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C.A.

de Temuco
Temuco, doce de junio de dos mil veinte.
VISTOS:
1) Que, comparece don Iván Gonzalo Pradenas Valencia,
industrial, Paola Karina Durr Bravo, empleada, Gonzalo Tom ás
Pradenas Durr ingeniero civil industrial y Danila Francisca Alanis
Álvarez, empleada, en representación de su hija menor Dominga
Pradenas Alanis. nacida el 7 de marzo del año 2013, todos con
domicilio para estos efectos en Varas 989 oficina 1801 de la Ciudad
Temuco, interponiendo recurso de protección en contra de Alejandro
Barra Castillo, Marcela Ivonne Parra Veloso, Sebasti án Alejandro
Barra Parra y Carla Andrea Alejandra Barra Parra, ignoramos
profesiones u ocupaciones, todos con domicilio en Los Renos 02030
Villa Trianon, Temuco, en razón de los hechos que pasamos a
describir.
Con motivo de una acusación que ha surgido en contra de
Martín Pradenas Durr, nuestro hijo, hermano y padre de la menor, a
propósito del suicidio de Antonia Barra Parra sindic ándosele como
autor de delitos sexuales asociados a esta muerte, se ha producido una
grave, intensa, repetitiva y masiva mediatización en las redes sociales
que se ha traducido en un acoso permanente por medio de mensajes,
carteles, graffitis y ataques denominados fu ñas que han involucrado
recta y concretamente nuestra seguridad y vida personal, al
convertirnos en blancos de activistas, manifestantes y desquiciados que
dan como hecho cierto la comisión de un delito de violaci ón como
causa directa de la muerte de esta persona, estimul ándose ilegalmente
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estas expresiones de odio, desprecio e inculpación al vincularnos con


los hechos materia de la acusación.
En efecto, existen abundantes publicaciones en las redes sociales
y en los muros de la ciudad de Temuco en que se promueve la
persecución de nuestras personas, se señalan nuestros bienes y nuestras
direcciones vinculándonos a la condición de violador que arbitraria,
ilegal e inciertamente se le atribuye a nuestro hijo, hermano y padre,
toda vez que el procedimiento investigativo se encuentra en pleno
curso, con distintas diligencias encaminadas por el Ministerio P úblico
para establecer la verdad, que según los indicios, pruebas videograficas
y testimonios, no permitirían configurar la comisión del il ícito aquel y
mucho menos vincular el suicidio a esta circunstancia.
En este plano es entonces donde se ven afectados nuestros
derechos constitucionales por la multiplicidad de amenazas, exposici ón
pública injusta e ilegal de que hemos sido objeto desde que el padre de
la occisa, su cónyuge y sus hijos han encaminado su accionar de
manera compulsiva, reiterativa y expansiva a conseguir apoyo de redes
sociales, medios de comunicación y concentraciones públicas masivas,
para reclutar adhesión a su causa en la que los suscritos no tienen
relación directa y más bien se nos ha puesto en la condici ón de sufrir
de estos males con afectación constitucional clara, considerando que la
imputación que estas personas dirigen a quien acusan, est án siendo
materia de investigación sin una resolución emitida por sentencia
ejecutoriada ni mucho menos.
Específicamente, y conforme se demuestra con los documentos
acompañados, se comprueba claramente que los recurridos han
canalizado sus sentimientos, creencias e impulsos expresando y
ejecutando actos dañinos y agresivos, al punto que tememos por
nuestra seguridad y el derecho que tenemos a una vida pac ífica o al
menos normal. En todos estos actos han participado activamente los
recurridos dando conferencias de prensa, concurriendo a programas
bajo el formato de matinales y reportajes que han conseguido en su
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causa, y concretamente en lo más grave, organizando marchas o


concentraciones públicas, distribuyendo panfletos y carteles, alentando
el odio sobre nuestras familias o bien creando una red cibern ética de
amedrentamiento (cuestión de la que nos haremos cargo en el futuro
cuando se esclarezcan los hechos bajo la tipificaci ón de los delitos que
en ese sentido y en tal escenario se cometen).
Estas acciones por parte de los recurridos se han producido de
manera directa y personalmente en todos y cada uno de los lugares
donde estos atentados contra nuestra honra y seguridad se han
producido, y más bien más que asistir a ellos, los han organizado y
comandado, como consta de múltiples documentos gráficos.
a) El caso de la menor Dominga Pradenas Allanis. La menor de
actualmente seis años de edad es hija de quien aparece como imputado
en este oscuro caso, y ha aparecido su rostro en las redes sociales en
fotografías con opiniones y amenazas respecto de su persona para
hacerla aparecer como la descendencia de un violador.
b) El caso del padre y de la madre de Mart ín Pradenas. Los
recurridos han promocionado por redes sociales referencias de nuestro
domicilio, las actividades que tenemos, nuestro negocio y otra serie de
antecedentes para conseguir que los manifestantes vayan a desahogarse
a esos lugares, entre esos y personalmente la recurrida Marcela Ivonne
Parra Veloso la que se presentó en nuestro taller en manifestaciones el
día 21 de noviembre pasado exhibiendo fotografías y gr áficos en
poleras o camisetas y pancartas acerca de la joven que se suicid ó, e
imputándonos a viva voz su responsabilidad en el hecho, entonando
cánticos y profiriendo gritos frente al local.- También a lo menos en
tres oportunidades los recurridos han citado por redes sociales a
concentraciones en la plaza de Temuco en donde especialmente el
recurrido Alejandro Barra ha hecho discursos públicos llamando al
odio sobre el presunto culpable de la situaci ón de su hija extendiendo
sus expresiones sobre nuestra familia, especialmente en t érminos que lo
ocurrido tiene como única fuente la mala educación que habr ía
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recibido el supuesto hechor, imputándosenos expresamente una


