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Parroquia María Madre de la Iglesia

Escuela de Formación para Laicos

Módulo de Sagradas Escrituras


Introducción General a la Biblia

Los libros sagrados


Muchas religiones antiguas tienen sus libros sagrados. Este fenómeno universal está ligado con la
historia de las civilizaciones: especialmente con sus “cosmogonías”, “teofanías” y hazañas de
grandes héroes. Estos libros los guardan como un depósito venerado, dado que, abordándolos con
fe, esperan hallar en ellos una respuesta a los interrogantes de su alma, luz para guiar su vida.

La mayoría de libros sagrados tienen diferentes formas de presentación (rollo, códice, un único
libro, varios tomos, recopilación), son antiguos y poseen un grado de santidad atribuido por los
creyentes de sus religiones. Muchas de tales escrituras existieron originalmente como mitos de
tradición oral memorizados y transmitidos de generación en generación antes de pasar a ser
escritura, lo que aumentó significativamente su prestigio.

En las cinco grandes religiones actuales existen libros sagrados. En las religiones monoteístas o
abrahámicas:
 El Tanaj es el texto sagrado del judaísmo. Sería a lo que llamamos Antiguo Testamento o
Mikrá.
 La Biblia es el texto sagrado del cristianismo. Compuesta por el Antiguo Testamento (que
incluye al Tanaj y los libros deuterocanónicos) y el Nuevo Testamento.
 El Corán es el libro sagrado del islamismo.

En las religiones orientales:


 Los cuatro Vedas y los Upanishad, son los libros del hinduismo.
En civilizaciones antiguas también contaban con libros sagrados:
 El libro de los muertos, en Egipto.
 El Código de Hammurabi, en Mesopotamia.

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 El Popol Vuh, de los antiguos Mayas.
 Los Códices Mexicas, de los Aztecas.

La revelación divina conservada primero en la religión judía y luego en la cristiana, tiene también
sus Sagradas Escrituras, sus libros Santos, como dice el primer libro de los Macabeos (1Mac 12,9):
Nosotros, aunque no tenemos necesidad de esto por tener como consolación los libros santos que
están en nuestras manos.

Los libros sagrados de las religiones no cristianas, pueden ser leídos con respeto, con simpatía
comprensiva, tratando de ver en ellos el esfuerzo de hombres que buscan a Dios. Sin embargo, la
Biblia constituye a sus ojos un hecho único. En ella, no sólo el hombre invoca a Dios y se esfuerza
por discernir su respuesta; Dios mismo habla al hombre, por su propia iniciativa. La Biblia es, con
toda verdad, su misma palabra.

Aunque a veces los textos que contiene la Biblia, no parezcan relevantes…


 Listas genealógicas muy largas y enredadas;
 La historia de personajes edificantes;
…a través de todo esto, Dios comunica un mensaje.

El pensamiento de los autores humanos a quienes debemos estos libros, su concepción de la vida, su
mentalidad, su cultura, no es el elemento primordial de las obras que dejaron escritas; todo su genio
humano está al servicio de algo más grande.

Escribieron bajo la acción del Espíritu de Dios:


 El Espíritu (ruah), que daba fuerza sobrenatural a los libertadores de Israel (Jue 13,25):
Y el espíritu de Yahvé comenzó a agitarlo en el Campamento de Dan, entre Sorá y Estaol.

 El Espíritu que animaba a los profetas (Os 9,7):


Han llegado los días del castigo, han llegado los días de la retribución. ¡Que lo sepa Israel! ¡El
profeta es un necio, un loco el hombre del espíritu! Por la magnitud de tu culpa, por tu enorme
hostilidad.

 El Espíritu que ahora se infunde a la Iglesia de Cristo y la anima (Hech 2,1-4):


Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos con un mismo objetivo. De repente vino del
cielo un ruido como una impetuosa ráfaga de viento, que llenó toda la casa en la que se encontraban.

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Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de
ellos; se llenaron todos de Espíritu Santo y se pusieron a hablar en diversas lenguas, según el
Espíritu les concedía expresarse.

 Según la expresión de la segunda carta a Timoteo, la Escritura es santa porque está


divinamente inspirada (theópteustos: en 2Tim 3,16):
Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en
la justicia.

 Por eso se dice que los autores de la Biblia son: Dios (a través del Espíritu) y el Hombre
(que recibe la inspiración).

La inspiración de los autores sagrados, sobrepasa el nivel más alto del genio humano. La inspiración
bíblica es una acción sobrenatural de Dios, a la vez discreta y profunda, que respeta enteramente la
personalidad de los autores humanos y que a la vez los eleva por encima de ellos mismos, pues Dios
es capaz de hacerlo.

