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• Principio de demanda: este principio implica que el proceso tiene que iniciarse de
demanda, esto es, de una petición. El juez no interviene en un conflicto si las partes
no lo piden, es decir, sólo actúa a instancia de parte. La solución al conflicto no se
hace por voluntad del juez sino por voluntad de las partes.
• Principio de igualdad de partes: significa que las partes tienen que actuar en pie
de igualdad. Este principio se puede considerar consustancial al derecho
fundamental a la tutela judicial efectiva. A las partes se les debe reconocer los
mismos derechos, obligaciones y posibilidades y cargas de alegación y de
impugnación. Deben poder utilizar los mismos medios de ataque y defensa, las
mismas posibilidades de alegación, de utilizar los medios de prueba y de impugnar
las alegaciones.
• Principio de publicidad: supone que las actuaciones son públicas, sin perjuicio de
ciertos documentos o actuaciones que pueden ser privadas. Las sentencias son
publicadas y los juicios se celebran en audiencia pública, con carácter general, salvo
que afecten a derechos fundamentales o relacionados con menores o incapaces. En
ningún caso se puede excluir a las partes de la publicidad.
Desde el punto de vista objetivo, a través del juicio ordinario se conocerán las
demandas que tengan por objeto cualquier conflicto sobre las materias que vienen
recogidas en el artículo 249.1 LEC. Entre ellas están los derechos honoríficos de la
persona, las relativas a la tutela de los derechos fundamentales, las relativas a la
impugnación de los acuerdos tomados por los órganos societarios de entidades
mercantiles o las relativas a arrendamientos urbanos o rústicos.
Junto al criterio objetivo, la Ley asigna al juicio ordinario en el art. 249.2 LEC
cualquier otro conflicto jurídico siempre que la demanda tenga una cuantía que exceda
de 6.000€ o ésta sea inestimable, al no poderse calcular ni siquiera de forma
aproximada.
criterios objetivos En realidad, sólo pueden ser entendidos como verdaderos criterios de
distribución material los recogidos en el art. 250.1.8º, 9º y 12º, por tanto, a través del
juicio verbal se conocerán las demandas sobre alimentos, que debidos por disposición
legal o por cualquier otra causa, los litigios sobre el derecho de rectificación de hechos
inexactos y perjudiciales y los que supongan el ejercicio de la acción de cesación en
defensa de los intereses colectivos y difusos de los consumidores y usuarios. Todos los
demás supuestos contemplados en el art. 250.1 son procedimientos especiales.
Desde el punto de vista de la cuantía, por el juicio verbal se conocerán
cualesquiera otras demandas que tengan un valor inferior a 6.000€ (art. 250.2).
D. Las fases del juicio ordinario. La fase alegatoria. La audiencia previa y el juicio
propiamente dicho.
El juicio ordinario está regulado en los arts. 399-436, ambos incluidos. Como
cualquier proceso, se inicia por demanda (art. 399) y se termina por sentencia (art. 434 y
ss.).
a) La fase alegatoria: se compone esencialmente de los actos de alegación de las
partes: demanda y contestación a la demanda. Una vez admitida la demanda, se da
traslado de ella al demandado para que se persone en el proceso y la conteste en
veinte días. La demanda y la contestación son actos procesales de parte en los que
piden al órgano judicial la resolución que les convenga en orden al conflicto
jurídico que plantea el actor, basando dicha petición en alegaciones de hecho y de
derecho. Ambos actos procesales fijan de forma definitiva la contienda y
determinan el contenido y la extensión del poder jurisdiccional del órgano judicial
que se deberá atener en su sentencia a lo pedido por las partes y a la razón o
fundamentación de lo que cada una de las partes pide. En la contestación se puede
reconvertir, es decir, interponer una demanda contra el actor o incluso contra
terceras personas. Contestada la demanda o transcurrido el plazo para hacerlo sin
que se aporte, el secretario judicial convoca a las partes a la audiencia previa.
b) Audiencia previa al juicio: se trata de una vista, o un acto oral que tiene como
finalidad conseguir un acuerdo o transacción de las partes que evite el proceso.
Asimismo pretende examinar y resolver todas las cuestiones procesales que hayan
sido planteadas por el demandado o que pueda plantear el actor a la vista de la
contestación del demandado o incluso las que pueda plantear de oficio el propio
órgano judicial.
La audiencia sirve para que las partes fijen su posición jurídica y fáctica
de forma definitiva. Pueden las partes por tanto hacer alegaciones
complementarias y aclaratorias y pueden alegar hechos nuevos o de nuevo
conocimiento. Por tanto, sirve para fijar de forma definitiva cuáles son los hechos
controvertidos y en cuáles otros las partes están de acuerdo. Como acto final de la
audiencia previa, el juez cita a las partes y a todos los que han de intervenir en el
juicio para el día y la hora en que empezaran las sesiones del juicio. A la
audiencia han de acudir las partes con sus abogados y procuradores. Si las partes
no acuden, el juez da por terminado el proceso dictando auto de sobreseimiento.
Lo mismo ocurre cuando la parte actora no acude, o no acude su abogado, y la
demandada no quiere continuar con el proceso. Si el que no acude es el
demandado, la audiencia se entenderá con el demandante en lo que resulte
procedente.
c) El juicio y la sentencia: tiene por objeto llevar a la práctica las pruebas que han
sido admitidas por el órgano judicial y realizar los actos de conclusión, una vez
practicadas las pruebas. En estos actos, las partes hacen un resumen de lo que ha
ocurrido en el proceso, desde el punto de vista de los hechos y desde el punto de
vista del Derecho.
a) Fase alegatoria: esta fase queda dividida en el juicio verbal. El proceso empieza
por demanda escrita, pero dicha demanda no es contestada mediante la
presentación de un escrito ante el órgano judicial. El demandado contesta a la
demanda en la primera parte del juicio o de la vista a la que son convocadas las
partes. La demanda debe tener el mismo contenido que la demanda del juicio
declarativo ordinario. Una vez admitida, se trasladará al demandado, quien no
tendrá que contestarla en forma escrita y al que se citará, conjuntamente con el
actor a la celebración de la vista, con indicación del día y la hora. Las partes
deberán concurrir a la vista con las pruebas con las que intenten valerse. Si el
demandante no asistiese a la vista y el demandado no alegare interés en la
continuación del proceso, éste terminará por un auto teniendo por desistido al
actor. Si el demandado no concurriera a la vista, se le tendrá por rebelde.
4. El proceso de ejecución:
En muchas ocasiones, la tutela efectiva de los derechos materiales requiere
obtener de los tribunales una actuación del órgano judicial tendente a conseguir por la
fuerza lo que el obligado en la sentencia no quiere cumplir voluntariamente. Este
proceso de ejecución sería reflejo del art. 117 CE cuando dice que la función
jurisdiccional consiste en juzgar y hacer ejecutar lo juzgado. El órgano judicial ejecuta
lo que ha sido juzgado, imponiendo el imperium del Estado al obligado que no cumple
voluntariamente con lo ordenado en la sentencia.
Se regulan en la ley diferentes procesos de ejecución y, dentro de ellos, los
distintos actos que llevan a cabo el órgano judicial, las partes y terceros ajenos al
proceso. Todos esos procesos se inician con una demanda ejecutiva, que tiene su base
en un título de ejecución, que es la expresión formal de la legitimación de una
resolución judicial, aunque también puede tener origen extrajudicial. La figura esencial
en el proceso es el órgano judicial, quien adopta una serie de medidas con el objetivo de
que se produzca el cumplimiento forzoso de la condena establecida en el título de
ejecución. E
5. El proceso cautelar:
La tutela cautelar intenta solucionar el problema que se presenta para los
justiciables, y para la tutela efectiva de los derechos de éstos, por la utilización de un
mecanismo como es el proceso que necesariamente requiere un tiempo, muchas veces
dilatado, para su tramitación. La Ley ha previsto el proceso cautelar para asegurar al
actor que el derecho cuya tutela pide en la demanda, si es reconocido, podrá ser tutelado
con la sentencia, tomando para ello medidas aseguratorias del patrimonio del
demandado o imponiendo una situación, hasta tanto termina el proceso, que posibilite la
ejecución posterior de la sentencia. Los procesos cautelares se regulan en los arts. 721-
747 LEC. Se regula un proceso ordinario y otro especial, en el que la tutela cautelar se
otorga sin audiencia del demandado.
1. JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA
Como potestad (poder que se puede imponer a los demás) o se tiene o no se tiene, no
está limitada.
Sin embargo, materialmente, la jurisdicción puede verse limitada por varios factores:
porque las partes hayan decidido someter el conflicto a arbitraje; porque, puesto que es
un atributo, esté reconocida a órganos supranacionales o porque el propio estado se
autolimite; o porque sea limitada por la existencia de muchos órganos y de distintos
órganos jurisdiccionales (civil, penal, laboral, mercantil, contencioso).
Ej.: se celebra un contrato de c-v y se plantea que las cuestiones que surjan en
ese contrato van a ser resueltas mediante arbitraje (convenio arbitral). En caso de
incumplimiento, la otra parte presenta una demanda ante un juzgado de primera
instancia. Si el demandado le contesta renuncia al sometimiento al arbitraje.
Las excepciones vienen dadas por los juzgados de lo mercantil (creados por la
LO 8/03), que van a tener competencia para conocer de cuantas cuestiones
susciten en materia concursal y para otras como publicidad, condiciones
generales de la contratación, propiedad intelectual…; una segunda excepción
son los juzgados de familia; por último, otra excepción viene dada por la Ley
de medidas integrales sobre la violencia de género (LO 1/04) que creó los
juzgados de violencia sobre la mujer. Estos juzgados son órganos de
instrucción incardinados en el orden penal. Cuando se produzca un acto de
violencia de género tienen atribuido el conocimiento exclusivo y excluyente de
determinados procesos civiles (art. 49 bis LEC).
4. COMPETENCIA TERRITORIAL
El legislador parte de una idea que plasma en el art. 54 LEC, que nos habla del carácter
dispositivo de las normas de competencia territorial, lo que significa que en
principio, a diferencia de las normas de competencia objetiva y funcional, es disponible
para las partes (pueden alterar los fueros legales, que de ese modo, vendría a ser fueros
subsidiarios). Esta es la idea que subyace a la disponibilidad de las normas de
competencia territorial. En realidad, este artículo contradice su encabezamiento con el
resto de su texto (art. 54 LEC: las reglas de competencia territorial solo se aplican en
defecto de solución expresa o tácita de las partes, salvo en los números…). Tampoco
esta disponibilidad se aplica cuando estemos ante juicios orales, ni ante la sumisión
expresa en los contratos de adhesión. Es más genérica la excepción que la regla
general (hay mas excepciones a las disponibilidad de las partes que la propia
disponibilidad que enuncia el art. 54).
3. La sumisión de las partes sólo será válida y eficaz cuando se haga a tribunales con
competencia objetiva para conocer del asunto de que se trate.
En consecuencia, las partes por sumisión tácita o expresa pueden determinar qué
órgano va a conocer de un determinado asunto, salvo que ese proceso esté exceptuado
por ley (fueros legales imperativos; son fueros que establece el legislador que no
permiten ser alterados por la voluntad de las parte. Estos fueros legales imperativos
aparecen definidos en el art. 54 LEC. Tampoco la sumisión expresa o tácita se permite
en los fueros especiales que contempla el art. 52 ni tampoco en los juicios
ejecutivos…ni …ni en los juicios monitorios, ni cuando se trata de conflictos unidos al
incumplimiento de contratos de adhesión.
1. FUEROS CONVENCIONALES:
Es un contrato entre las partes, celebrado fuera del proceso, pero que tiene efectos
procesales. Lo que se hace en este pacto es renunciar al fuero legal y se acuerda un
sometimiento a otros órganos judiciales objetivamente competentes de otro lugar. Las
partes, en este pacto, designan la circunscripción o el lugar donde radican los tribunales
que hayan de conocer de un determinado asunto. De manera que, en este contrato, lo
primero que tienen que hacer las partes es señalar el lugar concreto donde ejerce su
jurisdicción el juzgado o tribunal al que se van a someter (las partes).
Se entenderá por sumisión expresa la pactada por los interesados designando con precisión la
circunscripción a cuyos tribunales se sometieren.
Es una ficción legal que parte de la idea de que la competencia de un tribunal queda
establecida por las actuaciones que realizan las partes, de manera que, la competencia
del tribunal va a venir establecida por parte del demandante, por el hecho de interponer
la demanda o solicitar unas medidas cautelares o interponer una diligencia previa. En
este hecho se supone que se atribuye la competencia territorial a ese órgano judicial.
Por parte del demandado, se entiende que hay sumisión tácita cuando una vez
personado, tras la interposición de la demanda, lleva a cabo cualquier actuación que no
sea la de interponer en forma la declinatoria (indica que se está sometiendo a ella).
Se entenderá por sumisión expresa la pactada por los interesados designando con precisión la
circunscripción a cuyos tribunales se sometieren.
*OJO: art. 24.2 CE (“Asimismo, todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por
la Ley, a la defensa y a la asistencia de letrado, a ser informados de la acusación formulada
contra ellos, a un proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las garantías, a utilizar los
medios de prueba pertinentes para su defensa, a no declarar contra sí mismos, a no confesarse
culpables y a la presunción de inocencia”),
que exige que el órgano que va a conocer
un proceso venga definido por las normas de competencia y procedimiento, y
por tanto, las partes no pueden hacer alteraciones =indisponibilidad,
imperatividad.
Cuando no haya sumisión tácita ni expresa se aplican los fueros previstos en la ley.
Para las personas físicas es el domicilio del demandado, con carácter subsidiario; si
no tuviera domicilio será el lugar de su residencia; si tampoco tiene residencia en
España será el lugar donde se encuentren dentro del territorio nacional o el de su
última residencia en España, y, si tampoco, serán competentes donde radique el
domicilio del actor.
1. Salvo que la Ley disponga otra cosa, la competencia territorial corresponderá al tribunal del
domicilio del demandado y si no lo tuviere en el territorio nacional, será Juez competente el de
su residencia en dicho territorio.
Artículo 51. Fuero general de las personas jurídicas y de los entes sin personalidad.
1. Salvo que la Ley disponga otra cosa, las personas jurídicas serán demandadas en el lugar de su
domicilio. También podrán ser demandadas en el lugar donde la situación o relación jurídica a
que se refiera el litigio haya nacido o deba surtir efectos, siempre que en dicho lugar tengan
establecimiento abierto al público o representante autorizado para actuar en nombre de la
entidad.
2. Los entes sin personalidad podrán ser demandados en el domicilio de sus gestores o en
cualquier lugar en que desarrollen su actividad.
-En los fueros especiales (arts. 52 y 53 LEC: elenco de fueros especiales) no se permite
la autonomía de la voluntad (frente a bienes inmuebles, será competente el órgano
judicial donde radique el bien inmueble; en aquellas demandas de ejecución precaria:
desahucio y arrendamiento;… cuando la demanda tiene por objeto demandas sociales
tampoco cabe la autonomía de las partes y hay que domicilio social cuyo…).
Hay determinados supuestos en los que el legislador no permite que las partes alteren la
competencia territorial, es decir, las normas devienen imperativas (arts. 52 y 53 LEC).
Cabe distinguir entre los recursos establecidos por el legislador, el recurso de apelación
(es competente el superior jerárquico: juez de paz-juez de primera instancia-audiencias
provinciales…). En la ley también hay recursos extraordinarios, el de casación y el de
infracción procesal. En estos recursos su conocimiento viene atribuido a los TSJ
cuando en la resolución que se impugna viene infringidas normas económicas, y el TS
en los demás casos.
dentro del plazo). El conocimiento de esa fase de ejecución se atribuye al órgano que
conoció en primera instancia (art. 545 LEC).
También son manifestaciones de esta competencia funcional (son normas de ius cogens,
que establecen qué órgano va a conocer en las distintas fases del proceso).
En estos supuestos, el legislador no está estableciendo unas normas que inviten a las
partes a respetar, sino que están obligadas a ello. El juez tiene la obligación de
examinar de oficio esta competencia (objetiva, funcional, (territorial)). Esto viene
establecido en el art. 58 LEC, que recoge normas de competencia territorial imperativa;
en el art. 62 LEC aparece la competencia para conocer de los recursos.
Cuando la competencia territorial viniere fijada por reglas imperativas, el Secretario judicial
examinará la competencia territorial inmediatamente después de presentada la demanda y, previa
audiencia del Ministerio Fiscal y de las partes personadas, si entiende que el Tribunal carece de
competencia territorial para conocer del asunto, dará cuenta al Juez para que resuelva lo que
proceda mediante auto, remitiendo, en su caso, las actuaciones al Tribunal que considere
territorialmente competente. Si fuesen de aplicación fueros electivos se estará a lo que manifieste
el demandante, tras el requerimiento que se le dirigirá a tales efectos.
1. No serán admitidos a trámite los recursos dirigidos a un tribunal que carezca de competencia
funcional para conocer de los mismos. No obstante lo anterior, si admitido un recurso, el tribunal
al que se haya dirigido entiende que no tiene competencia funcional para conocer del mismo,
dictará auto absteniéndose de conocer previa audiencia de las partes personadas por plazo común
de diez días.
