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2018/2019
JULIA ESTEBAN-HANZA LÓPEZ DE SAGREDO
• Principio de demanda: implica que el proceso tiene que iniciarse de demanda, esto es, de
una petición. El juez no interviene en un conflicto si las partes no lo piden, es decir, solo
actúa a instancia de parte. La solución al conflicto no se hace por voluntad del juez (no
iniciación de oficio) sino por voluntad de las partes.
• Principio de dualidad o de igualdad de partes: consustancial al derecho fundamental de
la tutela judicial efectiva. A las partes se les debe reconocer los mismos derechos,
obligaciones y posibilidades y cargas de alegación y de impugnación. Deben poder utilizar
los mismos medios de ataque y defensa, las mismas posibilidades de alegación y de uso de
medios de prueba (igualdad de armas: abogado y procurador).
• Principio de contradicción: para que pueda hablarse de proceso es necesario que existan
dos partes enfrentadas entre sí, que haya una controversia intersubjetiva (demandante-
demandado). De no ser así, estaremos ante un acto de jurisdicción voluntaria (ej. tutela del
discapacitado) y no ante un proceso. Tiene que haber un conflicto respecto del Derecho.
• Principio dispositivo: comporta la disponibilidad del derecho de acción, el principio de
demanda. Es decir, si las partes tienen la disponibilidad del derecho que se actúa en el
proceso (si son las dueñas y señoras del derecho que se actúa en el proceso), son libres a la
hora de iniciar el proceso civil o no (a instancia de parte: son libres de defender o no su
derecho). Además, son libres a la hora de delimitar el objeto del proceso, y pueden poner fin
al proceso por propia voluntad (allanamiento o transacción). Los procesos informados por
este principio, lo están también por el de aportación de parte.
*No es lo mismo desistir que renunciar. El primero implica interrumpir la acción pudiendo
volver a iniciarla, posibilidad que no existe en la renuncia.
Cuando en el proceso se pretende la tutela de derechos que no son disponibles, esto es,
situaciones con un carácter imperativo o reguladas por normas de carácter imperativo, los
procesos civiles se estructuran en base al principio inquisitivo, puesto que en ellas existen
intereses públicos tutelables. Esto ocurre en situaciones jurídicas o de derechos sobre el
estado y condición civil de las personas (ej: procesos de incapacitación).
• Principio de aportación de parte: de conformidad con este principio, el juez debe dictar
sentencia conforme a los hechos que hayan sido alegados y probados por las partes. El juez,
manteniéndose distante de esa actuación, dicta sentencia según las alegaciones y pruebas de
las partes. No basta con tener razón en un conflicto, hay que probar que se tiene.
Frente a este principio, la investigación de oficio es aquella en la que el órgano
jurisdiccional, además de escuchar lo alegado por las partes, ostenta una especial
responsabilidad o protagonismo para aportar pruebas. Son los procesos informados por el
principio inquisitivo (derecho no disponible).
• Libre valoración de la prueba: el juez valora los medios probatorios conforme a las reglas
de la sana crítica, esto es, a su propia experiencia y la lógica. Ej: autopsia (prueba pericial).
• Prueba tasada o legal: su valoración es determinada por ley. Ej: certificación del registro o
la escritura pública notarial, prueba tasada por excelencia.
• Valoración conjunta de la prueba (introducida por el Tribunal Supremo): el juez,
conforme a la sana crítica, deberá valorar la prueba libre y la tasada en su conjunto.
o Otros:
La Ley regula en el Título I del Libro II dos procesos declarativos ordinarios, que son los que están
enumerados en los arts. 248 y ss: el juicio declarativo ordinario y el juicio verbal. De acuerdo con
lo que se establece en dicho artículo, todas las contiendas judiciales que no tengan señalada por la
Ley una tramitación específica serán ventiladas y decididas por uno de estos dos procesos
ordinarios.
La Ley utiliza dos criterios para decidir qué materias jurídicas o conflictos se resolverán a través de
los trámites del juicio declarativo ordinario y cuáles otras a través del juicio verbal:
- Cuantía. Esta se determinará según lo dispuesto en el art. 251 LEC. Las normas de
determinación de la clase de Juicio por razón de la cuantía solo se aplicarán en defecto de
norma por razón de la materia.
o La Ley asigna al juicio ordinario aquellos conflictos en los que la demanda tenga
una cuantía que exceda de 6000€ o esta sea inestimable, ni siquiera de forma
aproximada (art. 249.2 LEC).
o Atendiendo al art 250.2, por el juicio verbal se conocerán las demandas que tengan
un valor inferior a 6000€.
--- (Para los siguientes dos apartados, incluir también la información de los esquemas a mano) ---
*A la audiencia han de acudir las partes con sus abogados y procuradores. Si no acuden, el
juez da por terminado el proceso dictando auto de sobreseimiento. Lo mismo ocurre cuando
la parte actora no acude, o no acude su abogado, y la demandada no quiere continuar con el
proceso. Si el que no acude es el demandado, la audiencia se entenderá con el demandante
en lo que resulte procedente.
c) El juicio y la sentencia: tiene por objeto llevar a la práctica las pruebas que han sido
admitidas por el órgano judicial y, por último, realizar los actos de conclusión: las partes
hacen un resumen de lo ocurrido en el proceso, desde el punto de vista de los hechos y del
Derecho. Terminado el juicio, el órgano judicial dicta sentencia en el plazo de veinte días, a
no ser que haya que realizar alguna diligencia final (razones en LEC) que tienen carácter
exclusivamente probatorio. En tal caso, las partes podrán presentar un escrito de
conclusiones sobre las mismas.
a) Fase alegatoria: Se desarrolla de la misma forma que en el juicio ordinario, pero con un
plazo menor (10 días en lugar de 20). *Las partes deberán concurrir a la vista con las pruebas
con las que intenten valerse. Si el demandante no asistiese a la vista y el demandado no
alegare interés en la continuación del proceso, este terminará por un auto teniendo por
desistido al actor. Si el demandado no concurriera a la vista, se le tendrá por rebelde.
b) Vista: se desarrolla lo que en el juicio ordinario hemos llamado fase intermedia y juicio. A
diferencia del ordinario, aquí las conclusiones no son obligatorias, la ley dice que “podrá
haberlas”. Finalmente, el órgano judicial dicta sentencia en un plazo de diez días.
Mientras que los procesos ordinarios sustancian cualquier objeto que no tenga por ley una regulación
específica (ya sea por juicio verbal u ordinario), los procesos declarativos especiales sirven para
sustanciar pretensiones concretas y determinadas. Distinguimos varios grupos:
- Procesos sumarios: Son procesos verbales con especialidades. El juez conoce de un asunto
en concreto, pero no de todo el procedimiento real. Debemos distinguir los que van dirigidos a la
defensa de derechos reales, a la defensa de derechos de crédito y otros. Por ejemplo: desahucio (el juez
se limita a ver si la parte demandada ha pagado o no la renta, no discute quién es el
propietario de la finca o si tiene derecho a estar ahí); proceso monitorio (se fundamenta en
el pago de una cantidad de dinero debida a la existencia de un documento; una parte le debe
dinero a otra, no se entra a investigar más - *más info en la práctica*), algo sobre cuentas.
Hemos de mencionar aquí los procesos declarativos ordinarios CON ESPECIALIDADES, que
no son técnicamente procesos especiales, sino procedimientos verbales con especialidades, como,
por ejemplo, el proceso de los consumidores.
4. Otros procesos:
El proceso de ejecución:
En muchas ocasiones, la tutela efectiva de los derechos materiales requiere obtener de los tribunales
una actuación del órgano judicial tendente a conseguir por la fuerza lo que el obligado en la sentencia
no quiere cumplir voluntariamente. Este proceso de ejecución es reflejo del art. 117 CE cuando
dice que la función jurisdiccional consiste en juzgar y hacer ejecutar lo juzgado.
El objetivo de este proceso es el de poner el patrimonio del deudor a disposición del ejecutante, así
como coaccionar al deudor para que realice una actividad concreta.
Ejemplos de diferentes procesos de ejecución son:
o Por obligaciones dinerarias (art. 571 y ss)
o Sobre bienes hipotecados (art. 681 y ss)
o Por obligaciones de entregar cosas (art. 701 ss)
o Por obligaciones de hacer o no hacer (art. 705 LEC)
Todos esos procesos se inician con una demanda ejecutiva, que tiene su base en un título de
ejecución, que es la expresión formal de la legitimación de una resolución judicial (sentencia, laudo,
auto homologando transacción), aunque también puede tener origen extrajudicial.
El proceso cautelar:
Consiste en asegurar el resultado de una posible sentencia favorable. Se regula en los arts. 721 –
747 LEC. Se regula un proceso ordinario y otro especial, en el que la tutela cautelar se otorga sin
audiencia del demandado.
La Ley lo ha previsto para asegurar al actor que el derecho cuya tutela pide en la demanda, si es
reconocido, podrá ser tutelado con la sentencia, tomando para ello medidas aseguratorias del
patrimonio del demandado o imponiendo una situación, hasta tanto termina el proceso, que
posibilite la ejecución posterior de la sentencia. Algunos ejemplos de medidas adoptadas para ello
(medidas cautelares) son el embargo preventivo, el depósito de cosa mueble, las anotaciones
preventivas, otras anotaciones registrales y la formación de inventarios.
*La jurisdicción determina cuál es el órgano jurisdiccional que debe conocer de un caso, refiriéndose al
Estado español frente a tribunales extranjeros. Esto es, es la potestad del Estado.
La jurisdicción constituye una potestad del Estado. Esta potestad comprende tanto la emisión del juicio
jurisdiccional como la ejecución de lo juzgado, y se ejercita exclusivamente por los Juzgados y Tribunales
determinados por las leyes, según las normas de competencia y procedimiento que las mismas establezcan
(art. 117.3 CE).
Es preciso resaltar además el carácter exclusivo con que la norma constitucional atribuye la
jurisdicción a los Juzgados y Tribunales, que supone que no puede atribuirse ni delegarse en otros
órganos o poderes. Sin embargo, este régimen de monopolio no impide que los sujetos de un
conflicto, siempre que se refiera a derechos disponibles, puedan encomendar la resolución de su
litigio a un tercero, a través del arbitraje o instar la intervención de un mediador.
