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Rev.

Ciencias Sociales 165: 155-172 / 2019 (III)


ISSN: 0482-5276

DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL AL DESARROLLO SOSTENIBLE:


DESAFÍOS Y TENSIONES EN LOS TIEMPOS DEL CAMBIO
CLIMÁTICO

FROM ENVIRONMENTAL EDUCATION TO SUSTAINABLE


DEVELOPMENT: CHALLENGES AND TENSIONS IN TIMES
OF CLIMATE CHANGE

Franklin Américo Canaza-Choque*

RESUMEN

El Cambio Climático (cc) se ha convertido, en cierta forma, en la alarma y emergencia de


proporciones multidimensionales que atañe a agencias globales, gobiernos, empresas y
sociedades enteras con el propósito único de atemperar sus efectos devastadores y de un
desenfrenado mundo-consumo en términos insostenibles. Bajo esas circunstancias, el
estudio pretende reanalizar la importancia de la Educación Ambiental (ea) y del Desarrollo
Sostenible (ds) en tiempos de desajustes climáticos y de emergencia planetaria. Por ello,
acentuar y cristalizar estas alternancias en los sistemas educativos supone, desde un pri-
mer momento, denotar una ea que construya una conciencia ecológica en ciudadanas y
ciudadanos de las distintas coordenadas del planeta. Como también, un ds que acoja los
diferenciados problemas y vectores remarcados en la Agenda 2030, que simultáneamente,
reconfiguren los estereotipos de consumo y de desarrollo económico en la búsqueda del
balance entre la naturaleza y la especie humana, en especial, de volver a reconectar a este
último, con el primero.

PALABRAS CLAVE: CALENTAMIENTO DE LA TIERRA * CAMBIO CLIMÁTICO * DESARROLLO


SOSTENIBLE * EDUCACIÓN AMBIENTAL * JUSTICIA

* Universidad Nacional del Altiplano, Puno, Perú.


Leo_123fa@hotmail.com
156 Franklin Américo Canaza-Choque

ABSTRACT

Climate change (cc) has become, in a certain way, in the alarm and emergence of
multidimensional proportions that concerns to global agencies, governments, companies
and whole societies in the sole purpose of temper the devastating effects of this and of
a rampant world-consumption in unsustainable terms. Under those circumstances, the
study aims to reanalyze the importance of Environmental Education (ea) and Sustainable
Development (ds) in times of climatic imbalances and of planetary emergency. Thus,
accentuate and crystallize these alternations in the educational systems implies, from
the start, to denote an ea that builds an ecological awareness in citizens of the different
coordinates of the planet. As also, a ds that accepts the differentiated problems and vectors
remarked in the Agenda 2030, which simultaneously, reconfigure the stereotypes of
consumption and economic development in search of the balance between nature and the
human species, especially, to re-connect to the latter, with the first.

KEY WORDS: GLOBAL WARMING * CLIMATE CHANGE * SUSTAINABLE DEVELOPMENT *


ENVIRONMENTAL EDUCATION * JUSTICE

INTRODUCCIÓN “Vivimos tiempos turbulentos”, escribía


la Directora General de la unesco, Irina Bokova
En un mundo grávido de contingencias, (2015), en un mundo en mutación y de tensio-
tensiones y desafíos, el Cambio Climático (cc) nes que ha evocado el cc, los nuevos desafíos
se ha convertido en “uno de los peores de- de la educación para con el planeta, es la de
sastres humanitarios de hoy para el futuro” forjar una cultura ambiental en los habitantes
(Valencia, Aguirre y Ríos, 2015, p. 342), con del globo y de construir “un futuro en el que
sus causas y consecuencias globales, se ha cate- el desarrollo socioeconómico responda a los
gorizado como uno de los más grandes desafíos imperativos de la justicia social y la gestión
del siglo xxi (cepal, 2017). Siendo de esta forma, ambiental”, es decir, no solo educar para un
un problema de mayor resonancia e inequívoco Desarrollo Sostenible (ds) (unesco, 2015, p.
de nuestros tiempos, prácticamente inevitable 20), sino que también, más allá de las aulas,
(López, 2010; González, 2012; unesco, 2015; es perentorio construir espacios de empodera-
Canaza-Choque, 2018), y de hecho, la gran miento de Justicia Ambiental (ej) para quienes
mayoría de ciudadanos, científicos, políticos y son más vulnerables (Berger y Carrizo, 2016)
la ciencia climática reconocen que el problema a una desgarradora crisis civilizatoria (Ester-
es alarmante, y que este, necesita de acciones mann, 2012). Sobre esta versión del planeta, los
para mitigar sus efectos (Costa, 2007; Gar- apotegmas de desafíos contemporáneos obligan
cía y Royo, 2010; Valencia et ál., 2015; Bueno, a la educación a replantear sus temas conven-
2018). En tal sentido, en diferentes regiones del cionales con mediaciones pedagógicas y progra-
planeta, tales constataciones de problemática mas educativos que puedan frenar la magnitud
ambiental desacreditan los derechos humanos y complejidad de los riesgos ambientales que
y la protección del medio ambiente (Valencia et indistintamente en forma y medida vulneren el
ál., 2015). De modo que la vieja cartografía de desarrollo humano. Esta calamitosa expresión
un mundo sostenible y predecible ha quedado del cc, es entendida con una variante de tonos
atrás, por una figura en donde las nuevas guías diferentes en las sociedades, pero que al final,
han cambiado totalmente las maneras concep- desde marcos teórico-prácticos conducen a un
tuales de entrever el problema por las mismas solo paraje: de que el daño, cual sea la intensi-
articulaciones y experiencias que representa el dad, puedan ser amenazantes para la especie
cc en la s distintas localidades del orbe (Murga- humana y no humana (González-Gaudiano y
Menoyo y Novo, 2017). Maldonado-González, 2017).

