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2004, Vol.13, Nº 1, 43-51 ISSN 0717-0297

Participación y Género: Desafíos Para el Desarrollo de


una Política de Juventud en Chile

Participation and Gender: Challenges to Development


of Youth’s Policy in Chile

Elda Velásquez y Loreto Martínez


Pontificia Universidad Católica de Chile

El artículo revisa las investigaciones y la literatura en torno a la participación ciudadana especialmente de los
jóvenes. Revisa algunas de las diversas definiciones que se han hecho de este concepto y la evolución histórica de
ésta en Chile. Profundiza en las implicancias de la participación ciudadana en las sociedades democráticas, a través
de los beneficios que reporta para los individuos y comunidades. Se enfatiza además cómo esta participación podría
ser diferente o no en hombres y mujeres jóvenes en la sociedad chilena.

The article reviews the investigations and the literature especially in relation to civic participation of the
youngsters. Diverse definitions of this concept and its historical evolution in Chile are reviewed. It deepens into
the consequences of the civic participation in the democratic societies, through the benefits that it reports for the
individuals and their communities. The fact that this participation could be different for young men and young
women is also emphasized.

Cómo Entendemos la Participación y orientadas por una decisión colectiva más o me-
nos permanente. Las dos últimas perspectivas
La participación ha sido definida de muy diver- enfatizan la toma de decisiones como componente
sas formas que pueden situarse en un continuum central de la participación. En términos prácticos, la
que va desde la simple colaboración, en la que los participación puede ser vista como la intervención
actores participan y aportan sin involucrarse en for- de personas o grupos en la discusión y toma de
ma profunda en la toma de decisiones, hasta formas decisiones, compartiendo para ello trabajos especí-
más extremas en las que se propone como meta una ficos, lo que implica asumir parte del poder o del
plena participación, sin especificación de roles o res- ejercicio del mismo (Gento, 1994).
ponsabilidades o como un co-gobierno (Magendzo Por circunstancias históricas, en Chile ha pre-
& Egaña, 1991). Estas distintas perspectivas com- dominado la visión de participación ciudadana más
parten la visión de la participación como un fenóme- ligada a las políticas públicas y al desarrollo de
no, proceso u objetivo deseable para el ser humano. mecanismos que faciliten el acercamiento de las
Gyarmati (1987) define participación como la “capa- personas al aparato estatal, visión un poco más
cidad real y efectiva del individuo o de un grupo de avanzada que el antiguo reconocimiento de la ciu-
tomar decisiones sobre asuntos que directa o indi- dadanía adquirida a través del voto (Martínez, 1999).
rectamente afectan su vida y sus actividades en la Zimmerman y Rappaport (1988) plantean una con-
sociedad” (p. 235). A un nivel de especificidad ma- cepción más específica de la participación ciuda-
yor, Didier (1990), plantea la participación social como dana, definiéndola como “el involucramiento en
la intervención en acciones colectivas provistas de alguna actividad en que el individuo participa sin
un grado relativamente importante de organización percibir sueldo, en orden a lograr una meta común”
(p. 726). Esta definición enfatiza el tomar parte de
Elda Velásquez y Loreto Martínez, Escuela de Psicología. una comunidad y tener la capacidad de desplazar el
La correspondencia relativa a este artículo debe ser dirigi- bienestar individual en pos del bien común. De
da a Elda Velásquez Escuela de Psicología, Pontificia Uni- manera similar, se puede señalar que la definición
versidad Católica de Chile, Avda. Vicuña Mackenna 4860,
de ciudadanía no debe ser reducida a una sola di-
Santiago, Chile. E-mail eevelasq@puc.cl
La elaboración de este artículo fue posible gracias al mensión política, ya que además de elector, el ciu-
financiamiento otorgado por el Fondo Nacional de Desa- dadano es reconocido en tanto vecino, contribu-
rrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt), a través del yente, consumidor, usuario, etc., y como tal puede
proyecto Nº 1010934 a la segunda autora.