Así pues, los libros nacidos de la actividad de estos autores no son solamente humanos, sino
divinos; no expresan sólo un pensamiento humano, sino el pensamiento de Dios. Y, sin embargo,
están enraizados en la naturaleza humana: en ellos, todo es del hombre y todo es de Dios.

De la misma manera que los Apóstoles, al escuchar a Cristo, recibían de Él un mensaje divino
transmitido de un modo humano, así también el lector de la Biblia halla en ella la palabra divina
enunciada a la manera humana. Es éste un hecho fundamental que no se debe olvidar cuando se
estudian los libros sagrados.

De aquí se desprenden las tres formas de acercarnos a la Biblia:


 Para leer. Consiste en recorrer las páginas del libro sagrado con la finalidad de conocer
hechos y personas, guiados por la curiosidad.
 Para estudiar. No es más que recorrer las páginas del libro sagrado para profundizar los
hechos, compararlos, interpretarlos a la luz de la “Tradición” y de las enseñanzas de la
Iglesia, o simplemente para fines culturales.
 Para rezar. Es utilizar la Biblia para dialogar con Dios.

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La inspiración divina
Cuando comienza a formarse el Antiguo Testamento no había una concepción de que los primeros
libros fueran inspiración divina. El contenido de los mismos sí se consideraba divino, pero no el
libro en sí. Los primeros “textos” surgen para fijar tradiciones como la Pascua, Pentecostés, el Año
Nuevo, Día del Perdón, las Enramadas, de la Dedicación y de Purim.

Algunos relatos se van forjando en base a las biografías de grandes personajes: Abraham, Jacob,
José, Moisés, Josué, los jueces, los profetas, entre otros. O de la descripción de lugares considerados
sagrados, como Canaán, el Monte Sinaí, y las “teofanías”, que en ellos se dieron.

Al mismo tiempo, se van compilando libros que conservan las hazañas de los profetas y sus
oráculos, señalándolos como los grandes inspirados; ya que ellos transmiten la Palabra de Dios, las
cuales son escritas por ellos mismos o por algunos de sus discípulos.

Al tiempo que van surgiendo estos escritos, se va formando en torno a ellos una estima de orden
religioso y espiritual. Sobre todo, con los profetas, ya que se consideraba que ellos no escribieron
por cuenta propia, sino porque recibieron esta orden directamente de Dios, aunque aún, no por esto
se le consideraba “al libro” como divino:
 Is 30,8:
Ahora ven, escríbelo en una tablilla, grábalo en un libro, y que dure hasta el último día, para
testimonio hasta siempre.

 Jer 36,2.28.32:
(2) Tómate un rollo de escribir y apunta en él todas las palabras que te he hablado tocante a Israel, a
Judá y a todas las naciones, desde la fecha en que te vengo hablando (desde los tiempos de Josías
hasta hoy. (28) Vuelve a tomar otro rollo y escribe en él todas las cosas que antes había en el primer
rollo que quemó Joaquín, rey de Judá. (32) Entonces Jeremías tomó otro rollo, que dio al escriba
Baruc, hijo de Nerías, y éste escribió al dictado de Jeremías todas las palabras del libro que había
quemado Joaquín, rey de Judá, e incluso se añadió a aquellas otras muchas por el estilo.

Se refiere también que Moisés “escribió las palabras de Yahveh” (Ex. 24, 4a):
Entonces Moisés escribió todas las palabras de Yahvé.
o “por orden de Yahveh” (Núm 33, 2a):
Moisés, por orden de Yahvé, escribió los puntos de donde partían, etapa por etapa.

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Y en Ex 17, 14a:
Yahvé dijo a Moisés: Escribe esto en un libro para recuerdo…

En los libros que se redactan en el exilio o después de él, se hace mención del “libro de la ley de
Yahveh”: 2Re 22,11: “Cuando el rey oyó las palabras del rollo de la Doctrina, rasgó sus vestiduras” ; 2Cro 17,
9a: “los cuales enseñaron en Judá, llevando consigo el libro de la Ley de Yahvé”; 34, 14b: “el sacerdote Jilquías
encontró el rollo de la Doctrina de Yahvé dada por Moisés”; Neh 8, 8a. 18a: “y Esdras leyó en el libro de la Ley de
Dios”; “Esdras leyó en el libro de la Ley de Dios diariamente” y en Neh 8,1 se habla de que la ley “es el libro de
la ley de Moisés, que Yahveh prescribió a Israel”.

