Gracias, Misericordia Infinita, por ser, en mi esencia, en mi ser, en mi

identidad, un poquito de Ti.

Gracias por haber colocado, en mi Yo Profundo, una chispita de Tu
Luz y sembrar una semillita de Tu Amor.
Gracias por todo lo que me acerca a Ti.
Gracias por los dones y talentos que has puesto en mí.
Gracias por la vocación que he descubierto en mí.
Gracias por todo cuanto me has dado.
Gracias por los días de sol
Y los nublados tristes
Por las tardes tranquilas
Y las noches oscuras.
Gracias por la salud
Y por la enfermedad
Por las penas
Y las alegrías.

Gracias por todo lo que me has prestado

Y luego me has pedido.

Gracias por la sonrisa amable y la mano amiga

Por el amor, y por todo lo hermoso,
Y por todo lo dulce
Por las flores y las estrellas,
Por la existencia de los niños,
Y de las almas buenas.

Gracias por la soledad y la compañía,

Gracias por haberme conservado la vida

Y por haberme dado techo, abrigo, y sustento.
 ¿Qué me traerá este un día que empieza?
Lo que tú quieras, Misericordia Infinita.
Solo quiero sentirte y dejar que fluya Tu Energía Infinita
para mi bien y el bien de los demás.

Solo quiero desplegar, con tu Presencia y Acción, mi SER,

Luz y Compasión, para iluminar y abrigar mi camino
e iluminar y abrigar el camino de los que me rodean y necesiten.
Solo quiero ser Tu instrumento de Paz y Bien.
Solo quiero pensar, sentir, decir y hacer con fe práctica en los dones y
talentos que me has regalado,
Confianza plena en la acción de Tu Energía Infinita que quiero dejar
fluir desde mi Yo Profundo
y alegre esperanza en que lo mejor está por-venir.
Me comprometo a ser humilde y paciente, desprendido y generoso.
Me comprometo a estar sereno y lúcido,
con mi consciencia despierta y mi atención plena, contemplativa,
sin prejuzgar ni juzgar a nadie ni a nada.
Tú sabes, Misericordia Infinita, lo que necesito y me conviene.
Que eso me sea dado y eso se me dará por Tu Gracia, por Tu Amor,
por Tu Misericordia y por Tu Compasión.
Gracias, infinitas gracias.