También el propio Estado español puede autolimitarse porque considere que la tutela jurisdiccional
que pretendidamente otorgaran sus tribunales nunca llegaría a ser efectiva por imposibilidad de
verse materializada, como ocurriría cuando falta toda conexión del objeto litigioso con nuestro país
y deben conocer del conflicto tribunales extranjeros, como efectivamente se ha hecho en el art. 22
octies de la LOPJ. Asimismo, sucede que, al amparo de lo previsto en el art. 93 de la Constitución,
el Estado, mediante ley orgánica, puede llegar a atribuir «a una organización o institución
internacional el ejercicio de competencias derivadas de la Constitución», como en el caso de la
jurisdicción reconocida al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
2. La competencia. Su fundamento.
Tiene su fundamento en la pluralidad de tribunales, que exige y permite distribuir entre ellos el
conocimiento de los procesos que se susciten en territorio español, en función del thema decidendi
(la materia litigiosa sobre la que hay que resolver).
Esta diversidad de tribunales se manifiesta básicamente en dos vertientes: por una parte, en que se
han instaurado distintos tipos de órganos jurisdiccionales (art. 26 LOPJ), desde los Juzgados de
1) Jueces de Paz
* 2) - J. de primera instancia
- J. de lo mercantil
- J. de violencia sobre la mujer
- J. especializados
3) Audiencia Provincial
4) Tribunal Superior de Justicia
5) Tribunal Supremo
Todo ello permite instituir cuatro órdenes jurisdiccionales (competencia genérica o por órdenes):
civil, penal, contencioso-administrativo y social, de modo que en la actualidad los diferentes
Juzgados, Tribunales, y las Secciones o Salas de estos últimos, se incardinan en un concreto orden
jurisdiccional o jurisdicción.
Como en la organización judicial española existe una diversidad de tribunales integrantes del orden
jurisdiccional civil, se han podido establecer distintos grados de jurisdicción y, dado que de la
mayoría de los tipos de tribunales hay una pluralidad de órganos, se han de establecer y conjugar
los criterios competenciales. Estos son tres: competencia objetiva, funcional y territorial.
La combinación de estos tres criterios resulta imprescindible para saber con anterioridad al proceso
qué órgano jurisdiccional civil debe conocer del mismo y a cuál, por tanto, debe dirigirse el actor.
Solo de esta manera puede darse satisfacción al derecho fundamental al juez ordinario
predeterminado por la ley (art. 24.2 CE), al derecho al juez legal o natural.
1. Concepto y clases.
La competencia objetiva determina, en razón del objeto del proceso propuesto por el actor en la
demanda, cuál es el órgano que debe conocer de la primera instancia con exclusión de cualquier
otro. Tres son los criterios que utiliza el legislador para atribuir este conocimiento: en primer
término, el de la persona del demandado (arts. 56 y 73 LOPJ); en segundo, el de la materia, o
naturaleza de la pretensión; y por último el de la cuantía, o cantidad objeto del litigio (art. 47 LEC).
Los criterios de la persona del demandado y de la materia a que se refiere el litigio son preferentes,
primando en todo caso sobre el criterio de la cuantía, de modo que habrá de estarse a lo que resulte
de ellos, con independencia de a cuánto ascienda el valor de la demanda.
Distribución de la
competencia objetiva
La calidad de las personas que ocupan la posición pasiva en el proceso civil no atribuye
competencia, por ese solo hecho, a un concreto órgano jurisdiccional. Sin embargo, cuando el
objeto del proceso es la exigencia de responsabilidad civil por hechos realizados en el ejercicio
de sus funciones por magistrados del Tribunal Supremo, magistrados en ciertos supuestos, o
algunos altos cargos públicos, se atribuye entonces la competencia a la Sala de lo Civil del
Tribunal Supremo o a la Sala de lo Civil de los Tribunales Superiores de Justicia (arts. 56.2o y 3o,
y 73.2.a) y b) LOPJ). Lo propio sucede para la tramitación de las demandas dirigidas contra la
Reina consorte o el consorte de la Reina, la Princesa o Príncipe de Asturias y su consorte, así como
contra el Rey o Reina que hubiere abdicado y su consorte (art. 55 bis LOPJ).
La cuantía, la cantidad objeto del litigio, entra en juego en forma subsidiaria de los analizados
anteriormente. De este modo, en los arts. 249 y 250 LEC, la cuantía de la pretensión permite
distribuir los litigios entre el juicio ordinario y el juicio verbal solo cuando el asunto no se
comprende en las materias enunciadas en dichos preceptos.
Los tribunales civiles de primera instancia comunes han quedado reducidos a dos tipos, los
Juzgados de Primera Instancia y los Juzgados de Paz, pero el legislador ha relegado a estos últimos
a tribunales casi testimoniales, que ejercen esencialmente funciones de simple representación del
Poder Judicial en los municipios de menor entidad, pues carecen casi de competencia en materia
contenciosa. En las poblaciones donde existan los Juzgados de Paz (únicamente los municipios
donde no haya Juzgado de Primera Instancia), su competencia alcanza al conocimiento de los
procesos ordinarios cuya cuantía no exceda de 90 euros (art. 47 LEC)
Las normas sobre competencia objetiva tienen carácter absoluto; son inderogables incluso mediando
acuerdo de las partes (ius cogens). El legislador dispone que un concreto órgano jurisdiccional
conozca de un determinado objeto litigioso y, aunque permite la sumisión de las partes (con las
excepciones que luego se dirán), dispone que esta solo será válida y eficaz cuando se haga a
tribunales con competencia objetiva para conocer del asunto de que se trate (art. 54.3 LEC).
A) Examen de oficio
El carácter imperativo de las normas impone el examen o control de oficio de la competencia
objetiva. La ley exige que la falta de competencia se aprecie de oficio, y tan pronto como se advierta
(art. 48.1 LEC), el letrado de la Administración de Justicia dará vista a las partes y al Ministerio
Fiscal por plazo común de diez días, resolviendo el tribunal por medio de auto (art. 48.3 LEC).
La declaración de incompetencia llevará aparejada la nulidad de las actuaciones (art. 238.1 LOPJ
y art. 225.1o LEC). Asimismo, el juez deberá expresar en la misma la clase de tribunal al que le
corresponde la competencia (arts. 51.2 LOPJ y 48.4 LEC).
Contra este auto puede interponerse recurso de apelación (66.1 LEC). Si este se resolviera
revocando el auto y considerando al Juez de la primera instancia objetivamente competente, no
cabría ulterior recurso.
Esta circunstancia debe ser denunciada a través de la declinatoria (arts. 49 y 63 LEC). Se presenta
en la práctica muy excepcionalmente, por existir reglas claras y concluyentes. No obstante, con la
creación de tribunales especializados –señaladamente de los Juzgados de lo Mercantil– pueden
plantearse algunos problemas, sobre todo en casos de acumulación de pretensiones. La falta de
jurisdicción y competencia apreciable de oficio puede ser planteada por la parte, al tratarse de un
motivo de nulidad, en la audiencia previa, conforme a lo previsto en el art. 416.2.II LEC.
La LO 1/2004 ha creado los Juzgados de Violencia sobre la Mujer a los que, junto a las
competencias en materia penal propias de los Juzgados de Instrucción, ha atribuido competencias
civiles, que ejercerán de forma exclusiva y excluyente (art. 49bis LEC). Así, asumen el
conocimiento de los procesos en materia de derechos civiles de la persona, esencialmente de
procesos matrimoniales y de relaciones paterno filiales. La competencia objetiva por razón de la
materia se les encomienda desde el momento en que se abra un proceso penal para perseguir el acto
de violencia de género o se haya dictado una orden de protección con independencia del estado en
que se encuentre el proceso civil, salvo que se haya iniciado la fase de juicio oral; desde ese instante,
el juez de primera instancia que estuviera conociendo de estos procesos civiles deberá inhibirse y
remitir todas las actuaciones al Juzgado de Violencia sobre la Mujer que esté tramitando el
procedimiento penal (art. 49 bis.1 LEC).
Por la misma razón, cuando el Juzgado de Violencia sobre la Mujer esté conociendo de una causa
penal por violencia de género, y tenga noticia de la existencia de un proceso civil cuyo
enjuiciamiento le venga atribuido, deberá requerir de inhibición al tribunal civil, y este acordará de
inmediato su inhibición y la remisión de los autos al Juzgado de Violencia sobre la Mujer.
Desde la remisión las partes deben comparecer ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer. Por
otro lado, para determinar la competencia de este Juzgado no se aplicarán las normas generales
sobre el tratamiento procesal de la competencia objetiva, ni se admitirá declinatoria, debiendo
las partes que quieran hacer valer la competencia del Juzgado especializado presentar testimonio
de alguna de las resoluciones que pongan en marcha las actuaciones penales.
1. Concepto.
La diversidad de tipos de tribunales hace posible estructurar un proceso que se desarrolle en una
dualidad de instancias. Los recursos devolutivos, junto con otras circunstancias, comportan que en
un mismo proceso van a intervenir (o cabe que intervengan) distintos tribunales. Precisamente a esta
consideración responde el concepto de competencia funcional, criterio por el que se determinan los
órganos que han de conocer cada acto o fase a lo largo de un proceso civil en curso.
La nota más significativa de la competencia funcional es su carácter derivado. En efecto, para
fijarla, hay que partir siempre –únicamente– de dos datos: órgano de la primera instancia y cauce
procedimental. No puede hacerse depender, por tanto, de la competencia objetiva o territorial, que
son los criterios que determinan el órgano competente para la primera instancia.
Las principales manifestaciones son: la atribución del conocimiento de los recursos devolutivos (art.
62 LEC), de los incidentes y de la ejecución (art. 61 LEC). Los principales supuestos son:
o Incidentes:
a) La regla general es que ha de conocer de ellos el mismo órgano que esté conociendo la
cuestión principal.
b) Recusación. La competencia para instruir los incidentes de recusación de jueces y
magistrados viene establecida en los arts. 224 LOPJ y 108 LEC. Para resolver este incidente
hay que estar a lo que dispone la LOPJ y el art 110 LEC. Respecto de la recusación de los
letrados de la AJ, el art. 446 de la LOPJ y 115 de la LEC.
c) Cuestiones de competencia. Su resolución viene encomendada al Tribunal Inmediato
superior común de los órganos jurisdiccionales entre quienes se empeñe (art. 60.3 LEC para
la cuestión de competencia territorial, entre otros, y 85.4 LOPJ).
o Recursos devolutivos:
a) Apelación. Recurso ordinario. Es competente para conocer de este recurso el superior
jerárquico: Juez de Paz -Juez de Primera Instancia – Audiencias Provinciales...
b) Casación. Recurso extraordinario. Es un recurso extraordinario. La competencia para
conocer de él se atribuye al Tribunal Superior de Justicia cuando en la resolución que se
impugna vienen infringidas normas económicas, y a la Sala Primera del Tribunal Supremo
en los demás casos.
c) Infracción procesal. Conocerá de él el Tribunal Superior de Justicia cuando en la resolución
que se impugna vienen infringidas normas de autonomía, de derecho foral, y a la Sala
Primera del Tribunal Supremo en los demás casos. (Contra resoluciones contra las que se
han interpuesto recurso de casación).
o Ejecución:
a) Resoluciones judiciales/sentencias. Será competente el tribunal que conoció en primera
instancia.
b) Transacciones y acuerdos judicialmente homologados o aprobados. Es competente el
órgano que homologó o aprobó la transacción o acuerdo (art. 545.1 LEC).
c) Laudo arbitral. Será competente el Juzgado de Primera Instancia del lugar donde se dictó.
d) Para llevar a efecto los autos y providencias tiene competencia el Juzgado o Tribunal que
los dicte (art. 61 LEC).