Es en la época de Nehemías y los Macabeos, que comienza a darse a los libros en sí, el carácter de
sagrados. Es el caso del “libro de la ley de Dios”, que lo tiene Esdras y que va a leer solemnemente
al pueblo. Nehemías crea una biblioteca de libros sagrados. Judas Macabeo, en momentos de
persecución y dispersión cuida de esos libros (2Mac 2,13-15): “Lo mismo se narraba también en los
archivos y en las Memorias del tiempo de Nehemías; y cómo éste, para fundar una biblioteca, reunió los libros
referentes a los reyes y a los profetas, los de David y las cartas de los reyes acerca de las ofrendas. De igual modo Judas
reunió todos los libros dispersos a causa de la guerra que sufrimos, los cuales están en nuestras manos. Por tanto, si

tienen necesidad de ellos, envíen a quienes se los lleven”;

Por primera vez en la literatura bíblica nos encontramos con la expresión “los libros santos” para
designar a las Escrituras (1Mac 12,9), que sirven de consuelo en la persecución (2Mac 8,23).

Luego, hay testimonios de que los judíos de la diáspora, tienen preocupación por poseer en su
lengua (el griego), el Pentateuco y los otros libros que se leían en Jerusalén (2Mac 2,15 y prólogo
del Eclesiástico).

Ya en el Nuevo Testamento, nos encontramos con que las Escrituras forman parte central de los
discursos de los maestros de la época. El mismo Jesús hace uso de una costumbre judía, que
consistía en fortalecer sus argumentos haciendo referencias “a las Escrituras”, con la frase “como
está escrito” (Mt. 4,4-10; 21,13; Lc. 19,46).

Luego los Apóstoles, van a repetir el mismo ejemplo: Mt 2,5; Hech 7,42; Rom 1,17; 3,4; 1Pe 1,16;
con estas referencias, dan autoridad a la Escritura, en el orden divino.

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Pablo y más adelante Pedro, presentan la fuerza divina que proviene de las Escrituras:
 2Tim 3,14-15:
 2Pe 1,19-21:

De estos textos, entran en el lenguaje de estudios bíblicos y teológicos, los términos “hagiógrafo” o
“escritor inspirado” y “libro inspirado”; para referirse de forma especial a los libros bíblicos y a sus
autores.

Ante toda esta consideración acerca de los libros santos, se establecieron los criterios “canónicos” o
del “canon” o la “regla”, para considerar la lista oficial de los libros que conforman la Biblia.

La lista de los libros sagrados


La Iglesia, durante todos los siglos de su existencia, ha nutrido su fe con la Sagrada Escritura. Tanto
los ortodoxos como los protestantes comparten con los católicos esta misma fe en la Escritura,
aunque varíe la interpretación que hagan de la misma palabra (2Tim 3,16).

La creencia de la Iglesia en los libros sagrados se afianza en dos coyunturas:


 En el Concilio de Trento, el 8 de abril de 1546, se estableció y afirmó que Dios es el autor,
tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo y se estableció la lista definitiva de los libros
que se admiten como sagrados.
 En el Concilio Vaticano I se trataba propiamente del principio mismo de la inspiración, ya
que algunos negaban toda intervención sobrenatural de Dios. En este concilio, el 24 de abril
de 1870, se formuló el principio siguiente: “Si alguien no admite como sagrados y canónicos
los libros completos de la Sagrada Escritura con todas sus partes, según la enumeración que
hace de ellos el santo concilio de Trento, o si niega que estos libros están divinamente
inspirados, sea anatema”.

La Iglesia cree, en la inspiración de “cierto número de libros”, cuya lista ha fijado con precisión. El
orden y la clasificación de estos libros han variado y pueden variar; y en esto la Iglesia deja plena
libertad, siendo en total unos 73 libros.

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En cuanto al Antiguo Testamento, acoge el orden de la Biblia Hebrea, pero agrega los libros que se
incorporaron en la Biblia Griega:
 Lo Cinco Libros de Moisés, Pentateuco, La Ley o Torah: Génesis, Éxodo, Levítico,
Números y Deuteronomio.
 Los Primeros Profetas, Profetas Anteriores, o Históricos: Josué, Jueces, 1ro y 2do libros de
Samuel, 1ro y 2do libros de los Reyes.
 Profetas Posteriores, o Profetas Mayores y Menores: Isaías, Jeremías y Ezequiel. Oseas,
Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y
Malaquías.
 Los Otros Escritos, Ketubim o Libros Sapienciales: Salmos, Proverbios, Job, Cantar de los
Cantares, Rut, Lamentaciones, Eclesiastés (Qohelet), Ester, Daniel, Esdras, Nehemías, 1ro y
2do libro de las Crónicas.
 Libros Deuterocanónicos, que fueron incorporados por los cristianos a partir de la Biblia
Griega: Baruc, Tobías, Judit, 1ro y 2do libro de los Macabeos, Sabiduría y Eclesiástico
(Sirácida).
 En total 46 libros.