conducta deleznable como padres y no ejercer el debido control sobre
su persona.
c) El caso de Tomás Pradenas Durr, en este caso y por haber
contestado un requerimiento de la prensa que ha hecho extraordinario
caudal del asunto, defendiendo a su hermano, fue amenazado de funa
en su establecimiento ubicado en el sector Fundo el Carmen, lo que en
definitiva se vino materializar durante dos días seguidos al menos, el
día 6 de diciembre del año en curso y el d ía 7 de diciembre siguiente,
cuando una turba de desadaptados a pretexto de una velaton citada
por los recurridos para pedir justicia para Antonia Barra, cerraron la
calle, destrozaron vidrios, pintarrajearon el frontis con letreros en
calidad de encubridor y violador y destruyeron la fachada de este local
comercial con gigantescas pérdidas materiales y el terror de los clientes
y trabajadores que en ese momento se encontraban en el lugar. Ya
antes habían concurrido una acción extraña de la madre de la occisa
citándose con un grupo de personas para pedir un delivery de comida
japonesa, y como no la conocían le preguntaron acerca del lugar
donde debía despacharse este pedido, contestando la recurrida Marcela
Ivonne Parra Veloso que deseaba que le enviaran el pedido al Parque
del sendero, que suponemos se trata del lugar donde se encuentra
sepultada su hija, al mismo tiempo que exhib ía una camiseta con el
rostro de la suicida, procediendo sus acompa ñantes a levantar letreros,
carteles y pancartas con la siguiente conmoción del p úblico presente y
de los empleados del local que actualmente no siente ninguna
seguridad para seguir en sus puestos de trabajo.
Para lograr su objetivo ilegal, y abusivo, los recurridos han
concurrido específicamente en el caso de Sebastián Alejandro Barra
Parra y Carla Andrea Alejandra Barra Parra a inundar las redes
sociales de acusaciones, insultos y fantasías sobre la culpabilidad de
Martín Pradenas en el episodio de delito sexual que sostienen habr ía
sucedido, y en el caso del recurrido Alejandro Barra ha abordado
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activamente esta causa haciendo declaraciones y consiguiendo


reportajes en matinales y noticieros de los canales de TV, canal 13,
Chile visión, Televisión Nacional y otros regionales, con más lo profusa
red de blogueros en Chile y otros países donde han conseguido instalar
la idea que todo está resuelto que efectivamente él imputado es total y
absolutamente culpable del delito que se le imputa, dicha actividad
pudiese entenderse hipotéticamente sobre la base de la libertad de
opinión y de información, pero se termina comprobando que ello no es
efectivo por la organización de esta marchas recurrentes (al menos
cinco de que interpuso la denuncia) que abarcan actos que exceden
con mucho la libertad de expresar opinión condenando una persona
antes del juicio, y condenando a la familia y sus cercanos a soportar
este tipo de acosos. Sólo a modo de ejemplo y con independencia de la
abundante participación de Alejandro Barra en cuanto matinal,
noticiario y reportaje a los que se ha subido dando detalles siniestros,
inexactos y tendenciosos de los hechos investigados, el d ía martes 3 de
Diciembre convocó junto con su cónyuge la recurrida Marcela Parra a
una segunda o tercera marcha en el centro de la ciudad de Temuco
para pedir justicia por la occisa, oportunidad en la cual en plena v ía
pública, con parlantes y de viva voz, aseguró no s ólo la culpabilidad de
Martín Pradenas, sino que además dio una lección p ública acerca sus
atributos de padre ejemplar para contrastarlo con la educaci ón de
nuestro hijo criticando abiertamente nuestro desempeño como padres
pretendiendo demostrar que fue esto lo que habr ía causado la muerte
de su hija.
De esta manera los recurridos han abusado de la sensibilidad
publica exhibiendo en todos los medios de prensa hipótesis sobre el
hecho, imaginando estados de ánimo de la occisa, inventando
amenazas inexistentes y divagando perdidamente sobre circunstancias
que discurren desde modus operandi, personalidad psicop ática,
violación grupal o incluso el uso de drogas, consiguiendo horrorizar a
los conductores, comentaristas y opinólogos de estas exhibiciones
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públicas del asunto, especialmente en el formato de programa


denominado "matinales" donde se observan la descontrolada reacci ón
de estos personajes en la pantalla generándose escenas histriónicas de
sentimientos de apoyo, conmiseración y solidaridad expres ándose
recíprocamente con desprecio por quien resulta aludido como autor de
estos horrores y muchos otros, concitando a nivel nacional e incluso en
otros paises sentimientos de ira y odio en contra de la familia de lo que
parece ser televisivamente un leviatán.-
En suma, es sólo la actividad y acciones de estas personas, lo que
ha provocado que actualmente los recurrentes nos encontremos en una
posición desmedrada, frágil y peligrosa en cuanto a seguridad, honor y
nuestras actividades normales en el hogar y empresas, lo que nos hace
temer, a partir de los hechos que ya se han verificado, que hay una
abierta, definitiva y determinante intervención de los recurridos
afectando los derechos que la Constitución nos asegura, tanto en el
plano de la seguridad personal, nuestros bienes, y el honor, toda vez
que estas personas se han anticipado al procedimiento de investigaci ón
y juicio que en definitiva establecerá cual en la responsabilidad real de
aquel a quien acusan conformando también ilegal y arbitrariamente su
acción a la hipótesis que quieren asentar con violencia y esc ándalo
mediático que Martín Pradenas es culpable.
Afectación de los derechos constitucionales que dan lugar a este
recurso.
Lo que se ha relatado en esta presentación, respaldado
inequívocamente con la abundante evidencia fotográfica y videogr áfica
que se acompaña, demuestra inequívocamente que por la acci ón de los
recurridos se han vulnerado los derechos de los recurrentes previstos en
la Constitución Política del Estado en las siguientes materias:
Articulo 19 N° 1o.- El derecho a la vida y a la integridad física y
psíquica de la persona. Artículo 19 N° 4°.- El respeto y protección a la
vida privada y a la honra de la persona y su familia, y asimismo, la
protección de sus datos personales. El tratamiento y protecci ón de estos
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datos se efectuará en la forma y condiciones que determine la ley; 21 °.-


El derecho a desarrollar cualquiera actividad económica que no sea
contraria a la moral, al orden público o a la seguridad nacional,
respetando las normas legales que la regulen.
Por lo anterior, pide se acoja el recurso y se resuelva:
a) Que los recurridos deben abstenerse de divulgar datos y
antecedentes de los recurrentes, tanto de sus personas como de sus
domicilios y lugares de trabajo.
b) Que deben abstenerse de estimular odio e ira por medio
de la divulgación de carteles y graffitis o bien exhibir o divulgar con
publicidad elementos de la investigación la causa RUC 1901118755-5
con ese propósito.
c) Que se le prohíba a los recurridos citar, convocar, asistir o
promover actos públicos de expresión de odio o ira en contra nuestra o
indirectamente en contra de Martin Pradenas.
d) Que se le prohíba a los recurridos directamente o por
intermedio interpósita personas acercarse a nuestros domicilios.
e) Que deben pagar al menos dada la gravedad de los
atentados relatados en este recurso, la costa de presente recurso.
2) Que, comparecen evacuando informe los recurridos Alejandro
Alberto Barra Castillo, C.N.I. Nro. 9.870.807-3, chileno, casado,
Profesor, Marcela Ivonne Parra Veloso, C.N.I. Nro. 10.867.054-1,
chilena, casada, Profesora Diferencial, Sebastián Alejandro Barra Parra,
C.N.I. Nro. 16.736.678-1, chileno, soltero, Licenciado en Ingeniería de
Recursos Naturales Renovables y Carla Andrea Barra Parra, C.N.I.
Nro. 16.217.230-1, chilena, soltera, Licenciada y egresada en
Enfermería, todos domiciliados en Los Renos Nro. 02030 Villa
Trianón, Temuco.
En primer término, es nuestro deber señalar que no tenemos
relación alguna con las personas recurrentes por lo que nos ha
resultado sorprendente y ofensivo el recurso de protecci ón presentado
por éstos en contra nuestra. Antes de la dolorosa muerte de nuestra
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hija y hermana, Antonia Barra Parra, y conocer sus testimonios de