Las normas de competencia funcional, al igual que las reguladoras de la competencia objetiva, son
improrrogables (ius cogens). De modo terminante se dispone que no serán admitidos a trámite los
recursos dirigidos a un tribunal que carezca de competencia funcional para conocer de los mismos
(art. 62.1 LEC).
a) El control de la competencia debe hacerse de oficio, no admitiendo el recurso, porque son nulos
de pleno derecho los actos judiciales que se produzcan con manifiesta falta de competencia
funcional (arts. 238.1o LOPJ y 225.1o LEC).
Si el recurso se hubiera admitido, el tribunal podrá, antes de que hubiere recaído sentencia
definitiva, abstenerse de conocer, previa audiencia de las partes (art. 240.2 LOPJ y 227.2 LEC). A
partir de esta resolución judicial el recurrente dispone de un plazo de cinco días para interponer o
anunciar el correspondiente recurso (art. 62.2 LEC).
b) Por lo que se refiere a la denuncia por las partes de la incompetencia funcional, esta puede
hacerse por medio de los recursos ordinarios «o por los demás medios que establezcan las leyes
procesales» (arts. 240.1 LOPJ y 227 LEC); en el proceso civil entiendo puede seguirse el cauce de
los incidentes, pretendiendo la nulidad de lo actuado (art. 387 LEC).
COMPETENCIA TERRITORIAL
A. Fueros convencionales
Establecidos por la voluntad de las partes como consecuencia de la facultad de disposición. El
primer criterio a tener en cuenta para determinar la competencia territorial es la sumisión, regla
preferente y general (art. 54.1 LEC). La sumisión puede producirse por dos cauces distintos:
o Sumisión tácita (art 56 LEC): Es preferente a la expresa, y ha de ser bilateral. Consiste en
una ficción legal que parte de la idea de que la competencia de un tribunal queda establecida
por las actuaciones procesales que realizan las partes. Tiene como consecuencia inmediata
el impedir a las partes discutir la competencia del tribunal y plantear con éxito la declinatoria.
De esta manera, la competencia del tribunal va a venir establecida por parte del demandante
por el hecho de interponer la demanda o solicitar unas medidas cautelares o interponer una
diligencia previa. En este hecho se supone que se atribuye la competencia territorial a ese
órgano judicial. Por parte del demandado, se entiende que hay sumisión tácita cuando una
vez personado, tras la interposición de la demanda, lleva a cabo cualquier actuación que no
sea la de interponer la declinatoria (contestación a la demanda).
B. Fueros legales
Si no se ha producido la sumisión tacita, ni la expresa, la competencia territorial viene determinada
por los fueros legales: el lugar que establece el legislador. Pueden ser exclusivos (cuando el
demandado puede exigir que se le cite, haciendo uso de ese fuero, con exclusión de otros) o
concurrentes (cuando el demandado puede ser citado en varios fueros). A su vez, los fueros
concurrentes pueden ser electivos (cuando el demandante tiene la posibilidad de optar entre varios
fueros) o sucesivos (cuando la preferencia viene establecida por la norma). Hay dos grupos:
o Fueros especiales: Arts. 52 y 53, 545, 684, 756, 769, 771, 779, 807, 813 y 820 LEC. Son
preferentes a los generales. El legislador expresa cuáles son y en qué casos se dan. Por
ejemplo: en casos de divorcio, será el domicilio conyugal; en procesos de incapacitación, el
domicilio del incapacitado (si vive en una residencia, normalmente se establece el domicilio
en la misma en cuanto se muda); en casos de desahucio, allá donde esté situada la finca.
o Fueros generales: Dependerá del tipo de persona que sea el demandado.
Para las personas físicas (art 50 LEC, que incluye a empresarios) es el domicilio del
demandado, con carácter subsidiario. Si no tuviera, será el lugar de su residencia en España.
Si tampoco tiene, será el lugar donde se encuentra dentro del territorio nacional o el de su
última residencia; y, si tampoco, serán competentes donde radique el domicilio del actor.
En el caso de las personas jurídicas (art 51 LEC, que incluye a entes sin personalidad), se
les demandará en su domicilio; también pueden ser demandadas donde el empresario
desarrolle su actividad y cuando tenga varios establecimientos, el actor podrá presentar la
demanda a su elección dentro de estos.
LA DECLINATORIA
1. Concepto.
Está regulada en los arts. 64 y 65 LEC. No se puede usar para competencia funcional.
Es la forma mediante la cual el demandado y los que puedan ser parte legítima en un proceso (pues
son los legitimados para interponerla) pueden denunciar la falta de jurisdicción o la falta de
competencia. El órgano competente para conocer de la declinatoria es el mismo tribunal que está
conociendo del pleito y que el demandado considera que carece de jurisdicción o competencia. No
obstante, la podrá llevar ante el tribunal del domicilio del demandado, quien lo hará llegar lo antes
posible al Tribunal ante el que se hubiera presentado la demanda (por facilidad).
En todo caso, la declinatoria se ha de proponer por escrito en los diez primeros días del plazo para
contestar a la demanda (art. 64.1), (10 primeros en el juicio ordinario, todo el plazo en el juicio
verbal) pidiendo al tribunal que se inhiba del conocimiento del asunto y remita los autos al
competente. El efecto de la proposición es la suspensión del procedimiento principal, así como
determinar las actuaciones de aseguramiento de prueba o adopción de las medidas cautelares que
correspondan.
Al escrito de declinatoria se habrán de acompañar los documentos o principios de prueba en que se
funde, con tantas copias como litigantes. De este escrito se ha de dar traslado a las otras partes y
también al Ministerio Fiscal. Todos ellos dispondrán de un plazo de cinco días para alegar y aportar
lo que estimen conveniente para sostener la jurisdicción o la competencia del tribunal (art. 65.1
LEC). El tribunal ha de resolver teniendo a la vista solamente los escritos de denuncia y de
contestación, sin convocar audiencia alguna; y tendrá cinco días para dictar un auto con su decisión.
REPARTO DE ASUNTOS
La determinación del tribunal competente se hace con referencia a un tipo de órgano con sede en
una determinada localidad. Pero dada la pluralidad de Juzgados que pueden existir en el mismo
partido judicial (art. 84 LOPJ), es preciso distribuir los distintos procesos civiles que se tramiten en
la localidad, de modo que al finalizar el año judicial todos los Juzgados de Primera Instancia hayan
conocido de un número igual o aproximado de asuntos; una división del trabajo existente. En esto
consiste el repartimiento.
La distribución se lleva a cabo conforme a las normas de reparto prefijadas por la Sala de
Gobierno del Tribunal Superior de Justicia, a propuesta de la Junta de Jueces. El reparto se realizará
bajo la supervisión del juez decano, asistido por un secretario.
Cuando se hubieren dictado resoluciones por tribunales diferentes al que correspondiera por reparto,
se declararán nulas a instancia de parte cuando se pida la nulidad en el trámite inmediatamente
posterior a cuando tuvo conocimiento de la infracción de las normas de reparto (68.4 LEC).
El reparto deberá hacerse en los dos días siguientes a la presentación del escrito o solicitud de
incoación de las actuaciones (art. 69 LEC).
Lo mismo sucede con las Secciones de las Audiencias Provinciales. También se ha de realizar la
distribución entre las Secciones que puedan establecerse en las distintas Salas de un Tribunal y entre
las Salas del mismo, en cuyo caso será la Sala de Gobierno de este la que apruebe las normas de
reparto de los asuntos (art. 152.1.1o LOPJ).
1. Concepto.
Son partes, los sujetos que pretenden o frente a los que se pretende la tutela jurisdiccional y que,
afectados por el pronunciamiento judicial, asumen los derechos, deberes y responsabilidades
inherentes al proceso. Deben tener capacidad para ser parte, procesal y de postulación.
La titularidad de las relaciones procesales puede ser asumida por cualquier ente con personalidad,
por cualquier persona, física o jurídica, a partir de su reconocimiento por el ordenamiento. Sin
embargo, en el proceso pueden adoptar también la posición de parte entes sin personalidad, como
comunidades de bienes y U.T.E.
La identificación de las partes en el proceso civil, quien sea el demandante y quien el demandado,
debe quedar establecida de forma clara desde el primer momento (la demanda), conforme a lo
dispuesto en los arts 399 y 437 LEC. Deben indicarse los datos de identificación del actor: su nombre
y apellidos si es persona física, y el nombre con el que está inscrito en el Registro Mercantil si es
persona jurídica. Puesto que la identificación del demandado puede ser más problemática, bastará
indicar su nombre o sobrenombre si es persona física; el nombre comercial si es persona jurídica o
incluso se puede demandar a un conjunto de personas susceptibles de identificación.
4. La capacidad procesal.
Supone la aptitud para realizar con eficacia y con validez actos procesales (actuaciones dentro del
proceso). Es equivalente a la capacidad de obrar jurídicamente. Esta capacidad es más restringida
que la capacidad para ser parte, por lo que hay que ver que en aquellos supuestos en los que las
partes no tienen capacidad procesal, hay que acudir a la representación.
Tienen capacidad procesal (art. 7.1 LEC) aquellas personas que se encuentren en plenitud de sus
derechos civiles, es decir: los mayores de dieciocho años y los menores emancipados.
Los menores no emancipados (+nascituri) deberán comparecer representados por un representante
legal o por quien deba suplir su incapacidad conforme a derecho (padres, tutores, siendo precisa la
autorización judicial – complemento de capacidad). Respecto de los incapaces habrá que estar a la
sentencia constitutiva (les representará el tutor o el curador que se designe en dicha sentencia). En
ambos casos, se precisa autorización judicial para interponer una demanda en nombre del incapaz.
Respecto a los declarados pródigos, habrá que estar al régimen de la sentencia que los declara tal.
Por su parte, las personas jurídicas, desde el momento en que el ordenamiento jurídico les reconoce
personalidad, gozan de la capacidad para comparecer en juicio. No obstante, debido a la falta de
soporte físico para realizar actos materiales, las personas jurídicas han de comparecer en juicio por
medio de las personas que legalmente las representen (art. 7.4 LEC).