En relación al Nuevo Testamento, la Iglesia mantiene los siguientes libros:


 Los cuatro Evangelios: según Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
 Hechos de los Apóstoles.
 Las 13 cartas de Pablo o Cuerpo Paulino o Cartas Paulinas: a los Romanos, a los Corintios
(2 cartas), a los Gálatas, a los Efesios, a los Filipenses, a los Colosenses, a los
Tesalonicenses (2 cartas), a Timoteo (2 cartas), a Tito y a Filemón.
 Cartas Católicas o Cartas Apostólicas: de Pedro (2 cartas), de Juan (3 cartas), Santiago,
Judas y a los Hebreos.
 El Apocalipsis de San Juan.
 En total 27 libros.

Criterios para fijar el Canon del Antiguo y del Nuevo Testamento


a) Criterios para fijar el canon del Antiguo Testamento

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Los libros que conforman la “Biblia Hebrea” o el Antiguo Testamento, se fueron agrupando por
unos tres mil años. Desde siempre se incluyeron en su lista oficial los libros de la Torah y los libros
de los profetas. Para los demás libros no existía un criterio definido.

Habiendo recibido influencia de otros países cercanos, sobre todo de Babilonia de donde surgió el
idioma Arameo; y luego de Grecia, de donde se propagó el idioma griego como lengua común, se
decidió tomar como único criterio para determinar qué libros pertenecían al Canon Hebreo del
Antiguo Testamento, aquellos que fueron escritos en idioma hebreo o arameo, excluyendo
totalmente los libros que se escribieron en griego.

b) Criterios para fijar el canon del Nuevo Testamento


Después de muchas discusiones, estudios y recopilaciones, se fijaron tres criterios para determinar
cuáles libros iban a pertenecer a la lista oficial del Nuevo Testamento:
 La proveniencia apostólica. Es decir, que el tiempo de escritura del libro debía estar
ubicado en el período de tiempo comprendido entre el ministerio apostólico y el de sus
colaboradores. Aunque estos no necesariamente fueran escritos de puño y letra de los
Apóstoles.
 La conformidad con la regla de fe apostólica. Es decir, que no fueran en contradicción
con los demás escritos apostólicos y la fe. Por esto, se agregaron al Canon del Antiguo
Testamento, los 7 libros escritos en lengua griega, ya que no contradicen los principales
elementos de la fe cristina.
 El uso litúrgico. Es decir, que existieran testimonios de la “tradición” de que fueron
utilizados por las primeras comunidades en las celebraciones que los primeros cristianos
realizaban.

Materiales en que fueron escritos los libros de la Biblia


Los materiales usados en los manuscritos originales de la Biblia son diversos. Fueron los mismos
que se usaban comúnmente en esas épocas y eran copiados a mano. Los siguientes eran los más
empleados, tanto para la redacción del Antiguo como del Nuevo Testamento:
 Papiro. Se producía con una planta denominada con el mismo nombre. Esta caña crecía en
los lugares poco profundos de los lagos y ríos de Egipto y de Siria. Era el material para
escribir más común en la antigüedad, e incluso se usó un par de siglos después de Cristo.

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 Pergamino. La palabra “pergamino”, proviene del nombre de la ciudad de Pérgamo, en
Asia Menor, pues la producción de este material de escritura estuvo asociada durante algún
tiempo con aquel lugar. La materia prima del pergamino eran pieles curtidas de ovejas,
cabras o antílopes. A estas pieles se les quitaba el pelo y se las trataba con cepillos para
producir un material de escritura más duradero.
 Vitela. Este material era de cuero de ternero. Era común que se tiñera de color púrpura, para
escribir con tintas de color blanco.
 “Ostraca”, que era alfarería sin vidriar, también llamado tiesto o cacharro.
 Inscripciones en piedra con una herramienta de hierro.
 Tablillas de arcilla. Se escribía en ellas con un instrumento agudo, y luego se secaban para
que el escrito quedara plasmado de forma permanente (como cuando tenemos cemento
fresco en una calzada y escribimos con el dedo). Era el material más barato.

Cuando varios textos, sobre todo los escritos en Papiro, Pergamino o Vitela, se unían haciendo una
especie de libro, recibían el nombre de “Códices”. Debido a los pocos instrumentos disponibles o
conocidos en la época antigua para preparar libros, estos eran cocidos a mano con hilo o cuerdas y
resultaban ser objetos muy grandes y pesados.

