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ENSAYOS E INVESTIGACIONES

DENOMINACIÓN Y USO DE
CONSONANTES EN EL
PROCESO INICIAL
DE ALFABETIZACIÓN
SU SANA CANO MU ÑO Z *
S O F Í A A . V E R N O N **

En este trabajo se reporta un estudio que tuvo el propósito de explorar el tipo de


informaciones que tienen los niños pre-alfabéticos sobre algunas consonantes y
analizar las diversas maneras en que se refieren a ellas en el transcurso de
determinadas tareas. Los sujetos participantes de esta investigación fueron 13 niños
mexicanos hablantes monolingües del español, quienes realizaron tres tareas: una de
denominación de letras descontextualizadas, en donde simplemente se les pedía que
dijeran el nombre de cada letra; otra tarea en la que debían elegir la primera letra
de una palabra entre cinco opciones posibles y, por último, una actividad que
consistía en escribir, sin ningún modelo, sustantivos comunes.
Los resultados sugieren que los niños usan una variedad de denominaciones
para referirse a las letras. La más común fue usar el segmento fónico (fono) como
denominación simple, aunque la sílaba (no coincidente con el nombre de la letra)
y el nombre de la letra también fueron frecuentes. Las denominaciones muchas veces
se combinaban y, con frecuencia, aparecían ligadas a una palabra conocida
(un referente). Los datos parecen indicar que una diversidad de denominaciones o
de contextos de uso facilita la elección de la consonante correcta.

The purpose of this study was to explore the types of information pre-alphabetical
children have about some consonant letters, and to investigate the ways in which
they refer to them. Participants were 13 Mexican, monolingual Spanish speakers
who attended pre-school in a private, middle-class school. Three tasks were
presented to the children. In the first task (denomination of letters without a context),
children were asked to name isolated letters. In the second, children were asked to
choose the correct initial letter (of a total of 5 options) to complete a word. In the
third, children were asked to write, without a model, common nouns.
Results suggest that children use a variety of denominations when they refer to
letters. The most common denomination was using the phoneme as a single
denomination, but the first syllable and the letter name, were also frequent. Often,
denominations were used in combination. These denominations frequently appeared
together with a known word that contained the letter children were identifying
32 or writing.
Introducción
El propósito de este trabajo es explorar qué tipo
de informaciones tienen los niños en proceso de
alfabetización sobre las letras, cómo relacionan
dichas informaciones y cuáles son más útiles
para tomar decisiones acerca de qué letra usar
en contextos definidos. El énfasis estuvo puesto
en el manejo de consonantes (en especial, las le-
tras P, D, T, M y S).
La hipótesis de trabajo es que la denomina-
ción que hacen los niños de las letras depende
muchas veces del contexto silábico en las que
aparecen y que el uso de la letra correcta está re-
lacionado con la posibilidad de denominar o ha-
cer referencia a esa letra de distintas maneras.
Es decir, hemos supuesto que cuando un niño
puede ligar el contexto silábico particular a
otras sílabas o palabras en las que la letra en
cuestión aparece, es más factible que logre usar
la letra correcta.
El conocimiento que tienen los niños pre-al-
fabéticos (entre los niveles silábicos al alfabéti-
co) en el proceso de adquisición de las letras ha
sido explorado previamente por Quinteros
(1997), quien afirma que los niños, en estos pe-
ríodos, se centran fuertemente en la sílaba en
sus intentos de representación escrita. Esta au- Una tercera manera de representar por es-
tora menciona tres maneras primordiales en que crito la sílaba oral en estos momentos, según
los chicos representan la sílaba. La primera for- Quinteros, es usar una letra conocida en su for -
ma es por medio de la utilización de una vocal, ma como comodín silábico. La autora también
mientras que la segunda manera implica dar menciona que, en estos casos, las verbalizacio-
prioridad en la representación al aspecto conso- nes de los niños muestran que la sílaba es con-
nántico. En este caso, los niños usan una con- ceptualizada como el nombre posible de una le-
sonante con un valor sonoro convencional y a tra y se pregunta:
veces pueden incorporar una letra (una conso-
nante) que tiene un valor sonoro aproximado Si los niños saben que las letras tienen nombres
para representar la sílaba. En estos dos casos, silábicos, ¿por qué no pensar que hay nombres
silábicos que corresponden a letras desconoci-
como los chicos usan una letra para representar
das para ellos, pero que admiten que existen?
la sílaba completa, es frecuente utilizar la mis- (Quinteros, 1997: 100).
ma letra para escribir sílabas que comparten el
mismo segmento consonántico, como en las sí- En otro estudio, Vernon y Calderón (1999)
labas SA y SI. Quinteros (1997) hipotetiza, en pidieron a niños preescolares que identificaran
este sentido, que la primera letra que faltaba de un conjunto de
palabras. La mayor parte de los niños, incluyen-
los niños tienden a analizar los sonidos conso-
nánticos en términos de sus semejanzas y dife- do a aquellos de nivel presilábico de escritura,
rencias fonéticas, resultándoles difícil en ese eran capaces de identificar correctamente las
momento del desarrollo categorizar tales soni- vocales faltantes. El uso de las consonantes co-
dos según la lógica categorial del análisis fono- rrectas se incrementaba gradualmente conforme
lógico: en términos de oposiciones e identida- avanzaban los niveles de escritura. Aun los ni-
des. (Quinteros, 1997: 100) ños menos avanzados tenían equivocaciones 33
controladas: en general, no hacían uso de voca- fueron confirmados en otro estudio reportado
les en un contexto en el que faltaba una conso- en esa misma publicación (Joshi y Aaron,
nante, ni usaban una consonante cuando lo que 2006). En él se utilizó un títere, al que se le atri-
faltaba era una vocal. La mayor parte de las buyó el desconocimiento de las letras, que iba
equivocaciones para las consonantes consistía diciendo sílabas. Los preescolares (de 4 años y
en elegir una letra que representaba un fonema 8 meses de promedio) tuvieron que juzgar si lo
cercano. que decía el muñeco era el nombre de una letra.
Los errores sugirieron que los niños juzgaban
Por otro lado, el conocimiento del nombre
como letras más frecuentemente las sílabas del
de las letras y su relación con el conocimiento
tipo C + /i/.
meta-fonológico, la lectura y la escritura ha sido
ampliamente documentado en el ámbito anglo- Por su lado, Ferreiro y Teberosky (1979)
sajón. Una variedad de estudios ha mostrado notaron en sus investigaciones que la escritura
que el conocimiento de las letras es un predictor del nombre propio es un prototipo de la escritu-
importante del éxito en el aprendizaje de la lec- ra para los niños pequeños y juega un papel
tura (Adams, 1990; Burgess y Lonigan, 1998; muy especial en la psicogénesis, además de ser
Byrne y Fielding-Barnsley, 1989; Stuart y Col- una fuente muy importante de información so-
heart,1988; Wagner, Torgesen, y Rashotte, bre las letras y sus combinaciones posibles. Las
1994). Aunque el conocimiento de las corres- autoras repararon en aquellas observaciones
pondencias letra-sonido (por ejemplo, McBri- que el conocimiento del nombre propio era muy
de-Chang, 1999 y Pennington y Lefly, 2001) y precoz, y que la mayoría de los niños pre-alfa-
la conciencia fonológica (Castles y Coltheart, béticos sabía escribir todo o parte de su nombre,
2004) aparecen muchas veces como predictores aunque no supieran interpretarlo convencional-
más fuertes, todas estas competencias parecen mente. Más tarde, Ferreiro, et al. (1982) agrega-
estar relacionadas. ron que la adquisición del valor sonoro conven-
cional de las letras se daba de manera posterior
En otro trabajo, Share (2004) reporta una
o simultánea a la escritura del nombre propio, y
investigación en la que se les enseñó a 45 niños
que se pueden observar serios desfasajes entre
preescolares los nombres de seis letras inventa-
su nivel general de escritura, la escritura del
das, algunas de las cuales representaban un so-
nombre propio y el análisis que los niños hacen
nido cercano al nombre de la letra, mientras
de las partes de su nombre escrito.
que otras no tenían dicha cercanía. Los chicos
fueron divididos en dos grupos. A uno de ellos Posteriormente, Treiman y Broderick
(el grupo experimental) se le presentó los soni- (1998) encontraron que niños norteamericanos
dos correspondientes de las letras. Al otro gru- y australianos de 4 y 5 años identificaban con
po (el grupo control) se le enseñó las mismas mayor frecuencia el nombre correcto de la letra
letras pero fueron presentadas en la escritura de inicial de su nombre propio que los nombres de
palabras completas que contenían dichas gra- otras letras. Este conocimiento, sin embargo, no
fías (sin enseñarle, de todos modos, los nom- implicaba que supieran el sonido que represen-
bres ni la correspondencia sonido-grafía). Las taba dicha letra. Sin embargo, en otro estudio
diferencias entre ambos grupos señalaron que (Treiman, Tincoff, Rodríguez y Mouzaki, 1998)
el conocimiento del nombre de la letra tenía un encontraron que cuando el nombre de las letras
impacto significativo en el aprendizaje de los empezaba con el sonido que representaba, los
sonidos de las letras. Así, las letras con nom- niños podían usar el nombre para aprender el
bres parecidos al sonido que representan facili- fonema correspondiente.
taban el aprendizaje de las correspondencias le-
Por último, Treiman, Kessler y Pollo
tra-sonido.
(2006), en un estudio con niños preescolares
Treiman (2006) observa en sus investiga- brasileños y norteamericanos a los que les pi-
ciones que algunos niños anglohablantes, al ge- dieron que identificaran letras mayúsculas, en-
neralizar la manera en que se componen la ma- contraron que la mayor parte de las confusiones
yoría de los nombres de las letras en inglés, han se debía a la similitud de formas entre las letras
inventado nombres silábicos que empiezan ge- y concluyeron que los niños tendían a confundir
neralmente con la consonante de la palabra que más aquellas letras que eran similares tanto en
34 están escribiendo seguida de /i/. Estos datos su forma gráfica como en su nombre.
Metodología Instrumentos y procedimientos

