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TEMA 1: LOS PROCESOS CIVILES

1. LOS PROCESOS DECLARATIVOS ORDINARIOS

1.1. El juicio ordinario y el juicio verbal

Los procesos declarativos ordinarios son el juicio ordinario y el juicio verbal, los cuales decidirán sobre todas las
contiendas judiciales que no tengan señalada por la Ley una tramitación específica. Todos los demás se
tramitarán por los correspondientes procesos especiales.

1.2. Ámbito del juicio ordinario

Hay dos criterios para decidir qué materias jurídicas se resolverán a través del juicio ordinario y cuales a través de
los trámites del juicio verbal: el criterio objetivo y el de la cuantía en ambos. Esto es, una vez excluidas las materias
concretas y específicas, que tienen señalada en la Ley una tramitación especial (división de patrimonio, nulidad de
matrimonio o defensa de crédito representado en letras de cambio)

CRITERIO OBJETIVO:
● relativo a derechos honoríficos de la persona (art. 249.1.1º),
● relativo a la tutela de los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución (como derecho al honor,
intimidad, propia imagen, u otro salvo derecho de rectificación (art. 249.1.2º);
● relativo a la impugnación de los acuerdos tomados por los órganos societarios de entidades mercantiles o
por la asamblea de obligacionistas (art. 249.1.3º);
● relativo a la materia de competencia desleal, defensa de competencia (en aplicación de arts. 81-82 del
Tratado de la Comunidad Europea, o 1-2 de la Ley de Defensa de la Competencia), propiedad industrial,
propiedad intelectual y publicidad, siempre que no sea de mera reclamación de cantidad , en cuyo caso se
estará a lo que más adelante diremos en orden a la distribución de materias por razón de la cuantía o del
valor del asunto, y las acciones de cesación en defensa de los intereses colectivos y difusos de los
consumidores y usuarios en materia de publicidad que se tramitarán por el juicio verbal (art. 249.1.4º);
● relativo a acciones que se ejerciten en virtud de las condiciones generales de contratación, salvo las
acciones de cesación en materia de consumidores (art. 249.1.5º);
● relativo a arrendamientos urbanos o rústicos, con excepción de las demandas de desahucio por falta de
pago o por extinción del plazo de la relación arrendaticia (art. 249.1.6º);
● relativo a demandas ejercitando la acción de retracto (art. 249.1.7º);
● relativo a derechos de los propietarios en comunidad de la Ley de Propiedad Horizonta l, y derechos de la
junta de propietarios, con excepción de aquellas demandas que versen exclusivamente sobre reclamación
de cantidad, a la que se aplicará el criterio de la cuantía (art. 249.1.8º).

CRITERIO DE CUANTÍA: Cualquier otro conflicto jurídico cuando la demanda tenga una cuantía que exceda de 6.000
euros o sea inestimable, al no poderse calcular ni siquiera de modo relativo o de forma aproximada (art. 249.2). En
el art. 251 se establecen doce reglas para determinar la cuantía de un asunto en aquellos supuestos en los que el
mismo no tenga una valoración clara y determinada.

1.3. Ámbito del juicio verbal

CRITERIO OBJETIVO: según el art. 250 en relación con el art 439 en el juicio verbal se establecen especialidades en lo
que se refiere a la admisión de la demanda, a las actuaciones previas a la vista y al contenido mismo de la vista. Ello
significa que con los criterios objetivos de distribución lo que realmente establece la LEC son procesos especiales,
cuya base procedimental es el juicio verbal. En realidad, sólo pueden ser entendidos como verdaderos criterios de
distribución material los recogidos en el art. 250.1.8º, 9º y 12º: las demandas sobre alimentos, que sean debidos
por disposición legal o por cualquier otra causa, los litigios sobre el derecho de rectificación de hechos inexactos y
perjudiciales y los que supongan el ejercicio de la acción de cesación en defensa de los intereses colectivos y
difusos de los consumidores y usuarios (art. 250.1.12º). Todos los demás supuestos que están contemplados en el
art. 250.1 son procedimientos especiales.

