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Definición de autoestima

Es la valoración que tienes de ti mismo. Puede ser positiva o


negativa.

Se forma con los pensamientos, sentimientos, sensaciones y


experiencias que has ido teniendo sobre tu imagen durante toda tu
vida. Pueden ser positivos, alta autoestima, o al revés, una
incómoda sensación de no ser lo que deseas, baja autoestima.
¿Por qué es importante la autoestima?

Con una autoestima alta te sientes bien contigo mismo/a. Aprecias


tu propia valía. Estás orgulloso/a de tus capacidades, habilidades
y logros.

Con baja autoestima sientes que no gustarás a nadie, que nadie te


aceptará o que no eres bueno en nada.

La buena o la mala autoestima influirán en todos los aspectos de


tu vida, en la formación de tu personalidad y también en tu
felicidad.

¿Y cómo se forma la autoestima?

Se forma desde el nacimiento. Es la relación entre el


temperamento genético y el ambiente en el que vives. Todo se va
asimilando e interiorizando. Puede variar a lo largo de la vida.

Factores que influyen:


 Personales (imagen corporal, habilidades físicas e intelectuales,
etc.)
 Personas importantes (padres, hermanos, profesores, amigos u
otras)
 Sociales (valores, cultura, creencias, etc.).

Como verás, la autoestima está muy ligada a la sociedad en la


que naces y vives.

La autoestima infantil influye en la global. Es el periodo más


delicado. Cuando naces tienes una estrecha relación con tus
padres, sobre todo con tu madre. El sentirte querido y
protegido hará que te sientas como alguien importante y valioso.
Este es el inicio de la autoestima. Al crecer tu autoestima va
cambiando, ya que te relacionas con otros familiares, compañeros,
profesores, vecinos, etc.
La autoestima del adolescente suele disminuir por los cambios
físicos que tu cuerpo tiene. Te empieza a importar el no ser
correspondido por amigos o por el grupo al que perteneces.
También influyen los cambios: el paso de primaria a secundaria y
a veces, el traslado de centro escolar.

Dos cosas en particular influyen en la autoestima que tengas:

 cómo eres visto y tratado por los demás


 cómo te percibes a ti mismo.

Cuando eras pequeño, padres, profesores y otras figuras de


autoridad influían en las ideas que tenías sobre ti mismo. Si
sufriste más críticas que elogios, es menos probable que hayas
desarrollado una autoestima sana. También es fácil que los
adolescentes que estáis aún formando valores y creencias,
construyáis vuestra imagen a partir de lo que dicen las personas
de alrededor.

Pero las críticas no siempre vienen de otros. También pueden


venir de ti mismo que actúas de "crítico interior”. Si esta crítica es
negativa puedes dañar tu autoestima tanto como si viniera de
fuera. Si te ves con las cualidades que admiras, probablemente
tendrás una autoestima alta. Por el contrario si no ves en ti las
cualidades que admiras, puedes desarrollar una baja autoestima.
A veces lo que pasa es que no eres capaz de apreciar las grandes
cualidades que tienes.

Para qué te va a servir la autoestima

- Aceptación de ti mismo

Debes valorar tus cualidades. Pero también tienes que tener en


cuenta los defectos y asumirlos como parte ti mismo.

- Respeto hacia ti

El valor que te des, te aportará las cualidades que los demás te


reconocerán. Solo el que se respeta puede hacerse respetar y
hacer valer sus necesidades.

- Respeto hacia los demás

Acepta las diferencias sin desprecio ni intolerancia hacia otras


personas. Se consigue con la empatía y el buen trato.
- Formación personal

Dedica tiempo a la formación de tu cerebro. La inteligencia es fruto


del trabajo del cerebro y puede crecer si lo ejercitas. El
rendimiento depende del empeño que pongas y este será mayor si
la autoestima es positiva.

Conductas indicadoras de alta autoestima

- Tener ganas de aprender y de probar algo nuevo.

- Ser optimista con respecto al futuro.

- Establecer objetivos y metas.

- Estar seguro y ser responsable de los propios actos.

- Conocer los puntos fuertes y débiles y aceptar las criticas.

- Ser autocríticos. Aprender de los errores. Enfrentar fracasos y


problemas.

- Confiar en uno mismo y en la propia capacidad para influir sobre


los hechos.

- Tener estabilidad emocional. Ser capaces de decir sí o no. Saber


amar y hacerse amar.

- Tener facilidad para la comunicación y para tener amistades.

- Ser sensible ante las necesidades de los demás y cooperar.


Expectativas: buena salud mental, emocional, sexual, social.
Conductas indicadoras de baja autoestima

- Rechazar las actividades de estudio, deportivas o sociales por


miedo al fracaso.

- Falta de compromiso.