Se realizaron dos entrevistas semiestructuradas


Sujetos e individuales con cada chico, con un intervalo
no mayor de tres días entre la primera y la se-
Los participantes de la investigación fueron gunda sesión. Cada entrevista tuvo una duración
13 niños (9 niñas y 4 niños) de 4 y 5 años media de 25 minutos y todos los encuentros fue-
(edad promedio: 59.36 meses) que cursaban el ron video y audio-grabados.
segundo año de educación preescolar en la
En el transcurso de las entrevistas, los niños
ciudad de Querétaro, México. Todos los niños
llevaron a cabo tres tareas distintas:
pertenecían a una escuela privada de clase
media de corte constructivista (piagetiano), a) Identificación y denominación de letras des -
por lo que los niños estaban acostumbrados a contextualizadas
escribir y justificar sus escrituras. En esa es-
cuela no enseñan letras, sílabas ni palabras Con el fin de observar cómo los niños nombra-
sueltas, ni se hace entrenamiento en concien- ban las letras aisladas, esta tarea consistía en pre-
cia fonológica (CF). Usualmente, las escuelas sentarles las letras mayúsculas del alfabeto en
que trabajan con un modelo basado en la CF desorden (excepto los dígrafos) sobre una hoja y
consideran que esta es un prerrequisito para la pedirles que dijeran el nombre de cada una cuan-
escritura. De esta manera, se hacen ejercicios do el entrevistador las iba señalando al azar.
dirigidos a lograr que los niños puedan hacer b) Identificación y denominación de letras en
“operaciones” fonológicas, como segmentar contexto de palabra
palabras en sílabas o segmentos fónicos, qui-
tar sonidos iniciales o finales a una serie de Esta tarea tenía como propósito observar si el
palabras, buscar la rima en pares de palabras, contexto silábico influía en la elección de letras
encontrar las similitudes o diferencias en los y si su denominación cambiaba según el con-
segmentos fónicos o sílabas iniciales de pala- texto. A los niños se les presentaban, una a una,
bras. Estos ejercicios se realizan muchas ve- 11 palabras escritas con estructura CV-CV (en
ces oralmente, aunque también resulta priori- su realización oral) en las que faltaba la prime-
tario hacer una enseñanza directa de las letras, ra consonante. Luego se presentaba la palabra
sus nombres y correspondencias sonoras. La escrita (con letras mayúsculas y de imprenta) y
muestra elegida para la investigación resulta se les advertía que faltaba la primera letra
interesante precisamente porque en aquella (“Aquí quiero que diga _____, pero falta la pri -
escuela no se realizan este tipo de ejercicios; mer letra. ¿Cuál de estas letras (señalando cin -
en ella se propone lograr la alfabetización por co opciones) hace falta para decir _____?”).
medio de de la escritura de la producción de Las palabras estaban organizadas en pares que
textos escritos, generalmente con una función empezaban con el mismo segmento fónico,
social. El objetivo, entonces, es observar los (aunque la ortografía convencional no use la
conocimientos sobre el uso y denominación misma letra) y estaban seguidas de una vocal
de letras en ausencia de una enseñanza direc- distinta. Se presentaban cinco consonantes suel-
ta de estas. tas, en desorden, para que el niño eligiera la que
consideraba que completaba adecuadamente la
A partir de las observaciones de la maestra palabra. Las opciones incluían la consonante
en el salón de clases y de los resultados de la ta- correcta, otras consonantes que representaban
rea de escritura, es posible afirmar que, en el un fonema con rasgos comunes a la correcta,
momento de las entrevistas, los niños presenta- una consonante con parecido gráfico y otra que
ban los siguientes niveles de escritura: un niño no tenía similitud. Nuevamente, todas las letras
con nivel silábico sin valor sonoro convencio- presentadas estaban en mayúsculas. Las pala-
nal, siete niños con escrituras silábicas estrictas bras que debían contemplar y las letras presen-
con un predominio de valor sonoro convencio- tadas como opciones a elegir aparecen en la ta-
nal (vocales), cuatro niños con escrituras silábi- bla 1 (p. 36). Una vez elegida la letra que a jui-
cas alfabéticas y un niño con escritura alfabéti- cio de los niños completaba adecuadamente la
ca inicial. palabra, se les pedía que nombraran la letra y
que leyeran la palabra completa. 35
TABLA 1. Tarea de denominación en contexto:
palabras y opciones de respuesta

