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Octubre 12

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por kennoropeza

               Octubre 12
Y entonces le compré a ___ una maceta, una hermosa
maceta que tenía un rosal.
Un rosal con dos flores y cinco botones que pronto
florecerían.
Y se lo regale. Sonrió con esa alegría que solo ella
tiene…
—Gracias por no regalarme el cadáver de una flor.
Ya sabía yo que solo ella lo entendería.
Me senté al pie de las escaleras dónde ella 
permanecía de pie y miraba maravillada la maceta,
con una sonrisa eufórica en sus labios.
—Lamentó mucho lo que pasó ayer—me disculpe sin
poder levantar la cabeza—Hace mucho que he dejado
de ser el chico que le cae bien a todo el mundo —le
dije, a la vez que me acomodaba el saco.
—Te sienta bien —aventuró,  señalándome la corbata
—. Pero, ¿por qué has venido a disculparte?
Bajo la vista y me miró a los ojos.
—No puedo negarme el placer de ser yo mismo... —
sonrió.
— ¿Qué es poesía? — interrumpió  ella con una
pregunta tratando de desviar el tema.
La hice sonreír, y, estando ella todavía con la sonrisa
en el rostro, saque un espejo de mi bolsillo y se lo
tendí.
—Tu sonrisa —continúe— es la poesía más bonita que
he visto.
Ella me ayudo a levantarme del suelo y me abrazo tan
fuerte que di un respingo, entonces se acercó a mi
oído.
—Te quiero—me susurro quedito—Te juro que es lo
menos original que he dicho en toda mi vida, pero te
quiero.
Su respuesta, era la que yo había esperado el día
anterior, y oírla pronunciar tan simples palabras de
sus labios, como la verdad más absoluta del mundo
hacia a mi corazón dar un vuelco. Y pensar que antes
de conocerla yo no  extrañaba a nadie…
—Como te atreves a ser tan bella y encima de ello
sonreír—le confesé.
____ ensancho su sonrisa, beso la comisura de mis
labios, y en un rápido movimiento... ¡Desapareció! Lo
último que oí fue una risa cantada dentro de su casa, y
el sonido de mi corazón acompañándola.
En el camino de vuelta a mi departamento, me di
 cuenta que trágicamente quería estar con ella, tan
simple y
tan complicado como eso.
Uno puede sorprenderse con los detalles. No es
conveniente la idea, pero uno puede enamorarse de
una sonrisa. Y cuando pasa, te detienes y te
preguntas: "¿Cómo es que, algo tan simple, puede
parecer tan complejo?". Y es que el amor tiene tantas
máscaras que acabas creyendo que no tiene rostro,
entonces sucede que lo idealizas. Me fascina la
manera en que puede llegar a gustarte una persona, a
tal punto que el paraíso te parecería una trivialidad
sin valor, ni fundamentos; comparado al momento en
que ese mismo instante está pasando por tu mente al
lado de ella. El amor nos vuelve ilusos. Pero es
hermoso. Tiene la capacidad de hacerte olvidar dónde
dejaste la razón, y aventurarte a amar a alguien que te
robó toda la atención desde que la conociste de
verdad. 

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