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ESTADO SOCIAL DE DERECHO

Un Estado Social y de Derecho es un Estado en el que, realmente, todo lo preside la


ley.

Nadie puede considerarse por encima de la ley. Y la ley la elaboran, la corrigen y la


perfeccionan los Diputados del Congreso que, a su vez, vigilan al Poder encargado de
hacerla cumplir.

El Estado Social de Derecho, puede ser definido entonces como el Estado que
garantiza estándares mínimos de calidad de vida para sus coasociados (mínimo vital,
para vivir en condiciones de vida digna) asegurados para todos los ciudadanos bajo la
idea de derecho y no simplemente de caridad
En el desarrollo político del país, es necesario producir una serie de figuras o
instituciones sociales que en última instancia puedan fortalecer la unidad nacional,
asegurar que sus pobladores gocen del derecho a la vida, convivan en armonía,
trabajen con equidad, que sea una sociedad más justa en la cual todos nos veamos
beneficiados sin importar nuestras diferencias sociales ni económicas, de esta forma
influyendo para obtener una justicia social y a combatir las necesidades insatisfechas
de la población. Combatiendo la desigualdad siendo todos iguales ante la ley y el
resentimiento que en la mayoría de los casos se debe a la falta de oportunidades, y a
una riqueza mal distribuida.

En consecuencia, un estado de derecho social no solo busca ayudar a este grupo


vulnerable más popular, sino que también busca garantizar la igualdad que
mencioné para que todos seamos iguales ante la ley.
Aquí lo difícil es caminar hacia la realidad. Siempre hablamos de la justicia de papel
que existe en nuestro país, y por alguna razón parece imposible deshacerse de esta
justicia de papel. Lo cierto es que nuestro país cuenta con los instrumentos legales
para concretar estos fundamentos legales necesarios para el adecuado
funcionamiento de la sociedad. Sin ellos, la desigualdad sería más severa y los
desacuerdos entre las poblaciones menos favorecidas serían mayores.
Quizás el método sociológico nos ha llevado a la conclusión de que la actual
generación gobernante y los ciudadanos de a pie no tienen otra solución que esperar
a que ya no existan en este mundo. La esperanza estará entre los nuevos
ciudadanos: niños y jóvenes con nuevos valores que buscan crear una sociedad
nueva y más justa.

Nadie sabe la verdad de lo que verdaderamente va a pasar, pero lo que sí sabemos


es que debemos destacar lo que está sucediendo. Es decir, aquellos
comportamientos o prácticas (incluida la corrupción) que violan el principio de buena
fe y otros valores. En mi opinión, nuestro sistema legal se basa en el principio de
protección y está diseñado para proteger a las personas de un trato injusto. Creo que
en la actualidad esto protege excesivamente a los delincuentes, lo que nos es
perjudicial (incluyendo el abuso policial).
Si viviéramos en una época diferente con un Estado ideal el cual priorizara los
principios y derechos estipulados en la constitución, posiblemente allí el sistema
garantista funcionaría, pero bajo las circunstancias en las que actualmente vivimos,
es muy difícil y poco probable que esto ocurra.
Creo firmemente que, solo enfatizando los programas educativos con jóvenes y
nuevas generaciones, podemos revertir esta situación. Existe un mecanismo legal.
Lo que sucede es que la gente (una parte de la población, para no caer en la
generalización) no respeta las leyes y los reglamentos y, a veces, las instituciones
legales son demasiado laxas a la hora de imponer castigos y liberar a los
delincuentes, sin ignorar el hecho de que nuestras cárceles no pueden hacer frente a
los asuntos de ocupación.
No podemos seguir comportándonos como fuera de lugar y salirse con la nuestra. En
efecto, el país no es todo viento en popa, sino para movernos por el camino de la
paz y el progreso y mejorar la calidad de vida de los colombianos, una unión leal,
eficiente y duradera entre los colombianos. El estado es necesario y está sujeto a su
jurisdicción.

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