Palabra Ítem presentado Letras presentadas para completar


Mesa __ESA M N V W F
Mano __ANO M N V W F
Perro __ERRO P B D X S
Pino __INO P B D X S
Pato __ATO P B D X S
Tela __ELA T D Y F M
Tina __INA T D Y F M
Cerro __ERRO S C G M R
Sapo __APO S C G M R
Beso __ESO B P R D N
Burro __URRO B P R D N

c) Escritura de palabras Resultados


El propósito de esta tarea era observar qué re-
corte de la palabra o denominación de las letras Tarea de identificación y denominación
usaban los niños en el momento de escribir y de letras descontextualizadas
determinar si recurrían a la búsqueda de “pis-
tas” o referentes como ayuda para decidir qué Si bien en esta actividad se preguntó por todas
letras usar. Para ello se le pedía al niño que es- las grafías simples del alfabeto español, aquí
cribiera un conjunto de 11 sustantivos comunes solamente haremos referencia a las letras que
de tres y cuatro sílabas. Todas ellas tenían una fueron foco de atención en todas las tareas, in-
estructura silábica regular (sílabas CV). Este es cluyendo aquellas que representan de manera
el tipo de sílaba más común en el español, y re- alterna un mismo sonido del español latinoa-
sultan más fáciles de recortar oralmente y de mericano (B y V; M, P y T; S, C y Z). Cabe se-
escribir convencionalmente que otras sílabas ñalar que, en el caso de las vocales, 64 de las 65
más complejas, como las CVC o las CCV. Se respuestas fueron correctas (el 98%). En el
trató de contrastar pares o tríos de palabras que 66% de los casos, los niños nombraban la vocal
iniciaran con el mismo segmento fónico (aun- correcta, seguida de un referente (un nombre
que su representación ortográfica convencional propio o común conocido por el participante)
no fuera con la misma letra), pero que tuvieran que la contenía, generalmente en la posición
a continuación una vocal distinta. Las palabras inicial. Por ejemplo: “La A de Abril”, “La E de
dictadas fueron telaraña, tinaco, pelota, paleta, Emilio”, “La I de iguana”, “La I de Itzel”, “La
cebolla, zapato, venado, vacuna, buzo, medici - U de uva”. El resto de los niños solo daba su
na y mariposa. El orden de escritura fue al azar: nombre aislado.
se le daba una bolsa opaca, en cuyo interior ha- Como puede verse en la tabla 2 (p. 37), la
bía imágenes pequeñas que correspondían a las mayoría de los chicos recurrieron a un referente
palabras a escribir. Los niños tomaban un dibu- para darle sentido a la denominación asignada a
jo, lo nombraban y procedían a escribir. Si en las consonantes aisladas objeto de este estudio,
algún momento el niño pedía ayuda, el entre- aunque la sola identificación de la letra por me-
vistador podía escribir una palabra a solicitud dio de un referente fuera prácticamente inexis-
del niño que, a su criterio, contuviera la letra o tente (por ejemplo, decir “la de bebé” para hacer
el segmento buscado. referencia a la B). La denominación usada podía
36 ser una sílaba (diferente al nombre convencional
de la letra, como en “la pa de Paulina, de pa - Contrariamente a lo esperado, la forma más
pá”, el nombre de la letra (como en “la be de frecuente de denominar las letras fue recurrir al
Abril”, “la ese de sapo”, “la pe de Perla y de segmento fónico, muchas veces acompañado de
papá”, o el segmento fónico aislado (como en un referente (por ejemplo, “la /s/ de Sofi y de
“la /m/ de mamá”, “la /t/ de Itzel”, “la /b/ de be - Santiago”). Siguió en frecuencia el nombre de
bé”). Ya que las consonantes aisladas (sobre to- la letra (convencional o aproximado), como en
do las consonantes /b/, /t/, /p/) son prácticamen- “La pe de Perla”, “la ce de cerro/ la ce de sol”
te imposibles de pronunciar en aislado, estos y “la me de mesa”. Y finalmente, la denomina-
sonidos generalmente iban seguidos de un soni- ción menos frecuente fue la de una sílaba no
do vocálico neutro, inexistente en español, que coincidente con el nombre convencional o
corresponde al sonido “shwa” en el alfabeto fo- aproximado de la letra. La frecuencia más nota-
nético internacional. ble en este sentido fue de la P y la C, que los ni-
ños identificaban como PA o CA, seguidos de
Es importante notar que las letras identifi-
un nombre propio con esa sílaba inicial (como
cadas en su mayoría por su sonido (o por su so-
en “la ta de tau” o “la ca de Camila”).
nido más el referente) fueron las que tenían el
rasgo fonológico + continuo (/s/ y /m/) y que,
como se verá más adelante, aparecieron con Tarea de elección y denominación
mayor frecuencia como consonantes usadas co- de letras en contexto de palabra
rrectamente en la tarea de escritura. La letra P,
sin tener un rasgo continuo, también presentó En la tarea de elección de la primera letra en el
una alta frecuencia de identificación. contexto de una palabra, la mayor parte de los

