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Actividad 5 Análisis ¿Por qué el reino de Darío no se sublevo


después de la muerte de Alejandro Magno?

Jordy Alejandro Cárcamo Ramírez

N. cuenta:1220572

Ingeniería Industrial, Universidad de San Pedro Sula

HH-304-CN - FILOSOFÍA Seccion-9

Abogado Allan Diaz

6/11/2022
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INTRODUCCION

A continuación, analizaremos un capítulo del escrito de Nicolás


Maquiavelo llamado El príncipe, analizaremos el capitulo numero 4,
donde dentro del mismo se realiza una acción analítica de una
situación que lleva al autor a reflexionar sobre las clases de siervos
o asistentes que un príncipe debe tener, el texto también nos
ofreces una notable revisión histórica de aquella época, donde la
nobleza era tan primordial y los actos de estas y otros imperios.
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El príncipe, Nicolás Maquiavelo, Capitulo IV

El príncipe, publicado póstumamente en 1531, es un tratado de doctrina


política escrito por Nicolás Maquiavelo. El texto está dirigido a Lorenzo de
Médici, conocido como ‘el Magnífico’, a quien Maquiavelo explica cómo
actuar y qué hacer para unificar a Italia y sacarla de la crisis en que se
encuentra.

Maquiavelo considera en el VI capítulo de El príncipe, titulado «Porqué el


reino de Darío, conquistado por Alejandro, no se levantó contra los
sucesores de este después de su muerte», que existen dos formas únicas
de gobernar un principado según las circunstancias políticas. según el
texto menciona que

Hay dos maneras de gobernar un principado: La primera implica un


príncipe y ministros designados. Mientras los ministros ayudan a
gobernar, todos permanecen subordinados al príncipe. La segunda forma
involucra a un príncipe y a los nobles. Los nobles no son nombrados por
el príncipe, pero se benefician de su antiguo linaje y tienen sujetos
propios. De ambos escenarios, el príncipe es considerado como mucho
más fuerte si utiliza ministros, ya que sería el único gobernante en el país.

Es mucho más difícil hacerse cargo de un país si un príncipe utiliza


ministros, porque los ministros tienen poco incentivo para ser corrompidos
por las potencias extranjeras. Además, incluso si se volvieran contra el
príncipe, no serían capaces de obtener el apoyo de ninguna persona
porque no tienen lealtades personales. Es más fácil conquistar un país
gobernado con la cooperación de los nobles, porque encontrar siempre a
un noble descontento que quiere cambios es más probable. Además, los
nobles comandan la lealtad de sus propios súbditos, por lo que un noble
corrompido corromperá el apoyo de sus súbditos. Aunque es más fácil
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hacerse cargo de un estado gobernado por los nobles, es mucho más


difícil mantener el control de ese estado.

En un estado gobernado por los nobles, no basta con matar a la familia


del antiguo gobernante, porque los nobles todavía estarán alrededor para
rebelarse. Mantener un estado con los ministros es mucho más fácil,
porque simplemente requiere matar a un príncipe y su familia.

Las consideraciones de las dificultades que se encuentran para conservar


un estado recientemente conquistado causa generalmente admiración ver
que el imperio del Asia, del que se hizo dueño en pocos años Alejandro
magno, habiendo muerto este tan pronto que apenas tuvo tiempo para
tomar posesión de él, no padeció una revolución completa. Se
mantuvieron, no obstante, sus sucesores en aquel estado, sin
experimentar más dificultad para conservarlo, que la que entre ellos
mismos produjo su propia y particular ambición.

Yo responderé a esto, que todos los principados de que se conserva


alguna noticia por la historia, han sido gobernados de dos diferentes
modos: o por un príncipe absoluto, ante el cual fueron esclavos todos los
demás hombres, y a quienes se concediera, como ministros y por una
gracia especial, la facultad de que le ayudasen a gobernar su reino; o por
un príncipe y por los grandes de aquel mismo estado, no gobernando
estos últimos por favor particular del primero, sino solamente en virtud de
un favor inherente a la antigüedad de su familia, y teniendo también
señoríos y vasallos particulares que les reconocieran por sus dueños, y
les consagraran una devoción personal.