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A partir de tal premisa, este estudio pre- emprenden un nuevo camino en la búsqueda
tende reanalizar la importancia de la Educación de reconstruir una ej para todos. Sobre esa
Ambiental (ea) y del ds en tiempos de desajustes base, anexar de manera teórica-práctica la ea
climáticos y de emergencia planetaria. En ese y el ds al movimiento de ej, es brindarle a los
orden, ante una superpoblación de catástrofe colectivos ambientalistas de diferentes inten-
maltusiana y de progresivo metabolismo social- sidades, un soporte suficientemente amplio en
ecológico en base a un principio de eficiencia reconocer el problema al cual se enfrentan las
económica (López, Arriaga y Pardo, 2018) y de escuelas, desplegando el equilibrio ecológico y
evidentes efectos provocados hacia los desfa- equidad social como superficies elementales en
vorecidos ambientales, hacen que, en aras de la integración de marcos de ej.
un período asfixiante para la humanidad, y en
particular, de grupos sociales a quienes se les METODOLOGÍA
ha recortado o quebrantado los derechos a un
ambiente sano, los movimientos y organizacio- De manera general, la metodología tiene
nes sociales emprendan un nuevo camino en un alcance hermenéutico e interpretativo de
carácter documental-teórico-explicativo. Se
la búsqueda de una ej que fluya desde espacios
realizó con una revisión literaria, aplicando de
educativos a contextos más amplificados. Está
manera genérica el método analítico-sintético
claro que la lucha no es reciente, lo cierto es
(Canaza-Choque y Huanca-Arohuanca, 2018).
que las movilizaciones por conflictos ecológi-
El instrumento por el cual se obtuvieron los
cos van en aumento alrededor del orbe (Alier,
datos fue la recopilación documental biblio-
2008 y 2011).
gráfica de impresos mayores, menores, de re-
Bajo esa línea, el cc se ha convertido
ferencia y de estudio, y que mediante guías o
en cierta forma y magnitud, en la alarma de
repertorios de fuentes de información se per-
proporciones globales que atañe a continentes,
mitió hacer una sistematización de las bases
Estados, gobiernos, empresas y sociedades ente- conceptuales y normativas dando un mejor
ras. Frente a una creciente sociedad consumista análisis a la información consultada (Valencia,
y un inconsistente desarrollo económico depre- Rodríguez, Arias y Castaño, 2017). Asimismo,
dador, es vital denotar una ea que reconstruya el estudio examinó datos teóricos-científicos a
una conciencia ambiental en ciudadanas y ciu- través de unidades de análisis como: documen-
dadanos de cada rincón del planeta. Como tam- tos, revistas científicas, libros, textos y ponen-
bién, es imperante por parte de los gobiernos cias en congresos.
e instituciones acentuar un ds en las políticas Con el objeto de conceptualizar algunos
de climatización que acoja los distintos proble- términos como: Calentamiento Global (cg),
mas y objetivos remarcados en la Agenda 2030, Cambio Climático (cc), Educación Ambiental
simultáneamente, un ds que perfile un nuevo (ea), Desarrollo Sostenible (ds) y Justicia Am-
paradigma en los estereotipos de consumo des- biental (ej), el proceso metodológico se abordó
ordenado y de desarrollo económico hiperbólico de manera sistemática en dos tiempos:
desde una mirada de las aulas.
Adicionalmente, frente a una caótica Fase 1. Recolección de información:
degradación de la naturaleza y de los ddhh, consistió en la búsqueda de la base
desde la indignación y la injusticia ambiental, de datos de cinco indexadores inter-
personas activistas, ambientalistas, ecologis- nacionales: Latindex, Redalyc, Scielo,
tas, académicas, campesinas e indígenas de Scopus y Web of Science. Igualmente,
diferentes regiones del planeta, despliegan es- fue ineludible el reporte de organismos
pacios de resistencia y de reconocimiento ante de significancia regional e internacio-
las múltiples formas que ha adoptado el poder nal, como el Consejo Latinoamericano
para su dominio. Son movimientos y organiza- de Ciencia s Socia le s ( c l a c s o ); la
ciones sociales que ante los evidentes efectos Comisión Económica para América
provocados hacia la población desfavorecida, Latina y el Caribe (cepa l); el Panel

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Interguberna ment al sobre Ca mbio precipitaciones o el deshielo de regiones eleva-


Climático (ipcc); y la Organización de las das, la modificación de ecosistemas, la extin-
Naciones Unidas para la Educación, la ción de especies y de impactos negativos en el
Ciencia y la Cultura (unesco). rendimiento de cultivos. Sino se estabiliza la at-
Fase 2. Análisis e interpretación: el estu- mósfera global como refiere Riechmann (2015),
dio demandó una indagación, sistema- entonces, es posible que estén en peligro nume-
tización, revisión y análisis bibliográfi- rosos ecosistemas a situaciones catastróficas, y
co de 92 textos de literatura científica en el peor de los casos, que se ponga en riesgo
y académica, con el propósito de trazar el colapso de sociedades enteras, y quizás, esto
una inferencia lógica sobre el estudio. lleve a una autodestrucción de la especie huma-
La recolección de fundamentos teóricos, na (Rodríguez y Mance, 2009).
conclusiones y resultados encontrados De hecho, el equilibrio entre lo humano
por la variedad de autores referidos en la y la naturaleza se ha roto (Perales y Lastiri,
temática, permitió rescatar planteamien- 2015), y no solo porque este primero se haya
tos y relevantes estudios sobre ea, ds y de alejado de una identidad valorativa y de per-
ej en los tópicos del cc. tenencia con la misma naturaleza, sino que
también, esta crisis de estabilidad responde en
1. DESAFÍOS Y TENSIONES EN LOS TIEMPOS DEL su mayoría a la “racionalidad del mundo mo-
CAMBIO CLIMÁTICO
derno”. Dicha lógica se desenvuelve en una des-
Según el Informe de la Asociación Esta- trucción de la naturaleza y la degradación de la
dounidense para el Avance de la Ciencia (2014), humanidad “en nombre del progreso” (Lastra y
el 97% de científicos especializados en el clima Ramírez, 2013). Como enfatizan Pajares y Loret
han llegado al epílogo de que el cc origina- (2016, p. 109), “el problema radica en el conte-
do por actividades antrópicas es una realidad nido mismo del paradigma: la visión dominante
que se produce en este preciso instante (Klein, de desarrollo” que se ha convertido, según estos
2015). A esto se suma el Grupo Interguberna- autores, “en el leitmotiv de la civilización indus-
mental de Expertos sobre el Cambio Climático trial”. Dentro de esta problemática ambiental,
(ipcc) quienes afirman con una certidumbre nuevos calificativos reaparecen: “refugiados
científica mayor al 90% que el cc y el cg son ambientales, desplazados, resistencia ambien-
productos de la actividad humana, siendo el tal, justicia climática, justicia hídrica…”, con-
consumo de combustible fósil (en particular pe- ceptos que emergen “desde los bucles de las
tróleo, carbón y gas natural) el mayor contami- sociedades contemporáneas”. Siendo para los
nante de la biósfera (Rodríguez y Mance, 2009; desplazados, uno de los grandes retos, el acceso
Barboza, 2013; Quintana, 2017). En este sen- a una ej (Valencia et ál., 2015, p. 339).
tido, uno de los debates del presente es cómo Frente a este malestar, desde el Informe
resolver el cuidado del medio ambiente (Fer- Nuestro Futuro Común de la Comisión Mundial
nández, 2015). sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Repor-
No hay duda alguna que la degradación te Bruntland, 1987) no solo se han celebrado
de ecosistemas naturales, las variaciones meteo- reuniones, cumbres y acuerdos multilaterales,
rológicas, los cambios de temperatura, la irre- sino que además, se han puesto en marcha po-
gularidad de las precipitaciones (Paz, 2010), la líticas de desarrollo sustentable con una lógica
alteración de los sistemas geofísicos, biológicos de justicia social en casi todo el planeta (Del
y socioeconómicos del planeta, es decir, el Cam- Saz, 2008; Quintana, 2017). De modo que, la
bio Climático Global (ccg), es una mera cons- Convención Marco de las Naciones Unidas sobre
tatación de nuestros tiempos (Gallardo, 2012). el Cambio Climático (cmnucc, 1992) y el Proto-
Esta desestabilización climática en el planeta, colo de Kyoto (pk, 1997) son las primeras medi-
según el ipcc (2014b), ha provocado impactos en das que se articularon para elaborar directrices,
diversos sistemas naturales, humanos e hidro- paradigmas y enfoques que eviten la amplitud
lógicos. En muchas regiones se han presentado del cc (Paz, 2010). De los objetivos consignados