Junto a estos supuestos, el legislador detalla otros supuestos especiales en el art 7.5º-7º: los entes
sin personalidad (explicados en el apartado 2). En caso de las masas patrimoniales, la capacidad
procesal la ostentan los administradores; en cuanto a la comunidad de vecinos, el presidente o
alguno de ellos con el beneplácito de los demás (de no tenerlo, lo que gane será válido, pero no lo
que sea perjudicial para la unión); y en las sociedades irregulares, uniones sin personalidad y grupos,
quienes por pacto actúen en el tráfico.
La capacidad procesal tanto de personas físicas con representación como de personas jurídicas
deberá acreditarse junto a la demanda o la contestación de la demanda.
La ausencia de capacidad procesal sí es subsanable. Puede declararse de oficio (art. 9 LEC, en
cualquier momento del proceso) o a instancia de parte, por el demandado (en la contestación) o
cualquiera de las partes (incidente de previo pronunciamiento, arts 387, 390, 391.1º LEC).
6. Legitimación.
El concepto de legitimación alude a una esencial condición o vinculación de uno o varios sujetos
con un objeto litigioso determinado, que les habilita para comparecer o exige su comparecencia en
un proceso concreto con el fin de obtener una sentencia de fondo.
Tiene que ver con la eficacia del proceso. Si se tiene capacidad para ser parte y capacidad procesal,
se dice que se tiene legitimación, entendida como presupuesto procesal (como capacidad), para tener
lugar el procedimiento. La legitimación como elemento de la fundamentación se discutirá durante
el juicio y se declarará en sentencia.
La falta de legitimidad tiene el mismo efecto que la ausencia de capacidad, sin embargo, no es la
misma razón. Mientras la ausencia de capacidad (como presupuesto procesal) implica que no se
puede celebrar el juicio (“freno temprano”); la falta de legitimación como elemento de la
fundamentación de la pretensión impide resolver sobre la cuestión de fondo (“freno al final”). Esta
falta impide el planteamiento ulterior de la misma pretensión entre los mismos sujetos.
Legitimación extraordinaria (art 10. II LEC): Nuestro Derecho positivo conoce casos en que se
concede legitimación a sujetos que no fueron parte de la relación jurídica material o que no tomaron
parte en el negocio jurídico. Existen dos supuestos:
- El supuesto más conocido es el de la sustitución: el Derecho faculta a una persona para actuar
en el proceso en nombre propio y en interés propio, pero por un derecho ajeno. Ejemplo:
los supuestos en los que la compañía aseguradora asume la posición de su asegurado.
o Art 1111 CC: Acción subrogatoria, revocatoria o pauliana (Pepe debe a Juan, y Juan
a Pedro; este último puede ejercitar su derecho de crédito directamente contra Pepe).
o Art 1552 CC: Reclamación del arrendador del importe del subarriendo.
- Comunidad de bienes. “Afectados por X” – se hace una reclamación en nombre de todos,
afectando para bien los resultados, pero no los que sean perjudiciales.
Legitimación derivada del interés general (art 7 LOPJ): La ley reconoce legitimación, sin
necesidad de que se afirme la titularidad de la relación jurídica que se dilucida en el proceso, porque
concurre un interés general. El Ministerio Fiscal está legitimado por ley para actuar en calidad de
parte en procesos relativos al estado civil y para asumir o promover la representación en juicio de
los menores, que carecen de capacidad de obrar. Además, a las asociaciones de consumidores y
usuarios (art.11 LEC) también se las confiere la defensa de consumidores y usuarios cuando exista
un grupo de afectados que no sean fácilmente determinables. Por último, a los sindicatos y
asociaciones legalmente constituidas, se les permite ejercer la defensa del derecho a la igualdad de
trato entre hombres y mujeres. // Defensa de derechos colectivos o difusos.
b) El abogado es el director técnico del procedimiento. Lleva a cabo la defensa jurídica del
cliente. El fundamento de actuación del abogado es el contrato de arrendamiento de servicios
(art 31.1 LEC). Asimismo, mientras la instrumentación del procurador es el poder, para el
abogado es la nota de encargo (que incluye el sistema de pago).
La regla general que sigue el legislador es que se debe comparecer en juicio en representación de
procurador. Las excepciones vienen recogidas en el art. 23 LEC que establece que esta
representación no es preceptiva:
a) En juicios verbales cuya cuantía no excede de 2000 euros
b) Para presentar la petición inicial de los procesos monitorios
c) Cuando se soliciten medidas urgentes con anterioridad al juicio (único supuesto: medidas
provisionales o provisionalísimas de familia).
d) Presentación de títulos de crédito y asistencia en juicios universales*
e) En incidentes relativos a impugnación de resoluciones en materia de asistencia jca gratuita*
Por lo tanto, sí se necesita abogado, pero no procurador en los casos d (títulos de crédito en juicios
universales) y e (impugnación de resoluciones en materia de asistencia jurídica gratuita).
No se necesita abogado, pero sí procurador en dos casos: con carácter general, en aquellas
peticiones de mero trámite (solicitud de testimonio…) y en la suspensión urgente de vistas.
La falta de capacidad de postulación (esto es, que no nos asiste procurador y abogado cuando su
presencia es preceptiva) es subsanable, de acuerdo con el artículo 19 LEC.
PLURARIDAD DE PARTES
1. Concepto.
Puede ocurrir que tanto en la posición procesal de actor como en la de demandado concurran
distintas personas, diciéndose en estos casos que existe una pluralidad de partes. Esta puede
producirse desde el mismo inicio del proceso, es decir, con la demanda; o a lo largo del proceso.
En el primer caso, la Ley lo llama litisconsorcio, por el cual varias personas comparecen como
demandantes o como demandados en el proceso de forma voluntaria o necesaria. En el segundo caso
la Ley menciona la intervención procesal y de integración del litisconsorcio necesario, en los que
un tercero (de forma autónoma o de forma provocada) es admitido en un proceso ya entablado entre
demandante y demandado, situándose en una de las dos posiciones procesales posibles.
A. LITISCONSORCIO
Define la pluralidad o presencia diversa de varias personas unidas en una determinada posición
desde el inicio del proceso. El legislador distingue entre litisconsorcio activo, pasivo y mixto:
a) Activo: pluralidad de partes que ocupan la posición activa, una pluralidad de demandantes.
b) Pasivo: cuando en la posición de demandado (pasiva) participan varias personas.
c) Mixto: existe una pluralidad de personas en ambas posiciones.
La parte procesal serán los litisconsortes. La consecuencia del litisconsorcio voluntario es que
se reúnen varios procesos en un solo procedimiento por la conexión/nexo que existe entre todas
las acciones que se han ejercitado. Aunque todas las acciones se ejercitan conjuntamente, lo
cierto es que son independientes y autónomas entre sí (cada litisconsorte es autónomo y sus
acciones no afectarán a los demás). Ej.: Uno de los demandantes decide renunciar, y esa renuncia es
independiente de las demás propuestas que se están tramitando, es decir, la renuncia de aquel no afectará al resto.
b) Necesario (art. 12.2 LEC “Cuando por razón de lo que sea objeto del juicio la tutela
jurisdiccional solicitada solo pueda hacerse efectiva frente a varios sujetos conjuntamente
considerados, todos ellos habrán de ser demandados, como litisconsortes, salvo que la ley
disponga expresamente otra cosa”): la ley atribuye legitimación a todos los litisconsortes en
común, es decir, que todos deben actuar conjuntamente o frente a todos conjuntamente (activo,
pasivo). Se trata de una imposición del ord jco. Ej litisconsorcio pasivo necesario: en accidente
de tráfico hay que demandar a los propietarios del vehículo y también a la aseguradora.
*Este artículo regula solo el supuesto de litisconsorcio pasivo necesario. Sin embargo, sí
que existe un caso de supuesto de litisconsorcio activo necesario, como aquel en el que todos
los posibles herederos de una herencia yacente tienen que demandar en conjunto por alguna
razón concreta.
La legitimación activa no se atribuye a cada uno porque el legislador no ha atribuido
legitimación a cada parte, sino que la legitimación la ostentan todos conjuntamente (o lo hacen
juntos o no tienen legitimación). En el caso del litisconsorcio pasivo necesario, el demandante
tiene que dirigir su acción (única) frente a todos conjuntamente considerados.
Puede ser impuesto por el legislador o darse por una relación jurídico material.
Tratamiento procesal del litisconsorcio necesario.
La falta de legitimación que estudiábamos previamente implicaba que no era posible pronunciarse
sobre la cuestión de fondo, pues alguna de las partes no era titular. La falta de litisconsorcio, en
cambio, no significa que aquel que presenta la demanda o la contesta no sea titular, sino que no es
el único (y deberían comparecer todos en conjunto): sentencia absolutoria. Esta se puede declarar:
A instancia de parte: Cuando la parte demandada alega una falta de litisconsorcio como excepción
procesal en la contestación a la demanda, asunto que se tratará en la audiencia previa.
- Si el demandante admite dicha falta, el juez suspenderá el procedimiento y dará a la parte
demandante un plazo de diez días para que complete la falta de litisconsorcio. Esto es, que
presente una copia de la demanda al litisconsorte al que no se le ha dado traslado. En caso de
no cumplirse el plazo, dictará acto de sobreseimiento.
- Si se opone la falta, el tribunal escuchará a las partes y decidirá.
De oficio: Se requiere al demandante para que amplíe la demanda, y este deberá presentar la
demanda emplazando a los demandados, lo que implicará la suspensión del pleito. En caso de no
presentar la demanda, se pone fin al procedimiento y se archivan las actuaciones.
*Litisconsorcio necesario impropio: Cuando soy socio de una empresa, me corresponde la capacidad de
impugnar las decisiones de una empresa (acuerdos de junta, por ejemplo). La impugnación debe traer como
consecuencia que sean demandados, como litisconsorcio, el resto de socios.
Es la modificación de la identidad subjetiva de las partes en el proceso; esta sucesión puede venir
motivada por muerte de cualquiera de las partes o por transmisión de la cosa litigiosa.
1. Por muerte (art. 16 LEC): la comunicación de la defunción de una de las partes al tribunal se
puede llevar a cabo por el sucesor. En este caso, acreditada dicha defunción y el título
1. El acto de conciliación.
- Cuando esté involucrado el Estado, las CCAA, AAPP o instituciones de igual naturaleza.
- Si hay un procedimiento penal abierto.
- Menores e incapacitados.
- Procedimientos en los que no se pueda disponer del objeto litigioso; materias no susceptibles
de transacción.
- Responsabilidad civil contra Jueces y Magistrados.
El acto de conciliación compete al juez de paz y a los letrados de la AJ en los Juzgados de Primera
Instancia o en los Juzgados de lo Mercantil del domicilio del requerido (o su última residencia).
