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y la Cultura Popular
Juan J osé Car cía
HOY, cuando las grandes es:.ectat ivas se or ien tan EL H or~ií3 R E A N DINO
hacia la posib ili dad de nuevos co nf ii ct os, esta vez nu-
cleares, cuando la razón y la esperanza naut raqan en los LA irrecusable icen tíc } J sxis tcr.te en t re los gran-
mares espaciales que van encontrand o las sond as inter- des gr up os huma nos de A mérica l.at ina. nos : ; -1 uevac o
planetar ias y cua nd o la conqui sta espacial co nsti tuye, a m irar, por so bre las cr:::tl ngp.r.ciáS geográ fic..; s , hac ia
para unos, la albora da de era cósmi ca, y para o tros, el el nuevo destin o de eses gr u;' os, q ue conf or man el
pel igr o de una co nf ronta ció n fi nal en t re las po tenci as m un do andi no.
nuc leares que están ar t illando a las estrel las con sus ar-
mas, y se aprestan a una nueva contienda cavando en el En gran parte, las característi cas vi t ales q ue hemos
espacio tri ncheras nucleares; cuano o t oc o esto sucede a enco nt rado entr e los horn eres c e la cost a y la sierr a
nivel de universo , y cuan do la técn ica ha segado la voz ecuator ianas, se destacan claramente en las m a S<15 del
de los humil des, y ha obnu viad o \a razón de muchos Litora l peru ano, ecuat or iano y colom biano espec ial -
ho m bres, a qui enes nos interesa el dest ino del ho m bre, ment e y en la població o campe sina ind ígena de esto s
se nos abre inqu iet udes respecto al hombre que co n no - pa íses y de 8 0 livia.
sotr os t rabaj a, que con nosot ros partici pa de esta aven-
t ura hu mana. Y más con cretam ent e del ho m bre cu y o
dest ino está unido al nuestro , el ho m bre andi no, y del
ámb ito en c ue él se desarro lla y nosotr os también: el
campo de la cultura popu lar.
Insistir en ello resu lta desobligante, ya que más Er . xno a la choza, su huasipungo, unas cuantas
que nuest ra palabra está el docu mento irre: L. tar ,e hu- aves, cu : alguna cabeza de ganado, eso es t odo lo que
mano y candente de la no vel ís' ica lat inoamer icana. Y posee el i, .. tio.
s610 hacemos referenc ia a "Huasipc.i qo " de Jorge Ica-
za. los relatos mon tub ios de José de la uadra , en lo Olvidaba: También, el f ria aire serrano , el viento
que respect a al Ecuador; a Ciro A legr ía y u Mundo y la lluvia.
A ncho y A jeno , en lo que conciern e al Perú, y en cuan-
to sign i fican una versión hum ana y mágica del hombre El resto de su "h ábitat " está permanentemente a
colom biano, " La V orágine" de José E. Rivera y los nuest ra vi sta, y cada vez que alzamos los ojo s hacia la
"10 0 años de So ledad " de Garcí a Márq ez. serran ía pod emos ver el paisaje que rodea al indi o.
Esta simp le enumeración nos releva de la tarea de El hosco paraje del páramo sombrío no es el más
diagrarnar la realidad ':leI hombre ecuat orial y andino adecuado para la fo rmación de las nuevas célu las huma-
en esto s pai ses, que se iden t if ican más que en sus rea- nas que t ienen que integ rarse a una nueva nacional idad,
li dades histór icas y geográficas en la realidad social de que todos las soñamos robusta, creadora y justa : la pa-
sus estruct uras vitales, ent re los Que se destaca su cult u- tri a andina ; Pero, la actu al situación del indi o deterrni-
ra. na el peligro de su desaparición defi ni ti va, mediante la
eli minac ió n de sus autén tica s virtuali dades, que es len-
En el t all er, en la universidad , en la call e, el nuevo guaje cultural de su raza m ilenaria.
hom bre de A mér ica subraya su presencia con su acti t ud
d ist inta y clara. El hombre cósmi co , ecuat orial y andino, sin em-
bargo, no podrá desaparecer y es así como en el p ára-
Ha desbordad o los -nezcu inos l ímites de la socie- mo, en el manglar o en la manigua cost eña, este hom -
dad trad icional , preju tciada. egoista de las pasadas dé- bre, mont ubi o, pescador , o agricultor de peces y mie-
cacas. Su ámb i to ya no es solamente el manglar y el ses lucha por superv ivir.