- Engañar. Mentir. Echar la culpa a otros.

- Conductas regresivas (hacerse el pequeño).

- No confiar en sí mismo. Creer que no se tiene capacidad del


control. Actitud
insegura.

- Falta de confianza, de respeto y de valoración de los demás.

- Timidez excesiva. Agresividad, violencia, actitud desafiante o


conductas no sociales.

- Necesidad continua de llamar la atención y de aprobación.

- Falta de
disciplina.

Expectativas: riesgo de abuso de drogas, de enfermedades


mentales, de trastornos de alimentación y de problemas con la
sociedad.
¿Quieres mejorar tu autoestima? Aquí tienes algunos
consejos para empezar:
- Deja de tener pensamientos negativos sobre ti mismo. No
centres la atención en tus defectos, empieza a pensar en aspectos
positivos. Cuando te des cuenta de que estás siendo demasiado
crítico contigo, contrarréstalo diciendo algo positivo sobre ti
mismo. Cada día anota tres cosas sobre ti que te hagan
feliz.
- Ponte como objetivo el logro en vez de la perfección.
Algunas personas dejan de realizar sus objetivos debido a sus
ansias de perfección.
- Considera los errores como oportunidades de aprendizaje.
Acepta que cometerás errores porque todo el mundo los hace.
Forman parte del aprendizaje. Recuerda que las aptitudes de una
persona están en constante desarrollo, y que cada uno sobresale
en unas cosas -es lo que hace interesante a la gente-
.
- Prueba cosas nuevas. Experimenta con actividades que te
pongan en contacto con tus aptitudes. Luego siéntete orgulloso de
las nuevas habilidades que has adquirido.
- Identifica lo que puedes cambiar y lo que no. Si te das cuenta
de que hay algo tuyo que no te hace feliz y puedes cambiarlo,
empieza ya. Si se trata de algo que no puedes cambiar (como tu
altura), empieza a quererte tal y como eres.
- Fíjate metas. Piensa en qué te gustaría conseguir y luego
diseña un plan para hacerlo. Sigue el plan y anota tus
progresos.
- Siéntete orgulloso de tus opiniones e ideas. No tengas miedo
de decirlas.
- Colabora en una labor social. Dale clases a un compañero
que tiene problemas. Ayuda a limpiar tu barrio. Participa en una
maratón benéfica por una buena causa. Hazte voluntario de
alguna asociación. Sentir que aportas algo y que se reconoce tu
ayuda hace maravillas para aumentar la autoestima.
- Haz ejercicio. Quitarás estrés y estarás más sano y más
feliz.
- Pásatelo bien. Disfruta tu tiempo con personas que te importan.
Haz cosas que te gustan. Relájate y no dejes tu vida en suspenso.
A veces, los problemas de baja autoestima no se pueden superar
sin ayuda.
Si tienes la sensación de que tu autoestima está repercutiendo
negativamente sobre tu vida, pide ayuda. Necesitas que te ayuden
a ver con objetividad y dar positividad a tus habilidades y
capacidades. Habla con tus padres u otro adulto con quien tengas
una relación de amistad o en quien confíes -una persona que te
apoye y que no te haga de menos-.
Si no conoces a nadie que te pueda echar una mano, llama
al teléfono del adolescente: 116 111 (Teléfono de Ayuda a Niños
y Adolescentes. Fundación ANAR)

La adolescencia es un período de cambios. Una etapa


del desarrollo evolutivo en la que estamos en
constante búsqueda de nuestro sitio en el mundo.
De ahí la necesidad de experimentar, conocer y
posicionarse en diversos roles. Por eso, es
especialmente importante que la autoestima en los
adolescentes sea alta. De lo contrario, pueden
emprender un camino desacertado.
Durante la adolescencia adquiere fuerza la necesidad
de reflexionar profundamente sobre uno mismo. A su
vez, el cerebro va madurando y se adquieren
nuevas habilidades. Todo ello influye en el proceso
de adquisición de una nueva identidad. De ahí que
solo cuando hemos desarrollado un autoconcepto
coherente de nosotros mismos, podremos construir
nuestra autoestima.

La autoestima es la valoración del


autoconcepto
El autoconcepto es la representación mental global
que tenemos de nosotros mismos. Se nutre del
autoconocimiento. Por ejemplo “soy muy impulsivo
cuando tomo decisiones”, “me divierte pasear con mi
perro por el parque”, “soy muy competitivo cuando
juego al fútbol” o “hablo de manera muy formal con
mi tío”.
Durante los primeros años de vida, el autoconcepto
es más moldeable. Y, por tanto, más susceptible de
incorporar los valores, evaluaciones y expectativas
provenientes de las figuras de apego. Pero durante
la adolescencia es mucho menos coherente, más
arbitrario y cambiante.
Al darnos cuenta de lo que somos y cómo somos, el
autoconcepto también nos da información de cuánto
valemos. Por tanto, el autoconcepto contiene la
autoestima, la cual dependerá de la valoración que
hacemos de nosotros mismos en relación a
determinados aspectos.
En concreto, la autoestima en los adolescentes se
corresponde con la valoración que hacen de su propio
autoconcepto. Engloba los pensamientos,
sentimientos, sensaciones y experiencias que han
ido teniendo a lo largo de toda su vida. Y los
enjuician. Así, pueden valorar positiva o
negativamente la consideración que tiene sobre sí
mismos.