Serán los únicos competentes para que ante ellos se tramiten los actos de conciliación. Se puede
intentar la conciliación ante un órgano que nada tenga que ver con el que va a conocer la demanda,
que puede interponerse a posteriori si no se llega a un acuerdo (esa competencia no es definitiva).
Este acto de conciliación se inicia mediante una papeleta (solicitud escrita, demanda sucinta), donde
se debe identificar a las partes, la pretensión que se deduce y la fecha y firma del que la intenta.
Entre las 24h y los 8 días siguientes, el LAJ debe decidir si se admite a trámite dicha solicitud
(mediante decreto) y fija una fecha para la comparecencia de las partes (entre los 5 y 10 días
siguientes a la admisión de la solicitud), que resulta obligatoria (quien incumpla, sufrirá la condena
en costas).
La finalización puede darse: (1) por incomparecencia del solicitante, (2) intentado sin efecto, cuando
el órgano no es competente, (3) con acuerdo (con avenencia) y (4) sin acuerdo (sin avenencia).
La presentación del acto tiene dos efectos: interrumpe la prescripción y es indispensable para el
proceso. En caso de llegar a un acuerdo, se trata de un título ejecutivo. Es susceptible de ejecución,
y no se puede apelar. Sí puede anularse por las mismas causas que invalidan los contratos.
Conjunto de actuaciones tendentes a obtener una información sobre la personalidad del demandado
u otros extremos que sirvan al actor o que este necesite para entablar el procedimiento con garantías.
Son numerus clausus, esto es, solo se considera diligencia preliminar lo que está contemplado y
regulado como tal:
- Petición de declaración: solicitamos información sobre la capacidad para ser parte, capacidad
procesal, de representación, de postulación y legitimación de la parte demandada, porque
dudamos si efectivamente la tiene.
- Petición de exhibición de objetos o documentos: es la más común. No todo se puede exhibir;
sí se puede: (1) testamentos, (2) libros contables de sociedades o de una junta de propietarios, (3)
contrato de seguro y (4) una cosa que no sabemos si efectivamente la posee o no la otra parte o
un tercero. Si se niega la otra parte, el juez a instancia de parte puede dar orden de registro.
- Identificación de un grupo de afectados: reconocimiento de una serie de personas como grupo
perjudicado en materia de consumidores, cuando estos no estén determinados o no sean
fácilmente determinables.
- Reconocimiento de determinadas actuaciones en materia de marcas o patentes.
Corresponde al Juez de Primera Instancia o, en su caso, al juez de lo mercantil, del domicilio del
sujeto que va a cumplir estas diligencias. Existe una excepción en el caso de consumidores, que
podría ser el domicilio de cualquiera de los consumidores o donde se hayan producido las
actuaciones, los posibles daños por los que se reclama.
En principio, las partes van a ser el juzgado, la parte demandante y la parte demandada de
conciliación (puede ser el demandado futuro o no). Se inician con una petición muy sencilla en la
que se contempla la pretensión de las partes, con la particularidad de que se exige caución (el actor
tiene que aportar una cantidad para suplir los posibles daños).
Presentada la solicitud, el LAJ la admite o no (auto de inadmisión). En caso de no admitirse, cabe
recurso de apelación. Cuando se admite y se le da traslado a la parte contraria, esta puede aceptarla
o puede oponerse. En el último caso, tiene lugar una vista similar a la del juicio verbal y finalmente
se dicta un auto: resolviendo que se trata de una oposición justificada (costas, recurso de apelación)
o no justificada (costas, se sigue, no cabe recurso de apelación).
Una vez practicada la diligencia, la parte demandante tiene un plazo de un mes para presentar la
demanda. De no hacerlo, perdería la caución. Si la presenta dentro de plazo y se admite, puede
solicitar que se le devuelva, salvo si la otra presenta una liquidación de los daños y perjuicios que
se le han causado con la diligencia. Se abrirá nuevo expediente para resolverlo.
En conclusión (profesor):
1. Introducción: invocación general al juzgado.
2. Encabezamiento: identificación de parte actora e identificación de parte demandada.
3. Parte central constituida por hechos y fundamentos de derecho. Párrafos separados y
numerados. En los hechos se enumeran en orden cronológico los elementos fácticos que nos
han llevado a presentar la demanda (y adjuntados los documentos que prueban dichos hechos).
4. Petición: aquí realmente se determina qué se pide, la pretensión, sobre qué debe pronunciarse
el órgano jurisdiccional; es la parte más importante (suplico).
Elementos de carácter subjetivo. Están determinados por la parte que demanda (parte activa,
deduce la acción) y por la parte frente a la cual se demanda (parte pasiva, soporta la acción). Para
que la demanda prospere, ambas han de estar identificadas (asegurar que son el titular del derecho
y el obligado). Las acciones que dirijan las partes no son las mismas (la acción que pide el vendedor
contra el comprador no es la misma que la pida el comprador contra el vendedor).
Básicamente, en lo que se refiere al proceso declarativo, la ley recoge tres tipos de acciones a las
que se puede acoger el justiciable para el fin para el cual el proceso está dispuesto, que es la tutela
de un derecho. Estas pretensiones, que las partes pueden deducir, están en función de su propio
interés. Por eso desde el punto de vista de la tipificación, la ley distingue entre:
1. Acciones o pretensiones de condena: Están dirigidas o tienen por objeto la condena a una
determinada prestación, la cual puede ser obtener una obligación de dar, de hacer, de no
hacer o de entregar una cantidad determinada de dinero.
2. Acciones o pretensiones mero-declarativas: A veces lo que se pide al juez no es que
condene a una determinada prestación, simplemente se le pide que declare una situación
jurídica o un determinado derecho (la existencia o inexistencia). Es decir, no se pide nada a
la parte (se le pide al juez que declare que el contrato es nulo, no pido ninguna condena). El
interés que protegen estas acciones es la incertidumbre de una tutela de una relación jurídica,
se pide la certidumbre que alguien ha puesto en duda o que ha cuestionado (cuando no se
sabe de quién es el dueño de la finca).
3. Acciones o pretensiones constitutivas: Hay dos tipos:
- Propias: está diseñada a obtener del juez la creación, modificación o extinción de un
derecho o situación jurídica, ya que las partes no tienen acceso por el mero hecho de
la petición. Estas acciones tienen esa virtualidad de que con la declaración del juez se
crea, se modifica o se extingue una relación jurídica preexistente. Por lo tanto, con
ellas se obtiene un cambio jurídico, que es lo que sirve para la satisfacción de del
derecho que pretendemos. Ejemplo: divorcio.
- Impropias: No necesitan órgano jurisdiccional. Ej: servidumbre de paso.
El profesor ha distinguido las pretensiones anteriores, a las que llama de cognición, de las
pretensiones de ejecución (hacer valer, ejecutar) y las cautelares (tienen el fin de asegurar el
resultado positivo de un procedimiento).
PLURALIDAD DE OBJETOS
Cada demanda comportará un único objeto procesal, pero nada impide que en determinadas
ocasiones en una única demanda se ejerciten distintas pretensiones y que por tanto quepa hablar de
pluralidad de objetos procesales. Supuestos:
A. Acumulación de acciones.
Artículo 71: “La acumulación de acciones supone que todas ellas habrán de discutirse en un
único procedimiento y de resolverse en una única sentencia.” Posibilidad que otorga la Ley de
acumular en una sola demanda distintas pretensiones o plantear distintos objetos procesales en
un único procedimiento. Principio de economía procesal.
C. Cuestiones prejudiciales.
Se dan cuando el juez que conoce del procedimiento principal u otro distinto dictan algo que
afecta a ese procedimiento o su sentencia. Ej: Yo demando a Juan por 10.000 euros, y él presenta
una querella por falsedad documental; esta es una cuestión prejudicial porque debe ser resuelta
previamente al proceso. Sería: heterogénea, penal, excluyente, no devolutiva, suspensiva.
(1) Pueden ser homogéneas (mismo orden jurisdiccional o incluso mismo juzgado) o
heterogéneas (la cuestión prejudicial ha de ser resuelta por un órgano jurisdiccional de otro
orden jurisdiccional).
(2) Pueden ser penales, administrativas, constitucionales o laborales.
(3) Son excluyentes (no se puede resolver el proceso hasta que se resuelva la cuestión), no
devolutivas (debe resolverlo un órgano distinto, siempre se dará en las heterogéneas) y
suspensivas (suspenden justo antes de dictar sentencia).
Son puntos prejudiciales sobre los que cabe plantear un conflicto jurídico ante el Juez. Serán resueltas por el órgano
judicial, sin que ello suponga una ampliación del objeto, ni un objeto dual o plural, pues en esos casos resuelve a
los solos efectos lógicos de poder enjuiciar la realidad o el objeto procesal que se le propone y que contiene la
cuestión procesal. Se suspende el proceso mientras se resuelva. (MANUAL)
EFECTOS PROCESALES
• El efecto más directo de la demanda es el inicio del proceso. Este proceso es el mecanismo
que contiene el entramado de relaciones y situaciones jurídicas entre las partes y el juez, y
entre las partes entre sí, cuya única finalidad es posibilitar de la forma más lógica y justa la
sentencia. Y como consecuencia de esas relaciones se produce la litispendencia. Esta se
produce desde la interposición de la demanda. Art. 410 LEC.
• El perpetuatio iurisdictionis se produce una vez impuesta la litispendencia. Implica que las
condiciones personales, objetivas y territoriales del objeto procesal determinan la jurisdicción
del órgano, inicialmente competente, hasta el momento de dictar sentencia, aun cuando en el
transcurso del procedimiento aquellas puedan cambiar. Responde al principio de economía
procesal y a la lógica operativa.
• Prohibición de la mutatio libelli, también a raíz de la litispendencia. Prohibición de modificar
el contenido de la demanda durante la tramitación procesal, pero se ha de entender sin
perjuicio de formular alegaciones complementarias y sin que se alteren sustancialmente las
pretensiones ni los fundamentos de estas. La facultad de alegar en el proceso cuantos hechos
sean de relevancia para el éxito de las pretensiones de las partes y que hayan ocurrido con
posterioridad a la presentación de la demanda o de la contestación o que se hayan conocido
con posterioridad.
EFECTOS MATERIALES
• El deudor que se constituye en mora debe pagar intereses, aunque no hayan sido pactados (art.
1.109 CC);
• La litispendencia determina el carácter litigioso de los bienes con los efectos que se
contemplan en arts. 1.291 y 1.535 CC;
• Se interrumpe la prescripción (art. 1.973 CC). Declarados en la sentencia se retrotraen al
momento de la demanda.
Tiene lugar cuando se trata de unir varios procesos que están pendientes en el mismo Tribunal, o en otro
distinto, para su sustanciación en un único juicio y su terminación en una sola Sentencia.
