cosa. En la librería no había pasado más del medio día cuando _____ entro en ella iluminando todo con una sonrisa, de su hombro colgaba un morral de colores y su cabello resplandecía más que nada que haya sido tocado por el sol a las doce de la mañana. Me saludo con un pequeño y fugaz beso en los labios. — ¡No me lo has dado bien!-me quejé y ella solo negó divertida. Me levanté de mi asiento y corrí detrás de ella, la sujeté de la cintura como si se me fuese la vida en ello, mire sus grandes ojos cafés que me robaban el sueño y la besé profundamente. —Verte y no besarte es como mirar una palabra y no leerla—le susurre y ella sonrío encantada. —Siempre dices las cosas más hermosas Harry -dijo enternecida y acariciando mi mejilla, tome su mano entre la mía llevándola a mis labios para depositar un casto beso. —Gracias por hacer de mi vida un poco más... más vida—le confíe envolviéndola entre mis brazos—Antes de ti me encontraba en un letargo armonioso, pero para nada tranquilizador. Me asfixiaba día con día entre el humo que soltaba mi estómago vacío. Era envenenado por lo que se arrastraba a través de mis venas. Me ardía el pecho entre tanta nada—___ soltó un suspiro y beso mi mejilla—Entonces, cuando llegaste, corrí persianas, abrí ventanas, ventilé habitaciones y tumbé paredes. Llegaste trayendo luz, trayendo vida —volví a capturar sus dulces labios, ella rompió el beso y junto nuestras frentes, nos miramos a los ojos y entonces baje la mirada hacia su boca — Aunque sigo siendo bastante tímido—admití. — ¡Oyeeee! Pero me estás tocando las nalgas. — Sí, pero con muchísima vergüenza—____ se echó a reír como una niña pequeña, era lo que más amaba de ella, algunas veces era tan adulta, otras tan vieja y otras tan niña, era tan ajena al tiempo, una mujer atemporal, ancestral, casi imposible de concebir, y sin embargo allí estaba, entre mis brazos existiendo y siendo mía. —Eres el peor cínico de toda la historia de la nación - me acusó entre sonrisas. —No, ese era Octavio Paz—_____ golpeo suavemente mi hombro. — Cállate. — Callam...—en ese momento me di cuenta que si se callara a las personas con un beso, el mundo quizás sería un poco mejor y también algo parlanchín. —Por cada paso que des atrás, es un beso- se aproximó a mi mejilla y me besó— ¿Listo? Y nuestros cuerpos se empezaron a mover hacia los adentros de la librería, perdiéndonos entre el laberinto de estantes. Al parecer ninguno seguía al otro simplemente concordaban los pasos de ambos, y nunca voy a poder llegar a describir lo que me hizo sentir con cada paso que dábamos hacia atrás, nunca podré explicar cómo me sentí cuando nuestras narices se aproximaban tanto hasta rozar nuestros labios, no voy a poder explicar lo que hoy mi corazón siente por ella, no podía agradecer lo que el universo me había preparado para cuando ______ apareció, llego con todo y sus manías, para llenar los espacios vacíos que siempre tuvo mi alma.
Para las siete de la tarde yacíamos sobre la hierba del
paseo en Bellas Artes, tumbados boca arriba, los ojos me picaban por las lágrimas y ____ me abrazaba, acababa de confiarle la historia de toda una vida que me atormentaba. Nunca antes le había confesado a alguien tantas cosas. Me sentía vulnerable. Cuando alguien sabe demasiado de ti tiendes a subir la guardia, y en mi caso lo típico es huir. Y quería salir corriendo. Temía que me dijera lo horrible que era, lo que me diría alguien después de que le haya contado sobre mi pasado, pero no, ella siempre se permanecía, tenia el corazón mas noble que alguna vez sentí.