hacer uso y exigir sus derechos (Correa, 1998). Es
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decir, bajo diversas dimensiones y formas se va Evolución Histórica de Nuestras Concepciones


construyendo el ciudadano y la ciudadanía posee
variadas características y desde ese punto de vista La fuerte influencia contextual de la participa-
es una realidad compleja y múltiple. ción ciudadana y su variación a través del tiempo,
La participación ciudadana es aquella forma de queda ilustrada al hacer un análisis cronológico de
participación que vincula a las personas con las la participación. En los años 20, los grupos sociales
políticas públicas. La participación supone compro- se dirigen al Estado para reclamar mejorías en su
miso, y su ejercicio significa un fortalecimiento de la calidad de vida, con las nuevas formas de participa-
democracia, integración social, cercanía entre apa- ción que se vislumbran en ese momento histórico en
rato público y sociedad civil y mayor eficiencia e Chile. A nivel mundial, durante la primera guerra
impacto de los programas sociales. La participación mundial y dado que una gran cantidad de hombres,
puede adoptar cuatro formas: la toma de decisiones jóvenes y adultos marchan a la guerra, las mujeres
y control social de compromisos públicos; asociada deben hacerse cargo de la familia y de las unidades
a la gestión pública; uso activo de beneficios socia- productivas, marcando un fuerte cambio en lo rela-
les y participación como proceso de fortalecimiento cionado al lugar que ocupan hombres y mujeres en
del capital social de la comunidad. Estas formas de la sociedad. Después de la segunda guerra mundial
participación conforman dos ejes: a) asociado al gra- sobreviene un fuerte desarrollo tecnológico asocia-
do de influencia que pueden llegar a tener o a utilizar do al desarrollo bélico, que se vierte en el desarrollo
las personas, que fluctúa desde la mera utilización de la industria doméstica, generándose paralelamente
de la oferta pública a la participación en la toma de un mercado de bienes de consumo juvenil, el que no
decisiones y, b) referido al grado de apropiación de existía previamente. Este hecho marca una de las
la participación y va desde la simple satisfacción de primeras apariciones del segmento juvenil, como tal
necesidades a la acumulación de capital social (Ser- (Balardini, 1999). Hacia los años sesenta, los jóve-
vicio Nacional de la Mujer, 1999). La combinación de nes comienzan a ser actores visibles en sus deman-
estos ejes da lugar a distintos resultados: tenemos das por la satisfacción de necesidades, siendo la
que si la participación se da en la medida en que las problemática central la trasformación del mundo.
personas se hacen parte en la toma de decisiones y Durante los años 70, el modelo neoliberal impuesto,
se acumula capital social, entonces se puede lograr alentó sólo algunas formas de participación. Los
habilitación social y empoderamiento; si acumula contextos posibles para la participación ciudadana
capital social y sólo se utiliza la oferta, la participa- surgen al amparo de organizaciones no gubernamen-
ción es del tipo de consultoría. Por otra parte, si se tales que intentan experiencias de educación popu-
participa en la toma de decisiones y sólo es para la lar, y casi por definición funcionan al margen del
satisfacción de necesidades, entonces la participa- Estado. La relación Ciudadano-Estado es precaria, y
ción es de tipo gestionaria, y por otro lado, si la los jóvenes se convirtieron en objetos de políticas
apropiación de la participación es en función de la públicas que apuntaban a solucionar problemas, en
satisfacción de necesidades básicas y con un grado lugar de ser sujetos con capacidad de co-construir
de influencia bajo, o sólo de utilización de oferta, ciudadanía a partir de su propia realidad social y
entonces la participación es sólo instrumental. cultural (Goicovic, 2000). El mercado comienza a
A continuación se muestra una síntesis de la transformarse en el “principal espacio de aparición”,
evolución histórica de las concepciones y caracte- marcado por el consumo y donde el sentido que los
rísticas de la participación en nuestro país; las con- individuos dan al sí mismo está mediado por el valor
sideraciones en torno a la juventud y el ejercicio de simbólico de sus posesiones.
la ciudadanía y beneficios de la participación en el En la década de los años 80, la participación co-
desarrollo de los y las jóvenes; posteriormente se mienza a ser vista como una capacidad que debía ser
detalla la situación actual de la participación ciuda- educada, entonces se entendió como un proceso en
dana de los jóvenes en Chile y las diferencias de el cual el cambio cultural necesariamente se provo-
género existentes. Finalmente se discuten las reper- caba a partir de una práctica de construcción de la
cusiones de la participación juvenil y las políticas sociedad deseada, que en este caso era impulsada
de juventud. por los sujetos y no por el Estado. Posteriormente,
en los años 90, con el retorno de la democracia, se
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abre nuevamente la discusión y las oportunidades las potencialidades sociales de construir un orden
de participación, donde se debe dar cuenta nueva- colectivo, capaz de incrementar las opciones y de
mente de una reconstrucción de la relación del Esta- reducir los riesgos de cada uno de sus miembros.