TABLA 2. Frecuencias y porcentajes (F/P) por denominación


de consonantes aisladas por letra (n= 104)

B V M P S C Z T total

"No sé" 5 6 1 0 0 2 5 6 25
o incorrecto (38.5) (146.2) (7.7) (0) (0) (15.4) (38.5) (46.2) (24%)

1 0 0 0 0 0 0 0 1
Referente (7.7) (0) (0) (0) (0) (0) (1%)
(0) (0)

0 1 1 1 0 3 0 0 6
Sílaba (0) (7.7) (0) (23) (0) (0) (5.8%)
(7.7) (7.7)

Sílaba + 0 2 2 6 0 5 0 0 15
referente (0) (15.4) (15.4) (46.2) (0) (38.5) (0) (0) (14.4%)

Nombre 1 1 1 2 1 0 1 1 8
de letra (7.7) (7.7) (7.7) (15.4) (7.7) (0) (7.7) (7.7) (7.7%)

Nombre + 3 2 3 2 3 1 2 2 18
referente (23) (15.4) (23) (15.4) (23) (7.7) (15.4) (15.4) (17.3%)

Segmento fónico 3 0 4 1 6 1 2 2 19
(fono) + referente (23) (0) (31) (7.7) (46.2) (7.7) (15.4) (15.4) (18.3%)

Segmento fónico 0 1 1 1 3 1 3 2 12
(fono) (0) (7.7) (7.7) (7.7) (23) (7.7) (23) (15.4) (11.5%)

Total por 13 13 13 13 13 13 13 13 104


columna (100%) (100%) (100%) (100%) (100%) (100%) (100%) (100%) (100%)
37
niños hizo una elección correcta de la letra fal- Como en la denominación de letras descon-
tante, excepto para las palabras pino y tina. El textualizadas, en este caso también los niños
caso de cerro es el único en donde el 100% de nombraban las letras de diversas maneras. La
las respuestas fueron correctas. Para esta pala- tabla 4 (p. 39) muestra el número y el tipo de
bra, tanto la letra S como la C fueron considera- definiciones que los niños dieron cuando la
das opciones posibles de elección. elección de la primera letra solicitada fue co-
La elección de una letra considerada correc- rrecta. En la misma tabla se dividieron las res-
ta (incluidas S y C para cerro) generalmente puestas según el número de denominaciones
coincidió con una denominación también posible que dieron los niños para cada uno de los con-
de la letra, ya sea por medio del uso de su nom- textos: una denominación, en el caso de que so-
bre convencional (por ejemplo, un niño dice “la lamente identificaran la letra por su sonido (F),
ce” al elegir la C como letra inicial de cerro); de el nombre de la letra (N) o una sílaba distinta al
la primera sílaba de la palabra (una niña elige la nombre (S), y luego se señalan los casos con
Ppara pato, diciendo “la pa”); del sonido que re- dos o tres denominaciones combinadas. Por
presentaba (otra niña dice “la /t/ al elegir T para ejemplo, NR significa que el participante iden-
tela) o de un referente que la contenía. tificó la letra tanto por su nombre como por un
referente (como en “eme… mamá” para la M de
Aunque en la mayoría de los casos la elec- mano) y SNR señala la identificación de la letra
ción correcta correspondió a una de estas deno- por la primera sílaba, el nombre de la letra y un
minaciones consideradas correctas, en el 22% referente (como en “pa… pe… la de Perla” pa-
de los casos una denominación posible no im- ra la P de pato).
plicó una elección correcta. Por ejemplo, al ele-
gir la letra faltante para beso, un niño dice “la Además, la tabla 4 muestra de manera dife-
be”, pero inserta la T en posición inicial; dos ni- renciada los contextos que inician con una síla-
ñas, Leslie y Nuria dicen “la bu” para burro, ba coincidente con el nombre real o aproxima-
pero ambas eligen la R para completar la pala- do de la letra (=L) y los que empiezan con una
bra; Miriam elige R para beso, aunque identifi- sílaba distinta, como MA, SA, PI, etc. (πL).
ca que falta “la be” y Abril dice que falta la /t/
para tina, pero elige la M. Cabe resaltar que nin- Del mismo modo que para las letras descon-
gún niño eligió la letra correcta sin una denomi- textualizadas, la denominación simple más usa-
nación posible (véase tabla 3). da fue la de identificar la letra por su sonido (F).

TABLA 3. Frecuencias de elección y denominación de letras en contexto (n= 143)

MESA MANO PERRO PINO PATO TELA TINA CERRO SAPO BESO BURRO TOTAL
Nombra
mal y 0 0 0 2 0 1 1 0 1 1 1 7
elige mal (5%)

Nombra
bien y 3 1 3 5 2 5 6 0 1 2 3 31
elige mal (22%)

Nombra
bien y 10 12 10 4 11 7 6 13 11 10 8 102
elige bien (71%)

No 0 0 0 2 0 0 0 0 0 0 1 3
elige (2%)

13 13 13 13 13 13 13 13 13 13 13 143
Total (100%)
38
TABLA 4. Frecuencias de denominación de las letras cor rectas elegidas
en la tarea de identificación y denominación de letras en contexto (n= 105)

Número de denominaciones por letra


Sil. 1 2 3
Inicial/
Tipo
denom. S F N SR FR NR SF SN FN SNR FSR FNR Tot.