manera póstuma en que sindicaba a Martín Pradenas como violador,
no conocíamos ni teníamos referencia alguna sobre estas personas.
Asimismo, no podemos dejar de señalar que nos hiere
profundamente tener que emitir un informe a causa de esta acci ón
constitucional, pues nos resulta evidente que este recurso es un intento
indebido de manipulación de altos órganos jurisdiccionales por parte de
los recurrentes, familiares directos de Martín Pradenas, representados
por el abogado defensor de éste, en la que torcidamente se pretenden
revestir de una calidad de víctima por supuestos actos ilegales o
arbitrarios que nos imputan —sin pruebas de ning ún orden — los que
afectarían supuestos derechos constitucionales que sólo ligeramente
mencionan, sin análisis de ningún tipo. Se pretende, con estulticia,
construir una situación en que ellos serían víctimas de nosotros. Tan
grosera distorsión de la verdad obedece más bien a una lógica o
estrategia de defensa del imputado para inhibir a nuestra familia Barra
Parra y al movimiento social de denuncia y protesta, que
espontáneamente se ha generado en Temuco, en defensa de la
dignidad de la mujer y de velar por la Verdad y la Justicia en todos los
casos de abusos sexuales de que son víctimas tanto hijas y hermanas en
nuestra sociedad. Cuando denunciamos al Ministerio Público el caso de
Antonia no sabíamos, ni nunca pensamos, que podía haber tantas otras
niñas y jóvenes agredidas por el mismo sujeto. Con dignidad y respeto
por la memoria de nuestra hija y hermana Antonia, y de todas aquellas
que han sido víctimas de acciones similares, que consideramos delitos,
no nos detendremos en nuestra lucha por Justicia para Antonia, tanto
en el ámbito jurisdiccional como social; medios legítimos para contener
esta forma de abuso a la intimidad y dignidad de la mujer,
aprovechándose, a sabiendas, del dolor y vergüenza social que significa
denunciar este tipo de delitos.
El despertar de las conciencias sobre esta materia es notable y
esperanzador y ejemplo de ello es la representación, a modo de
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cantata, de una creación de artistas chilenas (Las Tesis] que recorren


hoy el mundo entero y la acción emprendida por la Dirección
Estudiantil de la Universidad de La Frontera [UFRO] de denuncia en
que ha incorporado, entre otras, el caso de Antonia, son dejar de
mencionar el texto literal del homenaje púbico efectuado en el aula de
la universidad Mayor donde destacan cualidades personales y
académicas de Antonia como una joven ejemplar, como consta de
documento que se acompaña.
RESPECTO DE LOS HECHOS DENUNCIADOS EN EL
RECURSO
“En efecto, existen abundantes publicaciones en las redes sociales
y en los muros de la ciudad de Temuco en que se promueve la
persecución de nuestras personas, se señalan nuestros bienes y nuestras
direcciones vinculándoles a la condición de violador que arbitraria,
ilegal e inciertamente se le atribuye a nuestro hijo, hermano y padre,
toda vez que el procedimiento investigativo se encuentra en pleno
curso, con distintas diligencias encaminadas por el Ministerio P úblico
para establecer la verdad, que según los indicios, pruebas video gr áficas
y testimonios, no permitirían configurar la comisión del il ícito aquel y
mucho menos vincular el suicidio a esta circunstancia.”
Sobre la base de la afirmación precedente se construye este
artificio legal, pero incluso, de existir tales hechos en que “promueve la
persecución de nuestras personas, se señalan nuestros bienes y nuestras
direcciones vinculándonos a la condición de violador que arbitraria,
ilegal e inciertamente se atribute a nuestro hijo ”, lo m ínimo exigible
para cualquier persona que decide dirigirse judicialmente contra
determinadas personas, es acreditar que tales actos son de autor ía y/o
responsabilidad de los recurridos, situación que no se da en la especie,
toda vez que los recurridos no son los que han causado los da ños, ni
difamaciones de ninguno de los recurrentes.
Nada de lo que se afirma en relación a las redes sociales y los
muros de la ciudad de Temuco es atribuible a nuestra familia. Ello es
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falso y un intento de deformación intencionada de la realidad. Nosotros


somos responsables de la página de Facebook que se denomina Justicia
para Antonia, siendo los administradores de esta, do ña Carla Barra
Parra y don Sebastián Barra Parra, la cual Comenz ó a funcionar el 27
de octubre de 2019, es decir dos semanas despu és de la muerte de
nuestra hija y hermana Antonia. El objeto de la página web es expreso
y lo sintetiza su nombre Justicia para Antonia, cuya descripci ón se ñala
públicamente: “Esta página tiene como objetivo informar y recibir
antecedentes respecto a #JusticiaparaAntonia. Invitamos a participar
entregando cualquier información o actividad relacionada con nuestra
hija.”
Por la naturaleza, este medio tecnológico es de libre acceso, no
sólo para leer, sino también para escribir, pudiendo cualquier persona
insertar su opinión en ella. Cabe destacar que la recurrente do ña Paola
Dürr Bravo, madre de Martín Pradenas (Quien no es recurrente en
estos autos], comenzó a seguir el perfil personal de la red social
Facebook de nuestra hija Carla Barra despu és de que ANTONIA
falleciera, con el fin de poder estar ella al tanto de las publicaciones y
obtener información de las actividades relacionadas con el caso de
Justicia para Antonia.
Además, son los propios recurrentes quienes tienen sus perfiles de
redes sociales con fotografías personales y familiares, igualmente de
libre acceso al público. Nosotros como familia Barra Parra no somos
seguidores de sus perfiles ni hemos utilizado ni modificado sus
fotografías. Las imágenes que circulan en las redes sociales han sido
viralizadas por TERCEROS que nada tienen que ver con nosotros, los
que han accedido a las páginas de los recurrentes.
El caso de nuestra hija y hermana ha conmovido a la opini ón
pública regional, nacional e internacional. Es y ha sido un tema de
interés público, y en buena hora. Esto nos ha obligado a asumir roles
que nunca en nuestras vidas habíamos pensado, como es el ser invitado
a reportajes televisivos o responder a entrevistas de medios de
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comunicación. Los medios siempre han tratado de ser ecu ánimes en la