La LEC permite, con ciertas limitaciones, acumular procesos iniciados en un único procedimiento,
a fin de que todos ellos – pendientes en el mismo tribunal o en otro distinto – terminen en una
única sentencia. Puede ordenarse de oficio o solicitarse por quien sea parte en cualquiera de los
procesos. Se busca evitar contradicción jurídica y lograr lógica entre las sentencias.
Se trata de un remedio excepcional y no estará permitida cuando los procesos no se sustancien por
los mismos trámites, o la tramitación no pueda unificarse sin pérdida de derechos procesales, o el
órgano que conociese del pleito más antiguo careciese de competencia objetiva/territorial; y sin que
haya finalizado el juicio.
Una vez admitida a trámite la demanda mediante decreto del LAJ, se procede a emplazar a la parte
demandada. Será declarado en rebeldía el demandado que no comparezca en forma en el plazo
señalado en el emplazamiento (20 días, plazo de contestación a la demanda j.ord).
Hablamos de una ausencia física y jurídica, que solo es subsanable mediante la personación en forma
en el proceso, es decir, con procurador y abogado. El demandado asume una postura de pura y plena
inactividad forzosa hasta tanto no se persone; es decir, al tener la carga de personarse y no cumplirla
se le “sanciona” con la imposibilidad de realizar actos procesales. Esto lleva consigo la preclusión
de todos los actos. Si no contesta no podrá alegar hechos, ni tampoco podrá someter a prueba los
aportados por el actor si no se personase en la Audiencia Previa. Sin embargo, la prueba se podrá
practicar en segunda instancia si la personación se produce después del término de prueba y la
rebeldía no es imputable al demandado (art 460.3 - 270).
Art 499 LEC: “Cualquiera que sea el estado del proceso en que el demandado rebelde comparezca,
se entenderá con él la sustanciación, sin que el procedimiento se retrotraiga en ningún caso” (si el
plazo ha acabado, no podrá responder). Hay que tener en cuenta, no obstante, que la rebeldía no
implica allanamiento ni admisión de hechos (art 496.2).
La rebeldía es automática, no precisa que sea declarada por el actor, sino que la determinará el LAJ
(de oficio) tras verificar que se realizó el emplazamiento de forma adecuada. La declaración de
rebeldía se realiza mediante auto y, para que surta efecto, es preciso que sea notificada. Al rebelde
solo se le notificará la declaración de rebeldía y la sentencia (art 497 LEC). La Ley impone que
dicha declaración se notifique al demandado por correo, siempre que su domicilio sea conocido, y,
de lo contrario, que se le notifique mediante edictos (BOE, BOCAM). La notificación de las
sentencias, de primera y segunda instancia y la del recurso extraordinario de casación, se hará
personalmente, y, si no es posible, por edictos.
PROCESO EN REBELDÍA
Los efectos que la Ley liga a la declaración de la rebeldía son efectos procesales que no implica la
modificación de la esencia del mismo; en concreto, en lo que se refiere a dos principios básicos: el
principio de dualidad de partes y el principio de contradicción.
o Pr. de dualidad de partes. Los efectos que la Ley liga a la declaración de la rebeldía son
efectos procesales que implican la pérdida de posibilidades procesales a una de las partes, pero
nunca significa que no se le tenga por parte: pues, efectivamente, el demandado no solo se
puede personar en el proceso cuando lo estime conveniente, sino que puede recurrir y,
naturalmente, le afecta la sentencia que se pueda dictar.
o Pr. de audiatur et altera pars (art 24 CE). El principio de contradicción queda a salvo con tal
de dar posibilidad y medios al demandado para ser oído; lo que se concreta en una citación a
juicio regular y válida conforme al Derecho. Así, pues, el demandado tiene la carga de estar en
el proceso, de personarse; en concreto, todos los efectos que se derivan de la rebeldía son
manifestaciones negativas del principio de la carga de participar en el proceso.
o La sentencia dictada en proceso de rebeldía queda sometida en cuanto a su eficacia a una
regulación distinta y extraordinaria; produce evidentemente la eficacia de cosa juzgada (art 503
LEC), pero sometida a un proceso especial de rescisión que conocemos como nueva audiencia
al rebelde. Es una sentencia firme. Esto es, no se podrá hacer uso de los recursos ordinarios,
únicamente del recurso de apelación y el extraordinario por infracción procesal o el de casación.
La falta de contestación, sin que exista excusa legal, crea una situación especial en el proceso; no
implica admisión ni de hechos ni de pretensiones, ni tampoco es oposición. Simplemente se pierde
la oportunidad de tomar postura frente a la demanda, lo que determina que la prueba solo podrá
versar sobre los hechos alegados en la demanda, ya que el demandado no tendrá definido qué tutela
judicial pretende obtener en el proceso. Siendo así, solo serán objeto de prueba los hechos que
tengan relación con la tutela que pretenda obtener el actor.
Tampoco se podrán aportar al proceso los escritos y documentos que necesariamente hay que
acompañar con la contestación. Le serán notificados todos los actos aunque no conteste a la
demanda.
2. La contestación a la demanda.
Excepción
Es una defensa del demandado que se centra específicamente en la lucha contra la pretensión; y esto
es igualmente válido para las excepciones en sentido propio que en sentido impropio; en un caso
como en otro se trata de que el juez no acoja la pretensión propuesta por el actor.
3. Reconvención.
Es la conducta del demandado consistente en no limitarse a pedir su propia absolución, sino pedir
la condena del demandante. Las posiciones iniciales se invierten: el demandado inicial pasa a ser
La jurisprudencia del TS, anterior a la Ley, concluye de manera acertada que toda pretensión del
demandado que no se reduzca a pedir que se le absuelva de la demanda constituye siempre
reconvención, jurisprudencia que es perfectamente aplicable a las disposiciones de la vigente LEC.
REQUISITOS. La Ley impone de manera expresa las condiciones o requisitos formales para que la
reconvención se admitida:
Hay que decir que al ser la acción reconvencional independiente de la ejercitada en la demanda no
se verá afectada por las vicisitudes procesales que puedan afectar a la demanda y, en tal sentido, en
los supuestos en que se declare inadmisible la demanda, o en los supuestos en los que la carencia de
cualquier presupuesto procesal determine una resolución en la instancia, el proceso no se terminará
por ello en lo que se refiere a la demanda reconvencional, que será conocida y resuelta en sentencia
de fondo.
Distinto del problema a que hemos hecho referencia en el párrafo anterior es el que surge de la
aplicación por el órgano judicial de las normas contenidas en la Ley y referentes a las condiciones
o requisitos de admisibilidad de la demanda reconvencional. Si no reúnen las condiciones, deben
rechazarse dictándose auto, por tanto, resolución razonada y fundada en derecho. No produce efecto
de cosa juzgada, pudiendo el demandado plantear su demanda reconvencional en proceso aparte y
en vía principal.
Son actos que están insertos en la audiencia previa, o en la primera parte de la vista del juicio verbal
y que sirven fundamentalmente para fijar el objeto del proceso o para aportar al proceso datos
fácticos que, por las razones que sean, no pudieron aportarse en el momento normal: es decir, con
la demanda y con la contestación.
Escrito de ampliación: Las partes tienen la posibilidad de realizar actos alegatorios, escritos,
cuando hechos nuevos o de nuevos conocimientos se produzcan o se conozcan con posterioridad
al acto de la audiencia o de la vista, y siempre con anterioridad a la citación para sentencia.
De este escrito se da traslado a la parte contraria para que en un plazo de 5 días manifieste si reconoce
o no como ciertos los nuevos hechos alegados. El órgano judicial dictará providencia no admitiendo
la alegación en el supuesto de que no se justifique adecuadamente el nuevo conocimiento o la
novedad del hecho.
Estas dos últimas cuestiones procesales que detallamos a continuación se encuentran recogidas en
el artículo 409 LEC, y son raramente utilizadas:
8. Falta de reclamación previa en vía administrativa (409)
La estructura burocrática y mecánica de la Administración, junto con la falta de respeto crónico
de esta por los ciudadanos, hace de esta excepción, en no pocas ocasiones, un mecanismo de
atraso de la actuación de la justicia incompatible con el derecho a la tutela efectiva sin retardos
ni inconvenientes formales superables. Es subsanable, salvo en los casos de las tercerías de
dominio y de mejor derecho en los expedientes administrativos de apremio por impagos de
débitos a la Tesorería General de la Seguridad Social.
3. Alegaciones complementarias
Complementan, pero no desvirtúan la pretensión inicial. La estructura de nuestro ordenamiento
comprende la posibilidad de contestación puntual a los argumentos jurídicos y fácticos
esgrimidos por el contrario. Se pueden hacer, siempre con el límite de la mutatio libelli:
- Alegaciones complementarias. Las partes pueden efectuarlas en relación con lo expuesto por
la parte contraria, sin alterar sustancialmente las pretensiones ni los fundamentos de estas. Tiene
sentido cuando ha habido una oposición por parte del demandado y no cuando el demandado
se limite solo a negar los hechos alegados por el actor o cuando los admita lisa y llanamente.
- Alegaciones aclaratorias. Las partes pueden aclarar o rectificar las que han sido sus propias
alegaciones en los escritos de demanda y contestación; es una consecuencia de la necesidad de
que la demanda y la contestación sean actos procesales sencillos y claros, en modo tal que en
todo momento se sepa qué es lo que se pide y la razón.
- Alegación de hechos nuevos. En la audiencia o en la vista se pueden alegar aquellos hechos
nuevos ocurridos con posterioridad a los escritos de demanda y contestación. Igualmente se
permite que se aleguen aquellos hechos de los que se hubiese tenido noticia con posterioridad
Las partes manifiestan cuál es su postura ante los documentos y dictámenes que hubiese presentado
la parte contraria. Deben pronunciarse adjuntando los documentos con su parecer a los escritos de
alegaciones. En el caso de que las partes impugnen la autenticidad de los documentos, podrán
proponer prueba: se trataría de un delito de falsedad documental.
Las partes pueden impugnar la relevancia (o licitud) de dichos documentos en el proceso (no tiene
valor probatorio). Del mismo modo que las partes manifiestan su parecer sobre los documentos de
la parte contraria, también tienen que mostrar su parecer sobre los dictámenes que se hubieran
aportado, es decir, si los admiten o consideran que han de ser ampliados en determinados extremos.
Por último, en la audiencia previa las partes deben aportar aquellos dictámenes periciales que
consideran necesarios para apoyar sus alegaciones complementarias.