2. Notificado el auto a que se refiere el apartado anterior, los litigantes dispondrán de un plazo de
cinco días para la correcta interposición o anuncio del recurso, que se añadirán al plazo
legalmente previsto para dichos trámites. Si sobrepasaren el tiempo resultante sin recurrir en
forma, quedará firme la resolución de que se trate
6.LA DECLINATORIA.
El momento procesal para interponer la declinatoria es, en los juicios ordinarios, en los
primeros días establecidos para contestar la demanda y cuando se trata de juicios
verbales, en los cinco días siguientes a aquel en los que se produzca la citación para la
vista. Queda en suspenso ese plazo para la contestación de la demanda o para la
celebración de la vista.
7. REPARTO DE ASUNTOS
La distribución del trabajo se lleva a cabo donde haya dos o más Juzgados del mismo
orden jurisdiccional conforme a las normas de reparto prefijadas por la Sala de
Gobierno del TSJ, a propuesta de la Junta de Jueces; normas a las que se dará
publicidad suficiente (arts. 152.1.2, 159.2 y 170.1 LOPJ). El reparo se realizará bajo la
supervisión del Juez Decano, asistido por un secretario. También se ha de realizar esta
distribución entre las Secciones que puedan establecer entre las distintas Salas de un
Tribunal y entre las Salas del mismo (art. 152.1.1 LOPJ).
Así pues, los secretarios judiciales no permitirán que se dé curso a ningún asunto que
deba repartirse si no consta la diligencia correspondiente, en cuyo caso, a instancia de
parte, se anulará cualquier actuación que no consista en ordenar que pase el asunto a
este trámite (art. 68.2 LEC). Cuando se hubieren dictado resoluciones por tribunales
diferentes al que correspondiera por reparto, se declararán nulas a instancia de parte
cuando se pida la nulidad en el trámite inmediatamente posterior al momento que tuvo
conocimiento de la infracción de las normas de reparto (art. 68.4 LEC).
Sin embargo, cuando pudiera quebrantarse algún derecho o producirse perjuicio grave e
irreparable por no adoptarse alguna medida urgente en los asuntos repartidos, el decano
o presidente de la Audiencia podrán adoptarla a instancia de parte (arts. 167 LOPJ y 70
LEC).
El reparto deberá hacerse en los dos días siguientes a la presentación del escrito o
solicitud de incoación de las actuaciones (art. 69 LEC).
A) CONCEPTO
Las partes son, como el juez, inherentes a la estructura personal de todo proceso, que es
actividad de tres sujetos (juez, demandante y demandado); y del mismo modo que no
puede concebirse ninguna actuación jurisdiccional sin un juez, tampoco cabe
representarla sin que existan partes procesales. Partes son, por lo tanto, quienes en tal
condición figuran en el proceso, quien asume la titularidad de las relaciones procesales,
con las cargas y obligaciones inherentes a su posición.
Los presupuestos procesales relativos a las partes son la capacidad para ser parte, la
capacidad procesal y la capacidad de postulación. (se entrará a definirlas más adelante)
B) DUALIDAD DE POSICIONES
En el proceso civil (como cualquier otro) es necesario que haya un dualidad de partes
enfrentadas entre sí: demandante, que es la persona que pide en nombre propio o en
cuyo nombre se pide; demandado, persona frente a la que se pide una determinada
actuación o tutela judicial. Estas partes tienen que estar ocupando posiciones
contrapuestas. Por tanto, el enfrentamiento entre partes es inherente a la idea misma de
proceso.
La dualidad no implica, sin embargo, que haya de ser dos el número de sujetos
normalmente llamados a intervenir como partes. Estamos ante los supuestos de
pluralidad de partes.
La capacidad para ser parte se recoge en el art. 6 LEC, es la actitud para ser sujeto de
una relación procesal, para ser el titular de los derechos, obligaciones y cargas que se
deducen en el proceso y para verse afectada por los efectos de la cosa juzgada. Esta
capacidad sería equivalente a la personalidad jurídica del Derecho Civil y por tanto, la
ley no atribuye capacidad sino que reconoce esa facultad.
La falta de capacidad vicia de nulidad los actos del sujeto que careciera de ella. Puede
ser apreciada de oficio por el juez en cualquier momento del proceso (art. 9 LEC). Junto
con este examen de oficio, la falta de capacidad puede ser denunciada por el demandado
en la contestación a la demanda. Por su propia naturaleza, la falta de capacidad para ser
parte no es subsanable; o se tiene capacidad o se carece de ella, pero no resulta posible
su adquisición durante el desarrollo del proceso. Por eso, también podemos afirmar que
la capacidad para ser parte se ha de tener al inicio del proceso y durante todo él.
El legislador distingue entre la capacidad para ser parte de las personas físicas y de las
jurídicas. Respecto de las primeras, el derecho reconoce la capacidad por el mero
hecho de serlo (nace con forma humana y esta desprendido del seno materno 24 horas),
e incluso también se reconoce capacidad al nasciturus (concebido y no nacido) para
todos los efectos favorables. Esta capacidad de ser parte cesa cuando se muere. Las
personas jurídicas pueden contraer obligaciones de todas clases y ejercer acciones
civiles (art. 38.1. CC.”Las personas jurídicas pueden adquirir y poseer bienes de todas
clases, así como contraer obligaciones y ejercitar acciones civiles o criminales,
conforme a las leyes y reglas de su constitución”).
Las personas jurídicas adquieren capacidad para ser parte, en el ámbito de derecho
privado; siendo sociedades mercantiles, para que tengan capacidad para ser parte, se
requiere que se hayan constituido mediante escritura pública y que hayan sido inscritas
en el registro mercantil. Respecto a las sociedades civiles, la adquieren en el momento
en que se celebra el contrato de sociedad. En cuanto a las personas jurídicas de derecho
público, hay que ver la regulación acerca de cuando adquieren personalidad jurídica (en
general, desde el momento en que se constituyen). Por tanto, la capacidad de las
personas jurídicas se tiene en el momento que se han constituido respecto a ley.
2. Sin perjuicio de la responsabilidad que, conforme a la ley, pueda corresponder a los gestores o a
los participes, podrán ser demandadas, en todo caso, las entidades que, no habiendo cumplido los
requisitos legalmente establecidos para constituirse en personas jurídicas, estén formadas por una
pluralidad de elementos personales y patrimoniales puestos al servicio de un fin determinado.
D) CAPACIDAD PROCESAL
La capacidad procesal supone la actitud para realizar con eficacia y con validez actos
procesales (actuaciones dentro del proceso). Esta capacidad es más restringida que la
capacidad para ser parte, por lo que hay que ver que en aquellos supuestos en los que las
partes no tienen capacidad procesal, hay que acudir a la representación.
Tienen capacidad procesal (art. 7 LEC) aquellas personas que se encuentren en plenitud
de sus derechos civiles, es decir, los mayores de dieciocho años y los menores
emancipados. Aquellos que no estén en plenitud (menores no emancipados) de sus
derechos civiles deberán comparecer representados por un representante legal o por
quien deba suplir su incapacidad conforme a derecho (padres, tutores, siendo precisa la
autorización judicial) y respecto de los incapaces habrá que estar a la sentencia
constitutiva (les representará el tutor o el curador que se designe en dicha sentencia); en
ambos casos, se precisa autorización judicial para interponer una demanda en nombre
del incapaz. Respecto a aquellos que son declarados pródigos habrá que estar al régimen
de la sentencia que les declare pródigos.
Por su parte, las personas jurídicas no plantean problema alguno de capacidad procesal;
desde el momento en que el ordenamiento jurídico les reconoce personalidad gozan de
la capacidad para comparecer en juicio. No obstante, debido a la falta de soporte físico
para realizar actos materiales, las personas jurídicas han de comparecer en juicio por
medio de las personas que legalmente las representen (art. 7.4 LEC).
Junto a estos supuestos, el legislador detalla otros supuestos especiales a los que
reconoce capacidad para ser parte en los arts. 6 y 7 LEC. Son supuestos en los que el
legislador reconoce que, de hecho, pueden ser titulares de obligaciones y de derechos,
pero que no son encuadrables en ninguna de las categorías que hemos estudiado: entes
sin personalidad, masas patrimoniales, sociedades irregulares y grupos de afectados.
1. Sólo podrán comparecer en juicio los que estén en el pleno ejercicio de sus derechos civiles.
2. Las personas físicas que no se hallen en el caso del apartado anterior habrán de comparecer
mediante la representación o con la asistencia, la autorización, la habilitación o el defensor
exigidos por la ley.
3. Por los concebidos y no nacidos comparecerán las personas que legítimamente los
representarían si ya hubieren nacido.
5. Las masas patrimoniales o patrimonios separados a que se refiere el número 4 del apartado 1 del
artículo anterior comparecerán en juicio por medio de quienes, conforme a la ley, las administren.
6. Las entidades sin personalidad a que se refiere el número 5 del apartado 1 del artículo anterior
comparecerán en juicio por medio de las personas a quienes la ley, en cada caso, atribuya la
representación en juicio de dichas entidades.
7. Por las entidades sin personalidad a que se refiere el número 7 del apartado 1 y el apartado 2 del
artículo anterior comparecerán en juicio las personas que, de hecho o en virtud de pactos de la
entidad, actúen en su nombre frente a terceros.
8. Las limitaciones a la capacidad de quienes estén sometidos a concurso y los modos de suplirlas
se regirán por lo establecido en la Ley Concursal.
E) LEGITIMACIÓN
Se trata de una cuestión de fondo, que tiene que ver con la eficacia del proceso. El
concepto de legitimación alude a una esencial condición o vinculación de uno o varios
sujetos con un objeto litigioso determinado, que les habilita para comparecer o exige su
comparecencia, individualmente o junto con otros, en un proceso concreto con el fin de
obtener una sentencia de fondo. La legitimación no tiene naturaleza procesal; no se trata
de un presupuesto procesal, sino de un elemento de la fundamentación, de la pretensión
que impide resolver sobre la cuestión de fondo.
Por un lado, el demandante posee legitimación activa. Por otro, la pasiva corresponde
con el demandado. Cuando se aprecie la falta de legitimación del demandante, el mismo
actor no podrá en el futuro volver a plantear su demanda contra el mismo demandado;
sin embargo, nada obsta para que la presente contra otro. Cuando se aprecie falta de
legitimación pasiva, tampoco podrá el actor reiterar su demanda contra el mismo
demandado. Podría, en cambio, dirigirla contra cualquier otro sujeto.
Legitimación derivada del interés general: La ley reconoce legitimación sin necesidad
de que se afirma la titularidad de la relación jurídica que se dilucida en el proceso
porque concurre un interés general. El MF está legitimado por ley para actuar en calidad
de parte en procesos relativos al estado civil y para asumir o promover la representación
en juicio de los menores, que carecen de capacidad de obrar. Además, a las asociaciones
de consumidores y usuarios (art.11 LEC), también se las confiere la defensa de
consumidores y usuarios cuando exista un grupo de afectados que no sean fácilmente
determinables.
F) POSTULACIÓN
2. PLURALIDAD DE PARTES
A) CONCEPTO
B) LITISCONSORCIO
a) Activo: hay una pluralidad de partes que ocupan la posición activa, una
pluralidad de demandantes.
a) Voluntario (art. 12.1 LEC “Podrán comparecer en juicio varias personas, como
demandantes o como demandados, cuando las acciones que se ejerciten
provengan de un mismo título o causa de pedir”): el legislador dice que este
litisconsorcio se produce a merced de la voluntad de las partes. Hay una
pluralidad subjetiva de acciones porque las partes así lo han querido (dentro de
él está el litisconsorcio activo o pasivo). Se permite que las partes actúen de
forma unida como demandantes o que un único actor pueda demandar a varios
que actúan conjuntamente, a varios demandados.
- Que las acciones que se ejercitan no se excluyan entre sí, es decir, que la
acción de una no haga imposible el ejercicio de otra: las acciones que se
ejercitan tienen que pretender más o menos lo mismo (el juez no puede decir
que para unos es válido el contrato y que para otros no).
- Las acciones deben ser tramitadas por el mismo procedimiento: por razón de
la materia, si se han acumulado, que no tengan que tramitarse por
procedimientos de distinta naturaleza.
b) Necesario (art. 12.2 LEC “Cuando por razón de lo que sea objeto del juicio la
tutela jurisdiccional solicitada sólo pueda hacerse efectiva frente a varios sujetos
conjuntamente considerados, todos ellos habrán de ser demandados, como
litisconsortes, salvo que la ley disponga expresamente otra cosa”): la ley
atribuye legitimación a todos los litisconsortes en común, es decir, que todos
deben actuar conjuntamente o frente a todos conjuntamente (activo, pasivo).
RECUERDA: La posición de las partes es impuesta por la ley (no por propia
voluntad).
La ley (LEC) solo regula los supuestos de listisconsorcio pasivo necesario. Hay
supuestos de obligaciones indivisibles (1139 LEC), cuando la deuda solo puede
hacerse efectiva procediendo contra todos los deudores conjuntamente
considerados y solo perjudican a los acreedores los actos que realicen
colectivamente estos; otro supuesto es el de mancomunidad, de comunidad de
bienes o de comunidad de herederos, y por tanto, la herencia pertenece a todos
indistintamente considerados. En estos supuestos, la jurisprudencia ha permitido
que se demande a uno solo de los comuneros, y que uno de éstos pueda realizar
actos individualmente cuando sean favorables a los demás.
Este artículo establece para evitar que se tramite todo un proceso, en los casos en
que la falta de legitimación se admite en la fase de audiencia previa; se permite
su subsanación en los casos en los que hay listisconsorcio pasivo necesario
(COP art). Cuando el demandado alegue falta de litisconsorcio pasivo necesario,
se le permite, si el tribunal considera que procede en ese caso el litisconsorcio
pasivo necesario, dirigir su escrito de demanda a todos los litisconsortes pasivos
necesarios y se le ordenará emplazar a todos éstos.
Ej.: yo dirijo una demanda contra una persona solo de todos los que conforman
un testamento para decir que ese testamento es nulo, pues desestimarían mi
pretensión puesto que no he dirigido mi pretensión contra todos los que debía,
entonces lo que haría el juez sería desestimar mi pretensión, que podría volver a
presentarla puesto que ya estaría cambiando el objeto de la demanda (OJO: no se
podría plantear una demanda sobre el mismo objeto y contra los mismos
demandados), pero con el art. 420 LEC lo que se hace es decirle oye que has
presentado tu demanda mal, tienes que dirigirla contra todos, y le da un plazo
para que lo haga, si en ese plazo no lo hace, se procede al archivo de
actuaciones, y le dice la próxima vez que presentes esta demanda hazlo bien.
C) LA INTERVENCIÓN
Son supuestos en los que un tercero, ajeno al proceso, que afirma ser titular de un
derecho o de un interés legítimo, solicita intervenir en un proceso ya iniciado por un
actor frente a un demandado; bien solicita intervenir como actor, bien como demandado
(significa la injerencia de un tercero).
Hay veces que esta comunicación se lleva a cabo por una persona distinta del
sucesor (art.16.2 LEC), que se da cuando el sucesor no se haya personado en el
plazo de cinco días. Las otras partes pueden solicitar al tribunal que les emplace
a comparecer en juicio en el plazo de diez días. Esto provoca, que en el plazo de
diez días, la otra parte no conozca quiénes son los sucesores.
2. Trasmisión del objeto litigioso (art.17 LEC): existe un proceso que tiene como
objeto una cosa. En el caso de que el objeto de la pretensión se haya trasmitido,
el adquirente de tal bien puede solicitar que se le tenga por parte en la posición
que ocupaba el transmitente de dicho bien.
EL ACTO DE CONCILIACIÓN
La conciliación no solo se tiene en mente fuera de un acto previo al proceso, sino que
también se ha considerado como un acto dentro del proceso. Este acto viene regulado
en los arts. 460 y ss. de la Ley de 1881, los cuales no han sido derogados por la ley de
2000.
Lo que se pretende alcanzar en este acto es un acuerdo, por lo que el juez pretende
acercar las posturas, es un mediador (va a posibilitar una solución pero sin imponerla).
Las diligencias preliminares son diligencias que permiten preparar el futuro proceso,
en algunos casos resultan necesarias. En muchos casos, van dirigidas a determinar la
personalidad del demandado (aspectos relativos a su capacidad, representación), o van
dirigidas a un documento necesario, a un objeto que es necesario, a conocer
determinados aspectos de quien ha causado daños y perjuicios…
-Tipos (art. 256 LEC):
1. Exhibición de un objeto mueble para identificar el objeto sobre el que va a
recaer su pretensión. También se puede solicitar una medida cautelar sobre el
mismo.
8. Pedida de la instancia clínica para hacer las reclamaciones que la parte crea
conveniente.
9. Se puede instar un interrogatorio para determinar el origen y las redes de
distribución de mercancías que han perjudicado la propiedad intelectual e
industrial.
*Todas estas tienen como finalidad que se prepare el futuro proceso. Van dirigidas a
permitir la interposición de la demanda.
-Procedimiento a la hora de acordar estas diligencias preliminares:
Si el juez accede a que se lleve a cabo esta diligencia, en ese mismo auto en el que
resuelve sobre la práctica o no de la diligencia, debe señalar la caución, cuantificando
los daños y perjuicios que le pueda causar a la otra aparte la diligencia. Si en tres días
siguientes no se consigue esa caución el secretario procederá a archivar las
actuaciones. El resto (parte de la caución no utilizada) queda a disposición del que la
pone, si presenta demanda en el plazo de 1 mes, sino se pierde en favor del Ministerio
de Justicia.