CRITERIO DE CUANTÍA: por el juicio verbal se conocerán cualesquiera otras demandas que tengan un valor inferior a
6.000 euros (art. 250.2)

1.4. Las fases del juicio ordinario

Regulado en los arts. 399-436. Como cualquier proceso, se inicia por demanda y se termina por sentencia:

➔ FASE ALEGATORIA: se compone esencialmente de los actos de alegación de las partes: demanda (arts. 399
y ss.) y contestación a la demanda (arts. 405 y ss.). Estas fijan de forma definitiva la contienda, con
excepciones, y determinan contenido y extensión del poder jurisdiccional del órgano judicial que se debe
atener a lo pedido por las partes y a la razón o fundamentación de esto.

- Admitida la demanda, se da traslado de ella al demandado para que se persone en el proceso y la


conteste en 20 días. Son actos procesales de parte, del actor y demandado respectivamente,
donde piden al órgano judicial la resolución que les convenga al conflicto jurídico que plantea el
actor, basando dicha petición en alegaciones de hecho y de derecho.
- El demandado contesta a la demanda, pudiendo alegar en ella excepciones materiales, de fondo,
procesales o atinentes a la falta de algún requisito o presupuesto procesal. También puede
reconvenir (interponer demanda contra actor o terceras personas unidas a él por lazos jurídicos).
Contestada la demanda, o transcurrido el plazo para hacerlo sin que se aporte, el LAJ convoca a
las partes a la llamada audiencia previa al juicio.

➔ AUDIENCIA PREVIA: arts. 414-430, es una vista, acto oral o sucesión de actos orales, que tiene como
finalidad conseguir (1) un acuerdo o transacción de las partes que evite el proceso, procediendo a
informarlas de la posibilidad de recurrir a una negociación para solucionar el conflicto, incluyendo la
mediación. Y luego (2) examinar y resolver las cuestiones procesales que hayan sido planteadas por el
demandado, o que pueda plantear el actor a la vista de la contestación del demandado, o las que pueda
plantear de oficio el propio órgano judicial (art. 414).
También sirve para que las partes fijen su posición jurídica y fáctica de forma definitiva, pueden hacer
alegaciones complementarias y aclaratorias, con límites, o incluso presentar pretensiones
complementarias (art. 426.1.3), si se atienen a las circunstancias y condiciones establecidas:

- Pueden las partes alegar en el proceso hechos nuevos, o de nuevo conocimiento, producidos o
conocidos posterior a presentación de escritos de demanda y contestación (art. 426.4).
- Las partes deben manifestar su posición sobre documentos y dictámenes e informes que se
hayan podido presentar por las partes con los escritos de demanda y contestación (art. 427).

Así se fija de forma definitiva cuáles son los hechos controvertidos y en cuáles las partes están de acuerdo:
Si existe disconformidad sobre los hechos, las partes proponen las pruebas de que intenten valerse para
demostrar la certeza de los mismos; que se admiten si se atienen a lo establecido en la Ley. La admisión se
hace en el mismo acto de la audiencia previa (art. 429).

A la audiencia previa han de acudir las partes con sus abogados y procuradores, o deberán otorgar a éstos
poder especial para renunciar, allanarse o transigir (art. 414.2). Si las partes no acuden a la audiencia, el
juez da por terminado el proceso dictando auto de sobreseimiento; también si no acude el actor, y el
demandado no muestra interés en que continúe el proceso; o si no acude el abogado del demandante, y
el demandado no alega ese interés en continuar el procedimiento. Si el demandado no acudiese, la
audiencia se entenderá con el demandante en lo que resulte precedente.
Acto final de audiencia previa: juez cita a las partes y a todos los que han de intervenir en el juicio para el
día y la hora en que empezaran las sesiones del juicio.