Así, poco a poco, se fueron unificando y agrupando en un solo libro según el contenido que
abarcaban; y en algunos casos (como el Pentateuco), se le atribuían a un autor (Moisés).

La Biblia – Biblioteca
Todos sabemos que la Biblia no está compuesta por un solo libro, sin embargo, ella es un solo libro.
Es un solo libro, que es también una biblioteca.

El mismo término “biblia” etimológicamente es el plural de la palabra griega “biblion” que


significa “los libros”. Esto nos lleva a pensar en la importancia que tiene reconocer su unidad y su
diversidad.

En su unidad, se entiende el valor que tiene como libro sagrado para nuestra religión. En su
diversidad, ayuda a entender que cada libro bíblico tiene su propia historia, contexto histórico,
género literario, intención del autor, etc.

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Los dos Testamentos
La Biblia está dividida en dos grandes bloques a los que llamamos Antiguo y Nuevo Testamento.
La palabra “testamento”, no se refiere en el lenguaje bíblico a una herencia, sino a una “alianza”,
entre Dios y el pueblo. Esta alianza se selló primero con Moisés y se renovó o reestableció con
Jesús.

División y orden de los Testamentos


La forma en que se encuentran organizados los libros en la Biblia es diferente, según sean católicas,
protestantes, ortodoxas o judías.

a) Biblia judía. Los libros se agrupan en tres categorías, que se agruparon en cuatro
momentos:
 T: Torah, la ley de Moisés
 N: Nebiim, los profetas:
o Anteriores, o primera colección
o Posteriores, o segunda colección
 K: Ketubin, los otros escritos
 = TNK o Tenak, es la forma con que se conoce el canon de libros judíos, que consta de 39
libros del Antiguo Testamento (24 si se cuentan como uno sólo aquellos que tienen dos
partes, como los Reyes y Samuel o los profetas menores, que se cuentan como un solo libro)
y no incluyen ninguno del Nuevo.

b) Biblia Griega. Esta biblia es conocida como “Biblia de los 70” o “Septuagésima”. Nombres
que provienen no del contenido, sino de su conformación, ya que fueron 70 sabios judíos,
radicados en Egipto, quienes hicieron una traducción del Tenak, escrito en hebreo y arameo
al idioma griego.

En esta versión de la Biblia, se agregaron también otros libros que eran utilizados por los judíos de
lengua griega, los llamados “helenistas”. Estos traductores, también cambiaron el orden en que
aparecen los libros en el Antiguo Testamento:

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 Los libros históricos (incluyendo la Torá)
 Libros poéticos
 Libros proféticos; agregando a Daniel dentro de los profetas mayores.

c) Biblias cristianas. Siguieron la organización de la Biblia Griega.

Agregando también los libros que constituyen el Nuevo Testamento.


 Las biblias católicas tienen 46 libros en el Antiguo Testamento y 27 en el Nuevo.
 Las biblias protestantes asumen para el Antiguo Testamento el Tenak y para el Nuevo los
mismos libros católicos.
 Las biblias ortodoxas tienen todos los libros de las biblias católicas y agregan un segundo
libro de salmos, llamado “Salmos de Salomón”.

Antiguo Testamento en la Biblia Hebrea


Ley (Torah) Profetas Anteriores Profetas Posteriores Ketubim (Escritos)
Isaías
Jeremías
Salmos
Ezequiel
Job
Oseas
Proverbios
Joel
Rut
Génesis Amos
Josué Cantar de los cantares
Éxodo Abdías
Jueces Eclesiastés
Levítico Jonás
Samuel 1 y 2 Lamentaciones
Números Miqueas
Reyes 1 y 2 Ester
Deuteronomio Nahum
Daniel
Habacuc
Esdras
Sofonías
Nehemías
Ageo
Crónicas (1 y 2)
Zacarías
Malaquías
Antiguo Testamento en las Biblias Griega, Católica, Ortodoxa y Protestante
Pentateuco Libros históricos Libros sapienciales Libros proféticos
Génesis Josué Salmos Isaías
Éxodo Jueces Proverbios Jeremías
Levítico Rut Eclesiastés Lamentaciones