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en dichas cumbres, la necesidad improrrogable de reducir las emisiones de gei en especial el


es la de proteger el planeta. En ese camino, dióxido de carbono (co2) (Barboza, 2013; ipcc,
el Acuerdo de París (ap, 2015), suscrito por un 2014a); de mejorar los sumideros y depósitos
total de 190 países, conduce a no sobrepasar el de gei; la gestión sostenible; enfatizar la educa-
calentamiento de la tierra en 2°C1, o incluso, ción, la formación, la investigación y la sensibi-
mantenerlo por debajo del 1,5°C (Olaya, 2016 lización del público (Garín, 2017); la promoción
y Nava, 2016). De lo contrario, de no ser así, de tecnologías limpias (Gutman, 2009); a un
como advierte la cepal (2017), “el mundo puede mayor uso de la energía nuclear y de fuentes
quedar anclado a un estilo de desarrollo alto de energía renovables; implementar programas
en carbono que llevará a aumentos de tem- de reforestación mundial y la práctica de una
peratura superiores al nivel acordado para la agricultura sostenible (fmi, 2007 y Díaz, 2012);
seguridad climática” (p. 12), en consecuencia, la necesidad de “crear instancias más efectivas
esto traería consigo efectos negativos sobre los de gobernabilidad planetaria para la sostenibi-
ecosistemas, el bienestar social y de toda vida lidad”; el replanteamiento del modelo de pro-
existente en el planeta. ducción y consumo de la humanidad (Jiménez,
En relación al ap, este instrumento jurí- 2012); de transformar la matriz de consumo
dico-ambiental aborda 3 grandes desafíos que energético; la práctica de un desarrollo susten-
ha estimulado el cc en el siglo xxi: las emisio- table (la eficiencia energética, el manejo y la re-
nes de Gases de Efecto Invernadero (gei), el utilización de desechos, la planificación urbana,
desarrollo socioeconómico y las políticas climá- el manejo forestal, la restauración ecológica),
ticas que los Estados deberán encuadrar para en suma, la crisis ambiental de contenido sis-
hacer frente a las problemáticas ambientales témico obliga a replantear la política interna-
(Garín, 2017), especialmente, los países en vías cional en la lucha contra el cc (Quintana, 2017).
de desarrollo, los cuales serán los más afectados Como refieren Lastra y Ramírez (2013),
por este problema de acaecimiento global (Va- la percepción de la crisis ambiental ha direc-
lerio, Arguedas y Aguilar, 2015). Esto supone, cionado a la humanidad en la búsqueda “de
desde un primer instante, un compromiso en alternativas para detener o, al menos, disminuir
reducir los efectos y recambiar estructuralmen- el impacto de las actividades humanas sobre
te los sistemas económicos ligados a las emisio- el entorno”(p. 73), aunque esta suponga ser un
nes de gei (Álvarez-Espinos et ál., 2017). poco tarde. Sin embargo, en la era actual, “se
Entre la alarma, la escasez de recursos, han producido cambios, pero nunca uno que
la explosión demográfica y la crisis ecológica haya transformado radicalmente el sistema”
global, se ha emitido a nivel mundial una serie eclosionado por “la era Antropoceno e indus-
de respuestas de mitigación y adaptación al cc trial” (Rojas, 2013, p. 202).
(Castillo, 2016), como la administración eficien-
te de los recursos naturales y la de impulsar 1.1 CALENTAMIENTO GLOBAL
una ea para la sustentabilidad (Calixto, 2015);
De acuerdo al ipcc (2014a), refieren que
el cg, “denota el aumento gradual, observado
1 En “un escenario de 5°C, la pérdida de la pro- o proyectado, de la temperatura global en su-
ductividad sería prácticamente generalizada en perficie, como una de las consecuencias del
todas las regiones del mundo” (Rodríguez et ál.,
2015, p. 27). Sin duda, un cg promedio de 2°C
forzamiento radiativo provocado por las emi-
amenazaría “a millones de personas con hambre, siones antropógenas” (p. 129). De forma que,
malaria, inundaciones y escaseces de agua; si la el problema del cg está asociado al aumento de
temperatura va a mantenerse por debajo de límites las emisiones de gei 2 (Lara, 2013), las cuales
aceptables, se requiere reducir las emisiones de
gei” (Torres, 2013, p. 252), y para ello, es conve-
niente amortiguar, principalmente, el CO2 liberado 2 Existen varios tipos de gei , como el dióxido de
al quemar combustibles fósiles que mueven el carbono (CO2); el metano (CH4); el óxido nitroso
transporte y generan electricidad, por fuentes de (N2O); los fluorocarbonados (CCL 2F 2), los hidro-
energías renovables y más sostenibles. fluorocarbonados (CCl2F2); el perfloroetano (C2F6);

