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ACADEMIA DE LA MAGISTRATURA

CONFERENCIA:

“RELACION JURIDICA, CAUSALES DE


EXCEPCION A LAS REGLAS DE LA
COMPETENCIA Y MEDIDAS
CAUTELARES EN MATERIA DE
DERECHO DE CREACION”

AUTORES:

JUAN ALBERTO ROSSEL ACOSTA


CARLOS FELIPE FIDEL RAMOS RISCO
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INDICE

Introducción

Capitulo Primero
El Derecho de Creación

Capitulo Segundo
La Relación Jurídica
Los Sujetos Procesales
Los Creadores
Los Jueces
Los Presuntos Infractores de la Norma

Capitulo Tercero
Reglas Generales de la Competencia
Excepciones a la Competencia Jurisdiccional en Materia de Derecho de Creación

Capitulo Cuarto
Las Medidas Cautelares
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INTRODUCCION
El Derecho de Creación es un derecho relativamente nuevo, y al igual que el hombre sobre
la tierra, es un recién llegado a la mesa del derecho; como tal, genera recelos, conflictos,
preguntas e incluso dudas sobre su verdadero nombre. Ese es el precio que tiene que pagar
toda nueva rama del derecho que al abrirse paso en el vientre de su madre, necesariamente
desgarra los tejidos de aquellos viejos moldes que una vez le dieron calor, cobijo y
nacimiento. Dicho dolor de parto lo conocen muy bien el derecho cambiario cuando dejo de
beber de las ubres del derecho común y cuyo nomen iuris, siguiendo a Ferri o Vivante, aún
está en debate, llamándolo algunos Derecho Cartular, Derecho de Títulos de Credito; o el
Derecho Tributario cuando, emulando a Atenea naciendo de la cabeza de Zeus, brotó
prístino de la testa del Derecho Financiero; asi, para los españoles se habla de un Derecho
Fiscal, mientras que otros lo conciben aun como un apéndice del Derecho Financiero.

El Derecho de Creación ve su antecedente en el llamado Derecho de Autor, el cual, de


manera discutiblemente didáctica, separa el Derecho de Autor del Derecho de Artista como
dos expresiones diferentes de las obras del ingenio. Así se pronuncian La Convención de
Roma, el Convenio de Berna de 1971, el Tratado OMPI sobre Interpretación y Ejecución de
Fonogramas y en América Latina la Decisión 351 de la Comunidad Andina. Como hemos
señalado en estudios diversos, ésta distinción tiene más de política que de práctica y es
menos didáctica de lo que parece, pues pretende reconocer dos derechos, de autor y de
artista, donde sólo existe un bien jurídico y un solo objeto material de protección del
derecho tal y cual es: El Acto Creativo. Así, mientras el Derecho de Creación tiene carácter
diádico en la medida que comprende dialécticamente, el derecho de los autores y el
derecho de los artistas como una unidad dentro de la diversidad; el Derecho de Autor es
dicotómico, en la medida que conceptualiza de manera excluyente ambos derechos
tratándolos como un derecho principal el uno y como derecho conexo el otro; siendo el
derecho de artista una especie de derecho parásito o mejor dicho un derecho capiti
diminutio. Como veremos, esta forma de ver el derecho, ya cumplió su ciclo.
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En materia procesal existen innovaciones que determinan la singularidad del derecho de


Creación frente a otras ramas del derecho, lo que le coloca como una rama dentro del
Derecho Social. A decir verdad, es inconcebible imaginar una obra del ingenio, producto
del bagaje cultural de la humanidad, ventilada en sede de derecho privado y juzgada bajo
los principios del derecho civil burgués, de igualdad entre las partes. Nada más lejos del
ideal de justicia y del derecho mismo.

