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II.PESONA Y FAMILIA. LECCIÓN 1. PERSONA Y CAPACIDAD.

1.CONCEPTO DE PERSONA

Los juristas romanos concebían el término persona como homo (= ser humano), sin
embargo, no todos los seres humanos eran sujetos de derecho, pues se dividían en libres y
esclavos, negándosele a estos últimos toda personalidad jurídica. En todo caso, sólo el germen
del moderno concepto de persona es lo que encontramos en Derecho justinianeo.
Por otra parte, tanto en el Derecho romano como en las legislaciones modernas, se
reconoce personalidad jurídica a personas que no son hombre, esto es, entes distintos de los
seres humanos, capaces como ellos, de derechos y obligaciones: personas jurídicas.

2.EXISTENCIA DE LA PERSONA FÍSICA

El Derecho romano consideraba necesario para la existencia jurídica de la persona


física, que ésta naciese viva, que el parto no fuera prematuro y que el recién nacido tuviese
forma y naturaleza humana.
A)Se entiende por nacimiento la separación total del claustro materno, sin ser tenidos
en cuenta los medios para obtener dicha separación, puede ocurrir también por medios
artificiales.
El feto en el claustro materno no es considerado persona. Sin embargo, le es
reconocida bajo ciertos aspectos, especialmente en tema de sucesiones, una capacidad
jurídica potencial, que será efectiva cuando nazca realmente, y a este fin, el Derecho romano
permite nombrar un curator ventris, que se encarga de gestionar los bienes que el concebido
heredará cuando nazca vivo. Fue elaborando más tarde el apotegma conceptus pro iam nato
habetur (el concebido se tiene por nacido), equiparando el concebido al nacido para todos los
efectos que sean favorables.
B)Nace vivo, según los Proculeyanos, sólo el recién nacido que emita algún sonido;
para los Sabinianos era suficiente cualquier movimiento del cuerpo, sobre todo la respiración.
C)El problema del parto prematuro está relacionado con la muerte súbita del recién
nacido. Puede suceder que un nacido vivo, muera inmediatamente después de la separación
de la madre, planteándose si durante su corta existencia fue considerado sujeto de derecho. La
duda se resuelve en el sentido que si el parto fue prematuro (abortus) se considera como no
nacido y por tanto, no adquiere personalidad jurídica. Podría considerarse parto prematuro
aquel ocurrido antes del séptimo mes de gestación.
D)El nacido deforme no fue considerado como sujeto de derecho, y sólo se
contabilizaba su nacimiento en relación con la madre que obtenía así ciertos privilegios a partir
de un número determinado de hijos. Es obvio que no entran en esa categoría, y por ende son
considerados seres humanos capaces de derechos, los aquejados de simples deformidades.

3.EXTINCIÓN DE LA PERSONA FÍSICA

La persona física se extingue con la muerte. La muerte pone en funcionamiento los


mecanismos de sucesión hereditaria, con lo que el patrimonio del difunto pasa a sus
herederos. En cuanto a la presunción de muerte el Derecho no la menciona. Si admite
presunciones de premoriencia. Si dos o más personas, relacionadas de tal forma que la muerte
de una deriven derechos para la otra, falleciesen en un mismo infortunio, sin que pueda
establecerse quién de ellos murió primero, en Derecho clásico se presume que murieron al
mismo tiempo. Una verdadera presunción de premoriencia sólo fue establecida por los
compiladores justinianeos, para el supuesto en el que el padre e hijo muriesen en el mismo
accidente con imposibilidad de determinar el momento preciso en que cada uno de ellos dejó
de existir: si el hijo es púber, se presume de premuerto el padre, viceversa, se presume de
premuerto el hijo impúber.

