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LA AUTOORGANIZACIÓN EN

LAS EMPRESAS
La autoorganización es una de las características más fascinantes de los
sistemas complejos. Es una cualidad que les permita coordinar y sincronizar
todos sus procesos de manera autónoma, sin requerir un agente interno que
dirija estas actividades o una entidad externa que las asuma.
Los equipos y estructuras autoorganizadas son claves para un desarrollo ágil y,
por lo tanto, para activar los beneficios de la business agility en nuestra empresa.
Uno de los problemas con los que se encuentra la autoorganización es que la idea
tiene una barrera de entrada fuerte. Generalmente, en las empresas de corte más
tradicional genera rechazo inmediato, urticaria y escepticismo. La
autoorganización, como todos los elementos de la agilidad, no viene de la nada.
Todos los elementos tienen un propósito: Ayudar a responder de la forma más
adecuada posible a las necesidades de negocio y dotarle de los beneficios de
la business agility o la agilidad de negocio.
 La autoorganización busca tener equipos autónomos, responsables de su trabajo,
que sean capaces de superar todos los obstáculos que van a encontrar en el
proceso de crear un producto de alto valor, y que lo hagan de una forma eficiente
y eficaz. Si para cada decisión: hay que escalar los hechos, esperar que una
persona – que está lejos del desarrollo, del usuario y del problema – tome una
decisión cuando tenga un hueco, y así el equipo pueda seguir trabajando, poca
agilidad vamos a tener en nuestros desarrollos y en nuestra organización.

Principales equívocos Casi todas las reticencias que encontramos a la hora de


hablar con alguien sobre autoorganización se deben a que piensan en cómo sería
introducir esta nueva forma de trabajar en sus organizaciones de la noche a la
mañana y sin cambiar nada.

 EQUÍVOCO 1: LA AUTOORGANIZACIÓN VA A TERMINAR EN UN CAOS


TOTAL
Una de las necesidades que tiene la autoorganización es la de tener límites de
acción (boundaries) y metas compartidas para el equipo. 
 EQUÍVOCO 2: SI NADIE ESTÁ LA MANDO, ¿QUIÉN TOMA LAS
DECISIONES? ¿TODOS A LA VEZ?

Para que un equipo se autoorganice debe ser colaborativo. Y esto requiere algo
más que metas comunes y límites. Además, necesita:
 Un nivel sano de conflicto: El conflicto no es negativo, es necesario en su
justa medida. Si carecemos totalmente de coraje o compromiso en el
equipo viviremos en una falsa armonía dónde nadie se atreve o le interesa
debatir una idea, aunque crea que está equivocado. Pero existe un punto
medio llamado “Disentimiento productivo” dónde seremos capaces de
exponer nuestras ideas, debatirlas y llegar a un consenso.
 Compromiso: Una forma de demostrar compromiso por las metas
comunes del equipo es aceptar y luchar por la decisión tomada por todos
incluso cuando no estaba de acuerdo. Anteponer nuestras metas comunes
a mi ego.
 Confianza: Si no confiamos entre nosotros, poco vamos a colaborar.

Conclusión

La autoorganización no es un regalo. Es una exigencia hacia el equipo. Trabajar


con equipos autónomos genera rapidez de respuesta dentro de la compañía y
aumenta la capacidad de competir. No se trata de equipos haciendo lo que les da
la gana. Se trata de equipos decidiendo cómo hacer su trabajo de la mejor manera
para alcanzar objetivos de negocio.

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