La parte que tiene que exhibir el documento, sufrir el documento…, hasta ahora no ha
dicho nada. Un principio esencial en el proceso es la contradicción. La diligencia se
acuerda inaudita parte, el juez ha sopesado las alegaciones que ha hecho la parte, pero
lo cierto es que la otra parte no ha tomado hasta ahora partido y por tanto, se la debe
notificar el acto que establece caución, que establece que los diez días siguientes se
deben personar para llevar a cabo las diligencias. La parte dispone de cinco días para
oponerse; esta oposición que formula quien debe llevar a cabo estas diligencias que se
van tramitar por los trámites previstos para el juicio verbal y una vez finalizada esta
vista, donde las partes exponen lo que su derecho convenga, el juez decidirá si estima o
desestima la oposición.
OJO: NO confundir con las medidas cautelares.
- La estructura de la demanda
Se estructura con un encabezamiento, donde se hace una invocación del órgano
judicial al que va dirigida y a continuación, van a aparecer precisados los datos que
identifican al actor y al demandado (nombre, profesión, domicilio…), que comparece
con representante legal o voluntario. En este encabezamiento también se identifica al
abogado o procurador, cuando estos profesionales intervengan. Posteriormente,
aparecen los honorarios.
A continuación, se detallan de manera separada en párrafos enumerados los hechos, que
se exponen de manera clara y ordena para facilitar la admisión o negación de los cuales,
que debe hacer el demandado. Con igual orden se deben expresar los documentos o los
medios o instrumentos en los que se fundamentan estos hechos.
Dentro de los fundamentos de derecho se deben señalar, además de los fundamentos al
fondo del asunto, los relativos a las alegaciones que procedan sobre la capacidad,
sobre la representación de las partes, la postulación, la jurisdicción, la competencia y el
procedimiento.
Por último se recoge la súplica. En ella, en el caso de que se lleven a cabo distintas
peticiones, se deben expresar con la debida separación y señalar cuáles son peticiones
subsidiarias respecto de las principales. Se pueden establecer peticiones que sean
incompatibles entre sí siempre y cuando se articulen de manera subsidiaria también se
deben recoger las peticiones accesorias mediante otro “sí digo” (poder general para
pleitos, costas; solicitud de medidas cautelares…).
Además, en el proceso civil rige otro principio, el de preclusión, es decir, que aquello
que no se pida en la demanda el juez no lo va a conceder, y además, tampoco se pueden
deducir pretensiones después de la demanda. Una vez que concluye la fase de
alegaciones, se abre un período intermedio, constituido por la audiencia previa, luego
viene el juicio (parte esencial), donde se practican las pruebas (principio de oralidad…)
y la fase final, que es el momento de dictar sentencia (el juez decide la pretensión según
lo alegado y probado por las partes). Todas estas fases están concebidas como
compartimientos “estancos” (fase de juicio: periodo que se abre y se cierra). Son
situaciones irreversibles.
RECUERDA: principio dispositivo: corresponde a las partes alegar las
pretensiones y aportar las partes.
Formalmente, la demanda debe reunir unos requisitos (art. 399 LEC). Este artículo nos
indica qué forma debe adoptar una demanda, qué elementos debe contener esta para
que el juez la pueda tramitar: tiene que haber una invocación a un órgano judicial, que
será aquel que sea objetiva, territorial y funcionalmente competente (aplicando las
normas de la CC); hay que identificar a las partes en las que va a discurrir al proceso,
es decir, hay que identificar al actor y al demandado (principio de dualidad de partes:
una pretensión siempre está compuesta por dos partes, lo que no significa que cada parte
esté integrada por varios sujetos); también tienen que aparecer los hechos y las
pretensiones (para identificar una pretensión hace falta incluir otra serie de elementos,
que deben ser suficientemente indicativos, que va incluido en el suplico de la demanda;
estoy pidiendo la condena del demandado).
Dentro del proceso civil, hay que determinar cuáles son las modalidades o clases de
pretensiones que pueden ser deducidas en el ámbito del proceso civil (art. 5 LEC). El
artículo 5 LEC señala la existencia de distintas acciones o pretensiones que pueden
invocar o solicitar los ciudadanos, pueden ser de estos tipos:
Pretensiones ejecutivas: aquellas que dirigimos al juez con el fin de que ejecute un
determinado derecho reconocido.
las partes no tienen acceso por el mero hecho de la petición. Estas acciones
tienen esa virtualidad de que con la declaración del juez se crea, se modifica o se
extingue una relación jurídica preexistente. Por lo tanto, con ellas se obtiene un
cambio jurídico, que es lo que sirve para la satisfacción de del derecho que
pretendemos. (Ejemplo: el divorcio: quien ha contraído matrimonio legalmente,
si concurren determinadas circunstancias, puede disolver el matrimonio
contraído; declaración de incapacidad: soy un pródigo y dejo a mi familia en la
más absoluta indigencia, mi mujer hacen que me declare pródigo para que yo no
administre mis bienes). En el mundo del derecho hay relaciones que son y otras
que pueden dejar de serlo. Esta creación, modificación o extinción de una
relación jurídica surge sus efectos a partir de la sentencia judicial, en la opera
este cambio jurídico.
2. Elementos de carácter objetivo: identifican la acción no por razón de los sujetos, sino
por dos elementos claves: la causa petendi (causa de pedir) y el petitum. Estos dos
elementos son de gran trascendencia porque permiten distinguir una acción de otra (a
efectos de cosa juzgada).
Ej.: En una relación jurídica material de un negocio de compraventa, yo puedo
pedir al demandado que me pague 6000 euros: petitum; además hay que decir al
juez cuál es la razón jurídica en que se funda esa petición: causa petendi)
También existe otro fenómeno de ampliación del objeto del proceso, que no proviene
del demandante. Hay veces que la acumulación de objetos procesales es de iniciativa
del demandado. Éste cuando es emplazado, para contestar la demanda, puede optar no
solo por contestarla sino por demandar al demandante. Esta modalidad de acumulación
objetiva de acciones se denomina reconvención (por razones de economía
procesal…contraataca), por lo que el objeto del proceso se amplía, de tal manera que
tanto la demanda como la reconvención se sustancian en un mismo procedimiento y se
resuelven en una misma sentencia. Todo ello complica el proceso, en la medida que el
juez se ve obligado a conocer de varias acciones; el legislador consciente de ello
establece ciertos requisitos (reconvención: exige que las acciones que se acumulan sean
conexas).
Aun así, el legislador no ha sido totalmente ajeno a la posibilidad de que cuando el actor
pretenda acumular acciones incompatibles entre sí, incluso puedan acumularse
acciones de manera eventual, lo que quiere decir, que el actor puede acumular una
acción considerada como principal y deducir otra, aunque sea incompatible, para el
supuesto de que la primera no sea estimada (la segunda se deduce de manera eventual:
acumulación objetiva de acciones). El principio de eventualidad, del ejercicio
acumulado de las acciones, se encuentra fraccionado en dos preceptos de la LEC, en el
art. 71.4 “Sin embargo, de lo establecido en el apartado anterior, el actor podrá
acumular eventualmente acciones entre si incompatibles, con expresión de la acción
principal y de aquella otra u otras que ejercita para el solo evento de que la principal
no se estime fundada” (ej.: yo deduzco la nulidad del contrato, pero también puedo
acumular para el supuesto de que el juez entienda que no es nulo, el pago de una
cantidad de dinero: acciones incompatibles entre sí) y en el artículo 399.5 LEC “en la
petición, cuando sean varios los pronunciamientos judiciales que se pretendan, se
expresarán con la debida separación. Las peticiones formuladas subsidiariamente,
para el caso de que las principales fuesen desestimadas, se harán constar por su orden
y separadamente.”, que es el que regula la demanda (para deducir qué pretensión).
En segundo lugar, la ley permite que antes de que el demandado conteste a la demanda,
el demandante puede ampliar la demanda, acumulando nuevas acciones, lo que
constituye otro fenómeno de acumulación objetiva de acciones (en la práctica, se da de
manera muy eventual).
En lo que se refiere a los documentos, en los que la parte funda sus derechos, se tienen
que aportar en la demanda o en la contestación (si no, no se pueden aportar en un
momento posterior); esto es porque los documentos tienen un papel fundamental donde
se hacen constar las relaciones jurídicas (“la reina de la prueba”). Para garantizar el
juego limpio, el proceso civil, para evitar la indefensión de las pretensiones en el
proceso, exige que los documentos se acompañen en la demanda o en la contestación.
Los documentos que hay que acompañar a la demanda son:
El documento hay que presentarlo con la demanda o la contestación, sin embargo, hay
una excepción en el 270 LEC, cuando el documento sea de fecha posterior o si se
desconoce la existencia del documento a la hora de presentar el escrito de demanda o
contestación. Se puede aportar con posterioridad documentación sin demasiada
importancia. No se puede aportar todo lo que privase al contrario de su defensa, al
modificar el caso.
Los documentos hay que presentarlos originales, si son documentos privados (recibo
del pago) o si son documentos públicos, por medio de una copia simple (al comprar un
piso, el notario da una primera copia autorizada). En el caso extremo, de que no se
disponga de una copia se pueden señalar los archivos o el lugar donde se encuentran,
para que la persona interpelada puede comprobar, antes de contestar a la demanda, a qué
documentos se está refiriendo.
El primer caso es muy general, al estipular que sólo se inadmitirán las demandas en los
casos y por las causas expresamente previstas en esa ley, como por ejemplo en los
procesos especiales, como en el caso del 439 LEC (proceso posesorio), donde se
contemplan varias causas de inadmisión, o en los procesos de deshaucio del 493.3 LEC.
En tercer lugar, el 403.3, prevé que no se admitirán las demandas cuando a éstas no se
acompañen los documentos expresamente exigidos por la ley para ello, cuando no se
haya intentado la conciliación, siendo ésta preceptiva, o cuando ordenándolo la ley en
casos especiales no se haya procedido a efectuar el requerimiento, la reclamación o la
consignación, aquí entran los supuestos del 266 o del 815 en relación con el 812 LEC.
restringido.
Litispendencia significa que no se puede volver a comenzar un proceso con las mismas
partes y con el mismo objeto, que el que ya se esté tramitando. En el artículo 410 LEC
(“La litispendencia, con todos sus efectos procesales, se produce desde la interposición
de la demanda, si después es admitida”, nos dice el legislador que se produce en el
momento de interposición de la demanda, si ésta es admitida (los efectos se retrotraen
al momento de la interposición, no al momento de la admisión).
LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
Es una acumulación sobrevenida de acciones. Hay varios procesos que han comenzado
en distintos juzgados en diferentes momentos (interposición dilatada en el tiempo) y
se solicita la acumulación de estos.
OJO: la acumulación de acciones, que se interpone en el mismo momento, es
distinta de la acumulación de procesos.
Concepto: Una vez admitida a trámite la demanda mediante decreto del secretario judicial, se
procede a emplazar a la parte demandada, que puede contestar a la demanda, personarse en el
procedimiento y contestar a la demanda o no personarse y no contestar a la demanda. El plazo para
contestar a la demanda es de 20 días. En caso de no contestar a la demanda, se decretará la
situación de rebeldía.
La situación de rebeldía es, por tanto, la situación jurídica que se crea en el proceso por el
hecho de la incomparecencia del demandado así que es la situación procesal contraria a la
comparecencia. De esta manera, si el demandado no se persona y no contesta, se declara la
situación de rebeldía. Esta declaración viene dada únicamente por la ausencia del demandado en el
procedimiento. Nunca puede darse la rebeldía del autor pues el simple hecho de demandar implica
la comparecencia o personación. Se regula en el art. 496 y ss. de la LEC. Puede darse cuando una
persona no tiene interés en el procedimiento. Pero la mayoría de las ocasiones se da porque, aun
habiéndose practicado bien la diligencia de emplazamiento, la parte demandada no ha podido tener
conocimiento de dicha diligencia, por enfermedad, por ejemplo.
La declaración se hace por resolución, que, para que surta efecto, es preciso que sea notificada.
La Ley impone que dicha declaración se notifique al demandado por correo, siempre que su
domicilio sea conocido, y, en el caso de que no lo sea, que se le notifique mediante edictos. Hecha
esta notificación, no se llevará a cabo ninguna otra, excepto la de la resolución que ponga fin al
proceso. La notificación de las sentencias, de primera y segunda instancia y la del recurso
extraordinario de casación, se hará personalmente, y, si no es posible, por edictos.
− el demandado asume una postura de pura y plena inactividad forzosa hasta tanto no se
persone; es decir, al tener la carga de personarse y no cumplirla se le “sanciona” con la
imposibilidad de realizar actos procesales. Ello no implica que la situación tenga reflejo en las
cargas y posibilidades del actor, quien se encuentra en la misma posición procesal que si no
existiese rebeldía. Por tanto, la rebeldía no implica allanamiento ni implica admisión de hechos,
salvo que la Ley lo disponga expresamente. La rebeldía no vulnera el principio de dualidad de
partes, ya que el declarado en rebeldía puede personarse en cualquier momento en el
procedimiento. Tampoco vulnera el principio de contradicción, porque no equivale al allanamiento,
no acepta los hechos. Está disconforme, pero no ha dicho en qué, porque no se ha personado. Hay
contradicción aunque no se sabe en qué.
− declarada la rebeldía sólo se notificará esta declaración y ninguna otra más, con excepción
de la sentencia.
Proceso en rebeldía:
Los efectos que la Ley liga a la declaración de la rebeldía son efectos procesales que implican
la pérdida de posibilidades procesales a una de las partes, pero nunca significa que no se le tenga
por parte: pues, el demandado no sólo se puede personar en el proceso cuando lo estime
conveniente, sino que puede recurrir y, naturalmente, le afecta la sentencia que se pueda dictar.
Por tanto, el proceso que se siga en rebeldía es plenamente válido, al contrario que lo que
sucede cuando la demanda no es notificada formalmente al demandado; la falta de notificación
supone un proceso inválido que puede ser anulado, ya que se viola un principio fundamental cual
es el de la defensa del demandado.
Esta diferente y extraordinaria regulación no es aplicable a las sentencias que, según la Ley, no
producen los efectos de cosa juzgada; expresamente dice que no procederá la rescisión de las
sentencias firmes que, por disposición legal, carezcan de efecto de cosa juzgada; lo que quiere
decir, que en el caso de que esas sentencias se hayan obtenido en procesos seguidos en rebeldía del
demandado, la sentencia no queda sometida al régimen especial, no pudiendo el demandado sino
utilizar, contra ella, los medios de impugnación ordinarios o extraordinarios previstos en la Ley.
En igual medida, la eficacia ejecutiva se muestra en ciertos aspectos afectada cuando se trata
de una sentencia de condena dictada en rebeldía. La Ley permite que en determinados casos se
suspenda la ejecución de las sentencias firmes dictadas en el proceso en rebeldía cuando se
interponga la demanda de rescisión para dar entrada al proceso de nueva audiencia del rebelde;
suspensión que siempre se concede a instancia de parte y previa prestación de caución.
La falta de contestación, sin que exista excusa legal, crea una situación especial en el proceso;
no implica, como pudiera parecer a simple vista, admisión ni de hechos ni de pretensiones.
Tampoco es oposición. Simplemente se pierde la oportunidad de tomar postura frente a la
demanda, lo que determina, que la prueba sólo podrá versar sobre los hechos alegados en la
demanda ya que el demandado no tendrá definido qué tutela judicial pretende obtener en el
proceso. Siendo así, sólo serán objeto de prueba los hechos que tengan relación con la tutela que
pretenda obtener el actor.
Tampoco se podrán aportar al proceso los escritos y documentos que “necesariamente” hay
que acompañar con la contestación. Le serán notificados todos los actos aunque no conteste a la
demanda.
2. LA CONTESTACIÓN A LA DEMANDA.
subsanación, ésta deberá ser admitida, aun cuando se haya entablado la cuestión sobre la
inexistencia del presupuesto procesal.
3. Defensa: El demandado puede adoptar una postura pasiva frente a la demanda y limitarse
exclusivamente a negar los hechos alegados por el actor, con lo que en definitiva más que
oponerse, se defiende. De esa manera, el demandado no aporta hechos nuevos al debate, sino
simplemente niega los aportados por el actor, negando así la pretensión. También debe
considerarse como defensa la mera negación del efecto jurídico pretendido, con independencia de
que existan o no los hechos y con independencia de que puedan producir otro efecto jurídico.
existencia. En esta última no se niega la relación jurídica (lo que se niega en las defensiones), sino
la pretensión que se funda en la relación jurídica que se admite.
Estas excepciones pueden dividirse en perentorias o dilatorias, en el sentido de que las
primeras se oponen a la pretensión de manera incondicional (la prescripción), mientras que las
segundas sólo lo hacen temporalmente (niegan la prestación como actualmente debida: el pacto de
no pedir, el beneficio de excusión).
Mientras que las defensiones son por naturaleza imprescriptibles, las excepciones en sentido
estricto se pierden por renuncia y por prescripción.
C) LA RECONVENCIÓN.
Es la conducta del demandado consistente en no limitarse a pedir su propia absolución, sino
pedir la condena del demandante. Las posiciones iniciales se invierten: el demandado inicial pasa a
ser también demandante (demandado reconviniente), y el demandante inicial pasa a ser también
demandado. (Demandante reconvenido). La reconvención es una demanda planteada por el
demandado en el escrito de contestación , en el proceso pendiente contra el actor, mediante la cual
se deduce una acción independiente para su resolución con autoridad de cosa juzgada.
