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sugerir algunos criterios que se pueden utilizar para evaluar este tipo
de proceso como aporte al desarrollo humano. Después, se aplican
estos criterios al Diálogo Nacional 2000 y se presenta su nivel de éxito
en estos términos. La conclusión reflexiona sobre las implicaciones del
caso del Diálogo para los procesos participativos de políticas de po-
breza en general.
El porqué de la participación
La participación matizada
Autonomía
Autónoma Institucionalizada
Ejemplos: Juntas vecinales, coopera- Ejemplos: DPP1 , formulación ciuda-
Directa tivas, organizaciones locales tradicio- dana de presupuestos, descentraliza-
Cercanía nales, sindicatos ción participativa, Fondos de Inversión
Social, Procesos de PRSP
2 Ver, por ejemplo, PNUD (2002 b) Evaluación del Diálogo Nacional: Lecciones aprendidas y recomendaciones para el
futuro; IMF y IDA (2001) Bolivia Poverty Reduction Strategy Paper Joint Staff Assessment, no publicado; y Christian
Aid (2002) Participating in Dialogue? The Estrategia Boliviana de Reducción de Pobreza.
3 La información empírica en que se basa este acápite proviene principalmente del proceso de evaluación
del Diálogo Nacional 2000 realizado por el PNUD, en el cuál el autor ha participado de una manera directa.
Sin embargo, las conclusiones y opiniones son del autor y de ninguna manera reflejan una posición del
PNUD.
N U E V O S A C T O R E S S O C I A L E S V o l . 2 69
Este fue uno de los elementos más complicados del Diálogo. An-
tes de que empezara el Diálogo, ya había un fuerte sentimiento de
rivalidad entre los representantes de la sociedad civil tradicional y los
de los gobiernos locales favorecidos por el proceso de participación
popular. También había tanta desconfianza de parte de la sociedad
civil tradicional hacia el Diálogo por la experiencia negativa del Diá-
logo de 1997, que muchas de las organizaciones más importantes de la
sociedad civil, sobre todo los sindicatos, decidieron boicotear el even-
to en 2000. Probablemente no había nada que los organizadores del
Diálogo podían haber hecho para incorporar a estos actores. Pero en
cuanto a los que sí participaron, el Diálogo parece haber aumentado la
división entre ellos y los actores de los gobiernos locales, en el sentido
que los últimos salieron resentidos del proceso.
Esto se demuestra empíricamente por la encuesta. En respuesta a
la pregunta “¿Cree que había cooperación y respeto entre los partici-
pantes de los municipios por un lado, y los participantes de la socie-
dad civil por otro?”, 81,5% de los representantes locales respondieron
“sí”, comparado con solamente 37,5% de los representantes de la so-
ciedad civil, una diferencia sorprendente. Esto demuestra la percep-
ción negativa que los participantes de la sociedad civil se llevaron del
proceso. La encuesta también muestra que el Diálogo permitió crear
más vínculos entre el gobierno central y los actores locales que entre el
gobierno central y los actores de la sociedad civil: 48% de los primeros
dijeron que mantienen contacto con participantes que conocieron del
gobierno central, comparado con solamente 25% de los últimos. Estos
sentimientos también se reflejaron en los comentarios que los partici-
pantes hicieron en los talleres.
Sin embargo, los organizadores del Diálogo no tienen toda la cul-
pa por este problema. Una gran parte de las organizaciones de la so-
ciedad civil misma lo buscaron, en gran medida por su actuación a
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través del Foro Jubileo 2000, que fue el grupo más criticado de todos
los que tuvieron un papel en el Diálogo. Las críticas decían que este
grupo, que incluyó a más o menos la mitad de todos los representantes
de la sociedad civil, estaba compuesto por personas de la clase media
urbana que no representaba realmente a los pobres; que se portaron de
una manera arrogante y soberbia; que intentaron manipular el proceso
para conseguir fondos para sus propios fines el nombre del control so-
cial; y que generalmente dificultaron el proceso de realizar el Diálogo.
A pesar de todos estos problemas, hay que reconocer que podía
haber sido mucho peor. Todas las organizaciones importantes de la
sociedad civil fueron invitadas al evento y tuvieron el derecho de
participar. Esto en sí es un avance importante. También es importan-
te notar que estas organizaciones se convencieron de la importancia
que tienen los actores locales en la lucha contra la pobreza y afirma-
ron que estuvo bien que fueran invitados y que debían participar en
los próximos diálogos. Sin embargo, en general, la evaluación aquí
es negativa.
Conclusiones
Bibliografía
PNUD
2002 Informe de Desarrollo Humano en Bolivia 2002, La Paz, PNUD.
2002a Human Development Report 2002: Deepening Democracy in a
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2002 b Evaluación del Diálogo Nacional: Lecciones aprendidas y recomen-
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Proyecto Diálogo Nacional
2000 Lucha Contra Pobreza: Entre la deliberación y el tinku. Memoria del
Diálogo 2000, La Paz, Proyecto Diálogo Nacional.
Sen, Amartya
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Development Department)
2002 “Participation in Poverty Reduction Strategy Papers: A Re-
trospective Study”, Washington DC, The World Bank.