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INTRODUCCION: Junto con las hemorragias y la toxemia, la sepsis complementa la triada de las
principales causas de morbimortalidad en obstetricia.
Antes de que inicie su manejo anestésico, es de gran importancia que el anestesiólogo conozca la
fisiopatología de este síndrome, que cuando se complica con choque séptico y falla orgánica
múltiple, aún en la actualidad, llega a alcanzar una mortalidad de más de 60%.
CONCEPTOS BASICOS:
SIRS (síndrome de respuesta inflamatoria sistémica): Cuando el organismo de una paciente se
enfrenta a un estimulo, responde con un conjunto de signos y síntomas, llamado síndrome de
respuesta inflamatoria sistémica (SIRS). Este síndrome puede ser causado por una gran variedad
de factores, y que su presencia no es una condición sine qua non, para que se piense en exclusiva
en un proceso infeccioso. Dentro de las principales causas de síndrome de respuesta
inflamatoria sistémica se encuentran las siguientes: Infecciones, Endotoxinas intestinales,
Isquemia, Politraumatismo, Hemorragias profusas, Sustancias nocivas, Pancreatitis, Choque en
sus diferentes presentaciones, Lesión térmica.
Se habla de que este síndrome está presente cuando aparecen dos o más de las
manifestaciones clínicas siguientes:
• Temperatura corporal de > 38 oC o < 36 oC.
• Frecuencia cardiaca de > 90 latidos/min.
• Frecuencia respiratoria de >20.
• Hiperventilación (PaCO2 < 32 mm Hg).
• Leucocitosis > 12 000 o < 4 000/mm3.
• Neutrófilos inmaduros > 10%.
SEPSIS: Si el agente causal del síndrome de respuesta inflamatoria sistémica es un proceso
infeccioso, se está ante un proceso de sepsis, el cual puede evolucionar a sepsis grave, choque
séptico y disfunción orgánica múltiple.
SEPSIS GRAVE: Sepsis asociada con disfunción orgánica, hipoperfusión o hipotensión arterial.
En la hipoperfusión y anormalidades de la perfusión se pueden incluir acidosis láctica, oliguria o
una alteración aguda del estado mental.
CHOQUE SÉPTICO: Subgrupo de sepsis grave, definida como hipotensión inducida por sepsis,
a pesar de una adecuada reanimación con líquidos, con presencia de anormalidades de la
perfusión incluyendo, pero no limitado, a acidosis láctica, oliguria, o una alteración aguda en el
estado mental.
SÍNDROME DE DISFUNCIÓN ORGÁNICA MÚLTIPLE (SDOM): Es definido como la
presencia de una función orgánica alterada en la cual la homeostasis no puede ser mantenida sin
la intervención terapéutica. A menudo es irreversible y su mortalidad oscila entre 60 a 80%, en
casos en los que la disfunción involucra tres o más órganos por más de siete días. Como se verá
más adelante, no es la hipotensión arterial lo que al final daña a la paciente, sino el balance
inadecuado entre aporte y consumo de oxígeno tisular, lo que hace que los órganos, y sistemas del
paciente no funcionen en forma adecuada; si esta situación continúa, el mal funcionamiento se
perpetúa, produciéndose una disfunción mayor de varios órganos, de tal manera que entre más
órganos sean disfuncionales la mortalidad será mayor. Para establecer el diagnóstico de síndrome
de respuesta inflamatoria sistémica son necesarios dos o más signos clínicos de respuesta
inflamatoria sistémica. Algunos de estos signos, como taquipnea y taquicardia, son habituales entre
los pacientes de la UCI, por lo que el SIRS puede ser un proceso ubicuo.
FISIOPATOLOGÍA: La secuencia de fenómenos que conducen a la sepsis tal vez se inicia con la
bacteriemia. La situación mejor estudiada tanto en sistemas experimentales con animales como en
seres humanos, es la enfermedad sistémica por bacterias gramnegativas. En la membrana externa
de todas las bacterias gramnegativas se encuentra el lipopolisacárido (LPS) o la endotoxina, que
interactúa con el sistema retículoendotelial, al igual como lo hacen las exotoxinas estafilocócicas,
los glucolípidos de las micobacterias y los mánanos de la pared celular de las levaduras,
provocando el estado séptico.
Otros microorganismos productores de sepsis son los citomegalovirus, herpes, parásitos como
el Plasmodium falciparum, las rickettsiosis y los hongos. La endotoxina es un lipopolisacárido
compuesto (LPS), formado por un componente antigénico variable (cadena O específica más un
oligosacárido), y por una porción más o menos constante denominada lípido A. El lípido A es el
responsable de iniciar la respuesta del huésped frente a infecciones por gramnegativos. Cuando
la endotoxina invade el torrente sanguíneo se une a una variada gama de proteínas como
albúmina, lipoproteínas, complemento, etc., destacando sin embargo una especial afinidad por una
proteína ligante específica, la proteína de fase aguda de síntesis hepática denominada proteína
ligante de lipopolisacáridos (LBP). Este complejo LPSLBP entra en contacto con el monocito a nivel
sanguíneo o con el macrófago a nivel tisular, produciendo la activación celular.