También la partes, además de manifestar su parecer sobre los documentos y sobre los dictámenes
periciales de la parte contraria, fijan definitivamente cuáles son los hechos controvertidos (sobre
qué hechos existe conformidad y sobre cuáles existe disconformidad). Si las partes están de acuerdo
con los hechos y su discrepancia se ciñe solo en los fundamentos jurídicos (consecuencias jurídicas),
el tribunal, sin más trámites, va a dictar sentencia en los siguientes veinte días, cuando no es
necesario realizar ninguna actuación de prueba. Sobre los hechos admitidos, está prohibida la
realización de prueba, ya que quedan fijados tal y como lo han establecido las partes.
5. Proposición de prueba
La última finalidad respecto de la audiencia previa se detalla en el artículo 429 LEC, que establece
que será en esta fase donde tenga lugar la proposición y admisión de prueba. Rige durante la misma
el principio de inmediación (el juez debe estar presente). La proposición de prueba es una
actuación de parte, que se hará de forma verbal, aunque se deberá presentar una nota de prueba
(escrito). Se proponen todos los medios de prueba: documentales (público o privado), interrogatorio
de partes, de testigos, prueba pericial, reconocimiento judicial, medios de reproducción, y la prueba
de presunción (modo de probar la presunción de hechos).
El tribunal admitirá aquellas pruebas que resulten pertinentes, útiles, legales y (convenientes??)
lícitas, que, no existiendo límite al número de medios de prueba que puede proponerse, supone un
límite abstracto a dicha proposición.
Citación para juicio. Una vez que se ha propuesto y admitido la prueba por el tribunal, este señala
fase para el juicio, indicando si se celebra en una sesión o en una o varias sesiones consecutivas.
Efectivamente, la proposición de prueba es una actividad de parte, pero si bien el art. 282 LEC
señala que son las partes quienes han de proponer las pruebas que consideren necesarias, hay una
matización de esta facultad de proposición: las pruebas a instancia de parte, que aparecen en el
artículo 429 LEC. El legislador ha previsto que cuando el juez considere que son insuficientes las
pruebas propuestas por las partes (determinados hechos pueden quedar no suficientemente
probados), puede ponerlo de manifiesto a las partes y les indicará incluso los medios de prueba de
los que pueden hacerse valer, a las cuales corresponderá complementar su proposición de prueba
(facultades por parte del juez en el ámbito de la prueba). Si las partes no siguen al juez, no
propondrán las pruebas y, por lo tanto, el juez no puede abordarlas.
Solo tienen sentido si se ha celebrado prueba. No son alegaciones, es decir, no son afirmaciones de
hecho y de derecho, sino apreciaciones de los resultados que, a juicio de las partes, puedan deducirse
de los actos realizados hasta ese momento en el proceso. Son actos de postulación en los que el
influjo psíquico sobre el juez se realiza mediante la labor de conclusión o de deducción. No son
obligatorios en el juicio verbal (sí lo son en el ordinario), sino potestativos a criterio del juez (art
447 LEC). Han de ser breves, sistemáticos y concisos. Se hacen de forma oral en cualquier caso. Es
un resumen de las pruebas practicadas, que han permitido demostrar nuestra postura y con ello se
trata de convencer al juez. No se pueden incluir nuevos medios probatorios ni hechos nuevos.
Es una propuesta de resolución que efectúan las partes. En el acto de conclusión el órgano judicial
puede solicitar a las partes cuantas aclaraciones estime pertinentes y que sean de utilidad para la
mejor comprensión de la posición jurídica de cada una de ellas y del resultado probatorio obtenido.
La terminación del juicio se produce cuando ya no cabe realizar ningún acto probatorio ni de
conclusión; el significado de la terminación del juicio no se queda en el mero hecho de darlo por
terminado, sino que, y es lo fundamental, significa que a partir de dicha terminación se inicia el
plazo que tiene el órgano judicial para dictar sentencia: veinte días para el proceso ordinario
(art. 434.1) y de diez días para el juicio verbal (art. 447.1). Son plazos impropios, el juez no suele
hacerlo en estos plazos, no es preclusivo.
2. Diligencias finales.
Tienen carácter excepcional, se llevan a cabo una vez finalizado el procedimiento. Se solicitan en
el acto de la vista (no más de una vez). Establece el art. 434.2, que el plazo para dictar sentencia
quedará en suspenso si se acuerda la práctica de diligencias finales. Son actos probatorios (véase
art. 435), que dan lugar lógicamente a posteriores actos de conclusión, que en esta ocasión quiere la
Ley que sean escritos (art. 436.1).
La suspensión del plazo para dictar sentencia da lugar a la apertura de un periodo de tiempo, que
sirve para practicar pruebas y para llevar a cabo, en el proceso ordinario, actos de conclusión
referentes a esas pruebas en un plazo adicional de 5 días (art. 436.1); terminado ese plazo del que
hacemos referencia, se abre el último y definitivo plazo para que el órgano judicial dicte sentencia.
Se pueden practicar de oficio por el juez. Se trataría de practicar pruebas sobre hechos alegados
oportunamente, de relevancia en el pleito, y de los que no se haya podido probar su certeza, a pesar
de haberse practicado distintos medios de prueba, que no han sido eficaces probatoriamente por
concurrir circunstancias, desaparecidas posteriormente. Por lo que el órgano debe tener motivos
fundados. Es necesario que se produzca el fenómeno de que durante ese plazo, siempre después de
la terminación del juicio, hayan desaparecido las circunstancias obstativas que habían impedido la
eficacia probatoria de los medios probatorios practicados en el juicio.
En conclusión, se practican de oficio cuando cuando no se ha podido probar suficientemente algún
hecho sobre el que se ha practicado prueba (excepción al principio de aportación de parte).
A instancia de parte, cuando no se ha podido practicar la prueba (propuesta y admitida) por causas
ajenas a la voluntad de quien la propuso, o verse sobre hechos nuevos producidos o conocidos
después de la terminación del proceso.
Solo hay que saber lo ha dicho él (el manual es muy extenso en este punto).
Concepto. Es un acto del juez (y, por consiguiente, un acto del Estado) que supone una declaración
de voluntad del Estado en la que se afirma existente o inexistente el efecto jurídico pedido en la
demanda. Es la resolución por la que el juez decide a quién da la razón, es un acto de voluntad; pero
también es de conocimiento, pues debe estar motivada. Son aquellas resoluciones destinadas a
decidir definitivamente las pretensiones planteadas en el pleito, ya sea en primera instancia o en los
recursos ordinarios y extraordinarios.
Características.
Principio de congruencia: el juez debe pronunciarse únicamente sobre el objeto de la demanda, ni
más, ni menos, ni un objeto diferente.
Motivación: Ha de estar motivada, lo que implica que debe subsumir el supuesto de hecho que se
le plantea en el supuesto de hecho de la norma. La sentencia debe estar argumentada, de manera que
se eviten las sentencias arbitrarias: el juez debe expresar en base a qué ha tomado su decisión (qué
disposición normativa, qué jurisprudencia…).
Asimismo, ha de tener claridad y precisión.
Estructura.
Establece el art. 248.3 LOPJ que las sentencias se formularán expresando, tras un encabezamiento,
en párrafos separados y numerados, los antecedentes de hecho, hechos probados, en su caso, los
fundamentos de Derecho y, por último, el fallo; serán firmadas por el juez, magistrado o magistrados
que las dicten. Esta norma ha sido desarrollada por los arts. 209 y 218.2 de la LEC.
En el encabezamiento de la sentencia se ha de expresar el número, el lugar y la fecha en que se ha
dictado; el nombre del juez o el Tribunal que las pronuncien; los nombres, domicilios y profesiones
de las partes (y sus abogados) y el carácter con que han litigado. Igualmente, se expresará el nombre
de los procuradores y letrados que hayan intervenido y la acción ejercitada en el proceso o el objeto
del juicio.
En los antecedentes de hecho, en párrafos separados y numerados, se mencionan las pretensiones
y los hechos alegados por las partes: en primer lugar, aquellos sobre los que no existe controversia
(hay conformidad entre las partes); y luego, los contradictorios, esto es, sobre los que debe
Cosa juzgada formal: tiene que ver con los trámites preclusivos. Una resolución que resuelve una
controversia tiene un efecto de perdurabilidad en el tiempo, para lo que hace falta que no sea
impugnada o recurrida (tiene un plazo preclusivo para ello, transcurrido el cual, no es posible hacer
eso: la sentencia deviene firme). Esto es, que la sentencia no podrá ser impugnada o recurrida.
Cosa juzgada material: es una consecuencia de lo anterior, que implica seguridad jurídica, va a ser
invariable en el tiempo.
Puede tener sentido negativo: resuelta la cuestión, habiendo sentencia sobre ella, no se podrá volver
a plantear otra sobre el mismo objeto y entre las mismas partes. Es imposible plantear la misma
cuestión debatida por las partes en un anterior proceso y obtener una nueva decisión.
En sentido positivo, la sentencia que resuelve una cuestión nos puede ayudar a resolver otras
cuestiones. Constituirán bases jurisprudenciales que el juez puede emplear para argumentar otros
casos. El juez posterior debe partir necesariamente de la decisión anterior cuando esté juzgando y
decidiendo sobre una pretensión de la que sea elemento prejudicial lo ya juzgado.
El efecto de cosa juzgada lo producirán exclusivamente las sentencias firmes, aunque no todas
(447.2, 3 y 4). Las excepciones son: las sentencias firmes constitutivas (divorcio, separación…), las
de jurisdicción voluntaria (liquidación sociedad de gananciales, nombramiento tutor…) y los
procesos sumarios (por ejemplo, un proceso de desahucio, ya que solo se mira si se ha pagado o no,
no se entra en el fondo de la cuestión).
Tampoco es aplicable a las resoluciones que resuelven cuestiones de forma.
Además, no producen efecto de cosa juzgada, lógicamente, las sentencias definitivas, ya que son
susceptibles de recurso.
- A las partes. No obstante, las partes no siempre quedan claramente delimitadas, por lo que
se especifica que también este efecto se extenderá a:
o los herederos o sucesores y causahabientes (sucesión)
o tanto a los sustituidos como al sustituto (en casos de sustitución)
o y, por otro lado, también a los accionistas de la sociedad en procesos de impugnación
de acuerdos sociales.
La doctrina se plantea si en otros casos, como el divorcio, se extiende el efecto de cosa juzgada.
Parece lógico que el divorcio en sí solo afecta a las partes (se divorcian los cónyuges uno del otro,
no de nadie más). Sin embargo, es posible que alguna cuestión relacionada con el mismo sí que
afecte a terceros, como la liquidación de gananciales. En este caso, sí tendrá para ellos efecto de
cosa juzgada en todo lo que les afecte.