do y los ciudadanos (Palma, 1998). En este período Una sociedad civil sólida puede estabilizar los regí-
el gran modelo explicativo fue el eje integración-ex- menes políticos instalando en sus miembros un sen-
clusión. Es decir, en el discurso público predominó tido de pertenencia y de identificación con el interés
la necesidad de integrar a los jóvenes, y la política público (Flanagan, Bowes, Jonsson, Csapo &
social se construyó para este fin, a través de meca- Sheblanova, 1998). Esto se puede lograr a través de
nismos como la educación y la capacitación laboral la educación formal, mediante la incorporación de
(Contreras, 1999). Sin embargo, el retorno de la de- contenidos que apunten al conocimiento de dere-
mocracia no trajo aparejado una vuelta a la ciudada- chos (individuales, políticos y económicos) y res-
nía plena y los temas de interés público se relacio- ponsabilidades (personales y cívicas) o a través de
nan principalmente con salud, empleo y educación. la educación informal, esto es, de actividades extra-
El informe del Programa de las Naciones Unidas para curriculares ya sea centradas en la familia y niños/
el Desarrollo da cuenta de la participación como una adolescentes, orientadas a la escuela y a la comuni-
aspiración que sigue siendo importante para las per- dad, orientadas a la prevención, al trabajo comunita-
sonas (PNUD, 2000) y la señala como una vía para el rio, y la participación en la vida cívica de sus comu-
desarrollo humano sustentable, específicamente a nidades (Branson & Quigley, 1998; Thomas, 2000).
“ampliar las capacidades de la persona como sujeto El compromiso y participación en trabajos volunta-
y beneficiario del proceso social” (p. 49) el cual sólo rios y la solidaridad son componentes formativos
tendría sentido si va a la par con un compromiso de del interés común o público como meta de vida en
bienestar general, tanto de las generaciones actua- los jóvenes, por ejemplo, considerar importante en
les como de las futuras, abordándose así claramente su vida futura el ayudar a su país o contribuir en su
la idea de construir participativamente un desarrollo sociedad (Flanagan et al., 1998).
significativo en el país, donde lo mínimo es partir de
las inquietudes de la gente; profundizar el proceso Participación Juvenil:
de un Estado descentralizado; y fortalecer el capital Los Jóvenes Como Ciudadanos
social, que dice relación con la capacidad de escu-
char, relacionarse y trabajar con la gente (Nájera, Como constructo al que han contribuido diver-
Díaz & Godoy, 2000). sas disciplinas, la delimitación de la juventud varía
La ciudadanía, como el conjunto de normas que de acuerdo al enfoque desde el que se analiza, cir-
guían la relación entre el individuo y la sociedad, cunscribiéndose en límites de edad de los cuales no
viene a ser el marco que crea las condiciones para hay una definición clara y consensuada. Sin embar-
una participación posible. Así, el paso de la partici- go, para efectos prácticos, resulta útil remitirse a la
pación posible a la participación real implica que las adolescencia como etapa que da inicio al periodo
personas ejerzan esa ciudadanía. Es decir, que se juvenil.
ocupen de temas que preocupan a la colectividad, Una de las tareas centrales de la etapa adoles-
que se haga escuchar su voz en la discusión pública cente es el desarrollo de un sentido de autonomía,
de esos temas, que pasen de ser meros consumido- adquirir aptitudes sociales que se requieren de todo
res de mensajes y valores a ser productores de sus adulto; logro del sentido de sí mismo; desarrollo de
propios mensajes, es decir, que imaginen y comuni- habilidades académicas y vocacionales; adaptación
quen sus propuestas de solución a la colectividad. a los cambios físicos y asimilación de un conjunto
También es necesario que la sociedad reconozca los de normas y valores (McKinney, Fitzgerald &
derechos de todas las personas a la ciudadanía ple- Strommen, 1998). Para Erickson (1950) la identidad
na; que cree espacios para su ejercicio; que apoye a equivale a “la confianza intensificada de que la rea-
las personas en su análisis y su comunicación de lidad y continuidad internas que se han preparado
propuestas, y que establezca reglas que permitan a en el pasado, corresponden a la realidad y continui-
todos ejercer la ciudadanía en forma equitativa dad de significado que uno tiene para los demás” (p.