información y ha sido entrevistado, por ejemplo, el recurrente Gonzalo
Tomás Pradenas Dürr, Marcela Quiñones (cónyuge de Luis Pradenas
Valencia, hermano del recurrente], su hijo Rodrigo Morales, sin
mencionar al abogado patrocinante de este recurso, Gaspar Calder ón,
defensor de Martín Pradenas Dürr, quien tambi én ha dado entrevistas
en televisión, radio y prensa escrita. Asimismo, el propio Mart ín
Pradenas ha dado entrevista a medios como Libertad Digital. Ser ía
completamente absurdo que nosotros pretendiésemos callar la libre
expresión de sus opiniones, aunque no las comparti ésemos en absoluto,
a pesar que también hemos recibido mensajes inapropiados,
desafortunados e hirientes realizados de cuentas que apoyan a la
defensa. Sería afectar un derecho fundamental como es la libertad de
opinión, sin censura previa, sin perjuicio de las eventuales
responsabilidades que pudiesen afectar al opinante.
Este recurso lo que persigue es censurar la libertad de expresi ón,
prohibir la libre asociación y participación en reuniones pac íficas de
ciudadanos. Si alguna pudiese ser crítica, que rompiese, por ejemplo,
los límites del orden público, es un tema de policía en el peor de los
casos.
INEXISTENCIA DE VULNERACIONES DE LOS
DERECHOS FUNDAMENTALES DE LA RECURRENTE
La prueba evidente de la impropiedad y torcida intención en la
presentación de este recurso de protección es que, de los antecedentes
acompañados a esta causa de protección, los recurridos no tienen
participación alguna. Sólo este hecho bastaría para rechazar sin m ás
este recurso. Es lo que en derecho se denomina la falta de legitimaci ón
pasiva. Jamás renunciaremos a nuestra petición fundamental: “Justicia
para Antonia” y para ello hemos denunciado los delitos de que ella fue
víctima, nos hemos querellado contra el familiar directo de los
recurrentes don Martín Pradenas Dürr y cooperaremos con el órgano
responsable de la investigación (MINISTERIO PUBLICO] como
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también, con los Tribunales de Justicia responsables de administrar


justicia.
De lo que se dice en redes sociales, demás est á decir que cada
cual es responsable de lo que dice. De lo que se diga en medios de
comunicación social, cada cual es responsable de lo que diga. Si se
estima que se ha transgredido el estado de derecho, est án las acciones
penales de injurias o calumnias y aquellas que regulan a los medios de
comunicación. Lo que se escriba en los muros de la ciudad de
Temuco, también corresponde a terceros. Sin embargo, la acci ón de
protección no resulta procedente en las especie de los hechos, ni la v ía
idónea para los propósitos de los recurrentes, debiendo rechazarse el
recurso. Agradecemos infinitamente el apoyo ciudadano que hemos
recibido como personas y como familia. Nos acompaña y fortalece en
el dolor.
Valoramos que la sociedad en forma viva manifieste su repudio
al abuso contra la mujer y su dignidad como tal y persona. Eso honra
al pueblo de Chile y no puede ser motivo de persecuci ón como
pretenden los recurrentes Iván Pradenas, Paola Dürr, Tom ás Pradenas
Dürr y Danila Alanis Álvarez.
En relación a Tomas Pradenas, los recurrentes admiten que es
“la prensa que ha hecho extraordinario caudal del asunto, defendiendo
a su hermano”, pero OMITE señalar que son las palabras soberbias de
este recurrente las que repudia la opinión pública, al declarar a un
medio de televisión que los hechos denunciados son “un tongo, un
circo y un show”. En este sentido, sobre los reclamos de los recurrentes
de información esparcida por los medios de prensa, es imperante
diferenciar lo que se regula en forma especial en la Ley N ° 19.733,
sobre Libertades de Opinión e Información y Ejercicio del Periodismo.
Los diferentes medios de prensa desarrollan programas informativos,
perteneciente a los géneros tradicionales del periodismo noticia y
reportajes. Los programas se basan en investigaciones period ísticas
realizadas con total rigurosidad profesional, tal como es la costumbre
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que caracteriza a los diferentes Departamentos de Prensa de todos los


medios que se han interesado en informar en caso de Antonia Barra
Parra.
Los matinales y noticiarios presentan una estructura propia de los
informativos periodísticos, esto es, contemplar la revisión diaria de
noticias de contingencia nacional e internacional. En esos noticiarios se
desarrolla el trabajo periodístico bajo la máxima de hacer p úblicos
hechos que le interesen a la mayoría de los ciudadanos en cuanto
contemplen ciertos elementos de connotación pública y de utilidad para
la comunidad, abarcando en definitiva ciertos límites de fiscalizaci ón
neutral en el cumplimiento del rol que les cabe a todos medios
informativos en cualquier sociedad democrática conforme a un Estado
de Derecho.
Los reportajes aludidos en la presente acción de protecci ón no
escapan a la premisa anterior, toda vez que estos se basaron en un
hecho puntual: difundir información referente a ¡as evidencias que dej ó
la propia víctima, exponer opiniones de expertos, y visibilizar las
versiones que directamente han dado diferentes testigos a los medios de
prensa.
Resulta indiscutible que nuestra legislación permite a cualquier
medio de comunicación difundir información, desde luego con ciertos
límites y estándares básicos a cumplir, cuando existe interés público
relevante comprometido. Incluso, en ciertos casos, otros derechos que
en principio podrían verse en colisión con la difusi ón de una
determinada información, ceden a favor de proteger la libertad de
expresión, opinión e información, es decir, a favor de proteger al
medio de comunicación social que difunde la informaci ón. La libertad
de informar que tienen los medios de prensa ampara las notas
periodísticas que puedan estimarse vulneratorias de las garant ías
constitucionales de los recurrentes. En el ámbito de informar a la
opinión pública, sobre hechos noticiosos de relevancia pública real, y
de carácter contingente —calidades que en este caso en particular no
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se le pueden negar al reportaje objetado, seg ún todos los antecedentes