Inicio =
L 1 10 13 0 11 12 0 1 2 0 1 0 51

Inicio π
L 6 14 2 7 12 6 2 2 1 1 0 1 54

Total 7 24 15 7 23 18 2 3 3 1 1 1 105

Esta denominación fue más frecuente para las referentes (el 14%) contenían la letra en cues-
palabras que no iniciaban igual que el nombre tión en posiciones medias o finales, no coinci-
convencional de la letra inicial (contextos MA, dentes con la sílaba (“Itzel” para TE y para TI,
PA, PI, PA, TI, BU). Por ejemplo, una niña di- “Abril” para BE, “Ríos” para SA, “Leslie” para
ce “tina… la /t/”. Contrariamente a lo esperado, CE). Los contextos de PA, PE; SA, CE; MA y
el uso de la primera sílaba de la palabra fue po- ME fueron los que mayor número de referentes
co común en estos contextos, ya sea como de- generaron (40 del total de 51, es decir, el 78%).
nominación única o como denominación com- En estos pares de contextos, la mayor parte de
puesta (la sílaba más el referente, por ejemplo). los referentes que sirven de pistas fueron los
Para las palabras que iniciaban como el nombre mismos: “mamá” o “mami” para MA y ME;
exacto o aproximado de la letra (L), la frecuen- “Paulina”, “papá”, “pelota” y “Perla” para PA,
cia de la primera sílaba como denominación, ya PE y para PI, y “Santiago”, “Sofía” y “sol” pa-
fuera sola o acompañada de un referente o soni- ra SA y CE. “Itzel” apareció como referente pa-
do, fue mucho mayor. Obviamente, en estos ca- ra tina y tela, y “Abril” para beso y burro.
sos, la primera sílaba de la palabra coincidía
con el nombre de la letra. Por ejemplo, Miriam En todas estas respuestas, los niños identi-
dice “la te de teto” al completar tela con la T. ficaron la letra faltante por medio de la prime-
ra sílaba, el nombre de la letra o el segmento
El uso de un referente como única denomi- fónico, para después poner dicho elemento en
nación se dio en una sola ocasión. Sin embargo, el contexto del referente. Estos son algunos
poco menos de la mitad de las respuestas in- ejemplos:
cluía un referente. Estos fueron más numerosos
en los contextos de MA, ME, PA, PE, SA y CE.
De los 51 referentes, 19 (es decir el 37%) tenían
Contexto CE: “Ce… ese… Leslie”
un inicio que coincidía con la primera sílaba de “/s/… Santiago”
la palabra a completar (cuatro con inicio igual al
nombre de la letra y 15 con una sílaba no coin- Contexto PA: “Pa… papá ”
cidente); otros 25 eran nombres que iniciaban “Pa… pe… Perla”
con el mismo segmento fónico, que la palabra a Contexto ME: “/m/… mamá… Emilio”
completar, pero en los que la vocal que le seguía “eme… mamá”
era distinta a la vocal de la primera sílaba de la
palabra a completar. Por ejemplo, “Ceci”, “So - Contexto TI: “/t/… timón”
“Te… teto” “/t/… te…I tzel
”.
fía” o “sol” para sapo (en porcentaje esto signi-
fica el 49% de los referentes). Solamente siete 39
Como se mostró anteriormente (tabla 3), el Tarea de escritura
27% de las respuestas no fueron convencionales,
en tanto los niños no eligieron la letra correcta. En esta tarea analizamos el uso de consonantes
Sin embargo, en el 22% de estos casos, la deno- iniciales, medias y finales. La tabla 5 muestra
minación fue la correcta. Es decir, los niños lo- los contextos de aparición de cada consonante
graron identificar la parte faltante por medio de usada correctamente.
su sonido, del nombre de letra o de la sílaba ini-
cial. La mayoría de las veces, la letra elegida fue Como se puede observar en la tabla 6, que
una letra cercana en la forma gráfica o una que muestra el uso de consonantes al inicio de pala-
representaba un fonema semejante. Por ejemplo, bra, las letras S, B y T fueron más empleadas en
los contextos de mayor índice de desaciertos el contexto que se ajusta al nombre de la letra (o
fueron pino, tina y tela. Para el caso de pino hu- nombre aproximado, SE, BE y TE). Por otro la-
bo siete desaciertos: tres niños eligieron B; otros do, las letras P y M fueron ligeramente más em-
tres eligieron D (ambas gráfica y fonológica- pleadas en los contextos de PA y MA, respecti-
mente semejantes), y uno eligió X. Aunque to- vamente. La S tiene resultados prácticamente
dos sabían que faltaba “pi” o “/p/”, dos intenta- iguales en los contextos SE y SA.
ron dar otra denominación: “pi… de” y “pi… be”. Los resultados fueron similares para las con-
Esos dos niños fueron capaces de empatar la le- sonantes intermedias (véanse tablas 7 y 8). Inde-
tra elegida con el nombre de la letra menciona- pendientemente de la posición de la sílaba (ini-
da. Para la letra T (en ambos contextos) hubo 13 cial, media o final), en los contextos en las que
desaciertos: cinco eligieron J; cuatro eligieron Y; aparecen las vocales /i/, /o/ y /u/, las consonantes
dos eligieron F (todas letras con un alto pareci- aparecen menos frecuentemente. En esos casos,
do gráfico) y, por último, otros dos eligieron la hubo un mayor uso de vocales correctas para re-
letra M, que no presenta ningún parecido con presentar la sílaba, excepto para ZO. La repre-
la letra correcta. Vale destacar, entonces, que solo sentación del fonema /s/ fue muy alta en todos
seis de las 38 elecciones incorrectas no presen- los contextos. El desempeño más bajo correspon-
taron parecido con la letra correcta. dió a /si/, que no aparecía en la sílaba inicial.