Cuándo se forma la autoestima


La autoestima se va forjando desde el nacimiento, al
igual que el autoconcepto. Y es fruto de la interacción
de distintos factores. Por un lado, genéticos
(temperamento) y por otro, ambientales (personales,
sociales y culturales). Todos ellos se van asimilando
e interiorizando a medida que vamos creciendo.
Esta valoración de uno mismo puede ir variando con
la edad.

¿Cómo se valora un adolescente?


Cuando le pides a un adolescente que se describa a
sí mismo, normalmente lo hará atendiendo a
atributos externos relacionados con su aspecto
físico (atractivo, rasgos, figura…) y actividades
realizadas (capacidades intelectuales y formas de
relacionarse con los demás). Igualmente, su visión
gira en torno a los conceptos de valía y
competencia. Por ello, está muy relacionada con el
éxito escolar, la competencia social y el equilibrio
emocional.
La autoestima en los adolescentes experimenta
diferencias en cuanto al género:

 Las chicas suelen tenerlo menor y más vulnerable.


Les preocupa enormemente su apariencia física, el
éxito social y su rendimiento académico.
 La autoestima de los chicos se rige más por la
dificultad de cumplir el estereotipo de hombre como
tipo seguro de sí mismo, duro e intrépido.
Conductas que indican el grado de
autoestima en los adolescentes
Dependiendo del nivel de autoestima que el
adolescente tenga, así se verán influidos el resto de
aspectos de su vida: escolar, familiar, afectivo,
intrapersonal… Además, esta valoración influirá
decisivamente en su personalidad posterior y en su
felicidad.

Adolescentes con alta autoestima


 Se sienten queridos y aceptados por su
entorno. Además, se encuentran motivados para
aprender, probar cosas nuevas y están dispuestos a
conocer mundo.
 Suelen mostrarse optimistas respecto a su futuro y
saben abordar sus problemas desde diversos
puntos de vista.
 Se establecen objetivos y metas a corto y medio
plazo y son capaces de responsabilizarse de sus propios
comportamientos y decisiones.
 Conocen sus fortalezas y debilidades. Al igual que saben
aceptar las críticas, son autocríticos y se enfrentan a
los problemas.
 Tienen estabilidad emocional y dan muestras de
empatía.
 Son sensibles ante las necesidades ajenas, se
comunican fácilmente con las personas de su
alrededor y mantienen una red saludable de
contactos en su entorno.

Adolescentes con baja autoestima


No obstante, las conductas que dan indicios de baja
autoestima en los adolescentes están encabezadas
por una falta de confianza en sí mismos y en sus
capacidades.
 Se consideran inferiores a los demás, no respetados y
no valorados. Esto hace que rechacen realizar
actividades grupales en las que han de cooperar con
los demás.
 Sienten inseguridad y un paralizante miedo al fracaso.
 A menudo, dan muestras de falta de disciplina, de
compromiso y de asunción de su responsabilidad.
 En su intento por sobresalir y dada su necesidad
constante de llamar la atención engañan y mienten.
 Echan la culpa a los demás y a menudo adoptan
una actitud agresiva, violenta, regresiva, desafiante
y antisocial.
¿Para qué sirve la autoestima?
Erikson determina que la adolescencia es un proceso
de búsqueda de identidad y de sentido personal. Por
tanto, aunque se establezca usualmente en términos
de crisis y de caos hormonal es saludable y
contribuye al fortalecimiento del ego del adulto. La
conquista de la identidad tiene que ver con la
función que se desea desempeñar en el futuro y con
las fuerzas educativas a seguir. La búsqueda de la
identidad es una tarea vital.
Por tanto, la autoestima contribuye a que nos
aceptemos a nosotros mismos y que valoremos
nuestras cualidades. Al igual que sabemos cuáles
son nuestros defectos, debemos ser conscientes de
las fortalezas que tenemos y sacarlas a relucir.
No es ser ególatra, es ser realista y alimentar
nuestra autovaloración. La autoestima es una muestra
de respeto hacia ti mismo y hacia los demás. Solo el
que se respeta se hace respetar. Al igual que
únicamente el que se valora, se pone en valor ante
el resto de personas.

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