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Baruc
Ezequiel
Daniel
Samuel 1 y 2 Oseas
Reyes 1 y 2 Joel
Crónicas 1 y 2 Cantar de los cantares Amos
Esdras Job Abdías
Números
Nehemías Sabiduría Jonás
Deuteronomio
Ester Eclesiástico Miqueas
Judit Salmos de Salomón Nahum
Tobías Habacuc
Macabeos 1 y 2 Sofonías
Ageo
Zacarias
Malaquías
Nuevo Testamento. Biblias Cristianas (Católicas, Ortodoxas, Protestantes)
Cartas Católicas o
Evangelios Libro histórico Cartas de Pablo
Universales
Romanos
Corintios 1 y 2
Efesios Santiago
Mateo Gálatas Pedro 1 y 2
Marcos Filipenses Juan 1, 2 y 3
Hechos de los Apóstoles
Lucas Colosenses 1 y 2 Judas
Juan Tesalonicenses 1 y 2
Timoteo 1 y 2 Apocalipsis
Tito
Filemón

Texto original de la Biblia, versiones y traducciones


En la actualidad es casi imposible poder leer los textos originales en que se escribió la Biblia, sobre
todo porque los idiomas originales en que fue escrita ya no se hablan en nuestros días.

Para hacer estudios científicos de los textos originales, se debe realizar especializaciones,
relacionadas específicamente con la lectura de dichos idiomas, como el hebreo, el arameo, el griego
y el latín.

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a) El texto original hebreo del Antiguo Testamento. Los libros del Antiguo Testamento
(Tenak), fueron escritos originalmente en hebreo; algunos capítulos de Daniel (del 2 al 7) y
algunos documentos citados en Esdras (4 y 7) están en arameo.

El hebreo, era la lengua ordinaria del pueblo de Israel. Mientras que, el arameo era la lengua que se
hablaba en Babilonia y que adoptaron los israelitas al volver del destierro. Era también la lengua
administrativa del imperio persa y siguió siendo utilizada de forma coloquial en Israel hasta después
de Cristo.

A comienzos de la Edad Media, el texto hebreo-arameo, fue cuidadosamente copiado y revisado por
especialistas, llamados “masoretas”, (de massorah, tradición). Una dificultad con el hebreo es que
sólo usaba consonantes, por lo que las traducciones masoréticas, tuvieron que añadir vocales para
una mejor comprensión. Estas traducciones, son las que conservan actualmente los judíos para las
lecturas en las sinagogas y en sus estudios bíblicos.

Este texto hebreo estaba dividido en 160 partes o rollos, los cuales eran leídos uno a uno cada
sábado y así realizaban su lectura completa en tres años.

b) El Nuevo Testamento Original. El Nuevo Testamento se escribió en la lengua de la


mayoría de los cristianos del siglo I, que era el “griego popular”, conocido como “koiné”,
que tenía también influencia del arameo, el hebrero y lenguas semíticas.

c) 1ra versión: La Biblia griega o de los Setenta. Esta es una versión de la Biblia que surge a
partir del siglo IV antes de Cristo, cuando Alejandro Magno conquista a los persas y con
ellos a sus pueblos aliados, donde se encontraba Israel.

El griego, pasa a ser la lengua administrativa y cultural de la época. Muchos judíos que vivían en la
diáspora (dispersión) e incluso los que vivían en Israel comenzaron a hablar griego.

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En el siglo III antes de Cristo, un grupo de judíos que vivía en Egipto, comenzaron a traducir el
Antiguo Testamento del hebreo y arameo al griego. La tradición atribuye esta traducción a setenta
sabios, de los que tomó el nombre: Septuaginta o de los Setenta (LXX).

Esta traducción, pasó más allá de traducir las palabras al idioma griego; fueron también encargados
de organizar los textos de forma lo más cronológicamente posible.

Esta traducción de los LXX fue la que utilizaron los primeros cristianos, que eran en su mayoría
judíos de cultura griega (helenistas), por ejemplo: Pablo, Esteban, Bernabé, Lucas, Marcos, etc.

d) 2da versión: La Vulgata. Es una versión de la Biblia aceptada oficialmente por la Iglesia y
estuvo a cargo de San Jerónimo, en el siglo IV.

Esta versión surge debido a que Roma dominaba gran parte del mundo conocido y su lengua era el
latín. A finales del siglo III el emperador Constantito proclamó que el cristianismo era la religión
oficial del imperio, que incluía la mayoría de los países europeos, parte de África y Palestina.

En todos estos lugares se encontraban cristianos que hablaban latín y se hizo entonces la traducción
de los libros del Antiguo Testamento tomando en cuenta la Biblia de los LXX y el Nuevo
Testamento que estaba escrito en griego.

De los idiomas hebreo, arameo y griego, surge la versión en latín que se llamó “Vulgata”, de
“vulgos” o “pueblo llano”.