La jurisprudencia del TS, anterior a la Ley, concluye de manera acertada que toda pretensión
del demandado que no se reduzca a pedir que se le absuelva de la demanda constituye siempre
reconvención, jurisprudencia que es perfectamente aplicable a las disposiciones de la vigente LEC.
Requisitos
La Ley impone de manera expresa las condiciones o requisitos formales para que la
reconvención se admitida:
− Momento procesal. En el juicio ordinario, la reconvención debe ser formulada en el escrito
de contestación a la demanda; el el juicio verbal debe ser formulada y notificada al actor, al menos,
5 días antes de la vista.
− Forma. Debe ser explícita. La reconvención debe ser propuesta a continuación de la
contestación; debe acomodarse a los requisitos de estructura y forma de la demanda;debe
expresarse en ella con claridad la concreta tutela judicial que se pretende obtener; y no se
considerará formulada reconvención en el escrito del demandado que finalice limitándose a
solicitar su absolución respecto de las pretensiones de la demanda principal.
− Contenido. Debe ser conexa: debe existir conexión entre la acción o acciones ejercitadas
por el demandante en la demanda principal y la acción o acciones ejercitadas por el demandado por
vía reconvencional. La reconvención tiene que ser objetiva: identidad de petición y/o causa de
pedir. Lo más común será que las reconvenciones conexas que se formulen sean las que se basan
en la misma causa de pedir.
Tratamiento procesal:
Las pretensiones que deduzca el demandado, en la reconvención se sustanciarán y resolverán
al propio tiempo y en la misma forma que las que sean objeto de la demanda principal, lo que
quiere decir que el proceso se sigue para el conocimiento conjunto de la demanda principal y de la
demanda reconvencional.
Distinto del problema a que hemos hecho referencia en el párrafo anterior es el que surge de la
aplicación por el órgano judicial de las normas contenidas en la Ley y referentes a las condiciones
o requisitos de admisibilidad de la demanda reconvencional. Es evidente que las demandas
reconvencionales que no reúnan las condiciones o requisitos establecidos en los artículos
anteriormente estudiados deben rechazarse no admitirse a trámite por el órgano judicial,
dictándose por éste auto, por tanto resolución razonada y fundada en derecho.
Todos los requisitos condiciones que hemos estudiado anteriormente deben ser entendidos como
presupuestos de admisibilidad de la demanda reconvencional, y, en tal sentido, la resolución que no
admita a trámite la demanda reconvencional no produce los efectos de cosa juzgada, pudiendo el
demandado plantear su demanda reconvencional en proceso aparte y en vía principal.
Excepción:
− la excepción: es una defensa del demandado que se centra específicamente en la lucha
contra la pretensión; y esto es igualmente válido para las excepciones en sentido propio que en
sentido impropio; en un caso como en otro se trata de que el juez no acoja la pretensión propuesta
por el actor.
Escrito de ampliación:
Las partes tienen la posibilidad de realizar actos alegatorios, escritos, cuando hechos nuevos
o de nuevos conocimientos se produzcan o se conozcan con posterioridad al acto de la audiencia o
de la vista, y siempre con anterioridad a la citación para sentencia, podrán las partes presentar el
escrito de ampliación.
De este escrito se da traslado a la parte contraria para que en plazo de 5 días manifieste si
reconoce o no como ciertos los nuevos hechos alegados. El órgano judicial, dictará providencia no
admitiendo la alegación en el supuesto de que no se justifique adecuadamente el nuevo
conocimiento o la novedad del hecho.
2) Terminación del proceso por inasistencia de las partes o de los que las
representen procesalmente: las partes tienen la carga procesal de acudir a la
audiencia previa asistidas de abogado y de procurador. La incomparecencia personal
sólo puede ser suplida por la comparecencia a través de procurador con poder
especial para desistir, allanarse o transigir. La incomparecencia de ambas partes da
lugar a una resolución en la instancia que se denomina auto de sobreseimiento. La
incomparecencia del actor da lugar a dicho auto, a no ser que el demandado
demuestre interés en seguir el proceso. El auto de sobreseimiento no evita que
posteriormente el actor pueda de nuevo plantear una nueva demanda. Igual
tratamiento tiene la inasistencia del abogado del actor. Por el contrario, la
inasistencia del demandado o de su abogado no impide la entrada en el juicio.
que tratar de hechos de nueva noticia que sean relevantes para fundamentar las
pretensiones de las partes; en este caso, cuando se introduzcan hechos de nueva noticia,
se podrán adjuntar nuevos documentos o dictámenes que sirvan para acreditar estos
nuevos hechos o que, no siendo nuevos, se hayan conocido con posteridad.
Asimismo, la Ley permite, tanto al actor como al demandado, plantear en la
audiencia previa o en la vista del juicio verbal peticiones nuevas accesorias o
complementarias. Esta adición no debe en ningún caso suponer un cambio de la
demanda (mutatio libelli) que en su momento se presentó.
Por tanto, en la audiencia previa se trata de definir el objeto del proceso, el cual
no puede ser alterado por esas alegaciones complementarias.
Una vez que se ha propuesto y admitido la prueba por el tribunal, éste señala
fase para el juicio, indicando si se celebra en una sesión o en una o varias sesiones
consecutivas.
Efectivamente, la proposición de prueba es una actividad de parte, pero si bien el
art. 282 LEC señala que son las partes quienes han de proponer las pruebas que
consideren necesarias, hay una matización de esta facultad de proposición las pruebas a
instancia de parte, que aparece en el artículo 429 LEC porque el legislador ha previsto
que cuando el juez considere que son insuficientes las pruebas propuestas por la partes
(determinados hechos pueden quedar no suficientemente probados), puede ponerlo de
manifiesto a las partes y las indicará incluso los medios de prueba de los que pueden
hacerse valer, a las cuales corresponderá complementar su proposición de prueba
(facultades por parte del juez en el ámbito de la prueba). Si las partes no siguen al juez,
no propondrán las pruebas, y por lo tanto, el juez no puede abordarlas.
1. LA PRUEBA
A) CONCEPTO
Es una actividad que llevan a cabo las partes, que pretende o cuya finalidad es lograr
que el juez se convenza acerca de la veracidad de los hechos que afirman el actor y el
demandando en sus escritos de alegaciones y en los que fundamentan sus respectivas
pretensiones.
C) ANTICIPACIÓN DE LA PRUEBA
La prueba anticipada es toda aquella que se realiza, de acuerdo con lo establecido en la
Ley, para la proposición y practica, y, que se lleva a cabo o se practica antes de la
Atendiendo a la relación del juez con las fuentes de prueba: prueba directa y prueba
indirecta.
a) Pruebas plenas: para dictar las sentencias de fondo sobre la cuestión que le
ha sido controvertida, es preciso que el juez haya obtenido el pleno
convencimiento sobre la realidad de los hechos en los que fundamenta su
decisión.
b) Pruebas semiplenas: son aquellas en las que el legislador no requiere un
pleno conocimiento, sino que basta con que se acredite la verosimilitud del
derecho o la probabilidad de que se sucedió de esa manera.
Atendiendo a los hechos que se pretenden probar: prueba principal, contra prueba y
prueba de contrario.
E) MEDIOS DE PRUEBA
Los distintos medios de prueba vienen detallados en el artículo 299 LEC, estos medidos
son instrumentos de los que se valen las partes para intentar acreditar la certeza de los
hechos controvertidos en los que cada una de las partes han fundamentados sus
respectivas pretensiones. Estos medios de prueba, aunque aparecen en una enumeración
exhaustiva, son números apertus, no cláusulas. Este artículo establece el orden de
aparición de los distintos medios de prueba: interrogatorio de partes, documentos
públicos y privados, dictamen de peritos, reconocimiento judicial e interrogatorio de
testigos. En la Ley 1/2000 se hizo alusión, como medios de prueba a los medios de
reproducción de la palabra el sonido y la imagen, así como los instrumentos que
permiten archivar y reconocer o reproducir datos, palabras, cifras y operaciones
matemáticas llevadas a cabo con fines contables o de otra clase.
Las presunciones judiciales no son un medio de prueba, no existe el medio ajeno al juez
que le permita la transmisión del conocimiento, ni tampoco el juez percibe
sensorialmente el objeto de la prueba. Las presunciones judiciales son un medio de
modificación del objeto de la prueba que puede utilizar el juez si entre el hecho presunto
o presumido existe un enlace preciso y directo según las reglas del sano juicio.
La LEC permite que en el procedimiento se pueda utilizar cualquier otro medio o
instrumento probatorio que sea capaz de ofrecer al juez la percepción del objeto de la
prueba. Así se admite la utilización de medios tales como cintas video-magnéticas, las
magnetofónicas, bases de datos, discos duros, ordenadores…que son acordes con la
evolución socio-económica de nuestro país.
La limitación que tienen los medios de prueba es que no vulneren los derechos
fundamentales contenidos en la Constitución ni se utilicen aquellos cuya práctica
comporte realizar una actividad prohibida por la Ley. Las partes en el memento que
entiendan que la obtención de la prueba recae en estos supuestos, deberán alegarlo de
inmediato, trasladando al juez de inmediato de esta alegación a las demás partes. La
cuestión de la ilicitud de la prueba puede ser planteada incluso de oficio, y el juez la
resolverá o en el juicio o al comienzo de la vista o antes del comienzo de la práctica de
la prueba. La Ley permite que se practiquen cuantas pruebas sean pertinentes, que se
propongan para demostrar la ilicitud de la prueba.
F) OBJETO DE LA PRUEBA
Con carácter general se puede decir que lo constituyen todas aquellas afirmaciones que
hacen las partes sobre hechos y fundamentos jurídicos. El objeto de la prueba no se ciñe
a todas y cada una de esas afirmaciones jurídicas normativas y fácticas, sino que se
limita a algunas de ellas
1. Alegaciones normativas: cabe señalar que con carácter genérico, estas alegaciones
no necesitan prueba dado que en nuestro ordenamiento rige el principio iura novit
curia, por el cual se presume que el juez conoce el Derecho Español. Sin embargo,
a título excepcional se precisa prueba respecto de aquellas normas jurídicas que no
estén escritas, que no tengan carácter general o que no sean de carácter imperativo.
Respecto a las normas consuetudinarias (no escritas), es decir, la costumbre (art. 1.3
CC y 218 LEC), no necesita prueba, siempre y cuando hay acuerdo de las partes
respecto de su contenido, en su existencia, y la misma no afecte al orden público. Si
las partes no están de acuerdo respecto a la existencia y contenido de las normas
consuetudinarias sí que serán objeto de prueba.
En cuanto al derecho extranjero (art.281 LEC), hay que decir que la persona que lo
invoque tendrá que acreditar su contenido a través de los medios admitidos en la ley
española (mediante un dictamen de dos jurisconsultos del país de la ley cuya
aplicación se solicita).
También se deberán acreditar las normas que no hayan sido publicadas en el BOE,
de esta manera la jurisprudencia ha eliminado el problema de acreditación de las
normas de las CCAA y de las entidades locales. Cuando la norma vaya a generar
aplicación fuera del territorio de la CA, se tendrá que acreditar su contenido y su
vigencia.
2. Afirmaciones fácticas: no todas las que hacen las partes y en las que fundamentan
sus pretensiones tienen que ser objeto de prueba, hay determinados supuestos que
están exentos de prueba. En concreto, no necesitan prueba los hechos admitidos o
no controvertidos (art. 281 LEC).
El legislador ha establecido una carga de negación de los hechos afirmados por las
partes. Es en la contestación de la demanda donde el demandado tiene que negar o
admitir los hechos alegados por el actor; y es en el acto de audiencia previa donde
debe quedar definitivamente establecida la controversia entre las partes
admitiéndose o negándose los hechos alegados por la parte contraria. El legislador
viene a establecer que el hecho cuando haya sido admitido y no haya controversia,
queda definitivamente fijado en la sentencia.
Sobre los hechos en los que exista plena conformidad de las partes, están exentos
de prueba, salvo que la materia objeto del proceso esté fuera del ámbito de las
partes (de su poder de disposición: procesos de carácter inquisitivo; procesos de
maternidad, de estado civil…), ya que esa materia no es disponible para las mismas.
También están exentos de prueba los hechos notorios, es decir, aquellos hechos
cuyo conocimiento forma parte de la cultura general de un grupo social (no es
necesario que lo conozca todo el mundo, basta con que lo conozca un hombre de
cultura media).
Aquellos hechos que hubieran sido favorecidos por una presunción también están
exentos de prueba, no es necesario que se pruebe el hecho presunto, sino aquellos
hechos de los que se ha deducido la pretensión (se tiene que acreditar que el buque
ha naufragado, no que la persona ha fallecido, la muerte sería un hecho favorecido
por una presunción).
También están exentos de prueba, las máximas de experiencia, que son unos juicios
hipotéticos o definiciones que proceden de la experiencia o de la ciencia y que se
introducen como tales en la definición de una norma (cuando se dice que una
persona tiene que actuar como un padre de familia no se tiene que acreditar en qué
consiste actuar como tal, se tiene que ver qué actuaciones están dentro de ese
comportamiento, no lo que significa).
A) VALORACIÓN DE LA PRUEBA
La prueba es una actividad de parte que tiene por finalidad lograr el convencimiento del
juez sobre unos hechos afirmados como existentes por las partes, la valoración es la
actividad judicial que consigue el convencimiento o el rechazo. La valoración de la
prueba concreta el último paso del juicio lógico que realiza el juez en su sentencia y es
la conclusión positiva o negativa sobre la existencia de los hechos que se alegan el
proceso.
Igualmente, los arts. 319 y 326 regulan la fuerza probatoria del documento público,
ya sea público o privado, imponiendo una doble máxima de la experiencia: de una
parte, para los documento públicos, la seguridad del tráfico jurídico que impone la
la necesidad de ofrecer la fe pública a determinados funcionarios en el ejercicio de
sus funciones, en modo tal que aquello que autorizan, oyen o ven queda investido
de certeza. De otra, para los documentos privados auténticos, la máxima impuesta
por la Ley consiste en que quien firma un documento o hace un documento acepta,
en la generalidad de los casos, el contenido del mismo.
B) LA CARGA DE LA PRUEBA
La carga de la prueba es un tema que parte o tiene su fundamento en el hecho de que el
juez está sometido a la prohibición del non licue, que significa que en todo caso el juez
tiene que resolver las pretensiones que hubieran sido oportunamente interpuestas por
las partes. Si no resuelve incurrirá en un vicio de incongruencia en el fallo de su
sentencia. Por tanto, tal y como estable el art. 11.3 LOPJ, los juzgados y tribunales, de
conformidad con el principio de tutela judicial efectiva del art 24. CE, deberán resolver
siempre sobre las pretensiones que se les formulen. En base a esta máxima de resolver
siempre es por lo que se ha establecido la carga de la prueba, que establece lo que debe
hacer el juez cuando se encuentre ante un hecho incierto.
Para estos supuestos, y para que el juez pueda técnicamente fallar de acuerdo con las
exigencias de las normas citadas, el ordenamiento jurídico ofrece al órgano judicial un
expediente lógico que le dice, en los supuestos de hecho incierto, en qué sentido debe
encaminar su sentencia. Ese expediente lógico es lo que se conoce como regla de juicio.
La carga de la prueba se establece como una regla de juicio que va dirigida al juez y que
no sirve para establecer cuál de las partes tiene que probar un hecho, sino para
precisamente determinar, a la hora de dictar sentencia el juez, si ante un hecho
insuficientemente probado, a quién va a perjudicar esa falta de prueba.
El art. 217 LEC nos dice que cuando al tiempo de dictar sentencia o resolución, el
tribunal considere dudosos unos hechos irrelevantes para la decisión del caso,
desestimará las pretensiones del actor o reconveniente, o las del demandado o
reconvenido, según corresponda a unos o a otros la carga de probar los hechos que se
consideren inciertos
A continuación, se establecen las reglas de distribución de la carga de la prueba (art.
217 LEC). Se señala que conviene al actor o al reconveniente la carga de probar la
certeza de los hechos, de los que ordinariamente se desprende el efecto jurídico
correspondiente, es decir, corresponde probar los hechos constitutivos de su pretensión.
Al demandado o al actor reconvenido le corresponde probar los hechos
impeditivositivos, extintivos y excluyentes. Hay que tener en cuenta que un hecho
constitutivo no es un hecho constitutivo en abstracto sino que son hechos concretos (por
ejemplo, el pago es hecho constitutivo de la pretensión).
La naturaleza jurídica de las normas sobre la carga de la prueba es procesal y por tanto,
no pueden disponerse por las partes. No pueden modificarse ni alterarse por las partes
mediante acuerdos, ya que el destinatario último de esta norma del juicio es el juez. Si
bien cada vez es más frecuente que haya pactos o cláusulas que modifican el régimen de
distribución de la carga de la prueba, entre las que están las presunciones legales (iuris
tantum), que modifican estos criterios porque lo que se tiene que acreditar no es el
hecho que se deriva, sino los hechos de los que se extrae la pretensión; también hay
determinadas disposiciones legales que establecen la modificación de estas reglas de
reparto de la carga probatoria.