ya entregados— nos permiten sostener que, en todas las hipótesis
planteadas respecto a los recurridos, nos encontramos realmente frente
a una conducta socialmente adecuada, lo que en teor ía moderna,
corresponde a que no se ha rebasado el riesgo permitido.
Como bien señalan los recurrentes, la Constitución Política de la
República de Chile, garantiza en su artículo 19 N ° 2, el derecho a la
igualdad ante la ley, y en el artículo N ° 4 derecho a la vida privada y
la honra de la persona y su familia. El mismo cuerpo normativo, sin
embargo, también reconoce en su artículo 19 N° 12 inciso primero “La
libertad de emitir opinión y la de informar, sin censura previa, en
cualquier forma y por cualquier medio, sin perjuicio de responder de
los delitos y abusos que se cometan en el ejercicio de estas libertades,
en conformidad a la ley, la que deber ser de quórum calificado ”.
Así, considerando que la Constitución reconoce estos derechos,
sin explicitar alguna suerte de jerarquía entre ellos, ser á labor de los
Tribunales de nuestra República llevar a cabo un ejercicio de
ponderación, en orden a establecer cuál es el ámbito donde se puede
ejercer legítimamente el derecho a libre expresión e información,
determinando a su vez qué áreas de la vida de una persona o su
familia que han de considerarse como privados, teniendo presente que
son los mismos recurrentes quienes se exponen sin privacidad, con
fotografías personales, familiares y hasta comentarios que generan
repudio.
El hecho informado a la ciudadanía, respecto de la forma de
cometer delitos por el imputado Martín Pradenas, as í como la cantidad
de denunciantes, son innegablemente un hecho que requiere ser
informado. Esta línea argumental es coherente con la que ha tenido
nuestra Excelentísima Corte Suprema al fallar este tipo de casos, donde
señala textualmente:
“Que conforme lo expuesto estamos en presencia de la
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develación de un hecho de relevancia pública, prevaleciendo en este


caso la libertad de información por sobre el derecho al honor, en
atención al derecho que tiene la ciudadanía de conocer aquellos hechos
y conductas de relevancia pública de la información, que est á dada por
la importancia o trascendencia pública de los hechos en s í” (Sentencia
de la Corte Suprema, Rol No 17732-2016, Padilla con Canal 13, 24 de
mayo de 2016). Continúan diciendo los recurrentes que “una turba de
desadaptados a pretexto de una velatón” atacaron su local comercial,
acto que correspondería ser controlado por Carabineros de Chile e
investigados si correspondiere. Más aún, ocultan lo que saben en
cuanto que esa actividad fue organizada por vecinos del sector fundo el
Carmen y nuestra familia fue invitada al lugar, estando Carabineros
presentes ahí, quienes en cada oportunidad en que se han realizado
actividades, han concurrido a entrevistarse con nosotros y ofrecido su
colaboración para resguardar el orden y seguridad de las personas.
Concerniente a los asuntos de la vida privada, la Corte Suprema
ha sostenido que:
“Para dilucidar el asunto sometido al conocimiento de esta Corte
es preciso tener en cuenta que el derecho a la protecci ón de la vida
privada consiste en la facultad de las personas a mantener un ámbito
de su vida fuera del conocimiento público, en el cual, desarrolla
acciones que se inician y concluyen en el sujeto que las realiza, como
asimismo concreta relaciones francas, relajadas y cerradas que
trascienden sólo a la familia o aquellos con los que determina
compartir, siempre y cuando tales actuaciones y relaciones no da ñen a
otros, no sean delitos o no sean hechos de relevancia p ública o que
afecten al bien común. En el ámbito de privacidad e intimidad, los
terceros sólo pueden penetrar con el consentimiento de la persona
afectada, poseyendo, asimismo, la persona la facultad de control de
dichos actos, como, asimismo, de los datos referentes a su vida privada
e intimidad.
Es conveniente explicitar, por tanto, que los actos p úblicos no
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pertenecen al ámbito de protección de la vida privada, son aquellas


actuaciones externas que trascienden a quien las ejecuta, afectando el
orden o la moral pública; causando da ño a terceros; y aquellos que
tengan relevancia pública en virtud del acto mismo o de la persona que
lo ejecuta, cuya difusión satisfaga la funci ón de formaci ón de una
opinión pública libre; o afectando al bien común." (Pauta para superar
las tensiones entre los Derechos a la Libertad de Opinión e
Información y los Derechos a la Honra e Vida Privada. Humberto
Nogueira Alcalá). Considerando cuarto, sentencia Corte Suprema
RolN°17.732-2016.
Con respecto a la menor Dominga Pradenas Alanís, nosotros no
hemos realizado difusión ni amenaza alguna en contra de ella, por
cuanto es ilógico e irracional. Lo ocurrido corresponde a actos de
terceras personas que han re-publicado imágenes públicas que los
mismos recurrentes tienen libremente publicadas en internet, sobre lo
cual, indistintamente que sea público o no, como recurridos, no
compartimos ese tipo de conducta bajo ninguna circunstancia. Si se ha
usado por terceros la imagen de una menor de edad, extra ída de las
fotos de libre acceso público que la familia de los recurrentes han
publicado en su página de Facebook previamente, haremos presente,
como ciudadanos, nuestra opinión sobre este hecho en nuestra página
de Justicia para Antonia, llamando a excluir la foto de la menor que
ninguna responsabilidad tiene en los hechos que le atribuimos
responsable y fundadamente a su padre biol ógico, as í como lo hicimos
posterior al episodio en donde se realizaron manifestaciones en las
afueras del local de Sushi de la familia del imputado, en donde
señalamos en la página #JusticiaparaAntonia, lo siguiente:
“Como la mayoría de los chilenos, estamos de acuerdo en las
manifestaciones que se generan por un justo reclamo ante la
desigualdad y privilegios de algunos pocos de nuestra sociedad. No
estamos de acuerdo, como todo nuestro pa ís, a los saqueos y destrozos
que unos pocos aprovechan de hacer. En esta similitud de actuar, por
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un lado marchando, velatones o expresiones que exigen pronta justicia