(Durston, 1999). El informe PNUD 2000, plantea que 228). La consolidación de la identidad se transforma
el Desarrollo Humano Sustentable no puede ser in- en el centro de las tareas de desarrollo en esta etapa.
terpretado en clave individualista, sino en miras de Del mismo modo, las metas futuras que los adoles-
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centes se replanteen como importantes son aspec- tos dinámicos: a) la capacidad de participar, que se
tos centrales en la evolución de su sentido de sí relaciona a las actitudes y las habilidades que los
mismo, constituyéndose en indicadores de la ampli- actores han desarrollado a lo largo de la práctica y
tud con que los adolescentes se identificarán con el de la reflexión que han acumulado sobre éstas y que
bien común (Flanagan et al., 1998). Lo anterior resul- traen como aporte; b) las oportunidades de partici-
ta relevante para la mantención de la democracia y par que tienen las personas; este punto se centra en
fomento de la participación ciudadana ya que las el entorno, incorporado en el diseño de políticas o
democracias requieren de ciudadanos que inviertan en la organización de las redes que permite el ade-
en el bienestar común. Entendiendo la identificación cuado ejercicio de la capacidad de participación que
de los jóvenes con los intereses públicos se puede aporta el grupo concreto que se incorpora en esa
dar luces sobre el entendimiento del desarrollo polí- acción colectiva (Palma, 1998). Ambos componen-
tico como un aspecto del desarrollo humano y sobre tes se articulan en las posibilidades que las socieda-
el papel que juegan los ambientes en la promoción des democráticas ofrecen a sus miembros para la
de sociedades civiles más fortalecidas. participación, debate y desarrollo de conocimiento,
La participación, por definición, supone la pre- habilidades y disposiciones cívicas donde destaca
sencia de otros y por ende, la membresía en grupos la capacidad de desarrollar pensamiento crítico
de pares, por lo que beneficia el desarrollo social y (Branson & Quigley, 1998). En este punto es bueno
sentimiento de autoestima, ayudando a los adoles- recordar que los y las jóvenes chilenos han crecido
centes a mantener una identidad social positiva en democracias en transición. Éstas en general se
(Tarrant, North, Edridge, Kirk, Smith & Turner, 2001). caracterizan por brindar relativamente pocas opor-
En este sentido es importante considerar que los tunidades de debate público (Flanagan et al., 1998).
entornos donde los jóvenes se desenvuelven sean La participación está ligada al proceso de cons-
espacios que propicien la participación. trucción de comunidad e implica relaciones del indi-
Desde el enfoque ecológico (Bronfenbrenner, 1979), viduo con el ecosistema en que éste está inmerso,
las características de los entornos en que los jóvenes generando experiencia, conocimiento y praxis que
se desenvuelven cobran relevancia para su desarrollo. posteriormente se incorpora a la historia de la comu-
Éste se incrementa en función directa del número de nidad y forma parte de la cultura (Martínez, 1998). A
entornos con estructuras diferentes en los que la per- su vez, la participación se transforma en un vínculo
sona en desarrollo participa. Así la participación en necesario para el acceso a bienes y servicios, lo que
actividades en una serie de entornos diferentes exige a favorece la satisfacción de otras necesidades
la persona interactuar y adaptarse también a diferentes (Sánchez Vidal, 1996); fortalece las identidades terri-
personas, situaciones y tareas, lo que aumenta su com- toriales, como base de la seguridad social y sentido
petencia cognitiva y habilidades sociales. Las influen- de pertenencia (Sabatini, 1995). También ha sido
cias sociales pueden ser agrupadas en un conjunto de considerado como un buen elemento para predecir
estructuras seriadas, cada una de las cuales cabe den- la calidad del ambiente físico, acceso a servicios,
tro de la siguiente, donde el joven es el centro, en una prevención de crimen y condiciones sociales (Chavis
suerte de círculos concéntricos: el microsistema o en- & Wandersman, 1990). La participación a nivel co-
torno inmediato; el mesosistema, el exosistema y el lectivo supone, además, el fortalecimiento de la de-
macrosistema. Este enfoque concibe el desarrollo como mocracia a través del tiempo, la integración social, la
un cambio perdurable en el modo en que una persona cercanía entre el aparato público y la sociedad civil
percibe su ambiente y se relaciona con él. Cada uno de y una mayor eficiencia e impacto de los programas
éstos es una fuente que va a influir en la participación sociales (Servicio Nacional de la Mujer, 1999).