➔ EL JUICIO Y LA SENTENCIA: arts. 431-436, tiene por objeto llevar a la práctica las pruebas que han sido
admitidas por el órgano judicial (art. 431) y para realizar los actos de conclusión, una vez practicadas las
pruebas (art. 433.2); en estos actos, las partes hacen un resumen de lo que ha ocurrido en el proceso,
desde el punto de vista de los hechos y desde el punto de vista del Derecho. Terminado el juicio el órgano
judicial dicta sentencia en 20 días, a no ser que por las razones del art. 435 haya que realizar algunas de las
diligencias finales que tienen carácter exclusivamente probatorio, que si se practican, las partes podrán
presentar un escrito de conclusiones sobre las mismas.

1.5. Las fases del juicio verbal

➢ FASE ALEGATORIA: proceso oral en el que la fase alegatoria queda dividida; el proceso empieza por
demanda (ordinaria o sucinta) escrita, que no es contestada mediante la presentación de un escrito ante el
órgano judicial. El demandado contesta a la demanda igualmente por escrito. La demanda podrá
cumplimentarse en impresos normalizados, cuando la cuantía de lo que se reclame sea inferior a 2.000
euros (art. 437.2). Una vez admitida la demanda y contestada, el letrado de la Administración de Justicia
citará a las partes con indicación del día y hora en que empiecen sus sesiones que deberán acudir a la vista
con las pruebas que presenten.

Si el demandante no asistiese a la vista, y el demandado no alegare interés en la continuación del proceso,


éste terminará por un auto teniendo por desistido al actor. Si el demandado no acudiera a la vista, se
procederá a la celebración del juicio (art. 442.2).

➢ VISTA PROPIAMENTE DICHA: art 443, se desarrolla lo que en el juicio ordinario hemos llamado fase
intermedia y la fase propiamente de juicio (pruebas y conclusiones), de forma más inconcreta y menos
definida que en el juicio ordinario. Sirve para que las partes ratifiquen o complementen los términos de
sus escritos alegatorios, para que el demandado conteste a la demanda, para que se resuelvan las
cuestiones procesales que se hayan podido suscitar, para que se invite a las partes a que intenten un
acuerdo que ponga fin al proceso, en su caso, a través de la mediación y para que se practiquen las
pruebas propuestas y admitidas. Una vez terminada la vista el órgano judicial dicta sentencia dentro de
los 10 días siguientes (art. 447), pudiendo dar el Juez trámite para que las partes puedan oralmente
presentar sus conclusiones.

2. LOS PROCESOS DECLARATIVOS ESPECIALES

Se tratan de verdaderos procesos especiales que se tramitan con la base del proceso verbal. Clasificación de los
procesos especiales según características definitorias de una clase de procesos:

● Procesos sumarios: defensa de los derechos reales y defensa del derecho de crédito, entre los que no
incluimos el monitorio y otros procesos sumarios de difícil encuadramiento: el proceso de desahucio y los
procesos sobre contratos inscritos en el Registro de Venta a Plazos de Bienes Muebles.
● Procesos inquisitorios: los que se tramitan para dilucidar la capacidad, estado y condición de las personas;
todos estos procesos tienen unas características especiales impuestas por la vigencia de principios distintos
a los que conocemos que rigen en los procesos declarativos ordinarios.
● Procesos de división de patrimonios: los que han sido regulados por la Ley como tales.

3. EL PROCESO DE EJECUCIÓN

La tutela efectiva de los DDFF requiere también un actuar del órgano judicial para conseguir por la fuerza lo que el
obligado en la sentencia no quiere cumplir voluntariamente. El órgano judicial no sólo enjuicia, sino que ejecuta,
lleva a cabo lo que ha sido juzgado, imponiendo el imperium del Estado al obligado que no cumple
voluntariamente con lo acordado en la sentencia. Todos estos procesos se inician con una demanda ejecutiva, la
expresión formal de la legitimación activa y pasiva de una obligación declarada y firme , que normalmente
proviene de una resolución judicial, pero que puede tener origen extrajudicial. El órgano judicial adopta en todo
caso, una serie de medidas que van dirigidas a poner el patrimonio del deudor a disposición del ejecutante y que,
en otras ocasiones, a coaccionar legítimamente al deudor para que éste realice o deje de realizar una actividad
concreta.