para nuestra Antonia, tampoco compartimos ni motivamos la violencia
o destrozos para llegar a lograr dicha justicia, por lo tanto, me sumo a
manifestar y agradecer evitar este tipo de actos en nuestros
movimientos como los de mejorar la calidad de vida de todos los
chilenos. Nuestra causa de justicia no solamente es por Antonia, sino
para todas las víctimas del imputado como a todas aquellas personas
que han sido abusadas y violadas, acto repudiado por todo el mundo.”
Sobre Iván Pradenas y Paola Dürr (padres del imputado], como
recurridos no hemos hecho referencia alguna a sus domicilios
particulares.
Por este lado, la recurrida Marcela Parra, madre de Antonia, en
el convencimiento de que la objetividad es imperante, deseo informar
que en mi condición única y exclusiva que me da el rol de madre
sufriente, al enterarme del desgarrador relato de mi hija y el hecho de
haberse privado de la vida, aconteció que en una oportunidad, estando
frente a frente, le afirmé al padre del imputado mi opini ón personal
sobre quién es el responsable de cometer el delito en contra de su hija,
pero ello en el contexto de haber sido antes increpada por el mismo
Iván Pradenas, quien utilizando una c ámara de celular le consultaba e
incitaba a que dijera a viva voz quién era el violador de su hija,
además me afrenta al decir que nuestra familia Barra Parra, es una
familia indecente, que estamos haciendo el ridículo y que su hijo no
tiene la culpa que su hija haya sido violada y que se haya matado,
agravio que retrata la calidad humana de este recurrente qui én me
provocó una descompensación emocional.
En relación a Alejandro Barra, como padre de Antonia, no ha
dado discursos de odio hacia los recurrentes en la Plaza de Armas
como ellos lo profieren, ni tampoco en otro lugar, mas como se dijo
antes, la consigna siempre ha sido verdad y justicia para mi hija. Con
respecto a lo argumentado como actividades p úblicas, todas las
acciones de sensibilización social se han realizado con ánimo pac ífico,
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no sólo para pedir justicia para Antonia, sino tambi én para todas las
víctimas de abuso sexual y violación, quienes actualmente sufren las
debilidades de un sistema investigativo lento y muchas veces incr édulo,
el cual no utiliza los más altos estándares de investigaci ón necesarios y
requeridos por los Tribunales de Justicia para que esa verdad material
sea también plasmada como verdad jurídica. A modo de ejemplo, basta
revisar una de las actividades sociales que los recurrentes mencionan
haberse desarrollado en la plaza de Armas de Temuco, para el cual fue
la misma Universidad de La Frontera, a través de su Direcci ón
General de Desarrollo Estudiantil, la que dispuso stands fotogr áficos de
diferentes víctimas mujeres que aún no obtienen justicia en la región.
En esta línea, el medio de prensa Cooperativa, el s ábado 30 de
noviembre de 2019 a las 14:45hrs. informó sobre una velatón en
Temuco, en los siguientes términos:
En tanto, para el 3 de diciembre, la familia de Antonia Barra
está convocando a una velatón en la Plaza de Armas de Temuco,
como una forma de pedir justicia. "Este martes 3 es sensible para
nosotros, porque mi hija cumplía 21 años, y lo que vamos a hacer es
una manifestación pacífica en la Plaza de Armas para celebrar su
cumpleaños", explicó el padre de la joven temuquense, Alejandro
Barra.
Esta ha sido siempre nuestra cruzada, visibilizar pacíficamente la
verdad manifestada por Antonia. Como recurridos, tenemos la
convicción, en base a evidencias objetivas, que ella sí fue violada por la
persona que acusamos en nuestra querella criminal, pues en caso
contrario no habríamos presentado tal acción penal con el sustento y
seriedad que lo hemos hecho.
En cuanto a lo presuntamente expresado por los recurrentes,
Carla Barra y Sebastián Barra —hermanos de Antonia — no es
efectivo, por cuanto nosotros no hemos comentado fantasías, como lo
afirma la contraria, sino que hemos dado crédito leg ítimo a las
evidencias materiales que tenemos y hemos ido entregando a la
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investigación. De manera similar, los medios de prensa, para los cuales


los recurrentes acusan a los conductores, comentaristas y opinólogos, de
realizar una “descontrolada reacción de estos personajes en la pantalla
generándose escenas histriónicas”, como ya se dijo, corresponde a
libertades de opinión e información y ejercicio del periodismo. Cabe
señalar que los mensajes de nuestra familia est án en total sinton ía con
los mensajes que se plantean hoy por el organismo del Estado, como el
“No lo dejes pasar”, iniciativa en la que el Ministerio de la Mujer y
Equidad de Género llama a las víctimas de violencia a denunciar a sus
agresores.
DE LA ARBITRARIEDAD E ILEGALIDAD ALEGADA POR
LA RECURRENTE
Cuando los recurrentes señalan expresamente que “la masiva
mediatización por las redes sociales se ha traducido en un acoso
permanente”, es esa misma masividad que ellos admiten la que
involucra a la sociedad que condena el delito, y por ende no recae en
los recurridos.
En este punto es necesario detenerse a examinar qué significa
que una acción sea arbitraria e ilegal; para as í entender que el
presupuesto base de la acción impetrada por los recurrentes carece de
todo sustento legal y dogmático.
Cabe señalar que ambos vocablos tanto “ilegal” como
“arbitrario” en su definición dicen relación con un acto antijur ídico, es
decir, contrario al ordenamiento jurídico. Así lo señala Eduardo Soto
Kloss, autor que en su libro El Recurso de Protecci ón, or ígenes,
doctrina y jurisprudencia, señala:
“Premisa ineludible es el entender que tanto lo arbitrario como
lo ilegal dicen referencia a antijuridicidad, a infracci ón, violaci ón o
vulneración del ordenamiento jurídico, en suma contrariedad a
Derecho (...). Si bien, ambas son especies del género antijuridicidad, o
contrariedad a Derecho: (ilegalidad) resulta de una violaci ón de los
elementos reglados de las potestades jurídicas conferidas a un sujeto -
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público o privado o reconocidas a un sujeto natural; (arbitrariedad) es


la vulneración del uso razonable con que los elementos discrecionales
de un poder jurídico han de ser ejercidos o actualizados, vulneraci ón
que origina un acto u omisión arbitraria.”
De esta misma forma lo han sostenido los Tribunales Superiores
Justicia y en especial nuestra Corte Suprema, señalando que:
“Es requisito indispensable de la acción de protección la
existencia de un acto u omisión ilegal, esto es, contrario a la ley, o
arbitrario, o sea, producto del mero capricho de quien incurre en él, y
que provoque algunas de las situaciones o efectos que se han indicado,
afectando a una o más de las garant ías preexistentes protegidas,
consideración que resulta básica para el examen y la decisi ón de
cualquier recurso de protección.”
Al afirmar los recurrentes que “la condición de violador que
arbitraria, ilegal e inciertamente se le atribuye a nuestro hijo ”; no es
arbitraria, porque no es sólo Antonia con los diferentes medios de
pruebas y testigos que lo acusa, sino tambi én con un modus operandi
similar lo acusan otras 7 jóvenes; no es ilegal, porque lo que acusamos
lo hemos realizado formalmente mediante los hechos de la querella; y
no es incierto, porque como víctimas directas en el caso de Antonia,
tenemos la certeza de que el delito así ocurrió, a diferencia de terceras
partes que no tienen los antecedentes ni conocimiento directo de la
víctima.
En relación a los supuestos dichos de que nosotros, los
recurridos, habríamos estado “expresando y ejecutando actos da ñinos y
agresivos”, eso NO es cierto, por cuanto los mensajes da ñinos o
agresivos en contra del tipo de delito, del imputado y de su familia,
han sido ejecutados por terceras personas y no por nosotros como
recurridos. Los recurridos no han ejecutado actos da ñinos ni agresivos,
pero acá los recurrentes pareciera que pretenden mezclar el leg ítimo
derecho a manifestarse pacíficamente buscando acelerar el proceso de
investigación y, sobre todo, colaborar con la sensibilizaci ón de otras
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víctimas para que no callen su sufrimiento de haber sido v íctimas de