En el artículo 217.4 LEC dice que “en los procesos sobre competencia desleal y
competencia ilícita corresponderá al demandando la carga de la prueba de exactitud y
veracidad de las indicaciones y manifestaciones realizadas y de los datos materiales que
la publicidad exprese, respectivamente”. Así, por ejemplo, si se demanda la falta de
veracidad de un anuncio publicitario, le corresponderá al demandado probar los hechos
constitutivos de su pretensión, es decir, aquellos actos en que la publicidad se
corresponde con la realidad; el legislador parte de la efectividad probatoria, debido a
que al demandante le resultaría muy difícil probar que no se corresponde la publicidad
con la realidad, por lo que es el fabricante el que tiene que probar lo contario.
• Proposición de la prueba
La proposición de prueba (art. 282 LEC) es una facultad que corresponde a las partes
(art. 216 LEC), siempre se lleva a cabo a instancia de parte. Así, a las partes les
corresponde proponer y probar los hechos en que sus pretensiones se fundamenten. De
esta forma, se mantiene el equilibrio y la igualdad entre las partes, evitando que al
concederse amplios poderes al juez se genere una la situación de desigualdad e
indefensión para alguna de las partes. Además este principio está en relación con el
derecho a un juez imparcial, que implica la limitación de los poderes de éste. El juez no
debe proponer prueba de oficio, pues debe quedar reservado a las partes, salvo en
aquellos supuestos en los que el proceso tenga porte inquisitivo.
En el artículo 429 LEC, el legislador matiza este principio porque confiere determinadas
facultades al juez de manera expresa. En su párrafo 1, establece que efectivamente son
las partes en la audiencia previa las que deben proponer las pruebas, pero una vez hecho
esto, el juez a, tenor de la proposición hecha por las partes, puede indicándoles que
medios de prueba deben proponer para probar determinados hechos, aunque las partes
guardan la última decisión sobre los medios de prueba a utilizar. Esta labor es
ampliamente criticada por una parte de la doctrina, diciendo que el juez asume labores
que corresponden a los abogados de las partes. Cabe decir, que en la práctica, el juez no
suele hacer uso de esta facultad.
Del mismo modo en el proceso se pueden practicar pruebas que no han sido propuestas
por las partes, porque las practica el órgano judicial de oficio. Este hecho se da en muy
concretas y excepcionales circunstancias.
La prueba se tiene que proponer de manera ordenada, expresándose los distintos medios
de prueba de los que las partes van a intentar valerse e identificándose a aquellas
personas que se quiere citar.
La proposición de prueba se formula de manera oral y una vez propuesta se da paso a la
admisión por parte del juez. La admisión tiene lugar en la audiencia previa
(procedimiento ordinario) o en la vista (procedimiento oral).
• Admisión
El derecho a utilizar todos los medios de prueba (art. 24 CE) constituye un derecho
fundamental, aunque no todos los medios propuestos tiene que ser admitidos por el juez,
que maneja una serie de criterios de admisión de la prueba establecidos en el art. 429
LEC. El primer criterio que se aplica es de los hechos que sean objeto de prueba, así si
un hecho es notorio no va necesitar prueba. En segundo lugar, el juez maneja el criterio
de la pertinencia a la hora de determinar si la prueba propuesta será o no admitida en
función de la relación que guarde con el objeto del proceso. Otros de los criterios es el
de la utilidad de la prueba, que es aquella que permite esclarecer los hechos, se
inadmitirá un medio de prueba por considerarse que no es el adecuado para probar un
hecho controvertido. Por último, aparece el criterio de la licitud, pues los medios de
prueba han de ser lícitos y no se permiten las prácticas de pruebas que supongan una
actividad probada por ley ni tampoco aquellas que se hayan obtenido violentando
derechos fundamentales.
Cuando el juez realiza el juicio de está restringido es un derecho fundamental, el
derecho de utilizar todos los medios de prueba que sean pertinentes para la defensa de
las partes (art. 24.2 CE). Por tanto, cuando el juez inadmita un medio de prueba se
puede presentar un recurso de reposición.
• Práctica de la prueba
La práctica de la prueba, carácter general, debe realizarse en sede judicial bajo la
presencia del juez bajo el principio de contradicción, en vista pública, bajo el principio
de publicidad, y las pruebas habrán de ser documentadas. Hay determinadas
circunstancias que pueden determinar un desplazamiento del órgano judicial, aunque la
regla general es que se practiquen en sede judicial (por ejemplo que una persona este
enferma y no se pueda desplazar).
Rige el principio de inmediación de manera prácticamente absoluta, lo que significa que
es necesaria e inexcusable la presencia del juez en la práctica de todos los medios de
prueba. Antes de la LEC 2000, el juez no estaba presente nunca, por lo que la práctica,
en cierto modo, estaba viciada. Las pruebas que no se realicen en presencia del juez
serán nulas. La excepción a esta exigencia se refiere a la presentación de documentos
originales y pruebas auténticas, el reconocimiento de estos docuementos se puede
llevar a cabo a través de un secretario judicial (art. 289.3 LEC).
La práctica de las pruebas se lleva a cabo en audiencia pública. La práctica de las
pruebas se desarrolla de forma oral con carácter general, y este desarrollo de la vista se
documenta o registra en un soporte apto para la reproducción del sonido y de la imagen
(se registran en DVD). Cuando no fuera posible la grabación, y solo posible el sonido,
se deben documentar por el secretario judicial, levantándose acta de todo lo que se ha
practicado.
CONCEPTO
Hay que señalar, además, que no debemos considerar interrogatorio las declaraciones de
las partes en el proceso que únicamente tienen función alegatoria.
NATURALEZA
Por otro lado, decir que por las personas jurídicas declara su representante legal (art.
309).
El interrogatorio recae siempre sobre hechos (arts. 301.1, 302.2, 304, 306.1, 307.1, 308,
309 y 314); no cabe, pues, la posibilidad de declarar en el interrogatorio sobre derechos
o valoraciones, lo que no excluye que en determinadas circunstancias la declaración
pueda recaer sobre conceptos que tienen o contienen calificaciones jurídicas.
Asimismo, la declaración tiene que recaer sobre hechos que tengan relación con el
objeto del proceso (art. 301.1). Esta exigencia impide que las pruebas sean inútiles o
impertinentes.
Además, ha de ser una declaración sobre hechos personales (arts. 301, 308 y 309.1 y 2).
Este requisito explica la razón de por qué no cabe que el representante declare, puesto
que normalmente no habrá intervenido personalmente en los hechos que afectan al
derecho de su representado.
De acuerdo con lo que se establece en el art. 316, el interrogatorio de las partes produce
distinta fuerza probatoria según sean las circunstancias que se den en el mismo. Existen
tres supuestos:
Las preguntas son formuladas por el abogado o, en los supuestos en que no sea
necesaria la intervención de éste, por la parte contraria o colitigante de la que
declara (art. 306).
- Los poderes del juez en la práctica del interrogatorio → los poderes del juez en
la prueba de confesión son limitados. Admite la práctica de la prueba del
interrogatorio, decide sobre la admisibilidad de las preguntas (art. 302.2), decide
sobre las impugnaciones que se hagan en relación con la admisibilidad de las
preguntas (arts. 303 y 306.3), advierte al declarante sobre la necesidad de
comparecer para declarar (art. 304) y de contestar de forma precisa y
concluyente (art. 303.2).
- La práctica de nuevos interrogatorios → del art. 314 cabe deducir que la prueba
del interrogatorio de las partes se puede solicitar a lo largo del proceso cuantas
veces se estime conveniente, siempre dentro del acto de la vista o del juicio o, en
su caso, siempre dándose las circunstancias establecidas para los interrogatorios
en casos especiales.
EL TESTIGO
Por tanto, cualquier declaración que se efectúe en el proceso con finalidad probatoria
que no provenga de las partes o de las personas a que se refieren los arts. 301, 308 y
309.2, son declaraciones de testigos.
El testimonio como medio de prueba tiene por objeto los hechos alegados por als partes
en sus escritos alegatorios o aquellos otros que puedan tener una relación directa con
ellos (art. 368.2), así como aquellos otros que se aporten al proceso como alegaciones
complementarias y aclaratorias, como pretensiones complementarias o las que se
incluyan en informes preparados por terceras personas que hayan sido aportadas al
proceso por las partes (art. 380).
Conforme al art. 376, la prueba de testigos es de las que llamamos prueba de valoración
libre; en ella el juez no queda atado por criterios de valoración impuestos por al ley. Sin
embargo, la ley determina qué baremos debe tener el juez para aplicar las reglas de la
sana crítica. Así, el artículo citado impone al juez el examen de la lógica del
razonamiento que conlleva la prestación del testimonio.
Además de la facultad de valorar la prueba de testigos (art. 376), éste tiene los poderes
normales de dirección formal del proceso (art. 365); admite o no la excusa del deber de
guardar secreto para aceptar que no se produzca el testimonio (art. 371); fija la
indemnización que hay que dar a los testigos que se personan ante el órgano judicial
(art. 375).
Junto a estos poderes de dirección formal, el órgano judicial tiene escasísimos poderes
de dirección material en la prueba de testigos, es decir, poderes que incidan de forma
directa en el contenido de la prueba y en el resultado de la misma.
PROCEDIMIENTO
- Al proponer la prueba, las partes deben concretar las personas que han de
declarar como testigos, indicando todos los datos que hagan posible la
identificación de los mismos, así como su localización (art. 362).
Igualmente, las partes indicarán si los testigos han de ser citados judicialmente o
si dicha situación no es necesaria al tener ya convenido con ellos su presencia en
el proceso (art. 429.5)
Los testigos son interrogados sobre las llamadas preguntas generales. Asimismo,
las preguntas, en todos los casos anteriormente relacionados, deben formularse
en sentido afirmativo. Por otro lado, decir que el órgano judicial puede rechazar
las preguntas cuando éstas sean inútiles o impertinentes y, lógicamente, no
guarden relación con el objeto del litigio (art. 368.2).
TACHA DE TESTIGOS
Este incidente se tiene que plantear (art. 378) dentro del tiempo que va desde la
admisión de la prueba hasta que el pleito esté pendiente para sentencia.
La tacha procede contra todos los testigos, con excepción del que es llamado a declara
en razón de los hechos contenidos en un informe presentado al proceso (art. 380.1), en
cuto caso no se puede tachar al testigo por razón de su interés en el asunto.
Por último, decir que la tacha se resuelve en la sentencia (art. 379.3) y, tal como
sabemos, es nombrada y tenida como criterio y baremo de la sana crítica.
1. CONCEPTO
Se considera documento sólo y exclusivamente la representación de un pensamiento
escrito en papel o redactado en soporte electrónico (317- 324 LEC, 1216-1230 CC, y
ley 59/2003 de firma electrónica). Cualquier otra manifestación de pensamiento escrito
en materia distinta de papel o soporte electrónico no podrá ser objeto de prueba por
documentos.
3. LA AUTENTICIDAD
Tanto la LEC como el CC exigen la autenticidad del documento para que pueda ser
instrumento de prueba. La autenticidad depende de la coincidencia absoluta entre el
autor formal que expresa el propio documento y el verdadero autor material. Por tanto,
se considera auténtico un documento público en tanto que provienen de un funcionario a
quien el Estado le confía la fe pública, y los privados se considerarán auténticos cuando
los reconozcan las personas a quienes se les atribuye la autoría formal o por sus
causahabientes o que no hayan sido impugnados por aquellos a quienes perjudica el
documento (319, 326 LEC y 3.6 Ley 59/2003).
Por tanto, la ley establece la carga procesal de reconocer o negar la autenticidad del
documento privado a la parte frente a la que se oponga (326 LEC). El incumplimiento
de la carga será valorada como admisión por parte del órgano judicial.
protocolo. Estos documentos hacen prueba por sí mismos y su autenticidad no puede ser
objeto de impugnación.
1. Harán prueba plena en juicio, sin necesidad de comprobación o cotejo y salvo prueba en contrario y la
facultad de solicitar el cotejo de letras cuando sea posible:
1. Las escrituras públicas antiguas que carezcan de protocolo y todas aquellas cuyo protocolo o
matriz hubiese desaparecido.
2. Cualquier otro documento público que, por su índole, carezca de original o registro con el que
pueda cotejarse o comprobarse.
Del 321 LEC, se deduce que no se puede valorar únicamente una parte del documento
cuando perjudica a una de las partes, ni tampoco hacer valer sólo una parte del
documento porque sea esa la que nos favorece.
Del 1229 CC, se deduce que las notas escritas al margen o al dorso por parte del
otorgante del documento implican declaraciones de voluntad que deben considerarse
como parte integrante o complementaria del negocio bilateral, ya que así lo ha querido
exponer el autor del documento.
Del 1228 CC y 32 C.Com., se deduce que la ley da un tratamiento unitario a un
conjunto de documentos que individualmente no tendrían sentido. La parte que se apoye
en uno de los documentos existentes en el conjunto debe soportar lo que le sea
desfavorable (SAP Granada 4 abril 2005 y SAP Tenerife 21 abril 2006).
7. PROCEDIMIENTO
-Tiempo: Del 265 LEC se deduce que cualquier documento en que el actor o
demandado funden su derecho o la excepción, se ha de aportar con la demanda
(ordinario y verbal) o con la contestación (ordinario) o si el proceso es verbal en el acto
de la vista cuando se trata de los documentos que forman la excepción del demandado.
Esto se hace así para garantizar el principio de igualdad de armas.
El cumplimiento del deber de exhibición es total para las dependencias del Estado,
Comunidades Autónomas, provincias, Entidades locales y demás entidades de Derecho
público, que no podrán negarse a expedir las certificaciones y testimonios que sean
solicitados por los tribunales ni oponerse a exhibir los documentos que obren en sus
dependencias y archivos, excepto cuando se trate de documentación legalmente
declarada o clasificada como de carácter reservado o secreto. Asimismo, salvo que
exista un especial deber legal de secreto o reserva, las entidades y empresas que realicen
servicios públicos o estén encargadas de actividades del Estado, de las Comunidades
Autónomas, de las provincias, de los municipios y demás Entidades locales, estarán
también sujetas a la obligación de exhibición, así como a expedir certificaciones y
testimonios, en los términos del apartado anterior. Los organismos del Estado cumplen
con su obligación de exhibir emitiendo certificaciones y testimonios.
En cuanto a los terceros, cumplen con su deber de exhibición haciendolo ante el
secretario judicial, bien en sede judicial o en el domicilio del tercero. La declaración del
deber de exhibición no tiene excusa para el tercero particular quien, no obstante, podrá
oponerse a la exhibición cuando alegue la vulneración de intereses y derechos propios.
Distinto es el tratamiento que la Ley da al deber de exhibición de documentos por el
litigante. En este caso, el incumplimiento del deber no sólo puede significar la comisión
de un delito de desobediencia, sino que también tiene, necesariamente, que producir
efectos dentro del proceso, modificando la situación procesal en la que se encuentra el
desobediente. En ese sentido, y desde el punto de vista de la eficacia probatoria, la Ley
permite al juez dar fuerza probatoria plena a la copia del documento cuya exhibición se
pretende o a la versión que del contenido del mismo haya efectuado la parte que pide la
exhibición.
En los supuestos de exhibición de los documentos por terceros, se pueden entrecruzar
derechos que están en contraposición (por ej: derecho a la intimidad vs derecho a la
tutela judicial efectiva). Por eso hay que entender que la Ley requiere que no se trate de
un documento cualquiera, sino de aquel que sea trascendente a los fines de dictar
sentencia, lo que quiere decir que debe depender el sentido de aquella, de forma directa
o indirecta del documento que es propiedad del tercero. Cuando el documento es
propiedad de un órgano del Estado o de la Administración, o de una empresa o entidad
que trabaja para la Administración o para el Estado, la confrontación se produce sólo
eventualmente con el deber de guardar secreto, de ahí que, tal como veremos, el nivel de
exigencia del cumplimiento del deber de exhibición sea distinto en la regulación legal.
De otra parte, la Ley exige oír al tercero antes de tomar ninguna decisión. Es en ese
momento cuando el tercero puede hacer valer sus derechos constitucionales en relación
con prueba pedida por la parte y será el juez quien hará una valoración sobre qué
derecho constitucional debe prevalecer en ese momento. La decisión del juez es
irrecurrible y es imperativa para el tercero que puede cometer delito de desobediencias
si no exhibe el documento. Nada impide que el tercero utilice el recurso de amparo
constitucional para defenderse de la orden del órgano judicial. Esta capacidad no la
tiene ni el Estado, ni la Administración ni las empresas o entidades que trabajen con la
Administración, que ven reducida su capacidad de oposición a la alegación de razones
atinentes al secreto.
LECCIÓN 10
(PROCESAL CIVIL)
1. Concepto
La prueba pericial es aquella que aporta al proceso, mediante el dictamen pericial,
conocimientos científicos, artísticos, técnicos o prácticos que permiten al juez valorar la
existencia de hechos, la manera de ser de éstos, o que le permite conocer el contenido o
sentido de otras pruebas practicadas en el juicio.
El perito, es pues, un sujeto que interviene en el proceso para aportar sus conocimientos
técnicos, científicos, artísticos o prácticos a fin de que el juez pueda apreciar con ellos los
hechos relevantes del proceso que son controvertidos.