En los países gobernados por un príncipe y por esclavos, tiene el príncipe


infinitamente mucha más autoridad; porque, con efecto, nadie reconoce
en sus estados otro soberano más que a él; y aun cuando obedezcan a
otros individuos, lo hacen como a ministros u oficiales del primero, sin
tenerles afecto particular. La Turquía y la Francia nos presentan en el día
ejemplos de estas dos especies de gobierno. Toda la monarquía turca se
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gobierna por un señor, en cuya presencia son esclavos todos los demás
hombres: divide, pues, su reino en diferentes provincias, y a cada una
envía administradores, mudándoles o quitándoles a su arbitrio; pero el rey
de Francia se ve rodeado de una multitud de personas ilustres por la
antigüedad de su familia, que tiene vasallos que la reconozcan y estimen
como a su señora, y que disfruta en suma de varias prerrogativas que el
rey mismo no podría quitarles sin correr algún riesgo.

Si queremos examinar estas dos soberanías, veremos que se necesita


vencer grandes dificultades para apoderarse de un reino gobernado como
la Turquía; pero que tampoco hay cosa tan fácil como conservarlo, una
vez conquistado. Ciertamente es dificultoso apoderarse de un estado
semejante, porque cualquiera que lo intente, no podrá contar con que le
llamen los grandes de aquel reino, ni aguardar a que se rebele, ni confiar
en los socorros que le prestarán los que estén al lado del príncipe; por la
sencilla razón, que ya hemos dicho al tratar de la organización de tales
estados. Como en efecto, todos son esclavos del príncipe y allegados
suyos, es dificultoso corromperles; y aun cuando se les ganase, se
conseguiría poca ayuda, no pudiendo los mismos inclinar al pueblo a su
partido por las razones que dejamos manifestadas. Y así cualquiera que
acometa a los turcos entienda que ha de encontrarles unidos, y más bien
ha de hacer la cuenta con sus propias fuerzas, que con la facilidad que le
proporcionaría la división de ellos. Pero, una vez vencidos y derrotados
sus ejércitos, en términos que no pudieran volver a reponerse, ya no
habría que temer más que a la familia del príncipe, extinguida la cual, no
quedaría otra entre las demás del estado que tuviese crédito para con el
pueblo; y del mismo modo que el vencedor nada podría esperar de ellas
antes del combate, tampoco podría temer nada después de la victoria.

Todo lo contrario, sucede en reinos gobernados como la Francia: en ellos


se puede entrar fácilmente, una vez ganados algunos grandes,
encontrándose siempre descontentos y personas que deseen una
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mudanza. Estos, pues, abrirán las puertas y facilitarán la conquista del


estado; pero, queriendo luego conservarlo, se experimentarán infinitas
dificultades, tanto de parte de los conquistados, como de los que
prestaron auxilio. No basta aquí extinguir la familia del príncipe, porque
quedan después los grandes del estado, que se hacen cabeza de
partidos nuevos; y como ni es posible contentarles ni destruirles,
fácilmente se pierde la conquista a la primera o más mínima ocasión.

Ahora pues, considerando de qué naturaleza era el gobierno de Darío, le


encontramos semejante al del turco. Alejandro tuvo que acometerlo por
todas partes hasta enseñorearse del territorio; pero, una vez vencido y
muerto Dario, quedó el estado en poder del conquistador, sin que debiera
temerse su pérdida por las razones que ya hemos apuntado. Con la
misma tranquilidad lo hubieran poseído sus sucesores habiendo estado
unidos, porque efectivamente no se vieron más alborotos en este imperio
que los que ellos mismos suscitaron.