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están anexados directamente con el nivel de la señalar que entre el 75% y 80% de los gases
población, la actividad económica y el estilo de acumulados provienen de las economías desa-
vida (ipcc, 2014a), y “entre más alta la calidad rrolladas, lo cual demuestra los extraordinarios
de vida, mayores son las emisiones” (Guhl, niveles de contaminación ambiental por parte
2008, p. 27). de estas (fmi, 2007).
Empero, detrás de este nivel de desarro- Los datos de 2009 demuestran que los
llo en las sociedades posmodernas, según la ee .uu representaban el 20% de las emisiones
Agencia Europea de Medio Ambiente (aema) re- mundiales de gei, China el 21%, la Unión Euro-
fiere que, “el 90% de la población urbana euro- pea (15%), Rusia (9%), Brasil (6%), India (5,3%)
pea respira aire dañino para la salud” (Castillo, y Japón (4,6%) (Lezama, 2014). A comparación
2016, p. 77). Solo para ejemplificar la condición de países como Colombia, que solo generaba
asimétrica del planeta y la agudización del pro- el 0,25% de las emisiones de gei (Costa, 2007).
blema en el que las poblaciones viven, el Este Esta disparidad abismal de emisiones entre
de Asia y Pacífico concentran el 38,1% de la países y continentes no es algo que se consi-
emisión mundial de gei, Europa y Asia Central dere en el régimen del gei, ya que no importa
el 16,0%, América del Norte un 15,1%. A com- en qué país se produzcan las emisiones, los gei
paración de regiones como América Latina y el son de consecuencias globales (cepal, 2016), así
Caribe que representan el 8,3% de emisiones, que tratar de entender el desarrollo de la vida
en el Sur de Asia es de un 8,1%, África Subsa- en el planeta sin ello, es imposible (Cuevas y
hariana un 7,3%, y por último, Medio Oriente Preciado, 2018). De hecho, el 76,7% del efecto
y el Norte de África con 7,1%. No obstante, a invernadero proviene del co2 y el otro 73,8%
pesar de la condición anómala y de la doble deriva del uso de combustibles fósiles (Espósito
inequidad sobre la emisión de gei global, sin y Zandvliet, 2013; Rodríguez y Mance, 2009).
distinción y diferencia alguna los efectos negati- Tal concentración atmosférica de gei conllevan
vos de esta, constriñen a todas las regiones del a un incremento considerable de la temperatura
mundo, particularmente, a territorios y socie- mundial, lo que hará que acrecente “la probabi-
dades más sensibles (cepal, 2017). lidad de impactos graves, generalizados e irre-
Es importante también saber que hoy versibles para las personas y los ecosistemas”
por hoy, con más de 1311 millones de habitan- (ipcc, 2014a, p. 8). Siendo de esta forma, los
tes, China es el país que emite, según la Base pronunciamientos de co2 y, más ampliamente,
de Datos de Emisiones para la Investigación los gei, un tema de preocupación del siglo xxi
Atmosférica Global (edgar), más co2 de origen (Navarrete, 2013).
fósil (bbc Mundo, 2017). Lo que indica que para Ahora bien, se estima que el 89,3% del
la fecha, el dragón chino, emana el 26% de total mundial de estas emisiones se originan
gei, siendo el más elevado de nuestros tiempos en el uso y los modos de desarrollo productivo
(Castillo, 2016). Lo que parece aún más preo- de la energía, la industria, la deforestación y la
cupante es la brecha entre ambos — ee.uu— y agricultura industrial. Asimismo, “el transporte
las restantes 8 economías mayores, ya que si internacional es responsable de una parte im-
se suman estas 2 superpotencias globales, casi portante de las emisiones de gei. Cerca de 60%
duplican a la suma total de las 8 economías del petróleo usado en el mundo se consume en
más grandes en el volumen de emisiones bru- las actividades del transporte motorizado que
tas (Navarrete, 2013). Además, es conveniente depende en un 95% de combustibles fósiles,
generando entre 20-25% del total de las emisio-
el hexafluoruro de azufre (SF 6) y los clorofluo- nes” (Lara, 2013, p. 11). De forma más detallada,
rocarbonos (cfc) (Espósito y Zandvliet, 2013, p. las “actividades humanas que conllevan mayo-
23; Rodríguez et ál., 2015). De estos, el CO2, CH4, res emisiones de gei son la generación de elec-
CFCs, sumados al vapor de agua (H 2O), el óxido
nitroso (ONx) y el ozono (O3), son “los gases res-
tricidad y calor quemando combustibles fósiles
ponsables del 97% del efecto invernadero antropo- (26%), las actividades industriales (19%), la defo-
céntrico” (Barboza, 2013, p. 37). restación (17%), las explotaciones agropecuarias

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(14%) y el transporte (13%)” (Castillo, 2016, p. (González-Gaudiano y Maldonado-González,


19). Como simplifica Barboza (2013), “es la acti- 2017). Es en esta razón, que la complejidad del
vidad humana con sus medios de producción, la cg, sugiere replantear a la especie humana sus
proliferación de un mercado basado en políticas patrones éticos y de comportamientos asocia-
arbitrarias de producción, el consumo excesivo, dos al consumo, básicamente. A ello, la mayor
el modelo de extracción irracional de recursos responsabilidad no aleja, tanto en las esferas
naturales y la indiferencia sobre la protección del nacionales y transnacionales, a las agencias
ambiente” (p. 38), las causas principales del cg. económicas e institucionales de mayor alcance
De manera general, las consecuencias (Guhl, 2008), ya que el enigma en el que se
del cc por el aumento sustancial de gei co- encuentra la población, engloba “todos los ám-
mienzan por reflejarse en distintos países del bitos del quehacer humano” (Barboza, 2013, p.
planeta, el consecuente deshielo de los polos 64), y a pesar, de que el daño causado hacia el
y de los glaciares terrestres, el aumento de planeta y de sus consecuencias sea por desigual,
las temperaturas oceánicas, el incremento del es responsabilidad de todos y todas, solucio-
nivel del mar y su acidificación, la acentuación nar el problema, en especial de aquellos países
del ciclo hidrológico, la variación del ciclo del que han representado ser una amenaza para
carbono, el descontrol de fenómenos natura- la ecología global. No obstante, esto amerita
les, la degradación medioambiental, sequías e primero, recobrar la confianza ambiental de
incendios forestales, inundaciones, ciclones, aquellos afectados que no han sido partícipes de
enfermedades, pobreza y la extinción de eco- un mundo industrial que se impone por sobre
sistemas, el descenso del caudal de un gran la naturaleza y de la línea de lo humano, siendo
número de ríos, el incremento en la extensión esta, una virtud de condición infalible para un
de los desiertos y de la intensificación de los diálogo de convivir juntos ambientalmente.
huracanes, el aminoramiento de los sistemas
1.2 CAMBIO CLIMÁTICO
alimentarios, entre otros. A estas alturas, la
amenaza es de intensidad completa, lo que El cc es “un proceso de alcance planeta-
pone en riesgo a las generaciones futuras, a rio vinculado a la alteración de la composición
países menos adelantados, y en general, a los química de la atmósfera y la consecuente eleva-
más vulnerables del planeta (Delgado, 2004; ción de las temperaturas medias (calentamien-
Guhl, 2008; Rodríguez y Mance, 2009; Santa, to global), lo que ha desencadenado un proceso
2013; Lara, 2013; Giraldo, 2014; ipcc, 2014a; de cambios en el sistema climático” (González,
Perales y Lastiri, 2015; Rodríguez, Mance, Ba- 2015, p. 310), “como consecuencia directa o
rrera y García, 2015; Garín, 2017). indirecta a la actividad humana, que viene alte-
Igualmente, a dicha vulnerabilidad de las rando la composición de la atmósfera, al emitir
regiones más frágiles de la Tierra, se añaden la en forma descontrolada los gei que amplifican
baja capacidad de gestión de las organizacio- la retención del calor del Sol” (Agurto, 2015,
nes públicas y privadas, los índices de pobreza p. 158). Asimismo, este involucra “a diversos
existentes y la fragilidad socioeconómica de la parámetros meteorológicos como temperatura,
población, la falta de recursos económicos y la precipitaciones, presión atmosférica, nubosidad,
capacidad política para planear e incorporar un aumento en el nivel del mar y variaciones en la
ordenamiento del territorio que prevenga los ocurrencia de eventos extremos del clima como
desastres (Jiménez, 2012). sequías, inundaciones y tormentas tropicales”
Dada la situación y la magnitud, el pro- (Manrique, Gallardo, Correa y Barrios, 2015, p.
blema del cg atañe a todos y todas, su solución 89); como también implica aspectos humanos:
fidedigna empieza a nivel individual y de un la “quema de combustibles fósiles, cambios en
actuar de adaptación, gestión de riesgos y de los usos/coberturas de suelo, desforestación,
resiliencia comunitaria, esto admite el fortaleci- entre otros” (Henríquez, 2016, p. 5). En la misma
miento de capacidades individuales/colectivas y línea, la cepal (2016) advierte que el cc “afec-
de una necesidad de aminorar su vulnerabilidad ta a todos los países en todos los continentes.