TABLA 5. Lista de palabras empleadas y sílabas que se analizan en la tarea de escritura

Consonante Inicio de palabra Sílaba intermedia o final

P Paleta Pelota Zapato Mariposa


B Vacuna Venado Buzo Cebolla
T Tinaco Telaraña Paleta Pelota Zapato
S Zapato Cebolla Mariposa Medicina Buzo
M Mariposa Medicina

TABLA 6. Frecuencias de uso de consonantes cor rectas al inicio de palabra


(13 niños entrevistados)
Consonante P B T S M

Sílaba inicial Pa Pe Ba Be Bu Te Ti Sa Se Ma Me
Emplean
consonante y 3 4 5 3 2 3 2 6 4 5 5
vocal correcta
Emplean
consonante 9 6 1 6 2 7 3 6 9 6 2
correcta
Emplean vocal 1 1 4 2 7 3 7 1 0 1 5
correcta
Emplean otra
consonante 0 2 3 2 2 0 1 0 0 1 1
40
TABLA 7. Frecuencias de uso de consonantes cor rectas en sílabas intermedias y finales
(13 niños entrevistados)

Consonante P B T S

Palabra Zapato Mariposa Cebolla Zapato Paleta Pelota Buzo Mariposa Medicina

Emplean
consonante y 3 3 2 2 4 2 9 8 5
vocal correcta

Emplean
consonante 8 3 2 0 1 1 2 3 4
correcta

Emplean vocal 2 7 7 9 6 7 2 2 4
correcta

Emplean otra 0 0 2 2 1 3 0 0 0
consonante

Emplean otra 0 0 0 0 1 0 0 0 0
vocal

TABLA 8. Comparación de respuestas cor rectas al inicio de palabra


vs. sílabas intermedias y finales (13 niños entrevistados)