4.CAPACIDAD JURÍDICA Y CAPACIDAD DE OBRAR

La capacidad jurídica hoy es la aptitud para ser sujetos de derechos y obligaciones. La


capacidad de obrar no existe sin la capacidad jurídica, pero una persona puede tener
capacidad jurídica sin tener capacidad de obrar.
Los juristas romanos hablaban de capacidad en ambos casos concretos y respecto a
determinadas relaciones jurídicas para referirse a la capacidad de hacer testamento o de ser
heredero testamentario, utilizaban la locución testamentil factio, o capacitas para indicar la
capacidad de adquirir entre marido y mujer, o capax doli para indicar la capacidad de delinquir.
El término caput era empleado para indicar individuo humano (tanto libre como
esclavo), podríamos hallar una cierta correspondencia terminológica con nuestra capacidad.
En cuanto a su identidad, tampoco los criterios del Derecho moderno pueden aplicarse
al Derecho romano, ya que en éste sólo tenía plena capacidad el individuo libre, ciudadano
romano y pater familias (sui iuris).

5.LIMITACIONES A LA CAPACIDAD DE OBRAR. TUTELAS Y CURATELAS.

5.1.LA EDAD Y LA TUTELA DE LOS IMPÚBERES.

En lo que se refiere a la edad, el Derecho romano distinguió entre PÚBERES E


IMPÚBERES, considerando especialmente dentro de los primeros a los menores de 25 años.

A)IMPÚBERES. No alcanzan la aptitud fisiológica para procrear. Sobre el momento en el que


alcanza la pubertad, los Sabinianos exigían la inspctio corporis, esto es, un reconocimiento
específico para comprobar la madurez sexual de la persona. Los Proculeyanos prefirieron fijar
el límite de la pubertad en los doce años para la mujer y catorce para el varón, criterio éste
seguido por Justiniano. Dentro de los impúberes se distinguían:
-Infantes, es aquel que no puede hablar; aquellos que pronuncian palabras y expresan
ideas cuyo exacto sentido desconocen. Justiniano, la infancia termina al cumplir los 7 años y
durante este período la incapacidad de obrar del infants es total, no pudieron realizar por sí
solo acto jurídico alguno.
-No infantes, aquellos que han cumplido 7 años y el Derecho les otorga una cierta
capacidad de obrar, pudiendo realizar por sí mismo, por ejemplo, aquellos negocios en los que
adquieran algún derecho o ventaja, pero necesitan la autorización del tutor para todos
aquellos negocios que pudiesen acarrearles perjuicio.
B)PÚBERES. Son las mujeres y varones que, cumplidos los 12 y 14 años respectivamente se
consideran fisiológicamente aptos para procrear, haciendo coincidir el Derecho Romano dicha
aptitud con la plena capacidad de obrar. -
TUTELA DE LOS IMPÚBERES.
Los impúberes tienen capacidad jurídica pero no de obrar o la tienen mermada, según
que no hayan o hayan cumplido los 7 años de edad. Ante esta situación el Derecho romano
atribuía a un tercero la función de suplir o integrar con su propia capacidad aquella que el
impúber no tenía. Este se denomina tutor y el término pupilo se usa en algunas ocasiones,
como sinónimo de impúber, para designar al menor sometido a la tutela. El tutor podía ser
designado por el padre (tutor testamentario). Designado por la ley (tutor legítimo). Y en
defecto el tutor testamentario y legítimo sería el magistrado el encargado de nombrar un tutor
al impúber. La actuación del tutor sigue cauces distintos según que el impúber haya o no
rebasado la infantia.
AA)Si el impúber había sobrepasado la infantia necesitaba autorictas del tutor
para que aquellos otros que pudiesen, hipotéticamente, acarrearle perjuicio. La
autorictas era una declaración de voluntad del tutor, efectuada junto a la declaración
de voluntad del pupilo y destinada a completar esta última. Lógicamente en ningún
caso, ni aún con la autorización del tutor, pueden contraer matrimonio o testar.
BB)Si el impúber aún no ha cumplido los siete años, el tutor lleva a cabo de una
gestión de negocios, realizando él solo los actos necesarios para que el patrimonio del
pupilo resulte bien administrado.
Las facultades del tutor para administrar y disponer de los bienes del
pupilo discrecionalmente experimentaron sucesivas limitaciones. Se prohibió al tutor
enajenar o gravar con hipoteca los praedia rustia o suburbana del pupilo, pero fue
Justiniano el que definitivamente prohibió al tutor y exigirle responsabilidades por su
gestión. El Pretor exigió al tutor que asumía la administración una garantía y el deber
de realizar un inventario. El deber debe restituir al pupilo su patrimonio intacto así
como los bienes que haya adquirido y sumas que haya cobrado para él, e indemnizarle
por el perjuicio causado a resultas de una mala administración. El pupilo podía
ejercitar la actio tutelae para exigir del tutor la devolución de los bienes administrados,
así como una indemnización por daños y perjuicios causados. A su vez, el tutor podía
ejercitar contra el pupilo la actio tutelae contraria para obtener el reembolso de los
gastos efectuados durante su administración.