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Tiene un impacto negativo en la economía na- reflexionar sobre las formas de vida, de armo-
cional y en la vida de las personas, de las co- nizar e incorporar el vivir en comunidad con la
munidades y de los países. En un futuro las naturaleza, y sobre todo, tomar conciencia de
consecuencias serán todavía peores” (p. 33). que el planeta está en riesgo, y que este nece-
Los impactos potenciales y los riesgos sita de acciones para seguir albergando la vida
globales más significativos del cc se encuentran para el mañana, esto sin duda, es una lucha
en los sistemas naturales y humanos como son: pendiente para la agenda internacional.
las actividades agropecuarias; el recurso hídrico
(el retroceso de los glaciares e inundaciones en 2. EDUCACIÓN AMBIENTAL
áreas urbanas relacionadas con precipitación
extrema); la biodiversidad y bosques (modifica- La ea es una corriente y estrategia de
alcance global que encuentra sus orígenes sig-
ción del cambio de uso del suelo, desaparición
nificantes en la Conferencia de Estocolmo de
de bosques y la alteración de los ecosistemas
1972, convocada por las Naciones Unidas (nu)
forestales); la intensidad de las precipitaciones,
en vista de los peligros ecológicos que como
las tormentas o sequías; en la salud (la proli-
consecuencia de un desarrollo económico im-
feración de enfermedades y epidemias); la alza
perante, una industrialización desproporciona-
del nivel del mar y las variaciones en la tem-
da y de una masificación demográfica (Zabala
peratura marina, inundaciones costeras y la
y García, 2008), hacían de una inminente bús-
degradación de los ecosistemas marinos y cos-
queda de refrenar el creciente e indiscutible
teros (cepal , 2015); la manifestación de even-
deterioro del planeta (Santos, Carvajal y Ma-
tos desastrosos (como por ejemplo: ciclones,
rrero, 2018). Desde entonces, se han formu-
tormentas, maremotos, inundaciones, sequías,
lado de manera nuclear, líneas de acción en
olas de calor) (Henríquez, 2016); cambios en las diversos países sobre el modelo de desarrollo
migraciones de los animales y de la dirección de y de la cultura ambiental de los ciudadanos y
los vientos, entre otros (Díaz, 2012). las ciudadanas (Villadiego, Huffman, Cortecero
Además, como señala el ipcc (2014b), y Ortiz, 2014). Considerando a la ea como un
tales marcas de desbalance climático, ralenti- pilar fundamental en cambiar la actitud de las
zarán el crecimiento económico, exacerbará la relaciones de hombre y su entorno para lograr
pobreza, menoscabará la seguridad alimenta- un equilibrio entre ambos, así como, mejorar la
ria, provocará el desplazamiento poblacional calidad de vida y del ambiente comprometiendo
por la carencia de recursos y pondrá en riesgo de manera conjunta el apoyo de casi todas las
la biodiversidad marina en las regiones más disciplinas y de la participación activa de la
sensitivas de la Tierra. Tal como agrega Jimé- sociedad civil e instituciones para fomentar el
nez (2012) “el crecimiento de la población, la cuidado del ecosistema-mundo para generacio-
demanda de energía y recursos naturales, la nes futuras (Vargas, Rosario y Briones, 2017).
contaminación, la deforestación y la fragmenta- Cabe dilucidar que en el informe de la
ción de hábitats, la pérdida de biodiversidad, la Conferencia Intergubernamental de Educación
desertificación de tierras, la producción de ali- Ambiental, desarrollada en Tbilisi en 1977, se
mentos, el crecimiento económico y los proble- entendía a la ea como fin máximo para hacer
mas políticos” (p. 19), quizás, solo sean algunos que los seres humanos comprendan la interde-
coeficientes del cual se compone la compleja pendencia e interacción de dimensiones bioló-
trama de interrelaciones entre el ser humano y gicas, sociales y culturales con la naturaleza,
la naturaleza. promoviendo el uso reflexivo, crítico y sensato
Por consiguiente, frente a la creciente de los recursos para satisfacer las necesidades
degradación socioambiental y el desequilibrio humanas (Santa, 2013). Conviene admitir que
generalizado en el sistema mundo capitalista, la la ea como elemento activo, presente y nece-
educación en general, y la ea, en particular, son sario, lo sitúan en el epicentro de la educación
mecanismos incuestionables para poder llegar como disyuntiva radical ecológica que apunta
al núcleo de la sociedad y del sistema, de hacer a un mundo mejor y que va más allá de ser un

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atavío técnico en las escuelas, apostando por cambio climático impulsadas por las institu-
un mañana en el que los errores puedan ser ciones gubernamentales y de la sociedad civil
remediados (Hernández, 2014). Además, entre en la región” (Vergés y Antonio, 2014, p. 115).
sus principios esta la búsqueda de una comu- Asimismo, esta “debe estar enfocada a promo-
nicación en donde los compromisos de genera- ver cambios individuales y colectivos, y no sólo
ciones presentes y futuras se desenvuelvan en a presentar el ambiente y sus problemas”, de
la conservación de ecosistemas, del equilibrio modo que, la esencia de la ea, sobre todo, es
ecológico y de la equidad social, que como su- crear una ética ambiental (Meira, 2013, p. 46)
perficies elementales que resguardan derechos sostenible con la tierra y la comunidad, que
colectivos de información, participación ciuda- vaya más allá de una visión instrumentalista de
dana y justicia socio-ambiental en un cuadro grupos legitimados neoliberales, para dar cabi-
de sostenibilidad, que vinculen mediante un da a procesos de construcción colectiva, en los
diálogo sensibilizador, la integración holística que individuos excluidos por fallas históricas, a
entre Hombre-Naturaleza-Escuela (Quintana- partir de saberes y prácticas cotidianas, se sien-
Arias, 2017). Por su influencia y compromiso a tan parte de un problema global que requiere la
favor del cambio de una formación ecológica, la intervención y la valorización de todos (Pinto y
convierten en un eficaz instrumento en el ds y Ríos, 2018).
para la difusión de valores como la solidaridad Bajo este marco, la ea actualmente se “ha
inter e intra-generacional. convertido en un poderoso instrumento de la
Es así, que entre las diversas alternativas gestión ambiental y debe entenderse como un
para abordar los múltiples problemas del cc, proceso dinámico y participativo, que busca
la ea viene a ser, sin duda, una vía útil en la despertar en la población una conciencia que
formación y la capacitación de la sociedad. Por le permita identificarse con esta problemática
ello, educar ambientalmente ha sido la tarea tanto a nivel general como individual” (Villadie-
de millones de educadores en la transforma- go et ál., 2014, p. 38). Sin embargo:
ción de las conciencias, de la extensión de un
...con el paso del tiempo y atendiendo
conocimiento crítico ecológico, del desarrollo
a los intereses de la globalización y de
de prácticas e iniciativas de ds, y más aún, su
cargas capitalizadoras, tal propuesta
compromiso está anexado al destino de la co-
comienza a perder su sentido crítico con
lectividad humana (Novo, 2007). Cumplir con respecto a la racionalidad económica y se
aquello requiere de una mayor transversalidad enfoca en la educación para el desarrollo
de la dimensión ambiental en las escuelas, sostenible; es decir, el problema ya no
pero no basta con la idea de incorporar nue- es cuestionar la racionalidad moderna
vos temas en las diferentes disciplinas como sino cómo hacerla ‘sostenible’ (Lastra y
líneas de estudio o de sobrecargar de criterios Ramírez, 2013, p. 73).
y programas al currículo, sino de asumir una
responsabilidad en la tarea docente de educar De manera que, frente a las fuerzas de-
a ciudadanos y ciudadanas más conscientes moledoras del cc y de un mundo de consumo,
del problema climático a través de un trabajo la solución global por parte de actores especí-
colaborativo de las disciplinas y de estrategias ficos y de escala internacional toma denomina-
procedimentales que garanticen un diálogo ción: ds. Una visión unificada e idealizada que
entre la comunidad y la realidad ambiental compromete a todos en la idea preponderante
(Flórez-Espinosa, Velásquez-Sarria y Arroyave- de reconfigurar lo entendido por naturaleza en
Escobar, 2017). su uso desde una episteme anglo-eurocéntrica,
En tal sentido, la ea es esencial para lo- por una tendencia en donde se puedan borrar
grar una cultura ambiental en la población, “así relaciones históricas de desigualdad y de es-
como para desarrollar y fortalecer las capaci- tructuras de poder, así como, aquella dualidad
dades locales necesarias para el cumplimiento de Hombre-Naturaleza, repensando estrategias
de las acciones de mitigación y adaptación al y propuestas con añadidos locales (Ulloa, 2017).