2. Naturaleza
La doctrina, se ha planteado si el perito, concretamente su dictamen, es un medio de
prueba o un auxiliar del juez, de lo que se podría deducir que el perito ayuda al juez a valorar
la prueba y, en consecuencia, a dictar la sentencia.
Sin embargo la diferencia que existe entre ambas está en dos cosas fundamentales:
1. El saber del testigo es particular, ( se produce por la relación directa o indirecta con el
hecho que narra, y por tanto es un saber subjetivo e insustituible por el de cualquier otra
persona) el saber del perito es universal (está desligado del caso concreto y se basa en la
apreciación y estudio de otros muchos casos producidos con anterioridad; es un saber
objetivo; por lo que el perito es perfectamente sustituible).
− Los conocimientos que aporta el perito los puede aportar directamente el juez al
proceso si es que los tiene. Esto es, porque el perito aporta conocimientos técnicos, máximas
de experiencia, que están en la cultura de un pueblo. Por tanto, si el juez tiene las máximas de
experiencia necesarias para el conocimiento y valoración del objeto de debate, no necesitará
que en el proceso se practique prueba pericial.
− El dictamen pericial de parte: que ésta aporta al inicio del proceso con los escritos
alegatorios o en su caso, en la audiencia previa o antes del juicio. No es contradictorio, aún
cuando se pueda contradecir.
El dictamen de parte no es contradictorio, porque la parte que lo presenta es soberana
para determinar el objeto del mismo; decimos que se puede contradecir, porque en el acto del
juicio cabe contradecir los resultados del dictamen por el perito de la parte contraria, que
puede presentar un dictamen contradictorio. El dictamen de parte siempre es posible, no cabe
que el órgano judicial rechace su presentación, pues ésta se lleva a cabo con los escritos
alegatorios. Así como tampoco se impide que esté firmado por varios peritos.
1. Alguna de las partes es titular del derecho de asistencia gratuita. No es necesario que
con la demanda o contestación se acompañe el dictamen pericial basta con que se anuncie la
intención de usarlo como medio de prueba y será el juez quien designe el perito.
2. Cuando es solicitado por las partes si lo consideran conveniente o necesario para sus
intereses y el juez acuerda si considera útil y pertinente el dictamen solicitado.
5. Eficacia probatoria
La prueba de peritos es de apreciación libre por el juez según las reglas de la sana crítica.
En realidad, en la prueba pericial, el órgano judicial no valora el resultado de la misma sino de
forma indirecta; para apreciar la prueba pericial, ha de valorar la autoridad científica del
perito, la aceptabilidad, conforme al conocimiento común de los métodos científicos
aplicados por el perito y, sobre todo, la coherencia lógica de la argumentación desarrollada
por el perito en el dictamen.
Este método de valoración determina que conforme las cuestiones dictaminadas sean más
técnicas, menos posibilidades reales tienen el órgano judicial de hacer una valoración libre de
la prueba, pues más difícil le será apreciar datos como la metodología aplicada por el perito o
la coherencia interna de los razonamientos incursos en el dictamen.
El órgano judicial no tiene ninguna capacidad para negar la práctica de la misma cuando
las partes hayan decidido servirse de ella aportando el dictamen pericial o cuando se anuncien
los dictámenes; al igual que no tiene capacidad de evitar la prueba, aun en los supuestos de
que fuese innecesaria por tener él los conocimientos científicos, artísticos, técnicos o prácticos
exigidos en el proceso.
Por el contrario, cuando se trate del dictamen pericial judicial, el órgano judicial sí tiene
poderes para admitir la designación y nombramiento de perito judicial para que emita el
dictamen solicitado por las partes. En estos casos, el órgano judicial designa al perito si
entiende que la prueba es pertinente y útil. Solo se permite al órgano judicial practicar de
oficio la prueba cuando sea pertinente, sólo en los procesos sobre declaración o impugnación
de la filiación, paternidad y maternidad, sobre la capacidad de las personas o en procesos
matrimoniales. Excepcionalmente, la Ley concede poderes amplísimos para practicar de
oficio prueba de peritos, si ésta es necesaria para poder apreciar lo que contengan los
instrumentos de archivo, de reproducción o de conocimiento de datos relevantes para el
proceso, fundamentalmente datos económicos, financieros y contables.
− El dictamen solo puede emitirse pos un sólo perito, aunque si se trata de materias
diversas que requieran conocimientos técnicos distintos podrá ser elaborado por distintos
peritos, tanto como materias diversas existan.
− El juez designa el perito de acuerdo con el procedimiento establecido. El control de la
existencia de condiciones de nombramiento se hace de forma previa y preventiva.
− Su aceptación es necesaria mediante juramento o promesa de decir verdad, de actuar
con objetividad, tomando en consideración no sólo lo que pueda favorecer a las partes, sino
también lo que pueda perjudicarlas, confirmando que conoce las sanciones penales en que
puede incurrir en caso contrario. La aceptación no es obligatoria siempre que se aduzca justa
causa valorada por el órgano judicial y que no sea caprichosa, arbitraria, etc. El perito no
puede estar incurso en ninguna de las causas de recusación, ni en su defecto, de tacha
Cuestiones comunes
− Puede ser perito, toda persona con conocimientos científicos, artísticos, técnicos o
prácticos.
− Si la legislación regula administrativamente las profesiones de los peritos, éstos sólo
pueden ser aquellas personas que tienen reconocido por el Estado el correspondiente título
− Cuando no es así, o en el territorio judicial no existen peritos titulados, puede ser toda
persona que tenga los conocimientos requeridos, aunque, en estos casos la Ley exige que la
pericia le venga reconocida por sindicatos, asociaciones o entidades apropiadas a la rama del
saber de que se trate.
− No es necesario que el perito sea una persona física, el dictamen pericial pueda
encargarse a una academia o institución cultural y científica que se ocupe del estudio de las
materias correspondientes al objeto de la pericia, o incluso, a personas jurídicas aunque en
estos casos, tanto la academia, institución o persona jurídica, deberán designar la persona o
personas, que dentro de ellas, estén encargadas de elaborar el dictamen en el caso concreto.
− El perito, debe tener capacidad natural, y necesita, además, ostentar la plena capacidad
de obrar.
perjuicios, o incluso de interponer una multa de 60 a 600 euros cuando se entienda que carece
de motivación o que ha sido interpuesta a puros efectos dilatorios.
Los peritos judiciales pueden ser recusados por las siguientes causas:
− haber dado anteriormente el mismo asunto dictamen contrario a la parte recusante, ya
sea dentro o fuera del proceso
− haber prestado servicios como tal perito al litigante contrario o ser dependiente o socio
del mismo.
− tener participación en sociedad, establecimiento o empresa que sea parte del proceso.
Si las causas de recusación son posteriores a la emisión del dictamen o conocidas con
posterioridad a la emisión de éste, podrán ser puestas de manifiesto al órgano judicial en
cualquier momento antes de dictar sentencia.
realización del dictamen, las partes puedan intervenir o presenciar la realización del mismo,
siempre que se trate en el dictamen de emitir opinión sobre lugares, objetos o personas,
estableciéndose la obligación del perito de avisar directamente a las partes con una antelación
mínima de 48 horas, del día, hora y lugar en que se van a efectuar las operaciones periciales.
El perito firmante del dictamen de cotejo de letras siempre será nombrado judicialmente,
no siendo valorados, como dictámenes periciales, los informes que puedan ser presentados
por las partes en sus escritos alegatorios.
La Ley se refiere a los supuestos que están incluidos medios o instrumentos técnicos, que
dada su complejidad, necesiten de dictámenes periciales para interpretar los resultados
probatorios que con aquéllos se consigan.
1. EL RECONOCIMIENTO JUDICIAL:
A) CONCEPTO Y NATURALEZA.
Esta prueba se muestra como necesaria cuando los demás medios probatorios
son insuficientes para hacer llegar al juez la realidad de una cosa, de un lugar, o de una
persona; en esos casos, parece aconsejable practicar la prueba de reconocimiento a fin
de esclarecer y apreciar los hechos objeto del debate.
Por último, el órgano judicial puede de oficio, o a instancia de parte, oír las
observaciones o las declaraciones que sobre el tema del reconocimiento puedan hacer
las personas técnicas o prácticas en materia que acompañen a la parte en el acto del
reconocimiento.
C) PROCEDIMIENTO.
Todas estas personas pueden hacer observaciones el órgano judicial, que serán
emitidas bajo juramento de decir la verdad cuando provenga del práctico en la materia.
La función de estas observaciones es poner de manifiesto elementos de la percepción
que son importantes para cada parte y que podría darse el caso de que no son, o no
pueden ser, objeto de atención para el juez.
D) VALORACIÓN.
La Ley no dice nada acerca de cómo debe valorarse este medio de prueba. Sin
embargo, siendo una prueba directa, su valoración debe de plantearse desde el concepto
de la persuasión. El juez se persuade de la realidad de las cosas, de los lugares o de las
personas, trasladando esa persuasión al acta que se levanta para documentar el acto.
También puede el juez ayudarse de medios diversos, como observaciones de las partes o
declaraciones de testigos, para interpretar justamente la realidad que percibe.
A) PLANTEAMIENTO.
Diligencias finales
Vienen reguladas en el art. 435 LEC y es una actividad que va dirigida a acreditar la
existencia de determinados hechos. Es una actividad probatoria que se efectúa dentro
del plazo para dictar sentencia. Se dan en el juicio ordinario.
Pueden ser acordadas a instancia de parte o de oficio. El art. 435 LEC establece que las
partes pueden solicitar como diligencias finales aquellas pruebas que hubieran sido
propuestas en tiempo y forma y que no hubieran sido practicadas por causas no
imputables a quien las propuso. También se permite practicar como diligencias finales
aquellas pruebas que recaigan sobre hechos nuevos, con posterioridad a la terminación
del juicio, o que sean de nueva noticia, y cuya acreditación necesite la práctica de
prueba.
El legislador, con carácter negativo, establece que no se pueden practicar como
diligencias finales aquellas pruebas que hubieran podido ser propuestas en tiempo y
forma por las partes y que no lo hubieran sido.
También de instancia de parte o de oficio podrán ser acordadas aquellas pruebas que
hubieran podido ser practicadas pero que no hubiese permitido la acreditación del hecho
por causas o circunstancias desaparecidas y que existan indicios formados de que las
nuevas pruebas permitirán la acreditación de los hechos.
Conforme al art. 435 LEC, excepcionalmente, el tribunal podrá acordar, de oficio o a
instancia de parte, que se practiquen de nuevo pruebas sobre hechos relevantes,
oportunamente alegados, si los actos de prueba anteriores no hubieran resultado
conducentes a causa de circunstancias ya desaparecidas e independientes de la voluntad
y diligencia de las partes, siempre que existan motivos fundados para creer que las
nuevas actuaciones permitirán adquirir certeza sobre aquellos hechos. Es necesario que
el juez cuando acuerde de oficio la práctica de estas pruebas, motive la necesidad de
estas diligencias y la razón de por qué se repiten esas pruebas. Esta facultad que se le
concede al tribunal tiene marcados tintes de excepcionalidad
El juez, ante todo, puede, al amparo de las diligencias finales, introducir nuevos hechos
que no hubiesen sido alegados por las partes. Esta diligencia final que articula el 435
LEC constituye una auténtica excepción al principio de aportación de parte (art. 282
LEC) y se debe interpretar restrictamente su utilización
El plazo para practicar estas pruebas que se acuerdan como diligencias finales será de
veinte días, y la forma de practicarlas será la misma que se ha establecido para la
práctica de las pruebas en el juicio.
Finalmente, las partes tienen un plazo de cinco días para formular por escrito sus
conclusiones.
La sentencia
Es un acto procesal del juez que pone fin al proceso y en este acto, por el cual se emite
una declaración de voluntad del estado en la que afirma como existente o inexistente el
efecto jurídico pretendido por el acto en la demanda. Solo reciben la forma de sententcia
aquellas resoluciones que están destinadas a decidir definitivamente sobre la resolución
planteada en el pleito.
El art. 206 LEC dice que la sentencia se dictará para poner fin al proceso en primera o
segunda instancia una vez que haya concluido la tramitación ordinaria prevista en la ley.
El juez hace un acto de voluntad del estado, porque la sentencia es un acto por el que el
juez exterioriza un proceso lógico, en el que lleva a cabo la aplicación de unas
consecuencias jurídicas previstas en las normas a los hechos que han sido probados o
acreditados por las partes. Al mismo tiempo, la sentencia tiene carácter imperativo,
establece una obligación para el demandado, no queda a voluntad de las partes su
cumplimiento.
En caso de incumplimiento voluntario, el estado obligará a la parte a cumplir la
resolución en sus propios términos por medio de la ejecución forzosa.
-Términos:
1. Sobre el fondo las sentencias puedes ser estimatorias o desestimatorias: una sentencia
es estimatoria si se asume lo pretendió en la demanda; es desestimatoria si se deniega
lo pedido por el actor.
2. Motivación: es otra de las exigencias del art. 218 LEC. Esta exigencia se
contempla en el art. 120 CE, y dispone que las sentencias se motivarán
expresando los razonamientos fácticos y jurídicos “que conducen a la
apreciación y valoración de las pruebas, así como a la aplicación e interpretación
del derecho. La motivación deberá incidir en los distintos elementos fácticos y
jurídicos del pleito, considerados individualmente y en conjunto, ajustándose
siempre a las reglas de la lógica y de la razón”; el juez tiene que expresar cuáles
han sido los fundamentos fácticos y jurídicos que le han motivado a aplicar las
pruebas en un sentido y cómo ha aplicado el derecho a los hechos que han sido
probados y motivados por las partes. El juez debe llevar a cabo un razonamiento,
un juicio lógico, para determinar si las pretensiones que han deducido las partes
se corresponden con el ordenamiento jurídico o no, para estimarlas o
desestimarlas.
Toda sentencia recoge un razonamiento lógico del juez, que debe partir de una
premisa general de que tiene unos hechos concretos y debe subsumirlos para
extraer las consecuencias lógicas. La necesidad de motivar fundamenta la
3. Exhaustividad: el art. 11 LOPJ exige que el juez resuelva sobre todas y cada una
de las pretensiones que le hubieran sido presentadas.
El art. 222 LEC dice que los hechos nuevos distintos en relación con el
fundamento serán “los posteriores a la completa preclusión de los actos de
alegación en el proceso en que aquéllas se formularen”. No se ven afectados por
el efecto de cosa juzgada (que afecta a las pretensiones en base a hechos
acaecidos con anterioridad a que recaiga la sentencia). Hecho nuevo es todo
aquel que se haya producido con posterioridad a los escritos de alegaciones (ni
en la fase de audiencia previa).
Las partes, por propia voluntad, pueden llevar a cabo cualquier acto de pretensión sobre
el proceso, incluso el de decidir dar por terminado el proceso, sin que ello perjudique a
la tutela judicial efectiva.
La LEC en su art. 19 y ss. contempla una serie de actos de disposición que suponen la
terminación del proceso:
-Renuncia:
La renuncia tiene que hacerse de manera expresa, no vale las renuncias implícitas, que
se lleve a cabo en un acto para tal efecto. Se puede realizar en el proceso en primera
instancia o bien en segunda instancia.
-Allanamiento:
Viene regulado en el art. 21 LEC y en este caso, se puede definir como un acto procesal
del demandado que se hubiese personado por el que muestra su conformidad con la
pretensión esgrimida en la demanda, y reconoce que debe ser estimada. En este caso, tal
y como sucedía con la renuncia, en el allanamiento esta estimación no afecta a los
hechos sino a la pretensión (no significa que haya una admisión de hechos por el
demandado ni que haya una confesión), sino que directamente el demandado considera
fundada la pretensión del actor e insta que se lleve a cabo una sentencia estimatoria.
vincula (3) al juez cuando sea en fraude de ley, cuando se haga en perjuicio de terceros
o cuando se haga en perjuicios de interés general (art.21.1 LEC).
2. Como es un acto de disposición del demandado, se requiere que sean procesos en que
rija el principio dispositivo. En aquellos procesos de carácter inquisitivo no tendrá
eficacia el allanamiento.
• Clases (2):
El allanamiento puede ser total o parcial (se le dice al juez que estime parcialmente la
pretensión del actor…). En el caso de que sea total, el proceso finaliza con una
sentencia estimatoria. Cuando se está ante un allanamiento parcial, el juez dicta un auto
que acogerá las pretensiones a las que se refiere el allanamiento siempre y cuando sean
susceptibles de acogerse de manera independiente, pues cuando esto no sea posible
continúa el proceso para todas.
-La transacción:
Es un contrato en cuya virtud, las partes evitan la provocación del pleito o poniendo fin
al proceso ya comenzado (1909 LEC).
Hay que distinguir (2) entre la transacción extrajudicial, que se enmarcaría en el ámbito
de un contrato, de la judicial, que es aquella que se produce en presencia del juez, que
tiene por finalidad poner fin al proceso que han comenzado entre las partes. Esta
transacción judicial que tiene eficacia procesal, que tiene como finalidad poner fin al
proceso entre las partes, viene contemplada en el art. 19.2 LEC.
La transacción sí que evita la sentencia, porque es la que resuelve el litigio. El art. 19.2
LEC dice, respecto de los efectos de la transacción, que “Si las partes pretendieran una
transacción judicial y el acuerdo o convenio que alcanzaren fuere conforme a lo previsto
en el apartado anterior, será homologado por el tribunal que esté conociendo del litigio
al que se pretenda poner fin”, por lo que el acuerdo va a ser homologado por el juez.
