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APUNTES TEMA 6 ¿Qué es la realidad?

De forma habitual utilizamos la palabra realidad, ¿pero a qué nos referimos realmente?
Uno de los aspectos más característicos del conocimiento humano es la constante
búsqueda de definir la realidad, pero nos damos cuenta de que es un término demasiado
amplio como para darle una definición concreta. Por ejemplo, cuando decimos que los
fantasmas no son reales, no estamos diciendo lo mismo que cuando afirmamos que mis
planes de convertirme en ingeniero son poco realistas.

Tradicionalmente se ha intentado definir lo real de dos maneras, mediante una definición


negativa la realidad es lo contrario a lo aparente o a lo que es posible. Sin embargo, con
esta definición sólo estamos diciendo lo que no es real e ignorando que la posibilidad de
que algo sea también forma parte de su realidad. Por ejemplo, un alumno es un futuro
trabajador, por lo que no es real que ahora mismo ese estudiante sea un trabajador, sin
embargo forma parte de su realidad el que en un futuro ocupe un puesto de trabajo. Por lo
que básicamente la información que nos da esta definición es incompleta.

Apariencia y realidad

En muchas ocasiones podemos confundirnos con lo que algo aparenta ser y lo que es
verdaderamente, por ejemplo cuando alguien finge ser amable diríamos que aparentaba ser
buena persona, refiriéndonos a que en realidad no lo es, que su verdadero ser es otro.

Esta diferenciación puede ayudarnos mucho en nuestro día a día, sin embargo es
incompleta puesto que el ser de muchas cosas consiste precisamente en aparentar ser
otras. Esto parece algo contradictorio, pero pensemos en un camaleón y su camuflaje, lo
que verdaderamente lo define es esa capacidad de engañar al ojo, o también la magia, que
busca recrear ilusiones que sean creíbles.

Posibilidad y realidad

Al mismo tiempo, podemos hablar de realidad como lo que es ahora, y no lo que puede
ser, porque en cierto modo lo que es posible aún no existe. Hay cosas que directamente
son imposible que sucedan, como dibujar un cuadrado circular, pero que en un futuro se
pueda viajar a Marte es posible, por lo que podríamos decir que es más real que lo primero,
aún sin haberse dado ninguno de los dos casos a día de hoy.

Existen realidades que tienen un futuro ya marcado, a este “destino” lo llamamos potencia.
Sabemos que si plantamos una semilla, y se cumplen las condiciones adecuadas, esta
germinará, por lo que la semilla tiene la potencialidad de convertirse en árbol, es una
posibilidad real. Aún así, al no haber pasado aún, puede haber causas que impidan el
desarrollo de este árbol, por lo que las posibilidades reales tienen menos realidad que algo
que está siendo en este momento. Diríamos que es más real la semilla en este momento
que la posibilidad de que se convierta en un árbol, aunque sepamos que es totalmente
probable que suceda.
1. Tipos de realidad:

Lo contingente y lo necesario:

Podemos definir lo contingente como algo que actualmente es, pero puede dejar de ser y
pudo no haber sido. Mismamente nuestra existencia es contingente, porque es, pero podría
no haber sido y en algún momento dejará de ser.

En cambio, algo necesario podemos definirlo, en primer lugar como algo que debe ser así,
por ejemplo las propiedades de ciertos objetos o seres. Para ser un triángulo, necesitamos
que sus lados sumen 180º o para ser un mamífero necesitamos una serie de características
concretas, aquello que no cumpla estas características, no lo será.

En la cosmovisión aristotélica, el término necesario hacía referencia a la necesidad de un


primer motor que permitiese la existencia de los primeros seres contingentes. Su lógica
era más o menos la siguiente: si todos los seres tienen un origen, antes de ese origen no
existían, por lo que no podían generarse ni a ellos mismos ni a otros seres, por lo tanto,
necesitamos de la existencia de un primer ser necesario que no dependa de otro
automáticamente para existir.

Cosas naturales y cosas artificiales

La distinción entre natural y artificial de primeras parece clara: lo natural es aquello que la
naturaleza produce, y lo artificial lo que el ser humano fabrica o crea. Esta distinción
podemos verla a menudo, por ejemplo en supermercados, donde se utiliza la etiqueta
“natural” como sinónimo de saludable y bueno.

