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Niveles de
alfabetización. Alfabetización temprana.
Alfabetización inicial: Primeros momentos, que abren las puertas al mundo de lo escrito.
Definición operativa, permite actuar de manera específica. Ingreso, apropiación y recreación
de la cultura escrita.
Leer y escribir requieren de la voluntad. Motivación. Estímulo. El entorno familiar, es el
factor más crítico en el desarrollo de la alfabetización. Para desarrollar las primeras etapas
de la alfabetización es de suma importancia la contribución del hogar.
En este sentido, como bien indica nuestro Diseño Curricular, se aprenderá a leer, leyendo, y
a escribir, escribiendo. Este enfoque actual se apoya en la llamada alfabetización
emergente, concepto que hace referencia a las formas en que ciertos niños aprendieron a
leer y escribir en el ámbito de sus hogares: viendo leer a otros, escuchando lecturas,
observando a otros escribir, ensayando escrituras. Así es que se entiende a la
alfabetización como un proceso que implica el aprendizaje de las habilidades lectoras y de
escritura requeridas para la apropiación de la cultura escrita.
Las aulas ponen a la vista y al alcance de los niños los listados de nombres del grado, los
días de la semana y los meses del año, horarios, agendas, almanaques, abecedarios, cajas
rotuladas, listas de títulos de cuentos o poemas leídos, carteles en los que se distribuyen las
responsabilidades semanales, repertorios de descripciones de princesas u otros personajes
de los cuentos que se están leyendo, cuadros con notas relacionadas con temas de estudio
que se tratan en la clase, listados de palabras o expresiones que permiten obtener
información sobre ortografía y otros diversos materiales escritos, elaborados a veces por el
maestro y a veces por los mismos niños.
Estas fichas, tarjetas, etiquetas o carteles, expuestos o disponibles para todos, son
escrituras circunscriptas al contexto específico del aula que promueven experiencias
cotidianas de reconocimiento o interpretación, de copia o de búsqueda -en ellas- de la
información que los niños requieren para producir nuevas escrituras. Estas “experiencias
realizadas diariamente durante un período prolongado permiten que los niños avancen
notablemente en la apropiación de la escritura y que comprendan, por ejemplo, que la
escritura está vinculada con la vida, que puede servir para propósitos precisos y vitales.”
(Lerner, 2009).
La escritura de los carteles o tarjetas con los nombres y las listas del grado pueden formar
parte de esa instancia de presentación mutua, reconocimiento y bienvenida.
Mientras tanto, el docente no pierde de vista el hecho de que, desde una mirada didáctica,
la identificación y la escritura del nombre constituyen una fuente de información para nuevas
lecturas y escrituras; los chicos que aún no leen ni escriben de manera convencional,
encuentran en los nombres uno de los primeros modelos estables de escritura y, a
partir de ellos, empiezan a adjudicar a las letras una referencia segura: “la de Natalia”,
“la de Manuel”.
Los nombres deben circular entre los niños con diversos propósitos comunicativos; ellos
necesitan frecuentarlos para saber poco a poco qué dice en cada una de las escrituras.
No lo harán espontáneamente, el maestro propicia situaciones en las que los niños
necesitarán empezar a reconocer su nombre entre los de los niños del grado y a copiarlo o
escribirlo.
MALENTENDIDOS: el uso de este material (del ambiente alfabetizador), lo que queda sin
uso o sin sentido para el grupo, confundir ambiente con objetos capaces de alfabetizar, lo
que ayuda a alfabetizar son la relación que se mantiene con esos objetos.
5) Nombre propio. Relevancia desde el punto de vista identitario y desde el punto de vista
de su escritura. Situaciones didácticas.
En el aula de primero, el trabajo con el nombre significa también trabajar sobre los nombres
de los compañeros e involucra tanto situaciones de lectura como de escritura.
Conocimientos particulares que pueden usarse para representar una sílaba determinada.
UNIDADES NO SIGNIFICATIVAS:
MÉTODO ALFABÉTICO:
Memorización de nombres de letras y grafía. Luego crean sílabas y palabras
Deletrear sílabas y para luego pronunciar completo.