No se espere una posesión tan quieta de estados gobernados como la


Francia. Los frecuentes levantamientos de la España, de las Galias y de
la Grecia contra los Romanos provenían todos del gran número de
reyezuelos que había en estos países. Mientras subsistieron semejantes
señores, fue para los Romanos instable y peligrosa la posesión de este
territorio; pero, una vez destruidos, y borrada hasta la memoria de su
poder, fijaron los Romanos su dominio valiéndose de sus propias fuerzas,
a medida que los naturales fueron acostumbrándose a su imperio.

Cuando los Romanos batallaban unos contra otros en aquellas provincias,


cada partido, según la autoridad que hubiera ejercido en ellas, podía
contar fácilmente con su auxilio, porque, acabada la familia de los
señores territoriales, no reconocían las mismas otro dominio que el de los
Romanos. Reflexionando, pues, sobre todas estas diferencias, nadie se
admirará de la facilidad con que Alejandro conservó los estados del Asia
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que conquistó, ni de las dificultades que experimentaron otros


conquistadores, como Pirro, en conservar sus conquistas: lo que no debe
atribuirse a la buena o mala conducta del vencedor, sino a la diferencia de
gobierno de los dominios conquistados.

En resumen, el planteamiento es simple: cuando en un estado, hay más


de un grupo de poder, bien consolidado en este, será fácil apoderarse de
él, pero difícil conservarlo; pues para apoderarse de él no basta sino pedir
la ayuda del grupo contrario de poder al gobernante, pero para
conservarlo se tendrá siempre algunos grupos de poder intentando
derrocar al nuevo gobernante.

En fin, que estos estados son más difíciles de conservar, por la misma
causa que son fáciles de adquirir: la nobleza local. Pero, por el contrario,
los estados sin nobleza local, son fáciles de conservar, porque no hay
oposición, pero difíciles de adquirir, porque no hay en quien apoyarse. Por
esto Alejandro pudo hacerse con el reino de Darío, porque no había en él
ningún otro príncipe o señor local.
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CONCLUSION

Concluyendo podemos mencionar que, por su parte, este capítulo


compara dos tipos de principados: uno en donde el soberano domina en
compañía de una corte de nobles, que a su vez tienen territorios bajo su
poder, y que pueden ir acumulando cuotas de poder y ambición que lleve
a la aparición de ciertas rebeliones. Otra opción es aquella que dibuja al
soberano absoluto, quien ejerce directamente el poder sobre sus
dominios. Maquiavelo se decanta por este segundo tipo de principado,
afirmando que es el que menos oposición y peligros reviste.

Para mantener un estado hereditario debes pensar si es mejor tener


dificultades para gobernar al principio pero que al final va a ser fácil o que
al principio sea fácil gobernar y al final tu propio gobierno te saque por los
corrompidos que son aliados por las potencias extranjeras
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GLOSARIO

1. vasallos:  Que se ponía al servicio de un señor feudal, el cual le daba


protección a cambio de unos determinados servicios.
2. Rebelión: Levantamiento contra una autoridad o un gobierno, en especial
cuando se realiza con el fin de derrocarlo y sustituirlo por otro.
3. Linaje: Ascendencia ilustre de una persona.
4. Feudalismo: Sistema de gobierno y de organización económica,
social y política propio de la Edad Media, basado en una serie de
lazos y obligaciones que vinculaban a vasallos y señores.
5. Sanjacados: Sanjacado, sanjacato o sanyacado (en turco, sancak, lit.
bandera o estandarte)1 era el nombre de una de las subdivisiones
administrativas del Imperio otomano.
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BIBLIOGRAFIA

https://www.docsity.com/es/resumen-extenso-por-capitulos-del-principe-de-

maquiavelo/5165314/

https://www.youtube.com/watch?v=5173z8XrUiw

https://blogs.ua.es/niccolomachiavelli/capitulos/

https://www.clubensayos.com/Filosof%C3%ADa/MAQUIAVELO-EL-PRINCIPE-CAP-

IV-Y-V/3772401.html

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