de los jóvenes, siendo el microsistema y mesosistemas
los espacios donde tienen lugar las prácticas Beneficios de la Participación Para
participativas cotidianas. el Desarrollo de los y las Jóvenes
De este modo, la interacción del ser humano con
sus entornos es indiscutida en ciencias sociales y Propiciar la participación ciudadana de los y las
más aún en relación con la participación, puesto que jóvenes, no sólo significa un mejor aprovechamien-
cada uno de los sistemas plantea y brinda a los y las to de recursos y espacios invertidos por el Estado,
jóvenes diferentes formas de interactuar y por ende sino que además, supone una serie de beneficios
de participar. En esta misma perspectiva, la partici- para el desarrollo de quienes participan, como por
pación puede darse cuando confluyen dos elemen- ejemplo, un mejor nivel de empoderamiento, mayo-
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res posibilidades del logro de metas e inserción en Rich & Chavis, 1990). La participación aumenta las
redes sociales para el desarrollo del capital social probabilidades de reestablecer lazos, éstos reducen
(Zimmerman & Rappaport, 1988); desarrollo del pen- el miedo y desconfianza en los jóvenes que viven en
samiento crítico; mejor habilidad para discrepar y barrios que presentan problemas de violencia y de-
negociar diferencias y desarrollar respeto a los dere- lincuencia (Ross & Jang, 2000).
chos de los otros al momento de sostener visiones y Los hallazgos de Terry (2001), plantean que los
argumentos que disienten (Thomas, 2000). Así re- estudiantes deben tener más oportunidades para tra-
sulta importante determinar qué características tie- bajar cooperativamente, oportunidades para el de-
nen los entornos en los que se desenvuelven los y sarrollo de celebraciones y el aprendizaje de habili-
las jóvenes, que van a determinar su nivel de partici- dades de resolución de problemas, desarrollo de
pación en la comunidad, ya sea a través de instan- habilidades y destrezas de liderazgo. Su estudio se-
cias generadas por gobiernos locales, acciones pro- ñala que a través de servicios de acción comunitaria
gramadas desde organismos no gubernamentales u se brinda a los jóvenes conocimiento cívico y éstos
otros organismos e instituciones o en organizacio- adquieren además, mayor grado de responsabilidad.
nes propuestas por los mismos jóvenes y que den Se requiere entonces, invertir en capital social espe-
cuenta del quehacer juvenil. cialmente en jóvenes, ya que se ha demostrado que
Los hallazgos de diversas investigaciones (Terry, conexiones tempranas con otros, como por ejemplo,
2001; Zimmerman & Rappaport, 1988), han corrobo- en actividades extracurriculares o participación reli-
rado que la participación puede ser un importante giosa, es un predictor significativo de involu-
mecanismo para el desarrollo de empoderamiento cramiento cívico en la adultez (Smith, 1999). Exami-
psicológico, a través del cual las personas pueden nando el contexto social, se puede capturar la inte-
ganar experiencia organizando a otros, identifican- racción de múltiples factores que modelan las res-
do recursos y desarrollando estrategias para lograr puestas conductuales y psicológicas a circunstan-
metas, tornándose más competentes y menos cias adversas, el contexto social es una dimensión
alienados y con mayor sentido de autoeficacia. importante de la adaptación psicosocial entre muje-
Chavis y Wandersman (1990), identificaron el efecto res adolescentes de alto riesgo (Abrams, 2001). Tam-
catalizador que tiene el sentido de comunidad en la bién se ha demostrado que la falta de participación,
acción para la participación en orden a aumentar el de ocupación de espacios y por ende la disminución
logro de metas. Entendido como el sentimiento que de redes, está asociado a bajo empoderamiento, con-
los miembros tienen de pertenencia, de que se im- tribuyendo a que las mujeres sean más propensas a
portan entre sí y al grupo y una creencia compartida una series de riesgos, como el VIH, además de vivir
que las necesidades serán satisfechas a través de las desventajas de falta de acceso a salud, depen-
su compromiso de estar juntos, los autores conclu- dencia financiera y explotación en sus relaciones de
yen que existe una fuerte interdependencia entre pareja, fruto de las relaciones de poder que estable-
sentido de comunidad y participación, puesto que, cen (Jenkins, 2000).