4. EL PROCESO CAUTELAR

La tutela cautelar es una de las maneras de cumplir la finalidad que tiene el proceso. Sirve para asegurar al actor
que el derecho cuya tutela pide en la demanda, si es reconocido, podrá ser tutelado con la sentencia, tomando
para ello medidas aseguratorias del patrimonio del demandado o imponiendo una situación, hasta tanto termina
el proceso, que posibilite, en su caso, la ejecución posterior de la sentencia.

5. LA TERMINACIÓN ANTICIPADA DEL PROCESO

Excepcionalmente, el proceso puede terminar de forma precipitada, truncándose, por la voluntad directa o
indirecta de las partes, el devenir normal del procedimiento deviniendo innecesario o imposible jurídicamente la
terminación de este tras la tramitación completa y normal del procedimiento. En realidad, no terminan el proceso,
sino que precipitan la decisión que pone fin al proceso.

5.1. La renuncia a la acción

Art 20.1. LEC “Cuando el actor manifieste su renuncia a la acción ejercitada o al derecho en que funde su
pretensión, el tribunal dictará sentencia absolviendo al demandado, salvo que la renuncia fuese legalmente
inadmisible. En este caso, se dictará auto mandando seguir el proceso adelante”.

La renuncia es la declaración del actor por la que afirma que su pretensión es infundada (art. 20.1). Es una mera
declaración negativa sobre la existencia del derecho hecho valer en la demanda . Producida esta declaración, que
lleva implícita la renuncia a la tutela jurídica, el efecto inmediato que determina es la sentencia absolutoria con
autoridad de cosa juzgada, que se dicta sin necesidad de continuar el proceso, ya que siempre sería absolutoria
(art. 20.1). La renuncia supone un acto de disposición de la pretensión. La renuncia exige poder especial del
procurador, no bastando el general para pleitos (art. 25.2). No es necesario el consentimiento del demandado,
pues éste se beneficia del acto de renuncia.

5.2 El allanamiento

Artículo 21.1. LEC: Cuando el demandado se allane a todas las pretensiones del actor, el tribunal dictará sentencia
condenatoria de acuerdo con lo solicitado por éste, pero si el allanamiento se hiciera en fraude de ley o supusiera
renuncia contra el interés general o perjuicio de tercero, se dictará auto rechazándolo y seguirá el proceso
adelante.

El allanamiento es la figura inversa a la renuncia. El allanamiento es una manifestación del demandado con la que
muestra su conformidad con la petición contenida en la demanda; que se puede producir en cualquier momento
del proceso; es la declaración del demandado de que la demanda está jurídicamente fundada. El allanamiento es
una aceptación pura y simple de lo que se pide por el actor. Tener en cuenta:

● Que, una vez producido el allanamiento, el juez no tiene la posibilidad de valorar los hechos, pues éstos
quedan admitidos sin más por el simple hecho del allanamiento.
● Que la vinculación a los hechos no significa que el juez tenga que dictar sentencia según el tenor del
allanamiento; «el simple hecho del allanamiento no da derecho al actor a obtener una sentencia
favorable», pues el juez queda libre para examinar si existe una norma abstracta aplicable al caso, o si el
allanamiento se hace en fraude a la Ley, en perjuicio de terceros o del interés general (art. 21.1)
La Ley pone el límite del poder de disposición de las partes en la no violación de las normas de orden público
(cuando éste encubra pretensiones de actos ilegales o cuando suponga un fraude a la ley, o cuando se haga en
perjuicio de terceros). Si lo anterior sucediera, el juez no termina el proceso porque el demandado se haya
allanado; en esos casos, ordena su continuación por medio de un auto (art. 21.1). Es decir, para la Ley, el
allanamiento es una declaración de voluntad del demandado por la que se impone al juez dictar sentencia
condenatoria, siempre y cuando dicha declaración no suponga dejación ni violación de normas de orden público, o
suponga perjuicio para el interés general o para terceros. Se deduce que el allanamiento es la declaración del
demandado de que la demanda está jurídicamente fundada; pero ese acto jurídico sólo producirá efectos cuando
no esté viciado de nulidad radical, es decir, cuando no sea contrario al orden público, a las buenas costumbres o
esté dirigido en perjuicio de terceros.