Asimismo, decir que la transacción tiene fuerza ejecutiva, es decir, que en caso de
incumplimiento, se podrá ejecutar lo previsto en la transacción por los trámites de
ejecución de sentencias.
-Desistimiento:
Viene regulado en el art. 20.2 LEC y según este apartado, el desistimiento es una
declaración unilateral del actor por la que abandona o hace vejación del proceso
iniciado provocando su terminación sin pronunciamiento.
El desistimiento es un acto de causación, lo que se produce es que con éste se pone fin
al proceso a través de una resolución en la instancia porque ésta no impide que a
posteriori pueda volverse a interponer de nuevo la pretensión entre las mismas partes
(renuncia: acto del actor que no pone fin solo al proceso, sino que en virtud de ese acto,
se ponía fin al proceso con una sentencia desestimatoria).
Por tanto, puesto que el desistimiento no termina con una resolución de fondo con
efectos de cosa juzgada, la necesidad de consentimiento del demandado para que tenga
eficacia el desistimiento dependerá del momento procesal en el que se encuentre el
proceso. Una vez que el demandado ha sido emplazado para contestar, en ese caso se le
tiene que dar traslado del desistimiento para que muestre su conformidad (si está
conforme, una vez que se produce el desistimiento se dicta un auto de sobreseimiento; si
el demandado tiene interés de que continúe el proceso, el juez debe resolverá lo que
estime oportuno).
-Caducidad en la instancia:
Viene regulado en el artículo 237 LEC y dice que, efectivamente, la vigencia del
principio dispositivo requiere que a lo largo del proceso que las partes vayan
impulsando actos.
3. LOS INCIDENTES
Estas cuestiones incidentales son cuestiones que deben ser resueltas para poder dictar
sentencia, tanto las de especial pronunciamiento y las de previo pronunciamiento. Son
cuestiones relacionadas con el objeto principal del pleito o también, cuestiones relativas
a presupuestos procesales. El legislador distingue (2) entre cuestiones de especial
pronunciamiento y cuestiones de previo pronunciamiento.
Se establece un plazo preclusivo para plantear las cuestiones incidentales. Este plazo es
antes de iniciarse el juicio, antes de iniciarse la vista en el juicio ordinario y en el juicio
verbal la admisión de la prueba.
El expediente se resuelve en una vista (art. 234), a la que deberán asistir las partes y, en
su caso, sus abogados. En ella, las partes deben mostrar su conformidad o
disconformidad con los documentos y escritos aportados.
1. NOTAS GENERALES
b) En el caso de los medios de gravamen se busca una solución más justa y apa-
rece o ronda la idea del concepto de doble grado de jurisdicción. El órgano que
decide en segunda instancia debe tener las mismas facultades de conocimiento
de las cosas litigiosas, respecto al juez que decidió en primera instancia (en
nuestro ordenamiento se articula a través del recurso de apelación). El juez no va
a tener las mismas facultades que el juez que conoció en primera instancia. En
cambio, en el medio de gravamen son las mismas pretensiones invocadas por
las partes, pero parte del material que ya se ha dado en primera instancia, no se
vuelve a reproducir todo el juicio en segunda instancia. Aparece una apelación
un poco limitada.
En los casos de los medios de impugnación, el hecho de que la impugnación se
base en una serie de irregularidades, da lugar a que el conocimiento del juez
constate si se ha producido o no los motivos concretos que justifica el recurso. El
2. RECURSOS NO DEVOLUTIVOS
El otro recurso no devolutivo es el recurso de revisión, que cabe contra los decretos del
secretario que pongan fin al procedimiento o impidan su continuación, así como contra
los decretos en aquellos casos en que se prevea expresamente como en el caso del
decreto que aprueba la tasación de costas (244).
3. EL RECURSO DE APELACIÓN
Concepto y naturaleza
legislador para conseguir el doble grado de jurisdicción. Regulado del 455 al 467 LEC.
El órgano superior opera y trabaja con las mismas pruebas y medios que se han tenido
en la instancia. Únicamente valora si la sentencia tiene defectos procesales y está
dictada conforme a derecho con el mismo expediente que había en 1ª instancia. Todo lo
que se puede contar, probar o alegar el día del juicio de instancia, no se puede repetir en
la apelación. No cabe la reformatio in peius, a quien recurre no se le puede dar menos
de lo que ya ha obtenido en la sentencia de instancia.
Las resoluciones recurribles son las sentencias definitivas que pongan fin al proceso en
primera instancia, siempre y cuando superen los 2000 euros; y los autos definitivos, que
cierran el proceso en primera instancia, poniéndole fin antes de que concluya la
tramitación ordinaria. También procederá apelación en los demás casos de terminación
anticipada del proceso (p.ej. 418.1, 420.4…)
El efecto que se produce siempre es el efecto devolutivo, por lo que mientras el superior
resuelve, el juez de 1ª instancia se queda sin funciones en el caso concreto, salvo para la
ejecución provisional, ya que el recurso de apelación no tiene efectos suspensivos. Sin
embargo, el juez que ha dictado la sentencia que se recurre es el que tramita la
preparación e interposición del recurso (457 y 458).
Está legitimada cualquiera de las partes siempre y cuando aleguen perjuicio o gravamen
que les haga la resolución (448.1). También cabe la posibilidad de que la parte contraria
se adhiera al recurso de apelación, aunque no lo haya interpuesto inicialmente.
Adherirse consiste en utilizar el recurso ya abierto por el apelante principal para
impugnar aquellos extremos de la sentencia que sean perjudiciales al apelado. La
adhesión solo atañe a la voluntad impugnadora, NO a los fundamentos o al contenido
esgrimido por el apelante principal.
Los hechos y las pruebas son los mismos valorados en 1ª instancia, como dice la ley
(456.1). El objeto del proceso en primera y segunda instancia ha de ser esencialmente el
mismo en un sistema de apelación limitada como el nuestro y en un recurso ordinario en
el que no existen motivos tasados en la interposición, de manera que lo que se debatió
en primera instancia puede continuar siendo debatido en segunda.
Sin embargo, existen excepciones a este principio general, ya que sí que se permite la
aportación de hechos nuevos (de nuevo conocimiento o nova reperta) o hechos
producidos con fecha posterior al juicio (nova producto).
También se permite al apelante también proponer prueba, siempre y cuando sea
Procedimiento y fases:
b) En la fase de interposición (458 LEC), que como hemos dicho dura 20 días (según
la redacción de la ley 37/2011, serían 20 días desde la notificación de la sentencia o de
la aclaración de la misma), se construye el escrito de interposición con todos los
argumentos y se presenta el escrito ante primera instancia. Las alegaciones podrán ser
de fondo o procesales (para alegar la infracción de normas y garantías procesales,
siempre alegando la indefensión sufrida y las normas que se consideren infringidas). Si
no se presenta el recurso dentro del plazo, el Secretario dará fin a la tramitación,
dejando desierto el recurso, quedando firme la resolución recurrida y condenando en
costas al apelante (458.2). Situación análoga al desistimiento.
e) Una vez hecho todo esto, los 3 jueces de la AP (ya que es un órgano colegiado) votan
y dictan sentencia, que deberá dictarse en el plazo de 10 días desde la celebración de la
vista o de un mes desde la recepción de los autos. Esta sentencia tendrá que tener
también los requisitos de exhaustividad y congruencia del 218 LEC, ya que en segunda
instancia también rige el principio dispositivo. Aquí tampoco cabe la reformatio en
peius.
LECCIÓN 15
Los recursos extraordinarios por infracción procesal y casación
La LEC pretendía modificar la estructura de los recursos extraordinarios y, su sentido. Ante todo, se
ha creado un nuevo recurso, el llamado “recurso extraordinario por infracción procesal”, que sustrae
del tradicional ámbito de la casación española los quebrantamientos de forma, la denuncia y la
decisión sobre infracciones de las normas y garantías procesales, incluida la vulneración de alguno
de los derechos fundamentales reconocidos en la CE. De este modo, el recurso de casación, que se
acoge en nuestro ordenamiento comprendido tanto la infracción de ley como el quebrantamiento de
forma, se fragmenta ahora en un recurso extraordinario por infracción procesal y un recurso
extraordinario de casación.
Con esta doble vía impugnatoria de carácter extraordinario, el legislador ha ideado atribuir una
opción al litigante vencido, que se coloca ante la siguiente alternativa: o plantea el recurso
extraordinario por infracción procesal o el recurso de casación, pero nunca ambos, pues no cabe
interponer éstos ni sucesivamente ni cabe acumularlos, de modo que rechazado el de infracción
procesal se pudiera pasar a decidir sobre la casación.
Esta opción encierra una grave paradoja y atribuye al litigante una carga que puede resultar
inconstitucional, porque desde luego la opción no es neutral, sino que prima la defensa del Derecho
material sobre la protección de ciertos derechos fundamentales. En efecto, el litigante que ha
perdido en el proceso no va a perseguir tanto reparar los quebrantamientos habidos en la
sustanciación, incluso aunque le hubieran podido producir indefensión, cuanto obtener lo
pretendido; por esta razón, su interés esencial no puede encontrarse más que en la casación.
Además de todo ello se impone una última reflexión. En efecto, si no cabe atribuir a los Tribunales
Superiores de Justicia el conocimiento de los recursos extraordinarios por infracción procesal,
porque esa competencia contravendría lo dispuesto en la LOPJ, en la actual solución el legislador ha
hecho precisamente eso, pues han de conocer los tribunales Superiores del recurso extraordinario
por infracción procesal cuando la casación autonómica les venga atribuida, sustanciando ambos
recursos ante ellos, de modo que ahora están llamados a conocer de otros recursos extraordinarios
que establece la ley, fuera de los de casación y revisión.
Concepto:
El recurso extraordinario por infracción procesal intenta sustanciar por vía extraordinaria ante los
tribunales del orden civil las infracciones que tengan sustento bien en el art.24 de la CE, bien en el
resto de las normas procesales, con lo que directa o indirectamente pueda descargarse la vía del
amparo constitucional porque los tribunales ordinarios hayan logrado reparar las vulneraciones a los
derechos que el precepto constitucional reconoce.
Este recurso se abre contra todas las resoluciones de segunda instancia dictadas por las Audiencias,
y persigue esencialmente reparar los quebrantamientos de normas y garantías procesales.
La competencia de los TSJ para el recurso extraordinario por infracción procesal, mientras no se
modifique la LOPJ, no rige, de modo que se atribuye su conocimiento a la Sala de lo Civil del TS,
salvo que se alegue infracción de una norma de derecho foral o especial propio de una Comunidad
Autónoma, en cuyo caso conocerá del mismo la Sala de lo Civil del correspondiente Tribunal
Superior de Justicia.
Resoluciones recurribles:
Serán recurribles por esta vía las sentencias y autos dictados por las AAPP, que pongan fin a la
segunda instancia. Sin embargo, en el actual régimen transitorio, sólo se podrán recurrir por
infracción procesal las resoluciones contra las que se abre recurso de casación.
Motivos:
La LEC recoge los motivos por los que el recurso extraordinario por infracción procesal puede
interponerse. Estos motivos son:
− infracción de las normas sobre jurisdicción y competencia objetiva o funcional
− infracción de las normas procesales reguladoras de la sentencia
− infracción de las normas legales que rigen los actos y garantías del proceso cuando la
infracción determine la nulidad conforme a la ley, o hubiere podido producir indefensión
− vulneración de derechos fundamentales reconocidos en el art.24 de la CE
Para la viabilidad de este recurso extraordinario por infracción procesal, relativo a faltas en la
actividad procesal, es preciso en todo caso formular la oportuna denuncia, si ello fuere posible, en la
instancia donde se hubiere producido y que se reproduzca en la segunda si se cometió en la primera.
Además se requiere, si la violación del derecho fundamental hubiere producido una falta o defecto
subsanable, haber pedido la subsanación de la falta en la instancia en que se hubiere cometido.
Concepto y funciones:
El recurso de casación se caracteriza por tres notas esenciales:
− es un recurso jurisdiccional, siendo los magistrados que componen la Sala miembros de la
carrera judicial, y para su resolución se utilizan criterios estrictamente jurídicos, sin
significado político.
− es un recurso extraordinario, cabe contra determinadas resoluciones y por motivos
estrictamente tasados, regido, además, por un comprensible rigor formal.
− no constituye una tercera instancia, ni una segunda apelación porque:
− el órgano de la casación no enjuicia sobre las pretensiones de las partes sino sobre el
error padecido por los tribunales de instancia que en el recurso se denuncia
− por la imposibilidad de introducir hechos nuevos en ese momento procesal.
Tradicionalmente se viene atribuyendo a la casación una finalidad defensora del ius constitutionis
del ordenamiento jurídico, a través de dos vías, ordenadas ambas a la común tarea de una exacta
interpretación de la ley:
− la función nomofiláctica: de protección o salvaguarda de la norma
− la función uniformadora: de la jurisprudencia en la interpretación y aplicación del Derecho
objetivo para lograr la unidad del ordenamiento jurídico.
Pero junto a esta finalidad de defensa del ius constitutionis, la casación española ha cumpliendo otra
función:la defensa del ius litigatoris. Esta tutela de los derechos de los litigantes se realiza, entre
otras cosas, suprimiendo el reenvío al tribunal de instancia para que éste resuelva de nuevo
ajustándose a lo ordenado en la sentencia de casación, lo que supone dilaciones y dispendios para
los litigantes; el sistema español atribuye al propio órgano de la casación, la decisión sobre el fondo,
declarando definitivamente lo que en derecho proceda cuando se trate de un error en el juicio.
Resoluciones recurribles:
Son susceptibles de recurso de casación las sentencias pronunciadas en segunda instancia por las
Audiencias Provinciales en los siguientes casos:
− cuando se dictaran para la tutela judicial civil de derechos fundamentales, excepto los que
reconoce el art.24 CE.
− Cuando la cuantía del asunto excediere de 150.000 euros.
− Cuando la resolución del recurso presente interés casacional. Se considera que un recurso
presenta interés casacional por la concurrencia de estas características:
− oponerse a la doctrina del TS
− resolver cuestiones sobre las que exista jurisprudencia contradictoria de las
Audiencias Provinciales
− aplicar normas que por su novedad, carezcan de doctrina jurisprudencial
interpretativa del TS.
Motivos:
El recurso de casación sólo puede interponerse y fundarse en un motivo determinado por el
legislador, que suponga además, un error trascendente cuya apreciación lleve aparejada la
modificación del fallo. El motivo no es otro que la infracción de normas aplicables para resolver
las cuestiones objeto del proceso.
− no se aplica
− se da una violación de la norma
− interpretación contraria
Competencia:
Conocerá del recurso de casación y del recurso extraordinario por infracción procesal es la Sala de
lo Civil del Tribunal Supremo. Asimismo, conocerán de ambos recursos las Salas de lo Civil y
Penal de los Tribunales Superiores de Justicia, cuando la impugnación se fundamente en la
infracción de derecho civil foral o especial, propio de la Comunidad Autónoma.
2. Interposición:
− se interpondrá recurso de casación presentando un escrito ante el órgano a quo, en plazo de
los 20 días siguientes a aquel en que se tuviere por preparado el recurso.
− Pasado el plazo sin hacerlo, se declarará desierto el recurso y se impondrán costas al
recurrente.
− En el escrito se expondrán, sus fundamentos, razonando debidamente la pertinencia de los
motivos que se articulen, argumentando sobre las vulneraciones cometidas, motivo/s en que
se basa y las razones jurídicas por las que debe de ser estimado, aduciendo las normas
legales que se hubieran podido infringir, y acompañando certificación de la sentencia
impugnada.
− Presentado el escrito, la Audiencia remitirá los autos originales a la Sala de lo Civil del TS
dentro del plazo de los 5 días siguientes, con emplazamiento de las partes por 30 días.
1. Admisión:
− Recibidos los autos en el tribunal de la casación, se pasarán las actuaciones al ponente para
que se instruya y someta a la deliberación de la Sala lo que haya de resolverse sobre la
admisión o inadmisión de los recursos extraordinarios que se hubieran interpuesto.
− Cuando se interpusieran contra una misma sentencia ambos recursos extraordinarios, que se
tramitan conjuntamente, la Sala deberá examinar primero si la resolución recurrida es
susceptible de casación y si no lo fuera, inadmitirá ambos recursos.
− Si la sala considera que puede concurrir una causa de inadmisión antes de resolver la pondrá
de manifiesto a las partes, para que en plazo de 10 días, formulen alegaciones.
− Si la sala entendiere que concurre alguna causa de inadmisión, dictará auto declarándolo así,
y la firmeza de la resolución recurrida. Si la causa de inadmisión no afectara más que a
alguna de las infracciones alegadas, resolverá también mediante auto la admisión del recurso
respecto de alguna de las infracciones alegadas, resolverá también mediante auto la
admisión del recurso respecto de las demás que el recurrente hubiera denunciado.
− Procederá la inadmisión del recurso por infracción procesal:
− cuando a pesar de haber tenido por preparado el recurso, se aprecie por el tribunal de
casación que contra la misma sentencia se había estimado anteriormente otro recurso
por infracción procesal fundado en las mismas causas, o cuando no se fundamenta en
los motivos legalmente establecidos o no se ha denunciado la infracción en el
momento procesal oportuno. También se inadmitirá cuando careciere
manifiestamente de fundamento.
