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INTEGRACION CULTURAL IV

TRABAJO PRACTICO N° 1
“El Malestar En La Cultura”
(Sigmund Freud)

Alumnos:
García Facal, Martín
Gómez, Rafael
Gulisano, Alejandro
Jara, Elías
Orlando, Camilo
Provenzano, Sergio Leonardo
Capítulo 1

Freud se ve inquietado por una observación que un amigo suyo le formula. Este le habla
de un sentimiento “oceánico” fuente de la religiosidad que consiste en una indisoluble comunión e
inseparable pertenencia al mundo exterior. Freud parece encontrar cierta respuesta a esta
afirmación revisando los orígenes, los límites y la evolución del yo.

El lactante no distingue entre su yo y el mundo exterior, lo aprende por influencia de


ciertos estímulos. Hay fuentes exteriores capaces de provocarle sensaciones en cualquier
momento (las partes del cuerpo) y otras solo temporalmente (el seno materno es la más
importante). A partir de esto el niño empieza a reconocer un “objeto” opuesto al yo, exterior.
También contribuye a esto las frecuentes sensaciones de dolor y displacer.

Originalmente el yo incluye todo. Nuestro yo actual, es el residuo atrofiado de algo más


amplio que correspondió a una comunión íntima entre el yo y el mundo externo. Afirmando que lo
pretérito puede subsistir en la vida psíquica, que no está necesariamente condenado a
desaparecer y que su conservación es más una regla que una excepción, llegamos a la conclusión
de que ese sentimiento oceánico de pertenencia al todo, primitivo, subsiste junto al yo adulto.

Capítulo 2

La vida tal como nos ha sido impuesta nos resulta pesada. Frente a esto nos valemos de
distracciones poderosas (la ciencia), satisfacciones sustitutivas (el arte) y substancias embriagantes
(narcóticos que nos abstraen de ella). La religión pertenecía también a esta serie. Adjudicar un fin
a la vida solo se da en función de un sistema religioso. Ahora bien, ¿qué se espera de la vida? La
felicidad, la dicha (esta aspiración tiene una faz negativa: evitar el dolor, y otra positiva que sería
vivir intensas emociones y placeres). Pero el plan de la “Creación” no incluye al hombre “feliz”. La
felicidad des un fenómeno esporádico. Constitutivamente nos es más fácil pasar por la desgracia.
Esta puede llegar a nosotros de nuestro propio cuerpo, del exterior o de las relaciones con
nuestros semejantes. De esta forma la finalidad de evitar el sufrimiento relega a un segundo plano
la de lograr el placer. Mediante el dominio del instinto, el principio del placer da lugar al de
realidad, en el que se aplacan tanto el placer como el sufrimiento. Aquí se describen algunos
mecanismos para evitar el sufrimiento de los hombres: se establece como el más eficaz y a su vez
más tosco a la intoxicación, también figura la sublimación (desplazamiento de las metas
pulsionales a destinos sublimes, los cuales no sean cercenados por la sociedad), igualmente la
obtención de placer mediante estos mecanismos no es comparable a la ganancia de placer
proveniente de saciar una pulsión primaria.

La búsqueda del amor es la búsqueda positiva de la felicidad; pero nunca corremos mas
riesgo a sufrir que cuando amamos, La apreciación del arte y la belleza son un refugio fugaz ante la
desdicha. La ideal es no concentrar todo anhelo de la satisfacción en una sola actividad. La religión
rompe el libre juego imponiendo a todos el mismo camino a la felicidad.
Capítulo 3

Las tres fuentes del sufrimiento humano se dice que son: la supremacía de la naturaleza, la
caducidad del cuerpo y las relaciones humanas (familia, el Estado y la sociedad). Esto ultimo nos
resulta difícil de aceptar en tanto que creemos que estas invenciones de la cultura deberían
protegernos, sin embargo puede que aquí se suelte una parte de la indomable naturaleza, nuestra
propia psiquis. Según esto, nuestra cultura seria culpable de nuestros sufrimientos y para
superarlos deberíamos volver a estilos de vida más primitivos.

Cultura es definido como: producciones e instituciones que distancian nuestra vida de la


de nuestros antecesores animales y protegen al hombre de la naturaleza, regulando las relaciones
entre ellos. Se denominan culturales todas las actividades y los bienes útiles para el hombre. Así
como también la belleza, el orden y la limpieza gracias al avance de la técnica cada día se acerca
más al ideal de omnipotencia y omnisapiencia que coronaban sus dioses, pero esto tampoco le
hace feliz. La cultura se caracteriza también a través de su valoración y culto a las actividades
psíquicas superiores, la ciencia, el arte y la religión. La libertad individual era máxima antes de toda
cultura pero carecía de valor porque el individuo era incapaz de defenderla. El establecimiento de
la cultura se da con la sustitución del poder individual, por el de la comunidad. De esta manera, la
cultura reposa sobre la renuncia de las satisfacciones instintivas (frustración cultural) que deberán
ser compensadas de alguna forma.

Capítulo 4

El hombre más primitivo construye la familia por la necesidad de satisfacción genital que lo
incita a conservar a la hembra y a ésta a permanecer junto al macho más fuerte, a fin de preservar
la especie. Las alianzas fraternas habían descubierto que una asociación (hermanos/as) puede ser
más poderosa que el individuo (padre). Al descubrir que la mejora de la calidad de vida estaba en
sus manos, el hombre ya no ve con indiferencia el hecho de que sus prójimos trabajen con él. La
vida adquiere un doble fundamento: la obligación del trabajo y el amor del macho a su objeto
sexual, la mujer y de esta a sus hijos. En el amor sexual residen el máximo placer, el prototipo de la
felicidad. Esto conduce sin embargo a una peligrosa dependencia del mundo exterior. Se desplaza
el acento sobre el amor, que antes residía en la sensación de ser amado para protegerse frente a
la posible pérdida el objeto.

Existen 2 tendencias amorosas: la más primitiva (satisfacción sexual) y el amor a familiares


y amigos. La primer y quizás más importante restricción que ha sufrido el ser humano es la de la
imposibilidad del incesto. A partir de allí se sucedieron otras tantas. La cultura europea occidental
solo tolera las relaciones heterosexuales con fines reproductivos. De este modo la vida sexual del
hombre civilizado ha sufrido un grave perjuicio.
Capítulo 5

La neurosis es la serie de síntomas que sufren los sujetos que no toleran la denegación de
su vida sexual por parte de la cultura. El amor sexual genital, que sirvió como base de la cultura
aparte de la compulsión al trabajo, es un desarrollo ulterior de la misma. No es conveniente para
ello pues, que en el seno de una pareja que se ama, los terceros pierden importancia, y eso atenta
contra una de las premisas más importantes de la cultura, la de aglutinar la mayor cantidad posible
de seres humanos. Por esto ella otorga mayor valor e importancia al amor de meta inhibida, que
no tiene la condición de exclusividad de su pariente primitivo.

La cultura también reprime la naturaleza agresiva del hombre. Las tendencias agresivas
que percibimos en nosotros mismos, las suponemos en los demás. La cultura en su afán de
restringir esta agresividad allana el camino hacia vínculos amorosos, coartados en su fin; de ahí las
restricciones sexuales y el precepto de amor al prójimo.

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