Desde el punto de vista procesal, el allanamiento supone la disposición de la facultad de oponerse a la pretensión
del actor, por consiguiente, un acto exclusivamente procesal que no tiene trascendencia fuera del proceso. En
realidad, se trata de un acto de causación cuyo efecto directo es la terminación inmediata del proceso mediante
una sentencia condenatoria, por tanto, no cabe allanarse en aquellos procesos en los que se ventilan relaciones
jurídicas de ius cogens.

Este comporta la imposición de las costas al demandado, que tratan de evitar lo que puede ser la interposición de
demandas sin cubrir un mínimo de tiempo para siquiera intentar solucionar del litigio extraprocesalmente.

5.3 La transacción

Artículo 19.2 LEC: 2. Si las partes pretendieran una transacción judicial y el acuerdo o convenio que alcanzaren
fuere conforme a lo previsto en el apartado anterior, será homologado por el tribunal que esté conociendo del
litigio al que se pretenda poner fin.

Renuncia y allanamiento son actos procesales de parte que determinan el contenido de la sentencia, pero no la
evitan. La transacción evita la sentencia y pone fin al proceso, porque deja a éste sin objeto. Podríamos decir que
la “transacción es el negocio jurídico procesal cuyo objeto es la regulación de la relación jurídica litigiosa, en
orden a la composición del litigio, y que por ello tiene como efecto directo la extinción del proceso”.

Para que ponga fin al proceso debe ser hecha ante el juez, siendo parte misma del proceso; el juez homologa lo
querido por las partes (art. 19.2). Si se hace fuera del proceso, se hace valer en el mismo para obtener la condena
o la absolución, no es transacción judicial. Aun cuando se trata de un acto de naturaleza procesal, produce efectos
materiales en cuanto que regula la relación jurídica litigiosa conforme a la voluntad de las parte s, está sometida a
las condiciones generales de validez de los contratos y limitada por la capacidad de disposición del objeto procesal
que puedan tener las partes (art. 19.1).

Pero la transacción judicial no produce los efectos de cosa juzgada; porque dicha eficacia está reservada a los
actos judiciales decisorios en el fondo y, en último extremo, porque al estar sometida a la acción de nulidad, aun
cuando diéramos a la cosa juzgada un sentido no técnico jurídico, habría que concluir afirmando que no tiene un
carácter inmutable ni permanente. La transacción determina sólo y exclusivamente las relaciones jurídicas
interpartes, eficacia que nada tiene que ver con la de la cosa juzgada. Sí tiene eficacia ejecutiva, en cuanto que la
ley configura a la transacción como título de ejecución. Al producir el efecto de configurar las relaciones jurídicas
interpartes, no cabe transacción cuando las partes no tienen el poder de disposición sobre los derechos que
surgen de dicha relación, o cuando la prohíba la Ley o la limite por razones de interés general o en beneficio de
terceros (arts. 751.1 y 19.1).

5.4 El desistimiento

Artículo 20.2 y 20.3 LEC: 2. El demandante podrá desistir unilateralmente del juicio antes de que el demandado sea
emplazado para contestar a la demanda o citado para juicio. También podrá desistir unilateralmente, en cualquier
momento, cuando el demandado se encontrare en rebeldía.
3. Emplazado el demandado, del escrito de desistimiento se le dará traslado por plazo de diez días. Si el demandado
prestare su conformidad al desistimiento o no se opusiere a él dentro del plazo expresado en el párrafo anterior, por
el Letrado de la Administración de Justicia se dictará decreto acordando el sobreseimiento y el actor podrá promover
nuevo juicio sobre el mismo objeto. Si el demandado se opusiera al desistimiento, el Juez resolverá lo que estime
oportuno.