Por otro lado, en el caso de nulidad de actos de una empresa, el efecto de cosa juzgada tiene una
especial virtualidad. Si uno de los socios plantea una causa de nulidad (la acción de nulidad la puede
ejercer cualquiera de ellos) y se estima dicha causa (sentencia estimatoria), el acto se anula y se
termina la cuestión. De lo contrario, si la sentencia es desestimatoria, tendrá efecto de cosa juzgada
para el resto de socios, que no podrá plantear de nuevo la misma causa de nulidad para ese acto (se
podrá alegar una causa distinta, pero no la ya desestimada).
Respecto a este punto, solo va a exigir lo aquí incluido, dice el profesor que el manual es muy extenso.
- Desistimiento
- Transacción
La caducidad de la instancia
El juzgado entiende que existe desidia o desinterés en el procedimiento por las partes. La seguridad
y certeza jurídicas que se persiguen con el proceso son imposibles cuando tramitándose el mismo
transcurre un lapso de inactividad de las partes lo suficientemente amplio para pensar que el litigio
se ha arreglado por otros medios o que la sentencia ni es necesitada ni querida por las partes. El
tiempo determinado por ley (237) es de:
• Dos años para la primera instancia. Si el cómputo de plazos es por días, solo se cuentan los
hábiles; en caso contrario, se cuentan todos. De vencerse el plazo en día inhábil, vence en el
siguiente día hábil.
• Terminación del proceso dejando imprejuzgada la acción, produciéndose un efecto
similar al desistimiento (podrá ejercitarse de nuevo, no tiene efecto de cosa juzgada).
• Un año para la segunda instancia y los recursos extraordinarios.
• En segunda instancia o trámite de recurso extraordinario (infracción procesal o casación),
adquiere firmeza la sentencia recurrida.
• Cinco años para los de ejecución, si bien una vez comenzado el trámite de ejecución, no
caduca el proceso.
• Se acuerda siempre de oficio y por decreto del Secretario. Contra este solo cabe recurso de
revisión.
• El tiempo de inactividad se ha de contar desde la última notificación judicial hecha a las partes
y tiene que deberse a omisión voluntaria de actos de parte (“pese al impulso de oficio, no se
produce actividad”).
INTERRUPCIÓN
No está regulado por la ley. Se trata de un supuesto raro, una circunstancia sobrevenida: existe un
medio de prueba a realizar fuera de la sede judicial, falta un testigo importante que no se persona
para comparecer, aviso de bomba (ejemplo hermano del detenido, tira mochila por las escaleras).
• Afecta a un acto concreto à nuevo señalamiento cuando cesa la causa.
• No requiere ningún acto formal
Implica la suspensión de la vista o del proceso y su reanudación cuando cesa la causa: nuevo
señalamiento.
Suspensión del procedimiento:
• Por decreto del LAJ, de oficio o a instancia de parte à Paralización formal del proceso.
• Se levanta por medio de auto cuando ha desaparecido la causa.
• Causas establecidas legalmente
Suspensión de vistas (art 188. LEC): Se suspende la vista por diversos motivos:
3. Incidentes
CONCEPTO
• Supuestos prelógicos que han de ser resueltos por el juez antes de dictar sentencia.
• Son similares a las cuestiones prejudiciales, pero no son exactamente lo mismo.
CLASES
• Cuestiones incidentales de especial pronunciamiento:
o El juez las resuelve en la propia sentencia con la debida separación, aunque debe hacerlo
siempre antes de pronunciarse sobre la cuestión de fondo. No suponen una suspensión
del procedimiento, y no producen efectos de cosa juzgada.
• Cuestiones de previo pronunciamiento:
o El proceso no puede continuar hasta que no se resuelvan previamente de forma separada.
Suspenden el curso de las actuaciones. Son, por ejemplo, las que hacen referencia a
presupuestos procesales. Se resuelven por auto en un plazo de 10 días (después de las
alegaciones de las partes), que además dispone lo conveniente en lo que se refiere a la
continuación del proceso. Contra este, cabe recurso de apelación.
REGULACIÓN
• Arts. 466 a 476 LEC
• DF 16.ª LEC
RESOLUCIONES RECURRIBLES
(Arts. 466.1 y 468 LEC)
• Autos definitivos dictados por las Audiencias Provinciales (AAPP) en apelación
• Sentencias dictadas por las AAPP en apelación
* Régimen transitorio: resoluciones contra las que se abre recurso de casación
COMPETENCIA
(Art. 468 LEC)
• Interposición: ante AP que dictó la resolución recurrida.
• Sustanciación y resolución: por la Sala de lo Civil y Penal del TSJ correspondiente
* Régimen transitorio: Sala de lo Civil del TS
MOTIVOS
(Arts. 67.2 y 469 LEC)
• Infracción de normas sobre jurisdicción y competencia objetiva y funcional cuando se
infrinjan normas imperativas.
• Infracción de las normas procesales reguladoras de la sentencia.
• Infracción de normas legales que rigen los actos y garantías del proceso cuando determinen
nulidad o hubieren producido indefensión.
• Vulneración de derechos fundamentales reconocidos en el art. 24 de la CE.
Requisito previo
• Haber denunciado en la instancia la infracción ahora alegada.
• Haber repetido la denuncia en apelación en su caso.
• Haber solicitado la subsanación de la violación del derecho fundamental.
30 días
RESOLUCIONES RECURRIBLES
Sentencias firmes independientemente de la instancia donde se dictaron y de si se agotaron o no los
recursos ordinarios y extraordinarios correspondientes. Se persigue rescindir la sentencia, dejando
imprejuzgada la cuestión litigiosa.
COMPETENCIA
• Juicio rescindente à Sala Primera (civil) TS o Sala de lo Civil y Penal del TSJ (Derecho foral
o autonómico). El tribunal de revisión decide acerca de la existencia del vicio producido por el
hecho nuevo con carácter puramente negativo, dejando sin efecto la sentencia firme.
• Juicio rescisorio à órgano que conoció del asunto en primera instancia. Es contingente del
anterior y a él pueden acudir las partes para que se dicte una nueva sentencia, por cuanto el
objeto litigoso resulta en ese momento carente de decisión, aunque el juez se encuentra
vinculado por las declaraciones del fallo de revisión.
MOTIVOS
PLAZOS
- Plazo de caducidad: 5 años desde la publicación de la sentencia. Pasado este plazo, la revisión
se rechazará de plano.
- Plazo de 3 meses desde el conocimiento del motivo que se invoca.
Juicio rescindente:
- El proceso comienza por demanda escrita con sus requisitos generales y acompañada por el
resguardo de la consignación judicial de 300 euros (el cual es preceptivo).
- La Sala de lo Civil del Tribunal Supremo solicitará que se le remitan todas las actuaciones del
pleito cuya sentencia se impugne, y mandará emplazar a las partes, para que en plazo de 20 días
contesten a la demanda.
- Contestada la demanda de revisión o transcurrido el plazo sin haberlo hecho, se dará a las
actuaciones la tramitación establecida para los juicios verbales, con audiencia del Ministerio
Fiscal.
- El proceso de revisión se interrumpe por prejudicialidad penal de acuerdo con las normas
generales si, en cualquiera de sus trámites, se suscitasen cuestiones cuya decisión, determinante
de la procedencia de la revisión, competa a los tribunales del orden penal, hasta que el proceso
de esta naturaleza finalice.
- La sentencia que deniegue la revisión o anule la sentencia es irrecurrible.
Efectos de la revisión:
- El tribunal, a instancia del actor, dando caución por el valor de lo litigado y de los daños y
perjuicios que pueda ocasionar y, oído al Ministerio Fiscal, podrá ordenar a la vista de las
circunstancias que se suspendan las diligencias de ejecución.
- La sentencia que recaiga en el juicio rescindente, contra la cual no cabrá recurso alguno,
puede desestimar la revisión, lo que llevará aparejado la pérdida del depósito y la
imposición de las costas al actor.
- Si la sentencia estima la demanda, por concurrir el motivo de revisión alegado, lo declarará
así y rescindirá la sentencia impugnada, con devolución del depósito, mandará expedir
certificación del fallo, devolviendo los autos al tribunal de donde procedían, para que las
partes puedan usar de su derecho en el juicio correspondiente. La actividad revisora es, pues,
meramente negativa, absteniéndose el órgano de revisión de pronunciarse sobre el fondo, de
modo que las partes han de hacer uso de su derecho como corresponda; pero en el juicio
rescisorio, el juzgador viene vinculado por las declaraciones del tribunal de la revisión en la
sentencia rescindente, que habrán de tomarse como base para este segundo enjuiciamiento y
no podrán ser discutidas.
• Juicio rescisorio à órgano que conoció del asunto en primera instancia (puede ser el
mismo). Donde se da al declarado en rebeldía la oportunidad de contradecir, articulando los
medios de defensa que le asistan.
MOTIVOS:
- Rebeldía constante por causa de fuerza mayor que impidió comparecer pese a tener
conocimiento del pleito.
- Rebeldía constante por desconocimiento del pleito al haberse realizado la notificación por
medio de cédula que no llegó a poder del demandado sin causa que le sea imputable.
- Rebeldía constante por desconocimiento del pleito al haberse efectuado la citación o
emplazamiento por edictos y encontrarse ausente el demandado del lugar donde se siguió el
proceso y de la Comunidad Autónoma o Estado en cuyo Boletín oficial se publicó el edicto.
PLAZOS:
• Según notificación de la sentencia firme:
- Notificación personal à 20 días
- Notificación por edictos à 4 meses desde la publicación
Posibilidad de prórroga hasta 16 meses si subsiste la causa de fuerza mayor que impide la
comparecencia.
PROCEDIMIENTO:
Tiene 2 fases:
1. Fase juicio rescindente:
• Las demandas de rescisión de sentencias firmes se sustancian ante el tribunal donde hubieren
ganado firmeza, cualquiera que esta sea, por los trámites del juicio ordinario.
• Las demandas no suspenderán, como regla general, la ejecución forzosa de la sentencia dictada
en rebeldía. Sin embargo, el tribunal, a instancia del actor, dando caución por el valor de lo
litigado y de los daños y perjuicios que pueda ocasionar y oído el Ministerio Fiscal, podrá
ordenar en vista de las circunstancias que se suspendan las diligencias de ejecución.
• Celebrado el juicio, el tribunal dicta sentencia, no susceptible de recurso, en la que acordará
la suspensión de la ejecución si no la hubiese decretado con anterioridad. Las costas se
impondrán al rebelde cuando se declare no haber lugar a la rescisión, y no se impondrán a
ninguno de los litigantes, si la sentencia fuera estimatoria de la pretensión, salvo que el tribunal
aprecie temeridad en alguna de las partes.
Daban aproximadamente una cara entera para cada pregunta. Dos horas.
A un chico de Getafe que lo hizo él solo un día distinto, le pusieron el examen de Colmenarejo
cambiando una pregunta (no sabemos cuál) por “acto de conciliación”.