La Vulgata es la traducción oficial para la Iglesia hasta el día de hoy. Ha tenido algunas revisiones,
la primera en 1545 durante el concilio de Trento; la segunda en el año 1600 y la tercera en el
Concilio Vaticano II (1962-1965), llamada Neovulgata. Es de donde se toman los textos para los
libros litúrgicos y está disponible en diversos idiomas en la página web del Vaticano.

e) Las primeras traducciones

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 Las primeras traducciones surgen con el movimiento de la Reforma Protestante, impulsado
por Martín Lutero, Juan Calvino y los anglicanos; quienes vieron la necesidad de traducir la
Biblia, no sólo al latín, sino también al alemán, francés, inglés, español, portugués, etc.
 Las primeras traducciones en la Edad Media, fueron realizadas en distintos países por los
líderes protestantes; ya que la Iglesia consideraba que sólo era oficial la traducción en
idioma latín, la Vulgata (aunque se permitía la traducción a varios idiomas de los
Evangelios, pero tomando como fuente a la Vulgata).
 La primera traducción fue hecha por Martín Lutero, al alemán.
 En Francia surge la traducción de Stegond.
 En España la primera traducción al español fue la realizada por Casiodoro de Reina en 1569
y corregida luego por Cipriano de Valera en 1602. Es la traducción que se conoce como
Reina-Valera.
 Todas estas tradujeron el Antiguo Testamento directamente de la Biblia Hebrea, por lo que
no incluyen los libros deuterocanónicos; y el Nuevo Testamento de la versión original en
griego.
 Fue a partir del siglo XVIII cuando comenzaron a aparecer traducciones católicas, a diversos
idiomas, pero se mantenía la costumbre de tomar como fuente la versión oficial de la
Vulgata.
 Esto es lo que da origen a que entre las traducciones católicas y las protestantes haya
diferencias en la cantidad de libros, en muchos términos y expresiones; ya que unos traducen
del latín y otros del hebreo, arameo y griego.

f) Las grandes traducciones actuales. La principal traducción actual es la Biblia de


Jerusalén, que apareció por primera vez en 1956.
 Esta traducción de la Biblia es de origen católico, dirigida por los profesores de la Escuela
Bíblica de los padres dominicos franceses en Jerusalén.
 No obstante, en su elaboración colaboran también maestros y estudiosos bíblicos católicos,
ortodoxos, protestantes y judíos.
 Esta colaboración ha generado un movimiento de aproximación en asuntos bíblicos, entre
las distintas confesiones cristinas y con los judíos.

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 Dicha colaboración ha hecho que la Iglesia Católica autorice la traducción de forma directa
de los textos en hebreo, arameo y griego a los distintos idiomas; y que los protestantes
incluyan como anexos en algunas versiones de sus biblias los libros deuterocanónicos, para
fines de estudio.
 Es una Biblia con un carácter científico y en sus notas aclaratorias se hace referencia a
estudios que se han realizado en base al texto.
 Otras traducciones autorizadas por diversas conferencias episcopales a nivel del mundo,
buscan traducir los textos originales en un lenguaje cotidiano o popular, es decir, utilizando
palabras, para que los lectores populares la entiendan fácilmente.
 Dentro de las más comunes se encuentran: La Nueva Biblia Española, Biblia del Peregrino,
La Biblia de América, la Santa Biblia, Biblia Latinoamericana, Biblia de Estudio, Biblia de
Jerusalén Latinoamericana, Biblia de Oración, Biblia Dios Habla Hoy, entre otras.
 Las biblias católicas también tienen introducciones a cada libros, notas y comentarios. Esto
fue autorizado desde el 1538 en el concilio de Trento, con la intención de que quien la lea y
no tenga instrucción teológica, pueda tener conocimientos básicos acerca del texto de que se
trata. Estas notas pueden ser reflexiones, catequesis sencillas sobre un texto, comparaciones
con otros textos, etc.
 Muchas biblias actuales poseen también cuadros cronológicos, mapas, índices temáticos,
vocabularios, calendarios, monedas, medidas, entre otros aspectos del tiempo bíblico.
 También es común encontrar en los márgenes de cada página, algunas citas bíblicas que
hacen referencia a otros textos relacionados con lo que se lee.

Capítulos, versículos y referencias


a) Capítulos y versículos. Los textos bíblicos originales y sus versiones griega y la Vulgata,
no están divididos en capítulos ni versículos, sino que son textos extensos que muchas veces
están divididos en varios rollos.

 La división de la Biblia en capítulos se debe al clérigo inglés Stephen Langton de la Iglesia


Anglicana. Llevó a cabo esta tarea a principios del siglo trece, cuando era maestro en la
Universidad de París.