páramo Ahora está en el labo rato r io , en la fábr ica, en
el aula. y en su docencia hay una nueva act itud del
hom bre hacia su herm ano . Un nuevo master en sicolo-
g ía. ind ígena ot avaleño con " t renza" y poncho repre- ELP ARAMO
sent ó a nuestro pa ís en uno de los úl t imos congresos de
soc iolog ¡a indigen ista. AGUAS arr iba, por cualqu ier río costeño, llegamos
a la serran ía. Com o lo hicieron los montoneros de Al·
Desde los suburb ios de nuestr a metró polis salen faro . La suave 1ínea del hor izont e, se tr ansf or ma en
mi llares de estud iantes a las aulas universita rias. En un una zigzagueante, que cor t a sobre el cielo el alto perfi l
nuevo esfuerzo por cumplir con su m isión las univ ersi- de las mon tañ as. El paisaje es, aveces, azul y diáfano ,
dades han ten ido que abrir sus cauces para recibir este com o en Imbabura . Paisaje con lágrimas de mar, que
caudal de esfuerzos, mentes abi ert as, ambiciosas just í- resbalan desde los vol canes: las lagunas.
simas.
El mundo escond ido del manglar a ipara al t uqrti- El claro perf il del hombre de esta ti erra se proy ec-
vo , al con t rabandista, el prófugo de su pr op ia vida. ta, corn o un signo de redención sobre el horiz on te. A l
con tralu z del tiemp o y del trópico, estarr. os intuyen do
A II í, en el sub -t ond o del subur bio, hay ot ra ciudad una nueva verdad. y una nueva just icia.
perdida, Sin ot ra sali da que el ester o . ni o tr o ref ugio
que la agresiva mal eza del manglar La áspera geograf ía and ina , madre de nuestro cho -
lo , ha f ormado una raza, que ha ten ido qu e extraer,
Los q ue han perdido un co m bate en la lucha por con dol or, la savia escon dida en lo osbcuro de su entra-
la vida, se ret iran a la retaguardia de la ciudad , y toman ña.
nuevas fuerzas para el nuevo asalto .
El chagra, el hombre rural del altiplano, con un
Hay un sordo clamor en la herida del ho mbre , un dest ino adverso, que le co locó entre las cu ch illas and i-
f ragor de su propia sangre, pr ecursor del estallido, que nas, sin caminos, sin r íos ha abierto, a go lpe de mú s-
ha de sacar le del cieno. Es el clam or de la just icia . Ese cu lo , hondos tajos en la tre p idante geografía. Ha
pr egón de la verd ad que cam ina solitari o sin encontrar ab ierto anchos cauces hacia el mar , y po r ell os se ha
más eco qu e el silencio que cubre las sórd idas bar riadas desbo rda do . . .
de las met rópolis mo dern as; eso qu e es la corti na de es-
tera en los barr ios miser ia del R ímac; q ue es un cajón El montubio , entre la selva y el mar, cultiva los
de madera en la "rancher ía" caraqueñ a, que es la oscu- surcos de gleba y de espuma; el habit a en sus do s pa-
ra pro testa de la favela flumin ense, que es la caña, el trias , la tierra y el mar.
bambú y el lodo en el subur bi o porteño; eso que es si-
lencio y es gri t o, es algo más qu e un a estri denc ia con Por éste escapa su nostalgia y arie ta en t ier ra Su '.:0-
qu e se pre t ende acall ar su pro p ia angustia Hem os re- lar Zarpa por el camin o que 12 tuna le t raza. a la
cogido ese gr it o en esta denu ncia. El dolor es más ín- noche , en el mar Y en él se qued a. h L. t; ~ pe d de ¡n: in:w
t im o y lacerante cuando se lo sient e en la carn e virgen y de la soledad.
de la prop ia t ierr a, en la carne dura de nuestro dol or y
nuestr o mo n ubio , po rque es la au ént iea carn e de la La marimba de Ou in ind é despierta (; la selva ern-
pat r ia. boscada entre los árbo les, y se levanta el dum-our- c e
los tam bor es, la sangre ard iente "1:1rnoo tu b ro
Sin intención de reco rrer "la geograf ía del ham-
bre" cuyos hi tos tr ágicos se llevan las aguas del Mapo- En la oq uedad .•~ I r ondador . estall an las lci gr lmas
ch o , R ímac . o las boc as del Plata, oscuros desaguaderos sonoras. El amor f ino entre laza las parejas, en un haz
de la angustia sub ur bana, hem os querido pensar en el de pasion es. En el estero ha p lantado su ti enda de
hom bre tr opical y andino qu e no s es co mún a t odos. parnb il, y el mo nt ubio t iene su " huasipunqo" de agua
y cielo , que va a d ispu t ár selo a la naturaleza y el pa-
Al diagramar el perf il del hombre de esta t ierr a te- tr ón
nemos que adelantar el alegat o en su defe nsa, y en su
derecho a vivir , con techo y pan; con toda s sus vir t ua-
li dades indolat inas, ecuator iales, cr ist ianas. Tenemos
que hacer una denuncia sobr e la reali dad qu e esconde
entre los manglares del Guayas y el Salado . Una de-
nuncia sin ret icenc ias, excusas ni com pensacio nes de
una reali dad cu y o testimon io es la vida.