Esta interacción es mediada por un receptor específico de membrana (CD14), presente en las
células inmunocompetentes, el cual al ser activado transmite una señal intracelular a través de una
proteína transmembrana llamada TLR4 para gramnegativos y TLR2 para grampositivos, las cuales
inducen la activación de mediadores intracelulares como las proteinasas y el factor nuclear KB, que
inician los procesos de transcripción génica para el factor de necrosis tumoral α (TNF).
El TNF y la interleucina I (IL-1) (esta última considerada dentro del grupo de las llamadas
citocininas, cininas o proteínas cinasas), determinan la fisiopatología del estado séptico a través de
sus efectos sobre la regulación de la temperatura (inducción de fiebre, posible hipotermia), la
resistencia, la permeabilidad vasculares (disminución de las resistencias periféricas y aumento de
la permeabilidad vascular con gran fuga de líquido hacia el intersticio), la función cardiaca y el
estado inotrópico del corazón, la médula ósea (aumento de leucocitos) y numerosas enzimas tales
como la deshidrogenada láctica y la lipoproteína lipasa, las cuales modifican el consumo de
energía a nivel de varios tejidos. Todos estos procesos patogénicos pueden desarrollarse en
ausencia de una endotoxina inductora, como ocurre en el caso del choque séptico por
grampositivos o después de eliminar la endotoxina de la circulación. Esta observación sustenta el
concepto que postula que los mediadores esenciales de los numerosos efectos de la sepsis serían
las citocininas y no las endotoxinas.
Muchos de los efectos de las citocinas son mediados a nivel de los tejidos efectores por el óxido
nítrico, las prostaglandinas, los eicosanoides, el factor activador plaquetario y los derivados de la
lipooxigenasa. La IL-1 y el TNF α estimulan la elaboración de otras citocinas, lo que desencadena
un efecto cascada con múltiples funciones de amplificación y regulación a medida que las citocinas
inducen a otras citocinas. Un factor en especial importante puede consistir en la producción local
de interleucina 8 (IL-8) por los fibroblastos, células endoteliales y células mononucleares en la
sangre periférica; esta citocinina cumple la función de reclutar y activar leucocitos
polimorfonucleares, que de modo ulterior pueden provocar lesiones tisulares con disfunción de
distintos órganos, lo cual sugiere que la IL-8 desempeña una función amplificadora de la IL-1 o del
TNF α producidos en el sitio de la inflamación.
También tiene lugar la activación de las cascadas del complemento, la coagulación y otras
quininas, las cuales desempeñan un papel importante en el estado séptico.
Luego de la liberación del TNF α, interleucina-I y factor activador de las plaquetas (FAP), el ácido
araquidónico es metabolizado dando origen a la formación de leucotrienos, tromboxano A2 y
prostaglandinas (en especial prostaglandina E 2 y prostaglandina I2). La interleucina 1 y 6 activan
las células T produciendo interferón γ interleucina 2 y 4 y factor estimulante de los granulocitos. La
mayoría de estos agentes tienen efectos directos sobre el endotelio vascular. La endotoxina, el
TNF α, el FAP, los leucotrienos y el tromboxano A 2 aumentan la permeabilidad del endotelio. Éste
a su vez libera dos sustancias adicionales, el factor relajante derivado del endotelio (FRDE) y la
endotelina-1. Estas dos sustancias parecen contrabalancearse la una con la otra, mientras el FRE
relaja la musculatura lisa e inhibe la agregación plaquetaria, la endotelina-1 actúa como un potente
vasoconstrictor.
Al activarse la cascada del complemento se liberan las anafilatoxinas C3 y C5a que producen
liberación de histamina y agregación de neutrófilos. La histamina liberada por las células cebadas
causa vasodilatación sistémica, vasoconstricción pulmonar y aumento de la permeabilidad capilar.
La activación de los neutrófilos libera radicales de oxígeno, proteasas y enzimas lisosomales. La
bradicinina también contribuye a la vasodilatación sistémica y al incremento de la permeabilidad
capilar. La β endorfina liberada por la hipófisis durante el estrés puede desempeñar un papel en la
depresión cardiovascular. De manera concomitante se producen sustancias anticitocinas
específicas e inespecíficas, tales como los glucocorticoides, el antagonista antiinflamatorio del
receptor de la IL-1 (IL-Ira) y los receptores solubles de citocinas y endotoxinas. Además algunas de
las citosinas liberadas IL-4. IL-6. IL-10, y el factor de crecimiento transformador β ejercen efectos
antiinflamatorios, como la reducción de la síntesis de IL-1, TNF α por parte de las células
mononucleares en respuesta a la endotoxina.
Otros agentes que pueden ser parte de la cascada séptica incluyen moléculas de adhesión,
cininas, trombina, sustancia depresora miocárdica, proteína del choque térmico.
El conocimiento que se tiene en la actualidad sobre los mediadores de la sepsis está lejos de ser
completo, y de seguro muchos de ellos permanecen aún sin ser descubiertos. Estos mediadores
interactúan de manera muy compleja, algunas veces de manera sinérgica, en otras antagónica.
No obstante su comprensión es incompleta, este nexo puede ser visto como una cascada cuyo
inicio fue el foco de infección o de injuria, y su fin el severo daño endotelial, las profundas
alteraciones hemodinámicas, respiratorias, metabólicas y con frecuencia la muerte.
FIEBRE Y ESCALOFRÍOS: Estos signos son típicos, aunque algunos pacientes que están
debilitados no los presentan; incluso algunos presentan hipotermia, lo que se asocia con mal
pronóstico.