1.Nombre de vocales y consonantes independientes de cualquier palabra
2.Combina consonantes y vocal
3.Sílabas inversas (vocal consonante) Ce A (a) eme….camisa
METODO SILABICO:
Enseñanza de diferente grupos de sílabas que se combinan para formar palabras
1.Enseñanza de vocales combinadas con consonantes para formar sílabas MA, ME, MI,MO
2.Una vez aprendidas varios grupos se combinan
3.Oraciones MI MAMA ME MIMA.
METODO FÓNICO:
Principios básico de asociación entre LETRA-SONIDO
Rol docente activo en la enseñanza (correspondencia grafema-fonema)
Suprime escritura del nombre de la letra y el deletreo
Busca que el aprendiz logre sintetizar los sonidos de las diferentes grafías en sílabas y
palabras
Principio alfabético.
UNIDADES SIGNIFICATIVAS:
Se sustenta en los desarrollos gestálticos y postulan el reconocimiento del todo-la palabras
o la oración-antecedentes al de sus componentes
MÉTODOS GLOBALES
Centrado en la palabra
Enseñanza visual de un grupo de palabras, a partir de la cual el niño podrá leer y construir
frases
Memorización de la grafía de la palabra sin mediación fonológica
1. Se le presenta luna y luego lee luna
2. Luego de memorizar varias, compone oraciones (también presentan imágenes y
palabras)
PSICOGÉNESIS:
3 niveles de conceptualización en el aprendizaje
1° nivel: diferencia entre escritura y dibujo a partir de la organización de los trazos de cada
uno. Adquieren relación icónica del dibujo con aquello que representa (arbitrariedad,
linealidad propia de la escritura, los nombres representan los objetos -palabra-)
principio de cantidad mínima: 3 letras
Variación cualitativa interna: diferentes letras entre ellas
2°nivel: letras según el tamaño del objeto. mismas letras diferente orden. No análisis de
fonemas que componen la palabra.
3°nivel: Fonetización de la representación gráfica
Hipótesis silábica: a cada sílaba una letra, pero no la correcta necesariamente
Hipótesis silábica-alfabética: letras que representan sílabas con letras que representan
fonemas
Hipótesis alfabética: una letra por fonema
Palabras cortas con una Palabras con estructura CV Palabras con estructura
estructura silábica CV (desde con 3 o 4 sílabas. silábica CCV en una o más
el sonido). sílabas y/o combinadas con
PELOTA - GUSANO - CVC.
PATO - MESA - GATO - MANO MILANESA
- CHICO - LLENO - ZORRO BRAZO - TRAPO - PLATO -
Palabras con sílabas CVC. FLOR - PUEBLO
2. Lectura alfabética rudimentaria o por pistas fonéticas: Los niños ya aprendieron algunas
correspondencias, y utilizan este conocimiento para formar conexiones visuales-fonológicas
sistemáticas entre las letras que ven en las palabras y los sonidos que perciben en las
pronunciaciones. Sin embargo, estas conexiones son incompletas; solo algunas de las letras de las
palabras escritas están asociadas a sonidos, y éstas son, por lo general, letras iniciales o iniciales y
finales. Al leer MANO, por ejemplo, leen MESA, o para LIMÓN leen LUCAS.
Nos interesa recorrer un conjunto de principios básicos para pensar la enseñanza de la lectura y la
escritura en la alfabetización inicial. Estos principios, que orientan la enseñanza de la alfabetización
resultan a la vez evaluadores potentes no solo de la tarea cotidiana, sino también de los materiales
didácticos que se publican (libros de texto, revistas, sugerencias en la web) y de los que los docentes
solemos tomar ideas que inspiran nuestros proyectos de enseñanza.
1. Comunicar los propósitos: Es fundamental que el docente tenga en claro cuál es el producto
final de un proyecto o el propósito general de una secuencia, además de los objetivos
puntuales de las actividades; pero también es muy importante que comunique a sus alumnos
estos objetivos y propósitos, de manera que ellos mismos comprendan el sentido de las
tareas y puedan autoevaluar sus avances.