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3. DESARROLLO SOSTENIBLE mayor intensidad en las regiones más vulnera-


bles. Lo anterior hace que tales contrariedades
Si bien, el concepto de ds tiene sus ini-
y tensiones comunes, en cierta forma, perfilen
cios tempranos en el informe realizado por
la aspiración y significancia del ds que canalice
The World Council of Churches (1976), este
y capte preocupaciones a partir de interpreta-
toma mayor impulso en el denominado Informe
ciones locales (Calcetero, Fuentes y Guerrero,
Brundtland de 1987, el cual remite “como aquel
2018), siendo el motor de dicha expectativa, la
que satisface las necesidades de las actuales
educación (unesco, 2015).
generaciones sin comprometer las de las futu-
En efecto, como señala la cepal (2016,
ras, atendiendo al equilibrio social y ecológico
p. 7), “estamos frente a un cambio de época: la
y prioritariamente a las necesidades de los más
opción de continuar con los mismos patrones
pobres” (González, 1996, p. 26). Desde aquella
ya no es viable, lo que hace necesario transfor-
connotación, una serie de eventos paradigmáti-
mar el paradigma de desarrollo actual en uno
cos como la cmnucc (1992), el pk (1997), pasan-
que nos lleve por la vía” del ds, inclusivo y con
do por la declaración internacional de la Carta
visión de largo plazo, en el que las miradas se
de la Tierra (2000), hasta llegar al ap de 2015,
hicieron notar a líderes gubernamentales y de centren en un ds que disminuya las desigual-
organismos internacionales, la eventualidad dades sociales, económicas y permita un reparo
de un futuro calamitoso al cual la humanidad ecológico dotado de una ea que dé sentido críti-
se aproximaba, como consecuencia de un cc y co y capacidad de decisión a la ciudadanía para
de futuras degradaciones medioambientales, formar parte de un proyecto de sostenibilidad
reconociendo así, para muchas de las personas (Torres-Porras y Arrebola, 2018).
afectadas, la difícil tarea de instaurar una con- En ese contexto, los grandes desafíos se
ciencia de ciudadanía global sobre dichas muta- ven inscritos en la Agenda 2030 para el ds y el
ciones ambientales (Alvarado, 2018). ap sobre el cc, ambos, suscritos en el 2015 con

De esta manera, la enorme acepción ver- el inmenso proyecto de revertir la situación


tebral de ds sigue siendo el punto de intermi- tétrica de la sociedad y del medio ambiente.
nables posiciones y de agudos debates, tanto Dentro de esa perspectiva, 6 de los 17 Objeti-
en las esferas académicas como en organismos vos Mundiales (O-M) de la Agenda 2030, están
e instituciones de gran calado en materia de enmarcados dentro de la temática de medio
desarrollo humano y de los límites biofísicos del ambiente: O-6: Garantizar la disponibilidad de
planeta, pero que al final, el potencial concepto agua y su gestión sostenible y el saneamiento
no solo ha mostrado desafiar la visión opera- para todos; O-7: Garantizar el acceso a una
tiva de un hegemonizante capitalismo global energía asequible, segura, sostenible y moder-
de carácter sobreexplotador de recursos natu- na para todos; O-12: Garantizar modalidades
rales, así como de fluidos y actividades meta de consumo y producción sostenibles; O-13:
industriales (Rosas y Barrios, 2018), sino que en Adoptar medidas urgentes para combatir el cc y
definitiva, busca el balance y la articulación de sus efectos; O-14: Conservar y utilizar en forma
principios económicos, sociales y ambientales, sostenible los océanos, los mares y los recursos
que ha sido la promesa de todos los tiempos en marinos para el ds; y O-15: Promover el uso
las sociedades (López, Arriaga y Pardo, 2018). sostenible de los ecosistemas terrestres, luchar
No obstante, cabe indicar que detrás del contra la desertificación, detener e invertir la
crecimiento económico y de los modelos in- degradación de las tierras y frenar la pérdida de
sostenibles de reproducción económica y de la diversidad biológica (cepal, 2016).
consumo generalizado, se va dando forma a La tendencia de una renovada ecuación
una galopante desigualdad entre quienes ha- ecológica del “para todos con una sostenibili-
bitan el planeta, agregándose a este, el cg, la dad” que asigna la Agenda 2030 alrededor del
degeneración medioambiental y el recrudeci- globo, implica para la humanidad, los Esta-
miento de eventuales catástrofes naturales que dos e instituciones público-privadas a direccio-
como cualquier otro efecto, se profundizan con nar un papel distinto en la historia climática,