Alejándonos de posibles connotaciones podemos definir lo natural como aquello que le es


propio a un ser, que forma parte de su esencia. De esta manera, lo natural es que los seres
humanos fabriquemos utensilios, es lo que llevamos haciendo desde miles de años, pero el
resultado de esta naturaleza, es decir, el utensilio sería artificial.

Realidad virtual: simulación y ficción

Otro de los aspectos que forma parte de nuestra vida son obras que, en un sentido estricto,
no existen de manera independiente ni pueden producir efectos de forma independiente.
Estamos hablando de obras de ficción, tales como libros o películas: sus personajes no
existen en la vida real, sin embargo ¿quién no le ha cogido odio o se ha enamorado de un
personaje de ficción? ¿quién no ha tenido miedo a los fantasmas? Diríamos que estos
personajes forman parte de nuestra realidad, aún sin existir, porque provocan efectos sobre
nosotros.

Podríamos diferenciar entre simulación y ficción diciendo que la ficción relata historias o
describe realidades que no tienen por qué ser fieles a nuestro mundo. La simulación, por el
contrario, necesita imitar de la forma más exacta posible a la realidad.
Realidad física y psíquica

Podemos definir como realidad física a aquello que podemos percibir con nuestros sentidos
y que existe de manera independiente a que nosotros lo percibamos o no. Es decir, existen
fuera de nuestra mente, sin embargo, su existencia queda “grabada” en nuestro cerebro.
Por ejemplo, si pienso en la pista blanca del colegio, esa pista es una realidad en sí, porque
existe con independencia de nosotros, pero la idea que nosotros tenemos de la pista blanca
es una realidad mental, puesto que únicamente existe en nuestra mente. Es una
reconstrucción de una realidad física, que será más o menos completa, pero que al fin de
cuentas no deja de ser una representación que hace nuestro cerebro

De esta manera, podemos afirmar que la actividad mental es real, pero que el producto de
esta no lo es.

La realidad sustancial

Cuando queremos conocer algo “de verdad” somos conscientes de que no podemos
quedarnos en la mera apariencia. Esto fue lo que llevó a los primeros filósofos a defender
que la verdadera realidad es aquella que permanece bajo todos los cambios.

Platón pensaba que las realidades con mayor peso ontológico son las ideas. Estas solo
pueden conocerse a través de la razón y necesitan de un largo proceso intelectual para
poder ser captadas. Lo que una persona realmente es, no lo encontramos en un individuo
en concreto, ese individuo está sujeto a cambios y solo conociéndolo a él no podemos
hacernos una idea de cómo son las personas. La idea de persona, sería el verdadero ser, lo
que todos los seres humanos compartimos y que no cambia. De esta manera, según Platón,
las ideas poseen una mayor realidad que los objetos sensibles.

Aristóteles defendía que lo verdaderamente real de los seres era la sustancia, lo que cada
cosa tiene y le hace ser tal y como es, su esencia. Al mismo tiempo que tenemos esencia,
los seres tenemos propiedades que podemos ganar o perder con el paso del tiempo. Nos
seguimos identificando con el mismo ser que hace unos años, pero sin embargo hay cosas
que van cambiando, altura, peso, conocimientos… Estas propiedades Aristóteles las
denominaba accidentes y variaban de un ser a otro, sin afectar a su esencia.
La realidad relacional

Hay perspectivas filosóficas que defienden que no es la sustancia lo que constituye la


realidad, sino que la realidad es una superestructura y cada cosa se define en función de la
posición que ocupe con respecto al resto. Nada empieza a ser lo que es y después se pone
en relación con otros. Esta perspectiva fue favorecida por la visión mecanicista de la
revolución científica que se produjo en el Renacimiento. Descartes defendía que el mundo
tiene una estructura racional comparable a la de una máquina extremadamente compleja y
precisa. Hegel pensaba que la realidad era un todo coherentemente relacionado, donde
cada elemento está referido y conectado con el resto, por lo que es imposible comprender
dichos elementos de forma aislada.

Desde este punto de vista, para conocer una cosa no basta con conocer su definición, sino
que hay que ver con qué otros elementos de la realidad se relaciona para así obtener una
visión completa de la misma. Aquí podemos poner el ejemplo del libro sobre el coltán,
echadle un ojo porque no está nada mal.

También os dejo este vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=utoJJTMO3Eg


Explica cómo los lobos consiguen cambiar el curso de un río y puede ser bastante ilustrativo
sobre lo que acabamos de ver.

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