lué en Buenos Aires en 1810. ma en cuenta que ellas no rosponden (en nues­
que su enfoque es estático; segundo, por la abaratara el término) son necesarias, setfan bus debieron señalarlo como zonc 'preferencia) pro africano, agrégya objetividad a esto estudio; con su autoridad ultraterrena y ricas vestiduras. tro caso al Norte Argentino v.gr.) a particula­
irrealidad de sus premisas". el autor: una "polarización dinámica (de Dos para el desarrollo de su oxistencir comunitaria. su estilo vibrante, tirado y ágil, acrecienta el En el mismo año, en el Cuzco, don Lorenzo ridades regionales (homogeneidad dol inte­
A continuación, el doctor Flores elabora su elementos que componen el todo social) u n í Los Maquipita (o Maquixata) *«ria la par­ íntorés deí lector. Farfán de los Godos, empleado de la Aduana, rior) que configuran otra realidad, otra relación
teoría funcional do los recurcos, cuyo aspecto cial del enjambre en vuelo, el embalamiraac' cialidad que encontraron los espalóles cuando conspira en pirra - 'r r a ra -I* •- • p~* bs de «fiwalidríde i y otro !.;.a Ju
más valioso 03 indudablemente su carácter esen­ unánime (qué) ofrece en e-a positividad ur irr- ía "entrada A' Dlejo de Rojas* quizá ellos MATO® ROBERTO SANTUCHO. motivos antes mencionados. Uno de los com­ planteos a veces en francc oposición con los
cialmente dinámico y la búsqueda constante de tor sobreentendido de composición armonbac, misinos quíenr.s dieron muerte al conquistador plicados so coníiosa al padre Gabriel Caste­ primeros (dialéctica heterogeneidad-homoge­
las relaciones de la misma con el desarrollo no por supuesto como el de la partitura m®- en las escaran.uzas habidas. Raúl ILedesma re­ llanos y éste, violando el secreto confesional, neidad).
económico. La aplicación práctica y utilización slcal sino más bien como la de un •Juego en corre toda la bibliografía acumulóla alrededor delata el movimiento a las autoridades y lo Lewln se hace sospechoso de "transplante”
de los principies enunciados se plantea en el de estos hechas y registra las torsiones más hace fracasar (pág. 168). en algunas ocasiones, como cuando atribuye la
equipo". encontradas. cualidad de motor causal de- la Rebelión Tu-
estudio de los problemas de la localización de La integración social es el resultado qav El otro aspecto del libro es el atinente a la
la agricultura y los cambios del uso de la tie­ produce la realización activa de un gran pro­ El Irabajqgj'uarda unidad, sobre 'todo si. tene­ importancia del movimlonto tupamarista que pamarista, a su amplíe, cultura, su inteligencia
rra en México, y la explicación de las causas yecto, de una gran empresa nacional « f a ‘ mos en cuentn los distintos ángubv; que se en­ fuera asfixiado por la sangrienta represión de notable y la "posibilidad” de que el mismo
locan. El drarxa histórico de la a>xquista y del Tesaos haya "tomado contactos" con las ideas "enci­
y efectos del crecimiento urbano, entre otros. que todos so sienten participes y-dueña- de Areche y su secuaz el Obispo Moscoso. du la
Trabajando siempre de lo general a lo par­ una tarea constructiva y atractiva. sometimiento c.e los Maquijata. sr uucede en el cual resultó el desgraciado sacrificio del Cau­ clopedistas y' el ejemplo norteamericano". Po­
drama social «áe! campesino de k>Y, como una p r o r a río s ro una cosa es (y esto criticamos porque en el.
ticular, Edmundo Flores encara el problema ins­ Esto, en definitiva, remite a una concepción dillo José Gabriel Condorcankl; su esposa do­
titucional en Ja economía agrícola, y dentro filosófica de la vida, más exactamente, e una resultancia «cigoñal y lógica de aquella cul­ ña Micaela Bastidas, sys hijos y sus amigos a fin terrono de las conjeturas cualquier dorecho nos
tura desbaratada. El despojo de hre mejores tie­ se c ú r d a n o s y asiste) conocer un pensamiento o cdfttente fi­
de ella, su punto'máximo: la reforma agraria, metafísica dé la vida humana. El carácter esen­ 4# que sirva de escarmiento. Tanto este aspecto
y especialtríente, la llevada a cabo en México. cial de lo vida es el "quehacer vital", la i n s ­ rras de los dáaquijálb, por los aynquLstadores, como el de sus ramificaciones (llegó ha3td Sgo losófica y otra distintamos la de considerarla
mediarle la iegitimación do la*- "mercedes”,' u m ioersitarios motor descalificando en el fondo toda 3u origi­
En e3te orden, son valioslcinios los aportes rea­ trucción. la fabricación de la vida, su tama so­ del Estero) y filiación histórica e3 encarado
lizados en el análisis del financiamiento de la bre la que tanto ha insistido Ortega. Nt> croo originan el desquicio de la ecxntomía de los desde el punto de vista político e institucional. nalidad. Y nosotros lo consideramos así: Origi­
reforma agraria y la indemnización a los terra­ que sea aventurada la aproximación de algu­ subyugados. Sin embargo, nosotros creemos que'pudiera ha-4 nalmente Indoamericano. es decir, un movi­
tenientes nacionales y extranjeros. También en nas idoas de este libro a las dei filósctío es­ El copitii’o dediccdo a arquialogía os de berse completado con otro de tipo socio-econó­ miento ¡mportantlsiiño, interesadamente (desca­
mayor ímpol:ancia técnica. A dita-onda de an­ Envíos al interior. Solicite nuestros lificado y olvidado, pero por sobre todas las
este aspecto es terminante: la reforma agratia pañol. mico si la intención del autor ha sido criticar
es una medida redistributiva, y, en estas condi­ La primera integración nacional suscita?ia por teriores” iuvrsiigacioncs. ésta qjo nos ocupa catálogos, indiicaido la especialidad. aquellas metodologías quo • en. Historia enfati­ cosas auténtico. Ei trabajo de Lowin le hace
ciones, "pretendor que cuando un gobierno re­ abarca otros perímetros, pues na queda en la zan sobre construccioner puramente lógicas de justicia en'gran medida.