Siendo así el Derecho Social, como lo hace con el Derecho del Trabajo, en el Derecho de
Creación se establecen situaciones de excepción procesal respecto al onus probandi que
favorece de alguna manera a una de las partes en perjuicio de la otra; estableciendo incluso
singularidades a las reglas generales de la competencia, como la abreviación de los
procesos cognitorios y la incorporación del Estado como sujeto pasivo de la relación
jurídica procesal en calidad de demandado y presunto violador de los derechos de autor y
artista, además de los meros agentes privados. Ello es fundamental y su desarrollo será
parte de estas líneas.

El Derecho de Creación comprende normas sustantivas que se originan en una relación


jurídica obligacional ex lege que determina el nacimiento de dos situaciones jurídicas
subjetivas, de posición activa y pasiva de cuya inejecución se derivan derechos y deberes
de indemnización de carácter objetivo; asimismo, existen normas adjetivas, reguladas estas
ultimas de manera supletoria por el código ritual, destinadas a conducir las pretensiones, a
la dilucidación de un conflicto de intereses nacido a partir de la existencia de estas
situaciones jurídicas subjetivas, entre las cuales existen medidas cautelares de
aseguramiento de la decisión final y de prevención de un daño o de evitación al ya causado.

Sean estas líneas, un breve repaso a esta nueva rama del derecho.

CAPITULO PRIMERO
EL DERECHO DE CREACION

CAPITULO SEGUNDO
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LA RELACION JURIDICA

El Origen de la Relación Jurídica Obligatoria


Si seguimos a BETTI, los negocios jurídicos sólo son eficaces cuando cumplen con el
supuesto de hecho contenido en la norma cuyos efectos son protegidos por el ordenamiento
jurídico. Visto de esa forma, todas las obligaciones que nacen en los actos o negocios
jurídicos tienen su origen en la ley y no en la llamada autonomía de la voluntad. A decir
verdad, la voluntad no crea obligaciones sino cuando la ley, como vehículo de la norma, ha
identificado previamente un bien jurídico digno tutela, que los particulares simplemente
conjugan en las diversas formas típicas o atípicas en las que se manifiesta la autonomía
privada.

Para efectos prácticos, la doctrina entiende que las obligaciones nacen a partir de dos
hechos: la voluntad y la ley. En nuestro ordenamiento, la voluntad se objetiva en virtud del
acto jurídico, mientras que la ley lo hace a través de la voluntas legislatoris. Siguiendo a
KELSEN, la ley se presenta en niveles, también llamadas jerarquías, que determinan los
alcances y ámbitos de aplicación espacial y temporal del fenómeno normativo.

Las Obligaciones Ex Voluntas Privata


Así, decimos que cuando Paulus y Marcus acuerdan realizar la compraventa de un terreno
intercambiando el bien por su precio en dinero, se están obligando mutuamente mediante,
lo que Luigi FERRI denominaba, una norma jurídica de carácter privado, que dará origen
a dos situaciones jurídicas subjetivas, una de carácter activo y otra de carácter pasivo,
donde Paulus, propietario del terreno se obliga a transferir la propiedad del bien a favor de
Marcus, quien a su vez se obliga a pagar su precio en dinero a favor de Paulus.

Siguiendo a FERNANDEZ SESAREGO, ambas situaciones jurídicas llevan al interior


una serie de derechos y cargas, facultades y obligaciones, entre las cuales se encuentra
principalmente el deber de colaboración. Así, si tomamos en cuenta que uno de los fines
del derecho consiste en buscar la paz social, el acreedor está obligado a colaborar con su
deudor en el cumplimiento de su prestación y así ejecutar de manera oportuna y plena con
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la obligación asumida. De esa manera, al deudor sólo le bastará demostrar que se condujo
con la diligencia ordinaria, para liberarse de la obligación de indemnizar, invocando para
ello el artículo 1314° del C.C. que, desde nuestro punto de vista, no sólo recoge la
existencia del casus, como fractura del nexo causal, sino también el incumplimiento del
deber de colaboración por parte del titular del crédito.