abuso sexual o violación, expresando siempre que s í es posible
superarlo, que sí es posible castigar a los perpetradores a trav és de
oportunas denuncias. Dicho esto, no es mero capricho, es la forma en
cómo empatizamos con el dolor de los demás.
En suma, los reclamos de los recurrentes no proceden por ser
completamente parciales e injustos y sólo hacen agravar la falta al
distorsionar la verdad mal usando recursos legales para aparentar la
calidad de víctimas tratando de empatar los agravios a nuestra hija
Antonia, fallecida a causa de la violación que sufri ó y seguramente de
las amenazas recibidas. Todo lo anterior, no hace recodar la frase
textual del padre Felipe Berrios, que señala: “En nuestro pa ís, muchas
cosas son licitas, pero que igualmente resultan inmorales ”, lo cual a
propósito del recuso de autos, podemos señalar que para esta parte,
esta acción constitucional si bien es cierto resulta una acci ón licita o
permitida, pero evidentemente resulta inmoral.
Pide, tener por evacuado el INFORME solicitado en los
términos ya señalados, solicitando el total y completo rechazo del
recurso, con costas.
CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que, el recurso de protección de garant ías
constitucionales establecido en el artículo 20 de la Constituci ón Pol ítica
de la República constituye jurídicamente una acción de naturaleza
cautelar, destinada a amparar el legítimo ejercicio de las garant ías y
derechos preexistentes que en esa misma disposición se enumeran,
mediante la adopción de medidas de resguardo que se deben tomar
ante un acto u omisión arbitrario o ilegal que impida, amague o
perturbe ese ejercicio.
SEGUNDO: Que, en la especie se denuncia por los actores que
los recurridos realizan actos de acoso permanente por medio de
mensajes, carteles, graffitis y ataques denominados funas que han
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involucrado a todo el grupo familiar y con ello su seguridad y vida


personal, al sindicarlos frente a manifestantes que dan como hecho
cierto la comisión de un delito de violación como causa directa de la
muerte de esta persona, estimulándose ilegalmente estas expresiones de
odio, desprecio e inculpación al vincularlos con los hechos materia de
la acusación.
TERCERO: Que, en cuanto al marco legal atingente al
conocimiento de la presente acción, se analizarán los alcances del
precepto que la recurrente alude como conculcado –art ículo 19 N ° 4
de la Constitución Política de la República, a trav és del cual se asegura
a todas las personas el respeto y protección de la vida privada y la
honra de la persona y su familia, el que encuentra su correlato en el
artículo 11 de la Declaración Americana de Derechos Humanos, que
lo reconoce en términos incluso más amplios al decir que toda persona
tiene derecho al respeto de su honra y al reconocimiento de su
dignidad, el que como lo expresa el profesor Nash Rojas “implica un
límite a la expresión, ataques o injerencias de los particulares y del
Estado” (Nash Rojas, Claudio. “Las relaciones entre la vida privada y
el derecho a la libertad de información en la jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos”. Estudios Constitucionales,
volumen 6, N° 1, año 2008, páginas 155 a 169).
CUARTO: Que el citado derecho -artículo 19 N° 4 de la
Constitución Política de la República- según ha resuelto nuestra Corte
Suprema puede -como ocurre en la especie- entrar en colisi ón con
otros derechos y particularmente con el ejercicio de la libertad de
expresión y con el derecho de acceso a la información, de lo que se
colige que no tiene un carácter absoluto y que, por ende, se encuentra
sujeto a límites tales como el interés público en que la ciudadan ía
conozca de una determinada información (Corte Suprema, sentencia
Rol N° 21.499-2014, de fecha 8 de octubre de 2014).
En relación a este acápite la correcta configuraci ón de este ius
fundamental ha de comprender “todos los elementos normativos
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presentes en un texto constitucional” así como también “las


disposiciones que establecen sus límites y las posibilidades de afectaci ón
del respectivo derecho” (Eduardo Aldunate Lizana, “La Tipicidad Ius
fundamental”, p. 15) Así, cada derecho garantizado por la Constituci ón
Política de la República debe ponerse en consonancia con los tratados
internacionales sobre la materia suscritos por Chile, en virtud de lo
preceptuado por el artículo 5° inciso 2° de la Carta Fundamental, y
con las disposiciones legales y reglamentarias que permiten concretar el
derecho de que se trate dentro del ordenamiento jur ídico interno.
QUINTO: Que sobre el particular conviene tener presente que
dentro del derecho a la honra se encuentra también consagrado “el
derecho al buen nombre” consistente en el concepto que del individuo
tienen los demás miembros de la sociedad en relación con su
comportamiento, honestidad, decoro, calidades, condiciones humanas y
profesionales. En otros términos puede señalarse que el derecho al
buen nombre es esencialmente un derecho de valor porque se
construye por el merecimiento de la aceptación social, esto es, gira
alrededor de la conducta que observe la persona en su desempe ño
dentro de la sociedad. La persona es juzgada por la sociedad que la
rodea, la cual evalúa su comportamiento y sus actuaciones de acuerdo
con unos patrones de admisión de conductas en el medio social y al
calificar aquellos reconoce su proceder honesto y correcto.
SEXTO: Que la libertad de emitir opinión y de informar,
contemplada en el artículo 19 N° 12 de la Constituci ón Pol ítica de la
República debe entenderse como parte integrante del derecho a la
libertad de pensamiento y de expresión contenidos en el art ículo 13 de
la Convención Americana de Derechos Humanos, que comprende la
libertad de informar y el derecho a ser informado, conferidos no s ólo a
los individuos, sino a los medios de comunicación social.
S ÉPTIMO: Que del análisis de las consideraciones precedentes
es dable colegir que la libertad de expresi ón no tiene un car ácter
absoluto, por cuanto no puede amparar la injuria o el insulto. Es así
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que el artículo 19 N° 12 de nuestra Carta Fundamental se ñala que se