un mínimo sentido de poder personal es necesario
para que un individuo se involucre en una organiza- La Participación Juvenil en Chile:
ción a través de la cual el sentido de comunidad será El Desafío del Momento Actual
desarrollado. Afirman que el nivel de participación
afecta el sentido de comunidad. A su vez Keyes Los beneficios de la participación parecen ser
(1998), encontró que algunas medidas de bienestar claros y poderosos, es una necesidad social y exis-
psicosocial están asociadas, entre otras cosas al te la creencia en el sentido común de que cada per-
involucramiento en la comunidad y a la calidad del sona va a participar si se le da la oportunidad. Sin
barrio en el que se vive. embargo, es sabido que ante una misma situación
La participación es vista como el mejor método y oportunidad para participar, unos van a tomar de
para el mejoramiento de la calidad de los ambientes forma entusiasta la oportunidad y otros la dejarán.
físicos y servicios, reduciendo los problemas de Wandersman (1979 en Florin & Wandersman, 1984)
delincuencia e incrementando el sentido de comuni- concluye que las personas están más deseosas de
dad (Florin & Wandersman, 1984). Es una instancia participar en áreas que son relevantes para su vida
a través de la cual los miembros de las organizacio- diaria y en aquellas que tienen cierta experticia. En
nes encuentran satisfacción social e instrumental Chile los bajos niveles de participación juvenil son
de sus necesidades (Prestby, Wandersman, Florin, un problema desde la década de los 70. En su últi-
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mo Informe Ejecutivo (2001), el Instituto Nacional Las Diferencias de Género:


de la Juventud (INJUV), también aborda el tema. Perpetuación de la Inequidad
Considerando espacios de participación como clu-
bes deportivos, grupos religiosos, grupos de ho- En relación con la variable género, desde el pun-
bby, centros de madres y partidos políticos, este to de vista teórico y desde las políticas públicas, la
estudio revela que el 48.5% de los y las encuestadas programación de actividades de participación se
afirma participar en una de las instancias plantea- orienta hacia ambos sexos, pero de acuerdo a lo se-
das, por lo que el porcentaje de quienes no partici- ñalado por las investigaciones (INJUV, 2000;
pan asciende a 51.5%. Del total de quienes no par- SERNAM, 1999), en nuestro país la participación de
ticipan, el 61.5% representa a las mujeres jóvenes. las mujeres jóvenes es baja en relación con sus pa-
En tanto, que de acuerdo a edad, quienes no parti- res hombres.
cipan en su mayoría se distribuyen entre los 15 y De acuerdo a estadísticas del SERNAM (2003),
19 años, constituyendo el 38.7%. Finalmente el in- en relación con la edad, la participación porcentual
forme del INJUV, muestra que en mayor porcentaje de hombres y mujeres es idéntica en organizaciones
son los jóvenes urbanos los que no participan de cuyos participantes son esencialmente adultos,
las actividades planteadas en la encuesta (INJUV, como es el caso de las Juntas de Vecinos y Centros
2001). La misma encuesta, da a conocer que son los Culturales (0.6%) y por el contrario, es mayor la par-
clubes deportivos la instancia que es elegida en ticipación de las mujeres en organizaciones de tipo
mayor proporción para participar (18.3%), seguida solidario (0.4% para las mujeres y 0.2% en el caso de
por los grupos religiosos (14.9%) y grupos de ho- los hombres), centros de padres y apoderados/as
bby (10.7%); entre las instancias de participación (1.7% v/s 0.4%). Estas diferencias en la proporción
menos elegidas, se encuentran los Centros de Ma- de participación, dan cuenta de un supuesto incre-
dres (0.9%) y los partidos políticos (0.6%). Al inda- mento de la participación de las mujeres a medida
gar en torno a la inscripción en los registros electo- que se transforman en adultas, a través de la incor-
rales, se aprecia que la gran mayoría de los jóvenes poración a Centros de Madres, Grupos Productivos
encuestados no se ha inscrito (69.1%), con sólo el o Comités de Adelantos o Juntas de Vecinos, parti-
30.9% de los jóvenes inscritos. En este ámbito, el cularmente en las adultas mayores.