C)MENORES DE 25 AÑOS. Una cierta lex letoria vino en auxilio de los menores de 25 años
(minores), no sólo estableciendo penas contra aquel que hubiese abusado de su experiencia,
sino también concediendo una acción mediante la que el menor engañado podía solicitar la
restitución por entero. Avanzado el s II d.C., se admitió que un sui iuris menos de 25 años
pudiese pedir al magistrado competente nombramiento de oficio de un curador (curator
minuris) que ayudaba y protegía al menos de sus relaciones patrimoniales. La función del
curador de un menor es del todo semejante a la del tutor del impúber. Por una parte
administra el patrimonio y por otra tiene que dar su consentimiento en los casos en el que el
tutor da su autorictas.

5.2.EL SEXO Y LA TUTELA DE LA MUJER

En el antiguo Derecho romano la inferioridad de la mujer respecto del varón es


patente, y no sólo en el ámbito del Derecho Público, sino también en el del Derecho privado. A
diferencia del varón, la mujer púber y sui iuris necesitaba siempre y necesariamente la
autorictas de un tutor para realizar actos jurídicos. La tutela de la mujer era tradicionalmente
justificaba en base a su presunta inferioridad natural aunque ya los juristas de la época clásica
consideraban normal que las mujeres púberes realizasen por sí mismas sus propios negocios,
atribuyendo a la auctoritas del tutor un valor permanente formal. De la tutela de la mujer no
se hace mención en la copilación justinianea, donde en general rigen por ambos sexos las
mismas normas. Sin embargo, la incapacidad de la mujer para cualquier cargo u oficio público,
fue constante en todas las épocas.
5.3.LA ENFERMEDAD MENTAL Y LA CURA FURIOSI

Los términos más usuales son furiosus, y demens, utilizándose a veces como insanus,
fatuus, lunaticus, o mente captus. Siendo el enfermo mental incapaz de comprender y querer
es lógico que estuviese sometido al cuidado de un curador y no pudiese realizar por sí mismo
acto jurídico alguno. Las funciones del curador se circunscriben a la administración del
patrimonio del furiosus y a la custodia y salvaguarda personal del mismo. Excepcionalmente se
permitió a los dementes realizar negocios jurídicos durante sus lúcidos intervalos, y
demostrado la curación definitiva de la enfermedad, recuperaban automáticamente la plena
capacidad de obrar.

5.4.LA PRODIGALIDAD Y LA CURA PRODIGI.

Pródigo, del latín prodigus es aquel que dilapida de sus bienes y los consume en gastos
inútiles sin medida ni razón. Fueron sometidos a un curador (curator prodigi) que administraba
su hacienda. La curatela de los pródigos no terminaba automáticamente cuando el pródigo
dejaba de serlo, y sí únicamente cuando el magistrado revocaba el interdicto bonorum, esto es,
la prohibición de administrar sus bienes.

6.LOS STATUS DE LA PERSONA FÍSICA

Status indica situación del individuo frente al ordenamiento jurídico. Es contemplada


bajo una triple perspectiva: socialmente, como hombre libre o esclavo (libertatis); formando
parte del populus como ciudadano romano (civitatis) e integrado en la familia, como sui o
alieni iuris (familiae).

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