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de formar alianzas que puedan afianzar una degradación ambiental se distribuye desigual-
economía que sustancialmente encuentre en la mente en términos geográficos, raciales y de
naturaleza y la sociedad civil marcos de soste- clase social” (p. 126). Asimismo, un aspecto
nibilidad, y que desde las esferas institucionales central de esta corriente, es que como teoría y
del gobierno se garanticen mediante políticas movimiento social, demanda mayor equidad,
públicas inclusivas y modelos de gobernanza inclusión y reconocimiento de quienes se si-
ambiental, el bienestar de la población y de túan en condiciones de desventaja ambiental en
aquellos grupos sociales infrarrepresentados. cuanto a cómo se utiliza y gestiona el ambiente
Esto es, asumir desde los espacios educativos (Rodríguez et ál., 2015).
nuevas orientaciones y líneas que permitan Para algunos autores como Ramírez, Ga-
recuperar la confianza entre quienes han que- lindo y Contreras (2015), el fenómeno conocido
dado fuera de la cobertura de avance y quienes como ej, reúne y combina elementos sociales
han conservado la legitimidad de su condición como medioambientales que reconocen que
en los focos de desarrollo, así como también, en no todos los miembros de la sociedad parten
el intenso momento histórico climático, hacer de una situación de igualdad ante los proble-
modelos económicos más eficientes y soste- mas ecológicos, así como “de los impactos
nibles. A esto, según el informe de la unesco medioambientales negativos como de aquellas
(2016), la educación y la nueva Agenda 2030 implicaciones positivas derivadas de la aplica-
engloban “seis pilares fundamentales: el plane- ción de las normativas y políticas públicas en
ta, la prosperidad, la gente, la paz, el lugar de materia de medio ambiente” (Arriaga y Pardo,
residencia y las asociaciones”, reiterando que la 2011, p. 628). Es importante tener en cuenta
educación no hará realidad todo su potencial si que esta versión renovada del ecologismo, como
el ds no actúa como marco de orientación en la afirma la Investigadora del Instituto de Investi-
reforma de los sistemas educativos, así como de gaciones Gino Germani (Buenos Aires), Gabrie-
inyectar en las escuelas y centros de formación la Merlinsky (2018), no trata “solo de estimar
ideas básicas compartidas de comunidad, coo- los efectos negativos de un ambiente degradado,
peración, justicia, democracia, bienestar y de sino también de definir cuáles serán los medios
preservación del medio ambiente. políticos y las regulaciones necesarias para re-
Adicionalmente, un último concepto mediar la situación” (p. 242).
muy prometedor es el de ej, que sin duda con-
Además, como movimiento socioam-
tribuye a profundizar el paradigma de sosteni-
biental, esta pertenece a la tercera corriente
bilidad justa y de un proceso de interrelación
del ecologismo3 que se desenvuelve dentro de
entre las dimensiones educativas, sociales y
medioambientales. Esta noción de ej, pretende,
desde un primer intervalo, amplificar el grado 3 Un punto clave para poder conceptualizar y com-
prender la relación entre el ser humano y la natu-
de un discurso medioambiental de rigidez tra-
raleza, recaen en las corrientes del ecologismo y de
dicional, por uno que garantice una mejor ca- todas aquellas que la integran. De manera gené-
lidad de vida, en el ahora y el futuro, de una rica y de orden cronológico, según el economista
manera que esta sea justa y equitativa, corro- catalán Joan Martínez Alier, una primera vertiente
borando así, un terreno común entre ea, ds y ej es “el culto a lo silvestre”, corriente surgida a
finales del siglo xix en ee .uu, que parte de una
(López et ál., 2018).
propuesta política de defensa medioambiental y
del mantenimiento de recursos naturales vírgenes,
4. JUSTICIA AMBIENTAL sin intervención humana. En lo posterior, ante el
avance exponencial de una economía industria-
Hace referencia a un movimiento ac- lizada, surge una segunda corriente denominada
tivista global eclosionado en los años 70, a por Alier: “evangelio de la ecoeficiencia”, que sobre
partir de luchas Afro-Americanas contra la una base de economía ambiental, pretende la eva-
luación monetaria de los efectos negativos causa-
discriminación racial, espacial y ambiental dos por las actividades económicas sobre el medio
en ee . uu, que como refieren Torres-Salinas ambiente, llegando a defender la acepción de ds.
et ál., (2016), parten “de la premisa que la Por último, el movimiento de ej, que según Alier,

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166 Franklin Américo Canaza-Choque

3 fundamentos esenciales: primero, “defiende de valores frente al medio ambiente” (Valencia


el derecho de todos a un medio ambiente no de- et ál., 2015, p. 341).
gradado”; segundo, “apuesta por el principio de Esta oleada de luchas, según Roy Rodrí-
precaución como política ambiental” y por últi- guez (2017), se definen “como movimientos de
mo, “tiene el objetivo de invertir el paradigma reapropiación de la naturaleza y reexistencia
de protección ambiental dominante, que está del ser. No luchan por una mejor distribución
basado en una gestión de riesgos y mantiene ecológica y económica, sino por la recupera-
el statu quo de inequidad” (Espinosa, 2012, p. ción de la propia identidad cultural vinculada
77). En ese sentido, dicho paradigma considera al territorio y a la reinvención de los sentidos
que el uso de la Tierra debe ser equilibrado, existenciales” (p. 166). De forma que, estos con-
igualitario, responsable y ético, de manera que tenidos hacen posible que surja una ciudadanía
afiance la sustentabilidad de la vida en el plane- ambiental que vincule el concepto de ej a los
ta (Valencia, 2017). Pese a esto, ante el deterioro derechos humanos (Echegoyemberry, 2017).
de la naturaleza y la explotación mecanicista de Aunque, para alcanzar el anhelo de ej, es esen-
recursos naturales, y de los efectos derivados cial que los movilizados dispongan del acceso
de esta, los afectados emprenden luchas por el a la información y participación ambiental,
reconocimiento de los más sensibles a la crisis es decir, que la ciudadanía no solo tenga el
ambiental, de hecho, son protestas socioeco- derecho efectivo de conocer y estar informado
lógicas que reúnen todas las frecuencias posi- del estado en el que se encuentra la naturale-
bles por una ej para todos y todas (Alier, 2008; za (Bermúdez, 2010), sino que además, como
Arriaga y Pardo, 2011). actores ecológicos afectados, puedan mediar a
Son movimientos que desde el siglo pa- través de la gestión ambiental, la conservación
sado se han ido extendiendo y universalizando, sostenible de la naturaleza. En esa dirección,
construyendo signos de resistencia y lucha desde las esferas educativas, es necesario de-
contra la discriminación ambiental sufrida notar a la población más afectada y sensible
por los sectores más frágiles del mundo (Es- de dispositivos informativos y de participación
pinosa, 2012). Como refiere Merlinsky (2017), en asuntos ambientales que, sin lugar a dudas,
tales movimientos de ej “hacen su aparición sigue siendo una labor que requiere mucha
cuando los afectados se sienten amenazados atención; así también, desde las ciencias socia-
dentro de su propia concepción de la vida por les es improrrogable dar un soporte epistemoló-
riesgos que perciben como significativos” (p. gico de encontrar un nuevo lenguaje o discurso
243). Son fuerzas que cuando “ven sus tierras” lleno de saberes que acompañe y proporcione
desoladas, devastadas y en peligro, “se levan- de mecanismos necesarios a los grupos más
tan, se alzan. Reclaman la vida, simple y lla- vulnerables del planeta, en la búsqueda de una
namente la vida y la existencia” (Neyra, 2017, escuela con sociedades más justas y democráti-
p. 174). Movilizaciones sociales que entretejen cas, en términos ambientales.
lo urbano, lo campesino e indígena bajo un
sentido común, promueven acciones de “des- CONCLUSIONES
obediencia civil, marchas, conformación de
redes de información y conocimiento y cambio Se adosa una temporada de cambios sin
precedentes; siendo el cc una de las tensiones
más colosales del presente, este proceso de
distingue entre el antropocentrismo fuerte, que
considera a la naturaleza como mero servidor del
alcance planetario congrega a todos y todas
hombre, por un antropologismo débil, que posicio- con el propósito único de encontrar un balance
na un lugar en la interdependencia y coevolución entre naturaleza y la especie humana, en espe-
entre la naturaleza y la especie humana, que ade- cial, de reconectar a esta última con la primera.
más, trata de responder a problemas comunes: la Sin lugar a dudas, por su amplitud, el cc se
falta de equidad en el acceso de recursos naturales
y de la carga de contaminación, que de forma defi-
ha convertido en la cuestión de subsistencia o
nitiva, perjudica a quienes son más vulnerables a expiración que las agencias globales, gobier-
tales imperfectos (Espinosa, 2012). nos, empresas y sociedades enteras deberán de