El desistimiento es la declaración unilateral de voluntad del actor por la que tiene por abandonado el proceso, sin
que ello suponga renuncia a la acción (art. 20.3.II). Es un acto de causación cuyo efecto es la terminación del
proceso por medio de una resolución en la instancia, en forma de decreto del LAJ que se denomina de
sobreseimiento1 y que deja imprejuzgado el fondo, o firme la sentencia de instancia cuando se desiste del recurso
interpuesto (art. 20.3).

En principio, es perfectamente válido sin necesidad de consentimiento del demandado; pero dado que la acción
queda imprejuzgada y, por consiguiente, puede ser reproducida con posterioridad, parece prudente que se
requiera el consentimiento del demandado cuando éste hubiese sido emplazado para contestar (art. 20.3), ya que
puede tener interés en que el proceso llegue hasta su fin y sea resuelto por sentencia con autoridad de cosa
juzgada. Si el demandado se opone al desistimiento, el juez resolverá lo que estime oportuno; pero si ese interés
no existe, porque el demandado no ha sido emplazado o porque no se haya personado y esté en rebeldía 2(art.
20.2), el desistimiento es unilateral (art. 20.2).

El desistimiento requiere poder especial (art. 25.2). En la práctica, el desistimiento normalmente es una
consecuencia de la transacción extrajudicial a la que hayan podido llegar las partes.

5.5 La caducidad de la instancia

Artículo 237.1: Se tendrán por abandonadas las instancias y recursos en toda clase de pleitos si, pese al impulso de
oficio de las actuaciones, no se produce actividad procesal alguna en el plazo de dos años, cuando el pleito se halle
en primera instancia ; y de uno, si está en segunda instancia o pendiente de recurso extraordinario por infracción
procesal o de recurso de casación.

Cuando tramitándose el proceso pasa un tiempo de inactividad de las partes lo suficientemente amplio como para
pensar que el litigio se ha arreglado por otros medios o que la sentencia ni es necesitada ni querida por ninguna de
las partes; el tiempo determinado por la ley (art. 237) es de 2 años para la primera instancia, 1 año para la segunda
instancia y para los recursos de infracción procesal y de casación; en trámite de ejecución no caduca el proceso en
ningún caso (art. 239). La inactividad se ha de contar desde la última notificación judicial hecha a las partes (art.
237.1) y debe deberse a omisión voluntaria de actos de parte. La caducidad de la instancia se acuerda por decreto
del LAJ (art. 237.2) y siempre de oficio.

El efecto de la caducidad es la terminación del proceso, produciéndose un efecto similar al desistimiento si la


caducidad se produce en primera instancia, y adquiriendo firmeza la sentencia recurrida si la caducidad se
produce en segunda instancia o en trámite de recurso extraordinario (art. 240). Producida la caducidad en primera
instancia cada parte se hará cargo de las costas por ellas causadas y las comunes por mitad. La terminación del
proceso en primera instancia por caducidad deja imprejuzgada la acción que podrá ejercitarse de nuevo si
conviene al actor, se entiende que lo que ha habido es un desistimiento (art. 240.1).

Enervación del desahucio art 22: Cuando, por circunstancias sobrevenidas a la demanda y a la reconvención, dejare
de haber interés legítimo en obtener la tutela judicial pretendida, porque se hayan satisfecho, fuera del proceso, las
pretensiones del actor y, en su caso, del demandado reconviniente o por cualquier otra causa, se pondrá de
manifiesto esta circunstancia y, si hubiere acuerdo de las partes, se decretará por el Letrado de la Administración de
Justicia la terminación del proceso, sin que proceda condena en costas.