Las Obligaciones Ex Lege


Lo mismo ocurre con las obligaciones ex lege, en cuyo caso la norma prescinde de la
voluntad privada para atribuir responsabilidad y crear situaciones jurídicas subjetivas de
crédito y debito ante la constatación de un hecho determinado. En ese sentido, debemos
diferenciar los hechos a partir de los cuales la ley, atribuye el nacimiento de situaciones
jurídicas subjetivas a determinados sujetos; a saber, sólo existen dos supuestos según los
cuales la ley dispone el nacimiento de obligaciones: ante hechos jurídicos o hechos
antijurídicos.

a) Los Hechos Jurídicos


Los hechos jurídicos son aquellos que permitidos por el ordenamiento su sola ejecución
determina el nacimiento de una situación jurídica subjetiva pasiva de dar, hacer o no hacer
y una situación jurídica subjetiva activa de percibir o ver realizada a su favor una prestación
de carácter patrimonial o extrapatrimonial;

b) Los Hechos Antíjuídicos


Por otro lado, los hechos antijurídicos, son generalmente aquellos relacionados con
comportamientos que han desembocado en un daño o en la afectación de un bien jurídico,
como ocurre por ejemplo, en aquellas situaciones originadas accidentes o inejecución de
obligaciones y ventiladas en el Derecho de Daños, en la mal llamada responsabilidad
aquiliana o extra contractual.

Sobre este punto es importante poner de relieve la intensa y no menos fructífera polémica
existente entre aquellos estudiosos del derecho quienes siguiendo la escuela italiana, dentro
de la llamada provincia de la responsabilidad civil, como el profesor FERNANDEZ
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SESAREGO, han abandonado abiertamente el concepto de antijuricidad como elemento de


responsabilidad aquiliana, partiendo de un criterio positivista neokelseniano para atribuir la
responsabilidad exclusivamente en criterios normativos y no como pretenden algunos como
LIZARDO TABOADA o ESPINOZA ESPINOZA, en nuestro medio, a partir de una
imputación de desvalor o de vulneración del ordenamiento en su conjunto.

Por lo pronto, nuestro ordenamiento recoge en el artículo 1971° del C.C. las causales
autoritativas de daño, según las cuales, las personas no sólo son irresponsables del siniestro
causado, sino que se encuentran autorizadas por ley a causar un daño a otro, de lo que se
colige inevitablemente que el concepto de antijuricidad, solo se pueda definir en sentido
negativo, lo cual es altamente peligroso en materia jurídica.

Derecho de Creación y Relación Jurídica Obligatoria


El Derecho de Creación, hemos dicho, comprende derechos patrimoniales y derechos
morales de los creadores. Así, siendo un derecho social, el bien jurídico es la creación
humana, a la vez que las fijaciones en cualquier medio creado o por crearse de la voz, la
imagen, la música, la composición, etc. constituyen los objetos de materiales de tutela
jurídica, siendo los titulares de ello, los creadores artistas y autores. Así lo dispone
claramente el artículo 18° del D.L. N° 822.

Cuando una persona natural o jurídica realiza una actividad de explotación de la obra del
ingenio, ya sea reproduciéndola, comunicándola o poniéndola a disposición de terceros está
cumpliendo el supuesto de hecho de la norma jurídica, produciéndose la imputación
objetiva de una conducta y la realización de la consecuencia de derecho, la misma que
determina el nacimiento de dos situaciones jurídicas subjetivas: una activa, en cabeza del
creador quien, para efectos de exigibilidad del derecho, deberá necesariamente actuar a
través de una sociedad de gestión colectiva; y por otro lado, una situación jurídica subjetiva
pasiva, a cargo del agente realizador de la conducta; entre ambos ha nacido, por imperio de
la ley, una relación jurídica obligatoria.

Los Sujetos de la Relación Jurídica


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a) Sujeto Activo
Los autores y artistas, ya sean intérpretes o ejecutantes, cuyas creaciones hayan sido
materia de fijación y se encuentren debidamente registrados ante una sociedad de gestión
colectiva.

b) Sujeto Pasivo
Personas naturales o jurídicas, entre estas ultimas se comprende el Estado.

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