el programa do la generación constituye.-.!» ha . alfarería efusivam ente, sino que se extiende Oerecho-EconromioHisioria Argentina
volucionario emprende la reforma agraria está llegado a su término, ha polarizado la noción la misma, sin correlacionar las forma3 ideoló­ . LEOPOLDO. ALLUB.
obligado a indemnizar a la vieja oligarquía hacia el. mundo, ha croado un ente nucional al materidl úítico y otras manifestaciones en la
• piedra, especialmente lo que el «nitor comprende y universal •Tiilaoiía - Literatura
terrateniente" es tan absurdo "como pretender unitario y ha agotado su átractiVo. La dictadura como "vasoi. propiciatorios".
que un país industrial indemnice a quienes más reciente z-^anal, Foijóo no lo diCér- v.» el Finalmer» diremos que este, método exhaus­
pagan impuestos a la renta” (pág. 327). La
descripción de la experiencia mexicana en ma­
teria' de pago de expropiaciones ha de ser sin
duda de alto valor para la futura tarea de los
resultado del -agotamiento de aquel programa.
Ahora viene’ el segundo turno de la integración
argentina, la segunda etapa de la constitución
tivo de reaisiocimiento es muy provechoso, si
se focalizq aanvenientemente di estudio, sobre
los verdad®03 epicentros histórioo-arqueológico.
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Ed. Americana. Bs. As. no! Ortlx Saralegul. Ed. Herrara y Reisslg. Mon­ róla de la R»v Agronómica del H O Argen­
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cía Morillo. Fondo de Cultura Económica Mé­ .—Tupac Amaru — Máximo Simpcon- Ed Stil- —Sumampa — Raúl Lndosma. Insi. Lingüis­
xico. cogral. Br As. tica, Folklore > Arqueología. Sgo. del Enero.
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llotto Tall. La HloJa.'La Rloja. Goyanarte. Bs As. —Exposición, Nros. 2/3 y 4/5 — Ercilla 7449
—Siete poemas — Eugenio Florlt. Ed. |. He­ —No hay burlas con el señor — Helen Fe­ Buenos Aires,
rrera y Reisslg. Montevideo. rro. Ed. Goyanarte. Bs. As. —El libro, Nrtx 141/3 a! 143/5 Perú 127
—Discurso del Presidente Lópes Mateos ante —Paradata del cisne — Mario Lcslng Ed Buenos Alies.
el Congreso de Prensa Libre. Ed. Dep. de Tu­ Ma'adero. Bs. As. —Gula del Nono. H* 10 — Galería Florida
rismo. México. —Pétalos — Marta A. Lloverás de Almada. Local 29. Tucumá.i.
-D o n Quijote y la sensibilidad estética — Ed. de autor. Sgo. del Estero. —Comentarlo, Nros 27 al 31. Tucumán -2137.
Eduardo Figueroa. Ed de autor. Catamaroa. —La Iglesia Católica oo define — Inst. Judie Buenos Aires*"
—Poemas cerriles — Eduardo Figueroa. Ed. de Argentino. Bs. As. Nuevo Norte, -Nías I. 2, 3 losé Evaristo Uil-
• autor. Catamaroa. —Orígenes de la religión — Charles Halnchr. buru 1049. Buehos Aires.
—Malditas — Martin I. Martines. Ed. de au­ lin. Ed. Platina. Bs. As, —Boletín El Fog-S*. do los Arrieros, Nros. 97
tor. 6go. del Estero. —Yugaeelavla democracia socialista — lovan al 108. Brown 350. FíMlctenela.
—La Sangre en armas — Osvaldo Guevara Diordjevlch Fondo de Cultura Económica. Mé­ —Cuadernos de tlvítnro, Nros. 52 y 56. Cerilla
Ed La Calle. Rio Cuarto, Cba. xico. de Correo 5544. Bs. ríirxis.
—Catiras y dolomitas de la s id ra de Guasa- —La realidad argentina en el siglo XX (La —Eulerpe, Nros tü y 42. Mitre 128. San l a ­
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REPRESENTANTES:
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LO SÉ T O D O Sania Fei Evuristo Mosqueda - Boitlogne Sur
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