1 auto por el que se termina el procedimiento sin decisión sobre el fondo del asunto
2 quien no se ha presentado en tiempo y forma, que puede personarse posteriormente en el proceso en cualquier momento
6. LA PARALIZACIÓN DEL PROCESO

6.1. Interrupción y suspensión del proceso

El proceso puede sufrir paralizaciones que pueden provenir de interrupciones por circunstancias ajenas a la
voluntad del juez y de las partes, o de suspensiones acordadas de oficio o a instancia de parte.

La interrupción afecta al acto concreto que se ve sometido a ella, pudiéndose realizar cualquier otro acto procesal
que no se vea afectado; la consecuencia es, pues, que el juez fijará un nuevo término para la realización del acto
que fue interrumpido. La interrupción ni es formalmente acordada ni formalmente terminada, no requiriéndose
acto formal del juez comunicando ni comienzo ni el alzamiento de la misma. Implicará, en muchos casos, nuevo
señalamiento.

La suspensión, por el contrario, supone la paralización formal del proceso por un acto del LAJ en forma de decreto,
de oficio o a instancia de parte, y por causas establecidas previamente en la ley o por la voluntad concorde de
ambas partes (art. 19.4). El efecto inmediato es la interrupción de todos los plazos pendientes de cumplimiento,
que se reanudarán cuando se levante la suspensión y la ineficacia de todos los términos señalados previamente
que sufran los efectos de la suspensión. Esta se levanta de oficio o a instancia de las partes cuando ha
desaparecido la causa formal de suspensión. Durante el período en que el proceso está suspenso no tienen eficacia
alguna los actos que puedan realizarse por el juez o por las partes. La suspensión a instancia de parte no durará
más de sesenta días, y no se producirá, aún solicitado por ambas partes, cuando vaya en contra de los intereses
generales o produzca perjuicio a tercero (art. 19.4), esta debe solicitarse durante la audiencia previa para
someterse a mediación o arbitraje.

6.2. Supuestos de suspensión

El proceso puede ser suspendido en cualquier momento de su tramitación, y cabe, desde el punto de vista del
análisis que estamos haciendo de la institución, diferenciar las suspensiones que se produzca en el acto de la vista o
del juicio, y aquellas otras que se pidan y se acuerden en momentos distintos.

Art 188: Causas de suspensión de las vistas

1. Por impedirla la continuación de otra pendiente del día anterior.


2. Por faltar el número de magistrados necesario para dictar resolución o por indisposición sobrevenida del
juez o LAJ, si no pudiere ser sustituido.
3. Por solicitarlo de acuerdo las partes, alegando justa causa a juicio del secretario.
4. Por imposibilidad absoluta de cualquiera de las partes citadas para ser interrogadas en el juicio o vista,
siempre que tal imposibilidad, justificada suficientemente, a juicio del secretario, siempre que tales hechos
se hubiesen producido cuando ya no fuera posible solicitar nuevo señalamiento conforme a lo dispuesto
en el art. 183.
5. Por muerte, enfermedad o imposibilidad absoluta del abogado de la parte que pidiere la suspensión,
justificadas suficientemente, a juicio del secretario, siempre que tales hechos se hubiesen producido
cuando ya no fuera posible solicitar nuevo señalamiento conforme al art. 183.
6. Por tener el abogado defensor dos señalamientos de vista para el mismo día en distintos tribunales,
resultando imposible, por el horario fijado, su asistencia a ambos, siempre que acredite que, al amparo del
art. 183, intentó, sin resultado, un nuevo señalamiento que evitara la coincidencia. Tendrá preferencia la
vista relativa a causa criminal con preso y, en defecto de esta actuación, la del señalamiento más antiguo, y
si los dos señalamientos fuesen de la misma fecha, se suspenderá la vista correspondiente al procedimiento
más moderno. No se acordará la suspensión de la vista si la comunicación de la solicitud para que aquélla
se acuerde se produce con más de tres días de retraso desde la notificación del señalamiento que se reciba
en segundo lugar. A estos efectos deberá acompañarse con la solicitud copia de la notificación del citado
señalamiento.
7. Por haberse acordado la suspensión del curso de las actuaciones o resultar procedente tal suspensión de
acuerdo con lo dispuesto por esta Ley. En estos casos, la suspensión acordada por el LAJ es notificada a las
partes personadas, y a las personas que deberían haber intervenido en el acto de la vista (art. 188.2);
dando lugar a un nuevo señalamiento para la nueva vista, que se llevará a cabo tan pronto como haya
desaparecido el motivo que determinó la suspensión (art. 189).