malestar con la política y la desafección hacia ella La baja participación de las mujeres se ha aso-
se expresa también; en tanto, sólo el 15.7% de los y ciado a la falta de tiempo y autorización de los pa-
las jóvenes creen que los partidos políticos repre- dres, en el caso de las jóvenes (SERNAM, 1999) y
sentan sus inquietudes, el 84.3% no siente que los pautas culturales como el machismo, control social
representan. Consecuentemente, se advierte que a ejercido por la comunidad del barrio y la desconfian-
la gran mayoría de los y las jóvenes no les interesa za en los dirigentes. Se ha especulado que la su-
participar en un partido político (88.7%). puesta falta de tiempo, alude a obstáculos cultura-
De acuerdo a los antecedentes del Servicio Na- les no fáciles de declarar (Sabatini, 1995). Estos da-
cional de la Mujer (SERNAM), en relación con la tos son contrastantes con investigaciones norte-
oferta programática existente de acuerdo a la edad americanas donde el mayor porcentaje de participa-
y sexo de los usuarios, en la etapa juvenil hay ción comunitaria y trabajo voluntario, en el segmen-
mayor participación de hombres y hacia la edad to juvenil, se presenta en mujeres (Flanagan et al.,
adulta esta relación se invierte, siendo mayor la 1998), destacándose que la ayuda a otros es conso-
participación de mujeres (SERNAM, 1999). Esto nante con los roles sociales y estaría determinado
da luces sobre los tipos de participación o las por factores como la definición y duración del acto
motivaciones existentes para la participación o las de ayuda (Eagly & Crowley, 1986 en Flanagan et al.,
propuestas que se ofrecen para ésta, ya que los 1998).
programas examinados en términos de juventud o Una de las características de la participación de
la oferta programática existente se relacionan en las mujeres ha sido el involucramiento en activida-
un alto porcentaje con el uso abusivo de drogas, des que están más asociadas a las labores de su
cambiando la temática de las ofertas hacia la edad hogar o tienden a un carácter de cuidado hacia otros,
adulta. en contraposición con las características de la parti-
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cipación masculina (Eagly & Crowley, 1986 en plan, como objetivo estratégico o específico, siendo
Flanagan et al., 1998; Sabatini, 1995; Serrano et al., también inexistentes las propuestas para incremen-
1999). En este sentido, desde la década de los 80, tar la igualdad de oportunidades entre hombres y
Gilligan (1985) ha realizado contribuciones impor- mujeres (Valdés & Guerrero, 2001).
tantes para entender la incidencia del género en la Desde la década de los 80 se comienza a conside-
construcción de ciudadanía y la participación social rar el vacío existente en función de los enfoques de
y política a partir de sus estudios de la Teoría del juventud en relación a la mujer joven, por una parte
Desarrollo Moral de Kohlberg. los estudios de juventud no consideran distinciones
Gilligan (1985) cuestiona los resultados de de género y por otra los estudios sobre la mujer esca-
Kolhberg, sosteniendo que es inadecuado evaluar samente hacen diferencias generacionales (CEPAL,
con un único estándar la forma cómo mujeres y hom- 1985). De este modo, surge la inquietud si los niveles
bres actúan frente a determinadas situaciones. Pos- de participación bajos de las mujeres jóvenes, res-
tula la existencia de dos modalidades de ética: a) la ponden a las características de los entornos, es decir,
ética de la justicia, basada en el respeto de los dere- no existen oportunidades para la participación, o en
chos formales, en una consideración del individuo realidad, las mujeres jóvenes mantienen un nivel de
como un ser responsable y diferenciado dentro su participación relativamente similar al de sus pares
entorno, y en la aplicación de reglas y procedimien- hombres, pero no es reconocida como tal.