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afrontar, desarrollando medidas que aplaquen económico, es vital denotar una ea que recons-
dicha anomalía. A pesar de que el daño causado truya una conciencia ambiental en ciudadanos
al planeta y sus consecuencias sean desiguales, y ciudadanas de cada rincón del planeta. Como
es responsabilidad de todos y todas solucionar también, acentuar un ds que acoja los distintos
el problema, en especial de aquellos países que problemas y objetivos remarcados en la Agenda
han representado ser una amenaza para la eco- 2030, en conjunto con un ds que perfile un
logía global, generando un futuro totalmente patrón sostenible en los estereotipos de consu-
desgarrador. Sin embargo, esto amerita prime- mo y desarrollo en estos tiempos de desajustes
ro, recobrar la confianza ambiental por parte de climáticos y emergencia sistémica. Adicional-
estos con las personas afectadas y la naturaleza, mente, frente a una caótica degradación de la
de manera que esta virtud, es una condición naturaleza y los derechos humanos, desde la
infalible para vivir de manera yuxtapuesta a un indignación y la injusticia ambiental; activis-
sentimiento generalizador compartido de cui- tas, ambientalista, ecologistas, académicos,
dar la Tierra. campesinos e indígenas de diferentes regiones
En un mundo grávido de contingencias, del planeta, despliegan espacios de resistencia
tensiones y desafíos, el cc desencadena una y de reconocimiento ante las múltiples formas
serie de alteraciones alrededor del globo; y ante que ha adoptado el poder para su dominio en
la incertidumbre del mañana, políticos, cien- la naturaleza. Son colectivos en resistencia que
tíficos, instituciones y personas ciudadanas recrean y despiertan imaginarios de defensa
en su conjunto, emiten respuestas de diversa ambiental en pro de la naturaleza y de los vul-
intensidad de adaptación y mitigación frente a nerados. Bajo esos escenarios, anexar de mane-
este malestar. Una de las variadas respuestas ra teórica-práctica la ea y el ds al movimiento
para mantener el equilibrio social-económico- de ej, es brindarle a los colectivos de diferentes
ecológico, se encuentra en una receta de tiem- intensidades, un soporte suficientemente am-
plio en reconocer el problema y las disyuntivas
pos pretéritos: la de cristalizar en los sistemas
que puedan atemperar los efectos devastadores
educativos las pretensiones de una ea y una
del cc y de una economía superpuesta sobre la
educación para el ds; impulsar tales mecánicas
naturaleza. En tal razón, de manera decisiva,
en una sociedad contemporánea es redelinear
buscar y abrir puentes a otros estudios que arti-
un futuro más acogedor. Por tanto, conviene
culen Escuela-Desarrollo-Naturaleza y Justicia,
dar soportes epistemológicos desde las escue-
son temas pendientes, y no cabe duda que es la
las, no solo sobre una concientización de una
escuela, el lugar indicado para discutir y reco-
ea y de ds, sino que además, encaminar una
nocer estas razones.
lucha académica a realidades y verdades más
duras como son las aspiraciones de la ej. No
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de interés son: mercados de trabajo, Sociología por la Universidad de Costa Rica. Realizó estu-
del trabajo y migración. dios de especialización en Perspectiva de Género
en la Universidad Nacional Autónoma de México
Cynthia Gisselle Ferrari Mango y en Políticas Públicas y Justicia de Género en el
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales,
Argentina. Doctoranda en Ciencias So- Sede Argentina. Labora en el Poder Judicial
ciales en la Universidad de Buenos Aires, Ar- implementando proyectos en acceso a la justicia
gentina (uba). Magíster en Políticas Públicas y participación ciudadana. Entre sus publica-
para el Desarrollo con Inclusión Social por la ciones recientes se encuentra: “Ser-para-otros:
Facultad Latinoamericana de Ciencias Socia- Mujeres que introducen droga a cárceles costar-
les (flacso)-Sede académica Argentina (2017). ricenses”. Revista de Ciencias Sociales nro. 157
Diplomada en Gestión y Control de Políticas (2017). Sus áreas de interés son: victimización,
Públicas por flacso (2015). Diplomada en De- violencia y desigualdad de género.
sarrollo Local, Territorial y Economía Social
por flacso (2015). Licenciada en Ciencia Políti- Franklin Américo Canaza-Choque
ca por la Universidad Nacional de la Matanza
(unl am) (2012). Técnica en Gestión Pública por Peruano. Maestrando en Administración
unl a m (2012). Actualmente, es Becaria Doc- Educativa en la Universidad Nacional del Alti-
toral de conicet con lugar de trabajo en el Área plano Puno, Perú. Bachiller en Ciencias de la
de Estado y Políticas Públicas-flacso. Ha sido Educación. Especialidad de Ciencias Sociales.
becaria de investigación del Instituto Nacional Se desempeña como investigador social de la
de Administración Pública (inap), del Consejo Journal of High Andean Research (ria). Sus
Interuniversitario Nacional (cin) y de la Univer- áreas de interés son: administración y políticas
sidad Nacional de La Matanza (unl am). A su vez, educativas.
recibió una Beca del Programa de Formación y
Capacitación para el sector Educación (profor) Kathia Cousin Brenes
para realizar la Maestría en Políticas Públicas
en flacso. Entre sus publicaciones recientes se Costarricense. Doctorado en Estudios de
encuentran: Del “Argentina Trabaja-Programa la Sociedad y la Cultura por la Universidad de
Ingreso Social con Trabajo” y el “Ellas Hacen” Costa Rica. Maestría en Dirección de Empresas.
al “Hacemos Futuro”. ¿Integralidad o desin- Bachillerato y Licenciatura en Contaduría Pú-
tegración de la función social del Estado?, en blica. Se desempeña como docente asociada de
coautoría con Julieta Campana. Informe nro.11 la Universidad de Costa Rica, Sede del Pacífico.
del Observatorio sobre Políticas Públicas y Re- Docente en la Carrera de Dirección de Empre-
forma Estructural. Buenos Aires: Flacso (2018) sas desde 1998. Posee experiencia en proyectos
y La política social en la Argentina tras el cam- de investigación y con más de 17 años de im-
bio de ciclo: Una mirada desde la Seguridad partir Trabajo Comunal Universitario en Acción
Social y la Asistencia Social. En Garcia Delgado, Social. Entre sus publicaciones recientes se
Daniel y Gradin, Agustina (comp), en coautoría encuentran: La pequeña y mediana propiedad
con Jorge Tirenni. El Neoliberalismo tardío (pp y su relación con los antecedentes de las pymes
109-124). Buenos Aires: Flacso (2017). Sus áreas en Costa Rica: 1813-1920. Revista de Ciencias
de interés son: Estado, administración y políti- Sociales (2018) y Diagnóstico de las micro,
cas públicas. Sub áreas de interés: políticas so- pequeñas y medianas empresas en distritos de
ciales, implementación de políticas públicas y la Orotina, Montes de oro, El Roble, Barranca,

Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 165: 197-200 / 2019 (III). (ISSN: 0482-5276)
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