2. Considerar el espacio del aula: Cuando iniciamos el año escolar, los docentes solemos
decorarla e incluir materiales que serán importantes para los contenidos que vamos a
desarrollar; estas láminas a veces no se renuevan ni son suficientemente consultadas, o
muchas veces se acumulan, sin sentido claro. Si interesa tratar en cada unidad didáctica una
porción de la cultura, el espacio del aula debería reflejar cada una de esas porciones a lo
largo del año escolar. Al iniciar una unidad didáctica, se pueden incluir elementos que se
relacionan con esta unidad, elementos que se van completando con los chicos, que van
ganando en vivencias colectivas. Al concluir la unidad didáctica, se comunica este cierre y se
“descuelgan” las láminas para dar lugar a un nuevo tema. De esta manera, el aula misma
resulta una especie de espacio teatral en donde se experimentan temas, historias, proyectos.
Del mismo modo, si a lo largo de una unidad didáctica interesan ciertos temas que están
presentes en determinados libros, es interesante ubicarlos en un lugar preferencial, a la vista
de todos, durante ese tiempo, así como otros materiales relacionados.
3. Volver sobre “lo mismo”: Contrariamente a lo que solemos suponer, volver a leer el mismo
cuento, revisar lo ya escrito otro día, incluso practicar cómo se escriben o leen palabras (a
través de actividades lúdicas) no resulta aburrido ni tedioso. Al volver sobre lo mismo, los
chicos se sienten fortalecidos, pues comprenden cómo fueron avanzando. Ahora bien,
hemos entrecomillado “lo mismo”, justamente porque no lo es: se trata de garantizar
continuidad (es decir, comprensión de que estamos haciendo cosas similares) y al mismo
tiempo complejización (con palabras más difíciles, con propósitos diferentes, con mayor
fluidez para la lectura y para la escritura; es decir, aunque las tareas pueden ser “las
mismas”, se les imprime el carácter de desafío cuando se les agrega un condimento de
mayor complejidad).
4. Considerar tiempos extensos: Trabajar con “actividades sueltas” no favorece el ingreso a la
cultura escrita. Los tiempos de planificación deben superar ampliamente la “clase” o la
jornada de un día. Para esto, es importante tomar como eje un tema, un libro o varios, que
permitan sostener una enseñanza progresiva sobre un recorte particular del mundo de la
cultura escrita.
5. Tener en cuenta la presencia de diversas modalidades de agrupamiento: Es necesario
considerar escenas de desarrollo de la oralidad y de lectura y escritura colectivas, grupales y
individuales, ya que en cada una de ellas subyacen distintos propósitos de enseñanza, todos
potentes para los saberes propios de la alfabetización.
6. Abordar textos: Si la alfabetización supone el ingreso, la apropiación y la recreación de la
cultura escrita, y si la cultura escrita supone la lectura y la escritura de textos, es necesario
considerar que en toda secuencia didáctica es imprescindible trabajar con textos. En
particular, es fundamental trabajar con libros que tengan ilustraciones.
7. Prever actividades con diferentes unidades: al mismo tiempo que es necesario abordar el
trabajo con textos, las planificaciones necesitan incluir actividades de trabajo con la palabra y
la oración, que promuevan el desarrollo de la escritura y colaboren para que todos los chicos
avancen en la escritura y lectura convencionales y en la corrección (completitud y
adecuación normativa) de sus producciones. Aun cuando ya comprendan el principio
alfabético, es necesario que los chicos continúen trabajando las palabras, para ganar fluidez
en la lectura y en la escritura, para eliminar las omisiones de letras que suelen perdurar
durante un tiempo y para desarrollar su conciencia ortográfica.
8. Plantear actividades que permitan resoluciones alternativas: usualmente, las actividades
escolares remiten a resoluciones que pueden ser correctas o incorrectas. En este sentido, es
importante pensar en situaciones que no tengan este carácter (por ejemplo, la escritura de
textos puede acercarse más o menos al producto esperado, pero nunca hay resoluciones
incorrectas), y por otra parte, sostener diferentes modalidades de colaboración para los niños
que están en diferentes estadios de desarrollo. En particular, en las aulas de plurigrado hay
actividades que necesariamente se sostienen para todos (lectura en voz alta por parte del
maestro), otras para algunos (escritura de textos en colaboración con los más pequeños y
escritura autónoma para los más grandes), y otras más específicas de acuerdo con la
secuencialidad de los aprendizajes (por ejemplo, luego de leer un mismo texto, los docentes
proponen actividades alternativas que implican un mismo tiempo de resolución, pero que
pueden variar en relación con el tipo de producción esperada).