− Procederá la inadmisión del recurso de casación:
− Cuando a pesar de haberse tenido por preparado el recurso, éste fuere improcedente,
por no ser recurrible la sentencia o por cualquier defecto de forma no subsanable en
que hubiese incurrido en la preparación.
− Si el escrito de interposición del recurso no cumpliese los requisitos establecidos
para los distintos casos en la LEC
− Si el asunto no alcanzase la cuantía requerida, o no existiere interés casacional por
inexistencia de oposición a doctrina jurisprudencial, por falta de jurisprudencia
contradictoria o si la norma que se pretende infringida llevase vigente más de 5 años
o, a juicio de la Sala, existiese doctrina jurisprudencial del TS sobre dicha norma o
sobre otra anterior de contenido igual o similar.
2. Oposición:
− Admitido el recurso se dará traslado del escrito de interposición a la parte/s recurridas para
que formalicen por escrito su oposición en plazo de 20 días.
− En ese escrito se podrán impugnar los fundamentos del recurso, postulando su
desestimación, así como alegar causas de inadmisibilidad que se consideren existentes y no
se hayan eliminado antes.
− Transcurrido el plazo, presentados o no los escritos de oposición, se señalará, dentro de los
30 días siguientes, día y hora para la vista, o en su caso, para la votación y fallo.
− El recurso podrá decidirse con o sin vista. Habrá lugar a la celebración de vista cuando lo
pidan todas las partes en sus respectivos escritos de interposición y de impugnación o
cuando la Sala lo estime conveniente para la mejor impartición de justicia.
− En la vista informará en primer lugar el abogado del recurrente y después el del recurrido; si
fuesen varios los recurrentes se estará al orden de interposición de los recursos y, siendo
varios los recurridos, al orden de comparecencias.
3. Sentencia y efectos:
− La decisión del recurso de casación se realiza mediante sentencia, que habrá de dictarse
De ahí que si el recurrente fundamenta su recurso sólo en infracción de normas de Derecho común,
deberá conocer el Tribunal Supremo; si lo hace exclusivamente en normas de Derecho Civil, Foral o
Especial, propio de la CCAA, se atribuye el conocimiento al Tribunal Superior de Justicia.
Como bien puede comprenderse, la dificultad surge cuando el recurso de casación se fundamente
en la infracción tanto de normas de Derecho civil común como de Derecho Civil, Foral o Especial.
En primer lugar, la resolución recurrida ha de proceder de órganos jurisdiccionales del orden civil
con sede en la CCAA cuyo derecho foral o especial se dice infringido. Ello excluye los supuestos en
que un órgano judicial aplique el derecho propio de una CCAA distinta de aquella en la que esté
ubicado. En estos casos, el eventual recurso de casación vendría residenciado en el Tribunal
Supremo, lo cual puede dar lugar a criterios jurisprudenciales dispares o contradictorios sobre unas
mismas normas de Derecho civil, foral o especial.
No presenta particularidades la tramitación de los recursos de casación que han de resolver los
Tribunales Superiores de Justicia, salvo en lo que hace al planteamiento de ambos recursos por un
mismo litigante, en cuyo caso se ordena, mediante providencia, tener por no presentado el que se
hubiera preparado ante el Tribunal Supremo, sustanciándose ante el Tribunal Superior de Justicia.
Es el que cabría para garantizar la unidad de la doctrina jurisprudencial ante supuestos en los cuales
exista doctrina jurisprudencial discrepante respecto de una misma norma, por diferentes tribunales
de justicia.
La legitimación para interponerlo se confiere al Ministerio Fiscal, al Defensor del Pueblo y a las
personas jurídicas de Derecho público que, tuvieran interés legítimo.
Estos recursos pueden interponerse directamente ante la Sala de lo Civil del TS sin necesidad de
preparación, en el plazo de 1 año desde que se dictó la sentencia más moderna, acompañando copia
certificada o testimonio de las resoluciones que pongan de manifiesto la discrepancia que se alegue,
así como certificación expedida por el TC acreditando que transcurrido el plazo para recurrir en
amparo, no se ha interpuesto dicho recurso contra ninguna de las sentencias alegadas.
De este escrito de interposición se da traslado por el secretario judicial a las partes en los procesos
en los que hubieran recaído las sentencias objeto de recurso, para que, en plazo de 20 días, puedan
formular alegaciones expresando los criterios jurídicos que consideren convenientes.
La sentencia que se dicté respetará las situaciones jurídicas particulares derivadas de las sentencias
alegadas y, cuando fuere estimatoria, fijará en el fallo la doctrina jurisprudencial. Se publicará BOE.
1. LA REVISIÓN CIVIL.
a) Concepto y fundamento.
b) Motivos.
La demanda de revisión deberá dirigirse contra todos los demás litigantes, que
habrán de ser emplazados por el secretario ante el órgano de la revisión. Interviene
también el Ministerio Fiscal, pero no como parte, sino como dictaminador, informando
antes de dictar la sentencia accediendo o no a la revisión postulada.
d) Procedimiento.
Para que la revisión pueda prosperar ha de instarse con sujeción a dos plazos. El
primero, de caducidad según la propia LEC, es de cinco años, a contar desde la
publicación de la sentencia que la motiva. Pasado este plazo, la revisión se rechazará de
plano.
La Sala de lo Civil del Tribunal Supremo o del TSJ solicitará que se le remitan
todas las actuaciones del pleito cuya sentencia se impugne, y mandará emplazar a
cuantos en él hubiesen litigado o a sus causahabientes, para que dentro del plazo de
veinte días contesten a la demanda, sosteniendo lo que convenga a su derecho.
Contestada la demanda de revisión o transcurrido el plazo anterior sin haberlo hecho, se
dará a las actuaciones la tramitación establecida para los juicios verbales, con audiencia
del Ministerio Fiscal.
En cuanto a los efectos de la revisión, hay que comenzar señalando que la mera
presentación de la demanda no suspende, por regla general, la ejecución forzosa de la
sentencia que pretende revisarse, si bien en algunos casos se podría suspender.
2. LA AUDIENCIA AL REBELDE.
Concepto y requisitos.
Hay dos plazos para instar la rescisión. En primer término, el demandado puede
interponer los recursos que procedan contra la sentencia firme, dentro de los plazos
legalmente establecidos, que empezarán a contar desde que la sentencia se haya
notificado. Sin embargo, puede también el rebelde, si le asiste una causa de rescisión y
audiencia, plantear la nueva audiencia en el plazo de veinte días si la sentencia se le
notificó personalmente, o de cuatro meses si la notificación se hizo por edictos; estos
plazos pueden prolongarse en caso de que persista la fuerza mayor, pero con el límite
máximo absoluto de dieciséis meses desde la notificación de la sentencia.
Procedimiento.
LECCIÓN 17
1- EJECUCIÓN FORZOSA
CONCEPTO
La eficacia de la ejecución forzosa en el proceso civil debe analizarse desde una doble
perspectiva: de un lado, en las deficiencias funcionales de la Administración de Justicia
española y, de otro, en las posibles carencias en el plano normativo.
Desde el primer punto de vista, la ejecución de las sentencias ha sido un cometido que
en nuestros Juzgados ha sufrido por desgracia un generalizado abandono en la dirección
del juez, encargado hasta el presente de esas funciones, que en la práctica se
encomiendan en su mayor medida al personal auxiliar de los órganos judiciales.
Precisamente tomando en consideración esta realidad, y en aras de potenciar las
funciones de los secretarios judiciales quienes, con preparación más que suficiente,
pueden desempeñar un papel capital en esta actividad de los tribunales, la LO 19/2003,
de modificación de la LOPJ, atribuye a estos funcionarios competencias en la ejecución,
salvo las que exceptúen las leyes por estar reservadas a jueces y magistrados, cuando así
lo prevean las leyes procesales (art. 456.3 LOPJ).
NATURALEZA Y PRINCIPIOS
TIPOS DE EJECUCIÓN
De todos modos, debe considerarse como una ejecución especial dineraria la que
tiene como fin realizar una garantía real que grava un determinado bien para
hacer pago al acreedor con la realización forzosa de la hipoteca o prenda. En
ÓRGANOS DE LA EJECUCIÓN
El órgano ejecutor será un tribunal de justicia, particularmente el juez, como titular del
órgano, y el secretario judicial, a quien se le encomendarán funciones y cometidos
específicos de importancia. Esto no quita para que otros funcionarios o profesionales
puedan intervenir también en la actividad ejecutiva, cooperando al buen fin de la
misma.
- Junto al personal de los órganos judiciales, según se indicó, puede ser precisa en
muchos casos la intervención de otros órganos públicos, funcionarios o
profesionales, que actúan como elementos cooperadores en la actividad
ejecutiva, con cometidos muy heterogéneos. Ejemplos de ello son la policía, los
registradores de la propiedad o los peritos.
B) Legitimación.
Lo hasta aquí expuesto necesita, sin embargo, ser precisado, ya que no siempre
resultan ser ejecutante y ejecutado ni ostentan esta posición las personas que así
figuren en el título, sino que pueden entrar otros sujetos, en cualquiera de las dos
posiciones, pudiéndose hablar entonces de una legitimación extraordinaria.
Por otra parte, a pesar de que en términos generales sea el acreedor quien inste la
ejecución, nada obsta para que ésta sea pedida por el ejecutado, si tiene interés
jurídico en el cumplimiento.
C) Postulación.
EL TÍTULO DE EJECUCIÓN
- Sentencias firmes de condena (art. 517.2.1º LEC), puesto que las meramente
declarativas y las constitutivas no son ejecutables.
- Otras resoluciones judiciales. Entre ellas, el auto que acoja las pretensiones que
fueron objeto de allanamiento parcial (art. 21.2); las resoluciones aprobando la
tasación de costas (arts. 242.1 y 246.3) o la indemnización al demandado por
incomparecencia del actor en la vista del juicio verbal (art. 442.1).
- La transacción judicial.
2- PROCEDIMIENTO DE EJECUCIÓN
El proceso de ejecución quiere la LEC que se inicie con una demanda, una solicitud en
la que, identificando (o acompañando) el título ejecutorio, se pida del tribunal que
realice las actuaciones necesarias para dar efectividad a lo ordenado en él, satisfaciendo
el derecho del acreedor, que lo es de manera firme e irrevocable.
El art. 570 LEC dispone que la ejecución forzosa solo terminará con la plena
satisfacción del acreedor ejecutante, de modo que las actuaciones ejecutivas no
prescriben, dado que el deudor responde del cumplimiento de sus obligaciones con
todos sus bienes presentes y futuros (art. 1.111 Código Civil).
LA OPOSICIÓN EN LA EJECUCIÓN
La LEC regula la oposición a la ejecución, es decir, las posibilidades que frente a las
actividades que integran la ejecución se ofrecen para la defensa de los derechos e
intereses de quienes participan directamente, intervienen o se ven afectados por la
ejecución, pues todos ellos podrán utilizar los medios de defensa de la ley (art. 538); es
lo que genéricamente denominamos la oposición en la ejecución.
La LEC prevé dos tipos de oposición: la que tiene su base en la denuncia de defectos
procesales y la que se fundamenta en motivos de fondo y, dentro de ella, la pluspetición.
3- EJECUCIÓN PROVISIONAL
CONCEPTO
PROCEDIMIENTO
1. FUNDAMENTO 2.NATURALEZA
La tutela cautelar pretende evitar que el demandado pueda aprovechar el tiempo que
transcurre en la tramitación del proceso para colocarse en una situación, en la, aunque
finalmente resulte condenado, no pueda ser hecha la sentencia de condena frente a él
(situación de insolvencia: no pueden hacer efectiva la resolución judicial).
Las medidas cautelares, su fundamento reside en el art 24 CE “Todas las personas
tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de
sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse
indefensión”, que nos habla de la tutela judicial efectiva. Para el caso de que una
resolución judicial sea efectiva se tiene que cumplir en sus propios términos (si se
permite que el sujeto se aproveche de ese lapso temporal para que la sentencia no sea
efectiva se contradeciría lo que dice al CE). El Estado debe asegurar, que en ese plazo
necesario, en el que transcurre el proceso, no se vean frustradas las expectativas de
quienes acuden a los órganos jurisdiccionales para obtener tutela judicial efectiva. Para
evitar esta situación, es por lo que se ha dispuesto esta tutela judicial.
El derecho a la medida cautelar o al aseguramiento de la tutela plena de las sentencias es
un puro derecho procesal, un derecho frente al Estado por el que pedimos que se asgure
la plena efectividad de la futura sentencia de condena durante el tiempo en que se
tramite el procedimiento.
principal (si no, estas medidas quedaran sin efecto). Además, tiene que justificar ese
carácter de urgencia.
2. Las medidas cautelares se caracterizan por su provisionalidad. Tienen una vigencia
limitada en el tiempo, de manera que, en todo caso, la medida cautelar se alzará cuando
finalice el proceso y sustituirse por una medida ejecutiva (la medida cautelar deja de
tener sentido). También se debe alzar cuando el proceso queda en suspenso por causas
inimputables al solicitante de la medida durante seis meses. También se alzara cuando
se solicite la ejecución provisional (OJO: no confundir con la tutela provisional).
Por último el carácter provisional se advierte porque, en el momento en que se alteren
las circunstancias que se tuvieron en cuenta para adoptar medidas cautelares, se deben
modificar también las medidas cautelares (la resolución en que se adoptan las medidas
cautelares no goza del efecto de cosa juzgada por lo que se puede revisar cuando se
alteren las circunstancias que motivaron su adopción).
Las medidas cautelares deben ser homogéneas con la tutela efectiva, con la pretensión
que se ejercita. Esto es así porque si la característica de las medidas cautelares hace que
estén destinadas a hacer efectiva la sentencia que en su día recaiga, lo lógica es que las
medidas que se adoptan sean homogéneas, es decir, que guarden relación con esa tutela
cautelar que se solicita.
*Debe guardar relación y hallarse en función de la tutela que se solicita.
Lo que hay que tener en cuenta es que siempre que se solicite una medida cautelar
tendrá que acordarse la que resulte menos onerosa al sujeto que la sufre. Cuando la
medida que se ha solicitada sea susceptible de ser sustituida por otra menos onerosa, se
debe optar por esta última (art. 726 LEC).
EJ.: la prisión provisional es una medida cautelar que se adopta respecto de una persona que es
inocente. Es inocente. Esta medida cautelar es homogénea con la medida definitiva que se
pretende, que es que el sujeto ingrese en prisión (si fuese que se le privara del carnet de conducir
no se le podría meter en la cárcel). Las medias cautelares se adoptan para hacer efectiva la
sentencia; en el proceso penal, es necesario que el sujeto este presente ante el juez para asegurar
el juicio, se puede aprobar la prisión de ese sujeto (cuando la sentencia que se vaya a aplicar
suponga privación de libertad).
Esta fianza se debe ofrecer cuando se solicita la medida cautelar y será acordada por el
tribunal la que, a juicio de éste, sea suficiente para responder de los daños y
perjuicios que dicha medida cautelar pueda ocasionar a quien la sufre. Esta caución se
determina ateniendo al contenido y a la naturaleza de la pretensión del actor.
4. La pendencia del proceso: para que se pueda acordar una medida cautelar
necesariamente debe estar un proceso pendiente (se debe estar tramitando un proceso
salvo que haya una necesidad de urgencia).
RECUERDA: Las medidas cautelares es una tutela que se adopta para asegurar la
efectividad de la tutela que se acuerda finalmente en la resolución que ponga fin al
1. Será tribunal competente para conocer de las solicitudes sobre medidas cautelares el que esté
conociendo del asunto en primera instancia o, si el proceso no se hubiese iniciado, el que sea competente
para conocer de la demanda principal.
2. Para conocer de las solicitudes relativas a medidas cautelares que se formulen durante la sustanciación
de la segunda instancia o de un recurso extraordinario por infracción procesal o de casación, será
competente el tribunal que conozca de la segunda instancia o de dichos recursos.
3. Los depositarios, administradores judiciales o responsables de los bienes o derechos sobre los
que ha recaído una medida cautelar sólo podrán enajenarlos, previa autorización por medio de
providencia del tribunal y si concurren circunstancias tan excepcionales que resulte más gravosa
para el patrimonio del demandado la conservación que la enajenación.
Por último, las medidas cautelares, las resoluciones en las que se acuerdan, no tienen el
efecto de cosa juzgada, ya que puede ser modificadas en el momento en que se alteren
las circunstancias que motivaron la adopción de las medidas cautelares.
Se procederá al alzamiento, según el art. 743 LEC, cuando la sentencia definitiva sea
desestimatoria de la demanda principal. Cuando la sentencia desestimatoria devenga
firme, el juez de oficio procede al levantamiento de las medidas cautelares.
-Caución (art. 746 LEC):
Se permite que cuando el juez adopte una medida cautelar, se establece que frente al que
se hubieran acordado medidas cautelares, puede pedir al tribunal que sustituya la
medida cautelar adoptada por una caución (caución por medida cautelar).
El tribunal tiene que tener en cuenta cuál es el fundamento de las medidas cautelares,
cuál es la naturaleza y contenido de la pretensión de condena y si en la oposición
concurre un fumus bonis iuris. Finalmente también si la medida que hubiera adoptado
el tribunal puede perjudicar de forma desproporcionada al patrimonio del sujeto frente
al que se acuerda la medida cautelar.