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 Unos trecientos años después, a mediados del siglo dieciséis, el conocido impresor y
humanista francés Robert Estienne facilitó aún más las cosas y dividió los capítulos en
versículos. Estienne dividió el Nuevo Testamento (o Escrituras Griegas Cristianas) con una
nueva numeración de versículos y los combinó con los de la Biblia Hebrea. En 1553 publicó
la primera Biblia completa en francés con prácticamente la misma división de capítulos y
versículos que tenemos hoy.

b) Referencias. Esto quizás parece sencillo y conocido por todos; pero al mismo tiempo, es
algo que muchas veces para quienes inician el estudio de la Biblia, resulta complicado y
desconocido. Por tanto, en este estudio de introducción a la Biblia, se hace necesario
repasarlo.

El guion sirve para unir varios


De forma general, se indica primero La primera cifra indica el capítulo y
capítulos o versículos: Gn 2-5
el libro, en abreviatura (véase la la segunda, separada por una coma,
significa: Génesis, capítulos 2 al 5;
lista de las abreviaturas en cada el versículo. Así, Gn 2,4 significa:
Gn 2,4-8 significa: Génesis,
Biblia) Génesis, capítulo 2, versículo 4.
capítulo 2, versículos 4 al 8.
El punto separa dos versículos La “s” añadida a una cifra significa
El punto y coma sirve para separar
diferentes del mismo capítulo: Gn 2, “y siguientes”: Gn 2, 4s indica que
dos referencias diferentes: Gn 2; 5 =
4.8.11 remite a los versículos 4, 8 y hay que leer el versículo 4 y los
Génesis, capítulos 2 y 5.
11 del capítulo 2. siguientes del capítulo 2.
A veces, el versículo resulta Un ejemplo: Gn 2,4-6.8; 3,5 s; 4,1-
demasiado largo; si se quiere señalar 8,2a significa: Génesis, capítulo 2,
sólo una parte del versículo, versículos 4 al 6 y versículo 8;
generalmente en cada signo de luego, capítulo 3, versículo 5 y
puntuación, se añaden letras: Gn 2, siguientes; después, capítulo 4,
4a remite a la primera parte del versículo 1, hasta el capítulo 8,
versículo 4 del capítulo 2. primera parte del versículo 2.

Géneros literarios de la Biblia


Así como toda sociedad necesita, para existir, crear una literatura. Una nación tiene sus leyes, sus
discursos, sus celebraciones, sus crónicas del pasado, sus epopeyas, sus poemas y sus canciones;
por tanto, Israel como pueblo, ha hecho que aparezca toda una literatura con sus diferentes géneros,
dentro de los que se citan los siguientes:

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 Los relatos. Ayudan a recordar el pasado para dar a todos una mentalidad común. Al
escuchar las historias de sus antepasados, se toma conciencia de pertenecer a la misma
familia.
 La epopeya. También cuentan el pasado, pero se intenta sobre todo suscitar el entusiasmo y
celebrar a los héroes, aunque para ello sea necesario adornar algunos detalles.
 Las leyes. Son las que organiza el pueblo y permiten una vida en comunidad.
 La liturgia, celebraciones, ritos. Expresan esta vida en común, como una comida de fiesta
reúne a la familia. Los actos religiosos manifiestan la relación que se tiene con Dios.
 Los poemas, los cánticos, los salmos. Son la expresión de los sentimientos, de la fe del
pueblo.
 Los oráculos. Son expresiones de palabras solemnes, dichas por los profetas, que provienen
de parte de Dios, ayudando a volver a la verdadera fe.
 Las enseñanzas (catequesis). Generalmente presentadas por los profetas, los sacerdotes, en
forma de relatos, historias o parábolas.
 Los escritos de sabiduría. Son reflexiones sobre las grandes interrogantes humanas: qué es
la vida, la muerte, el amor, por qué el mal, el sufrimiento, etc.

Bibliografía utilizada en este apartado


Robert, A. y Feuillet, A. (1967). Introducción a la Biblia. Tomo Primero: Introducción General.
Antiguo Testamento. Biblioteca Herder, 2da edición.
Konings, J. (1995). La Biblia, su historia y su lectura. Una introducción. Editorial Verbo Divino.
3ra edición.
Charpentier, E. (1993). Para leer el Antiguo Testamento. 13ava edición. Editorial Verbo Divino,
Navarra, España.
Artale, J. (1996). Jesucristo. El Hijo de Dios. 3ra edición. Instituto Técnico Salesiano, Santo
Domingo, República Dominicana.

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