asegura a todas las personas la libertad de emitir opini ón y la de
informar, sin censura previa, en cualquier forma y por cualquier
medio, “sin perjuicio de responder de los delitos y abusos que se
cometan en el ejercicio de estas libertades…”. De esta forma, el
ordenamiento jurídico no protege un pretendido derecho a insultar y la
libertad de expresión no puede ser absoluta, sino que debe debilitarse y
morigerarse si tiene el efecto de dañar la reputación de otra persona.
OCTAVO: Que, del razonamiento expuesto es posible afirmar
que las conductas desplegadas por los recurridos, si bien se encuentran
garantizadas en comienzo por la libertad de expresi ón, la misma
reconoce un límite que se sobrepasa cuando las publicaciones y los
llamados a manifestación pública contienen mensajes que pueden ser
calificados de odiosos o que incitan a la violencia o venganza en la
opinión pública, como ha quedado de manifiesto en estos autos, ya que
muchas de las manifestaciones han terminado en agresiones verbales e
inclusos daños materiales, en especial cuando se citada a concurrir al
domicilio o lugares de trabajo de los actores, pues con ello se crea una
situación de exposición que no tiene justificación legal.
En consecuencia, ante la manifiesta falta de justificaci ón de los
supuestos fácticos o conductas atribuidos a los actores, no cabe sino
sostener que las publicaciones efectuadas por los recurridos tiene un
carácter abusivo y ha resultado lesiva para los derechos a la honra,
intimidad y privacidad de los recurrentes y que como consecuencia de
dicho actuar -según se deja en evidencia de los comentarios de terceros
seguidores a dicha difusión- han sido sometidos al escarnio p úblico,
sufriendo descalificaciones, sin la existencia de un juicio previo y del
respeto al debido proceso, constituyendo una pena infamante no
aplicada por quien no tiene la calidad de ser un órgano jurisdiccional.
NOVENO: Que, por otro lado, en la actividad denunciada se
han expuestos datos personales de los recurrentes con lo cual se
produce una infracción a la normativa de protecci ón de tales datos,
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consagrada en la Ley N° 19.628, en cuanto al uso de im ágenes


personales sin autorización y la publicación de los domicilios de los
actores. Sobre el particular, y a fin de resolver la controversia, conviene
tener presente que la Ley N° 19.628 sobre protección de datos de
carácter personal prescribe en su artículo 2° letra f) que se considerar án
datos de carácter personal o datos personales: “los relativos a cualquier
información concerniente a personas naturales, identificadas o
identificables”. Asimismo, establece que: “el tratamiento de los datos
personales sólo puede efectuarse cuando esta ley u otras disposiciones
legales lo autoricen o el titular consienta expresamente en ello (…)”.
D ÉCIMO: Que no resulta discutido que dentro de los datos de
carácter personal se encuentran, entre otros, el nombre, edad, sexo,
estado civil, profesión, RUT, cuenta corriente, domicilio y tel éfono; por
lo que sin duda el domicilio de una persona es un aspecto que
claramente se halla dentro del marco establecido por la referida ley y
constituye un dato de carácter personal. En raz ón de esto su
divulgación y tratamiento únicamente pueden ser efectuados cuando el
titular consienta en ello o la ley lo autorice, lo que sin duda no ha
ocurrido en la especie.
UND ÉCIMO: Que al haber hecho publicaciones los recurridos
en diversas redes sociales, las que quedan a disposici ón de terceros, sin
su consentimiento, los recurridos ha realizado una actuaci ón que
contraviene la Ley N° 19.628 y, en consecuencia, conculca el derecho
constitucional de los recurrentes previsto en el artículo 19 numeral 4 º
de la Constitución Política de la República, al afectar la protecci ón que
se le debe a su vida privada y a su honra.
Por estas razones es que debe acogerse el recurso de la manera
que se detallará en lo resolutivo.
Por estas consideraciones y de conformidad, igualmente, con lo
previsto en el artículo 20 de la Constitución Pol ítica de la Rep ública y
el Auto Acordado de la Excma Corte Suprema sobre la materia, se
declara:
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Que, SE ACOGE el recurso de protección deducido por don


Iván Gonzalo Pradenas Valencia, Paola Karina Durr Bravo, Gonzalo
Tomás Pradenas Durr, y Danila Francisca Alanis Álvarez, y en
representación de su hija menor iniciales D.P.A. y en contra de don
Alejandro Barra Castillo, Marcela Ivonne Parra Veloso, Sebasti án
Alejandro Barra Parra y Carla Andrea Alejandra Barra Parra, solo en
cuanto se decreta:
a) Que los recurridos deben abstenerse de divulgar datos y
antecedentes de los recurrentes por medio de redes sociales, tanto de
sus personas como de sus domicilios y lugares de trabajo.
b) Que igualmente deberán abstenerse de efectuar
publicaciones ofensivas o descalificativas ya sea por redes sociales o por
cualquier otro medio, que lesionen la honra, intimidad, la privacidad o
la intimidad de los recurrentes.
Decisión acordada con la prevención del Ministro Sr. Alejandro
Vera Quilodrán, quien fue del parecer de acoger el recurso s ólo en
cuanto disponer que los recurridos deberán eliminar de las redes
sociales todas las publicaciones que contengan datos personales de los
recurrentes, como sus domicilios y lugares de trabajo.
Regístrese, agréguese a la carpeta digital y archívese.
Redacción de la ministra A. Cecilia Aravena López y de la
prevención, su autor.
Rol N° Protección-18400-2019 (pvb).

Julio Cesar Grandon Castro Alejandro Alfonso Vera Quilodran


Ministro Ministro
Fecha: 12/06/2020 14:29:52 Fecha: 12/06/2020 14:29:12

Adriana Cecilia del Carmen Aravena


Lopez
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Ministro
Fecha: 12/06/2020 14:29:52
Pronunciado por la Primera Sala de la C.A. de Temuco integrada por los Ministros (as) Julio Cesar Grandon C.,
Alejandro Vera Q., Adriana Cecilia Aravena L. Temuco, doce de junio de dos mil veinte.

En Temuco, a doce de junio de dos mil veinte, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la resolución precedente.

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Este documento tiene firma electrónica y su original


puede ser validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la
tramitación de la causa.
A contar del 05 de abril de 2020, la hora visualizada
corresponde al horario de invierno establecido en Chile
Continental. Para la Región de Magallanes y la Antártica
Chilena sumar una hora, mientras que para Chile Insular
Occidental, Isla de Pascua e Isla Salas y Gómez restar
dos horas. Para más información consulte
http://www.horaoficial.cl

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