La historia continúa abajo
—Eres una hermosa persona —me dijo. Nos separó un momento de silencio. No podía atreverme a mirarla a los ojos. —No me lo voy a creer hasta hacer algo digno de merecer ese título. A veces no hay opción de cambiar el pasado, sólo queda restituirse, seguir adelante y no seguir actuando como antes. Yo aún no logro superarlo, pero estoy en proceso; supongo que todos demoramos mucho en salir adelante. Escuché a ______ suspirar, se apartó de mi lado para sentarse y aferrarse a sus rodillas, seguía teniendo esa costumbre de no cubrirse con nada y temblar; desganado me quite la chaqueta y la colgué en sus hombros. Esta vez no soltó un cumplido, ni siquiera un simple gracias. Temí lo peor. —Tengo que decirte, algo importante -hablo después de varios minutos. —Dime. —Me tengo que ir en un par de días, prácticamente esta es una de las últimas veces que estaremos juntos. — ¿A dónde irás? —me atreví a preguntar. ______ se encogió de hombros. —No lo sé...pero nunca más me volverás a ver —me dijo amargamente. Y esas fueron las palabras más mortales, las más inaudibles, las más crueles, peores que una enfermedad; que pudieron haberme dicho porque cuando supe que se iría y no regresaría; fue ahí, donde respirar dolía. — ¿Por qué lloras?—tuvo el descaro de preguntar. — Por nosotros. — ¿Cuál nosotros? — Exacto... —Harry por favor, tú sabes perfectamente que no puedo quedarme, soy nómada del tiempo, estar estancada no es lo mío—dijo a la vez que me abrazaba; su voz me supo a nada y su abrazo me dio frió. ¿Por qué me afecta tanto algo que ya sabía? Creo que a pesar de que uno sepa cómo va terminar nunca se está del todo preparado para cómo se sentirá.
______ se veía preciosa. Se le miraban unos ojos tan
negros como nunca antes los había visto. Más negros que la sombra más profunda. Llenos de misterios, dudas, secretos, historias sin contar, sentimientos ocultos. Unos ojos tan perfectos, que me enamoraron y que quizás no volvería apreciar en mi vida. —En serio me gustas, a mi me gustas tanto. Me gusta mirarte despistado, distraído y hasta embobado con otra mujer—dijo haciéndome levantar la vista avergonzado—Sé que tus ojos miran más allá de la carne, sé que sabes apreciar la belleza y eso me encanta— asentí vagamente a sus palabras, tratando de recuperarme—Harry. me gustas y te quiero tanto, te sueño y te miro cuando nadie más lo hace —me tomo de las mejillas y me obligo a mirarla a los ojos— Pero a veces la vida es así, te toca soñar con la que no te sueña y yo que sueño contigo resulta que me convierte en la inadecuada, pero no importa. A mi me gustas así, no te quitare nada, ni tu corazón roto o tus miedos que te acechan antes de dormir. Y bueno, yo sólo quería que hoy lo supieras, que de todas las que he sido, de todos los nombres que me han puesto y de todas las calles en las que he andado, me quedo con mi nombre en tu boca, la que fui contigo, que allá donde nadie me conoce y caminaría tu calle para encontrarte. Nunca olvides que a mí me gustas así, me gustas mucho, te quiero mucho. —Entonces quédate ____—le pedí—quédate conmigo, dime, ¿Quién puede quererte más que yo, amor mío? Hasta yo mismo sé que exagero, hasta yo mismo sé que estoy haciéndome daño queriéndote tanto. —No puedo permitírmelo Harry, no quiero enamorarme... —¡La persona que amo ha decidido alejarse de mí porque no quiere enamorarse! —grite desesperado. Me levante y la tomé entre mis brazos y no pude contener el llanto. Ese cuerpo que había estado presente en los momentos más felices y sabía de los más desdichados de mi vida, se estaba marchando. Estaba tan tenso entre mis manos, me hizo volver a la realidad y darme cuenta de lo grave de la situación. No volvería a estar con ella. Debíamos separar nuestros caminos y no había nada por hacer. Era el adiós. Fue como cuando muere alguien que conoces y que estimas, lo velas en estado de shock y sólo reaccionas cuando están bajando el cuerpo a la tierra. Así se sentía. Como si estuviéramos sepultando años y años de amor bien correspondido que se vería condenado por la imposibilidad de hacerse real en el futuro. —Todo va a estar bien- me dijo entre lágrimas y esos espasmos que te dan al drenar el alma. Pero yo sabía que era mentira, aunque ella no estuviera consciente de ello. Nada dentro de mí volvería a estar bien.