Un ala roj a fl ota sob re el pajona l . es el po nch o del L ,' iase que ou ec e ulsarse el ho r izo n t e: ,-si ¿s ~
ind io , la ú lt im a bandera de rebeld ía. lrr.pia y t sa la uerda q ue circunca el ¡)a isa," V q,. --:
pod r íar. cincelar se en la so m br a de una ' i:;l:rJ . d : c. !,;~,
Una velo pone el hito de esoerar ca en el carnina de luz y de cant o . así es de c laro el ciero y S l.~ : e el
del río . vient o .
peci al para el an álisis de este te ma. '¡d , el poeta repe n t ista , el dec i ero , lo s arr u llos (carnes
rell rosos colec t ivos) 'i mil rnanuestaciones del artepo-
De al l ¡ que la c ul tu ra popu lar . la cu l t ur a c el p ue- p u l r.
blo , en ten d ida com o u n con ju n t o de to das las exc resio -
nes ex isten tes Que se agi tan en él la , oen r.u e acve r u r al - Para q ue el me nsaje que preten c ernos hacer llegar,
gu nas de las car ácter ísti cas. Ilregue en verdad, al l o m bre m arginado, q ue es po ten-
Cial ar esan o , al f u tu r o art ist a p o u lar lat in oamer icano
sub alterno de los sec to res p op u lares, d o nd e se ado p t an o r o b lerna soc ial del er te y la a rresa n ia. y trate m os c e
co ncepci o nes qu e no cor respo nde n a los Inter eses r eales rcenn f icar a ese nouu. i e. su pr ax is, su f u t uro y parte
üe esos sector es. ce la gran pr o blemá t ica q ue represen t a el artista po po
lar
Es un a cu lt ura asrstern ática, p ues su siste rn a u cioad
-j eber ía sup o ner la ex p resió n de la heoern on la SOCial Qu ién .es?
qu e co n d uc ir la a la fo r m ac ió n de una aut ént ica cu lt u - Q ue hace ?
ra po p u lar nacron al . m ientras qu e po r el co n tra r io la Cuál es el f u t u r o del art ista po pu lar ?
hegem o n la de la soc iedad se concen t r a en las c lases qu e
pr act ica el her ou ian isrno y la sujec ió n Integral al im pe-
rio
Invirt iendo el orden de las preguntas, vamos a De acuerdo a los patr unes o tendencias act uales
contestar la última de éstas, basándonos en una cita del puede establecerse que en el futuro el arte será popular ,
sicólogo e .uatoriano Jaime Muñoz Estrella, en I que se sin ( le se haya elimi nado el arte elitista, que poco a
trata de dar un cuadro eje lo que será el mundo del poco nabrá ido acercándose al pueblo , con su mensaje
f ut uro : " El artista , el cantor , el escritor , el escultor y y su alcance a nivel popular.
el danzante transcurr irán en un mundo sin prosti utas,
proxenetas, ni garitos ni nendigos, capataces, amos y Ent onces el arte estará al alcance del pueblo tanto
esclavos" y en este paraISO que nos pintó Muñoz Est re- para su interpretación como medio de expresión, y no
lla, el art ist a podrá. , ." "a diferencia de nuestro pione- es que t odo el mundo podrá crear art íst icamente ha-
ros históri cos, hacer su tarea sin sobresaltos por los te- blando, sino que el art e será más pró ximo al individuo
mor es de la t ormen ta y los relámpagos, porque habrá como tal.
retornado a los inicios pero en posesión de todo el ma-
terial que el quehacer del "horno f aber " y el " horno sa-
piens " acumular on a t ravés de los mi lenios. El hombre
del futur o, el "hamo potens" hará realidad la utop ía de
Gor ki de que la estética será la ética del futuro y quizá
todos los hombres creadores del arte aunque se dest ru-
ya nuestra hipótes.s primera sobre la supues ta tipolog ía
de los artistas "