Fuera de la regulación de la suspensión de la vista, nuestra Ley establece distintos supuestos de suspensión del
proceso, a los que da un tratamiento particular; así por ejemplo:

a) En la declinatoria, el planteamiento de la cuestión determina la suspensión del proceso, que se acordará


de oficio por el LAJ (art. 64.1). Esta suspensión se levanta cuando la cuestión ha sido definitivamente
zanjada. Pero el juez del proceso podrá durante ese tiempo acordar a instancia de parte las actuaciones
que sean necesarias y cuya dilación podría deparar perjuicios irreparables (art. 64.2).
b) En los supuestos de acumulación (art. 84.2), la suspensión, acordada por el LAJ, se produce en los pleitos a
que se refiera, desde que se acuerde formalmente la acumulación. La petición de acumulación sólo
produce la suspensión del proceso en el que se pide; la suspensión del proceso que se pretende acumular
sólo se produce cuando se notifica al juez el oficio reclamándole los autos. La suspensión se levanta cuando
se resuelve definitivamente la cuestión de la acumulación.
c) En los supuestos en que se origine una causa prejudicial excluyente, en modo que la decisión del pleito
dependa de la resolución de esta cuestión, la ley prevé la suspensión del pleito principal, en lo establecido
en el art. 40.2, 3, 4, 5 y 6; cuando la decisión del pleito dependa exclusivamente de la existencia de un
delito no se suspende el proceso sino el término para dictar sentencia y hasta la terminación de la causa
criminal. En los supuestos de cuestiones de inconstitucionalidad, el art. 35 de la LOTC no impone la
suspensión del proceso, sino la del término para dictar sentencia, lo que ocurre también cuando la
cuestión prejudicial se refiere a la falsedad de documentos aportados al proceso civil, siempre que sean de
influencia notoria en el pleito; el art. 40.4 establece que se suspenderá el proceso hasta tanto no recaiga
resolución firme en la causa criminal.
d) En determinados supuestos de cesación del procurador en su representación (art. 30) se produce por
fuerza la suspensión del proceso; excepto en los supuestos en los que el procurador cesa en su
representación porque se ha concluido el pleito, por una u otra causa, el cese del procurador en su
representación trae como consecuencia la suspensión del proceso por el tiempo que determine el LAJ, al
efecto de que la parte otorgue el correspondiente poder de procuradores. La suspensión viene motivada
por la falta de poder de postulación sobrevenida que sufre una de las partes. La suspensión en estos casos
debe decretarse por resolución del LAJ y levantarse por medio de igual resolución una vez desaparecida la
causa o transcurrido el tiempo determinado por el LAJ.
e) En otros supuestos, lo que se suspende no es tanto el proceso como el acto concreto; es, por ejemplo, el
supuesto que ya conocemos de suspensión del término para dictar sentencia recogido en los artículos
434.2 y 436.2 LEC y en el art. 35 de la LOTC; es también el caso de la suspensión del término para dictar
sentencia en los supuestos de recusación (art. 109.4).
f) Por último, en los supuestos en los que se plantean cuestiones incidentales de previo pronunciamiento, se
suspende la tramitación del proceso hasta tanto no son resueltas dichas cuestiones (art. 390).

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