Consonante P B T S

Sílaba Pa Pe Po Ba Be Bo Bu Ta Te Ti To Sa Ce Ci Zo

Inicial 12 10 – 6 9 – 4 – 10 5 – 12 13 – –

Intermedias 11 – 6 – – 4 – 8 – – 2 11 – 9 11
y finales

Cuando los niños escribían una consonante N para M: como en NESINA para medicina.
no convencional para la palabra, los errores
eran, en su mayoría, debidos a una fuerte seme- S, D, X, P y L para T: como en PELODA,
janza fonológica o gráfica: D o F para P (en la PEOPA para pelota y SPLO para zapato.
muestra solamente aparecen dos errores de este
tipo); P, D, F para B; N para M. La letra T tuvo Un ejemplo interesante se puede observar
mayor dispersión: de las siete consonantes al- en el siguiente extracto de entrevista:
ternativas, aparecen S y D en dos ocasiones ca-
da una, y X; P y L en una ocasión.
Entrevistador: -Ahora escribe pelota
Las siguientes escrituras infantiles ejempli-
fican estos usos no convencionales de las con- Niño : -Pe, pe, pe, la pe… es…[escribe D], pe,
sonantes: pee, la E [escribe E]. Peeeel-lo-/l/, ¿Cuál es la
/l/?... Ya sé, es esta[escribe L]. Pe-lo, lo, lo, lo,
la O, la de Omar [escribe O]. /p/, /e/, /l/,
/o/…ta, ta[escribe P]. No…[borra P].Pe-lo-
D o F para P: como en FEOA y DELOTA para /t/, /t/, /t/, /t/… la /t/… la ta, la ta, la /t/…
pelota. ¿Cuál es la ta?... es como un sonido de música...
como tau[escribe T]. Pe- lo-ta, ta, ta, ta, la A
P, D, F para B: como en DENO para venado y
[escribe A].
SEPOYA para cebolla. 41
Como se puede observar en el ejemplo an- usara una sílaba diferente al nombre de la letra
terior, al escribir invitamos a los niños a ir ha- como denominación combinada, mientras que
ciendo verbalizaciones que indicaran qué es lo en las palabras con inicio πLaparecen algunas
que iban a escribir. Estos recortes fueron anali- respuestas SN.
zados como una especie de denominación en
Los siguientes son algunos ejemplos de es-
acción. En el conjunto de datos, solamente dos
tas “denominaciones dobles en acción” (los
letras no fueron denominadas (el 1% de las res-
ejemplos corresponden a niños diferentes, y en-
puestas posibles).
tre paréntesis se indica la palabra que escribía el
Cuando la denominación que daban a la pri- participante en ese momento):
mera letra que escribían era correcta, los resul- SR: “la ma de mamá” (mariposa); “la ti de tina,
tados fueron semejantes a las otras tareas de de- de tiburón” (tinaco); “la me de México, de ma -
nominación: las respuestas que denotaban una má” (medicina)
sola denominación (segmento fónico, nombre
de letra o una sílaba con una vocal diferente a NR: “La ce de Camila” (cebolla); “la te de dien -
tes” o “la te de te quiero” (telaraña).
/e/) equivalen al 54.6% del total. Para el conjun-
to de palabras (tanto las que iniciaban como el FS: “La /s/, la sa” o “la sa, la /s/” (zapato).
nombre de la letra como aquellas que iniciaban
con una sílaba no coincidente con el nombre de Finalmente, el 9% de las respuestas corres-
la letra), las respuestas más comunes, con el pondieron a denominaciones triples (FSR, con
mismo número de ocurrencias, fueron el seg- el 4% de aparición en el conjunto de las deno-
mento fónico (el 19.2%) y la sílaba ( el 19.2%). minaciones; SNR, con el 3% y FNR, con el
El nombre de la letra fue usada en el 16.2% de 2%). Por ejemplo:
los casos. La diferencia entre el uso del nombre FSR: “La /s/, la sa de saso, de sapo” (zapato);
de la letra y la sílaba probablemente se deba a “La BU de bubu…la /b/… de Abril” (buzo); “la
que había una palabra menos con inicio =L. Si /s/, la ce, la ese de Cecilia y semilla” (cebolla).
consideramos por separado los dos tipos de pa-
SNR: “La ti, la te de teto” (tinaco).
labra (con inicio igual al nombre de la letra, o
inicio no coincidente al nombre de la letra), esta FNR: “La /b/, la be de bebé” (venado).
perspectiva cambia ligeramente. Aunque el uso
del segmento fónico permanece prácticamente Para las letras intermedias, los resultados
igual para ambas condiciones, el uso del nom- fueron coincidentes. Un ejemplo del juego que
bre de la letra resulta más común en las palabras hacían los niños con los diferentes tipos de de-
=L, mientras que el uso de la sílaba es más fre- nominación a lo largo de la producción es el si-
cuente en palabras πL. De hecho, para las deno- guiente fragmento de la escritura de PALETA:
minaciones simples, no aparece ningún caso de “pa [P], pa, pa-l....[L], let, pa-let... te, te, palet...
denominación por medio del nombre de la letra te, te, te, te... la te, la te de tierra [T]”.
en la condición πL, ni la denominación a través Hay que recordar que ninguna de las letras
de la sílaba en la condición =L. intermedias estudiadas estaba en un contexto si-
lábico coincidente con el nombre de la letra (ta-
Otro porcentaje importante de respuestas, el blas 7 y 8, como referencia). Las denominacio-
35.4%, correspondió a denominaciones dobles nes simples (el 58.1% del total de respuestas)
(SR, FS, NR, FR, FN, o SN). Para las letras en ocurrieron con las siguientes frecuencias: F (el
sílabas no coincidentes con el nombre de la le- 33.9%) y S (el 24.2%). Las denominaciones do-
tra (πL), los casos más frecuentes fueron SR (el bles correspondieron al 32.3%. Las más fre-
8.1% del total de respuestas), SN (el 5.1%) y FS cuentes de este tipo fueron SR (el 14.5%) y FS
(el 3%). Para aquellas que iniciaban con el (el 12.9%). Por último, las denominaciones tri-
nombre de la letra (=L), las respuestas se con- ples corresponden al 8.1% (FSR con el 6.5%).
centraron en las denominaciones NR (el 12.1%)
y FN (el 5.1%). Por último, la combinación FR En este conjunto de datos, solamente apare-
aparece en ambas condiciones con muy baja cieron dos ocurrencias de denominaciones por
frecuencia (el 1% en cada una de las condicio- nombre de letra, siempre en combinación con
nes). Es posible observar que para las palabras otras denominaciónes: SN y FNR. Por ejemplo,
42 con inicio =L no aparecieron casos en donde se (SN) “La PA, la PE” (para zapato).
Por último, en el conjunto de las respuestas la mayoría de los casos, los errores tuvieron que
correctas (letras iniciales e intermedias, inclui- ver con la elección de una consonante que re-
das en sílabas coincidentes y no coincidentes presentaba fonemas con rasgos semejantes,
con el nombre de la letra), y tomando en cuenta aunque también aparecieron errores por seme-
todos los tipos de denominación, el nombre de janza de forma gráfica.
la letra apareció en el 28% de las denominacio- Otra de las conclusiones que se puede sacar
nes, aunque solo una quinta parte de ellas apa- de esta investigación es que el contexto vocáli-
reció en palabras que no iniciaban como el co parece ser también importante para la elec-
nombre de la letra. Hay que considerar, por otra ción de la letra correcta. Los datos sugieren que
parte, que solo una cuarta parte de todos los una misma consonante tiene diferentes grados
contextos silábicos estudiados corresponden a de dificultad si está seguida de /i/, /o/ y /u/. Al-
la condición =L. gunas letras, como P y M, tuvieron práctica-
mente la misma probabilidad de ser elegidas en
Conclusiones combinación con /a/; probablemente porque
hay referentes muy disponibles, como “mamá”
A pesar de no haber recibido instrucción direc- y “papá”. Sin embargo, aunque sea tangencial-
ta sobre las letras o su nombre convencional, ni mente, parecería que las combinaciones con /e/,
sobre la correspondencia entre letras y segmen- que coinciden con el nombre convencional o
to fónico, los datos de esta investigación sugie- aproximado de la letra, favorecen la aparición
ren que los niños entrevistados tenían un cono- de la consonante correcta.
cimiento muy amplio de las letras. En general, Si bien en este trabajo propusimos solamen-
los niños las denominaban usando el segmento te dos contextos en la tarea de escritura donde
fónico que estas representaban. Sin embargo, se repetía la misma sílaba (PA y SA), se puede
fue muy frecuente también que usaran el nom- ver, en general, que el número de respuestas co-
bre de la letra o la sílaba que iban a escribir o a rrectas fue mayor al inicio de la palabra que en
identificar como denominación. Aunque la ma- las sílabas intermedias y finales. La excepción
yoría de las denominaciones eran simples (en el fue el caso de la letra S, en el que, sin importar
sentido de que solamente nombraban la conso- el contexto de uso, la mayoría de los niños lo-
nante en cuestión de una sola manera), muchas graron emplear S o C de manera correcta. En el
veces los niños recurrían a nombrar la letra caso en que la sílaba inicial coincidiera con el