tos objetivos e imparciales, que llevan a lograr resul-
tados justos, y b) la ética del cuidado, cuyo rasgo Comentarios
esencial radica en una predisposición a formular jui-
cios morales considerando la situación en que se La participación juvenil a partir de los años se-
encuentran las personas; viendo el mundo como una senta comienza a adquirir mayor relevancia en nues-
red de relaciones, enfatizando la responsabilidad por tro país, lo que se acrecienta con el retorno a la de-
los otros como un principio central de la conducta mocracia en la década de los 90, y con los bajos
social. En síntesis, la ética del cuidado considera índices de participación a los que se aluden en las
que la aplicación de reglas o leyes no es suficiente discusiones cotidianas. Las encuestas referidas al
para enfrentar los conflictos sociales, sino que es tema en el país son escasas y su conceptualización
necesario también asumir una responsabilidad acti- poco clara para orientar acciones, particularmente
va por los demás. en lo que se refiere a la variable género en la elabora-
Sin embargo, pese a las singulares característi- ción de éstas (INJUV, 2001). Por otro lado, los orga-
cas de la participación de las mujeres, en las políti- nismos que se orientan a trabajar por la equidad de
cas públicas, las mujeres jóvenes no han sido consi- género han priorizado otros temas quedando en se-
deradas un sector con características y necesidades gundo plano, el componente etáreo. Si considera-
propias. Incluso el Plan de Igualdad de Oportunida- mos que la participación de las mujeres es importan-
des entre Mujeres y Hombres/2000-2010 (PIO II) si te sobre todo en el segmento etáreo adulto cabe la
bien constituye un avance en relación con el PIO I necesidad de investigar y preguntarse por los pro-
para la igualdad en la participación de las mujeres, cesos que dan cuenta de este salto cualitativo y
intentando consolidar las políticas de género en la cuantitativo de la juventud a la adultez, etapa en que
institucionalidad pública, no considera de modo ex- es notoriamente mayor la participación de las muje-
plícito la etapa del ciclo vital en que se encuentran res en las agrupaciones comunitarias. También re-
los distintos grupos de mujeres como variable de- sulta relevante reconsiderar los parámetros con los
terminante en la elaboración y puesta en práctica de cuales se está evaluando la participación de las mu-
políticas públicas orientadas a las mujeres. En el jeres jóvenes, para así dar luces sobre cuáles son las
ámbito de los derechos, el PIO II considera a las formas reales de participación de las mujeres jóve-
mujeres jóvenes en forma explícita respecto de la nes, ¿de qué manera conciben su rol ciudadano?
difusión de derechos que protegen a las mujeres en ¿cuál es la importancia que éstas atribuyen a sus
las distintas etapas de la vida en los ámbitos civil, vivencias de ciudadanía?, ¿cuáles son las condicio-
político, económico social y cultural. Por otra parte, nes que se deben propiciar para poder potenciar esta
los municipios, en su mayoría no han incluido en participación en las adolescentes de nuestro país?
sus Planes de Desarrollo Comunal el principio de Responder a estas interrogantes nos da ciertas indi-
igualdad o equidad entre los géneros como eje del caciones para la generación de espacios de partici-
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pación o tal vez para el reconocimiento de los tipos poder entre ambos sexos, o si en realidad lo que nos
de participación emergentes de las mujeres jóvenes. falta es una resignificación de esos patrones.
Si como sociedad podemos responder a las necesi- Finalmente, podemos cuestionarnos acerca de
dades de las jóvenes chilenas o logramos reconocer lo que realmente hemos hecho como sociedad, en
sus modalidades de participación y que éstas se re- qué cosas hemos contribuido y sobre todo, qué de-
conozcan a sí mismas como ciudadanas, tendremos bería hacerse para que ciertos valores y característi-
mayores posibilidades de consolidar los procesos cas subjetivas atribuidas a las mujeres, como la ma-
democráticos y desarrollar las habilidades asocia- yor sensibilidad hacia las necesidades y sentimien-
das a la participación, potenciándolas. tos de las personas, y el interés por el cuidado de los
Esto podría ayudar a reconsiderar la imagen de la otros, puedan transformarse en valores universales
mujer asociada a la esfera de lo privado y postular tal y por tanto esperables y deseables en el comporta-
vez una revisión de los instrumentos que se utilizan miento tanto de hombres como de mujeres, en una
para sondear la participación de las mujeres (INJUV, premisa ética insoslayable para la generación de
2001; Mideplan, 2000), especialmente las mujeres jó- nuevos y mejores modelos de sociedad.
venes cuya participación se invisibiliza frente a dise-
ños de investigación que restringen la participación Referencias
juvenil a clubes deportivos y la presencia de mujeres
a centros de madres. En este sentido es necesario que Abrams, L. (2001). Social context, gender, and youth
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las actividades como los diversos tipos de variations among ‘at-risk’ adolescent girls. Humanities and
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nan a los roles femeninos como el altruismo, sensi- trabaja la institucionalidad pública y cómo se define en
bilidad, cuidado, etc., es factible preguntarse en qué ésta el rol de la mujer. Documento de trabajo. Santiago:
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medida están contribuyendo a su vez a la reproduc- Chile, Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM). (2003).
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PARTICIPACIÓN Y GÉNERO 51

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