usando denominaciones combinadas (por ejem- nombre de la letra, el éxito fue ligeramente ma-
plo, la sílaba más el segmento fónico). Estas yor. Esto tal vez se deba a que los niños pueden
combinaciones iban seguidas, en muchos casos, aislar o encontrar la letra pertinente de manera
de una palabra que contenía la consonante de- más fácil al inicio de la palabra, ya sea porque
seada (referente). es el primer recorte (usualmente silábico) o por
En todos los casos, recurrir a otra denomi- la facilidad para relacionarlo con un referente.
nación (por ejemplo, el segmento fónico o la sí- Por último, las letras que representan con-
laba, seguida del nombre de la consonante) o re- sonantes continuas (/m/ y /s/) parecen ser fácil-
currir a un referente que contenía la letra, usual- mente aislables e identificables. Una excepción
mente (pero no necesariamente) en posición ini- es la letra P. Estas tres letras (M, S y P) tuvie-
cial, parecía ser el recurso que usaban los niños ron un porcentaje de uso en la escritura superior
para saber cuál letra era la pertinente. Es decir, al 69%, mientras que B y T alcanzaron un por-
los datos sugieren que cuando un niño debe ele- centaje de aparición correcta menor al 45%.
gir entre varias letras de un repertorio, le es útil
Los datos revelan que los niños de la mues-
pensar en diversas denominaciones, o, dicho en
tra poseen una “conciencia fonológica” bastante
otras palabras, pensar en diferentes contextos
desarrollada. Este es un dato que podría sorpren-
posibles de esa letra para elegir rasgos semejan-
der, dado que los niños entrevistados no habían
tes de utilización y eliminar aquellos más dis-
tenido entrenamiento en esta “habilidad”, ni ha-
crepantes.
bían recibido instrucción directa sobre el nom-
La información destacada en esta investiga- bre de las letras ni los sonidos que estas repre-
ción también sugiere que, en este proceso, los sentan. De hecho, como se mencionó anterior-
niños cometen equivocaciones inteligentes. En mente, la escuela a la que los niños asistían 43
hace énfasis en la escritura y lectura de textos En otras palabras, la conciencia fonológica
completos, con un fin generalmente comunicati- es un proceso importante en la adquisición del
vo. La escuela, sin embargo, trabaja también pa- sistema de escritura, pero esta parece también
ra que los niños escriban de la mejor manera po- poder desarrollarse a partir de la escritura; siem-
sible, sin esperar que la convencionalidad de la pre y cuando la producción escrita implique, por
escritura surja de manera rápida. Esto implica parte de los niños, una constante toma de deci-
actividades de escritura individual o en peque- siones y una actividad inteligente que requiera
ños grupos (muchas veces con una consigna por de la relación de las informaciones disponibles.
medio de la cual uno de los niños debe escribir, La ventaja que parece ofrecer esta vía didáctica
mientras que otros toman el papel de ayudantes). es la de permitir no perder de vista el objeto de
También se hace énfasis en actividades de co- enseñanza (la lectura y escritura de textos pre-
rrección de sus propias escrituras, ya sea de ma- sentes en la cultura escrita, mediada por las
nera individual o grupal. Otras veces, los niños prácticas sociales de la lengua), a la vez que
dictan a la maestra, a quien le van dando indica- permitir el acceso y la comprensión del sistema
ciones precisas de qué y cómo hay que escribir. de escritura.
En estos intercambios, los niños deben ha-
cer una toma constante de decisiones de qué le-
tras usar. Estas situaciones implican, a su vez, Referencias bibliográficas
la búsqueda de semejanzas y diferencias con Adams, M. (1990). Beginning to Read: Thinking
palabras conocidas (los nombres propios, por and Learning about Print. Cambridge, MA:
ejemplo), y el pedido de información a la maes- MIT Press.
tra sobre palabras que sirvan de “pista” para es- Burgess, S.R. y Lonigan, C.J. (1998). Bidirectional
cribir lo deseado. Este parece ser un espacio de relations of phonological sensitivity and
intercambio muy importante en el que los niños prereading abilities: Evidence from a preschool
establecen relaciones entre sus propios conoci- sample. Journal of Experimental Child
mientos (los aprendidos en la escuela y los am- Psychology, 70, 117-141.
bientales, adquiridos en ámbitos cotidianos
Byrne, B. y Fielding-Barnsley, R. (1989).
fuera de la escuela). Acquiring the alphabetic principle: A case for
De ese modo, parecería que el espacio de in- teaching recognition of phoneme identity.
Journal of Educational Psychology, 82,
tercambio que se crea en el aula propicia que las
805-812.
letras se relacionen con palabras y contextos si-
lábicos diferentes y que reciban denominacio- Castles, A. y Coltheart, M. (2004). Is there a causal
nes muy diversas, siempre al servicio del interés link from phonological awareness to success in
de escribir una palabra inmersa en un texto. learning to read? Cognition, 91, 77-111.
Aunque esta investigación se mantuvo en el ni- Ferreiro, E. y Teberosky, A. (1979). Los sistemas
vel de la palabra para lograr un mayor control de escritura en el desarrollo del niño. México:
de los datos, las respuestas de los niños mues- Siglo XXI.
tran esta constante búsqueda de relaciones que Ferreiro, E. et al. (1982). Análisis de las
les permitan dar sentido a sus escrituras. No es perturbaciones en el proceso de aprendizaje
extraño, en este contexto, que los niños hicieran de la lecto-escritura: las relaciones entre el
relaciones entre una diversidad de contextos de texto como totalidad y sus partes (Fascículo
uso y a una variedad de denominaciones para 4). México: SEP-OEA.
elegir las letras correctas en sus escrituras. McBride-Chang, C. (1999). The ABC’s of the
En síntesis, los datos parecen plantear que ABC’s: The development of letter-name and
letter-sound knowledge. Merrill-Palmer
hacer ejercicios de conciencia fonológica no es
Quarterly, 45, 285-308.
la única vía para adquirir esta “habilidad”, y que
las letras pueden ser conocidas también por me- Pennington, B.F. y Lefly, D.L. (2001). Early
dio de caminos alternativos a la presentación de reading development in children at risk for
letras sueltas que se hacen corresponder a los dyslexia. Child Development, 72, 816-833.
sonidos que representan. La actividad misma de Quinteros, G. (1997). El uso y función de las
escribir, concebida como un espacio de refle- letras en el período pre-alfabético. México:
44 xión, sirve a los mismos fines. DIE-CINVESTAV.
Share, D.L. (2004). Knowing letter names and Wagner, R., Torgesen, J.K. y Rashotte, C. (1994).
learning letter sounds: A causal connection. Development of reading-related phonological
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88, 213-233. tional causality from a latent variable longitudi-
nal study. Developmental Psychology,
Stuart, M. y Colheart, M. (1988). Does reading
30, 73-87.
develop in a sequence of stages? Cognition,
30, 139-181.
Treiman, R. y Broderick, V. (1998). What's in a
name: Children's knowledge about the letters in
Este artículo fue recibido en la Redacción de LECTU -
their own names. Journal of Experimental
RA YVIDA en enero de 2008 y aceptado para su publi -
Child Psychology, 70, 97-116.
cación en abril del mismo año.
Treiman, R., Tincoff, R., Rodriguez, K., Mouzaki,
A. y Francis, D.J. (1998). The foundations of
literacy: Learning the sounds of letters. Child
Development, 69, 1524-1540.
* Susana Cano Muñoz: Licenciada en Psicología
Treiman, R. (2006). Knowledge about letters as a Educativa y magíster en Desarrollo y Aprendiza-
foundation for reading and spelling. En R.M. jes Escolares por la Universidad Autónoma de
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Mahwah, NJ: Erlbaum.
Treiman, R., Kessler, B. y Pollo, T.C. (2006).
Learning about the letter name subset of the
vocabulary: Evidence from U.S. and Brazilian ** Sofía A. Vernon: Licenciada en Psicología Edu-
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211-227. na (Xochimilco). Magíster y Doctora en Investi-
gación Educativa por el Departamento de Inves-
Vernon, S. y Calderón, G. (1999). Letras y tigaciones Educativas del CINVESTAV, México.
sonidos en la alfabetización inicial. Reporte Profesora del posgrado de la Facultad de Psicolo-
de investigación no publicado. Sistema de gía y de la Facultad de Lenguas y Letras de la
Investigación Miguel Hidalgo. CONACYT. Universidad Autónoma de Querétaro.

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